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Bienvenida Sangrienta Malvenida
sábado, 20 de julio de 2013
Bienvenida Sangrienta Malvenida: Tercer Movimiento: Sexta Parte: Batallas
Por: Prometeo
Camino entre la multitud junto con Sofia, la gente grita consignas contra la corrupción y la miseria propagada por la maquina. Numerosas bandera se levantan y ondean entre el tumulto, acompañados por numerosos carteles y grandes lienzos de las diversas organizaciones. Están presente organizaciones sindicales del sector publico y privado, inmensas columnas de estudiantes secundarios y universitarios, incluso, pequeños niños que acompañan a sus padres. Se puede ver una pareja de ancianos tomados de la mano. La mujer lleva un cartel que versa "Por que nunca es tarde para cambiar el mundo"
-¿Cuanta gente ha llegado?- le pregunto a Sofia mirando la inmensa multitud.
-Con facilidad cincuenta mil personas, podrían ser mas- me responde. Es muchísima gente. A lo lejos puedo ver una batucada y numerosa gente disfrazada haciendo bailes y coreando consignas por la educación y la salud. Incluso el arte se hace presente en la protesta social.
-¿Donde están Gustav y Nicolas?-
-Vienen con un grupo de gente. Gustav es el vocero de la asociación de pacientes de la salud mental. Se ha contactado a la mayoría de la gente de los motines. Incluso, en el diario El Gato Negro, se publico el escrito fundacional de la asociación. Ha sido tema de debate, aunque no en los medios del régimen, obviamente. Varios psiquiatras y psicólogos se han presentado ofreciendo asesoramiento y ayuda, varia gente también ha contactado pidiendo orientación y soporte. Es una nueva fuerza presente en el tablero.- Sofia apunta hacia un grupo que viene marchando por la arteria principal de la gran ciudad- Ahí están.
Nos acercamos hasta el grupo, veo numerosas caras, reconozco unas cuantas que están siempre en la fabrica, otra gran cantidad luce desconocida para mi. Gustav conversa con el tipo que vi discutiendo con Valerio. El psiquiatra de Laura. Nicolas camina un poco mas atrás riéndose con varia gente, al vernos les dice algo y se nos acerca.
-ESTO SE VIENE TAN BONITO- luce bastante ansioso
-Es malditamente sorprendente, es muchísima gente y sigue llegando mas- le respondo.
-Me parece que esto marcha mejor de lo que esperábamos- dice Sofia
-Los titiriteros de la maquina deben estar con el maldito trasero en las manos-
Se puede ver un gran contingente de policía, varios enfilados protegiendo farmacias, bancos, locales de grandes empresas y edificios de los diversos ministerios. Al pasar junto a ellos, frente a el banco que lleva el nombre del país (que curiosamente es privado) la multitud levanta consignas contra el abuso de estos. Nicolas se acerca hasta ellos y empieza a ladrarle a los policías, varios miran con desprecio, mientras que otro se ríe, seguramente al verlo salir precisamente de esta columna. "No estamos locos. Locura es saberse oprimido y abusado y no rebelarse." Versa un gran lienzo con el logo de la asociación.
Numerosas columnas se encuentran con la columna principal, miles y miles de personas siguen llegando. Es impresionante, miro hacia atrás y no puedo distinguir la cola de la marcha, hacia adelante tampoco se puede distinguir la cabeza de esta. Por ambas intersecciones en la calle van llegando cada vez mas y mas columnas. Puede distinguirse a lo lejos un fuerte contingente de fuerzas especiales, preparados, junto con sus carros lanza-agua y zorrillos. Micros inmensas preparadas para encerrar a cuantos puedan por decirle que no al saqueo, a la miseria y la opresión. Por un par de migajas y poder, han olvidado a que lado del tablero pertenecen. Luego del proceso de lavado cerebral de las instituciones especializadas en la coacción, esta gente se convierte en perros amaestrados de las leyes de la maquina, el Estado al que sirven no es mas que una gigantesca bestia domada por los máximos poderes económicos. Son dueños del capital y de la fuerza, se tratan de lavar las manos con ridículas elecciones que, dada la estructura del sistema, solo se convierte en elegir a quien pasarle la correa que llevamos al cuello. Nos hicieron creer que era natural delegar el poder, incluso el mismo pensar. Una dictadura en forma de televisores y tarjetas de crédito. La miseria no debe guardar silencio, y hoy, aquí, cientos de miles gritan al unisono un coro que vaticina la inevitable caída de la maquina. Somos todos gasolina, a la espera de una chispa para incendiarlo todo. Largas noches de insomnio se vendrán para los señores Angelini, Matte, Paulmann, Luksic y como no los jodidos Echeñique. Retuercete Hernando, el imperio que te ha dejado tu padre se derrumbara.
