Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

La historia de Steve Blind

viernes, 24 de enero de 2014

Capítulo III




Por: Armand Valerius


Es de noche. Aún  resuena el portazo que han dado al salir de la habitación. Claro, yo sabía que esto podría terminar así, era lo más evidente, pues a las personas no les agrada una verdad cruda. Menos aún a quien me ha venido a visitar. Lo más probable es que su camino hacia la no-amistad ya esté casi recorrido por completo; la discusión de hoy marca un hito importante, un antes y un después: no sabemos si nos volveremos a ver. Creo que ahora sí puedo decir que tengo tres amistades, ya no cuatro, ni tampoco dudar y dejar esa ambigüedad de "tres o cuatro", como si aún hubiera algo que me permitiera considerar una cuarta persona. Las palabras ya hicieron su labor.

Pese a estar satisfecho con lo acontecido, aun me ronda la idea de si esta persona podrá ser fuerte y sobreponerse a su debilidad. La conversación que tuvimos todavía ronda mi cabeza; mientras estoy sentado sobre mi cama desordenada e intento levantarme hacia  mi viejo escritorio, vienen  a mi mente aquellas palabras que intercambiamos. Ciertamente, esa conversación ha sido material para mis cavilaciones de esta noche.

- ¿Cómo te has sentido? -me preguntó con aspecto de preocupación mesurada.
- Creo que he estado mejor en otras ocasiones, pero esto no está nada mal. He superado las molestias, pues tengo un espíritu imperecedero, y un ímpetu diabólico -le respondí con soberbia y arrogancia, mientras daba una mirada de soslayo a sus brazos.
-Entiendo. ¿Por qué no has querido recoger estos vidrios que están por toda la habitación? Al entrar casi me lastimo, cualquiera podría salir herido, eso lo sabes, ya que tú mismo estás todo cortado -me dijo con una expresión perdida en su rostro.
- No tengo tiempo para recoger vidrios. Además no me corresponde, no es mi culpa que se haya caído aquel vaso torpe, es culpa del viento. Tampoco me importa que alguien más se lastime, pues nadie entra aquí; no acostumbro tener visitas. De hecho, si casi te lastimas con los vidrios es porque no has tenido cuidado, aparte tu quisiste venir acá, es tu responsabilidad, por tanto no me atañe a mí -dije casi maquinalmente.
- Claro; es fácil ceder la culpa a otros, y luego acomodar las responsabilidades -expresó a regañadientes y en voz baja, con una molestia evidente en su tono voz.
- No me compete aquello, este no es el caso en que se dé aquello que has dicho. Al parecer te ha molestado lo que te he mencionado antes, pero es la verdad.
- Por supuesto. Es tu verdad. Bueno, no importa, te ayudaré a recoger estos vidrios -dijo mientras tomaba una bolsa, una escoba y una pala. Luego comenzó a sacar los vidrios esparcidos por la habitación.
- No es necesario que hagas eso. No es algo que te importe y que debas hacer por causa o motivo alguno. No hay nada que te obligue a ello, créeme. 
- Lo hago por tu bien, nuestra amistad me dicta el ayudarte en esto. Además, si lo hago, ya podrás desplazarte un poco mejor por toda la habitación, dejarás de cortarte con los vidrios al caminar, tus heridas  sanaran, sin que otro corte nuevo las agigante, tendrás la posibilidad de salir de la habitación de manera más cómoda, para que así puedas hacer tus necesidades, ir a la cocina a prepararte algo de comer, e incluso, salir a tomar aire fuera de la casa. ¿No te parece genial? Eso te ayudará a que pronto estés completamente recuperado.
- No entiendes lo que ocurre. Estas heridas no son las que me tiene inmóvil, no son los cortes los que me obligan a estar recostado, no es por los vidrios por lo que estoy aquí, en mi habitación, todo el tiempo. Me da igual cortarme para ir en busca de alimento, o para ir al baño y hacer mis necesidades. La herida que me tiene postrado es aquella obtenida en la batalla, aquella que me ha propinado el enemigo con sus armas sofisticadas. No sirve de nada el quitar los vidrios, o quizás sólo un poco; el punto es que en lo sustancial no es gran cosa. 
- Ya veo, con que es aquello otra vez -dijo con voz tosca mientras se dirigía fuera de la habitación, para ir a la cocina a botar la bolsa, llena de vidrios pequeños y medianos, en el basurero.

Ya había terminado de barrer todos los restos del vaso caído. Al volver traía una expresión seria en el rostro. Se sentó en la silla que está en frente de mi viejo escritorio y dio una mirada por la ventana. Algo le causaba desagrado en todo lo que le había dicho. Luego de meditar unos minutos, volteó la mirada hacia la cama, en donde me encontraba sentado, y dejó escapar un pequeña sonrisa irónica.

- Entonces es aquello -dijo con sequedad.
- Sí. Es algo inevitable -dije parcamente.
- No sé hasta qué punto es inevitable. Pero es cosa tuya, bien lo sabemos. Supongo que la señorita durazno está involucrada en todo esto, ¿cierto?
- Sí, así es; aunque no es su responsabilidad. Lo he meditado: aquí la han engañado para que ayude al enemigo. De eso estoy seguro. Se han aprovechado de su temor ante el presente, de su temor ante su existencia concreta-presente, la han distraído y dominado, y por ello ha pasado a ser la estratega maestra de toda esa milicia corrupta.
- ¿Estás seguro de aquello? ¿Qué te hace pensar así? Yo veo que la intentas salvar de toda culpa. Y es raro, incluso contradictorio, pues tu mismo  has dicho que es por culpa de aquella herida obtenida en batalla que te encuentras postrado; herida producida por el enemigo, cuyo estratega maestro es dicha señorita "duraznosa", por tanto, ella sería la culpable de tu mal.
- No lo veo así. Tú piensas así por conveniencia propia. Ella no es la culpable, aquí el culpable es un vaso débil y un viento impetuoso. Por culpa de ellos me he lastimado con varios cortes en el cuerpo, y ello no me ha dejado hacer cosas en vistas de mi revancha. La otra herida, la de la batalla, ha sido producida por los enemigos, no por su estratega, la cual, insisto, está siendo utilizada. Curados mis cortes, puedo sanar mi otra herida también, por medio de una planificación para mi venganza. Eso es lo que no entiendes; eso es lo que no quieres entender, pues te desagrada la señorita durazno -dije con un cierto grado de molestia, a la vez que sentía mi pecho acalorado.
- Es verdad, ella me desagrada. Pero estas mezclando cosas que no tienen razón de ser, pues lo que te digo es desde un punto objetivo. 
- No lo creo. Tú sabes muy bien que tienes un conflicto de interés de por medio: yo. 
- No quieres ver lo evidente Steve -dijo con molestia notoria.
- ¿Lo evidente según quién? ¿Según tú persona? Mejor vete e intenta encausar tu rumbo, pues la debilidad te empapa. Me acusas de algo que tú vives en relación a mí; no porque en tu caso sea así yo actuaré igual a ti. Quizás en el pasado, pero no en mi presente. 
- Niegas la posibilidad de algo que se muestra a los ojos de todos; no dejas entrar la luz de la razón en lo que está pasando -dijo mientras se levantaba de la silla.
- No necesito luces de ninguna razón, me basta con la propia. Guarda tu luz para ti; te recomiendo que no sigas el camino del parasitismo, es degradante, lo sé por experiencia propia.
- Tus palabras son nefastas. Te dejo en tu miseria, sólo eso queda por hacer -dijo con voz alterada, con un gesto de desprecio e ira.
- Creo que mi miseria es un paraíso en comparación a tu servidumbre asqueante y tu parasitismo enervado -dije con sarcasmo, y con una leve expresión de desprecio.

Después de aquellas palabras sólo quedó un eco: el de la puerta al cerrase fuertemente, tras la salida apresurada de aquella amistad perdida. No toleré tamaña ofensa. Sé que me equivoco a veces, pero en este caso no acontece aquello, ¿no pueden entender eso? Claro que no; todos quieren ver algo que no es, y me acusan a mí de ser quien no ve la realidad. Es por eso que prefiero el encierro, mi habitación solitaria, antes que la compañía de miopes y simplistas.  Es mejor estar frente a mi viejo escritorio y empezar a redactar que dialogar con alguien que no quiere entender, que insiste en algo que ya ha sido aclarado antes, y que cuya última palabra ya ha sido dicha.

No siento una gran pérdida. Me preocupa más el recuperarme luego de estas heridas. Al sentarme en la silla que está frente a mi viejo escritorio, me he dado cuenta de que el malestar ha aumentado, y que algunos cortes se han abierto producto de la exaltación de la discusión que se ha producido minutos antes. Han pasado cuarenta minutos desde que salieron ofuscados por la puerta de mi habitación. Seguramente no me percaté de la sangre por estar absorto en mis pensamientos. Pero insisto: lo más importante es sanar esa herida de batalla por medio de una revancha; volveré por mi venganza, y demostraré que no estoy equivocado. Además, la señorita durazno no es factor para mí, no afecta en nada mis raciocinios y mi planificación,  pronto será superada y dejada en una caja de olvido, de donde no saldrá jamás. Y eso porque soy benévolo, pues podría exterminarla; no hay nada que supere mi genialidad.

La noche avanza. El sangrado se ha detenido. Me levanté al baño, para curar las heridas que se habían abierto, y luego fui por algo de comer. Ya todo está más calmo, el aire deja sentir la tranquilidad que me brinda esta soledad; el ambiente ya se ha limpiado de la contaminación que significa el que alguien más entre en mis espacios. Al parecer es hora de descansar. Mañana debo despertar temprano, pues intentaré levantarme para salir a dar un pequeño paseo. Necesito de ese aire fresco que sólo se consigue en medio de árboles y jardines.

Bienvenida Sangrienta Malvenida



Tercer Movimiento: Parte Doce

Por: Prometeo



Contemplo una estatuilla de oro en mi oscuro estudio. Es la figura del rey Alexander III, fundador de la Orden Blanca hace ya casi mil años. Hasta el día de hoy, su legado perdura, no solo con la Orden, sino con toda su descendencia, forjando un noble linaje que a través de los siglos se ha encargado de defender esos principios fundamentales. Poder, Orden y Control. Ese es el único destino de la excelencia, la supremacía. La excelencia no puede rodearse e igualarse a la mediocridad, decadencia y vulgaridad, es necesario que cada cual tenga lo que corresponde. Que la decadencia y la ignorancia sean gobernadas por la excelencia y la grandeza, dada la imposibilidad de la masa para hacerlo por ella misma. Solo bajo estas disposiciones podemos barrer con la decadencia actual de la tierra, el patético y grotesco ideario de libertinaje y depravación. Es esta mi labor, mi batalla. Tocan la puerta.
-Ya veo...- digo mientras me acerco hasta esta y la abro.
-Señor... Disculpe que lo moles...-
-Ya lo se, iré de inmediato- le respondo mientras cierro la puerta y avanzo por un largo pasillo. Avanzo a través de la oscuridad, el corredor solo es iluminado por pequeñas luces en el techo. Llego hasta una amplia sala, me acerco hasta una gran escalera de caracol y desciendo por ella, en dirección a la prisión. Al llegar al final de este veo numerosas puertas. Puedo sentir cual es la indicada, giro la perilla de la quinta puerta y la abro.
-Así que ha llegado el Don...- me dice un hombre con vestimenta de cuero, numerosos cuchillos cuelgan de su cinturón.- Este es...
-Lo se- le interrumpo- por favor, retírate de la habitación
El hombre se acerca hasta la puerta y antes de salir me dirige la mirada.
-Si, puedes continuar con la lista- le respondo antes de que hable. Asiente y da media vuelta.
-Desgraciados...- dice el hombre encadenado a la pared.- ¿Quienes son?
-Guarda silencio, seré yo quien hable- le respondo- no quiero forzarte a que me hagas caso
-No te...-
-"tengo miedo"- le interrumpo
-Er..-
-"...a predecible"- le vuelvo a interrumpir
-¿Que...-
-"es esto"¿Podrías dejar de desperdiciar mi preciado tiempo?-
-¡Jodete!- me lanza un escupo que evado con facilidad. Lo miro fijamente, tiene numerosos cortes en su cuerpo de profundidad media. Sabia que David no dejaría pasar la oportunidad de entretenerse. Que nauseas me provocan estos humanos.
-Así que, tus padres...- le digo- por eso tu carrera como cazador de asesinos. Vaya cliché-
-Desgr...-
-Claro, lo de esa mujer, Lorena, también influyo bastante, mas, no es buen motivo, dado que su muerte fue tu culpa, tu la involucraste. En mi opinión eres solo un asesino que busca excusas para justificar su sed de sangre- me mira con el rostro repleto de miedo y dolor
-¿Co...-
-No perderé el tiempo explicándote. Lo que estoy buscando es otra cosa- digo mirándolo fijamente- Tu encuentro con Philipp es lo que te trajo a este lugar.
-¿P..-
-Ustedes lo conocen como "El Despellejador"-  le interrumpo otra vez- te dije que dejaras de hablar, no es necesario, puedo escucharte lo suficiente...
Me acerco hasta el y llevo mi mano hasta su cuello.
-Aquí esta- digo al tiempo que doy con la cadena de un collar. El hombre enfurecido, trata de alejarme, mas las cadenas se lo impiden. Lo miro fijamente a los ojos- ¿Crees que puedes desafiarme? ¿Quieres sentir el miedo y el dolor estremecer lo mas profundo de tu alma?
Numerosas arañas comienzan a descender del techo, otras salen bajo el piso. Una voz femenina lanza un grito desgarrador, Lorena. Las arañas ascienden por su cuerpo y la sangre sale de la figura de su amada empapandolo por completo. A cada puñalada los gritos aumentan su intensidad hasta volverse ensordecedores.
-Mírame a los ojos- el hombre mantiene la mirada abajo llorando- ¡MÍRAME A LOS OJOS!
Le tomo el rostro y le fuerzo a mirarme, su rostro se vuelve inmensamente palio y se desmaya.
-¿Te asustaste? Pero si aqui no ha pasado nada- digo mientras le quito el collar. La habitacion permanece en calma. Al examinar el collar, puedo ver una pequeña piedra roja que brilla con gran intensidad. Ya es tiempo. Salgo de la habitación y subo las escaleras a prisa, están todos reunidos en el salón central esperándome, lo se, puedo verlo.
Al llegar al salón todos se reúnen y se mantienen expectantes a mis palabras.
-Se que han estado esperando largo tiempo nuestro total retorno al campo de batalla. Los Maníacos se han fortalecido con la ayuda de uno de los arboles sagrados, es por ello que el día de hoy están tan bien posicionados la batalla. ¿Por que hoy si es el momento y antes no? Pues, por que hoy ha aparecido por fin lo que nos dará ventaja sobre ellos.- Les digo mientras levanto la piedra roja.- Con esto les daremos una sorpresa que dará pie a nuestro avance. Cuando Jean encuentre la parte restante de la roca, tomaremos el control total de la batalla.
-¿Y si Joseph no logra derrot...-
- Si Jean encuentra la piedra, sus habilidades ganadas en la expansion quedaran inhibidas dada la relacion de la roca roja con el arbol sagrado al que han accedido.- les respondo- Sera un juego de niños para Joseph
-¿Y por que n...-
-No afectara las habilidades de Joseph por que la piedra inhiben la expansión producida por un determinado árbol divino, hay un tipo de cada roca para cada árbol.- les contesto- es tiempo de solucionar un par de asuntos, en la noche les daré las instrucciones correspondientes
-Señor ¿Sal...-
-Evidentemente- le digo mientras doy media vuelta y camino hasta la escalera de caracol, ascendiendo por ella




