Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

Delirio: el ahora no es (XI 2/3)

domingo, 2 de junio de 2013

Publicado por Gwÿnt

Capítulo onceavo y dos tercios: Sobre rieles del caos.



Me sirvo desayuno tranquilamente con las provisiones que Gaspar ha traído, y me siento en la mesita, acompañada por el hacha. Suspiro calmadamente mientras revuelvo el café, esperando a que el montón de azucar se disuelva del todo. Está anocheciendo, y hace frío. He tenido un dia terriblemente provechoso, los dedos aún me apestan a gasolina. Cada vez que los huelo, emerge una sonrisilla. De pronto escucho la reja, y pasos. Unos bastante acelerados, y los otros más calmados. Excelente, ya se quienes son. Se abre el portón.
- Chan chan chaaaaan. – escupo mientras sorbeteo el café.
- ¿ME PUEDES DECIR QUE SIGNIFICA ESTO?- me tira el periódico.
-Vaya, que buenisimos modales tiene, enfermera Leonore. Creí que se interesaría por mi pie.- subo el pie a la mesa y se lo enseño.- Parece estar bastante regenerado, la sangre ya no arma show… lástima.
-No me hagas perder la paciencia, mocosa.- Gaspar se mantiene tranquilo, pero tiene una expresión sombría.- Dime que has hecho.
-Oye, oye, calmate. Me entregaron una maleta con explosivos, y solo saqué unos cuantos.
-Leonore voltea y le grita a Gaspar.- ¡Te dije que eso no sería una buena idea! Ya viste como perdió el control en el hospital, estamos lidiando con una sociópata.
-Eh… Leonore.- me mira furiosa.- Hola, estoy acá. ¿De qué va todo esto?
-Va de que alguien debió hacerse cargo de ti y plantarte la medicación nuevamente, esto no está yendo bien. Estás poniendo todo en riesgo, de forma innecesaria.- me indigno y me pongo de pie.
- ¿Estás jugando a ser la señorita de psiquiatra? No te queda.
-Tengo conocimiento suficiente como para saber que esto no está bien.
-¿Y que está bien?
-Agh, no se puede hablar contigo- me da la espalda. Odio que me den la espalda.
-¿Por qué? Yo creo que tu no puedes hablar conmigo porque no tienes puta idea de cuanta mierda hablas con tus discursillos influenciados por una moral idealista que en realidad no existe como tal. Me aburres.

Mientras Leonore se aleja, lentamente camina Gaspar hacia mí.
-Hace un tiempo fuiste a mi oficina pidiendome ayuda. Pues bien, hablemos.- Toma asiento, y en su semblante noto una autoridad hasta ahora desconocida para mí. Le imito, y me siento.- Esto – y señala al periodico local- ha sido una pequeña desviación del plan, ¿no te parece? No había que hacerlo algo personal.
-Pues me ha dado la gana hacerlo.
-¿Porqué?
-¿Y porqué no? Estoy en un momento sumamente complejo, y siento que hay recuerdos que me estorban en demasía. Esto ha sido un simbolismo del quiebre con aquello.
-PERO MURIERON DOS PERSONAS QUEMADAS!- grita escandalizada Leonore.
-¿Les conocías?
-No necesito conocerlas para saber que eso está mal.
-Les dejé una advertencia en sus puertas, no soy la mala del cuento… no tanto.- Ella arma un berrinche.
-Gaspar, estaré en el auto.- El asiente y ella sale indignada del recinto.
-Bueno, - continúa- ¿recuerdos que te estorban? Pareciera ser que finalmente estas recordando algo de tu vida anterior a todo esto, de Alex, del psiquiatrico. No es una señal mala, pero tu reacción parece un tanto preocupante. No puedes ir quemando casas sin control ninguno. Hospitalizarte unos dias sería una ultima opción, recuerda que el recinto tambien trabaja como psiquiatrico, y habria que considerarlo ante tu aficion por destruir y llegar a matar.
-No es algo usual, por la mierda, ¿tan estandarizados son que piensan que una acción unica se va a volver reiterada?
-El comportamiento sociopático sumado a tu impulsividad dan para creerlo, ¿no te parece?
-No. – me mira fijamente un instante y anota un par de cosas en su ficha. ¿Mi ficha? Reconozco la foto de cuando recién me ingresaron… oh…
-Parecen ser acciones mas sintomáticas que de tu carácter en sí, y por eso es que quiero prestar especial atención en esto. No queremos que te metas en un lío por ser incapaz de elegir entre quien eres y lo que tu impulso te dicta.
-¿ES UNA BROMA? ¿Estás diciendo que los impulsos no conforman la identidad como tal? ¿la capacidad inmediata de elección sobre los deseos, necesidades e intereses?
-Por supuesto que no digo eso, pero tu impulsividad está totalmente arraigada a tu ira, y aquello ya se vuelve patológico. Hay situaciones, en las que te pones en riesgo tú misma. Tu afición por los cuchillos, y tu incomprensible conversión de recuerdos son alarmantes. Esto no es solo por nosotros, Daire, es por ti. Si bien, no reconozco la existencia de una felicidad como tal, si aspiro a cierta estabilidad.
-Claro, estabilidad, pero suprimiendo gran parte de las respuestas instintivas. ¿No es como un disfraz todo esto? Disfracenme de nuevo de antipsicóticos, la ultima vez resultó sumamente bien- la ironia me sale hasta por los pelos.
-Tal vez no era el indicado- hojea mi ficha-, pero es importante que pongas de tu parte, o esto no va a resultar. Sabes que no tengo interés en engordar a cualquier empresa farmacológica o alimentar el deplorable mercado que arruina la libre medicina, pero hay veces en que esto es necesario.- le escucho con tristeza.
-Adelante, probemos.

Me entrega una cajita de Risperidona.
-Compromiso y responsabilidad.
-A la mierda, dije “probemos”.
-Bueno, iré a despachar a Leonore.
-Mandale mis saludos, y esto- le entrego un cuchillo enrojecido, y el me mira preocupado.- No es sangre de verdad, es para joderla, hazlo por mi, ¿sí?- mi mueca, que parece ser una sonrisa parece turbarlo, pero acepta.

Cuando sale, aprovecho de tomarme uno de estos asuntos sodomizadotes de impulsos eléctricos, y el efecto es inmediato. Se me cae la taza de café, y solo alcanzo a pensar en el azucar, antes de caer tumbada en el sofá.

El día de hoy no anda mucho mejor, esta cosa es voráz. Si en algun momento sentí riendas en el cerebro, esto es un yunque directo a los lóbulos frontales, tanto así que hasta me cuesta abrir los ojos y respiro con dificultad. Decido no moverme y quedarme en casa todo el día, tal vez más adelante, con la adaptación de los glóbulos rojos a enviar este compuesto por mi cuerpo, pueda “funcionar” y ser un bonito robot de productividad. El sueño de todos. Tomo el periódico que Leonore trajo ayer, y lo hojeo hasta llegar a la noticia. No es la gran cosa, saben que fue intencional- y como no saberlo, si en las puertas de los pocos habitantes de los departamentos coloqué una advertencia, tan malvada no soy, por favor.- pero no tienen ningun sospechoso más que una joven de “apariencia extraña”. Así me definen estos hijos de puta, que ni siquiera recuerdan que alguna vez, viví allí. Tengo tanto asco de la humanidad, y ni siquiera puedo levantarme a gritarlo.
Aparece Gaspar, a la hora usual, y me pregunta como estoy.
-De puta madre- balbuceo. Trato de decir algo más, pero me duele la cabeza hasta para pensar.
-Ya es hora de que te tomes el remedio.- Ya que estoy en esto, lo ingiero, y muero nuevamente.

