Por: Prometeo
La
habitación estaba tan densa en humo que apenas se podía respirar. Era como
nadar olfativamente en el suave olor de la hierba, el humo del cigarrillo, el
de un habano y un inciensiaro.
Fijo
mi vista en la mesa, cajetillas de cigarrillos vacías, los vasos sucios (que
resultaban en una extraña mezcla de sabores como por ejemplo Whisky-Cerveza)
¿Quién va a limpiar algo en esta casa? Todo el jodido grupo, Los Maniáticos,
reunidos alrededor de la mesa, me miran fijamente, como esperando a que diga
algo.
-Dos
semanas…- dijo fuerte Albert- en dos semanas conocerás a Kain, si todo sale
como debería ser, si Diego esta en lo cierto, entonces debemos llevarte a
conocer a Zenón.
-No
entiendo nada, no sé de qué va todo este extraño rollo ¿Qué es eso de La
Chispa?
-La
Chispa es quien detona la explosión, la gran incineración, proceso cíclico
inherente a nuestra naturaleza. Cuando se ha llegado al límite de acumulación
de combustible, gas y prendes una chispa ¡Paf! Ahí es cuando en una llamarada
de fuego, se resetea la historia, las ciudades se derrumban, los Estados se
desmoronan, retornamos en parte a nuestro estado más natural. Es liberación, es
destruir a todo lo que es realmente ajeno a la voluntad del sujeto, su sí
mismo, como voluntad. El gas esta inmensamente acumulado, eso es evidente,
estamos en el borde del fin de la historia, el empoderamiento capitalista socava la existencia general, incluso la propia del capitalista. Los
consumidores, siempre se piensan de forma prototípica. Y ahí es cuando llega el
momento de incinerar, de generar que la fuerza hegemonica no sea una alienación,
sino una liberación conjunta. Nos dicen “Los Maniacos” pero, realmente, amigo mío,
nosotros profesamos el culto a la Diosa Libertad.- me ha dicho Diego, mientras Albert lo miraba atentamente.
-¿Qué
carajos? ¿Sois una secta?
-Nuestro
culto lleva años y años, esperando el momento de acumulación de gas y La
Chispa, según dicte señales de nuestra Diosa
-¿Y qué
es esto? ¿Se comunican con ella? Parecéis como estos palurdos de los domingos
por la mañana…
-Kain
y Zenón, son los primeros sacerdotes. La Diosa, ha escogido esta época como el
fin de la historia, y las señales
indicaban que lo primordial era encontrar La Chispa, y agrandar las
filtraciones de gas- dijo Mariano
-
¿Cómo sabéis que todo es cierto y no un simple delirio?
-Nuestro
culto tiene más tiempo del que imaginas, y más miembros y células de lo que
crees. Nos movemos relativamente en silencio. Ósea, a la poli les cuesta
pillarnos, pareciese que nunca estuviésemos juntos; solo un loco… Viajes… Los
enteogenos son unas de las formas de comunicación con la Diosa. En nuestros
viajes hemos encontrado, cierta, conexión con la Diosa, aunque no tan
profundamente como Kain y Zenón.
-¿Y qué?
¿Se supone que La Chispa soy yo? No soy un maníaco como ustedes, no entiendo cómo
piensan que yo podría detonar una explosión gigante.
- Eres
un maníaco, solo que no lo notas, creo que la experiencia del otro día debió
haberlo dejado bastante claro.
- No
quería hacerlo… estaba al límite…
- Era
necesario y lo sabes. Aun no estás listo, muy probablemente. Eres un diamante
en bruto, quizás. Si es así, no vas tu, solo, a generar la explosión, vamos todos.
- ¿Esperáis
que yo haga algo realmente? ¿No te parece descabellado pensar que un tipo que ni
siquiera conoces, se va a sumar a tu delirio y encima, lo encabezara?
- Dime
que no lo deseas
Y lo
note. Realmente, todo esto parecía la única puerta de salida al encierro en la máquina,
no ser la piececilla útil que querían que fuera. La puerta que asomaba se
llamaba liberación, con todo lo que implicase. Realmente, si lo quería y lo
quiero. ¿Cómo es que ha podido ser que todo mi odio contra el mundo se
materializase, hipotéticamente, que vendría una jodida secta proclamándome un
puto significado y trato? ¿No es como demasiado alejado de la realidad?
