Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

Tortura Mental Op2.

sábado, 8 de junio de 2013

Todo se vuelve oscuro, me se muerto, y se que el cielo no es para mi, sin embargo nadie viene por mi, se pasea por el cementerio un sombrero de copas y una guadaña, ríe como nadie el muy puto. 

-¡Hey tu!. 
-Cabronazo...
-Poca gente sobrevive a saltar de un auto en marcha.
-¡Pero era todo un episodio mental!
-¿Tu crees?
-Tu eres mis peores miedos, tu no eres la muerte, ni eres una deidad. Mis peores miedos solo están dentro de mi, en mi mente, ¿como puedes no ser imaginario?.
-Es el poder de la escritura y la imaginación, das vida a seres inexistentes, y hoy, yo, tu creación mas perfecta, estoy para atormentarte en los casos en los que aún temes.
-¿Creación perfecta?, prepárate hijo de puta.

Me abalancé sobre el, tratando de arrebatarle la guadaña, rodamos hasta que su cabeza dio contra mi sepultura, esta se agrietó y la fuerza de mis miedos cedió, tenía la oz en mi poder, casi podía sentirme encapuchado y con el poder de ir a buscar a quien se me antojara. Con la guadaña di un corte en el pecho a este ser, e inmediatamente caí al suelo, sangrando. ¿Como podía yo sangrar si estaba muerto?. La sangre no  formaba charcos, caía a través de la tierra como si esta no existiera, el pasto ni se teñía, era como una cascada sin final.

-Has abierto la fuente, ahora vienen por ti.- Dijo con una mueca de risa. 
-Tal vez estoy en el puto purgatorio, tal vez acá también puedo morir bestia puta, y si todo daño que te haga me afecta directamente, no me queda mas que decapitarte.

Comenzó otra pelea, mi cabeza partió varias sepulturas, la de el también, el cielo del cementerio que estaba nublado se tornó rojo, y sobre la cornisa de un arbol cercano, el puto pájaro, lo miré con arrogancia y este voló. Trás un rato de golpes inútiles, logró arrebatarme la guadaña, sintiéndose poderoso comenzó a mofarse.

-¡Oh! ahora soy yo el todopoderoso otra vez, ¿que piensas hacer al respecto estúpido muerto?.

Me abalancé sobre el y le mordí el cuello, una y otra vez, arrebatando en cada mordisco pedazos de carne, hasta que caí al suelo, sangrando aun más. Su imagen comenzó a degradarse hasta desaparecer.

-¡Ahora los recibirás sin compañía! - Dijo, y luego se desvaneció.

Tal vez ser un fantasma no sería tan terrible, comencé a volar alrededor de todo, contemplar, huí del cementerio, chorreaba litros y litros de sangre, aparentemente no moriría desangrado, tal vez arrancarme la cabeza solo me hubiera hecho tener que tenerla a cuestas con mi cuerpo. Derrepente el flujo de sangre comenzó a disminuir, y dejo de caer. No había mancha alguna, toda había atravesado directo para abajo. El cielo seguía nublado, era de día. La gente en las calles no sabía de mi presencia ahí, pero estaban asombrados del clima aparentemente pues todos miraban al cielo como esperando que hubiera un sol radiante tal vez. Pero las nubes, que blancas eran de nuevo, volvieron a tornarse mas grises, y rojas, y comenzó a caer sangre del cielo. Nadie parecía poder verla. Esta caía y tocaba el suelo, comenzaba a subir como si llenara estanques con formas humanoides, una vez completas las formas, estas comenzaron a moverse y a perseguirme. ¡No puedo morir!, es lo de menos. Descendí hasta donde estaban estas criaturas, les sonreí con arrogancia. 

-Vaya mierda, ¿mas idiotas que tratarán de torturar un cuerpo que no siente?.
-Somos la mierda que ya habías desechado.
-¿Sois la parte mas idiota del idiota que despaché hace rato?
-Pero estamos bien acompañados.

Tras de mi saltó una criatura, me mordió el craneo, las manos, las piernas, y clavó sus afiladas uñas-garras en mi estomago mil veces. No solo podía ver como comenzaba a chorrear de nuevo, esta vez podía sentir el dolor, no era un dolor físico, era psicológico. Comenzaron a pasar por mi mente todas las etapas de infancia y adolescencia. "¡Bola!" "¡Feo!" "¡Horrible!" "¡Gigante!", luego "Lo siento pero no me gustas" "Te pillaré a la salida" "Es un pobre idiota, no lo consideren" Podía leer las mentes de quienes habían dicho semejante mierda, los niños lo hacían porque podían sentirse superiores al ofender y minimizar al mas peligroso de sus adversario, lo mismo con los jovenes adolescentes, y en las mujeres podía oler toda esa superficialidad, toda esa mierda, yo luchaba por ser una mejor persona, y el aprecio que recibía era gente que en realidad no recompensaría si no que me mantendría en la linea, lo suficiente como para poder ubicarme en caso de necesitarme, pero lo suficiente para que no lograra mas cercanía. Era aquel ego dañado que años atrás dejé olvidado en tabernas y garitos, entre música y escritura, y hoy volvía a mi cuerpo, a mi mente, a torturarme.