Amanece lloviendo, y yo amanezco sin poder amanecer. El día transcurre igual que el anterior, solo que a la hora de tomar el fármaco, reniego de aquello. No intento levantarme, el dia ya ha sido desperdiciado, pero mientras se absorve y acaba el quimico en mi cuerpo, noto todos los remordimientos, y la pregunta fundamental. ¿Es un remedio para que? Para no saber del engaño, probablemente. No comprendo la necesidad del engaño si eventualmente todos nosotros vamos a destruir esto, y a terminar de pudrirnos para morir.
Al día posterior, actúo como si estuviese dopada, y le pido a Gaspar ir con el al recinto. Al entrar, me entra el miedo de si me van a encerrar. Leonore sería capaz. Llegamos al pabellón de psiquiatria, y, evitando ver por la ventana de todas aquellas habitaciones, le digo que me lleve a ver a Alex. Entro a la sala blanca, y allí está, despierto nuevamente.
-Alex.- gira y me mira con alegría.
-Daire, que alegría de ver algo que no sea blanco en esta mierda.
-Ha de ser enfermante. ¿Sueñas con paredes blancas?
-Sueño con paredes con sangre. Oye… supe lo que hiciste.- me propongo interrumpirle, pero lo evita.- Si, Leonore me lo contó. Tiene esa pequeña y deplorable visión de que un par de caídas son realmente malas, en vez de necesarias, y sin embargo, está de acuerdo con llenarte en neurolépticos y serotonina. Ha de creerse la mujer despacha hormonas.
-Jajajaj. Ella ayudóa crear todo esto… me refiero al plan, no comprendo que pudo hacerla creer que el bien se logra solo con bien. Algo debe haberle sucedido, que es incapaz de reconocer la existencia del mal llamado mal.- De pronto, aparece otra enfermera en la puerta.
-¿Si? ¿Viene a imponer presencia policial?- le digo.
-Me han enviado a buscarla a usted, señorita.- caigo en la paranoia del encierro, y comienzo a hiperventilar. Miro asustada a Alex.- Psst, oye, yo ya estoy bien y puedo caminar, desatame lentamente, y nos vemos en la salida que da al café, ¿vale?

Asiento con la cabeza, y trato de hablar trivialidades para despistar a la enfermera de pie allí. Cuando lo desato, instintivamente actúo.
-¿Tienen planes de encerrarme?
-Me han enviado a buscarle- me mira de forma despectiva. Cojo todo lo que encuentro y lo tiro al suelo.
-RESPONDAME LA PUTA PREGUNTA.- Al ver que se inmuta, me arriesgo. Cojo un bisturí y me acerco con mi mejor cara de manía hacia ella, mientras hago señas a Alex para que escape.- Respondame, y suelto esto ahora mismo.- Ella se aterroriza, y mira a ambos lados buscando a quienes no están.
-Si. Me han enviado a buscarla para que los demás enfermeros la lleven a su habitación.
-Ah.- me guardo el bisturi en el bolsillo- haberlo dicho antes, ¿es bonita?- comienzo a caminar, y ella desorientada, me sigue.
-Es … igual que todas.
-Que puta mierda, ni para hacer las habitaciones son creativos en esta basura.

Mientras avanzamos, siento pasos a mis espaldas. Es Gaspar, que solemne me hace una reverencia con la cabeza. Le ignoro.
-¿Qué pasa?
-¿Qué PASA? No lo se, dime tu, que significa toda esta mierda.¿ Es un discurso tuyo esto de generar el quiebre total de la maquina? Porque pareciera realmente que lo que se aferra a la decadencia a ti te causa progeria, y lo catalogas de peligroso. PONME LA PUTA ETIQUETA EN LA FRENTE.
-No es eso, Daire- dice intentando mantener la calma. – Es que esto no eres tú.
-¿Y que si lo fuera? ¿Eh? ¿Todo lo malo es patológico? Practicamente cada cosa que haga les parece sintomática, y ya me parece que se han embrutecido, hasta tú, que parecías ser el soberano instaurador de la nueva psiquiatria, pero eres más de lo aberrante .
- Necesitamos que estés bien para lograr todo lo que planeamos.
-Y que es estar bien? ¿Tu estás bien? ¿Te sientes bien haciendo esto? Faltando así a todo lo que has estructurado, deberías avergonzarte de ti mismo, pero yo lo haré por ti.
-Claro que no me siento bien, pero hay que centralizarte un poco, bajarte los decibeles y la velocidad.
-Me gusta mi velocidad. Que no sea la misma que la de ustedes no significa que esté mal. .- Gaspar le hace una seña a la enfermera, y ella rapidamente se va del pasillo, dejandonos solos.
- Entonces… ¿Por qué me pediste ayuda si te sientes así?
-Era por causas distintas, estaba insegura, estaba con miedo. Pero no era miedo solo del mundo, sino que miedo de mi misma. Y eso es unicamente porque llevo años negándome, y aceptando que con sus pastillas me digan quien tengo que ser, somentiéndome. Me han hecho un espectro… un espectro en medio de un escenario y la audiencia feroz reclamando cada parte de mí. Estaba asustada de eso, de no saber de que puedo ser capaz, de no saber mis propias limitaciones, porque me han impuesto, y a todos, como tenemos que ser para ser aceptados, y hasta queridos. Nos han vuelto hambrientos de todo lo que no necesitamos! Dime, ¿porqué te busca la mayoria de la gente?
-Porque se siente infeliz con su trabajo, en realidad. Es el mal de la epoca moderna.
-Bueno, ¿y que haces tu para ayudarles?
-En parte intento mencionarles sobre la toma de conciencia de su propio potencial, y tambien intento ayudarles a , si bien, no sentirse felices, estar conformes con sus relaciones de verticalidad.
-Oh, Gaspar, a veces eres un VERDADERO ENTE NAUSEABUNDO. Yo sé que muchas veces me provocas para demostrarme lo que puedo hacer, o que tienes ciertas prácticas sumamente novedosas y que comparto. Pero el conformismo-es-metástasis. Todo lo que dicen constantemente, sobre la desesperación, la angustia y la pérdida de esperanza no son enfermedades, son respuestas naturales a todo el estímulo que se nos está presentando! ¿O es antinatural estar frustrado por todas las cadenas que se nos imponen, y que aparentemente solo podemos adornar en vez de romper? No es sintomático! Es la realidad, o se acepta como tal en la desintegración, o se vive dentro del cascarón.
- Eso lo sé, en parte. Tal vez mis métodos no te parezcan, pero momentáneamente, es todo lo que puedo ofrecer. También estoy limitado a ciertas cosas, o perdería mi licencia.
-Bien… tu tienes miedo a perder algo. Yo ya he roto el cascarón, y tengo que enfrentarme tanto a mis asuntos pasados, como los que se han de venir. Ajeno a lo que sea que me ocurra , que sea maniaca, depresiva, elefante, tortuga, da lo mismo. Los limites que sea que rompa, y causen repercusion… bueno, es un aliño. Pero por favor… por favor, no me encierres.- queda pensativo largo rato.
-Diré que te fuiste, simple. Si preguntan, nadie te toca. Recuerda que soy el “Lord”.
-Cuando seas el Lord de las ratas te alabaré, por ahora, eres un bufón.- río, y salgo corriendo. En otro pasillo solitario, antes de llegar a la salida, me encuentro con la enfermera molesta y cobarde.
-¿Cómo te llamas?
-Rocío.- me dice asustada y cortante.
-Bueno, querida Rocío.- me acerco y con un dedo le toco el rostro- ha sido un verdadero gusto.- me agacho a amarrarme el zapato, y le devuelvo el bisturí.- Es bastante filoso.
-Deben ser así para cortar puntos y carne.- sonrío, y salgo corriendo por la puerta, mientras escucho un gritito. Habrá descubierto que cuando me agaché, le hice un gran corte en la pierna que no notó, por el filo del bisturí.

Salgo, y me encuentro con Alex vestido con la ropa del conserje.
-Una seudo-baja necesaria, le di un par de golpes, está saludando al piso jajaj. ¿Porqué tardaste tanto?
-He tenido una pequeña charla con Gaspar. Ya no será problema.
-Mas le vale no serlo, por lo que recuerdo ustedes estan viviendo juntos ¿no es así?
-Si, ¡oh! Tenemos que ir, ahora. Alojo, informaciones, y explosivos.
-Suena como una combinación para deleitarse, Daire.

Llegamos, y veo que el portón está abierto. Nuestra sorpresa cuando vemos a una bastante enyesada Francesca, mirando por el balconcillo, es compartida. Alex para de golpe y se queda mirando su pequeña espalda, consternado. Lo miro a él, luego a ella, mientras me rasco la cabeza, incómoda.
-Eh, franny! Tanto tiempo sin vernos, baja a saludarnos.- ella voltea y sonrie, antes de bajar lentamente los escalones. Se planta frente a Alex.
-Oye… lo que pasó, de verdad no importa, yo sé que lo lamentas, y que no ha sido tu intención. Pero supongo que ya estás bien , ¿verdad?- pone cara de niña pequeña en navidad, a lo que Alex responde un un gruñido, y luego sale al jardin con brusquedad.
Francesca queda impresionada ante esa reacción.
-Es que en verdad, tu frase sonó muy bonita, pero acarrea demasiados demonios.- le digo antes de salir y encontrarme con Alex, en cuclillas, apoyado en la pared, tirando piedritas.
-Lamentar, intencion, bien, ¿no es así?
-Las palabras exactas.- me responde y luego me mira.- ¿Cómo supiste?
-Una de tantas pesadillas es tener que cargar con el peso de esas palabras, que involucran cierta expectativa que no logro comprender.- El se para y da patadas a la tierra.
-No puedo permitirme lamentar algo, simplemente no puedo, implica demasiada emocion.- se pasa la mano por el pelo.- NO LOGRO SOPORTARLO.
-No lo lamentes entonces.
-No puedo evitar hacerlo.
-Esta vez, dejemoslo en que el impulso luego del impulso, es lamentarlo. Seguimos siendo presos en cierto punto de la empatía.- le digo, y doy un suspiro de negacion, antes de dar un par de golpes a la pared con mi espalda.- La empatia es instinto natural, no emoción necesariamente, recuerdalo.- y entro nuevamente a sentarme junto a Francesca en silencio.