Normalmente, quienes logran ver más allá del velo, se resignan o se venden.
Tenemos a manadas de perros chillones y un resto de animales salvajes con
camisa, corbata y mascara. Siempre pensé que acabaría como perro chillón, nunca
me plantee la necesidad de cambiar la situación, de darle una bofetada al
mundo, de vuelta, a ver si con eso lo ponemos en equilibrio.
Pero
estos tipos, de ser cierto todo lo que dicen, quieren implicarme de forma
práctica en esa tan llamada explosión. Siempre mire sentado, siempre me queje y
refunfuñe sin parar, sin dar cuenta de que no hacia absolutamente nada de forma
práctica para que esto fuese diferente, quizás por eso Sofía se fue... ¿Y cómo?
¿Yo contra el mundo? ¿Cómo se va a producir la explosión?
-¿Pero
cómo? ¿Cómo enfrentarse a tamaña maquina?
-Es
una guerra, hermano, todo lo necesario vale- dijo Albert
-¿Y qué?
¿Queréis incendiar la ciudad completa?
-Todo
aquello de donde emane degradación, todo aquel que soporte el brillante peso de
la Libertad es nuestro hermano- Dijo Diego
-¿Te
das cuenta que necesitas un ejército para eso? ¿Qué hay de la gente que, sin
querer, por cruzarse bajo fuego cruzado, muere? – Les pregunte
- Si
necesitamos algo como un ejército, lo armamos, ya tenemos varios Maniáticos.
Incluso, hay células, que funcionan de forma independiente en todas las
ciudades del jodido mundo, estamos en todos lados, aunque no hayas sido capaz
de vernos. Somos simples “locos”, pasamos por “borrachos, drogatas, maniacos”-
dijo Nicolás
-Me
dices que tienes un culto de miles y miles de seguidores, dispuestos a quemar
el mundo. Eso sí debe ser un delirio
-Bueno,
en este mismo momento no, aún hay trabajo por hacer- dijo Albert- Aun hay que trabajar mucho sobre el dominio ideológico, sembrar algunas semillas de duda y caos.
Todos guardan silencio y continúan mirándome
-En
dos semanas no comas carne, ni nada que contenga sodio, para preparar tu
cerebro para tu Viaje inicial, quizás conectes más con la Diosa.- dijo Héctor
-Me
parece arriesgado, si es La Chispa, sin preparación, en su viaje inicial puede
no soportar la posible potencia de fuerza con que se le comunique la diosa. –
Dijo Albert- que conozca a Kain, si confirma, le preparamos con Zenón, y lo
enviamos en su Viaje inicial.
-Wow,
ahora resulta que tengo que hacer lo que decís
-¿Quieres
ser parte o no?
-SI…-
Es el segundo mejor SI que he podido decir.
-Qué
bueno, porque si no, te forzábamos-dijo Nicolás riendo
-Qué
bueno, entonces, esta todo en orden, haz lo que quieras, sabemos dónde vives y
te buscaremos cuando sea necesario, o bien, ven cuando lo creas necesario.- dijo Albert
-¿Y cómo
abro esta jodida puerta?
-Reconocimiento
de voz, el puto Albert invirtió bastante en ello- dijo Nicolás
- Solo
párate frente a la puerta y di “Hola muralla ¿Cómo estás?”-
-Así
conocimos a Héctor, entro de casualidad, saludando una muralla.
-Ustedes
estáis locos…- dije
-Estamos,
amigo mío, somos a quienes la maquina no pudo convertirle en piececilla útil,
por eso como sociedad, nos han dado la espalda, la ideología de la maquina
fuerza a alejarse de todo aquello que no es capaz de comprender, o bien, utilizar.
-Bien,
será mejor que me vaya a casa, ha sido un día extraño…-les dije
-Nos
estaremos viendo, Chispita- dijo Diego
.
