Publicado por Gwÿnt.
(lamento el retraso, mis periodos de introspecciones y disociaciones arrastraron a todos los personajes hacia un periodo de extravío, pero ya han sabido regresar, y darme de patadas por haberles tenido dando vueltas todo este tiempo.)
Novena parte: El punto muerto de la estática.
Seguimos avanzando en dirección adonde sonaron los bombazos, mientras desde allí vienen motones de personas, con ropa de dormir, corriendo asustadas en dirección a la plaza, para descubrirla sin luz, y perturbarse aún más al no saber adonde ir. A pesar del desorden y la histeria masiva, ninguno de los pobres borregos corriendo en busca de un corral ha chocado conmigo o con Alex, que vamos a contracorriente directo al huracán. De pronto Alex se detiene, mira hacia una vereda, y camina hacia allí. Sigue siendo de noche y está oscuro, sólo creo reconocer una silueta en el portal de un edificio, creo.
La silueta y Alex se dan la mano y comienzan a conversar. Desconfiada, me acerco lentamente, casi pisando cada piedra de la calle, hasta que sieto que los ojos de la silueta se posan en mí, y sin más, me acerco.
-Tanta ceremonia que hiciste, que manera de demorarte, Daire. ¿desde cuando tan tímida? - suelta Alex
-Yo...este...-miro a la silueta- creo que ya te he visto antes ¿me equivoco?
-El tipo (ya logro ver sus facciones) saca un cigarro y me mira fijamente.- Claro que me has visto, un par de veces, y hemos estado en los mismos sitios, muchas veces también, solo que ya no lo recuerdas, y no se suponía que ocurriese eso, pero no hemos podido evitarlo.
-¿De verdad que ya hemos compartido tanto? no me la creo, apenas me resultas cono- el tipo apreta el botó de u control y suena otra explosión en la misma dirección que las anteriores.
-Venga, vamos. ¡Ah!-me mira fijamente de nuevo - , mi nombre es Gaspar.
Cuando llegamos, descubro que lo que ha sido destruído es un edificio completo, que solía ser la central bancaria más grande de la ciudad, pero aun se mantienen los cimientos del mismo, y el suelo de algunos pisos. Gaspar queda detrás de nosotros y Alex se larga a reír.
-Menuda obra de arte hicieron las llamas! Entremos antes de que lleguen los aguafiestas!- y se echa a correr hacia la entrada asada.
-Gaspar camina hacia mí.- Aún se siente el aroma de las cenizas
- Si, bueno... creo que yo me quedaré aquí...- volteo la vista y miro hacia la calle.
-Se para frente a mi con los brazos cruzados y me mira fijamente. Es tan alto que me hace sentir una hormiga - Era de esperarse, de todas formas no necesito que entres. Puedes quedarte acá... cotando estrellas o algo.- Y entra.
¿Qué se cree el muy cabrón? Apenas me conoce y se atreve a hablarme así. Menos mal que ha apartado su pretenciosa presencia o... o nada.
En mi mente, siempre hay acción, siempre soy la titánide, el aire que erosiona. Y acá... estoy, efectivamente, contando estrellas. Decido entrar, solo a observar.
El hall está irreconocible, las pinturas de la pared están derretidas, más son lo único que no se ha vuelto polvo. El olor a ahumado de los sillones recuerda a la podredumbre del tocino grasoso que desayunan los idiotas. Subo al segundo piso y escucho los alaridos eufóricos de Alex.
-Joder, hombre, el aroma de miles de millones de pesos vueltos humo es casi tan adictivo como respirar. Podríamos jalarnos unos cuantos billetes ¿eh?- y se larga a reír.
-Y el resto que se emociona y se adicciona con gastarlos. Siento un poco de culpa por destruir tanto dinero, pero ahora recuerdo la entretención de llenar todo esto de gasolina, de explosivos, la venganza, y olvido todo esto de la culpa. Es mera debilidad, falta de convencimiento y de compromiso para con las acciones que hacemos, que defienden nuestras propias ideologías, nuestra propia identidad. Forma parte de nuestra rutina, porque somos seres de rutina, necesitamos un impulso constante y cambiante para no caer en la inercia.- se acerca a un montón de cenizas de billete y le da una patada.