Escucho un auto frenar frente a la reja, a alguien bajar, y al auto partir nuevamente. Leonore ha venido a dejar a Gaspar, y por suerte, se ha ido. Cuando él entra, le acompaña Alex.
-Vaya- exclama al ver a Francesca.- Pareciera ser que ahora está el equipo completo, y en que momento tan oportuno.
-Si, alcancé a escaparme de tu puto psiquiatrico con Daire para estar presente en tan alegre festejo- dice Alex con amargura.
-Lo siento por eso, Alex. Pero de veras, cuando las cosas se salen de control, es la unica forma inmediata que se maneja para tranquilizar… se que no es muy ortodoxa, y no suelo recurrir a ella, pero de todas formas, lo lamento. Siempre es pensando en tu seguridad.
-Que gracioso, piensan en mi seguridad cuando ni yo pienso en ella.
-¿Quisieras haberle hecho más daño a Francesca?- Gaspar, a veces, va directo a la vena, el muy bastardo.
-… yo no queria… no.
-Algo comprenderás de lo que te acabo de decir. Pero bueno, me alegra que de una u otra forma, estemos juntos.- Se pone en pie, y trae la maleta.- Está CASI llena de explosivos.
-¿Casi?- pregunta Francesca tímidamente.
-Es que Daire quiso probar a ver si funcionaban en un edificio.- entre risas comenta Alex.
-¿Y que pasó?
-PUES FUNCIONARON. El edificio se desplomó y dos personas murieron. Bonito final para un monton de explosivos y gasolina.
-No esperaba otro.- comento yo con cierto orgullo.
-EJEM. – carraspea Gaspar.- Como sabrán, esta misión se le ha asignado a regañadientes a la señorita Daire, y por supuesto, alcanza para hacer volar varios edificios que ya informaremos cuales son. Debo llamar a Sid para confirmar la dirección de los lugares y cuando será el día.- Me parece una rareza que el mismo hijodeputa de los neurolépticos esté tan emocionado por destruír con cierta estructura. Realmente las personas tienen una tendencia a la inercia que no es única y estática, sino que puede convivir con el movimiento, al parecer. Se levanta, y llama por telefono. No alcanzo a oír lo que dice, pero cuando vuelve, parece sumamente ansioso, y escupe con una sonrisa.

-Tenemos dos días.
-No.. es muy poco tiempo.- Francesca suena realmente preocupada.- Con Alex ni siquiera estamos enterados del plan a seguir esta vez.
-Yo tampoco, no del todo- dice Gaspar, y me mira, severo.- Sea lo que sea que debamos hacer, comenzaremos mañana a primera hora.- yuju, la emocion de empezar a armar caos antes de desayunar.

Esto requiere un disfraz. Cojo una tijera oxidada y me corto el cabello, del lado izquierdo, y ordeno el cabello restante hacia el lado derecho. Cuando me miro en el espejo, apenas se me ve un ojo, y los putos reflejos del color verde más podrido que existe brillan risueños. Mi ojo, el ojo de la decadencia eufórica. Me visto rapidamente con abrigo largo, guantes de latex y botas, y me siento. Todos menos Alex y yo se disponen a dormir, por lo que esperamos juntos al amanecer.
-¿Qué has tejido esta vez?
-Oh… algo grande, muy grande. Lleva todas tus armas mañana, querido. Daremos una vuelta por el psiquiátrico mientras Francesca y Gaspar hacen lo suyo.
-¿El psiquiatrico?- sus ojitos brillan como estrellas.- Pero eso no es todo.
-Claro que no lo es, hay bastante material para causar varios daños en puntos localizados. Gaspar tiene el mapa de todos esos puntos menos este, que es nuestro pequeño regalito de venganza. El y Francesca partirán durante la madrugada y se dividirán, nosotros iremos en cuanto se vayan. No saben de nuestra mision.
-Esto está pasando jodidamente rapido, ¿no es un sueño? ¿no sigo encerrado? ¿soy quien creía ser?
-Eres quien eres, Alex. Ni todas las drogas del mundo podrán quitarte tu encanto hiperventilado y maniaco.

Gaspar se levanta, y lleva dos maletines pequeños. Lleva guantes también, y un abrigo enorme que cubre la mitad de su rostro.
-Oh, ¡llamen a la policía, viene el hombre del abrigo! Jajajaj.
-Es necesario, Alex.- extiende su mano hacia Alex, y el se la recibe, saludandolo frenéticamente.- Me agrada ver entusiasmo. No estoy muy seguro sobre la participación de Francesca… digo, está enyesada e inmovilizada.
-¡ESO ES MEJOR! – grito desmesuradamente- digo, no es que sea hermoso que esté asi (y lo es en parte), sino que nadie sospecharia de una niña tan frágil y tierna con una maletita, mucho menos en el estacionamiento Banco Central y de la sede del Partido de la Izquierda.
-¿Ves?- Alex se para y se inclina sonriente hacia Gaspar-, habrá sido un mal impulso el mio al dejar así a la muchachita, pero ha sido util.- Levanta ambas cejas y se aleja dando pasos largos, a buscar sus cigarros. Gaspar suspira y mueve la cabeza en señal de negación.
-Gaspar. ¿Y los demás participantes? Digo…El recinto no estaba vacío. Recuerdo a muchos más rostros involucrados en esto.
-No estan en todas sus capacidades como para ser parte de esto.
-Pareciera ser que nos estamos adueñando de algo que si bien tu comenzaste, ya no es nuestro, sino de todos. ¿Están incapacitados como Alex y yo?
-Algo así.- su expresión cambia, y parece preocupado y atormentado. Hay algo que no me está contando.- Hemos de irnos. ¡Francesca, ya vámonos!- baja ella, y para aparentar más inocencia, se ha hecho trencitas. Alex lo nota.
-Uy, pero que bonitas.- se acerca a tocarlas- Siento el deseo terrible de arrancarlas. Pero no lo haré.- Da un paso atrás solemnemente, hace una reverencia, y vuelve a sentarse junto a mí.
-Nos encontraremos en 5 horas en el recinto.- se despide Gaspar, después de mirarme fijamente a los ojos con desesperación. No comprendo nada.

Aguardamos un rato, y nos terminamos de preparar para partir. El arsenal de dagas y cuchillos que llevamos metidos en los abrigos es hermoso, pareciera ser un abrigo de cuchillos. Alex abre el portón del todo, y respira profundamente.
-AAAAAY, LA MAÑANA HUELE A DESEOS DE ARDER.- le tiro la maleta con los explosivos.
-No olvides ese pequeño detalle, maldito bruto.- cojo el hacha y la llevo al hombro. La gente en la calle voltea a vernos, no se porqué tengo la impresión de que llamamos la atención.
Al llegar al recinto, entramos por el estacionamiento, y en cuclillas, bajo hasta el sótano donde habita Sid. No está. Claro, todos los huéspedes “sanos” han de estar trabajando.
-Acá van los explosivos.- dirijo a Alex por los pasillos subterraneos.- En este mismo punto es donde toda la estructura tiene soporte.
-Bien, bien- silba mientras instala el dispositivo.- Le pondré 6 horas, así Gaspar y Francesca alcanzan a llegar antes.
-Si, si.- la ansiedad me está consumiendo.
Salimos y nos dirigimos al pabellón de psiquiatría. Leonor nos da la malvenida.
-¿Qué mierda se supone que están haciendo ustedes?- nos mira raro, yo creo, que hemos de vernos raros para ella. Puta zangana.
-Y recordar que alguna vez tu me prometiste que esto iba a cambiar, hija de puta.- Le sonrío, y dejo el hacha apoyada en el piso.- ¿Te acuerdas? ¿Qué maldecias que nos llenaran con fármacos, nos amodrazaran y golpearan hasta la falsa cordura? Y ahora te parece una solucion efectiva.
-ES PORQUE ESTÁ EN CELO! Esta dejado caminos de baba por Gaspar!- Alex tambien sonríe. Somos taaaaaaaaaaaan sonrientes.
-Es porque he conocido a escorias como ustedes, que ya no son personas!
-Oh, Daire, mira, ha terminado de asumir nuestra superioridad. Personifiquemosla a ver si entiende- con cara de maldad pura, abre su abrigo, y Leonore, al ver tantos cuchillos, pega un gritito. Yo cojo uno de los mios y me saco algo del diente con él.- Verás, Leonore, estamos en una misión. Gaspar vendrá dentro de poco. Te recomiendo irte y sacar a la mayor cantidad de tus funcionarios, rápido.
-¿Qué van a hacer, malditos enfermos?
-Ser libres, maldita seudo-sana.- Alex parece estar perdiendo la paciencia.- Leonore, te tengo respeto, pero sigues con tus putos peros de siempre, y así no se puede.- hace un gesto de resignación, y voltea. Cuando gira de nuevo, la amenaza con el cuchillo.- O eres de nosotros, o eres del sistema, no hay punto medio.- Ella traga saliva.
-Bueno, bueno. Me iré, volveré cuando aparezca Gaspar.

