Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

Epifania entre azulejos

sábado, 30 de marzo de 2013

Mareando con su ir y venir. 
Azulejos remando,
Y saltarines entre estos
Gozan del porvenir.


Un abrumante desierto en superficie,
Que en profundidad es agonizante.
Un cielo claro invertido.
El complemento, el tranquilizador.


Moja pero seca la boca
Y siempre pide más y más.
No sacia las ganas, no esta para eso.
Ella es sabia y no acaba, no muere por lo nuestro.

Meticuloso es el azar.
Al entregarnos tal perfecta grandeza.
Tan misteriosa y sinuosa.
Tan bella y malvada.

Entre éste, tortuoso y sin forma.
Ocultos entre la densa niebla.
Se encuentra la auténtica belleza.
Tan simple y compleja.

Obstinados hemos sido olvidando todo esto,
Aunque siempre esta ahí llamándonos,
Susurrando y resonando en el oído,
Negamos toda vinculación y toda procedencia
Toda claridad y toda comunión
Cada verdad y gota de lluvia
Cada charco que a nuestros ojos,
No merece valor.

Del mar soy y vengo,
Mar soy y seré.
Desde la mañana en que mis ojos lo lloran
Hasta en mi dormir donde voy y vengo como las olas,
En las cosas más insignificantes,
Y en cada sentimiento.
No conozco mucho la plenitud del mar,
Pero se a fe ciega, que de el soy parte.

El regalo que agradezco cada día
Ver esa brumosa avenida,
Donde las estaciones de tierra
Son nuestras prisiones eternas,
Y nuestras tumbas secas,
Desecas.

Benditos sean los que mueren en alta mar
Bendita la gran fortuna de vivir cerca, tan cerca
Benditas las aves que alzan vuelo,
Bendita esta patrona a la que no obedezco pero respeto

Esta vida polvorienta a la que estoy ligado,
Quisiera dejar atrás este polvo que cargo,
Tan reseco, tan sin forma y tan sucumbido.
Tan ligados a esta existencia,
Es tan liviana en demasía,
Que ignoras como te ahogas,
Respirando a otro muerto.
Todo ese polvo del que nos liberamos
Cuando nuestro cuerpo esta saciado
Tanto asco me condena.
Tanto mal me rodea.

Ésta, angulosa vida para todos.
Cada vez más en picada.
Te va atrapando de a poco
Y no disfrutas Nada, NADA…
Ya en la inmensidad del lodo,
Recuerdas lo que alcanzaste a hacer,
Cada cosa que hiciste en contra de todo,
Cada vez que embobado mirabas el paisaje.
Solo cosas sin trascendencia.
Que hablan de lo que realmente fuiste.
Y la nada se queda con todo.
Y lo que te importaba se hace nada.

Santa lluvia que baña mis males,
Mar, Eclipse de tierra
Caudales que lo seco lavan,
Vivo gracias a su causa,

Al observarlos 
Al sentirlos,
Al hacerlos míos,


Ritual que debo REPETIR y REPETIR,

Y cuando no,
  
   Al sol y smog, 
     
       Dejare de EXISTIR . . .                                              
                                       -RAMILIANO-







Bienvenida Sangrienta Malvenida

Bienvenida Sangrienta Malvenida: Segundo Movimiento: Parte 7 2/3 y 8.

Por: Prometeo

Las calles esta noche están heladas. El viento corre ligero, aunque su andar al hacer contacto con la piel, trae recuerdo de crudos inviernos. Las pocas luces de la calle dan una especie de tinte extraño a la noche, pequeñas esferas de luz amarillenta iluminan palidamente. Tengo el cuerpo entumecido, adolorido y cansado. Hoy he regresado al trabajo, he vuelto a mezclarme una vez mas en los engranajes de la maquina. Ya nadie me habla, creo que comentan mucho sobre mi, aunque me importa poco realmente. Prefiero estar solo. Me han pedido que me disculpe con el supervisor, pero me las he ingeniado para escurrirme todo el día  Volver a esa realidad es intoxicante, desvitalizador.
El día de ayer tuve mi segunda consulta con el psiquiatra. No iba a ir, pero el maldito de Hernando pago la asquerosa consulta y Sofia prácticamente me obligo a ir. Sofia es obstinada, Hernando sabe que no desaparecerá de mi vida hasta que este "bien", es decir, cuando el tipo de las pastillas diga que puedo seguir normal. Vaya mierda, Sofia no entiende nada... ¿Que quien es Hernando? Pues...