Al
acercarme a la muralla, veo el dibujo de una mujer, cuyos rasgos se me hacían
bastante familiares. Me quedo frente al retrato, mirándolo, algo de ello me
recuerda profundamente a Sangrienta. ¿Tendrá algo que ver? Aunque, se parece,
tampoco es igual a como se me ha presentado Sangrienta en los diversos sueños.
-Ese
es un boceto de nuestra Diosa…- me dijo Diego, muy cerca.
-Se
parece mucho a alguien que se me ha aparecido en sueños…- dije- aunque no es
igual…
-¿Cómo
es eso?
- Es
difícil de explicar. En el sueño tiene el cabello de un color rojo, realmente
rojo, su mirada es tremendamente profunda e irónica, maliciosa, sus ojos son
como caleidoscopios, tiene caderas más
amplias, sus ojos parecen los de una pantera…
-
Tienes que estar jodiendo…
-¿Qué
pasa?
-Es
exactamente como he querido dibujarle, pero no he podido, no soy buen
dibujante… Pero, y si es así… ¿no será que...?
-¿Qué?
-¿Y si
la Diosa ya se te ha comunicado a través de sueños? No he sabido jamás de
aquello, al menos de forma directa, normalmente en los viajes es cuando se provoca la conexión, pero
quizás a ti te buscaba, y por eso se ha metido en tus sueños…
-Y
siguen con lo mismo… ¿Entonces qué? ¿En el sueño, esta mujer que se me ha
aparece es una Diosa?
-La
Diosa… quizás, no lo sé, hubo un caso, pero es complicado… ¿Qué es lo que ha
hecho en los sueños? ¿Te ha dicho algo? O ¿Tan solo se te aparece y la ves?
-
Parece querer enseñarme algo, me ha hecho pegarme un tiro, no lo sé… es
complicado de explicar…
-Pues,
entonces has lo que te he dicho, nada de carne durante dos semanas y nada de
sodio. Nos arriesgaremos a llevarte a tu primer Viaje. Si realmente te has conectado
con la Diosa en sueños, puede que te resulte más fácil soportar la conexión con
la Diosa…-dijo Diego en voz baja – no se lo menciones a Albert… probablemente
quiera hacer toda esta mierda más lenta…
Hasta
los Maniacos tienen rencillas internas, al parecer.
-Nos
vemos, mucho por hoy… - le dije
Diego
aprieta un botón junto a la pared y la muralla cede. Camino
por el callejón, miro hacia atrás y la puerta se ha cerrado, parece una simple
pared de ladrillo, al final de un callejón.
Me
sumerjo entre la multitud y comienzo a deambular. ¿A dónde iba a querer ir?
Todo el día ha sido jodidamente extraño, Ayleen, Sofía y Los Maniacos… Hoy no tenía
ganas de irme a emborrachar a la barra y quejarme de la mierda del mundo, hoy,
en mucho tiempo, parecía mi vida tener una salida a todo esto, concreta, aunque
aún desconozco que traman… ¿Y
Sangrienta? ¿Sera una Diosa, o el reflejo de mis deseos reprimidos, o bien mi
necesidad de encontrar un quiebre? ¿Cómo todo, azarosamente, desemboco en
aquello? Sea lo que sea, al menos, tenía una semana libre del trabajo para
pensar bien en todo esto.
Son
cerca de las tres de la tarde, no he podido dormirme por la noche, recién
cuando amanecía, el sueño me ha entrado. Entre tanta cosa en la cabeza, se me
hacía tremendamente difícil conciliar el sueño, y cuando ha llegado, fue como
cerrar y abrir los ojos. Me siento cansado y desganado, aun desconcertado por
el asunto de Los Maniacos, aunque, ansioso y algo alegre por no tener que
trabajar durante la semana, aunque, repito molesto, por tener que ir a dejar el
jodido certificado del psiquiatra a la oficina. Jodida burocracia.
¿Qué
significara exactamente “la explosión” para Los Maniacos? Estas calles, densas
albergan mil historias. ¿Y si al final jodemos a gente que no se lo merece?
Albert repite y repite, “a menos que sea necesario” en mi cabeza constantemente.