Huye rápidamente, para nuestro alivio. Y caemos en cuenta, este sitio es nuestro solo por 5 o 6 horas. Alex y yo nos miramos, sonreímos, y apretamos el botón que abre las celdas…perdon, puertas, de las habitaciones. Vemos salir a algunos asustados y sumamente curiosos, mirando como zarigüeyas todo cuanto les rodea. Otros salen corriendo y merodean ansiosos por los pasillos. Me subo al mesón de la recepcíon.
-Saludos, estimados hermanos. Es momento de que presenciemos juntos el cambio que se nos prometió. No pueden habernos traido acá por un engaño, no no no. El engaño nos lo hemos tragado, y ya es hora de despertar.- Doy un hachazo al monitor de un computador, mientras Alex entrega frenéticamente- como siempre- las fichas de los pacientes a sus dueños. Al leer en sus facciones el horror, esto se prende.
-A mi me dijeron que era todo por mi bien, que era necesario para callar las voces.
-¿Cómo te llamas?
-Martín.
-Bueno Martín, te han mentido. Apuesto a que seguías escuchándolas, pero eras incapaz de responderlas. O incluso. Ni siquiera callan a las voces, te quitan conciencia suficiente para oirlas. Y ESTÁ EN SUS PUTOS LIBROS! Se ríen de nosotros. -Una chica levanta la mano.
-Tía , tu cabello es tan extraño, me agrada! ¿Qué planean hacer?
-Bueno, -vuelvo a sacar un cuchillo y juego con el- ¿les parece si quemamos este sitio?- Otro tipo, joven, y delgadisimo, salta al mesón, junto a mí, y Alex mira entretenidisimo.
-Oigan todos! Ya estamos cansados de no tener siquiera la maldita noción de que dia es. No es relevante, pero el extraviarse a causa de todas estas mierdas que te cocen el cerebro ya debe parar. No es suficiente, y no podemos vivir nuestras vidas. A muchos nos trajeron , luego de una charla por la calle, diciéndonos que parecíamos aptos para cumplir con nuestro ideal de quebrar el sistema, jamás nos dijeron que nos veían como enfermos, y tampoco le hacen a todos los que vienen lo mismo que a nosotros. ¿Cuál es la puta diferencia! – y salta sobre los teclados, haciendo que las teclitas vuelen.- ¿Qué somos consecuentes entre deseos y acciones? ¿Qué nos tienen miedo? ¿y porque no se tienen miedo a ellos mismos, o es que tambien se engañan con esa mierda?- Voltea, y me mira.- Sé quien eres, eres Daire, ya te conocí acá adentro antes. Dime Pete, y estoy de acuerdo. Hay que romper el cascarón. Partiendo por esto. No pueden quitarnos nuestros ideales. -Me emociono un poquito, y luego de ponerle una mano en el hombro, le entrego un cuchillo.
-Bienvenido.- Alex reacciona de esto y pega un alarido.
-BIENVENIDOS TODOS! SOY EL DISPENSADOR DE CUCHILLOS!
-¿Para qué los cuchillos?- pregunta la chica a la que le-gusta-mi-puto-cabello, y pasa otro tipo, coje a la fuerza el cuchillo, y lo mira hipnotizado.
-¿Cómo que para que? Siempre es necesario tener una de estas bellezas.- y sigue mirandolo embelesado.
-Hey, no vayas a clavartelo, es para defensa en caso de emergencia, ¿si?- le digo sin ofenderlo, es por precaución. A veces pasa que pasa, y no queremos muertos.

Logramos movilizarlos a todos, y antes de avanzar, le doy un hachazo al CPU con la información de todos nosotros. Un hachazo, y otro, y otro.
-HOGUERA! – grita otra chica. -Estos restos de nosotros hay que volverlos cenizas ahora mismo. – no se de que manera lo hace, pero logra prenderlo, y todos braman alegres y con los puños levantados. Cuchillos en mano. Ay, esto es tan bonito. Solo faltan los malvaviscos y una guitarra de mierda. Miro a Alex, que me sonríe satisfecho, y prende un cigarro en ese maldito fuego.

De pronto, cuando con los muchachos avanzamos a la salida, vemos frente a la puerta una fila de enfermeros, guardias, Leonore, un tipo de terno que jamás he visto… y Gaspar.

- ¡SALUDOS! – se adelanta Alex de un brinco- Usted, ¿Quién mierda se supone que es?- El gigantón hace una seña a un guardia, que le da un correazo en plena meilla a Alex.
-Yo mantengo este sitio. Es primera vez que vengo, y ahora noto la causa de tantas irregularidades. Luego de encargarnos de todos ustedes, manga de fenómenos, suspenderemos indefinidamente al señor Gaspar por la mala gestión.
-¿Fuiste tú?- le escupo a Leonore apuntandole con un cuchillo- Tu nos has delatado, PERRA DE MIERDA, ME DAS ASCO, NO ERES MÁS QUE UNA POBRE ESCORIA HUMANA JUGANDO A SER BENEVOLENTE, PUTA VENENOSA.- Otra seña y un guardia me da una patada en el estomago. Me retuerzo en el piso- Debí matarte todas las veces que he podido, Y ARRANCARTE HASTA LAS PESTAÑAS POSTIZAS.- Me dan otra patada y me quedo en silencio.- Miro encolerizada a Gaspar.
¿Habrá logrado poner los explosivos donde le correspondía al menos?. Algo intenta decirme con la mirada. Es una… ¿despedida?
-Señor Dumb, arreglemos esta situación inmediatamente en mi despacho. Despídame ahora si lo desea, pero que sea ya. Deje a estos pobres organismos vivos con los guardias aquí, ya verá, los lideres han sido silenciados. Vamos.- Le hace una seña con la mano. Antes de irse, me hace una pequeña reverencia, y se vuelve a despedir con tristeza. En una de sus manos, veo uno de los maletines con explosivos.

Oh, mierda.

Exhibicionismo

Para qué escribir ahora
para qué escribir mañana
si nunca seré leída
si nunca seré escuchada,
porque no tengo la intención siquiera
de que me miren
o que me lloren
cuando mis restos estén bajo tierra.

Es la condena de todos los que somos campanas,
ruidosas, silenciosas, agudas
aves sin un ala
a las expectativa de las pupilas
de los que pasan fuera de la jaula
y piensan, dicen, gritan, critican
pero no saben que el corazón de las aves
también se marchitan de cansancio
con el paso de los años.

La mismas palabras,
en el mismo papel
con el mismo motivo vacío de siempre.
Ya no quiero escribir, tampoco fingir.


Bienvenida Sangrienta Malvenida.

Segundo Movimiento: Novena Parte, Revuelta en el psiquiátrico: Parte 1.

Estoy en una azotea. El frió es penetrante, y la oscuridad dueña del ambiente. "Esta volviendo a pasar" dice una voz que retumba en el ambiente. Es mi propia voz. "Tienes que seguir, en algún momento puede producirse el quiebre en la cadena" Es una voz femenina. ¿Es Sangrienta o es Sofia? No comprendo como no puedo distinguir. En mi hombro siento el peso de la mano de alguien. Tiene una mascara, y me mira a través de ella. "Es hora, vamonos de aquí".