-Alex suspira y guarda silencio unos segundos- Lord Gaspar, siempre tan certero. He de invitarle a salir, puesto que suenan sirenas cerca.
¿Lord? ¿quién es este tipo?
Y dentro del coche del "Lord" hacia nuestra guarida (no se como llamarle. El centro de operaciones y donde vivimos ha terminado siendo el psiquiátrico donde algua vez estuve internada, y por eso es que no puede ser un hogar. No puede ser un algo, que a la vez es todo. El universo somos nosotros, el sitio nos aporta la privacidad.), comprendo un poco más la irrupción de este personaje tan...
Gaspar es uno de nosotros, claramente. Conoce a la perfección el camino a la guarida y la entrada preferencial, es sumamente cercano con Álex, me conoce, de que forma que no es recíproco.
Pero no tengo idea del porque de lo de hoy, y porqué Alex le apoda Lord, a la vez que le muestra cierto temor piadoso.
Llegamos, bajamos del auto, y cuando me proponía a estamparle las preguntas en pleno rostro (si me atrevía), Gaspars e voltea hacia nosotros y suelta con tono solemne
-Me agradaría enormemente conversar sobre los acontecimientos ocurridos en esta hermosa madrugada - guarda silencio, y nos mira fijamente, de forma perturbadora durante más tiempo del necesario- y contestar todas las dudas que tú, Daire, traes entre las cuerdas de piano que son tus dedos, pero estoy muy cansado, y mañana me espera la rutina laboral usual, así que si me disculpan, me despido.
-No era necesaria tanta formalidad, Lord, podrías decir ¡se callan! Buenas noches, y listo.
-¡Espera!
-¿Si, Daire?
¿que cojones significa lo de las cuerdas de piano? ¿y como sabes con tanta certeza que tengo "tantas dudas"?- al parecer prefiero hacer preguntas irrelevantes en vez de preguntarle lo trascendente.
-Ambas cosas se relacionan. Verás, el hecho de que tengas dudas se refleja de modo somático, siendo reconocible a primera vista los reflejos físicos de tu ansiedad. Y es normal que sientas ansiedad, pues no solo intentas preguntar algo que sietes que no deberías, sino que te has vuelto una mujer sumamente insegura y dependiente de Alex, para moverte incluso en tu propia vida. Has caido en el punto muerto de la inercia, y esa inseguridad es la que sumado a tu interés de preguntar generan niveles de estrés sumamente perceptibles. Estás temblando, no eres capaz de hablar sin tartamudear ni de mirar algo fijamente por más de tres segundos, y tu postura defensiva en este momento... cuerdas de piano porque has perdido tensión muscular a causa de la inseguridad misma, tus brazos están débiles, como cuerdas, y haces sonar tus dedos, a causa de los nervios. Me ha causado gracia asociarlos a cuerdas de piano...cuidado con que te dé artritis en las manos por hacer eso. Bien, buenas noches.
Se va no en dirección a nuestro recinto, sino que a unas oficinas que solían ser del sector de pensionado. No sabía que en la actualidad se usaban, y nunca había ido, escalones de madera, enredaderas, piso con baldosas sucias blancas y negras, y puertas negras, le hacían un lugar que no invoca precisamente a visitarlo, y después de lo que acaba de ocurrir, he perdido toda intención de ir.
-¿Quién mierda es ese tal Gaspar? - cuando giro a ver a Alex, lo veo libreta y lápiz en mano, terminando de escribir algo
-Alguien que guarda mucha razón, ¿no te parece?
-¿Estabas anotando todo lo que dijo? ¿Aquel discurso premeditado?
-Sí.
-Vamos, no irás a creerle, ¿o sí? Sabes muy bien que el tio me conocía desde antes, es obvio que gran parte de lo que dijo lo sabía de antes también, y además no es cierto.
-Sí, te conocía de antes. Pero no así,no ahora, y además, sí estabas temblando,te has vuelto una agorafóbica.
-¿Y hablar contigo acaso no cuenta?
-No.
Vale, ¿quién es el tipo?