Las calles, de noche pasaran a oler a cenizas y habrá calor, caos, destrucción,
fuego. ¿Y si esa mujer rubia que en ese momento pasa junto a mí, dirigiéndome
la mirada con curiosidad, llegase a morir entre fuego cruzado? Claro, llegamos
e incineramos la causa origen del problema, si ella resiste el embiste, puede
vivir el inicio de un nuevo ciclo histórico humano, civilización 0. Quizás se
une a la causa, se une a la masa irascible que participa del estado de caos. Lo
cierto es que ya paso, y jodida perra, sé que no me recordaras.
Resulta
evidente apreciar la intrascendencia completa de la humanidad en la eternidad de la existencia. Somos mero fenómeno, que el momento baile a que languidezca. Quizás somos el
placer de La Voluntad, de poder mirar la muerte, solo gracias al fenómeno es
capaz de apreciar su propia muerte, individualizada. Olvídame, que
posiblemente, yo también te olvide, luego moriremos y nos recordaran nuestros
hijos, que morirán y seremos olvidados por ellos. Luego, nietos, bisnietos y
llegamos al completo olvido, mero papel pasado por las oficinas burocráticas.
El registro de nuestra vida acabo siendo solo un número. Nos jodemos, porque
igual, caeremos al olvido.
-¡Eres
jodidamente hermosa!- le grito desde ya lejos.
Me
saluda con la mano y sonríe. Ahora soy una anécdota. Le lanzo un beso y doy
media vuelta.
Parece
que a la señorita de la oficina, que me recibió la licencia, no se encuentra
muy bien. Aparte del tono tosco y despreocupado, y responder lentamente a los
quehaceres manuales, la tipa te mira raro por la licencia por stress. Quizás
piense que estoy loco y que le quiero comer la cara. Pues, entérate, maldita, tu cara no es de mis preferencias.
Salgo
aprisa, enciendo un cigarrillo, otra vez en las calles. ¿Ahora qué? Tengo una
semana completa libre y no se bien que hacer. Los Maniacos son mi única opción,
además del sucio bar, o, quizás marchar a casa. No estoy acostumbrado a tener
tanto tiempo a disposición. Me
marcho camino a casa, resignado a pensar, beber y drogarme algo.
De
pronto entre las multitudes escucho una voz que dice mi nombre
-¡Esteban!
Me
volteo rápidamente, tratando de identificar entre la multitud, quien me
buscaba. Espero que no sea Sofía. Pelo negro. No.
Una
mujer entre la multitud, de polera lila y falda extravagante, negra. Ayleen.
-¿Cómo
estás?- me dice, una vez esta frente a mí
-Para
serte sincero, con la cabeza resquebrajada. Aunque la cosa se ve mejor que
peor. ¿Qué hay de ti? ¿Te atrapo tu papa?
-Si…
empezaron con los antidepresivos y ansiolíticos-me dijo haciendo una mueca en
la boca.
-¿Cómo
es que no veo un zombi frente a mí? Acá me huele a trampa
-¡Me pillaste!-
dijo sonriente- no me los estoy tomando, estoy tratando de, no lo sé,
¿Enfrentar mi propia maquina?
-Pues
te veo bonita y alegre- le dije
-Yo te
veo guapo y desorientado.-
-Lo confieso,
soy un caos.
-Somos
de la misma especie, quizás.- dijo entre risas- ¿Tienes algo que hacer? Iba
camino a casa ahora mismo.
-Creo
que puedo darte un espacio en mi copadísima agenda
-¿Un
bar?
-¿No
tienes 17?
-¿Y?
¿Crees que no voy a bares?- se rio
-Bueno,
bueno, pero evitemos REM.
-¿REM?
Es excelente… pero tengo otras ideas.
-Te
sigo
-Claro,
claro, está por aquí - dijo mientras emprendió rumbo en una dirección- ¿Ibas a
casa también no?
Me ha
cagado, de la risa principalmente.
-Se
joden las putas libretitas.
Colocamos
los vasos sobre la mesa y los sirvo. El ruido inunda el ambiente, mil y una
conversación se unifican como barullo. Enciendo un cigarro, tomo el vaso sobre
la mesa, bebo un largo sorbo y miro a Ayleen, mientras subo los hombros.