Caminamos por un sendero de tierra, pueden verse grandes campos de cultivo a un lado, en el otro, numerosos arboles frutales hacen sombra en este caluroso día. Amelia bebe de su botella de agua y me la alcanza
-Muchas gracias- le digo recibiendo la botella y bebiendo del agua.
-Puedo ver por que esa mujer, Ingrid, vino a vivirse a este lugar, todo parece tan apacible por aqui...- me dice mientras pateo lejos una piedra.
-Es verdad... si no la liberación no estuviese en marcha, gustosa me vendría a un lugar como este para alejarme de esa cochina ciudad- le respondo
-Digo lo mismo...- me contesta- aunque no soy tan aporte como tu en todo esto...
-Yo creo que si lo eres- le contesto sonriendo
-Gracias Sofia, eres tan maravillosa como tu hermana- me dice- sin ustedes no se que habría sido de mi.
Hago una pausa contemplando el paisaje mientras continuamos por el sendero
-¿Que era de ti antes de todo esto? ¿Como es que acabaste en ese hospital psiquiátrico?- Amelia devela tristeza en su rostro, me mira complicada
-Bueno... no me es grato hablarlo, mas eres mi amiga- me responde- Trabajaba como enfermera en un hospital de la ciudad, mi vida completamente normal, tenia una familia amorosa, amigos, hasta un novio... Un día, trabajando en el hospital, una ambulancia llega, no era nada nuevo, mas, cuando vi a la paciente colapse. Era mi madre, llego con el cráneo fracturado. Habían tenido un accidente automovilístico junto con papa, el murió en el lugar del accidente. Como estaba en shock, poco pude hacer y una compañera me cubrió. Mama falleció dos horas después de llegar al hospital. Era hija única, de un día para otra perdí a toda mi familia. Me hundí en una depresión horrible y no pude volver a ese hospital, me encerraba en casa y no hacia otra cosa que llorar. Varios amigos se quedaron, mas, con el tiempo, dejaron de venir. Luego de que mi novio me dijera que fuese en busca de ayuda profesional, termine con el. Con eso termine alejándome de todos a quien conocía, me inunde en la soledad y la tristeza, esperando despertar de lo que parecía una horrible y eterna pesadilla, o bien, que la muerte me encontrase durante el sueño, cosa que jamas paso. Un dia, agobiada por todo, decidí quitarme la vida... Me tome un tremendo coctel de pastillas y los mezcle con abundante alcohol. Cuando desperté estaba en ese psiquiátrico, no se como es que habré sobrevivido, me dijeron que un anónimo llamo a la ambulancia y por eso sobreviví. Hasta el día de hoy, desconozco quien habrá sido... En el psiquiátrico se repitió la situación solo que ahora estaba forzada a hablar con los médicos y no tenia como quitarme la vida. Cuando tu hermana, en ese entonces presentándose como Lilian, llego, de alguna forma, empezó a sacarme esa abominable tristeza que vivía dentro de mi...
Le doy un fuerte abrazo y la beso en la mejilla.
-Ay, niña mía, la vida te ha tratado mal- le digo sin dejar de apretarla entre mis brazos- mas, sigues aqui, y tengo que decírtelo, tu destruida vida, ha comenzado a ponerse en pie una vez mas, querida. Si hay algo que puedo prometerte, es que no te abandonare en esta labor, así que tendrás que aguantarme por muchísimo tiempo
-Gracias...- me dice soltando un par de lagrimas, me separo de ella y con un pañuelo seco sus lagrimas
-¡Quiero una sonrisa en tu rostro! Eso si que te sienta bien- le digo, esta me sonríe- ¿Ves esa casa a lo lejos? Tengo la sospecha de que estamos por llegar.
Junto a la casa una mujer, de pie, mira directamente hacia nosotras Empiezo a sentir una vez mas un desagradable dolor de cabeza.
-¿Estas bien?- me pregunta Amelia
-Estos malditos dolores de cabeza... Cada vez empeoran- le contesto mientras me mira con preocupación
-¿Entonces lo de Esteban no resulto?-
-No, no he querido contarle para que no intente lo mismo una vez mas... me preocupa que pueda ocurrirle algo por mi culpa, la ultima vez me desespere al ver que no despertaba.-
-Si esto va empeorando, tiene que saberlo.- me tomo la cabeza, el dolor va en aumento. Comienzo a sentirme mareada, mas trato de continuar por el camino.- Sofia, detente, es mejor que descanses, Ingrid no se ira a ninguna parte-
-Tenemos que llegar, esto...- le respondo con dificultad, acercandome como puedo hasta la casa- esto desaparecerá solo
El dolor aumenta cada vez mas y la vista se me empieza nublar. De pronto una serie de imágenes pasan por mi cabeza.

Puedo verme corriendo por un callejón, llueve ligeramente, un hombre corre tras Esteban que escala una reja y salta a la gran canaleta, busco mi pistola pero esta no aparece. ¡La tenia hace unos instantes! ¿Como pude haberla perdido? Escalo la reja, puedo ver a Esteban parado, a su espalda, el corpulento hombre le mira con una nueve milímetros en su mano derecha. Este dispara al aire y luego lanza su pistola a los pies de Esteban, este se gira sin comprender. Me acerco a toda prisa mientras la lluvia comienza a incrementar su intensidad
-¡Esteban!- le grito corriendo en su dirección. Este mira al piso asombrado, luego dirige su mirada al hombre corpulento y luego a mi. Toma la pistola.
-¿Que dices? ¿Es cierto eso Sofia?- le grita al hombre corpulento, este no ha dicho palabra alguna. Levanta la nueve milímetros mientras me mira a mi y al tipo.
-¿Que pasa Esteban?- le pregunto sin comprender, el hombre corpulento se ríe mientras Esteban me apunta directamente a la cabeza.




-Buenos dias señor Echeñique- me dice William, actual jefe de la CISN mientras extiende su mano
-No se si son tan buenos, William- le respondo- la decisión de la comunidad internacional no nos ayuda demasiado en la lucha contra estos enfermos ¿Por que vuestro enviado no nos defendió?
-No podemos arriesgarnos a apoyar públicamente lo que estamos haciendo. Con la difícil situación económica y los cuestionamientos por parte de los países de esta región y los de oriente. Es política señor, vuestro padre lo sabia bien. El apoyo seguirá, mas, hemos de actuar con mayor precaución hasta que los observadores de DDHH se retiren. Con mi gente sabemos como actuar en silencio, tenga claro que esta no es nuestra primera vez en una situación como esta.-
-Me alivia saber aquello-
-Debo advertirle también de lo que hemos descubierto en las filas del enemigo-
-¿Tenéis infiltrados?-
-No... lo hemos intentado, pero de alguna manera nos han descubierto, los infiltrados están en las organizaciones sociales con las que coopera este grupo de terroristas...-
-¿Entonces? ¿Que es lo que habéis descubierto?-
-Hay algo muy extraño con este grupo, Los Maniacos...- me dice- han ofrecido una resistencia que no había visto jamas en ninguna de las misiones en las que he estado. No es que tengan gran entrenamiento para-militar, salvo un par de sujetos. Lo inverosímil de esta situación, es que una gran cantidad de miembros de esta organización muestra capacidad casi sobre-humanas... Se que suena poco serio, puedo ver la mueca en su rostro, mas, debo decirle que es verdad, es por esto que muchas de nuestras mas importantes operaciones han fallado. ¿Como puede explicar que una puñado de jovenzuelos sea capaz de deshacerse con facilidad de un escuadrón de hombres que han tenido largos años de instrucción militar? He tratado de indagar al respecto, mas la única información que he conseguido es un extraño mito relacionado a una planta. El enemigo es mucho mas fuerte de lo que parece, el actuar confiadamente solo nos conducirá al desastre.-
Camino por la habitación sin comprender bien la situación ¿Sera todo esto cierto? ¿Como es posible? No había contemplado un escenario como este ¿Que haria papa en mis zapatos?
-Ademas, traigo la información que me ha pedido, uno de mis hombres se ha encargado de observar de cerca a vuestro hermano-
-¿Y? ¿Que se trae ese tonto?-
-Ha revelado una serie de secretos de estado a numerosas prostitutas, hemos tenido que acabar con todas ellas para evitar el desastre ante una posible filtración de información...-
-Ese imbécil, debí haber colocado a alguien mas en ese cargo, con razón papa no se lo dejo todo a el- le digo mientras reviso los papeles en la mesa que William me ha traído- Estoy preocupado con todo esto de los tipos de DDHH, confió en que mantendrás a tu gente ordenada y precavida, mas, no puedo asegurar que mi hermano actué de la manera mas adecuada. Me preocupa que sea incapaz de contener a la policía oficial en un momento como este...
-Quizás debería colocar a alguien mas en su lugar-
-Lo forzare a enderezarse- le contesto- Si falla, le culparemos de todo, le encerraremos y colocaremos a alguien mas en su lugar-
-Me encargare de preparar las cosas por si el escenario se presenta- me responde William
-Perfecto, lo citare a mi oficina hoy mismo- le digo estrechando su mano y saliendo del lugar.

Una vez Hernando sale de la sala, me dirijo hasta una de las habitaciones del lugar y me coloco frente al computador. Miro mi reloj, justo a tiempo. En la pantalla puedo ver a varios hombres sentados en una mesa, mis superiores.
-¿Que esta pasando Donovan? Necesitamos una explicación de por que la desarticulacion de los subversivos no ha acabado- me dice uno de mis superiores. El director de la organización se mantiene silente leyendo unos papeles.*(La conversación se desenvuelve evidentemente en la lengua materna de los personajes involucrados)
-Ofrezco mis disculpas, nos hemos encontrado con una resistencia mejor capacitada de lo que creíamos-
-Las disculpas no nos ahorran recursos Donovan, ademas, no es la primera vez que te enfrentas a grupos para-militares-
-No es eso señor, estos hombres son diferentes, sus capacidades no parecen los de una persona cualquiera. He podido ver como un par de mocosos han acabado con hombres de increíbles capacidades.-
-Donovan, no queremos mas excusas para tu incompetencia, tienes que solucionar esto de una buena vez- dice una mujer en el grupo
-Lo haré- les respondo intentando guardar la calma- Mas, necesitare refuerzos y mejores herramientas.
-¿No es suficiente todo lo que hemos invertido ya?- pregunta un regordete hombre. Asqueroso burócrata, es sencillo hablar cuando solo tratas con palabras y números.- Me parece una falta de respeto, considero que deberíamos remov...-
-Esta bien Donovan, te daremos lo que pides- dice el presidente del directorio interrumpiendo al obeso miembro, sin despegar la vista de sus papeles- Pero has de prometernos que cerraras la misión con éxito-
-Se lo puedo asegurar señor- le respondo
-Eres un hombre hábil Donovan, lo sabia y aun lo se, yo mismo te di el respaldo para que lideraras esta misión. No dudare de tu palabra y te daré lo que nos pides. Mas, necesito la seguridad de que esto se solucionara de la manera mas silenciosa posible, no podemos arriesgarnos a ser descubiertos en pleno intervencionismo, menos con ese grupo de comunistas en la asamblea de las naciones unidas.
-Lo se señor, puedo asegurar el mejor funcionamiento posible por parte de la CISN-
-¿Y que hay de las policías de ese lugar? ¿Se mantendrán discretos también?- interviene otro miembro del directorio
-El señor Echeñique se encuentra trabajando en esa situación, tenemos un plan B en caso de que estas bestias se descontrolen-
-Nada de plan B, no tomaras ninguna decisión por tu cuenta, limítate a acatar lo que te digamos- dice fuertemente la mujer del directorio
-Si no logran contener a sus salvajes, no podremos mantener nuestro apoyo al gobierno. De cualquier manera, este gobierno no es fundamental... Si algo ocurriese, tu misión continuara, no seria un error repetir la táctica aplicada en los países de el medio oriento- dice un hombre de color en el directorio
-¿Y gastar mas en comprar a los rebeldes?- dice hombre rechoncho- ¿Que pasa con ustedes?
-Guarda silencio- le dice el presidente del directorio- No estamos ahí para proteger al gobierno, lo que necesitamos es sencillamente mantener el control de la minería, la base militar y el laboratorio de investigaciones al extremo sur. Si podemos culpar al gobierno de todo y levantar otro que respete estos puntos, la misión habrá sido un éxito.-
-Estaré preparado para dicho escenario, he conocido a un hombre que podría sernos de ayuda en esa situación...-
-Lo dejamos en tus manos, enviaremos mas hombres y el armamento adecuado- dice el presidente del directorio- Espero que para la próxima reunión nos traigas buenas noticias
-Así sera señor- le contesto




Me despierto en la ruca con un intenso dolor de cabeza. Hace tiempo que he ido sintiéndolo, mas, jamas había sido tan fuerte, siento como si me hubiesen incrustado un hacha en la cabeza. Me levanto con dificultad y salgo de la ruca, al respirar el aire puro el dolor comienza a disiparse. Un hombre pasa junto a mi y me saluda. Me acerco hasta uno de los grupos de gente reunida de la comunidad. Luego de saludarnos me extienden un cesto con piñones, saco un par y los como.
-¿Han visto a Albert y Glenn?- les pregunto
-Fueron a la ciudad, están afinando los últimos detalles para mañana- me dice uno de los hombres. Llevamos cinco días en este lugar, reuniéndonos con las comunidades vecinas coordinando el próximo levantamiento. El estilo de vida en estas comunidades es sorprendente, pareciese haber una estrecha unidad entre su cultura y la naturaleza. Este es uno de los caminos fuera de la dominación, una vida en equilibrio con la tierra y un amplio respeto a todos los seres que la habitan. Este lugar me da esperanzas de un mundo diferente, limpio de la decadente dominación y la batalla del hombre contra la naturaleza, incluida, la suya propia.
-¿Que hay de Cuz y Pelantaru?-
-Cuz ha ido a contactarse con el espíritu de la tierra, sera mejor que no lo interrumpas- me dice una mujer- Pelantaru partió al rio hace un tiempo.
-Ire a hablar con Pelantaru entonces-  le respondo haciendo un gesto de despedida emprendiendo camino hacia el rió a través del bosque. Inmensas araucarias pueden verse por todo el lugar, este sitio ha permanecido casi imperturbable durante poco mas de un milenio. Puedo comprender la aguerrida resistencia de este noble pueblo ante las invasiones a sus tierras. Un lugar como este no puede permitirse que sea depredado por todos estos hombres que solo ansían riquezas que no necesitan. La enajenación ha de ser suprema como para querer destruir un sitio como este.