Abro súbitamente los ojos, fue un sueño malditamente vivido. Me separo de las blancas sabanas de esta cama desconocida, y coloco mis pies en el suelo de baldosa, helado como la puta madre. Estoy apabullado, tengo una languidez terrible, tengo la boca horriblemente seca y las manos temblorosas. Me han jodido verdaderamente.
¿Que es lo que habrá pasado? ¿Como demonios pude acabar en un psiquiátrico? ¿Cuanto tiempo ha pasado? ¿Que es lo que ha pasado? ¿Lo del hospital no fue un sueño entonces? Estoy seriamente confundido.

Suena la puerta y entra una enfermera rechoncha, de rasgos marcados y mirada severa. Algo habla de ir al comedor, estoy tan disminuido que apenas comprendo lo que me esta hablando. La sigo por un pasillo largo y logro percatarme de que le falta la oreja izquierda. El pasillo da a una habitación amplia, lugar donde se encuentra reunida la gente, los encerrados como yo.

Veo un ambiente curioso, la mitad de mis encerrados compañeros lucen completamente abatidos o abstraídos en si, mientras que la otra mitad se veía ansiosa, inquieta, o sencillamente eufórica. Habían varias caras de molestia. ¿Quien seré yo en sus cabezas al entrar en la habitación? ¿Verán un hermano? ¿Un idiota que viene a empeorar mas el maldito lugar?

Me siento en una silla cercana a una amplia ventana que da al jardín trasero, aparentemente. Hay un tipo parado junto a un pasillo. Me ha mirado al yo mirarle. Se acerca animoso alguien, se sienta junto a mi. El tipo debe tener unos treinta años. Sonríe y mira decididamente.
-¿Nuevo? ¿Como te agarraron?- dijo riendo
-No entiendo mucho, creo que hubo un incidente en un hospital
-¡Ah claro! Esas cosas pasan ¿Quien no ha querido golpear a los médicos con sus propios delantales o maletines?
Debo admitir que me ha hecho gracia

-¿Y tu? ¿Como acabaste aquí?
-Estoy cumpliendo una apuesta...- Lo miro seriamente sin entender mucho.- ¡Es una broma! Mis parientes se cabrearon de mi y sirvió como excusa el que estuviese destruyendo los escaparates de las tiendas. ¡Jodidos!
Hay de todo.
-¿Cuanto tiempo tienes aquí? ¿Conoces a los demás?- Los Maníacos me han dado una señal por algo, quizás hay algo que atender en este lugar y por eso no me han ayudado ¿No se suponía que yo era la puta chispa? Recuerdo que habían mencionado algo de Kain, que estaba encerrado. ¿Sera este el mismo lugar? ¿Estará todo esto urdido sin mi consentimiento?
-Llevo dos semanas, soy relativamente nuevo también. Dicen que aun no he mostrado avances suficientes como para dejarme ir. Pues, conozco a algunos, no a todos claramente.
-¿Alguno en particular a mencionar? ¿Te suena "Kain"?
-Kain, claro, es el tipo de la silla. Es amable si se le trata decentemente, pasa el día leyendo y mirando por la ventana, pensando aparentemente. También escribe bastante. Tiene tiempo, al parecer esta aquí de forma voluntaria.
-¿De forma voluntaria? ¿Por que carajo alguien se querría quedar aquí?-
-Sus motivos tendrá el tipo.-Lo sabia, los Maníacos algo tenían que haber hecho- Otro interesante es el tipo de la habitación del fondo. Esta en aislamiento. A los tipos de las farmacéuticas les aterra, dicen que aquel hombre es simplemente una bestia. Jamas le han escuchado hablar, ni siquiera sabemos si sabe hacerlo, ademas resulta un reto el tratamiento por que el tipo en cuanto tiene la posibilidad ataca despiadadamente a cualquiera que se le presente. En una ocasión una enfermera se descuido y este le arranco una oreja de un mordisco. Dicen que lo internaron luego de que lo descubrieron desollando a una persona en un callejón. Ataco a la policía que lo detuvo, a la audiencia del juzgado y hasta a su abogado. No se descarta que esa no haya sido su primera victima.
-Vaya tipo aquel. Seria una tontería preguntar como se llama
-jejeje la verdad es que si. Como esta en aislamiento y nunca lo vemos, ni siquiera resulta necesario que tenga un nombre. Yo le llamo simplemente el tipo del fondo del pasillo.

Se me acerca una flacuchenta enfermera, de expresión un poco torpe, y con una sonrisa extraña, como si la tuviese dibujada en el rostro.
-Buenos días Esteban, tienes visitas, por favor sígueme- su voz es desagradablemente chillona.
-Te veo al rato !- me dice el tipo.
Me levanto y sigo de mala gana a la enfermera. ¿Quien sera? ¿Los Maníacos habrán venido a siquiera darme alguna explicación?
-JODETE MALDITO ENGENDRO. SOLO QUIERES PUDRIR MI CEREBRO CON TU BASURA.- Se escucha un grito femenino desde una de las habitaciones, la enfermera, sin cambiar en nada su sonrisa dibujada me mira y me dice
-Espérame un segundo aquí- mientras camina hasta la puerta de la habitación y se mete dentro de ella.
El pasillo es amplio y tiene numerosas habitaciones, al parecer en estos lugares transcurren la mayoría de las sesiones. Dejo a la jodida enfermera en sus asuntos y comienzo a avanzar por el pasillo. A medida que avanzo, puedo escuchar una discusión que viene de una de las habitaciones, la puerta esta entre abierta.
-... Es aberrante! ¿Donde quedo tu compromiso con los pacientes? Lo que estas haciendo en este lugar es sencillamente perpetuar el problema. ¿No te da vergüenza que tu clínica se haya convertido en un lucrativo negocio para la industria farmacéutica? Y eso sin siquiera mencionar esa biblia psiquiatrica con la que vais y llenais de etiquetas innecesarias a vuestros pacientes...-
-Tu critica me parece sesgada, en este lugar somos capaces de estabilizar y orientar a nuestros pacientes a una vida en sociedad sana. No por nada el Estado nos deriva los casos que ameritan nuestro soporte. La industria farmacéutica proporciona estabilidad y control de si mismo a nuestros pacientes, permitiendoles la posibilidad de reinsertarse en su medio de manera sana, ademas de brindar un aporte económico importante para que este lugar tenga los recursos necesarios para funcionar. Un psiquiatra poco experimentado como tu no entiende estas cosas.- Esa asquerosa voz, es el hijo de puta de Valerio.
-Eres despreciable. Si el Estado te da esta posibilidad es claro que es por tus contactos en el gobierno, y tu estrecha relación con el mundo empresarial. ¿En tus partiditas de golf también os reís de vuestros pacientes? No me sorprendería que en un par de años mas llenes de publicidad las ropas de toda la gente aquí.
-¡Eres ridículo! ¡No comprendo como alguien con una mirada tan sesgada puede ejercer esta profesión...
-HIJO DE PUTA ASQUEROSO- si, se me ha escapado.
-La puerta se abre y Valerio me mira sorprendido, luego dirige su mirada al joven psiquiatra con el que discutía.
-No es bueno para los pacientes escuchar ese pensamiento tan corrosivo e insidioso que tienes. Te pido que te retires y ojala no regreses a este lugar.- le dice con tono serio.
-No te has librado de mi, tenlo claro, es mi paciente el que han ingresado a tu maldito lugar y tu terapia a todas luces es deficiente e irresponsable.A ti no te interesa en lo mas mínimo ayudar a Laura, solo estas limitándote a sedarla para hacer como que no pasa nada. Nos volveremos a ver, quizás la próxima vez con un abogado, si tengo que demandarte lo voy a hacer, por negligente y corrupto- dice el joven psiquiatra, mientras se retira de la habitación, al pasar frente a mi me dice "buenas tardes" y se va aprisa por el pasillo.
-¿Que estas haciendo aquí Esteban? ¿No sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?- me dice mientras me mira severamente. Puedo ver el desprecio en sus ojos, me da asco.
-Claro, sobre todo en las conversaciones en donde se demuestra que eres un cerdo asqueroso, entregado a los intereses económicos mas que a tus pacientes- le dije mientras le sonreía. Cabreate maldito hijo de puta.