TOC TOC TOC!
Suena la puta puerta, me debo haber quedado dormido. ¿Quién será? Sofía tiene llaves ¿Seran los Maniacos? ¿O es que Glenn ya ha averiguado donde vivo? Me levanto  de la cama, llego hasta la puerta  y la abro de golpe
-¿Si?- digo antes de terminar de abrir la puerta
Unos ojos desconocidos aparecen frente a mí. Tenía el rostro con las facciones sacadas en copia del manual de estética de la máquina. En sus ojos brillaba el desprecio, verle mirarme era como ver salir del castillo un príncipe y pararse frente a la puerta de uno de sus siervos, o esclavos. Tenía el pelo castaño, y era más alto que yo (que soy de estatura promedio). 
Atrás de el venia un tipo más alto, con lentes, portentoso, de expresión tosca, y brazos cruzados. ¿Qué es esto?
-Bueno, bueno, por fin conozco al famoso Esteban- me dijo mirándome con expresión soberbia- No te imaginaba tan ¿Cómo decirlo? ¿Simple?¿Común?
-¿Quién mierda eres, imbécil?- le respondí mientras me acercaba abruptamente a el tipo. Inmediatamente el tipo de atrás, el gorila, reacciona y cuando se va a abalanzar sobre mí, el tipo levanta su mano y el gorilon se detiene.
-Mira tarado, si quisiera llevar esto directamente a eso, ya estarías con una paliza en el piso, sin siquiera cansarme, pues mi amigo está aquí para que yo no tenga que preocuparme de hacer esas cosas-me dijo riéndose en mi cara- Pobre Sofía, no es capaz de ver que eres un simple tonto drogadicto resentido…
Hijo de puta hijo de puta hijo de puta hijo de puta. Sabía quién era este tipo, tenía que ser el burguesito de Sofía. Hijo de puta, hijo de puta, hijo de puta ¿Qué hago para no estrangularlo?
En medio de mi reacción, me ha empujado, me pillo desprevenido. Choque con la pared y de inmediato, se metió al departamento. Cuando me incorporaba el gorila pasa frente a mi amenazadoramente y sigue a su amo.
-Cierra la puerta- me dijo- quiero conversar, si quisiera molerte a golpes ya lo habría hecho. Hablemos esto como caballeros.

Imbécil de mierda, ahora es cuando desearía la puta ayuda de los Maniacos, con el gorila, porque ese puto de mierda lo tomo yo.
Una danza de puñetazos caería sobre su rostro, representante de toda hermosura prototípica, desfiguraría cada rincón donde se esconda un sector que no sea deformidad, transformaría esa cara de campos de flores de plástico, en campos yermos. Cierro la puerta.
Me acerco hasta la mesa, mientras el tipo ya en una silla (su gorila evidentemente de pie) me invita a sentarme en mi propia silla.

