-¡Hey tu!.
-Cabronazo...
-Poca gente sobrevive a saltar de un auto en marcha.
-¡Pero era todo un episodio mental!
-¿Tu crees?
-Tu eres mis peores miedos, tu no eres la muerte, ni eres una deidad. Mis peores miedos solo están dentro de mi, en mi mente, ¿como puedes no ser imaginario?.
-Es el poder de la escritura y la imaginación, das vida a seres inexistentes, y hoy, yo, tu creación mas perfecta, estoy para atormentarte en los casos en los que aún temes.
-¿Creación perfecta?, prepárate hijo de puta.
Me abalancé sobre el, tratando de arrebatarle la guadaña, rodamos hasta que su cabeza dio contra mi sepultura, esta se agrietó y la fuerza de mis miedos cedió, tenía la oz en mi poder, casi podía sentirme encapuchado y con el poder de ir a buscar a quien se me antojara. Con la guadaña di un corte en el pecho a este ser, e inmediatamente caí al suelo, sangrando. ¿Como podía yo sangrar si estaba muerto?. La sangre no formaba charcos, caía a través de la tierra como si esta no existiera, el pasto ni se teñía, era como una cascada sin final.
-Has abierto la fuente, ahora vienen por ti.- Dijo con una mueca de risa.
-Tal vez estoy en el puto purgatorio, tal vez acá también puedo morir bestia puta, y si todo daño que te haga me afecta directamente, no me queda mas que decapitarte.
Comenzó otra pelea, mi cabeza partió varias sepulturas, la de el también, el cielo del cementerio que estaba nublado se tornó rojo, y sobre la cornisa de un arbol cercano, el puto pájaro, lo miré con arrogancia y este voló. Trás un rato de golpes inútiles, logró arrebatarme la guadaña, sintiéndose poderoso comenzó a mofarse.
-¡Oh! ahora soy yo el todopoderoso otra vez, ¿que piensas hacer al respecto estúpido muerto?.
Me abalancé sobre el y le mordí el cuello, una y otra vez, arrebatando en cada mordisco pedazos de carne, hasta que caí al suelo, sangrando aun más. Su imagen comenzó a degradarse hasta desaparecer.
-¡Ahora los recibirás sin compañía! - Dijo, y luego se desvaneció.
Tal vez ser un fantasma no sería tan terrible, comencé a volar alrededor de todo, contemplar, huí del cementerio, chorreaba litros y litros de sangre, aparentemente no moriría desangrado, tal vez arrancarme la cabeza solo me hubiera hecho tener que tenerla a cuestas con mi cuerpo. Derrepente el flujo de sangre comenzó a disminuir, y dejo de caer. No había mancha alguna, toda había atravesado directo para abajo. El cielo seguía nublado, era de día. La gente en las calles no sabía de mi presencia ahí, pero estaban asombrados del clima aparentemente pues todos miraban al cielo como esperando que hubiera un sol radiante tal vez. Pero las nubes, que blancas eran de nuevo, volvieron a tornarse mas grises, y rojas, y comenzó a caer sangre del cielo. Nadie parecía poder verla. Esta caía y tocaba el suelo, comenzaba a subir como si llenara estanques con formas humanoides, una vez completas las formas, estas comenzaron a moverse y a perseguirme. ¡No puedo morir!, es lo de menos. Descendí hasta donde estaban estas criaturas, les sonreí con arrogancia.
-Vaya mierda, ¿mas idiotas que tratarán de torturar un cuerpo que no siente?.
-Somos la mierda que ya habías desechado.
-¿Sois la parte mas idiota del idiota que despaché hace rato?
-Pero estamos bien acompañados.