Poco a poco comienzo a acercarme al río, Pelantaru se encuentra sobre una roca, contemplando el paisaje.
-¿Ves eso a lo lejos?- me dice indicándome a la distancia un bosque de pinos y varias maquinarias- Las forestales están dejando estéril la tierra con sus arboles extranjeros... Si todo sigue tal cual, tarde o temprano, este bosque desaparecerá-
-Puedo asegurarte que eso no sucederá-  le respondo- el día de mañana los detendremos.
-Para nuestro pueblo la lucha no es novedad, llevamos mas de quinientos años defendiendo la tierra y el bosque, viendo como la sangre de nuestros hermanos acaba tiñendo los ríos... Como todos mis hermanos, vivos y muertos, daré batalla, mas es difícil creer que esto termine tan repentinamente. El extranjero ya se asentó en esta tierra, hambriento por devorar todo a su paso, podemos hacerlos retroceder, mas dudo que la lucha termine...
-Nuestro enemigo es el mismo, esta vez no quedaran solos en la pelea. Juntos podremos detener a estos enajenados- le digo colocando mi mano sobre su hombro.
-Combatiremos como hermanos entonces- me dice imitando el gesto y colocando su mano en mi hombro. En lo alto puede verse un gran cóndor sobrevolar el lugar. Pelantaru sonríe.
-Con que aqui están- se escucha a nuestra espalda, al voltearnos vemos a Cuz- mi corazón se enaltece al verlos juntos como hermanos.
Camina hasta nosotros.
-Pelantaru, Millaray esta buscándote- le dice
-Iré ahora mismo, nos vemos después- nos dice mientras emprende camino a la comunidad.
-Tengo algunas cosas que hablar contigo- me dice Cuz contemplando el cóndor que permanece sobrevolando el lugar.
-¿Que ocurre?-
-Desde hace un tiempo he tenido unas extrañas visiones, he consultado a la madre tierra, mas no ha querido responder a mis preguntas... He podido ver imágenes que me indican que un antiguo enemigo ha retornado... No comprendo como, creía muerto a este hombre...-
-¿Quien es?-
-Un hombre clave en la Orden Blanca... hizo estragos en este lugar años atrás, acabando con muchos de nuestros hermanos... Puedo sentir como sus fuerzas han incrementado considerablemente, no sabemos como ha entrado en contacto con el fruto, pero podría asegurarte que lo ha hecho.-
-Casi toda la antigua generación ha regresado, creo que podemos enfrentarle-
-No es sabio confiarse ante el enemigo- me dice- Mas, esto no es lo único que me preocupa.
-¿Que mas ocurre?-
-He podido ver algunas imágenes extrañas de Dosser, como si fuese a despertar...-
-La preocupación con el es general-
-Puedo sentir como algo se esta urdiendo tras todos nuestros actos, como si estuviésemos desencadenando algo que desconocemos... Tengo el presentimiento de que si Dosser despierta no se unirá a la causa-
-¿Crees que se ponga en nuestra contra?-
-Dudo que le interesen nuestros asuntos en este mundo, lleva una eternidad conectado directamente al Gran Espíritu. Nuestras batallas probablemente luzcan mundanas a sus ojos. He podido ver en otra de las visiones como llegabas al árbol sagrado, o Gran Árbol, y este pareciese trasladarte su energía, como si te entregase un tipo de aliento. Como te dije, todo aun resulta muy confuso, mas, siento que es necesario que te diga todo esto.-
-Agradezco que lo hagas, comparto tu preocupación-




Continuo mi camino por la selva, no estoy muy segura hacia donde me dirijo, mas, puedo sentir que es este el trayecto que he de seguir. Llevo largo tiempo aqui, semanas, comienzo a preocuparme de haber perdido el rumbo ¿Estaré atrapada en este lugar al igual que Dosser? Intento no desesperarme y continuo caminando entre la frondosa vegetación, mi sorpresa es máxima al toparme con lo que parece ser un edificio de piedra antiquísimo, no reconozco el estilo de su arquitectura. Camino hasta la entrada, si ha de haber una respuesta, tiene que estar aqui. La lluvia comienza a caer súbitamente con gran intensidad. Numerosas imágenes comienzan a pasar frente a mis ojos.


-Has estado sensacional- me dice Fernando mientras bajo del escenario.
-Me da la impresión de que no han comprendido el poema- le digo
-Ya lo harán, tranquila, tu debes seguir constante- me dice acariciando mi mejilla, retrocedo un par de pasos y miro al publico del lugar, beben y conversan entre si
-No lo se, Fernando, llevamos un buen tiempo aqui y pareciese que a nadie le ha interesado lo que trato de mostrar. Es frustrante, me da la impresión de que no tengo talento para esto, o bien, que este no es lugar indicado... No puedo dejar de agradecerte todo lo que estas haciendo por mi y por Karol, mas, no puedo permitir que te vayas a la ruina por querer ayudarnos, no seria justo- le respondo a Fernando, Karol mira atenta desde una de las mesas.
-Tienes talento Laura, eso lo se- me dice acercándose un poco mas- En otro lugar puede que no consigas la ayuda para mostrar lo que haces. No te preocupes, es cuestión de tiempo para que se te reconozca.-
-No quiero reconocimiento, me basta con que se me escuche y comprenda- le respondo. Fernando me abraza con fuerza, me hace sentir tremendamente incomoda. Karol me mira con el ceño fruncido- tengo que pensarlo bien, no te puedo asegurar nada si las cosas siguen yendo como van.

Estoy en la casa de Fernando, a las afueras de la ciudad, en pleno desierto. Estamos solas junto con Karol, Fernando ha ido a la ciudad.
-He estado pensando...- le digo, me mira con curiosidad- Pienso que es momento de que nos marchemos y probemos suerte en otro lugar, ya sabes, continuar el viaje...
-¡¿Que?!- grita levantándose de la silla- ¡¿Acaso te has vuelto loca?! Laura, no encontraremos en otro lugar a alguien tan dispuesto a ayudarnos como Fernando, menos aun con todos sus contactos. Seria una falta de respeto que abandonemos el barco en cuanto algo empieza a fallar.-
-Creia que el barco era nuestro- le respondo molesta- Deja de mentirme Karol, tu no te quieres marchar por que estas obsesionada con Fernando...-
Karol se sonroja y mira al piso.
-Si, me pasan cosas con el... ¡Mas no te he mentido! De verdad creo que es mala idea marcharnos, mas aun estando tan dispuesto Fernando en ayudarnos.-
-No lo se, amiga, no puedo prometerte nada... Si decido irme y no me acompañas, entonces tendré que partir sola.-
-¿Acaso regresaras a casa con tus padres?-
-¡Nunca! Si vuelvo sera solo para ir a buscar a Sofia- le contesto enfadada

La lluvia cesa y puedo escuchar un fuerte estruendo, miro directamente en la dirección del ruido y puedo ver como una montaña se desmorona y el río que bajaba por ella se desvía, dirigiéndose directamente hacia donde estoy. Corro a toda pisa hasta el templo, al entrar puedo distinguir un largo pasillo inmensamente oscuro. Una gigantesca table de piedra, grabada con un extraño lenguaje puede verse en el piso. Continuo avanzando a oscuras, puedo sentir como el pasillo va en descenso. A mi espalda puedo escuchar el sonido del agua, doy media vuelta y soy arrastrada por esta que continua su flujo por el pasillo. Sumergida, abro los ojos.


Cierro el bolso, ha llegado el momento de partir. Partire sola, Karol no se alejara de Fernando, últimamente apenas la reconozco, francamente he acabo decepcionandome, es incapaz de hablarme de algo que no sea Fernando. Probare suerte en la capital, iré al lugar que Albert me indico. Puedo sentir el sonido de la puerta abrirse, Fernando entra y se queda perplejo al ver el bolso sobre la cama.
-¿Que esta pasando?-
-Me marcho, Fernando, tengo que agradecer todo lo que has hecho por mi pero no puedo seguir aqui. Tenemos que asumirlo, esto ha sido un fracaso rotundo. Prometo devolverte todo lo que invertiste en mi cuando mi situación me lo permita.-
-Pero... No puedes irte aun, por favor, espera un poco mas, te aseguro que el éxito esta por llegar-
-Lo siento, pero la decisión ya esta tomada.- le digo mirando al piso
-¡NO!- me dice acercándose a mi- No te puedes marchar de aqui... te necesito conmigo-
-No me harás cambiar de parecer- le respondo mientras cuelgo el bolso de mi hombro y camino hacia la puerta, Fernando me bloquea el paso
-¡No dejare que me abandones!- grita mientras cierra la puerta.
-No hagas esto mas difícil, por favor- le digo tratando de tomar la manilla de la puerta.
-Dije que no, vamos a encontrar otra forma- me responde fuertemente
-¡Déjame salir de aqui!- le grito molesta agarrando la manilla de la puerta, Fernando me toma del brazo y me fuerza a retroceder
-¡Suéltame!- le grito tratando de soltarme
-No me vas a dejar solo aqui- me dice molesto mientras me agarra del otro brazo. Trato de empujarlo, mas, es mas fuerte que yo. En medio del forcejeo me tropiezo y me caigo al piso, golpeándome en la cabeza.


El agua me arrastra hasta lo que parece ser una especie de gran pirámide de piedra, sobre la cual se erige una ciudad desierta. Subo a toda prisa las escaleras de la pirámide, el agua comienza a inundar poco a poco el lugar. Las construcciones del lugar me sorprenden en demasía ¿Que clase de lugar es este? En la cima de la pirámide puedo vislumbrar una especie de altar. El agua va inundando el pueblo de piedra, subo tan aprisa como puedo por los escalones del lugar hasta llegar a la cima, junto al altar. En el, puedo ver unas extrañas piedras de un color verdoso brillante. Algo en ellas me llama, no puedo describirlo de manera adecuada. Extiendo mi mano hasta la mas grande de estas, en cuanto mis dedos hacen contacto con ella un destello de luz proveniente de la piedra me encandila.


Puedo ver un gigantesco árbol, con muy pocas hojas, el tronco se levanta desde el suelo hasta el techo, varias ramas se pierden en medio de la tierra sobre el árbol. El piso esta repleto de pequeños cactus de flores blancas. Me acerco hasta el y puedo sentir como si todo mi cuerpo se comenzase a quemar. El árbol comienza a secarse a gran velocidad, puedo sentir el aire entrando por mi cuerpo, estoy temblando. De un segundo a otro, el árbol comienza a retorcerse y venirse al piso, luego de unos segundos, este se ha desvanecido casi por completo, dejando únicamente en el suelo una gran roca de color verdoso brillante ¿Que es esto? Me veo una vez mas sobre la cima de la pirámide de piedra, el el altar, la gigantesca piedra verde lanza unos extraños haces de luz a varios puntos del pueblo. Un montón de gente camina por las calles de la pirámide, puedo ver toda la vida que alguna vez este lugar albergo.


Retrocedo un par de pasos, el agua ha inundado todo el poblado sobre la pirámide y comienza a llegarme a los talones. Pareciese que no tengo escapatoria. Puedo sentir una especie de rugido y la tierra comienza a temblar, el techo se desmorona y deja caer una inmensa masa de agua que me sumerge. Abro los ojos.


Estoy acostada sobre la cama de mi habitación en la casa de Fernando. Mis manos y piernas se encuentran atadas, por mas que lucho por liberarme resulta inútil. Fernando en una esquina llora desconsolado.
-¡Suéltame!- le grito con todas mis fuerzas.
-No puedo hacerlo... tu me obligaste a hacer esto, yo de verdad no quería.- dice acercándose hasta mi tratando de besarme, le muerdo el labio con todas mis fuerzas, Fernando suelta un grito y retrocede cubriéndose la ensangrentada boca con su mano.
-¡Hijo de puta! ¡Estas enfermo!- le grito desesperada. Me mira con rabia y vuelve a acercarse.
-Vamos a llevar este amor por las buenas o por las malas, tu has querido que sea por la segunda vía- dice sacándose el cinturón y subiéndose a la cama. Lucho desesperada para alejarlo de mi, pero es imposible.- No quería que nuestra primera vez fuese de esta forma...
-¡SUÉLTAME! ¡AYUDA!- grito a mas no poder
-Grita cuanto quieras, aqui nadie podrá oírte.
Cierro los ojos, esperando que todo esto sea un horrible pesadilla, puedo sentir sus asquerosas manos recorrerme, una gota de sudor me cae en el vientre. Las lagrimas se me escapan, mi único anhelo en este instante es la muerte.