-No tengo planeado hablar mucho tiempo contigo, no hace falta que me siente- le respondí. Inmediatamente se me acerca el mastodonte y, sin mayor esfuerzo me mueve hasta la silla y me mira serio, como para que me siente voluntariamente.
Me dejo caer fuertemente sobre esta y miro con desprecio al jodido imbecil frente a mí.
-Para que sepas, por si no es muy claro esto.- dijo mientras extiende la mano hacia mí- mi nombre es Hernando Echeñique, hijo de Jose Miguel Echeñique, de seguro lo conoces. Estudie leyes en la Universidad Nacional y ¿Qué mas? Soy el novio de Sofía, ella es el motivo de nuestro encuentro el dia de hoy.
-No te daré la maldita mano ¿Qué mierda quieres? ¿Vienes a hacerme un berrinche de celopata? ¡Pues jodete!- le respondi, intentando levantarme, obstaculizado por este maldito primate. Hernando me toma del cuello y se me acerca amenazante.
-Quedate quieto imbécil, no me hagas perder la paciencia, te va a ir peor a ti que a mi.
-El puto golpe del rostro no te lo sacara nadie- le dije,  tratando de lanzarle un puñetazo, pero rápidamente, me aprisionan de los brazos.
- Mira tarado, solo vengo aquí a aclarar las cosas, Sofía es mía y me molesta que constantemente pierda el tiempo contigo, se preocupe o se vea complicada por ti, tu la llevaste derecho al suelo, es culpa tuya lo mal que ella llego a estar. Tu eres el causante de eso, finalmente, solo has conseguido herirla, confundirla y perderla - dijo mientras me daba un puñetazo en el estomago- Mira, yo venia aquí como caballero y tu has causado esto, la cosa era bastante sencilla. Vengo a advertirte sencillamente, que te vayas haciendo a la idea de que Sofía es mi novia, que tu ya lo arruinaste, y que, lo mejor para ella es que salgas de ahí. Tarde o temprano pasara, asi que es mejor que lo vayas aceptando.
Otro golpe en el estomago. Tengo ganas de vomitar, se me ha escapado el aliento y no puedo respirar. Si me asfixio vomitando, quiero que al menos le caiga encima.
-Yo te recomiendo que no intentes decirle a Sofía sobre nuestra conversación privada, digamos que tu tienes las de perder. Yo venía a conversar y me atacaste, si lo pensamos bien, no estaría mintiendo.
Otro golpe en el estomago. Los brazos que me retienen me sueltan, no tengo aliento, sencillamente me dejo caer y el suelo me recibe de brazos abiertos. El burguesito tiene mas fuerza de la que esperaba.
-Que tengas un bonito día, agradece que tu cara salió intacta… bueno, no tienes mucho que celebrar en todo caso – dijo mientras caminaba hasta la puerta, la abría y se marchaba con el Gorila tras de sí, este finalmente suelta la manilla de la puerta y esta se cierra, dejándome solo, por fin.

Trato de recuperar el aliento y estiro mi cuerpo en el piso, cuando me pongo un poco mejor, me quedo boca arriba mirando el techo.
Estaba magullado, mas, el dolor físico estaba en segundo plano. ¿A qué se refería con que había herido a Sofía? Anoche discutimos por teléfono por su constante insistencia con el asunto de mi supuesta politoxicómana y sus constantes evitaciones a hablar de nosotros. Si, ha sido cabreado, pero no creo que sea para tanto.
Siempre que estuvo junto conmigo, jamás le vi sufrir, jamás oí que se quejara. Cuando se fue, de manera tan drástica, pensé que simplemente, como ya no la hacía tan feliz, busco a alguien que la elevara más. Incluso pensé que, en parte, había dejado de importarle cuando se fue. No parecía tener sentido, seguramente Hernando lo decía desde su visión de hijo de titiritero de la maquina.
Hernando no era un simple burguesito como siempre creí; aun no entiendo como Sofía dio a parar donde él. Este tipo es nada menos que el hijo de Jose Miguel Echeñique, uno de los burgueses más adinerados e influyentes del país, inversionista mayoritario en todas los canales de “televisión publica”, dueño de las seis compañías de prensa más leídas del país, además de numerosas inversiones en la minería, empresas de electricidad, cadenas de supermercados, etc. Es uno de los máximos titiriteros de la maldita máquina, las políticas de los gobiernos no son más que servilismo de los intereses de él y otro pequeño puñado de empresarios de la máxima escala.
Es por eso lo de los estudios de leyes en la Universidad Nacional, la universidad de elite, accesible por sus altas exigencias y costos, solo a los privilegiados que han recibido una educación en las escuelas (encargadas de preparar esta madera en piezas para la maquina)  orientada para esa labor (es decir, para los que pueden costear el status). ¿Pobres en la Universidad Nacional? Algunos, no demasiados, solo los que lograron sobrevivir por su cuenta en la masacre cerebral de los colegios para pobres. Establecimientos que coloca el estado, únicamente para decir que ha cumplido su rol de brindar educación, cuando sabemos bien, que si del burgues dependiese, los pobres no deberían ir a la escuela, sino que recibir instrucción para cada una de las labores que realizan en la maquina, sencillamente.
Sofía no solo me había dejado y había renunciado a la vida de libertad que nos esforzábamos por llevar, Sofía realmente, se acurruco con el bando contrario, con el enemigo. Dio el esfuerzo por liberarse, a cambio de una mediocridad cómoda y degradada, como un objeto más dentro de la inmensa, voraz, hambre de acumulación de los titiriteros.
Sentí tanta ira, que creí que comenzaría a sudar mares de sudor que inundarían el departamento y el edificio. Caminaría abriendo las olas de sudor por mi temperatura tan elevada, que con solo acercarse, el sudor se evaporaría instantáneamente. Finalmente, llegaría hasta el edificio más alto de la ciudad, un gigantesco monumento al consumismo y la burocracia, un símbolo gigante de la maquina opresora, fálica, tratando de follarse todo aquello que se le cruce por delante. A mí no, estaba vez, vomito. Vómito y género huracanes con mi sudor, mi vómito, y más tarde mi sangre, convirtiéndome en un gigantesco huracán que impregna la ciudad completa de mí. Soy el terror para ustedes, malditos carceleros.