Otra criatura se paró frente a mi, y me miró.
-Vaya idiota que eres - Dijo, y sus ojos comenzaron a proyectar en los míos imágenes, como las anteriores, pero familiares. Los que partían, los que se quedaban, los que me decían cosas, los que de alguna forma u otra lograron introducir en mi mil prejuicios sobre lo que tendría que hacer en mi vida, lo que no podía hacer, lo correcto y lo incorrecto, mi cabello comenzó a quemarse y el olor del pelo quemado me recordaba las mil veces que tuve que ocultar mis deseos o mis lágrimas solo para no hacer mal a otras personas, en base a lo que consideraban bueno.

Tras de mi, me agarró de los brazos otra cosa, una voz suave, melodiosa, de mucha calma y de registro femenino grave me decía que todo estaría bien, que la disculpara pero había reciprocidad. Los ojos... el lado de su cabeza que odiaba el pelo largo, mi mente parecía querer desvanecerse en cualquier momento, y yo solo anhelaba que eso sucediera, no quería mas de esto. En la cornisa de una casa me contemplaban el resto de las criaturas, sedientas de mis dolores pasados, que habían sido ahuyentados, y que hoy, habían sido llamados con el desangrar de mi forma fantasmal. 

-Estoy muerto, dije. Y esto no parece el infierno, en el infierno los pensamientos oscuros como los que padecía en la juventud debían ser premiados, no castigados, mis ganas de asesinar debían ser liberadas al fin.
 A final de cuentas era el opuesto a Dios, pero las deidades no existían, y yo estaba en la tierra misma, con la gente alrededor, que ni notaba lo que sucedía. Un ciego que pasaba por el lugar se detuvo, y me miró, aterrado corrió sin dirección alguna, al parecer había visto lo que me pasaba. Mis ojos ya estaban inundados, todo aquello que había destruido para ser mas fuerte me había llevado a esa edificación abandonada, donde recibí el aventón, el aventón a la otra vida.

Me safé de sus manos, volteé, y ahí estaba su imagen, pero sabía que no era ella, que era todo una proyección de una de estas criaturas sobre lo que me había herido en vida. 

-¡Ja, ja... JA!- Un sombrero de copas y una guadaña.
-Menudo hijo de puta estás hecho, ¿es todo tu plan?.
-Es todo el tuyo, o tal vez inconscientemente el de ella.
-No vine a parar a este purgatorio porque ella lo deseara.
-Viniste a parar acá porque colapsaste y hoy tus miedos, los que habías dejado atrás, volvieron a renacer - Cortó su cabeza con su propia guadaña y de pronto me hallaba en el suelo, pero mi cuerpo estaba parado.

-Ahora despierta... 

Vi como la guadaña venía directo a mi cabeza y de un momento a otro pude divisar mi cuarto, la ventana frente a la cama abierta... ¡un puto sueño!. una vela sobre el escritorio se encendió súbitamente, y junto a ella había una carta. 

"Dear dear dear... jejeje:

Ahora sabes que te espera, y te seguirá esperando.
Pero ahora toca revolver tripas y felicidad a quienes jodieron la tuya... la nuestra"


Tenía la esperanza de estar soñando, así que salí a la ventana, y me lancé, y volví desperté nuevamente en mi cama, pero ya era de madrugada. Era hora de partir a los estudios, y hoy había presentación. Miré a los ganchos tras la puerta y vi un nuevo atuendo. Camisa roja, Chaqueta negra, Chaleco negro, pantalones negros, un bastón y un sombrero de copas.


                                                                Jok~

Tortura mental. Op1.