La habitación esta vacía, mis muñecas y tobillos están lastimados de tanto intentar escapar, la cuerda en mi tobillo izquierdo esta teñida de sangre. De pronto la puerta se abre, Karol aparece frente a mi.
-¡KAROL! ¡AYUDAME!- le grito desesperada entre lagrimas- Fernando se ha vuelto loco
Karol parece estar en shock, no realiza el menor movimiento ni dice nada.
-¡APRESÚRATE! ¡PUEDE LLEGAR EN CUALQUIER MOMENTO!- me mira sin saber que hacer. La esperanza que nacía en mi se destroza al verla retroceder un paso.
-¿QUE ESTAS HACIENDO? AYÚDAME-  Karol retrocede otro paso.- NO ME DEJES AQUÍ, NO PUEDO SOPORTAR ESTA TORTURA.
La puerta se cierra y quedo sola en la habitación
-¡HIJA DE PUTA TRAIDORA! ¡ESTAS IGUAL DE ENFERMA QUE ESE OTRO PSICÓPATA!- grito lo mas fuerte que puedo, si mis cuerdas vocales se cortan no me importaría- ¡TE JURO QUE SI SALGO DE ESTA ME LAS VAS A PAGAR!


La puerta se abre y Fernando, enardecido, hombre entra con mirada severa y un gesto indeleble de desprecio marcado en su rostro. Me mira y este se traspasa de su rostro al mio. Otra vez... No...
-Matame. Por favor... Solo matame...-le dije.
-Muerta no te puedo amar, Laurita ¿Todavía no entiendes cuanto te amo? Aquí te mantengo segura, haciendo que tu vida sea nuestro amor y alejándote las miserias del mundo. Es tu culpa por tener la ridícula idea de abandonarme-Dijo acercándose a mi cama. Me duelen las muñecas y tobillos de tanto forcejear, las cuerdas están  todas teñidas de sangre, y aun, las muy desgraciadas no quieren ceder.- Yo te amo, todo esto lo hago por ti, no entiendo como haces esto con nuestro amor...
-¡Yo no te amo! ¡Me das asco! Matame o déjame ir, termina con esta terrible tortura, asqueroso psicópata.-le grite
-Si no me amas por las buenas, me amaras por las malas- dijo mientras se abalanzaba sobre la cama y comenzaba a desabrocharse el pantalón.


Ya no puedo recordar cuanto tiempo llevo amarrada en esta situación, he perdido la esperanza a tal nivel que ya ni siquiera lucho por liberarme, solo me limito a esperar la muerte. Ni siquiera le dirijo la palabra a Fernando cada vez que viene a hacer sus asquerosidades, tan hundida estoy que ni siquiera un atisbo de queja sale de mi boca en el putrefacto acto. Estoy muerta en vida, Fernando me ha matado... Nunca espere que mi vida acabara de esta manera, tantos sueños quedaron en la basura. La noche anterior he soñado con Sofia y Albert... Cuando desperté, lo único que podía desear era volver a dormir. ¿Cuanto tiempo mas he de seguir así hasta que la muerte venga a rescatarme? Creí que dejando de aceptar la comida que me traía bastaría, pero se las ha ingeniado para alimentarme contra mi voluntad. Al moverme en la cama, noto que la cuerda de mi mano izquierda se ha soltado. Ha bastado un solo segundo para revivir, para que el brillo en mis ojos regresase. Con la mano libre desato mi otra mano y luego mis piernas. Me levanto con dificultad de la cama, apoyándome en las paredes. Sobre una pequeña mesita hay un plato a medio terminar de arroz y carne, el cuchillo reposa a un costado del plato, jamas había mirado un cuchillo con tanto amor. Lo tomo entre mis manos, extasiada, este es mi pase hacia la libertad. Camino hasta la puerta y al tratar de abrirla noto que esta cerrada con llave. Escucho detrás de esta como unos pasos. Me escondo a un costado de la puerta, esperando el momento ideal. Escucho como coloca la llave y la gira.
-Amor mio ¡Ni te imaginas las buenas noticias que traigo! ¡Esto tenemos que celebrarlo!- se escucha tras la puerta mientras esta se abre. En cuanto lo veo, le lanzo una estocada en el estomago, su rostro se coloca pálido, retrocede y se agacha.- Lau... ¿Por qu...
Le doy una patada con todas mis fuerzas en el mentón, este se va  de espaldas. Esta perdiendo una gran cantidad de sangre, morirá pronto.
-Hijo de puta, la idea era matarte lentamente para hacerte sufrir todo lo que me hiciste- le digo acercándome, me mira mientras respira con dificultad. Le clavo el cuchillo en la entrepierna, Fernando da un inmenso grito- Grita cuanto quieras, aqui nadie podrá oírte... tus palabras han retornado
-Mi muerte no borrara lo que tuvimos, mis rastros están por toda tu piel- dice entre lagrimas. La ira me inunda, le tomo del pelo y le corto la oreja derecha, lanza otro terrible grito. Placer, eso es lo que siento al oír su sufrimiento, con el cuchillo le arranco la otra oreja. El piso esta repleto de sangre, Fernando apenas se mantiene consciente. Le lanzo un escupo en la cara y le doy una patada en las costillas.
-Hasta nunca- le digo saliendo por la puerta, frente a mi, puedo ver a Karol, ha presenciado toda la escena. Su rostro esta repleto de lagrimas, puedo ver el miedo en sus facciones, parece inmovilizada.
-Tu dejaste que todo esto pasara- le digo enfurecida- me abandonaste con este hijo de puta que me violo hasta el maldito cansancio
-Amor- solloza Karol mirando el cuerpo de Fernando tirado en el piso. Parece no haberme escuchado, la ira crece hasta niveles que desconocía en mi.
-Eres una puta enferma igual que el, dejaste que hiciera todo esto solo por tu estúpida obsesión por el- le digo dándole una fuerte bofetada, Karol me mira inmensamente asustada- Dime como pudiste hacerme esto, en este mismo instante o te juro que te matare a ti también.
Karol da media vuelta y sale corriendo por la puerta, la sigo a toda prisa.
-¿ESTA ES TU RESPUESTA? ¿ASÍ ES COMO ACABARA ESTO DESPUÉS DE TANTOS AÑOS?- le grito corriendo por las arenas del desierto.
-¡AYUDA!- grita Karol desesperado, me lanzo sobre ella y la tiro al piso, coloco mis mano en su cuello y con la otra le doy dos bofetadas mas
-MALDITA DESGRACIADA ¿COMO HAS PODIDO? ¡ERAS MI MALDITA MEJOR AMIGA!- le grito mientras se me escapan las lagrimas- ¿ASÍ ES COMO ME PAGAS TODOS ESTOS AÑOS? QUIERO QUE ME DES UNA MALDITA RESPUESTA
-Y... E... Estaba desesperada- dice sollozando- El hombre que amaba... solo te quería a ti, arruinaste lo mejor que me había pasado en la vida...
Me quedo muda. Mi mirada se pierde en el desierto mientras levanto mi mano y le clavo una y otra vez el cuchillo, la sangre me salpica, puedo sentir como el liquido vital baja por mi cara, como si fuese el sudor por el calor abismal del desierto. La inmensidad... Creí jamas volver a sentir la luz del sol, encontrarme con este indicio de infinitud del majestuoso desierto. Ya no es igual que antes, este sentimiento no era el mismo cuando contemple esa verdad antes de que todo esto ocurriese. Suelto el cuchillo mientras la sangre aun continua bajando por mi cara. La arena se ha tragado toda la vida que escurrió de Karol. Esta destrozada, perdí la cuenta de las veces en que el cuchillo entro y salio de su carne. Me levanto como puedo, me siento terriblemente cansada, camino adentrándome al desierto sin saber adonde voy, siento que me desmayare en cualquier momento. No puedo pensar a estas alturas, estoy en un extraño éxtasis ¿Sera este el final de la historia? Se me dibuja una amplia sonrisa al saber que he dado el final necesario a esta.


No se donde estoy, no puedo abrir los ojos, puedo escuchar mi propia respiración. Siento la arena en la cara, no se cuanto tiempo habrá ocurrido. Siento un par de manos que me levantan y me cargan. ¿Habra sido todo un sueño? ¿Volveré a ese terrible cuarto repleto de voces y gritos que claman la propia desintegración?
-Mi pobre niña, mira lo que te han hecho...- dice una voz masculina acongojada. Algo en su voz me parece inmensamente familiar- No se como pude dejar que esto te pasara. Eliana tenia razón, soy un desastre...
Puedo sentir como suena la alarma de un auto y una puerta se abre, me dejan sobre lo que parece ser el asiento trasero de este, la puerta se cierra, luego escucho como se sube.
-Iremos donde tu madre, ella sabrá que hacer- dice mientras hace andar el auto.
¿Quien este hombre? ¿Me llevara a casa con mama y papa? Conoce a la tía Eliana... Demasiadas preguntas para un cansancio tan abismal. Caigo dormida, mas, despierto al instante con el ruido de un disparo que rompe el vidrio trasero. Puedo sentir como nos chocan, el auto pierde el control y se vuelca. Cuando el auto se detiene puedo sentir mi cuerpo inmensamente lastimado, una mano me arrastra hasta fuera del auto.
-Se que me escuchas en este instante, hija mía, necesito que con las fuerzas que te quedan, sobrevivas...- me dice el hombre que me trajo hasta aqui- Este instante lo vi en mis sueños, se que sobrevivirás... Nos veremos de nuevo, Laurita.
¿Por que dice que soy su hija? ¿Que es esto? Puedo sentir como el hombre me toma y me deja sobre lo que parece ser un río. La corriente me lleva con fuerza, escucho unos disparos y el grito del hombre que decía ser mi padre. Me hundo en el río, intento salir a flote con las pocas fuerzas que tengo. Me golpeo con las piedras en medio del río, me hundo una y otra vez, cada vez tengo menos aire. El agua da un salto y caigo hasta dar nuevamente al agua, hundiéndome hasta el fondo. Lucho por llegar a las superficie, mas, las fuerzas se me acaban y pierdo el sentido.


Abro los ojos. ¿Que es todo esto? Salgo de una especie de sustancia liquida que me rodea... ¿Agua? No comprendo muy bien que sucede, estoy a las orillas de un lago ¿Lago? ¿Que es un lago? Agh... Todo es tan extrañamente nuevo y familiar al mismo tiempo. Contemplo el sol salir tras una montaña, estoy maravillada. Nacimiento es la palabra que viene a mi cabeza.



-Señor Hernando, esta aqui su hermano- me dice Dominic por el teléfono
-No es necesario el señor, querida- le contesto- Dile que pase.
Contemplo mi inmensa ciudad por la ventana desde este inmenso edificio. Mi edificio, por cierto.
Escucho el sonido de la puerta abrirse y luego cerrarse.
-Te he estado esperando- le digo
-En realidad no- me responde, doy media vuelta y me acerco hasta el mirándolo amenazadoramente
-¿Que te ...-
-"traes entre manos"- me interrumpe
-¿Que...-
-"estas haciendo- me interrumpe una vez mas, le lanzo un puñetazo al estomago, mas, me bloquea el golpe con gran facilidad. Lo miro a la cara enfurecido ¿Que es todo esto? Rodrigo no sabe defenderse así.
-Claro que no soy el estúpido de tu hermano- me dice. Mi sorpresa se multiplica al ver como la figura de mi hermano se transforma en la del presidente. ¿Que carajos? ¿Acaso me he vuelto loco?
-¿Que...-
-"pasa" omitiendo la palabra de al medio.- me dice mientras vuelve a cambiar de forma, me sostengo del escritorio para no venirme al piso. Es mi figura la que esta frente a mi. Creo que he perdido la razón
-No has enloquecido. Esto es real, puedo hacer este juego todo el día si quisiera, mas, no perderé mi tiempo de tamaña forma.- dice mi figura mientras cambia una vez mas de forma, esta vez no puedo distinguir quien es.-
-¿Qui...-
-No hables, tan solo escucha, puedo oírte fuerte y claro sin que digas palabra alguna.- me dice el hombre, su cabello es rubio y sus ojos grises, es alto, pareciese venir del viejo continente, mas su español es perfecto. ¿Como puede hacer esto?- No perderé el tiempo explicándote como funciona esto, estoy aqui por otra razón.
¿Puede leer mis pensamientos?
-Si, puedo hacerlo- me responde. Abro a toda prisa el cajón del escritorio en busca de mi pistola, mas cuando este se abre, puedo ver que esta vació. ¿Como? Estoy seguro que estaba aqui.- Eres incapaz de hacerme daño, tu mente no es lo suficientemente fuerte. Ahora, lo que nos compete. No, no digas eso que estas pensando, te he dicho que puedo oírte.
El hombre camina hasta la ventana y mira la ciudad
-Estoy aqui por que tenemos un enemigo en común... Los Maniacos, esos que tu llamas terroristas y yo llamo ilusos libertinos. Se de tu batalla contra ellos, y de como ni con la ayuda vuestra "poderosa" nación aliada habéis podido hacerles frente. No son solo una manga de lunáticos revoltosos, el poderío de su organización es gigantesco y la habilidad de muchos de sus hombres,esta fuera de vuestros rangos humanos. Ese enemigo que persigues te supera en fuerzas, por mas capital que poseas, si las cosas continúan así, te pisotearan... Si, también puedo escuchar tus patéticos insultos hacia mi... Estoy aqui para darte una mano, podría decirse que seré tu carta bajo la manga. Se como derrumbarlos, dispersarlos y luego exterminarlos. Cuando sea el momento, te llamare a ti y a William para que ejecutemos mi plan. Hazme caso, y los veras a todos muertos.-
El hombre retoma la apariencia de Rodrigo, me hace un gesto de despedida y sale por la puerta.




Intento dormir, mas el frió y el hambre me lo impiden. Philipp vigila el lugar junto a la fogata. Me acerco un poco mas a esta ultima e intento caer al mundo de Morfeo. Este viaje se ha alargado mas de lo que esperaba, la comida esta escaseando y el agua se ha vuelto limitada, no hemos dado con otra fuente de agua después de esa laguna. Debimos haber tomado el camino de la montaña directamente, el cruce de esta cordillera se ha hecho mas difícil a medida que avanzamos. Detesto viajar con Philipp, siempre tiene que decidir todo, no me gusta hacerlas de escudero, de mascota debilucha ante un tipo que no se ha visto afectado en lo mas mínimo por la falta de alimento y de sueño. En todos estos días no lo he visto dormir una sola vez. Cada vez me convenzo mas de sus capacidades sobre humanas. ¿En que clase de mundos me estoy viendo inmerso?