-Es
mejor que mi casa, no soporto las murallas de mi pieza…- dijo Ayleen
-Supongo,
yo me pongo como animal en encierro- le conteste- ¿Qué pasa con tus padres?
-Me
quieren… pero no entienden, aunque traten. Y bueno, si ni yo me entiendo a mí
misma… el caso es que, no lo sé, estoy harta de ser tratada de pesimista y
depresiva por decir lo que realmente pasa.
-Es
jodidamente increíble como cuantos creen que la cosa va bien, cuando están
comiendo mierda- le conteste- me parece que a la mitad ya le han hecho el
trabajito en la cabeza.
-Si… y
es un asco generar lazos emocionales cuando hay tanta discrepancia en nuestra
forma de ver el maldito mundo- me dijo- al final, siempre soy la rara, la
deprimida, la tonta
-Son
todos unos putos de mierda- le dije- al menos nosotros vemos las cosas parecido
-¡Ojala
hubiese una posibilidad de joderlos a todos!- me dijo
Puede
que la haya… me limite a reír y brindar.
Pasamos
un par de horas más bebiendo en el bar, hablando sobre un par de mundos
olvidados, posibles, y otros no tanto. Una chica como ella, cuando era
comprendida, parecía menos golpeada por la miseria del mundo, parecía un animal
dulce, salvaje, brillante quizás
.
Al
salir del bar, el viento nos ha dado en la cara, el frío entraba de a poco. Parecía
que volvíamos a la realidad. Luego de un abrazo y un hasta luego, me despedí de
Ayleen y emprendí camino a casa, lentamente. No tomaría micros ni nada, hoy
quería sentir el frío, si era necesario.
Junto
a mí, pasa una pareja, la chica bastante risueña lleva rápidamente a un tipo
despistado por la calle, me recordó a la imagen que siempre dábamos por las
calles con Sofía. O, la que creí que dábamos, al menos.
Llego
a mi casa y saco hierba suficiente, enrolo un cigarrillo de marihuana y me
coloco junto a la ventana, con una botella de whisky y varios cigarrillos.
Por la
calle se hace cada vez menor el flujo de gente, la mayoría de los que pasan, lo
hacen a gran velocidad, como asustados del peligro de la noche. Otros, hacen el
mayor ruido posible, como para indicarle a la ciudad que aún hay gente en pie,
como para recordarnos realmente lo que pasa, por más silencio que haya en la
ciudad, esta, jamás duerme. Podrá irse a dormir la gran mayoría, pero aun, hay
un par por las calles, drogados, con intenciones de gritarle al mundo su
presencia, los alejados de la legalidad, las partes de la máquina que aún se
mantienen haciéndole funcionar (hay montones de labores, de la máquina,
nocturnas) y los insomnes involuntarios.
Los
últimos, guardamos silencio, nos deslizamos o escondemos en nuestro refugio y
miramos por la ventana, fumamos y miramos por la ventana, leemos bastante en la
computadora o en libros (de preferencia), bebemos tranquila o fervientemente y volvemos a fumar. A
más de la mitad de los insomnes involuntarios, nos llenarían de ansiolíticos,
pues, en nuestras horas de oscuridad estamos siempre a solas. Es en la oscuridad
que muchos logramos ver lo que el resto no ve. Porque estamos enfrentados a
nosotros mismos, por lo general adicionalmente al silencio. Y es como nos damos
cuenta lo solos que estamos, aunque crucemos palabra durante todo el día con
medio mundo. Cuando entendemos eso, es cuando la máscara de la maquina se cae,
cuando pierde sentido ese sentimiento de comunidad que aparenta tener. El viaje
en metro o micro es un ejemplo claro. Aunque vaya llena, la mayoría va sola.