Sumido en la desesperación y la oscuridad puedo ver a lo lejos despegar miles y miles de aves, que huyen de este lugar, tan frío como ninguno, y es que ya no hay estufa que caliente el tanatorio en el que he quedado viviendo, los arboles a mi alrededor pierden sus hojas, se vuelven secos y oscuros, la noche no parece que vaya a volver a caer jamás, pues estará ahí plasmada para siempre, las estrellas no son visibles, y el cielo rojo solo amenaza con lanzar lluvia y tormentas, las cuales en mi interior ya han formado mil cadenas, eslabón a eslabón, amarrando mi corazón no solo a sentimientos humanos como el apego, si no también a emocionalidades como lo son la música las amistades, el dolor, y desde la cornisa, solo me mira hoy un ave, no hay dioses, no hay nadie, solo esa ave, que me atormenta con un Nunca Más. ¡Ooh tormento de Poe!, pero no tengo sillón aterciopelado ni fogata, no tengo lugar donde se pose, no tengo un busto de palas, solo mi ser en las afueras de un  edificio abandonado, estar en este patio donde tal vez ya yacen muertos, que pasaron mi actual vivencia, tal vez ese ave los vio a todos, con esa misma mirada, le lanzo una mirada arrogante y emprende el vuelo, hoy mi peor tormento no es la repetición constante en base a un símbolo, si no que mi tormento es en realidad, mi propio cerebro actuando en mi propia contra, dando contra mi cabeza desde adentro, dando contra mi autoestima, que de alguna forma u otra, se somete a la aprovación , no del común de los banales, pero si de quienes tienen pensamientos similares a los míos. Ha sido otra búsqueda sin final feliz, otra vez hallé el cofre sin tener la llave, irrompible como ninguno busqué como abrirlo pero no encontré. Y hoy hasta los fantasmas de mi propio pasado pueden decirme que hacer, como actuar, de que manera sentirme querido, por mi mismo.

 Se aproxima un carro, un automovil apagado, sin luces, sin motor tal vez, con una silueta oscura, me invita a pasar, me ofrece un aventón. ¿Que haces perdido por estos lares extraño?.

-No tienes ni puta idea de lo que hago acá. 
-Pues se bienvenido, hoy daremos una sopa caliente, con aromas putrefactos, respiraciones agitadas, mentes perturbadas, que hoy más que nunca, gritan a los vientos cielos y mares, que han sido abandonados por su padre, como sucedía con sus propias divinidades... Pero mírate tu, sin divinidades, tal vez serás tu la nueva divinidad.
-¿Como podría yo serlo?. 
-No hay forma de saberlo.

El auto comenzó a moverse, entró al abandonado edificio que se caía a pedazos, salio de allí, el tipo poseía un aspecto oscuro, sombrero de copa, todo de negro, aun no lograba discernir su cara, y sus guantes decían que algo podía haber ahí debajo, o tal vez era el puto frío, cuanto frío hace estos días, yo me limito a no sentirlo. 

¿Sueles hablar con desconocidos que te recogen en lugares que no son ni autovía?. 
-Este auto ni motor tiene, creo que eres parte de mi propia imaginación.
-Tú estás mas que loco, soy mas real que tus pensamientos.
-Pero no puedes comprobarlo
-Lamentablemente esa parte es verdad.
-Pues ya tocará conocerse bién, ahora mira para afuera.
Sus ojos inundaron todo el lugar, su mirada estaba por todo afuera, no había paisaje, no habían arboles, no había desierto, solo su imagen, la imagen de aquella que me privó de sueño mil noches, su cara y aquel lado de su cabeza que detestaba el pelo largo, ¿que debería yo hacer?. Mire para adentro y el volante ya no tenía a nadie, el vehículo descendía por un barranco... comencé a sentir como mi aliento se apagaba, mis manos se tornaban grises, pero tenía guantes, guantes negros, y sobre mi cabeza un sombrero de copas. Paré en seco el vehículo, revisé el porta maletas y hallé una guadaña, ¿me había convertido yo en la muerte?. Ahí estaba el otra vez, riéndose a carcajadas.

-Personaje!, mira que buen disfraz de yo.
-¿Donde te habías metido?
-Nadie lo sabe y nadie lo sabrá.
-¿Eres una deidad?
-No
-¿Un puto loco?,
-No. ¿Un demonio?
-SOY EL PEOR DE LOS DEMONIOS. NO HABITO FUERA SI NO DENTRO DE LA GENTE, SOY CREADO POR LAS MISMAS PERSONAS. SOY TU FALTA DE PERSONALIDAD, TU AUTOESTIMA, TUS PENSAMIENTOS OSCUROS, TUS GANAS DE ENVIAR TODO LO QUE VALE AL CARAJO, pero tu derrotaste una parte de mi, y hoy ya no puedo decirte que seas el común, que corras a diferentes parajes en búsqueda de la figura ideal, me has distorsionado tanto que ya no tengo manos, solo guantes vacíos, ya no puedo moldear tu vida como lo hacía antaño. 
-Eres del puto terror.
-Pero hay algo que aun no te puedo arrebatar, y es ese sentimiento de rechazo, ese golpe bajo a tu autoestima, a tus sentimientos,yo no te la robé, ella solita declinó a tu propuesta. 
-Pero influiste en que yo la quisiera.
-Como nadie lo haría jamás.
-Eres mi puto cerebro, o mi miedo a la muerte... ya da igual quien seas.

-Me lanzé con el vehículo en marcha, me di un golpe en la cabeza. Hoy despierto y a mi alrededor solo veo oscuridad, trato de subir y lo consigo. No siento obstáculo alguno pero al ver luz y darme vuelta descubro que tras de mi había bastante pasto. Y una lápida. Con mi nombre.

Jok~

Concierto de Tripas.


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