Si, Hernando, un puto.

-Dígame señor Esteban ¿Como se ha sentido esta semana?- me pregunto el tipo tras el escritorio, una vez mas con su corbata lila.
-Igual que siempre, irritado por la mierda. Por lo demás, me mantengo- le respondí
-¿Consumiste algún tipo de sustancias?
-No.- Mentí
-Eso me parece muy bien... ¿Como ha funcionado la medicación? ¿Has estado mas calmado?- 
-Solo me atonta, supongo que cumple el objetivo ¿No?- lo mire desafiante, quería irme.
-Bien... Quizás podrías bajar un poco la dosis, aunque si su ansiedad vuelve a dificultarle, deberá volver a la dosis que le he recetado anteriormente... Quizás podríamos probar con otra medicación .. ¿Se han presentado algunos síntomas diferentes? ¿Como llevas la abstinencia?-
-Todo sigue igual, estoy bien ¿Puedo marcharme?- 
-¿Sabes? Puedes irte perfectamente, pero yo mantengo contacto con tu lugar de trabajo y veo que no te encuentras bien, tu reticencia a la terapia me hace pensar en recaídas y nuevos incidentes. Puedes irte, pero ten por seguro que perderás el empleo tarde o temprano. Eso definitivamente no te ayudara. Tienes que entender que yo estoy aquí para ayudarte, no para controlarte, venir aquí no te hace un loco, solo una persona con algunos problemas y que con la adecuada ayuda, puede salir adelante.

No se que mierda entenderá por salir adelante, su concepto de progreso me da nauseas, aunque me ha puesto contra las cuerdas, encontrar otro empleo no sera fácil con tamaña taza de desempleo. Puto, tengo que aguantar su mierda y encima pagar, para poder conservar mi trabajo.

- Si me arrinconas así, pareciese que no tuviese mas opciones...- le dije refunfuñando.


Un auto cruza la calle a gran velocidad, acompañado de otra fría briza. Mis manos están tiesas por la falta de calor. Estoy temblando. Mañana debo ir a trabajar, pero no me importa, hoy por fin ha llegado el plazo de una de mis esperanzas de escape. Ademas hoy me siento tan solo, cualquier pequeña luz de esperanza, de novedad, me sirve para intentar levantarme de esta languidez desilusionante.
Sofia debe estar ahora en cama con el Hernando, me provoca repulsión  Ya no me dan ganas de siquiera escuchar su voz, pues siempre, a pesar de la preocupación  es un sonido distante, lejano, como un poco atemorizado. Al parecer Hernando estaba en lo cierto, realmente, estoy sobrando en su vida. Si no tuviese a Ayleen, estaría solo ante las marionetas, con excepción de los Maniacos, con los cuales no sabría definir mi relación  Ayleen, es una de las esperanzas que aun tengo depositada en la humanidad. Una flor nacida en el asfalto, que ha aguantado los embistes de los vientos sin quebrarse completamente. Ayleen...