En la
oscuridad, nos separamos y distinguimos del resto del mundo, vemos, que en esos
momentos en que no podemos sumergirnos en el descanso, no hay nadie para
aliviarnos los miles de demonios que nos atacan. Porque es así, no importa cuán
profunda pueda ser una conexión, jamás será completa. Nunca viviremos en
alguien más, y ese alguien más en nosotros, lo único que quedan son imágenes,
acumulación de experiencias, caracterizaciones y expectativas. Si, no niego lo
impresionante del choque de deseos, no niego que mataría por tener a Sofía
junto a mi en este instante. Pero, luego de varios besos acalorados como fogón,
y el desliz de nuestro cuerpo entre las sabanas, la mezcla de sudores y el
sonido de los cuerpos chocando entre si, quizás un cigarrillo, una bonita
charla y punto. Ella se ha dormido, y yo quizás también. Cada uno sigue su
camino, la conexión fue un instante, un pequeño fenómeno, un accidente entre
tanta individualidad. Podemos ser nuestros mientras nos estemos amando,
mientras hacemos el resto de las cosas, somos sencillamente un yo.
Si,
debo de haberme fumado unos cuatro cigarros y aún sigo mirando por la ventana,
divagando, sin encontrar terreno firme a este desvelo que se me viene (y puedo
sentirlo) por seguramente horas. Tomo un antiguo discman con el disco “The Dark
Side of The Moon” de Pink Floyd, tomo el pequeño pitillo, le doy play y lo
enciendo.
Miro
la inmensidad del cielo, para ser la ciudad, se ven bastantes estrellas. La
luna esta oculta tras un inmenso edificio contiguo. Sé que esto en el campo ha
de ser maravilloso.
Inmensos
dragones se dibujan en el cielo entre las estrellas y las nubes, algunas
tortugas, a veces rostros o formas humanas, pájaros, da para todo. Y es que
realmente, nosotros construimos esas figuras aproximadas, la imaginación puede
ser un reflejo en el espejo, del subconsciente. Las estrellas y nubes pueden
reflejar infinidad de aproximación a determinados objetos, aproximaciones
simbólicas, que damos a diversos conceptos. Quizás, el que vea ese par de
demonios de nube molestando un pez de estrellas sea indicio de algún
significado simbólico, guardado en mi cabeza, como demonios como representación
de X concepto que en mi genera un determinado deseo (positivo o negativo) que
se traduciría a mi aflicción actual, o motivación, etc. Claro, que si le
pregunto al de al lado y también me dice que hay dos demonios molestando a un
pez, y otro (adicionalmente) lo asume y sustenta, debemos recordar la
posibilidad de que las nubes, posean realmente cualidades necesarias para ser reconocida
con relativa nitidez. Pero esa
consideración derivaría de o la nitidez clara, aparente a la vista, o la
aflicción o motivación de todos los participantes. Con Sofía solía pasar que al
mirar las nubes, veíamos cuestiones relativamente similares, y cuando ella veía
algo en particular, me lo indicaba. Yo miraba con ansias y deseo de ver lo
mismo que ella, además de la construcción de los diversos significantes,
relativamente homogénea con ella. Entonces veía ese castillo en ruinas,
entonces veía ese raro reptil con alas. Y lo afirmaba con firme creencia. Con
Ricardo no era lo mismo, cuando mirábamos cuestiones como esta (y
eso era extremadamente raro) yo veía algo
que el rara vez podía identificar, y cuando él veía algo, yo tenía dificultad
en la apreciación de lo que me indicaba, a veces, forzando la imaginación para
poder concordar.
Me
dejo envolver en la música de Pink Floyd y me lanzo a la cama, al sonido de la
bella voz de una mujer. El cigarrillo permanece humeando desde mi boca, la cama
se me hace inmensa. Aunque esta vez, quizás, pueda disfrutarla en vez de
envolverme en la ausencia. Quizás esa es la puerta trasera de la máquina, lo
que no vieron; que había locos como nosotros dispuestos a hacerle arder. Aunque,
ni idea de cómo y cuándo.
Y así
se van pasando las horas, hasta que de pronto, se puede distinguir la claridad
del día. Es como la señal, es aviso de la llegada de mi descanso. Cierro los
ojos y sin darme cuenta, caí.
Me
encuentro en las faldas de un cerro, como algunos aledaños a la ciudad, es de día.