Se escuchan diversos megáfonos, se realizan mitines en diversos lugares. Poco a poco la gente empieza a corear "Se va acabar, terminara, la dictadura comercial" El canto comienza a esparcirse en la inmensa multitud y cada vez mas voces la corean. Luego de largas repeticiones el sonido del coro era estruendoso, miles y miles de voces se volvían una sola. De pronto, se escucha un estallido y entre la multitud caen numerosas bombas lacrimogenas. La gente empieza a correr, otros intentar lanzar las lacrimogenas de vuelta con los perros de la represión. Veo a lo lejos un amplio contingente de policía montada.
-¡¿Que carajos?! Se supone que aun teníamos tiempo- dice una mujer a mi espalda.
-NO SE AGUANTARON ESTOS ASQUEROSOS CERDOS, ESTÁN ANSIOSOS- dice Sofia con los ojos abiertos inmensamente- Pues, yo tambien.
-Es tiempo- me dice Nicolas y le hace una seña a Gustav
-VAMOS- dice Gustav
Un grupo de 15 personas nos acompaña en dirección hacia el campo de batalla. Cuando estamos mas cerca podemos ver numerosos policías repartiendo palos y agarrando a numerosa gente.
-¡Ya saben! ¡Ocupen los dardos y jeringuillas, sin matar a ninguno!- Les dice Gustav. Corremos en dirección hacia ellos.
Apunto con mi muñeca a un policía próximo y disparo uno de los dardos con risperidona. Bonito juguete el que me trajo Sofia. El dardo da en el cuello del policía y este se desploma casi de forma instantánea. Jodidamente efectivo. Sofia pasa corriendo junto a mi y se abalanza sobre un policía que cae al piso, le patea el estomago y le quita las armas.
-¿No te gustaba jugar? Yo también puedo- le dice sonriendo. Le inyecta con una jeringa en el cuello un tranquilizante de animal.
El grupo va avanzando y arrasando con los contingentes de policía, de pronto escucho un estallido y siento el golpe de una lacrimogena directamente en la cara. No, no ha pasado pero lo he visto, cuando voy a lanzarme al piso siento un empujón y me caigo.
-Lo vi venir- le dije
-Yo también querido, te veías bonito con el rostro destrozado, pero aun hay cosas que hacer- dijo Sofia riéndose.
Todos los policías cercanos están reducidos, procedemos a quitarle los uniformes y poner amarras en muñecas y tobillos. Varia gente se acerca hasta el lugar, muchos ya están con capucha. Comienzan a armar una barricada. Me acerco hasta ella y con los guantes la prendo. Escucho un par de aplausos. Algunos me miran nerviosos, es posible que me hayan reconocido, solo a mi se me ocurre venir con la misma ropa que el día del vídeo. Reflexiones Bizantinas estas, tenemos mucho por hacer. Corro hasta Gustav y el grupo de maníacos reunidos.
-Vamos a ir con los uniformes a soltar a los que han logrado atrapar. Nos dividimos, la mitad va uniformado la otra, persiguiéndonos. En el caos del enfrentamiento los liberamos para luego desarticularlos completos.-
Mientras Gustav y otros maníacos se visten, los otros comienzan a saltar cerca de las barricadas y la gente, gritando "VAMOS A SOLTAR A LOS QUE ATRAPARON" El grito se empieza a expandir mas allá de las voces de los maníacos. Gustav da la señal.
-VAMOS VAMOS, SI SE PUEDE- grita Nicolas y comenzamos a avanzar hacia la gran micro de la policía.