TOC TOC!
La puerta vuelve a sonar. ¿Hernando habrá vuelto? ¿Qué debería hacer? Me levanto a prisa y cojo una botella vacía. Me acerco y me preparo para asestar el botellazo.
-¡Hola!- me dice una chica sonriente, de cabello negro. Dejo caer la botella, por fortuna, esta no se rompe- Apuesto a que no me esperabas aquí.
Era Ayleen, una vez más se paraba ante mi esa muchacha de ropa estrafalaria, de mirada inquieta, casi inocente. El contraste ha sido amplio con la última vez que abrí la puerta.
-¿Estas bien? Te veo con cara extraña ¿Estas ocupado? Si es así me marcho, no quería molestarte- me dijo un poco asustada.
-No, no, no. Por favor pasa, es un placer tenerte aquí ¿Cómo es que sabes donde vivo?- de la nada todos tienen mi asquerosa direccion y mi puto teléfono sin que yo diga una maldita palabra.
-Internet- Me sonríe con los ojos cerrados y entra a la casa.
-Tenía el día desocupado, así que, como sabía que no estabas trabajando, vine aquí a ver si podíamos entretenernos en algo, hablar, nose- me dijo un poco nerviosa.
-Me has salvado el día- le dije riendo.
Se ha quedado mirando la habitación y de un segundo a otro se ha puesto algo eufórica.
-¡Maldita sea! Me encanta la estética de esta habitación, es una brutalidad. Mataria por pintarla.
-¿Te ha gustado este desastre? He invertido tiempo y esfuerzo en llevarlo a este estado- le dije riéndome- ¿Pintora?
-No, me gusta mucho y me esfuerzo por mejorar, pero no soy muy buena. Y los implementos me fallan, no tengo el dinero suficiente para poder pintar todo lo que me gustaría pintar- me dijo- ya sabes, no resulta muy abordable con regularidad por los costos, y mis padres no invertirían en mi esa cantidad. Seguramente pensaran que me aburriré en dos días
-¿Y no ocurrirá?- le pregunto
-Me suele ocurrir con la mayoría de las cosas, no lo niego, sin embargo pintar siempre ha sido algo que me ha gustado mucho…- dijo enérgica- pero se jode, me acostumbro por ahora con lo que tengo.
Coloco los cojines que están sobre la mesa, en el piso y la invito a tomar asiento. Tomo un cenicero y mis cigarrillos, abro las ventanas y me siento.
-¿Cómo has andado?- le pregunto mientras enciendo un cigarro y le entrego uno a ella.
- La verdad, bastante asqueada. Detesto la escuela, no puedo creer que tenga que soportar medio año mas. Ademas me aburro constantemente, realmente encuentro muy pocas cosas interesantes, y peor aun cuando encuentro algo interesante tiendo a asustarme y ponerme muy tonta. Me han dicho que tengo fobia social o que soy algo evitativa, pero creo que no es asi totalmente, por que mira, estoy hoy aquí, en tu departamento, faltando a la estúpida escuela – Cesó riendo y mirando al piso, luego me mira a los ojos- ¿Cómo estas tu?
- Mmm…Ha sido una mañana tranquila, pensaba en que podía hacer del dia, como ves, me quedan aun un par de días de licencia- le respondi. Preferia omitir el hecho de Hernando y la aparición de Glenn. Sobre la mesa estaba el portafolio, había algo en que usar el dia- En este mismo momento hay un objeto en esta habitación que pide a gritos una misión.
Me mira confundida, aunque noto su curiosidad inmediatamente.
-¿Qué objeto? ¿Cuál es la misión?- me respondio riendo
-Mira en la mesa.
Dirige su mirada en esa direccion y ve el portafolio
-Oh! ¿Qué hay ahí? No puedes dejarme con la duda, ya se me ha metido y no podre salir de ella hasta saber- me dijo inquieta, sonriente.
-Tendrás que quedarte con la duda, a menos que me acompañes en la misión-
-¿Y cual seria esa mision?-me dijo desafiante
-Es una sorpresa…  si me acompañas lo descubriras-
-O eso dice mucho, o no dice nada.-
-Es como una apuesta, podríamos hacer del dia algo mas interesante-
-Apostemos entonces- me dijo riendo


Ese día hice que me acompañara a advertirle a aquel hombre de las intenciones de su hijo. Compramos ropa  y artículos de disfraz, fue gracioso verla con el pelo rubio...
Esta chaqueta fue la que compre el día de hoy, negra, un poco larga pero no demasiado. Ayuda ante estos fríos.


-¿El hijo del señor Ramirez?- me responde una enfermera de pelo castaño claro, de unos 20 años- Pues, yo llevo cuidando al señor Tomas cerca de tres años y jamas le he visto, mi madre, quien le brinda los mayores cuidados le ha visto, pero no aparece nunca, le deposita los costos de su tratamiento por cuenta corriente, por lo que no se ven seguido. El no se aparece por aquí  según mi madre, el dice ser un hombre ocupado... Aunque ¿Tan ocupado como para no darse un minuto para ver a su padre?
-Es decir que solo deja el dinero, como si fuese la comida para el perro botado y punto- dice Ayleen. Le pellizco el brazo despacio, para hacerle notar que cuide sus palabras.
-Pues, apenas... la verdad es que hace bastante tiempo, casi un año, que no deposita nada para los cuidados de su padre. Mi madre lo ha costeado todo durante este tiempo...