El sol resplandece majestuoso, la vegetación inunda el lugar. A lo lejos, me
hace señas, ella, Sangrienta, quien al ver que la he visto, ha hecho señal de
que la siguiera y empezó a correr. Corrí tras ella, entre ramas, piedras,
grietas, atravesando el lugar casi con plena naturalidad. Es difícil seguir a Sangrienta. Su paso es
veloz, su resistencia aun mas, pareciese que por cada paso que avanzo ella
avanza uno y medio y poco a poco, me va dejando atrás. En un momento la pierdo
de visto y observo como vamos subiendo en la altura del cerro. Desde lo alto,
escucho un silbido, Sangrienta, otra vez a correr. Luego de una larga
persecución llegamos a la cima.
Sangrienta esta sobre una roca, mirando lejos. Me siento en la roca, junto a
ella, mientras ella me apunta frente.
Veo la
gran ciudad en ruinas. Hay un silencio increíble.
-Te
asusta que te mataran a alguna niñita en plena incineración.
-Si…
-Murieron
varias, entre los disturbios y la maquina intentando defenderse, también,
cuando los edificios comenzaron a desplomarse e incendiarse.- Sangrienta lo
dice y me mira- quizás ahora alguna está siendo violada por un enfermo sediento
de demostrarse poder. Cosas que pasan con o sin la maquina… una pena que esta
pelea, realmente no acabe nunca… Aunque, ha mejorado bastante
Guardo silencio, no se muy bien que decir.
-¿El
fin justifica los medios?- le pregunte
-Lo
que se enjuicia es el fin, y es bueno recordar que el método, siempre está
situado en la necesidad.-
-Era necesario
entonces que murieran esas niñas.
-Era
necesario que la maquina cayera
-Y
ellos son el daño colateral
-¡La
vida se vive así! ¿Tú te crees que con todas nuestras acciones, tenemos
percepción de cómo se desenvuelve ese actuar en la naturaleza completa del
mundo? Es imposible, puedo ser causante de una masacre en un país por una bomba
atómica sin darme cuenta, solo con dejar mi chaqueta en un bar. No podemos
controlar el efecto indirecto de nuestras acciones, la cadena causal es tan
amplia que no se puede abarcar todas las posibilidades que pueden detonar
nuestros actos, convirtiéndose en causa de diversos efectos. Evaluemos las
intenciones directas, lo hemos logrado. El efecto se detono por y para esa
causa directa, el daño que ha caído, ha sido el que no hemos sido capaz de
prever.
-Seguro
no sabías que ese montón de niñitas podía morir.
-Lo
sabíamos cómo posible, pero no era algo que podíamos evitar. Nuestra intención
directa ha sido liberar a todos de la máquina. En el camino ocurrieron cosas
que no eran parte de la intención directa, aunque previsibles, sin embargo, en
aquel embargo moral, de identificación con la generalidad de la comunidad,
contenida en la máquina, no podemos bajo forma directa hacer absolutamente
nada. No habrían revoluciones, ni cambios radicales, solo los establecidos por
el esquema hegemónico ideológico. Se asume la liberación como un enfrentamiento
ideológico con lo ajeno a nuestra verdadera naturaleza, no luchar por
liberarse, es asumir pasivamente la dominación y toda esta degradación que ha traído
con ello. - me toma de la mano y se levanta- lo siento por ellos, me alegro por
todos los que podrán vivir esta nueva vida. Te llevare a la ciudad para que
veas.
De un
momento a otro, el ambiente se desfigura en colores, dando ilusión de girar, y
luego, se reconforma y detiene. Mis pies pisan las aceras, lo siento.
El
paisaje es la gran canaleta. Esta resquebrajada, con restos de automóviles
volcados e incendiados, junto a nosotros, la ciudad yacía muerta, en ruinas,
completamente en silencio. La hierba comienza a invadir el ambiente, musgo, y
diversas plantas que emergían de las grietas. Había un silencio descomunal.
Solo se podía escuchar el aletear de los pájaros y el viento, que pegaba fuerte
en todo el cuerpo, entre metiéndose en nuestra ropa y agitando el cabello de
Sangrienta, levantando grandes cantidades de polvo que asemejaban nubes que
pasaban a través de nosotros. Era como si el viento avisara que la ciudad ha
sucumbido ante la inmensa naturaleza.
Se
acerca y me besa entre la mejilla y la boca, luego me da un empujón- ¡Ni te
imaginas la que se está gestando a través de la cadena!
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