Gustav y otro maníaco disfrazado me llevan detenido corriendo en dirección a la policía . Que bonito plan. Numerosa gente corre tras nosotros. No solo maníacos, es una gran cantidad de gente. Varios policías se nos acercan y al ver el grupo entran en alarma. El carro lanza-aguas apunta, el zorrillo esta listo para partir. Gustav logra llegar junto conmigo a la micro de detenidos, un policía abre la puerta. Le clavo una jeringuilla que tenia preparada bajo la manga, este se desvanece y cae el piso.
-Vamos gente, todos afuera- les grito. Varios empiezan a salir a prisa. Uno me mira
-Yo te conozco, te he visto-
-No mas de eso por favor.- le respondo mientras veo que no quede nadie mas adentro.
-Ya gente, vamos a atacarlos por atrás.- dice Gustav entregando varias jeringuillas a la gente. - con eso quedaran dormidos.
Algunos lucen reacios, otros inseguros, aunque, también hay quienes se muestran decididos. Avanzamos y nos vamos directamente por la espalda a los policías que enfrentan a nuestros compañeros. Uno a uno van cayendo.
El zorrillo pasa velozmente llenando todo de humo. Le lanzan numerosas piedras, una de estas da en uno de los ductos y el gas se estanca. El zorrillo se detiene y sus puertas se abren, tres policías salen de un vehículo lleno de su propio humo y tratan de huir. La gente se abalanza contra el vehículo y comienza a moverlo hasta finalmente, conseguir volcarlo. El conductor escapo como pudo. Desde la otra esquina se ve venir un contingente de policía montada. El carro lanza aguas hace retroceder a la gente, algunos lanzan molotov contra ellas. Cuando se estrellan estas maravillosas botellitas en el bicharraco mecánico de la represión, el fuego se deja ver sin tapujos. Un par de maníacos saca de sus abrigos unos martillos y varios trozos largos de metal. Los clavan en la calle. Son como los miguelitos, pero no se pueden barrer.
El guanaco pasa veloz y se escucha un fuerte estruendo. Se le han reventado las ruedas. La gente se va sobre el vehículo. Numerosos policías salen de el dando palos y buscando camino para escapar, un par lo logra, los otros cayeron por las jeringuillas. Uno de los maníacos se sube al vehículo. La caballería arremete y un chorro desestabiliza a varios caballos que caen al piso con su jinetes. Los maníacos preparan los dardos y apuntan a la policía, algunos caen del caballo, otros se duermen sobre este. El chorro de agua dispersa a la policia y estos se ven forzados a retroceder. Se escucha un estruendo. Puedo ver como un numeroso grupo de gente entra al edificio del banco, que luce sus puertas completamente destruidas. Varios salen con mesas y muebles con los que arman una inmensa barricada. Entre la multitud puedo ver a Glenn.
Veo llegar a Ayleen y saludarnos.
-La policía ha retrocedido en todos los puntos de conflicto, acabo de hablar con algunos de los Maníacos-
Cada vez llega mas gente y corean canciones de protesta en la gigantesca barricada- hasta ahora, lo estamos logrando.
Glenn sale del banco con un par de bolsas, lanza una cerca de la barricada y saca un puñado de la otra y el resto lo lanza al aire. Varios billetes caen al fuego de la barricada.
Cuando le voy a hacer una señal a Sofia para que nos acercáramos a la barricada, veo que su nariz sangra.
-¿Estas bien?- me acerco y saco un pañuelo. Me mira confundida y desorientada, lo toma y se limpia la sangre.
-Me duele mucho la cabeza...- dice mientras se sienta en el piso. Miro a Ayleen.
-La llevare a la fabrica, con todo esto dudo que estén los ojos puestos ahí en este instante- le digo mientras veo como Sofia se toma la cabeza y tambalea.
-Supongo que si, esto va a durar un buen rato mas- me responde.
-¡Se lo van a perder! Esto estará magnifico- dice Nicolas dando saltos alrededor nuestro
Entre la multitud, veo marcharse a Esteban y Sofia. Me acerco a la barricada, Glenn me mira con desprecio. Oportunista asqueroso, yo conozco a los de su calaña. Puedo ver en sus ojos el deseo de dominación, su concordancia con los Maníacos es meramente circunstancial. Si, es malditamente inteligente y se muestra como un maestro en la estrategia, pero esta lejos de la figura de Albert. Nuestra búsqueda es la liberación, la de el, es el poder. Puedo olerlo, es ese pequeño germen dentro de toda gran causa, que tiende a la degradación, como una pequeño enfermedad, que de propagarse lo suficiente, puede causar un vuelco en todo. Me diréis paranoico, pero os lo aseguro, cuando ocurra, sabrán que lo vi venir.