Se abre una puerta y una enfermera de unos cincuenta años sale de la habitación. Es la madre de esta chica.
-Ya se ha despertado, pueden pasar a hablar con el.

Le he apuntado a Ayleen que se quede en la habitación con las enfermeras y entro en el cuarto, cerrando la puerta.
Un hombre de muy avanzada edad, acostado en su cama me mira con curiosidad.

-Buenas tardes señor Tomas
-Buenas tardes joven ¿Que lo trae por aquí  ¿Nos conocemos? Disculpe si no lo recuerdo, estas cosas de la edad, usted me entenderá- dijo con tono jovial.
-No se preocupe señor, no nos conocemos... La verdad es que no traigo buenas noticias, espero no sobre saltarlo demasiado, pienso que es necesario que usted sepa.
Me mira con curiosidad, esperando a que hable.
-Es acerca de su hijo.
-¿Que ha hecho ese miserable ahora?- dijo con tono molesto
-Pues, parece que ya sabe de que calaña es... Ha tratado de convencerme de que cambie el testamento de su casa, que le ha dejado a sus enfermeras, para que el pueda adueñarse de la casa y echarla abajo...- Sin anestesia  tal cual como es.
Se quita los lentes de sus ojos y los limpia, luego sereno mira por la venta
-Ese chico haría cualquier cosa por dinero...Yo no lo crié con esas ideas...- apunta su mirada hacia mi- No se quien seras, joven, pero agradezco que me hayas advertido...
-Me parece que era necesario señor...-

Me acerco hasta una pared de ladrillo y digo las palabras mágicas

"Hola muralla ¿Como estas?"

La pared de ladrillos cede, dentro, veo una gran cantidad de personas en la habitación  muchos rostros aun desconocidos para mi. Albert esta hablando, entro.

-... así es hermanos míos  como podéis ver, hemos llegado al punto limite de la historia. El decadente mundo de hoy, dominador, esclavizante, ha encontrado su momento de extinción  luego de años y años marginandonos y olvidándonos, encerrándonos en cárceles y psiquiátricos...-
Diego se me acerca sonriente y me da la mano saludándome
-¿Que es todo esto?- le pregunte
-Maniacos que estaban a la espera, Albert esta empezando a organizar firmemente todo...- dijo
-Son bastantes.-
-No tantos, llevamos días en estas reuniones, creo que Albert esta buscando un lugar mas grande, sobre todo ahora que van sumándose de a poco mas aspirantes.-

-... en medio de las cenizas la maquina se despedazara, nuestra labor, como responsabilidad con nuestra propia libertad, es cortar las cadenas que atan nuestras alas y las de nuestros hermanos...- Albert continua, mientras la multitud le mira atentamente.

-¿Estas listo? ¿Hiciste lo que te dije?
-Si, si lo he hecho- esta vez no mentí
-Pues vamos...
 Caminamos entre la gente, Albert continuaba su discurso, me saludo con la mirada y fijo su vista en Diego.

Llegamos hasta la puerta trampa, Diego la abre y entra.

-...nuestras primeras labores son de tipo ideológico  el dominio se sustenta gracias a la imposición ideológica, nuestra labor es destruir los pilares de esa ilusión  de esa mentira conveniente para los carceleros de la libertad del resto de nuestros hermanos...-

Bajo al vació sótano, Diego me espera sentado en el centro de la habitación  Comienza a servir en una taza un liquido color verdoso, cuando acaba, la deja en el piso, junto a un balde. Me pongo frente a el y me siento, el balde esta vació.
-Es para el vomito, siempre viene, hermano- me dijo algo inquieto, parece emocionado- ¿Estas listo?
-Si- me indica con la mirada la taza, la levanto con la mano y la dirijo a mi boca, tiene un olor repulsivo.
-Debes bebértela lentamente, soportar el asqueroso sabor, es parte del ritual.
La acerco a mi boca y siento un liquido tibio, espeso, con un sabor indescriptible, increíblemente desagradable al gusto, tengo ganas de vomitar, pero quiero aguantar.

- Oh Diosa Libertad, toma entre tus brazos a tu seguidor,
guía su voluntad a través de los mares del innombrable deseo,
que la luz de la verdad barra con la falsedad implantada en esa conciencia,
que su corazón vuelva a latir tan profundamente como lo hace tu existencia trascendental.