Despierto abruptamente en una cama que conozco, igual extraña me resulta la rustica habitación. Me levanto de la cama. Debo haberme desmayado, ha de ser la casa de Ingrid. ¿Que han sido todas esas imágenes? Algo en ellas me hace retorcerme por dentro. Salgo de la habitación y de inmediato veo a Amelia que se abalanza sobre mi y me da un fuerte abrazo
-Me tenias preocupada-
-Ya estoy mejor...- frente a mi esta una mujer de cabello largo y canoso, su rostro muestra una increíble serenidad y sus ojos son grises. Esboza una ligera sonrisa.
-No hace falta presentación.- me dice- He estado esperando este momento.
-¿Entonces sabes por que estamos aqui?-
-Hay un doble motivo aqui, uno que se muestra en la luz, en relación a los Maniacos, y otro que avanza sigiloso entre las sombras. Es Dosser quien te ha traído a este lugar. Por eso sus palabras en mis sueños...
-¿Que es todo esto? ¿Como dices que Dosser me ha traído aqui, no esta atrapado en el viaje?-
-Empiezo a pensar que realmente no esta atrapado... de alguna forma ha logrado establecer una conexión desde donde sea que este su conciencia, con este mundo.-
-¿Y que querría Dosser de mi?-
-Dosser tiene algo entre manos, la visión del edificio mas alto de la capital, El, Esteban y tu. Ustedes son piezas fundamentales para lo que sea que este haciendo. Te trajo aqui por que estas en peligro, si mueres, la imagen sobre el gigantesco edificio no ocurrirá. Por eso se me presento, el lo sabe.
-¿Lo dices por lo de los dolores de cabeza y todo eso?-
-Vi un caso como ese muchos años atrás. Los frutos del Gran Árbol no son iguales a los del árbol reproducido por esqueje. Cuando se toma una dosis de este ultimo, esta no es suficiente para acabar el viaje completo, que se da de un tirón con el fruto del árbol, y que se divide en sesiones con el otro dada la mayor cantidad de frutos necesarios para completar el viaje.  En aquel tiempo el árbol tenia abundancia de frutos, mas se resistía a dejarlos caer. Esta muchacha empezó con los problemas luego de quedar en su tercera sesión. Supusimos que completando el ciclo podría mejorar, mas, murió de un repentino derrame cerebral horas después de su sexta sesión. Una sola le falto...
-¿Es así de serio? ¿Entonces que hacemos?- pregunta Amelia, a mi se me aprieta el pecho.
-Los frutos que les quedan son escasos, y no sabemos si eso surte efecto. Un fruto extraído directamente del gran árbol lo soluciona, pues su efecto acaba en la completitud del viaje.
-¿Y de donde sacamos uno?
-Te dije que llegaste aqui por una razón. Soy la única del circulo de Maniacos que conserva uno. Mas, primero he de hablar con Albert.
-Esta con las comunidades en el sur...- dice Amelia
-Tengo otras vías de comunicación- le responde Ingrid.




-Mas vale que descanséis un poco antes del asalto, falta bastante aun para las 5- nos dice Albert- ¿Te sientes bien?
-Iré acostarme un rato, me siento nauseabundo y confuso.- le digo, el dolor de cabeza aumenta cada vez mas. Camino hasta la choza luego de despedirme y me tiendo sobre la cama, todo da vueltas y siento que la cabeza se me va a partir. Puedo sentir como un chorro de sangre se escurre por mi nariz, la intensidad del dolor se desvaneció con la primera gota de sangre.



-Hasta que te dignaste a visitarme- digo caminando por una gigantesca sala. Ingrid se muestra frente a mi.
-He venido en el momento necesario- me responde- hay muchísimas cosas ocurriendo
-Supongo que Sofia y Amelia ya han llegado-
-Así es... Debo decir que tus sospechas son ciertas, este caso es el mismo.-
-Maldita sea... ¿No hay alguna otra vía?
-Un fruto extraído directamente del Gran Arbol solucionaría el asunto.
-¿Y como conseguir uno? Sabes lo difícil y largo del trayecto, Sofia moriría antes de que consiguiésemos llegar hasta el.-
-He aqui lo que he venido a discutir contigo. Tengo en mi poder uno de los frutos que vuestro padre me ha dado, es probablemente el ultimo en el circulo de Maniacos. El problema es que es solo uno y...-
-Esteban... Maldita sea.-
-El tiene su viaje completo, mas, manifiesta el torcimiento de un viaje incompleto, seguramente en la conexión con Sofia, algo ingreso a su sistema y genero esto. No se si esta realmente en peligro, o bien, si lo esta, si el fruto podría saldar este dilema, pues como te dije, su viaje esta completo, es posible que un nuevo viaje depure esto, mas no puedo asegurarte nada.-
-He de considerar a ambos en riesgo... No podemos elegir...-
-Claro, no lo haremos nosotros-
-Sera Esteban quien se lo ceda a Sofia... Partirá tras el Gran Arbol ¡Maldita sea! ¡Justo ahora que estamos tan cerca del gran estallido!
-Dosser esta moviendo los hilos Albert... El te ha mostrado algo ¿No es así?-
-Fueron imágenes muy confusas... ¿Despertara, cierto?-
-No es casual que el hombre al que enviaste a la montaña de Zenon, fuese el nieto de Arabel.-
-¿Que sabes de los sellos?-
-Poco, en mis visiones solo he podido encontrarme con tablas de piedra grabadas con estos asuntos. Se supone que mantienen la estabilidad energética de algún punto especifico del planeta. Se supone que sin estos sellos, la naturaleza se haría manifiesta en sus formas de mayor poder. La devastación de nuestra especie y muchas otras, seria lo que ocasionaría la ruptura de estos. Terremotos, Huracanes, Tormentas, Explosiones volcánicas, Maremotos, y una larga lista de rugidos de la naturaleza. Eso es lo que dicen esas tablas, mas, no tenemos seguridad de su veracidad, y de tenerla, de como funcionaria esto. Si alguien sabe, ese ha de ser Dosser.-
-¿Entonces que? ¿Esperamos a que despierte y actué para saber?
-¿Se te ocurre algo mas? Ya he dedicado una búsqueda incesante y ardua, las respuestas parecen estar siendo escondidas. Dosser mismo sera quien nos lo revele, pareciese querer hacerlo...-




Por el pasillo, puedo ver una vez mas a Rodrigo Echeñique caminar hasta mi. Su vestimenta es diferente de la que trajo hace unas horas.
-¿Ha olvidado algo, señor Echeñique?- le pregunto cuando llega frente a la recepción. Me mira con un gesto de menosprecio.
-No había estado aqui antes, mocosa. Vengo a ver a mi hermano- contengo la rabia y levanto el telefono
-Don Hernando, su hermano quiere verlo- le digo
-Insistes con el don... dile que pase, primor.- me responde a través del teléfono.- Pase.
Se dirige a la habitación sin prestarme atención. Desgraciado ¿Que habrá ocurrido? El micrófono dejo de funcionar la primera vez que entro. ¿Me habrán descubierto? Compruebo el micrófono una vez mas, este ha vuelto a funcionar. ¿Que habrá ocurrido?


-He estado esperando...- le dice Hernando- Me he enterado de tus líos con las prostitutas y de tus posturas que has manifestado con los jefes de las distintas policías. El primer asunto esta solucionado, esta de mas mencionar que espero no se repita, o simplemente me encargare de sacarte del puesto y colocare a alguien mas. Lo segundo ¿Acaso eres estúpido? ¿Acaso no ves que los ojos del mundo están pendientes de este lugar? Tu llamado a recrudecer la fuerza por parte de la policía lo único que hace es complicarnos el panorama.
-Es lo que hay que hacer Hernando. No podemos dar pie atrás con los terroristas, si les damos un pequeño espacio quien sabe lo que harán. ¡Que se pudra la comunidad internacional! No los necesitamos y punto.- le responde Rodrigo, escucho un golpe, seguido de un quejido de Rodrigo.
-Pedazo de imbécil, la CISN funciona gracias a la alianza internacional, no puedes comparar la efectividad de esta policía con las otras. Ademas, pongámonos en el escenario de que decidimos hacer caso omiso a la comunidad internacional ¿Que planeas?¿Sacar el ejercito y cerrar el trato?-
-Podría ser...-
-Si hacemos eso nos van a hundir, no solo estos terroristas, sino que también las fuerzas extranjeras que busquen un títere mas adecuado... Tienen intereses en esta tierra. Si prosperamos, fue por que papa logro establecer una gran alianza con estos... El era mas político, no un tarado como tu... Lo que vas a hacer es lo siguiente, la policía retrocederá un par de pasos, calma a tu tropa de brutos. Esperaremos hasta que los terroristas den un golpe que nos permita levantar nuestro argumento con mayor firmeza en la comunidad internacional, o bien, hasta que se hayan marchado los Observadores-
-Y por mientras esos delincuentes sueltos, haciendo y deshaciendo, deformando nuestra patria-
-Patria- Hernando suelta una inmensa carcajada- No seas estúpido y haz lo que te digo... Si me desobedeces, la cosa se pondrá fea, si fallas, toda la culpa caerá en ti ¿Has entendido?-
-Entiendo "hermanito"- le dice molesto. Me quito el audífono y veo salir de la oficina de Hernando a Rodrigo con gesto de rabia en su rostro. No me dirige la mirada y se marcha.



Dejo una carpeta sobre la mesa, junto a una cámara de vídeo. Estamos en nuestro apartamento, Leyla, Claudia, y uno de los observadores de DDHH, Joel es su nombre.
-Aquí están los primeros cincuenta casos de desapariciones, la mayoría aun permanece desparecida.- Claudia me extiende una carpeta- esta tiene un registro de los allanamientos ilegales que incluyen registros de brutalidad policial, acoso sexual, tortura y secuestro.
Leyla me extiende un CD que tomo entre mis dedos.
-Esta es la entrevista a uno de los hombres que sobrevivió y apareció, narra las torturas que sufrió y como le forzaban a delatar a sus compañeros. Si ese hombre sobrevivió en el hospital fue solo por que algunos compañeros se encargaron de protegerlo.
-Agradezco toda la información que me entregan, sera de gran ayuda en todo esto- nos dice Joel acercándose a la cámara, encendiéndola y acomodándola- Para tener mayor material, procederemos a grabar una entrevista.
-Esta bien- dice Claudia. Puedo escuchar un estruendo y la puerta se viene abajo. Me doy vuelta y saco mi pistola, un golpe en las costillas me tira al piso, la pistola se me escapa lejos, luego de ser pateada por el policía. Seis policías pistola en mano entran al departamento, Claudia, Leyla y Joel levantan las manos.
-Con que este es uno de los nidos de las ratas- dice uno de los policías, aparentemente de mayor rango que el escuadrón, que permanece silente- Traidores inmundos...
Se acerca hasta mi y me da una patada
-Me acuerdo de ti, estuviste detenido por colarte en una declaración del ministro del interior... Siempre me diste mala espina, escritorsucho de cuarta- dice dándome una fuerte patada. Continua su camino por la habitación acercándose a Leyla- Mira donde se vino a meter esta preciosa.
Puedo ver a Leyla temblar mientras el depravado policía la toquetea. Me levanto como puedo y le doy un puñetazo en el rostro, se escucha un disparo y puedo sentir como una bala atraviesa mi pierna, vuelvo a caer al piso.
-Revoltoso asqueroso, ahora te las das de super héroe- dice dándome otra patada y levantando su pistola- No vamos a permitir que sigan haciéndole daño a nuestro hermoso país.
Puedo ver como el policía le pega con la cacha de la pistola a Joel, en su cabeza, este se va al piso, puedo ver como comienza a escapar la sangre la herida resultante. El policía me apunta con la pistola
-No vas a tener ni siquiera ultimas palab...- el tipo cae al piso, sale sangre de su pecho. Otro policía cae al mismo tiempo ¿La bala ha atravesado a los dos? Escucho otro par de disparos y dos policías mas caen al piso. Los últimos en pie se desvanecen sin que se escuche un disparo. Puedo ver algo como un dardo en sus cuellos. Son los Maniacos, Gustav se acerca hasta la ventana y levanta el pulgar de su mano derecha.
-Justo a tiempo- dice Nicolas
-Dos con una sola bala- dice Gustav incrédulo- Estuvo cerca.
Puedo ver a Joel reincorporarse, Leyla y Claudia me ayudan a sentarme en una silla.
-Creo que esto es mas revelador que una entrevista- dice Joel acercándose hasta la cámara que permanece grabando.- Con esto ya puedo regresar.




A la luz de las velas repaso los datos obtenidos durante mi investigación el día de hoy. Poco he podido hacer para que el Árbol se recuperase, pareciese ir en camino directo a su muerte. En lo que si he avanzado es en el estudio de esta planta y sus sustancias. Mi sorpresa fue magna al ver la gran cantidad de sustancias activas en su estado de preparación por infusión. He encontrado varias similitudes al DMT, incluso al LSD y el THC en diversas sustancias de este conjunto. Lo que también sorprende es que en este liquido varias sustancias no son otra cosa que inhibidores de determinadas funciones en el organismo que permiten la entrada, subsistencia y acción de las sustancias activas con las que forman una especie de articulada cadena. Todo esto es reciente, por tanto, no deseo aventurarme mas de la cuenta y sacar conclusiones apresuradas. Las sustancias son comunes tanto en frutos, hojas, y en las semillas, las sustancias inhibidoras no están presentes, probablemente por esto es que las sustancias activas no cumplen su cometido. Ademas, he encontrado en estas ultimas una sustancia diferente, que no esta ni en hojas ni frutos, desconozco la naturaleza de esta, y bajo que condiciones reacciona.
Trato de concentrarme en el libro de Arabel, mas, el cansancio me inunda. Puedo ver unos símbolos extraños cuyo significado desconozco ¿Por que habrá ocultado su mensaje? Sin darme cuenta me voy yendo sobre el escritorio, los ojos se me terminan de cerrar y cedo al sueño


-El momento ha llegado- me dice un hombre a lo lejos en este oscuro lugar, este comienza a caminar hacia mi
-¿Quien eres?
-Tu abuelo... Estoy aqui para brindarte las herramientas, con el fin de que cumplas a tu propósito- Coloca su mano en mi frente y murmura unas palabras, puedo ver un destello de luz.