Los Maníacos han sido el vuelco que necesitaba en mi vida. Aparecieron justo cuando todo se había desmoronado, me salvaron de la nada... Aun recuerdo esa noche enfurecido destruyendo los escaparates uno tras otro. Estaba harto, ya no podia seguir conteniendo tanta rabia y frustracion. Imaginaba en cada escaparate la figura de quienes han hecho mi vida y la de mis hermanos, miserable. Siempre fui activo politicamente, aunque eternamente reacio a los cargos. Yo era de los que se paraba sobre un banco y llamaba a asamblea. Algunas veces se reunia gran cantidad de gente, otras veces solo conseguía miradas de reproche (Asquerosos colegios privados). Me marche de casa muy joven, a los 18 entre a militar a un grupo trotskista y entre la militancia y la amistad me acabe yendo a vivir con varios de mis compañeros de aquellos tiempos. Siempre fui un enamorado de la historia. Lo que mas me enaltecía eran las grandes rebeliones y revoluciones. La revolución rusa siempre fue constante en mis estudios. A pesar de ser trostkista, no podía evitar sentir asco ante el trato del ejercito rojo con los anarquistas El ejercito negro compuesto en su mayoría por milicianos, consiguió dar grandes derrotas a las fuerzas zaristas. En la guerra demostraban ir por la revolución, pelearon codo a codo contras las fuerzas del antiguo régimen que venían a reclamar de vuelta sus privilegios. Despreciable es que luego de que cayera el ejercito blanco, se tratase a los anarquistas como enemigos y se les haya masacrado. Algo tan bello se desfiguro tan rápido... luego la enfermedad del Stalinismo se esparció y acabo deformándolo completamente.
-Maniacos, hay cosas por hacer- les digo a varios. Cada vez llega mas gente, puedo ver que incluso, las batucadas han permanecido. Aun somos miles y miles, la represión fallo en su primer intento y no consiguió siquiera la dispersión.
Glenn, con un uniforme de policía me da la señal. Doy un par de pasos y doy la señal, un largo bostezo. Nicolas sonríe.
Me acerco hasta la ventanilla y al policía en su interior le hago una señal, baja el vidrio.
-Esta perdiendo aceite el vehículo- le digo y apunto al piso. El policía no puede ver, le avisa a su compañero y este se baja por la otra puerta. Apenas baja, Nicolas lo intercepta con una jeringuilla, lo deja caer al piso y entra a toda prisa al guanaco. Le da un puñetazo al policía y con la otra mano abre la puerta frente a mi. Me acerco al policía y ocupo mi jeringuilla. Lo bajo del carro y me subo, Glenn se acerca y se sube.
Tomo el asiento del conductor y Glenn el de copiloto, Nicolas se va directamente a la torreta de agua.
-¿Como funciona esta cosa?- dice maravillado
El vehículo tiene las llaves puestas. ¡Partimos!
Cuando el vehículo se mueve numerosos policías se acercan sin comprender, al ver a los dos policías tirados en el piso, se alarman. Un chorro del guanaco sale disparado, dándole a una patrulla.
-¡Apunta bien! - le reclama Glenn. Nicolas mueve la torreta como puede. Un chorro sale directamente contra los policías, tirando al piso a algunos.
-¡Ahora si!- grita Nicolas emocionado. Subo la velocidad, varias patrullas van tras nosotros. Nicolas les dispara agua en el parabriza para obstruirles la visión. Puedo ver varia gente, algunos lanzan piedras contra nosotros, muchos lucen perplejos al ver que el chorro de agua no va contra ellos, sino que contra la policía. Muchos gritan enaltecidos. Al llegar junto a la gente viro en U y quedamos frente a las patrullas, y la gente a nuestra espalda. Varios avanzan junto al guanaco y recogen piedras. Nicolas espera para disparar el agua. Un policía con megáfono se baja
-Reg...- no alcanza a decir su primera palabra y Nicolas le dispara en plena cara.