Acabo la taza y contengo las ganas de vomitar con todas mis fuerzas, me siento un poco mareado.

-Vuela libre, vuela al susurro de tu verdadera eternidad.

Un chorro de vomito cae sobre la cubeta, apenas puedo respirar entre los escapes de mis interiores, todo comienza a dar vueltas y la cara de Diego se vuelve borrosa. De pronto de un instante a otro, todo alrededor comienza a desintegrarse en medio de una luz inmensamente blanca.

-Te he estado esperando...- se escucha una voz que entra con fuerza a través de todo mi cuerpo. Siento unas extrañas vibraciones, que dan la impresión de que mi cuerpo fuese a explotar.

Sangre, veo sangre por todas partes. Un cuerpo desollado y desmembrado esta ante mis ojos. En una pared, con sangre, se ve escrito "Voy a por ti".
La gente corre de un lado a otro, estoy en medio de la multitud. Reúnen barricadas y se animan mutuamente ante la inminente llegada de la policía  La barricada no enciende. Hay fuego por todas partes, un cadáver de un joven yace muerto en el piso, con el cráneo destruido. La multitud lincha a un policía  Un banco, la gente esta en el piso, tengo un arma en la mano, escucho las sirenas de la policía  "Es tiempo de entretenerse" dice una voz. Disparos, me escondo tras un mueble de la cocina y disparo. Cuando se me acaban las balas me abalanzo sobre tipo, con un cuchillo en mano. Siento el calor de la sangre en mi cara. Hay un espejo frente a mi, soy yo. La figura en el espejo se mueve y me habla, yo estoy quieto. Mis pies están sobre tierra, esta todo muy oscuro, apenas consigo ver gracias a una pequeña linterna. La canaleta, apunto a la cabeza de un hombre que me habla, apunto a la cabeza de una mujer, luego coloca la pistola en mi cabeza. Unos ojos inyectados, con un deseo de hacer daño como jamas vi, se posan en mi. El tipo camina entre la multitud, con un abrigo rojo, matando a quienes se cruzan en el camino hacia mi. Luz, solo luz, no puedo distinguir nada. Las imágenes pasan tan aceleradamente que ya no puedo distinguirlas, miles de palabras e imágenes pasan aprisa por mi cabeza. Siento que mi cabeza va a estallar, tengo una presión horrible en el cráneo  Los ojos de Sangrienta se me aparecen con una potencia increíble. Siento que mi cabeza se resquebraja y explota.

Despierto en la cama de un hospital, en una silla, junto a mi, veo a Nicolas durmiendo. Me duele la cabeza, y siento una extraña sensación en el pecho, como una ansiedad desgarradora.
-¿Que paso?- Nicolas se despierta abruptamente y pasándose las manos por los ojos me responde.
-Es un alivio... pensábamos que ya no volvías...
-¿Por que estoy aquí?-
-Has entrado a tener convulsiones luego de lo que te dio Diego, no reaccionaba, tuvimos que traerte aquí para que no te murieras- me dijo- Albert y los demás han regañado seriamente a Diego por hacer algo como eso sin consultar... ¿Como estas? ¿No te vas a morir o si?
-Creo que estoy bien ¿Cuanto llevo aquí?
-Un día desde que te trajimos.

Miro las sabanas y luego la ventana, las persianas están cerradas y la luz encendida, debe ser de noche.
-Albert estará ansioso de hablar contigo, debe venir en camino.-dijo mientras se levantaba- yo voy a jalar al baño, espérame aquí.