Tras de mi saltó una criatura, me mordió el craneo, las manos, las piernas, y clavó sus afiladas uñas-garras en mi estomago mil veces. No solo podía ver como comenzaba a chorrear de nuevo, esta vez podía sentir el dolor, no era un dolor físico, era psicológico. Comenzaron a pasar por mi mente todas las etapas de infancia y adolescencia. "¡Bola!" "¡Feo!" "¡Horrible!" "¡Gigante!", luego "Lo siento pero no me gustas" "Te pillaré a la salida" "Es un pobre idiota, no lo consideren" Podía leer las mentes de quienes habían dicho semejante mierda, los niños lo hacían porque podían sentirse superiores al ofender y minimizar al mas peligroso de sus adversario, lo mismo con los jovenes adolescentes, y en las mujeres podía oler toda esa superficialidad, toda esa mierda, yo luchaba por ser una mejor persona, y el aprecio que recibía era gente que en realidad no recompensaría si no que me mantendría en la linea, lo suficiente como para poder ubicarme en caso de necesitarme, pero lo suficiente para que no lograra mas cercanía. Era aquel ego dañado que años atrás dejé olvidado en tabernas y garitos, entre música y escritura, y hoy volvía a mi cuerpo, a mi mente, a torturarme.
Otra criatura se paró frente a mi, y me miró.
-Vaya idiota que eres - Dijo, y sus ojos comenzaron a proyectar en los míos imágenes, como las anteriores, pero familiares. Los que partían, los que se quedaban, los que me decían cosas, los que de alguna forma u otra lograron introducir en mi mil prejuicios sobre lo que tendría que hacer en mi vida, lo que no podía hacer, lo correcto y lo incorrecto, mi cabello comenzó a quemarse y el olor del pelo quemado me recordaba las mil veces que tuve que ocultar mis deseos o mis lágrimas solo para no hacer mal a otras personas, en base a lo que consideraban bueno.
Tras de mi, me agarró de los brazos otra cosa, una voz suave, melodiosa, de mucha calma y de registro femenino grave me decía que todo estaría bien, que la disculpara pero había reciprocidad. Los ojos... el lado de su cabeza que odiaba el pelo largo, mi mente parecía querer desvanecerse en cualquier momento, y yo solo anhelaba que eso sucediera, no quería mas de esto. En la cornisa de una casa me contemplaban el resto de las criaturas, sedientas de mis dolores pasados, que habían sido ahuyentados, y que hoy, habían sido llamados con el desangrar de mi forma fantasmal.
-Estoy muerto, dije. Y esto no parece el infierno, en el infierno los pensamientos oscuros como los que padecía en la juventud debían ser premiados, no castigados, mis ganas de asesinar debían ser liberadas al fin.
A final de cuentas era el opuesto a Dios, pero las deidades no existían, y yo estaba en la tierra misma, con la gente alrededor, que ni notaba lo que sucedía. Un ciego que pasaba por el lugar se detuvo, y me miró, aterrado corrió sin dirección alguna, al parecer había visto lo que me pasaba. Mis ojos ya estaban inundados, todo aquello que había destruido para ser mas fuerte me había llevado a esa edificación abandonada, donde recibí el aventón, el aventón a la otra vida.
Me safé de sus manos, volteé, y ahí estaba su imagen, pero sabía que no era ella, que era todo una proyección de una de estas criaturas sobre lo que me había herido en vida.
-¡Ja, ja... JA!- Un sombrero de copas y una guadaña.
-Menudo hijo de puta estás hecho, ¿es todo tu plan?.
-Es todo el tuyo, o tal vez inconscientemente el de ella.
-No vine a parar a este purgatorio porque ella lo deseara.
-Viniste a parar acá porque colapsaste y hoy tus miedos, los que habías dejado atrás, volvieron a renacer - Cortó su cabeza con su propia guadaña y de pronto me hallaba en el suelo, pero mi cuerpo estaba parado.
-Ahora despierta...
Vi como la guadaña venía directo a mi cabeza y de un momento a otro pude divisar mi cuarto, la ventana frente a la cama abierta... ¡un puto sueño!. una vela sobre el escritorio se encendió súbitamente, y junto a ella había una carta.
"Dear dear dear... jejeje:
Ahora sabes que te espera, y te seguirá esperando.
Pero ahora toca revolver tripas y felicidad a quienes jodieron la tuya... la nuestra"
Tenía la esperanza de estar soñando, así que salí a la ventana, y me lancé, y volví desperté nuevamente en mi cama, pero ya era de madrugada. Era hora de partir a los estudios, y hoy había presentación. Miré a los ganchos tras la puerta y vi un nuevo atuendo. Camisa roja, Chaqueta negra, Chaleco negro, pantalones negros, un bastón y un sombrero de copas.
Jok~
1 comentarios:
debo confesar que estoy profundamente interesado en esta historia. Esperare la siguiente parte.
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