Abro los ojos, me quede dormido sobre el escritorio... Que sueño tan extraño, continuo mi lectura del cuaderno y de pronto, los extraños símbolos comienzan a tener significado. ¿Que es esto? El escrito habla sobre las cualidades de la raíz, narra como antiguos chamanes la consumían para entregarse en su eterno viaje espiritual, avanzo a las siguientes paginas y puedo ver indicaciones geográficas, estudios de los efectos de la plata y su uso en terapias. Mi sorpresa es magna al avanzar a la siguiente pagina. Describe el proceso de tratamiento de las semillas, primero expuestas al sol, luego remojadas, luego enterradas y finalmente tostadas y molidas. De esta manera, es posible traer de vuelta a los consumidores de la raíz...

Delirio: el ser no es. (V y -I)

jueves, 16 de enero de 2014


Capítulos V y -I: Ser social, ¡me invaden los escombros!

Por Gwynt.

La mañana está asquerosamente fresca, y no recuerdo con claridad lo que he soñado. Aún no decido si eso es bueno o malo, o solo es. Despierto y el único que está en pie es Martín.

-Este sitio está muerto… ¿Qué engañosa hora dice el reloj que es?- tic toc tic toc.
-las 7 am. – sublime, he dormido 3 horas, y sin soñar…
-¿Y que haces tú despierto a esta hora?
-Parto a borrar los antecedentes de Doña Libertad. – me resulta gracioso como le dice a Daire.- Y tu debes acompañarme.
-Eh… no. ¿Porqué?.- saca de su bolsillo una tarjetita de identificación plastificada con el logo de un hospital de rehabilitación psiquiatrita. Y tiene mi nombre.- Déjame adivinar. Así lo predispuso Gaspar- el asiente tranquilamente, y yo me siento invadido tanto dentro de mi cabeza como fuera. Anhelo el día en que la delirante habitante de mi mente termine por incinerar a Gaspar-fantasma, pero sin duda no se con cuantas sorpresas mas nos vamos a encontrar en este plano, que llevan su etiqueta,antes de ese desenlace

Decido acompañarle, para innovar. Ultimamente, mi encierro dentro de mi entretenida y divinizada cabeza me ha llevado a cierta inercia. Veo como todos se mueven, y sin embargo, lo que más hago es pensar. Por suerte, debido al silencio de Martín, puedo aprovechar de seguir pensando, y clarificarme un poco. Trato de no pensar en que estoy caminando con un tipo que tuvo ojos en todos los organismos que nos mantienen en perpetua vigilia, para no entrar en paranoia.
-Toma.- me entrega un celular.
-¡PLOMO!- Lector de mierda, no me culpes si tengo paranoia. Silenciate, que escucho tus pensamientos dudando de mí.
-Lo necesitas, por resguardo. Hasta que no revise el perímetro, me esperarás afuera, y si hay algún problema, te llamaré. Los cuchillos son estrictamente en caso…
-DE QUE SEA NECESARIO. JODER. ¿Tanto dudan de mi capacidad de controlarme?- echo a andar, furioso.
Alex…- no.- Alex… ALEX.
-¿Qué? ¿Mi caminar es muy transgresivo?
-Es que hay que caminar hacia el otro lado… en su rostro anhedónico percibo una sonrisilla. Bueno… no fue un error, es que no tenía toda la información. Giro en el “sentido correcto” y camino junto a el, y junto a mí.

-Una pregunta.- me interrumpe Martín, ronco, tosco, como un oso.
-OJOS. Pregunta, no aseguro que responda.
-¿Cómo es que no sientes desconfianza de mi después de toda esa información a medias que reveló Arturo ayer?
-Pues…hombre, tuvimos el honor de compartir una sangrienta victoria. Para mí eso es suficiente. Además… algo he sabido respecto al trastorno de estrés postraumático que te hizo abandonar aquellas basuras. Sé que eres de confiar.- Me lo dijo Gaspar esta mañana. DEJAME.- Y como si fuera poco… tus influencias nos sirven. ¡QUE HERMOSURA!
-Sí.- responde a secas.- Gracias.

El resto del trayecto transcurre en silencio, pero no uno incomodo, que me provoque sensación de derrota, sino que uno necesario.
“Alex, yo siempre te he dicho que no es que no recuerdes tu pasado, sino que temes recordarlo. Si quieres recuperar quien eres, más que tu propio desorden y afán de deidad, hazlo como un favor a ti mismo, una oda a tu inteligencia. Huye de tu degradación”. Siempre me lo decía, y yo decidía odiarle para no decirle que tenía razón. El no haber entendido en su momento como sucedieron muchas cosas me generó asco, rechazo, desmotivación, y decidí simplemente dejarlo así, como si fuese esa mi naturaleza…que maldito cobarde soy. Como me he convencido de quien creo ser, solo para evitar un rechazo, un esfuerzo. Rechazo… es que no lo merezco, es simple. Soy dios, no puedo. Sí, soy radical, y mi libertad se contradice con la negación de lo que nunca supe afrontar.
No, no es asi, no se me viene ningún jodido rostro a la mente en este momento.


<<La cosa es bastante simple, hijo: no podemos prestar atención a todas tus estupideces.- me suelta mi padre cuando aparezco con mis alas recien hechas con plumas de gallina.- Tenemos negocios que hacer.

Siempre fue igual, y siempre encontré en algún libro algun consuelo. No podía sentirme solo ante todo eso. Las personas…todas transitaban, y se iban. A veces algunos chicos de mi aula quedaban impresionados de mi “excéntrico” lenguaje y mis juegos tan creativos y se volvían mis lacayos, pero nadie duraba. Jamás. Siempre era yo el capitán. La única luz chispeante en una humareda de humanos extraviados y manipulados, y yo, como dueño de la verdad, emitía mis alaridos de euforia en lo más puro de la niñez, pulsión inalterable, inalcanzable, ante una audiencia de sordos empecinados en volverme fantasma...
Y heme acá, sin saber porque de pronto recuerdo todo esto. La pared de contención se viene abajo, inevitablemente.
Con el rostro de una mujer, con un vestido amarillo, se acerca una ola de abandono…
¡MUEVE TUS CENIZAS, GASPAR! TENÍAS RAZÓN. Pateo tus teorías y maldigo la situación.>>

-Y te maldito a ti.- agarro a un tipo que va caminando por la acera.- Por tener hermosamente camufladas tus venas.- el tipo aletea y logra liberarse, antes de salir corriendo.- ¡VE! ¡DE LA MUERTE NO PODRÁS HUÍR!  Renunciar a la vida es llegar a ella… entregarse a la vida es encontrar su divina sinfonía- esto último lo agrego susurrando.
-…¿Estás bien?
-300 millones de células mueren a cada minuto en el cuerpo humano y se reemplazan inmediatamente. ¡La biología es devenir!... Si, estoy bien.
-Preguntaba por el silencio roto de forma tan abrupta.
-Si. Estoy en el borde de los dos mundos- el griterío logró espantar el espectro de Isabel.- Disculpa si te he provocado exalto.
-No pasa nada.- se queda parado en una esquina.- Llegamos, la entrada es por la otra calle..- Me asomo como zarigüella.
-Pero es una simple casona de tres pisos…
-¿Y?
-Creo que esperaba un edificio blindado con ruedas.
-Servicio Secreto y Contrainteligencia. Creeme, que deben pasar desapercibidos, y mantener la arquitectura dentro de lo normal forma parte de eso.
-Buen punto.- Joder, tanta reflexión y crisis existencial me tiene mentalmente lento. Apenas noto cuando Martín se encamina hacia la entrada de la “casona”. Pero no entra. Observa detenidamente un instante, y me hace señas para que me acerque. Trato de avanzar sigiloso y aparentando simpleza, pero creo que no tengo éxito, ya que Martín me mira con sorpresa y con desaprobación.
-Definitivamente no sabes de aparentar, ¿verdad?
-Soy un animal, lo siento.
-Lo siento yo por ti, porque en 5 segundos tendrás que sacar conocimientos de alguna parte para saber actuar. Vas a entrar conmigo. Ponte la credencial de tutor que te pasé.
-Bien- me la cuelgo en el bolsillo de la chaqueta.- ¿Y ahora?
-Ahora me seguirás la corriente.

Toca la puerta con un ritmo peculiar, y esta se abre. En el pasillo todo está en total oscuridad, y la única luz que ilumina el lugar viene de un mesón a nuestra izquierda, con una joven mujer timbrando unos papeles.
-Lydia.- ella levanta delicadamente la cabeza y mira por sobre sus anteojos.
-¡Martín! ¡Estás vivo!- lo mira con alegría y euforia, antes de volver a su rostro frívolo y su tono tranquilo.- Has estado inactivo por más de 4 meses. ¿Qué haces aquí?
-Sabes que aún tengo mis privilegios aqui, mi nombre aun resuena. Además… fue por asuntos de salud mental. – en este punto es Martín quien cambia su tono de voz por una especie de autómata.- Trastorno de estrés post-traumático, no esperarás menos después de lo que pasó.- Luego me señala a mí, y a mi “credencial”, y trato de poner cara de doctor.
-Buena tarde.- la recepcionista mira la tarjeta, y posa sus ojos en mí.- Eh.. yo soy el encargado de reinserción de Martín luego de su periodo difícil.- pongo cara de lástima y asiento, mientras ella no despega sus ojos de mí.
-¿Le contó alguna información confidencial?
-Eh…no. Solo me ha dicho que trabajaba aquí, y me enviaron a acompañarle. ¿Esto es una especie de biblioteca privada?- deberian darme un premio Oscar por mi actuación.
-Martín- ella desvía la mirada hacia Martín. Joder, que pestañas tan largas, pareciera que pestañease en cámara lenta.- ¿Has traído tu tarjeta?- El, en silencio, saca de su bolsillo una tarjeta amarilla.- Excelente… hace mucho que no veíamos una de estas por acá. Pasa, sabes que no tengo permitido preguntar a mis superiores sobre sus trabajos.- Martín asiente, agradecido, y emprende camino por el pasillo oscuro. En el desconcierto, me propongo acompañarle.
-HEY. Tu te quedas acá.- la miro, miro a Martín, perdiéndose en la oscuridad, y asiento vagamente antes de sentarme en una banca junto al mesón. Este tipo misterioso y silencioso realmente debe ser un dios acá adentro, como para que le dejasen volver y entrar como si nada.

<<Sin duda, no puedo olvidar mi primera incursion en los actos pseudo-delictuales. Y todo comenzó como un juego, cuando por fin estaba estructurando mi vida, cuando me estaba conteniendo, no me estaba disolviendo. Cifuentes, el panóptico. Era un buen sobrenombre, y lo mejor es que era cierto.O yo lo creía asi... ahora, por costumbre, repito los mismos discursos sobre mi ser elevado por sobre todos, bebiendo vino en lo más alto del Olimpo... por costumbre. Ya no me siento así, y tiendo a apostar a que mediante el discurso pueda revivir aquello. Aquello que se perdió cuando comenzó a desvanecerse todo lo que había construído desde la propia soledad.Y es que confiando en otros, me olvidé de confiar en mi mismo.
Claro, cuando maté a aquel tipo ya era demasiado tarde. ¿Que cómo lo maté? Oh, lector curiosillo. Debo decir que no fue un trabajo elegante, sino que fue resultado de pura pulsión. Logré localizarle luego de la última protesta de aquel año.
Un recorrido de un par de kilómetros para parar frente al Palacio de Gobierno en lo que sería un acto cultural. Digo "sería", porque los planes de mi entonces entorno de personas, de debate y discusión, era distinto. Cuando nos tomamos el escenario, en medio de 250.000 personas (una cifra inferior considerando que era de aquellas marchas que reunían varias demandas sociales y potencialmente políticas.) para jugar a la Asamblea Constituyente, la trifulca fue bestial.
Sacaron todos sus juguetes para demostrar su poderío. Y fue en ese preciso momento, cuando sobre los zorrillos estaban los milicos apuntando a la masa congregada con sus pistolas de balines, en que se desató mi propio huracán. La mezcla de desesperación e impotencia me ató los pies al piso del escenario.
La multitud corría despavorida. Y yo en cómoda inercia, en catarsis por la brutalidad de lo que estaba viendo. Raramente, no era un muchacho violento en aquel entonces.Si, tiraba piedras,y armaba barricadas hermosas, bailando al son de las llamas. Pero esto era peor. Hasta los perros fueron víctimas de esos balines.
Comenzaron a desarmar el escenario, y mis compañeros huyeron al este, junto con la masa. Yo seguía sin poder moverme, y los milicos olían a falopa y ferocidad, casi creí que si me mordían, me contagiarían la rabia.
De entre la multitud, apareció una chica. Una chica que no estaba huyendo,sino que caminaba directamente hacia los zorrillos, pese a que todos ellos (habrán sido unos 50), le apuntaban y amenazaban. Estaba encapuchada,solo pude visualizar su lanzallamas,su pelo verdoso, y su mirada, tan segura, tan despierta, tan inalterable, en un escenario donde se demandaba pánico. Apenas noté que uno de los milicos iba a disparar, salté del escenario, preso de mi instinto de Mesías, para protegerla. Protegerla y quedar vulnerable yo. El balín me llegó en el hombro derecho, mientras la chica me miraba, ofuscada.
-¡Imbecil! ¡Me has quitado mi enfrentamiento directo!- le devolví la mirada, sin entenderla, cuando escuché al mismo milico cargando otra munición en su arma. Seguí manteniendo la calma, para mirar al hijo de puta de frente y memorizar hasta la más frágil de sus arrugas, para reconocerle hasta en el rincón más apagado del infierno. El sonrió y nos apuntó. La chica verdosa se disponía a correr con su lanzallamas hacia él, pero la atrapé por los hombros y me la llevé. Si, huí, ante las quejas y garabatos múltiples de esta pequeña valiente. Llegamos a una esquina, y me apoyé sobre la pared. Ella, sin sacarse la capucha, me quitó el abrigo, me desabotonó la camisa, y sin ninguna delicadeza, me sacó el balin con un cuchillo. Me quejé.