-Alguien que tiene mucha razón. Iré a dormir, ya hablaremos de esto.
Y se va, quedando yo sola, en pleno amanecer, junto al auto de un hombre detestable. Qué ganas me invaden de romperle todos los vidrios y reventarle las llantas. De solo imaginarlo sonrío.Sonrío, y me mantengo en inercia. Le tiro un escupo al capó."Es algo", y me dirijo a la entrada. Vuelvo corriendo al auto, limpio el escupo y camino nuevamente a la entrada.
Oh, mierda.
Podría acostarme, pero el olor de la gasolina, por muy hermoso que sea, en grandes cantidades no solo aburre, sino que produce sangrado nasal, y ya tengo suficiente irritación a causa de la cocaína.
Una ducha antes del sueño, si es que logro conciliarlo. No comprendo porqué, pero este ritual de darse un baño siempre me induce a profundas reflexiones y mnemotecnias, sobre todo a las disociaciones. Juego peligroso, pero es una herramienta muy útil para el autoconocimiento.
Regulo la temperatura hasta que el agua sale lo más caliente que puedo soportar, y repaso, y subrayo las palabras dichas por Gaspar (las que logro recordar), centrándome en al parte dela Daire insegura que se refugia en un Alex puesto en un falso altar. Llevo bastante tiempo aquí, y aún hay muchas cosas que se me mantienen ocultas, como si aún no fuese capaz o merecedora de saberlas, y sobre todo, cada una de las cosas que he hecho aquí desde que llegué han sido bajo la compañía y supervisión de Alex.
La última vez que hice con plena libertad lo que quería hacer, en máxima pureza, fué hace meses
Estaba con él y Francesca, buscando un sitio para nuestra intervención artística en plena noche, y no lograbamos ponernos de acuerdo. Francesca proponía hacerla en alguna azotea, y Alex se encargó de gritarle cuán estúpida era tanto ella como su idea, y que si acaso había leído algo sobre las primeras intervenciones. El resto de la noche fue solo oír a Francesca y sus "lo siento, creí que..." y frases inconclusas ate las burlas de Alex del tipo "oh, ¡ese callejón está vacío! ¿te parece bien si la hacemos ahí? De lo contrario... alguien podría realmente vernos."
Claro, claro, un jueguito muy entretenido, salvo que ninguna de las dos bolsas de mierda me escucharon en toda la noche, y como era yo la que llevaba los materiales, me sentía poderosa. Cuando miré al cielo, mientras tomaba cerveza, pude ver donde estábamos. Retrocedí un poco, hasta la esquina, y descubrí que no habían guardias en la entrada principal de aquel recinto que usaba toda la manzana. Los miré, y ya habían cruzado hacia la cuadra siguiente. Aposté por cual sería la primera pared que verían cuando volviesen a buscarme y comencé.
La pintura en aerosol o se me da muy bien, tengo la constante sensación de que algunas partículas quedan flotando sin superficie a la que aferrarse, y realmente no tienen sentido de ser. Nosotros en realidad tampoco nos aferramos a algo, ¿no será por eso también el sinsentido? A fin de cuentas, no somos como los demás objetos, que existen ajenos a nosotros, pero se realizan a través de la utilidad que le damos. Esta pintura es pintura, pero ¿lo sería si no pintase nunca algo? ¿Que es lo que define un objeto? Nos condiciona la mortalidad, más no hacemos otra cosa que huír de ella. - Una pared terminada, nada mal, quedan dos y la escena final.
Y más que ser la mortalidad la que nos condiciona, es la Naturaleza la que nos define. - un par de dibujos más, aquí y allá, y vamos por la última pieza del lienzo, tengo la nariz llena de partículas de aerosol coagulando mi sangre negra, coloreándola - , más no somos como la naturaleza. La naturaleza es por instinto, así como el perro en su lecho de muerte seguirá levantándose y moviendo la cola al ver a su acompañante volver. No hay instancias para la cobardía y el miedo al dolor en toda circunstancia, en la totalidad de las circunstancias, en la naturaleza. ¿O es, más que circunstancia, la mortalidad la que inspira tal liberación instintiva?