-PUTAMENTE PRECISO- dice celebrando.
La gente empieza a lanzar las piedras contra los vehículos policiales, avanzamos lentamente con el guanaco, disparando agua contra las patrullas. El zorrillo viene a lo lejos. Acelero.
-Abróchense los cinturones señores.- les advierto. Piso a fondo el acelerador y voy a toda velocidad en direccion al zorrillo, pasando mas alla de las patrullas. Trata de evadirme pero lo sigo, mi pie a fondo no se ha despegado del acelerador. Impactamos al vehículo y este sale despedido y se estrella contra una tienda.
-¿Todos bien?- les pregunto. Nicolas adolorido tirado en el piso levanta su mano con un pulgar en alto. Coloco el vehículo bloqueando la calle a modo barricada, los policías están atrapados con la gente. Varios Maníacos han actuado y han dormido a varios. Se escucha un disparo y se puede ver sangre en el brazo de un hombre. Los perros de la maquina son reducidos, varios maníacos se suben a las patrullas policiales.
-Oye, se nos olvido poner la banderita- me dice Nicolas entregándome esta. Por la venta la cuelgo, es completamente negra. De las patrullas se levantan mas y mas banderas negras. Acomodo el vehículo y partimos en dirección a uno de los grandes supermercados cercanos. Nos bajamos y destruimos las puertas. Dentro del lugar tomamos toda la comida disponible en unos sacos. Una vez conseguimos vaciar los pasillos de comida volvemos a los vehículos (no sin antes destruir asquerosos televisores). Nos dividimos, un par volvería con la gente, nosotros emprendemos rumbo a uno de los suburbios, donde vive Esteban. Es ahí donde la miseria se presenta cruda. Al llegar a una de las poblaciones vemos numerosa gente acercarse a los vehículos. Ya nos quitamos los uniformes de policía, nos bajamos y saludamos. Sacamos la comida y la dejamos toda apilada sobre los vehículos. Una mujer con un niño en sus brazos agradece a Nicolas al ver una gran cantidad de pañales.
-De verdad que nos hacia falta, es super difícil la cosa- le dice
-Es por que nos la han hecho difícil, esta llegando el tiempo en que les pongamos frenos- le contesta. El sol se empieza a ocultar.
-En este momento, desde la sede del palacio de gobierno, el nuevo ministro del interior Rodrigo Echeñique en cadena nacional habla sobre los hechos del día de hoy, en el paro nacional.
-Me parece que lo que ha acontecido el día de hoy ha sido completamente lamentable y dañino para el país. El daño a la propiedad publica y privada ha sido inmenso, los hechos de violencia que hemos presenciado, nos duelen a todos los habitantes del país. Es comprensible que exista frustración por los problemas de la crisis, pero este es el escenario económico actual, y aunque nos duela, tenemos que apretarnos el cinturón. Estoy seguro de que la inmensa mayoría silenciosa, que no marcha, que trabaja y se esfuerza por hacer día a día este país mas grande, hoy, se siente completamente pasada a llevar... He hablado con el presidente y estas medidas serán implementadas para resguardar el orden y atrapar a quienes quieran por la violencia exigir cambios. Se creara una comisión investigadora de los sucesos del día de hoy, dadas las sospechas de inclusive, crimen organizado. Celebramos a quienes se manifiestan legítimamente de forma pacifica, repudiamos a quienes creen que la vía es la violencia. Las fuerzas policiales dispondrán de mayores ingresos y facilidades para detener a quienes realicen estos actos. Estoy...
-¡Ochocientas mil personas solo en esta ciudad, no es poco para nada! La inmensa mayoría del país se moviliza y ustedes quieren seguir robando. Esto pasa por tratar de salvar a la banca privada, sois unos descarados.- le grita uno de los periodistas
-¿Que hace usted aca?-le pregunta alguien
-Vengo como periodista de El Gato Negro- les contesta. Los policías se van sobre el.
-Usted no tiene autorización para estar acá.- le dice el ministro. El sujeto se va gritando y riendo escoltado por la policía. El ministro mira a la prensa y se marcha rápidamente, eludiendo las preguntas.