-Bah, deja de quejarte, muchacho. Esto ni siquiera he hecho una incisión grande. Estaba en la superficie, por suerte. Deberías ir a un hospital...podría haber entrado alguna bacteria al torrente sanguíneo igual, y la septicemia no es agradable.- La miro, en silencio,y luego miro hacia la Avenida, inundada de humo, carros policiales, gente corriendo.- Deprimente, ¿verdad?. Bien, gracias por lo de...allá.- sigue sin sacarse la capucha, pero apostaría a que me estaba sonriendo,y luego salió corriendo, saltó una reja, y desapareció.

El retorno a casa fue terrible. Cada vez la ira al recordar el rostro de ese cabrón se iba haciendo mayor y mayor, hasta que no pude seguir ignorándola y me entregue a ella, a la furia. Así que decidí no volver a casa y partir directamente a las bases de datos del Instituto de Estadísticas, para rastrear al cabrón. Esa debilidad que me invadió la médula espinal cuando me apuntó...no. Un ser del Olimpo no puede ser débil.
Si esperaban detalles de mi venganza, pues, ese es mi triunfo, mi dulce victoria, y el comienzo de mi propio ahogo. Imaginense ustedes lo que quieran.
Después de eso,sigo buscándome una dirección. El orden para un ser de caos es necesario. Ya que la luz...la luz, solo fue un fracaso más, y una herida que no he podido siquiera asumir.>>

-Es extraño ver a un tutor de reinserción pisquiátrica como tu.- suelta Lydia, sin despegarse de sus papelitos y su timbrecito.
-¿Disculpa?
-Que no pareces ser de ese tipo de persona.- ¿Está entablando conversación conmigo? No sé lidiar con esto, ni siquiera con quienes comparto hogar he hablado más de tres frases estas últimas semanas, me acomoda más desaparecer.
-Bueno... tu sabrás. Las apariencias no dicen mucho cuando se usan como herramienta.
-Es cierto.- deja el timbre de lado, y me mira fijamente.- Levantar sospechas para no levantarlas, dimelo a mí.- Parece tan segura, y sin embargo su voz es semejante a un gato ronroneando. Solo atino a sonreír y asentir.
-¿Y tú? ¿Recepcionista o "trabajadora a tiempo completo" acá?
-No comprendo.- me mira de lado.
-Me refiero a si eres agente, a si manipulas información, a si eres una de las bases de este engranaje asqueroso de La Tejedora.
-Es...- duda mucho, y en sus ojos ahora si la veo titubear, pero sigue ronroneando, y aquello me desconcentra de una forma que no conocía.- Es necesario. Preservar el orden. Es mejor ayudar a controlar los flujos de información para evitar una catástrofe política interna e internacional.
-¿QUÉ? ¿ES EN SERIO?- por supuesto, amerita gritos, escupitajos, y ... no. Por algún motivo su discurso me sabe a falso, simplemente esta mujer tan encantadora y segura no puede estar hablando en serio, mi subjetividad me impide creermelo.
-Acércate.- me susurra, y obedezco, acercándome con resguardo al mesón. Me habla al oído- Odio esto. Pero tiene un motivo, como todo. Es necesario... pero para tener la información directa de los puntos débiles de esto.- se aleja, con una sonrisilla misteriosa.
-Eh... ni siquiera me conoces. ¿Porqué me dices esto?
-Porque eres la primera persona no-agente con la que hablo en meses. Porque sé que no tienes micrófonos ni cámaras, y mejor aun, se que eres infiltrado del otro bando, eso se nota.- mantiene esa sonrisilla malvada.
-Entonces lo que dijiste respecto a preservar el orden...
-No me la creo ni de cerca.- su sonrisa misteriosa se extiende hacia su mirada, y creo que si intento mantener los ojos puestos en los suyos, me va a dar un infarto, asi que titubeo, y comienzo a dar pasos largos por el salón. Escucho unos pasos desde la oscuridad del pasillo. Es Martín.

-Pssst.- escucho, y volteo a ver a Lydia, que deja un papelito en el mesón y me lo señala. Lo cojo. Un número de teléfono y su nombre.
-¿Porque esto?- estoy en pura incomprensión. ¿Así es como se relacionaba la gente? Una parte de mi realmente desea no salir más de mi habitación,y la otra solo desea responder a ese maullido.
-Me has parecido ... interesante. Creo que contigo se puede conversar.
-Vaya...si que has tomado la delantera.- digo, mientras, frustrado, miro el papelito.
-Ahora te toca a tí. A ver si lo logras, y concretamos una cita.- me vuelve a sonreír. Intento hilar palabras, pero solo emergen monosílabos. Su expresión cambia, y se vuelve insegura.- A menos que no quieras, y haya sido imprudente.
-Mmmmh... este....eh....no se bien que decir...- Martín aparece junto a mí, y me señala que ya podemos irnos.
-¿Entonces?
-Entonces...- la miro y el brillo de sus ojos parece irradiarme hasta el desconcierto.-  Si, tu espera mi llamada.- con ambas manos abro la puerta con fuerza y salto los escalones de la entrada, hasta llegar a plena calle. Soy una oruga recién nacida en un mundo de intereses nuevos. Simplemente no puedo borrar su sonrisa de coquetería y complicidad de mi cabeza.
-¿Todo bien?
-SI. ¿COMO TE FUE?
-Ha sido pan comido. Es tan simple como ingresar un nombre, unos comandos en todos los servidores conectados con los archivos de la prensa, borrar, y ya está. De paso, las causas pendientes en el Juzgado de policía local. Misión fácil, y exitosa.
-Exitosa, y ahora eres un agente activo. ¡Contraespía! Ahora sí que esto va volviéndose más cercano.

<<La unica vez que una sonrisa logró cautivarme así, venía acompañada del vestido amarillo que intenté evitar dentro de mi palacio mental. Ahora.... es imposible, está en cada rincón. Mi más hermoso fracaso. Isabel. Era una artista, tal vez aún lo sea.
Me descubrió enamorado de mi soledad, de mi grandeza, y trangredió todo. Como un ser de luz, tomó todo lo que yo era, todo ese resultado de fracasos, negaciones y años de marginación, y de un momento a otro, no pude vivir sin ella. Es que su alegría, su dulzura... Pasé de tenerme a mí, a querer cuidar de ella, a sentirme poderoso de tenerla, tan frágil, tan hermosa, ya no todo era destrucción. Con ella tenía el afán de que llegase pronto la época de germinar. Fuimos tan como uno, pese a ser tan desiguales, que su miedo a la violencia me llevó a abandonar hasta a mis hermosos cuchillos. Debería ser ilegal tanta concordancia, tanta esperanza, tanta promesa, porque te sientes seguro de tu vida, de una forma que no existe.
Me sentía responsable, pero a la vez, el conjunto de lo que construí me llevó a superar todo. Mi medicina, incluso, el ego que mantengo.
Cuando maté al milico que nos apuntó a mi y a la chica verdosa, fue La Caída. Isabel llegó a mi casa a a la mañana siguiente. Tan luminosa, como la primavera, y yo desmoronándome. Estaba temblando en el sofá, incapaz de moverme. Se acercó, tranquila, me tomó, y me lavó la sangre del rostro, sin preguntar nada. Se que veía desesperación en mi mirada. Y el silencio es compañia en estos casos... Y también veneno. Si hubiese dicho algo...
NADA. NADA HUBIESE CAMBIADO LO QUE YA HABIA OCURRIDO.
Cada vez se me dificultó más mantener el control. Hasta los debates y discusiones grupales que tanto disfrutaba se volvieron una pesadilla. Dejé de hablar. Las noches pasaban entre colérica ira y golpes a la pared.
Hasta que le prohibí tocarme. Porque si le hacía daño a ella, tan frágil, Alex se esfumaría del todo. Me volví furia constante, y ella se marchitaba.
Por supuesto que me sorpre
ndía que siguiera apareciendo. Lo único que quería era que dejase de volver. Porque estaba asesindola, pero era lo suficientemente egoísta para no echarla yo mismo, porque la necesitaba.
Un día no volvió. Y sentí el alivio por ella, y nuevamente la soledad.
La ge
nte no debería prometer cosas que no puede cumplir.>>


-Oye.- dice Martí
n, estoico,mirando con calma al horizonte mientras caminamos.- Gracias.
-¿Porqué? ¿Por mi gra
ndiosidad?
-Por te
nerme la confianza suficiente como para reflexionar sobre tus asuntos, en compañía mía.
-¿Que pasa co
n la gente hoy, que está tan inusual conmigo? Ya sé que soy divino, y hermoso, pero no me lo recuerden, que me da rabia estar entre tanto mortal- me río miserablemente.
-Si, pero de todas formas... no hablo mucho, pero cuando lo creo necesario, lo hago. Sé que te complica mantener el control, y hoy fuiste un buen apoyo. Te lo agradezco.
Ya, ya,acepto tu agradecimie
nto. Y DE MUCHO.- suena su celuar, y contesta con sigilo.
-Si,si... Alex. Para tí. - levanto una ceja, y tomo el maldito aparato con más sigilo aún.
-¿DIGA?
-Bue
n día, Alex.
-Sir, ¿que tal?
-Bie
n, relativamente ocupado. Hoy se someterá a votación nuevamente la Ley de fármacos, y se viene una nueva ola de acciones. Debo pedirte que por favor te reúnas con Labraña en una hora en el bar que está en la calle de la sede de los Batas Rojas.- El buen Bar Barroja. 
-¿Porque? ¿pasa algo? ¿quieren que no-destruya algo?
-Jajajaja. Pacie
ncia, estimado. Todo a su momento.
-Me
niego a ir sin algo de información.- Sir suspira, derrotado.
-Bie
n, es el celular de Martín, es imposible que esté intervenido. Se llamará a la Ley de iniciativa popular.
-Pero...Sir. Eso ni siquiera está aprobado, no forma parte del marco constitucional...
-Lo sé, es algo basta
nte obvio. Paraguay es el único país del contexto latinoamericano que ha logrado esto.- le escucho con atención mientras entramos a Galpón Z, hasta que en el jardín veo a Isabel, con el vestido amarillo, y choco contra la reja.-... ¿Alex?- estoy aturdido.-¿Alex, estás bien?
-Si, Sir, u
n golpecito, nada que derrote a un caballero. - siento el saborcito de la sangre cayendo de mis encías. Cuando entro al Galpon, veo a Daire hablando con Labraña.
-TU. ¿no se supone que debo verte en una hora?
-Si, e
n el bar,nos reuniremos con Astrian.
-¿Astrian?- eso se lo pregunto a Sir, aún al fono, y decido poner el altavoz.
-HACEIS PAUSA TODOS. MARTÍN. ¿Cómo te fue?- grita Daire e
ntusiasmada, y gira hacia mí.- A tí no te pregunto, por la sangre en la boca noto que te ha ido fenomenal- y lanza una risueña carcajada, acompañada de Labraña.
-Ha salido todo bie
n, Doña Libertad. Para los registros, usted está limpia.
-Si, si, excele
nte.- me ofusco. Sir, ¿puedes explicarme ahora de que va esto del tal Astrian?
-Por supuesto. Estabamos habla
ndo de la Ley de iniciativa popular. Imagina el siguiente escenario. Un programa de noticias online, con una cantidad bastante impresionante de visitas en tiempo real, recibe la visita de un Ministro de Salud que está en el eje del mundo político por un conflicto con las Cámaras legislativas, en compañía de un importante químico, para hacer acusaciones totalmente fundamentadas respecto a los laboratorios farmacológicos. Aproximadamente un 90% de la ciudadanía afectada directamente en el embrollo, siendo llamada a ser algo más que solo clientes o potenciales agentes sociales, sino a tomar directamente parte de la oligarquía competitiva mediante la posesión de un arma constitucional tan importante como la Ley de iniciativa popular.- Labraña me mira con ambas cejas levantada, puedo leer en su rostro, escrito, un "esto se ve prometedor."
-Puede ser, pero hace falta algo, otro factor, otra pieza del caballo...
-SIMPLE. -Se po
ne en pie Labraña.- Una miembro activa de la Central nacional de trabajadores se ha movilizado durante meses junto con Arturo y Astrian, reuniendo información en oficinas del Servicio al Consumidor,e incluso, acusaciones en las oficinas de Derechos Humanos, para poder hacer acusaciones contundentes sobre las horrendas práxis de los laboratorios, que han invertido gran capital en la carrera de algunos de los rostros políticos.... además,de seguro has oido hablar de la tipa...
-Catalina Farías.- interrupe Daire y Labraña la mira- ¿que? ante menudo discurso, algo debía decir, no puedo no decir nada. Además,la que la ha contactado hoy he sido yo. Así que esa parte del discurso es mía.- Luego se dirige a mí, con su seguridad usual, casi violenta al hablar.- Sabes bien que un lider carismático que genere tal principio de identificación y adhesión puede generar que esto, que por su cuenta ya tiene revuelo, se transforme en algo monumental. Sabes que si un participante de los peones adquiere influencia, puede ser de los más poderosos de los Caballos.
-... te
ndremos que ir afuera del estudio de grabación. Presiento que habrá un jaleo interesante.
-Pero esta vez
no me frenes si me ves tirándome a los leones, ¿quieres? Que si te llega otro balín por jugar a ser mi salvador, te haré algo mas que una pequeña insición- dice Daire, entre sombría y risueña. La observo atónito, tratando de hilar palabra.
-...¿eras tú?- era ella.Y lo recuerda justamente el día en que me invade aquel pasado. De pronto, vuelvo a esa antigua apranoia de que Daire y yo estamos más conectados de lo que me gustaría.
-Eras u
n quejica. Es un recuerdo que ha vuelto hace bastante poco. Y no, no era yo. Lo sigo siendo.
-Pero han pasado... 5 años, creo.
-¿Y?- su rostro cambia
nuevamente a la indiferencia, antes de alejarse. Desde que Gaspar decidió ser asado, nuestras interacciones aon así.