Listas las paredes, falta el estandarte. Lo lleno un poco de pintura y listo, del todo. Imaginando, pensando, y volviéndolo a la acción. Abrí la última cerveza mientras los imaginé llegar.
Seguían discutiendo, y al doblar por la calle, llegan de frente a la pared lateral izquierda del lugar, adornada con un hermoso mensaje. Siguen hacia la pared de fondo, el segundo mensaje, y finalmente, la tercera pared y al frente, la escena final. Da lo mismo seguir el mismo orden, de una u otra forma, un mensaje se sucede al siguiente.
-¿Tienes tiempo de leerme?
También lo tienes de escucharte.
-Escucha el sonido de la sucia ciudad ardiendo.
Las cadenas se derriten. La era de la inercia acaba.
-La caída del sistema de nadie.
Es tiempo de despertar.
El estandarte de la Casa de gobierno aquella vez fue una bandera ensangrentada, y colgando junto a ella, el cadáver de un detenido desaparecido con un cartel en el pecho: "Invoco muerte, invoco libertad".
Aparecí cuando estaban mirando con la boca abierta hacia arriba. "sé que no querían ni excederse ni hacerlo en extremo contra la ley, pero... ¿vale estar un poco estar contra la ley? ¿o estarlo mucho? ¿se puede estar un poquito o mucho? Sigue siendo estar contra la ley, da igual cuanto. ¿Vamos a tomarnos unas birras?"
Esa si era yo. Cuando despierto de la mnemotecnia ya no estoy en la ducha, sino que estoy en mi habitación, con una bata, y Leonore acompañándome.
Leonore es la enfermera del grupo. De día trabaja en el hospital atendiendo gratis a pacientes sin previsión social ni seguro médico, y regalándoles los tratamientos. Es su forma de sabotear al sistema, y si bien no todos sus compañeros de trabajo está acá, la mayoría hace lo mismo que ella. Pequeños quiebres que hacen que la máscara se le caiga al sistema.
-Oh, Daire, ¡hasta que despegas la vista del mismo sitio!
-¿Qué ha pasado?
-Estuviste más de 3 horas en la ducha, sentada, con la vista fija. Estábamos bastante preocupados.
Le cuento lo que dijo Gaspar, sin mencionarle su nombre. También le cuento del recuerdo vívido en la ducha, y la veracidad de mi inseguridad, de mi miedo, de la pérdida de mi misma, y no puedo evitar echarme a llorar de rabia y tristeza. Abrazo y muerdo a la almohada, y Leonore pone su mano sobre mi cabeza. La imagen mía como niña-víctima-indefensa me causa repudio y repulsión.
-Daire, desde un comienzo Alex te coartó demasiado, y por eso se le regaña tantas veces, ¿recuerdas, cuando te disociabas en extremo y lo buscaban los guardias? Ahora que ya sabes sobre su dominacion, que no es malintencionada, puedes librarte de aquello. Has estado mucho tiempo aquí, en inercia,ajeno a los planes destructivos, has estado en completa inercia. Pero ya volverás a ser tu, del todo, ya verás. Mirame a mí, me ocurrió lo mismo, y ahora el sistema me paga por trabajar saboteándole y produciendo instancias de duda... y bombas.- rie un poco y chequea el monitor. ¿En qué momento me conectaron estas cosas?
-Bien, te pondré suero y un poco de diazepam, es necesario que duermas y estés bien descansada.
-Gracias, Leonore. ¡Hey! -grito al verla caminando hacia la puerta.- a tí cuando .. te pasó..la inseguridad, ¿te ayudó alguien?
-Sí,alguien llamado "Lord" Gaspar. Pronto se verá, y te ayudará, querida. Descansa.
El sonido de la puerta cerrándose hace eco e mi mente vacía y disociada. No comprendo esto, hasta que mirando en el techo los rayos de luz entrando por la ventana, recuerdo...
- Gaspar...
Las paredes nunca habían estado tan lejos. Hace tiempo no tenía trances psicóticos, pero ahora que, a causa de recordar todo esto, vuelven las alucinaciones de antaño, de este lugar, el diazepam me llega al corazón, y caigo en el sueño químico.
Continuará...
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