"Crudo es en estos momentos el invierno, en que mi ser se desvanece poco a poco, estoy enterrado en los mismos trastos en los que comencé, ¿por que tiene que nevar en estas fechas?, cuando mas lo soñaba pocas veces pasó, ahora me parece despreciable, mis congeladas células anuncian mi inevitable final, me gustaría decirles que pasó, y como fue que pasó, pero ya es tarde para ello."
Es lo que decía su carta de despedida, la encontré junto a su helado cadáver, se había congelado, estaba completamente deshidratado, y recuerdo el día de su entierro sin funeral, directo a esa fosa común, no sin antes dar un sangriento adiós a corazón reventado. Que terrible escena, la carta heredaba su única posesión a quien le hallara, yo tuve la "fortuna" de ser su único heredero, una agenda vieja con un candado que me cargaré en cuanto llegue a casa. ¿Que tendrá escrito un vagabundo? Nadie lo sabe, paso por locales modernos, ahora junto a la bencinera, cada vez mas caro eso, pero mis pedales se burlan de quienes pagan tanto por tan poco.
Estoy en casa, y ya me he cargado el puto candado, en la primera página se lee en negro, coloreado con manchas de vino tinto "Mapa de mi tesoro mas preciado". Pero al ojear solo encontré textos, nada que indicara ningún lugar geográfico, todo lo que había eran escritos de su vida, en tiempo real, ahora ya eran viejos pero cada frase allí era parte del vivir diario. Destapé una cerveza y me dispuse a leer...
JOK
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