-¡Oh, Esteban, te dije que me esperaras!- dice a mi espalda la enfermera.
-Señorita Leticia ¿Que hace el paciente solo, en estas áreas?- le pregunto Valerio.
-Lo estaba llevando a la sala de visitas, algo no andaba bien con la niña Laura- dijo con tono asustadizo, pero aun con esa maldita sonrisa en el rostro.
-Pues, sea mas precavida, queremos evitar situaciones desagradables para nosotros y para el paciente- dijo
¿Que se ha creído este asqueroso hijo de puta como para hablar así, como si no estuviese frente a el?
-Me dais asco...-digo resignado.
-Al parecer la medicación no ha surtido efecto completamente con tus explosiones de ira y control de impulsos, tal vez debamos subir la dosis...- Me esta amenazando, así sin mas.- evaluaremos según el avance del día, espero este tipo de situaciones no se repitan.
Quiero meter mis dedos medios en su malditos ojos y reventarselos, que tipo mas despreciable. Para peor, debo reprimirme para evitar que me zombifiquen aun mas. ¿Así funciona todo aquí? ¿Te dopan hasta que seas capaz de tragar la mierda del mundo y no quejarte? ¿La amenaza del alza de la dosis ayuda en algo en la terapia? Me  imagino que muchos han tenido que tragarse su desesperación, este maldito lugar es una jodida cárcel donde hay que cuidar cada acción para que no te acaben volviendo un asqueroso despojo humano.

-Bien Esteban, acompáñame.
-Nos veremos luego...- me dice Valerio mientras cierra la puerta de su oficina en mi cara.
Cabreado, sigo a la enfermera hasta el final del pasillo donde este se dividia en dos, gira a la izquierda y llega hasta una puerta. Al abrirla puedo ver dos personas adentro."Pasa" me dice, entro y veo a Sofia y Ayleen, ambas discutiendo entre si
-...Claro, claro, te preocupa y lo primero que haces es drogarte con el sabiendo que todas esas porquerías le están haciendo daño...-
-Si dejaras esa mirada tan obstusa entenderías que las cosas no son tan simples como parecen...
Ambas al verme entrar guardan silencio.
-¿Quieren que los acompañe, o los dejo solos?
-VAYASE- le grite. Sofia me ha mirado con desaprobación y Ayleen ha soltado una carcajada.
-Vaya tranquila, esta todo bien aquí- le dice Sofia a la enfermera, que a pesar de mi grito no ha cambiado esa jodida sonrisa. ¿Si le doy un puñetazo cambiara esa maldita cara?
Me siento en una de las sillas y las miro atentamente.
-¿Como estas? ¿Como ha ido todo esto?- me pregunta Sofia, preocupada.
-Pues, pésimo, me tienen encerrado en este lugar y están jugando a envenenar mi cerebro.- le respondi.
-La medicación es para estabilizarte, lo que ha pasado ha sido serio Esteban ¿Aun no le tomas el peso?- me dijo con tono serio. Joder ¿Ha venido solo para regañarme?
Ayleen mira a Sofia bastante molesta.



-Ha sido un día genial, verdaderamente me he entretenido bastante. ¿De donde salio todo el asunto de la casa y el testamento? No me has contado.- me dice Ayleen mientras juega con uno de los cojines que están repartidos en la habitación.
-Es un asunto enredado, tiene que ver con un antiguo amigo... Te explicare en otro momento- No creo que sea apropiado decirle "Es el producto de una estafa".
-Pues, esperare a cuando quieras decírmelo. Si surge otra situación como esta, no dudes en llamarme para que te acompañe- me dijo sonriente.
-Lo haré.- digo mientras enrolo un cigarrillo de hierba, se jode el puto tratamiento. Esta mierda estoy seguro que me ha hecho mejor que las ridículas pastillas.
El humo sale ligeramente de la punta del pitillo y su fragancia comienza a inundar la habitación.
-Joder, esta malditamente buena- dijo Ayleen luego de calmar su tos tras expulsar una bocanada de humo.- ¿No te pasa que pareciese que esta cosa desata un fenómeno muy interesante en la forma de conciencia? No lo se, pero prefiero esto a los ansioliticos...
Ayleen me alcanza el pitillo y mientras lo tomo escucho el sonido de la puerta abriéndose, dirijo mi mirada y veo la figura de Sofia que me mira decepcionada, y a la vez mira con reprobación a Aylee.




-¿Que ha sucedido exactamente?- le pregunto a Sofia- ¿Como se enteraron de que estaba aquí?
-Tu antiguo psiquiatra le ha dicho a Hernando... Ella -dijo mirando con desprecio a Ayleen.- no lo se, me la encontré aquí. No se como esta niñita tiene el descaro de venir hasta aquí...
Ayleen le responde con una mirada de aun mas desprecio, luego me mira a mi y me sonríe.
-Nicolas me ha contado, te fui a ver el otro día y estaba en tu casa. Estaba un poco borracho, así que al principio no le creí, luego me contó lo del incidente en el hospital y me dio esta dirección. Me ha dicho un par de cosas un tanto extrañas.... -dijo mirando hacia el techo- Pero con esta oveja aquí presente, no me parece apropiado que lo hablemos bien...
-¡¿Como me has llamado, pendeja?!- Le grita a Ayleen- ¿De que esta hablando, Esteban? ¿Hay algo que no me has contado?-
¿Nicolas en mi departamento? ¿Que se ha creído el muy bastardo? Y para mas ¿Que le habrá dicho a Ayleen? ¿Le habrá hablado de los Maníacos? ¿Que le digo a Sofia? ¿Como es que acabaron todos conociendo a ese lunático?
-Esto...- digo mirando al piso- pasan algunas cosas, pero no he querido contarte... no quería preocuparte.
En realidad no quería que me regañaras,  pero con ese gancho emocional debo al menos mantener terreno.
-No entiendo...- dijo Sofia levantándose y mirando con tristeza hacia la ventana- No se que hacer para que entiendas que no te digo esto con afán de molestarte... Ya no se que hacer para que confíes en mi, Esteban, he tratado de decírtelo de todas las formas, estoy aquí para ayudarte... Cada vez me convenzo mas de que quieres alejarme mas y mas de tu vida...
-Tu sabes que eso no es así...- dije levantándome de la silla. Ayleen mira la situación sin entender mucho, mira molesta a Sofia.
-Pues no es lo que dicen tus acciones...- dijo mirando al piso- Bueno, no tiene sentido seguir con ello. Estoy aquí por que quiero saber como estas. Tu poca confianza en mi no ha logrado mermar mi esperanza de verte recuperado, y te lo dije, no me iré hasta ver que hayas salido del agujero.
-¿Salir del agujero para ti es que el se acostumbre a las estupideces del mundo actual, no?- le dijo ácidamente Ayleen.
-No te metas, niñita, no tienes idea de lo que hablas- le replico. Estas mujeres pareciese que se quieren arrancar el pelo entre si.- Respondiendo a tu pregunta, Esteban, en el hospital trataste de matar a un hombre con un bisturí, estabas descontrolado, fuera de ti. El doctor Valerio me ha contado que te han tenido que mantener sedado por varios días, ya que en cuanto te reincorporabas, atacabas a todo aquel que se te acercase e intentaste escapar en reiteradas ocasiones. ¿No recuerdas nada? Te he venido a ver apenas me he enterado de lo que te ha pasado, pero el doctor me ha dicho que no estabas en condiciones de recibir visitas. Es un alivio ver que has regresado en ti, al menos, aunque te comportes de forma tan grosera con la gente, por lo que pude mirar.
Joder, entonces si ha pasado verdaderamente.
-¿A quien he atacado?
-No lo se, el tipo creo que lo has pillado donde no debía. Creo que no trabajaba en el hospital, no me han dicho demasiado acerca de lo que pasaba.
No entiendo. ¿Por que carajos he atacado ese tipo?¿Por que mi propia figura me ha impulsado hacia el? ¿Que mierda me esta pasando?
-Por lo menos, en algo tiene razón la ovejita, has vuelto en ti, eso es un buen indicio. Habrá que tratar de comprender que es lo que paso realmente en el hospital ¿Que puedes recordar?
-No creo que le ayude intentar revivir un recuerdo como ese, tontita- le dijo Sofia.
-¿Sabes? Me estas cabreando verdaderamente, no se como Esteban te soporta, eres una jodida bruja- le dijo.
-¡Deja de meter tu puta nariz donde nadie te ha llamado, estúpida! Yo no entiendo como es que Esteban puede relacionarse con una adolescente inmadura como tu...-
-¡BASTA!- les grite- Me cabrea que estén a punto de sacarse los ojos. Son mis primeras malditas visitas en esta jodida cárcel y ustedes se dedican a insultarse entre si.
-Ella tiene la culpa! solo escúchala- dijo Ayleen.
-Da igual, ahorrenme esta escena por favor...- les dije.
-De acuerdo- dijo Ayleen mirado al piso.
-Bueno, quiero que sepas que al menos yo, te visitare con regularidad para ver como vas avanzando.
-Si de mi dependiese, te saco ahora mismo de este maldito lugar- me dijo Ayleen. Sofia la mira y se cubre el rostro mientras refunfuña entre dientes.