-Vamos- le digo a uno de los maníacos que me acompaña. Puedo ver a Claudia a punto de salir al aire junto con Enrique Salazar, perro de los burgueses. Todo esta urdido, solo esperamos a que empiece el espectáculo. Suena una música y parten los titulares.
-Cerca de cuatro millones de personas acudieron al llamado a paro nacional y movilización, solo en la capital se registran ochocientas mil personas. La policía, que ha actuado con brutalidad fue repelida con efectividad por los manifestantes. Las manifestaciones se han extendido durante prácticamente todo el día, aun, en algunos sectores, se registran barricadas y cacerolazos.- Estoy leyendo el teleprompter, esto no es de mi cosecha. ¿Que pasa? ¿Como es que no me están tratando de obligar a mentir?
-Gobierno repudia los hechos del día de hoy y anuncia nuevas medidas de represión...- Enrique frunce el ceño al leer el teleprompter.
-La maquina empieza a tambalear, la gente se despertó y ya no podrán hacer nada para parar lo que viene- ¿Que pasa con el teleprompter? Puedo ver parado un hombre con mascara, como los informantes, junto al productor. Este muestra una mueca de espanto en su rostro.
-Ahora, es momento de barrer con la miseria que nos han entregad... ¡BASTA! NO PUEDO SEGUIR CON ESTO- se levanta del asiento.
El tipo con mascara entra a la escena y le clava una jeringuilla en el cuello a Enrique.
-Hermanos oprimidos, esto se viene y ellos no podrán hacer nada para evitarlo. Por que ya no podrán seguir manipulando nuestra vida en favor de sus caprichos y negocios, por que no vamos a seguir aguantando la miseria que dejan los juegos especulativos de quienes tienen muchísimo mas de lo que pueden gastar. Somos demasiados ya los que no vamos a guardar silencio. A continuar con la rebelión, por que ellos no harán nunca nada por nosotros, salvo exprimirnos hasta quitarnos nuestra vida. Ganaremos, eso se los aseguro. Buenas noches.- dice el hombre de la mascara a la cámara. La transmisión se ha cortado.
El tipo de mascara sale corriendo junto con varia gente en el lugar.
-¡GALLINAS ROSTIZADAS, CEREBROS FRITOS!- grito fuerte pero el portón no se mueve, miro a Sofia- ¿Han cambiado la clave?
-No que yo sepa...- Me responde. Grito una vez mas y no hay caso.- Aunque había operación masiva, se supone que quedarían varios aquí, como Kain, por ejemplo...
Me acerco hasta el costado del portón y noto que esta entreabierto. Lo muevo y entro, Sofia va tras de mi. Miro el piso y veo una gran cantidad de sangre, a lo lejos, en el centro de la fabrica veo una mesa. ¿Que esta pasando? Puedo ver cerca de tres cadáveres de maníacos esparcidos por el lugar. Me acerco, puedo ver la mesa. Sobre ella hay un cuerpo completamente despellejado y descuartizado. Esto lo he visto antes. La cabeza no esta despellejada, el rostro que veo es el de Kain.
-Joder Sofia, tenemos que salir de aquí- digo mientras doy media vuelta. Puedo ver el rostro del tipo en el psiquiátrico, el Despellejador, agarrando a Sofia con una mano y con la otra posando su cuchillo en el cuello de ella. Miedo.
-He ansiado este momento- me dice- ¿Te gusto mi obra? Retorne un poco a mi modelo clásico. Deje el rostro ahí para que lo vieras.
-¿Por que haces esto?-
-La muerte te esta pidiendo a gritos, yo solo hago mi arte- me responde jugando con el cuchillo.
-No la mates... estoy yo aquí, es conmigo-
-Seras mi obra maestra. Voy a tomarla como garantía para que nos encontremos en dos horas en el lugar que tengo preparado, en la mesa esta con sangre la dirección. Ven solo, y no hagas nada torpe o la preciosa dama se muere. También podría hacer una buena obra con ella.
-Esta bien, en dos horas, pero prométeme que no la mataras-
-La muerte te da su palabra, ya expuse los términos- dice mientras se retrocede llevándosela. Sale por la puerta de la fabrica y el silencio se toma el lugar. Veo una puerta abrirse, de ella sale Amelia con un terrible rostro de angustia. Tengo algo de miedo.
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