Una vez solo en la habitación intento comprender las visiones que tuve en esa extraña experiencia, sin embargo, al tratar de recordar, algunas imágenes aparecieron tremendamente vivas ante mis ojos, generandome una puntada en la cabeza. Deslizo mi mano por mi cuello y trato de no pensar en aquello. Miro por la puerta, hacia el silencioso pasillo del lugar. De un momento a otro, veo mi figura en la puerta, mirándome fijamente. ¿ Estaré soñando? Me ha indicado con la mirada que lo siga, y se ha ido caminando por el pasillo. Me levanto de la cama rápidamente, no sin complicaciones por mi falta de fuerzas.
Camino a duras penas por la habitación y al salir al pasillo, escucho la voz de Nicolas echándole la bronca a alguien. Deben haberlo pillado. En el fondo del pasillo, en la otra dirección  esta mi figura mirándome, como esperándome  Dobla por el pasillo. Camino rengueando hasta el pasillo por el cual se ha ido, las luces parpadean dejando amplios sectores oscuros. Mi figura camina decida y entra en una habitación  Al llegar al lugar y entrar, escucho un terrible grito y veo frente a mi al tipo del abrigo rojo de las imágenes  Debo confesar que tuve miedo. Siento una mano en mi hombro que me susurro al oído maliciosamente "mátalo, mátalo ahora mismo". Veo como sus ojos se clavan en mi, siento un vértigo inmenso, como si una fiera bestia estuviese por abalanzarse sobre mi. Cojo de una mesa una especie de bisturí y me abalanzo contra el. Escucho gritos horrorizados y unos brazos que me sostienen. El tipo del abrigo rojo se levanta y saca de sus ropajes un cuchillo carnicero que comienza a clavar repetidamente en mi torso. Siento el filo de la navaja en mi pecho entrar repetidamente, la sangre abandonando mi cuerpo. Grito con todas mis fuerzas, unos brazos me toman mientras intento al menos asestarle una puñalada a mi asesino. Mas y mas brazos se abalanzan sobre mi, como si un pulpo me mantuviera cautivo, amarrado, listo para ser apuñalado hasta que pierda la conciencia y desaparezca. Siento un pinchazo en mi cuello y todo vuelve a desaparecer.

Despierto en una habitación vacía. Hay una cama y en el velador contiguo hay un vaso de agua y un pequeño frasco con un par de pastillas. No es la habitación del hospital, este es otro lugar. 

La puerta se abre y entra un hombre con un abrigo blanco, de unos cincuenta años, de cabello canoso y expresión severa. 
-Has despertado, que bien...
-¿Donde estoy? ¿Quien es usted? ¿Que paso?
-No tantas preguntas a la vez, entiendo que toda esta situación te parezca extraña, pero tu condición amerita que vayamos lento. Estas aquí por que has tenido un incidente en el hospital. Has atacado a una persona, intentaste matarle, aunque claro, por como estabas, no parecías saberlo muy bien, parecía como si fueses tu el que estuviese siendo atacado...- dijo tranquilamente mientras caminaba por la habitación  blanca como un pálido cadáver- Con los antecedentes que manejo, debo decirte que aquello que has vivido ha sido un episodio psicótico  aparentemente, en tu organismo una sustancia extraña ha detonado un serio deterioro en el funcionamiento de tu cerebro. Llevas aquí un par de días  tuvimos que administrarte fuerte mediación  pues atacabas a todo el personal en cuanto volvías a ti...
-¿Que es este lugar?
-Una clínica para pacientes psiquiátricos  mi hijo se encontraba tratándote  Casualmente estaba en el hospital ese día, charlando junto a mi y te hemos visto. Me ha explicado tu caso...-
-¿Y pueden encerrarme así como así?
-Desde luego que no, pero por orden judicial has de estar aquí  Representas un peligro para ti y para los demás en este instante y como vives solo, nadie puede hacerse cargo de tus cuidados. Piénsalo  es mejor que estés aquí, de no ser así  estarías en la cárcel.  Aquí cuidaremos de que recibas los cuidados necesarios para ver como avanzas. Cuando estés en mejores condiciones comunicaremos a las autoridades que puedes reinsertarte a tu vida.-mira su reloj- tomate esas pastillas, la risperidona te ayudara a sofocar tus episodios. Mañana tienes visitas, si sigues bien como ahora, una de nuestras enfermeras te enseñara el lugar...
Hago como que no oigo lo de las pastillas y miro hacia el techo.
-Tomatelas, o tendré que pedir ayuda para que te las administren.
Me llevo la medicación a la boca y con un sorbo de agua la hago pasar. Siento que todo pesa, una debilidad inmensa se abalanza sobre mi inmediatamente.
-Por cierto, mi nombre es Valerio y soy el director de esta clínica  Yo me haré cargo personalmente de tu caso. Buenas noches.- dijo mientras salia de la habitación.
Me dejo caer sobre la cama, sin fuerzas. Siento algo en el bolsillo del ligero pantalón de claro color que llevo puesto. Con mi mano, saco un papel y lo coloco ante mis ojos. Todo da vueltas.
"Habla con Kain, no desesperes, todo va viento en popa." firma Albert. Mis ojos se cierran.







Concierto de Tripas.


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