-Gracias a ambas por venir.- Ay que lindo.

Luego de un rato conversando con ellas (ya ni siquiera se dignaban a mirarse entre si) la puerta se abre y la enfermera de sonrisa dibujada entra.
-Bueno, estamos al final de la hora de visitas...-
Sofia se me acerca y me abraza fuertemente.
-Mejórate por favor...-se despega de mis brazos y mira a la enfermera- muchas gracias.
Llega hasta la puerta y me dice "Nos veremos pronto" Se larga sin siquiera mirar a Ayleen. Esta se me acerca, no me abraza sino que me queda mirando fijamente a los ojos
-Voy a estar por aquí ¿Ok? Fuerza con estos desgraciados- dice mientras la enfermera la mira confundida (adivinen, su jodida sonrisa no se ha movido). Acerca su boca a mi oído y me susurra muy despacio- Dice Albert que vendrán, quiere que para entonces, tengas el gallinero revuelto.
Me da un beso en la mejilla y se marcha. Joder. Temía que pasara, pero de alguna forma, Ayleen acabo relacionada a los Maníacos. Me siento putamente culpable y preocupado. Ademas ¿Que querrá decir con revolver el gallinero? ¿Estarán planeando que arme una revuelta en el lugar? ¿Y como? Apenas conozco a un tipo aquí, no tengo idea si el resto siquiera me dará un poco de su atención.

Sigo a la jodida enfermera, antes de volver al pasillo que conduce a lo que seria esa especie de "sala de estar", puedo ver en el fondo del pasadizo, una puerta amplia. Hay dos tipos fortachones parados junto a ella. ¿Estará tras esa puerta mi ansiada libertad?
Al llegar nuevamente a la amplia habitación, busco con la mirada a Kain. Quizás es momento de que nos conozcamos, quizás el pueda ayudarme a "revolver el gallinero". Por mas que miro, no logro encontrar a el tipo que me saludo para que me indique cual es Kain y donde esta.
-... la verdad es que estos malditos nos están mintiendo cuando dicen que quieren ayudarnos, fíjate, lo que están tratando de hacer es cuadrarnos a un arquetipo social que se sustenta en la sumisión, en el vivir muriendo lentamente. Piensan que nuestra reacción ante la estupidez de las gentes, es una patología, creen que la solución es mesurar nuestros sensibilidad para hacernos encajar en lo que ellos llaman sanidad mental...- Esa voz es la misma que gritaba en esa habitación, donde la enfermera se ha metido. Me volteo y veo a una mujer de piel clara, su pelo tiene tonalidades azules, verdes, rojas, blancas y negras. Tiene los ojos abiertos como platos y gesticula intensamente mientras habla. Las facciones de su rostro son abrumadoramente parecidas a las de Sofia. Debe tener unos veinticinco años. Esta hablando con una muchacha con ojos de profunda tristeza
-No lo se... quiero irme de aquí, este lugar me hace daño...- le respondió
Se ha percatado de mi mirada y me se ha quedado mirándome fijamente, con una sonrisa un poco perturbadora.
-¡HOLA, HOLA, HOLA TU! No te había visto por aquí- me dijo. Joder, su voz es parecida a la de Sofia ¿Tendrá algo que ver, o es que estoy trasladando imágenes de Sofia en ella?- ¡Acércate! ¡No te voy a morder! A menos que quieras jugar a los perros, por supuesto.
Me acerco intrigado
-¡SOY LA GRANDIOSA DIOSA KALI, PERO PUEDES LLAMARME LILIAN!- dijo extendiendo su mano- ellos me llaman Lucia, pero no les creas, son unos malvados conspiradores.
Le doy la mano- Me llamo Esteban... ¿De casualidad, no conoces a una Sofia?-le pregunto
-Mmh... No lo se, conozco a mucha gente pero soy mala con los nombres- dijo rascándose la cabeza- ¿Como es que luce ella?
-La verdad es que se parece muchísimo a ti-
-¿Si? A lo mejor una de mis disociaciones se hizo real y la viste caminando por la calle, no lo se- dijo riéndose.- O tal vez nos conocimos antes y mentí respecto a mi nombre, aunque lo dudo, no recuerdo tu rostro, y yo soy buena con los rostros. Anda, tu, Amelia ¡Saluda al hombre! No te quedes ahí como un vegetal lagrimeante- extiende su brazo hasta su hombro y le sonríe.
-Hola...- dice tímidamente la muchacha
-¡Vamos, querida! Yo se que tu puedes mas que esa languidez, te miro y se me parte el corazón de ver lo que te han hecho- dice con tono dramático y me mira inmediatamente.- No le has respondido...
-Estaba muy pendiente de tu energía- le dije riendo- Hola Amelia, es un placer conocerte.
-¿ESCUCHASTE? EMPIEZA A CREÉRTELO MAS, REPITELO EN TU CABEZA "ES UN PUTO PLACER CONOCERME"- grito Lilian.
-Te he oído en una de las habitaciones del pasillo de aquí, la enfermera ha entrado a la habitación.
-ESA ASQUEROSA MUJER ME PERTURBA, NO MUEVE UN JODIDO MUSCULO DE SU MALDITA CARA- dijo- Entonces escuchaste el bonito discurso que le he dado al tarado ese, tuve ganas de tirarle el escritorio encima, pero para que no me volvieran a aislar, preferí agarrar su maldito café y tirárselo en los papeles. Le hubieses visto la cara de espantado que tenia, estos tipos pareciese que tuviesen miedo de que le arrancáramos la cara a mordiscos.
-Suena tentadora esa maldita opción, se lo merecen por tenernos aquí y tratarnos casi como leprosos.- le respondí. Amelia se ha reído, Lilian la ha mirado inmediatamente y esta se ha quedado callada.
-¿PERO POR QUE DEJAS DE REÍRTE MUJER? APRENDE A MANTENER LA RISA, ES PRÁCTICAMENTE NUESTRA ÚNICA ARMA CONTRA ESTOS POMPOSOS SERIONDOS- Se ha quedado con la mirada perdida en el techo, de un segundo a otro luce desorientada- "No con la cólera, sino con la risa se mata. ¡Adelante, matemos el espíritu de la pesadez"
-Nietzsche...- dice Amelia, Lilian no reacciona, pareciese que su cabeza ha abandonado este mundo. De pronto reacciona y nos ve mirándola fijamente
-¿QUE PASA? ¿TENGO UN JODIDO BICHO EN LA CARA?- dijo mientras se aprieta el estomago riéndose
Amelia sonríe y libera una pequeña carcajada. Quien lo diría, pareciese que nosotros, los inestables y descontrolados podemos ayudarnos de mejor manera que los sanos y cuerdos profesionales.
-HAY QUE SALIR DE ESTE JODIDO LUGAR Y TOMARNOS UN WHISKY EN UNA PUTA AZOTEA- dijo tomándose la cara con las dos manos, rasguñándose las mejillas con sus uñas.
-A mi me gustaría, me dan un poco de miedo las azoteas, quizás mejoraría si me enfrentara esas cosas...- dijo Amelia.
-ESA ES LA PUTA ACTITUD QUE TE HACE FALTA- le dijo mientras besaba su cabello y le daba un suave mordisco- ¿Y TU, ESTEBAN? ¿TE UNES?
-En cuanto consigamos salir de este maldito lugar.- le conteste.
-DEBERÍAMOS SER COMO LOS JODIDOS PIRATAS Y ARMAR UN MALDITO MOTÍN, PODRÍAMOS LANZAR AL CAPITÁN VALERIO POR LA BORDA DEL TECHO- dijo enérgica.
- Podríamos hacerlo- parece que no soy el único que quiere salir desesperadamente de aquí- ya somos dos dispuestos al motín.
-¿Y TU AMELIA? ¿TE UNES A LA TRIPULACIÓN? ES EL ÚNICO CAMINO HACIA LA LIBERTAD, LAS AZOTEAS Y EL WHISKY...-
-Pues no lo se... yo no quiero hacerle daño a nadie...- respondió
-¿Pero acaso no quieres escapar de este horrendo sitio?- le pregunte
-Si... pero no se, no tengo a donde ir, si vuelvo a casa me encerraran nuevamente, lo se.- me respondió
-Podemos encontrar otro lugar, no lo se, no creo que debamos renunciar a nuestro anhelo de libertad por una aparente falta de posibilidades. Si hay dificultades, entonces hay un desafió que superar- le dije mirándola a los ojos.
-BIEN BIEN BIEN! QUE BONITO ES VER QUE NO HAYAS DEJADO QUE TE VUELVAN UN BABOSO SUMISO, TIENES TODO MI MALDITO RESPETO-
-Los ayudare solo si me prometen que no me dejaran abandonada a mi suerte en cuanto salgan... -dijo mirándome a mi y a Lilian.
-Lo prometo- Tiene que haber mas opciones, es horrible pensar que muchos aquí no han intentado escapar por que simplemente están completamente solos, y quienes son acompañados, están rodeados de terribles mantos de incomprensión. Se que en mi departamento no podría alojar a todos los que quieran escapar, pero si lo de los Maníacos va enserio, tal vez ellos puedan encontrar un refugio real para toda esta gente que ha sido puesta aquí con intención de quitarles los colmillos. ¿Sera este el plan de los Maníacos? ¿Estarán intentando reunir a el resto de los marginados en su causa?
-TE LO PUTAMENTE PROMETO QUERIDA, ME VOY A ENCARGAR DE QUE NINGÚN BABOSO VUELVA A TIRARTE AL PISO, AUN SI TENGO QUE HACERLO EN TU CONTRA- es el apoyo mas maravillosamente perturbador que he visto.


-¡Déjame! ¡No pienso tomar ninguna maldita pastilla mas! No queréis escuchar ¡Estas porquerías me están destruyendo!- dice un tipo en la habitación, tirando el frasco de pastillas que le ha traído la enfermera sin una oreja.
Un tipo fortachon se acerca a la enfermera y se coloca amenanzante junto a ella-
-Pídeme disculpas y tomate tu mediación ahora, a el doctor no le gustara nada que te niegues a seguir el tratamiento
-¡Pues que no le guste! El no escucha una sola palabra de lo que le digo, estas pastillas me están hundiendo mucho mas- grito desesperado el tipo.
-¿Te das cuenta que con este tipo de acciones solo prolongas tu estancia en este lugar? Recoge las pastillas y tomatelas-
-¿O sino que?- le dijo desafiante
-O si no tendremos que darte la medicación a la fuerza- le dijo con desprecio la enfermera.
-Oblígame entonces - dijo empujando una mesa contra la enfermera.
El tipo fornido se ha abalanzado sobre el, agarrándolo entre sus fornidos brazos, la enfermera le ha dado una cachetada al tipo y ha dado una señal por una especie de dispositivo de sonido. Por el pasillo veo venir a otra enfermera que no había visto antes, trae una jeringa, aparentemente así le administraran la mierda.
El tipo grita y lucha por safarse, la sala entera lo mira atónito, algunas asustados.
Lilian coloca una cara de desprecio enorme y sin pensarlo corre hasta la mesa, la coloca bien y se sube encima de ella.
-QUERIDOS AMIGOS REOS, ENCERRADOS. ¿NO ES ESTA PRUEBA SUFICIENTE DEL POCO INTERÉS QUE TIENE ESTA GENTE EN NOSOTROS? ¿PODÉIS VER COMO ESTO NO ES UN CENTRO ENCARGADO DE AYUDARNOS, SINO QUE ENCARGADO DE AISLARNOS DEL MUNDO? ESTÁN TRATANDO DE APAGARNOS CON PASTILLAS, QUIEREN QUE DEJEMOS DE HACER RUIDO POR LAS NOCHES, QUIEREN QUE NO DIGAMOS NADA CUANDO NOS ENVÍEN A DARNOS INYECCIONES DE BASURA EN EL CEREBRO. ¡QUERIDA TRIPULACIÓN! EL CAPITÁN DE ESTE BARCO Y TODOS LOS MALDITOS CAPATACES NO SON NUESTROS AMIGOS, ELLOS ESTÁN CUMPLIENDO EL ROL DE GENDARME, ESTÁN AL SERVICIO DE LOS ESTÚPIDOS NORMALES QUE NO QUIEREN VERNOS EN SU MISMO MUNDO. ESCÚCHENME PIRATAS Y GRUMETES ¡ESTO QUE LE ESTÁN HACIENDO A EL TAMBIÉN NOS LO HARÁN A NOSOTROS! ¡NO PODEMOS QUEDARNOS ASÍ SIN MAS! ¡ES MOMENTO DE UN MOTÍN!- grito Lilian fuera de si. Todos parecían escucharla, pude ver que en sus ojos que la gran mayoría veía como eso que le pasaba a ese tipo, era el reflejo de el trato que recibían ellos, y que continuarían recibiendo. No tenemos derecho a voto aquí.
-Bájate de la mesa Laura, estas haciendo el ridículo- le dijo la enfermera
-¡NO ME DIGAS LAURA! ¡PUTA ASQUEROSA, TE VOY A ARRANCAR TU ÚNICA ASQUEROSA OREJA!- ha saltado encima de la enfermera, ambas dan a parar al piso, Lilian le agarra las mejillas fuertemente y se las tira.- SONRÍE PUTA ASQUEROSA, ESA CARA DE MIERDA ANTIPÁTICA QUE TIENES ME DA NAUSEAS.
La otra enfermera le administra la dosis al tipo que estaba entre los brazos del gorila, este decae con velocidad, la enfermera lo toma para que el fortachon se lance sobre Lilian que continua tirando fuertemente de las mejillas de la otra enfermera. El tipo la toma y la lanza con fuerza. Lilian se golpea fuertemente la cabeza en el piso, lleva su mano hasta ella y esta se mancha de sangre. Sus ojos siguen abiertos como platos y sigue sonriendo macabramente. Se lleva la mano con sangre a la boca.
-¡ÑOM ÑOM! ¡RICA SANGRE!-
El gorila se abalanza sobre ella mientras la otra enfermera prepara la dosis correspondiente para inmovilizarla. Me acerco rápidamente intentando ayudarla
-NO NO NO, PIRATA, TE NECESITO EN LA CUBIERTA CON LOS DEMÁS MARINEROS, DE NADA SERVIRÍA QUE NOS ENCERRARAN A LOS DOS- grito indicando para que me alejara.
Rápidamente empieza a correr por la habitación mientras el guardia la persigue, va volteando mesas y sillas a su paso, es como un jodido huracán.
-¡MOTÍN! ¡MOTÍN!¡MOTÍN!¡MOTÍN!¡MOTÍN!¡MOTÍN!¡MOTÍN!¡MOTÍN!- grita mientras corre por la habitación, finalmente, el gorila le da un empujón y esta vuelve a caer al piso. La enfermera se acerca a prisa para administrarle los calmantes.
-¿Que esta pasando aquí?- dice desde el pasillo la voz de Valerio.
-Esta enferma me ha atacado, estaba llamando a una revuelta- le dijo la enfermera de una sola oreja. Tenia los cachetes de la cara completamente rojos. Varios se reían a carcajadas de la vil desgraciada.
-Laura, Laura, Laura...-dijo Valerio- Parece ser que la medicación no tiene efecto contigo, tu cuerpo se resiste al tratamiento, y acabas en actitudes tan terribles como esta, dañinas no solo para ti, sino que para todos.
-BLABLABLA SOY UN JODIDO CERDO ABURGUESADO QUE GANA DINERO POR ENVENENAR CEREBROS BLABLABLA-
-Es decepcionante ver como no conseguimos avanzar en tu tratamiento, me parece que la terapia farmacológica ya no es muy buena opción. Me parece que seria pertinente empezar con una terapia electroconvulsiva para calmarte este profundo episodio Maníaco.
- ¡COMETE MIS CALZONES JODIDO HIJO DE PUTA! TE JURO QUE SI ME TOCAS UN PUTO PELO AZUL TE VOY A ARRANCAR LA CARA A MORDISCOS-
-Procedan con los tranquilizantes y llévenla a su habitación, la mantendremos aislada hasta que se estabilice un poco, es un peligro para todos en este lugar. Me parece que seria pertinente fijar la terapia electroconvulsiva para el día mañana.- dijo- Tendrás tiempo de pensar hasta entonces en lo que has hecho Laura..
-DEJA DE LLAMARME LAURA PUTO BABO...- la jeringa ha entrado en su cuerpo- HIJ... ARGH.. PUTO...
Se ha dormido, la enfermera la topa bruscamente y la lleva con los pies arrastrándose hasta su habitación.
Todo el mundo mira con enojo, en parte, pareciese que todos podemos vernos reflejados en esta situación. ¿Habrá sido esto una táctica de Lilian para lo que ella llamaba el motín?
Tengo que hacer algo antes de que le metan corriente a su cerebro
-Tenemos que hacer algo... no podemos dejarla así...- me dijo Amelia en voz baja.
-Nos toca a nosotros ahora, ella ya ha hecho su parte-

Parece que el gallinero si se puede revolver.








Concierto de Tripas.


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