Yo solo suspiro,y me ofusco más. Ya no es la chica de pelo verdoso que quiero proteger. Es la chica de pelo verdoso que tiene que valerse por si misma. Yo tenía la capa de superheroe, luego, cuando fue suficiente, la tuvo Gaspar, ahora le toca a ella. Si,si, diganme malvado por eso, pero es necesario. Y es que no es primera vez que esto ocurre, no es el primer quiebre, y tampoco el último. Pero si, era ella... Doña Libertad, la Dama del abismo, siendo la damisela en apuros. Eso no lo esperaba.
-Claro que
no.- irrumpe tranquilamente Gaspar en mi cabeza.- Tampoco esperabas el hecho de necesitar a una muchacha tan quebrada que solo crees que puedes quebrarla mas. Alto, no me interrumpas. Recuerdas bien cuando yo, el "Lord", apareció, y el alejamiento que se produjo al acusarte de influenciarla y hacerla dependiente. Aquello fue positivo. Pero ahora... te da miedo. Miedo depender, porque has crecido egoísta y solo, y por el fantasma del vestido amarillo. Y ahora...ahora te dejas atacar por un muerto.- me entierro las uñas en las sienes hasta que sangre emerge. Daire me mira con cara de ciervo degollado, antes de pararse, acongojada, tratar de decirme algo, y correr hacia I.K, al laboratorio casero de explosivos.
 
De pro
nto, aparece Pete en la puerta, interrumpiendo la escena del Galpón, de cobardes, y de Labraña's y Martín's preparando un pequeño combate. -Antes de ir armando tanto alboroto social, Alex, se cortés y recibe a tus invitados
-¿que invitados?

E
n la puerta, aparece la silueta de Isabel. Excelente, no era solo un sabotaje de mi propia cabeza, afanada con intoxicarme con el mas adorable de mis fracasos.
Escombros, escombros e
n todos sitios. En el mejor momento, de volver a la acción- no de la forma usual, claro, lo cual me tiene algo ofuscado. Ultimamente pareciera ser que nada puede ser a mi manera, pero prefiero ahogarme en mi propia rumiación antes que compartirla.- reaparece aquella imagen. Salgo al jardín, y ella y Pete me siguen.
-A
nda, ¿de qué van ustedes?- me mantengo mirando hacia la reja, y sé que Isabel está detrás de mí, porque percibo su mirada, atravesándome el corazón.
-De
nada. Vamos de nada, Pete. ¿Qué haces aqui?- pregunto mientras prendo un cigarro buscando consuelo, a ver si no me tiembla la voz.
-Hola, Alex- respo
nde dulcemente, la muy puta.- Pasa que le he enviado a Gaspar tus ultimos ingresos este mes, de los libros, pero no me ha respondido...la cuenta estaba cerrada. Pensé que...tal vez era como las otras veces, que la cerraba por seguridad, y luego la reabría y me avisaba... Lynn me dió esta dirección...- me mantengo estoico, en silencio.-Tal vez no debí venir...

Desde el Galpó
n, se escucha algo de vidrio que choca contra el piso. Creo que prestar atención a eso será una buena distracción. Es I.K, que ha tirado un tubo de ensayo al piso, mientras en la otra mano aprieta con rabia un vaso precipitado hasta hacerlo reventar. Que lindura. Eso me distrajo, más su rostro, tratando de contener la furia contra Isabel, me perturba. Miro toda la escena con una ceja levantada, para ser Señor Interesante. Daire solo asoma la cabeza desde el laboratorio, pega una ojeada al sitio, a la mano sangrante de I.K, y desaparece.
-Irene.- susurra como pollito Isabel, asustada.
-¿La co
noces?
-DEJA DE LLAMARME ASÍ. MALDITA. ¿QUE HACES AQUI?- I.K parece u
n toro.
-Pero...como... ¿de do
nde se conocen?- I.K se acerca, dando pasitos, controlando la respiración para no escupir fuego, o ácido.
-Esta pequeña muñequita de trapo fue compañera mía e
n la Facultad de Artes.
-Eramos amigas, Ire
ne...
.DEJA ESE PUTO
NOMBRE. Ahora me llamo I.K- cambia el tono por algo mas cordial, y extiende la mano, con vidrios incrustados y sangrecita, para saludar a mi ex-angel, actual Sol negro. Ella duda mucho, y mira a IK. asustada.- Ah...y no fuimos amigas, no, no no no no no. Que no lo fuimos.
-¿Que ocurrió?- estoy e
n catarsis nuevamente, pero me causa curiosidad saber que el mundo que gira alrededor mío comparte órbitas.
-Oh, pues este débil trozo de car
ne me entregó directamente a Lynn. - se acerca a Isabel y la empuja.- Tu, con tu vocecilla tan refinada, tu tacto tan cálido, tu farsa... tus mentiras y exageraciones para salvarte el pellejo ¡engañaron hasta a Gaspar!.- Daire vuelve a asomarse, para mirar con resentimiento a Isabel.
-Fue por tu bie
n, Ire... - I.K la mira con ganas de ser cazadora.- I.K Tus cuadros...
-PRECIOSOS, SUBLIMES.
-Lle
nos de sangre y oscuridad... temí por ti...
-Puta me
ntirosa. Temiste por tí, porque hiciera algo más que gritarte cada vez que te acobardabas, que andabas por allí mintiendo a uno y a otro, encantando a cada cenutrio. Temiste ser parte de mis cuadros. Pero no debiste temer eso, no merecías convertirte en mi arte.
-Gaspar me dió la razó
n...- el tonito suavecillo de mi Sol ya no me parece tan agradable, sino que puro cinismo.
-¿Y cua
ntas veces te habías metido con el?- Isabel la mira con los ojos como platos.- Anda, tu carita de coqueta inocentona no puede ocultar para mi tu verdadero ser monstruoso. - Imaginarlos, revolcados, acostados, como ella,mi Diosa, en mi sábana, bendiciendo mis pesadillas... Gaspar no. Tal vez por eso ella nunca se quebró a causa de mi locura... porque yo no era su Universo... claro... que asco de consuelo. Mi orgullo me salvaba diciendome que tal vez ella estaba tan mal como yo... que engaño, que poca claridad.
-Por lo demás,- interrumpo. - Si deseas verle, dudo que puedas.- Ella me mira de lado.- ESTA MUERTO, CALCINADO.- y la tomo por los hombros, tratando de mirarla con odio... pero sus ojos, su vulnerabilidad, me recuerdan que mi poder no es para destruirla, a ella no, sino para protegerla. De pronto, el alboroto que se escucha desde el laboratorio es sinfónico. Labraña se asoma y queda pasmado, ante lo cual reacciono con I.K y corremos a ver. Daire, sonriendo, está vertiendo todos los compuestos químicos, al vernos, lanza una pequeña carcajada, se saca los guantes, y empieza a trazar frases en el piso, donde se encuentra la mezcla corrosiva de líquidos.
-Eh... chicos...- Pete, racional como pocas veces.- Creo...que debemos pararla, y salir de aquí, no sabemos que tenían esas botellas.- Todos asentimos, pero nadie hace nada. Así que tomo a Daire por ambos brazos, tratando de no mirarla, y la arrastro hasta el jardín. Martín trae consigo un botiquín, y da órdenes.
-I.K, Aprieta el botó
n que esta dentro del armario del laboratorio, y apresúrate, tendrás 5 segundos para salir de allí.- Ella acepta el desafío y se va dando saltitos.
-¿Que es esto?- le pegu
nto mientras el, concentrado, abre el botiquín.
-Precaucio
nes ante riesgo químico.
- Realmente no confiaba en que pudiesemos controlarlo.
 -Exacto. Pero creí que tú caerías antes que ella.- le inyecta un líquido extraño a Daire, le limpia con suavidad las manos, mientras ella ya no sonríe.
-Quisiera
no escuchar de Gaspar, nunca más.- susurra, y cae rendida en mis brazos, derrotada ante el tranquilizante.


-Así que... este es tu e
ntorno.- suelta mi Sol, con tono de preocupación.
-Y ahora vas a ve
nir con el sermón de culpable y preocupada, ¿cierto? Que te den.- sostengo a Daire mientras Martín sigue con lo suyo.
-Era esperable... el día que te e
ntregaste a la destrucción, solo ... esto...el sabotaje, era esperable.
-¿Que querias? tu me e
nseñaste a arder para proteger, para avanzar, me obsesionaste con tu ideal, me encegueciste con tanto Sol, como a todos. Y te fuiste. Simplemente no puedo vivir de falsas esperanzas. Las esperé por mucho tiempo.


-EH, ALEX.- suelta Labraña , que sale del Galpó
n en compañía de Francesca e I.K- iremos a reunirnos con Astrian. Luego puedes llegar tú, creo que deberías cuidar de Daire por ahora.- mira a Isabel, de arriba a abajo.- Señorita, el amarillo le sienta pésimo. -I.K ríe.
-Es que le hiciero
n creer a la muñequita tímida que era el Sol.- y me mira, burlesca, fulminante. ¿Cómo lo supo? ¿Lo he dicho en voz alta? ¿Quedó mi debilidad expuesta? Eso no puede ser. Francesca se acerca silenciosa, y se agacha a mirar a Daire. Le acaricia delicadamente el rostro.
-Todos creye
ndo que estaba bien... pero no habla...- luego me mira, suplicante. -¿ Que fue lo que pasó?
-Pues,
no sé de que hablas.- le escupo antes de huír de sus ojos de niña pura. Se pone en pie.
-Alex...
necesitar a la gente...no es de débiles.
-Si lo es. - fi
nalmente, de que me sirve necesitar a alguien, si nadie puede lidiar con mis problemas.
-Te equivocas... de débiles es
no asumirlo.- sonríe melancólica y sale del Galpón, a reunirse con los otros dos que la esperan para una reunión importantísima, mientras yo tengo encima a una medio-muerta que poco y nada me importa en este momento, ante la mirada desoladora de Isabel. Su imagen me duele.
-Bue
no...-suspira. - Debería irme.
-E
ntonces adiós.- suelta Martín, y me mira. Decido mirar con avasalladora curiosidad al botiquin mágico, a ver si logro intimidarlo. Todo para no mirar a Isabel. Huyo de la tormenta de ella y Gaspar. Es que eso tal vez no era... no, pero la sola idea, de mi princesa, mi salvación... Opto por lo sano, y decido enviar olas de desprecio a I.K, que además tendrá suerte de conocer a Astrian.
-Bueno... creo que mejor me voy...- repite Isabel con nostalgia, y camina derrotada hacia la salida.
-¡ESPERA!- i
nstintivamente, me pongo en pie y dejo a Daire sobre Martín, sin cuidado. Es que no puedo dejar que desaparezca, aunque fuese verdad lo que dijo I.K, no puedo.- Hoy es un dia ocupado...- me paso las manos por el pelo.
-Lo sé- me sonríe, y me habla con la suavidad de antaño. -  Me resulta extraño ver tu rostro ahora... la frustración, es constante. Excepto cuando te preocupaste por esa chica. ¿Estará bien?- me tiene sin cuidado eso, me estoy extraviando en su voz.
-Eh.... si, creo que sí.

-Puedes irte.- dice Martín, a secas, sin mirarme.
-¿Porque?
-Por la reu
nión con Astrian. Ya que te notas tan preocupado por Daire, te diré que puedes irte en paz- dice con sarcasmo.- Sid y Lynn llegarán en unos minutos.- iba a preguntarle como sabía que ya llegarían, si no le he visto hablar con ellos, pero Martín es, ciertamente, un tipo raro.
-Podemos cami
nar juntos.- me invita Isabel, que ya ha echado a caminar, y me mira, infantil. Le sigo, y avanzamos en silencio. Los bolsillos de mi pantalón me dan soporte.
-Eh...¿como te ha ido a tí?
-Bie
n. He vendido un par de cuadros... los de Irene aún los tengo, en el cobertizo, y dados vuelta. Me dan mucho miedo.
-¿E
n el cobertizo? Los cuadros sangrientos hermosos eran de ella?
-Había olvidado que los viste... si, era
n de ella. Ustedes son espeluznantes. La verdad, no sé que bien te hará estar metido en un grupo de gente como tú, lo único que logran es excusarse y ayudarse a hundirse.
-Te equivocas. - si, soy civilizado, solo co
n ella.- pero de todas formas...si tanto te preocupa, podrías venir más seguido a ver las dinámicas- no sé de que dinámicas hablo, si últimamente mi habitación es mi mejor compañía.
-¿En serio?- se acerca, y sus ojitos brillan. En el bolsillo logro reconocer el papelito con el número de Lydiia. Solo asiento, y sigo avanzando, para arrancar del deseo de deshacerme entre sus bracitos.



-Hola, Hal.
-¡Alex!, ya me extrañaba que
no llegaras con los demás. ¿Te llevo lo usual a la mesa?
-Esta vez te regocijaré co
n mi presencia en barra. Dame un whisky doble.
 -Te están esperando en la mesa. ..
-Lo sé.- le i
nterrumpo, mientras me bebo lentamente el brebaje, degustandolo, imaginando que se lleva mi amargura con cada sorbo.
-¿Como está Daire? Escuché lo que pasó.

-Bien. - me bebo el resto al seco y dejo el vaso en la barra.- Llevame una cerveza a la mesa.
-Por supuesto. Está
n al fondo, a la derecha.
-Préstame el teléfo
no.- me abre la puertecita, permitiendome el acceso a la barra. Pego una mirada rápida.- Esa botella de absenta no la conocía...- la tomo, examindola.- Dice ""Absithé". Es checa.
-Es que es de contrabando. Esta si tiene alto grado de tuyonas, no es como las mierdas post 98's, que eran lo más amargo del ajenjo y las dosis mas bajas de tuyonas.
-¿En cuanto me la venderías?
-A ti te la regalo. Te la debo.- me la e
ntrega. Yo sonrío, y cojo el teléfono, luego de sacar el papelito del bolsillo.
-Biiiiiiiiiip- biiiiiiiiiiiiiip- ¿Aló?- hasta co
n monosílabos ronronea.
-Lydia, te te
ngo una pequeña invitación.

Camino hacia la mesa, con los pasitos más cortos del mundo. Excelente, el tal Astrian no está.
-Va a llegar elegantemente tarde, está terminando el discurso con Arturo- me responde Labraña a una pregunta que no he hecho.. I.K está relajada y entretenida, riendo con Francesca. Me siento frente a ella, clavándole cuchillos con la mirada. Ella lo nota, y me devuelve los cuchillos. Jugamos unos minutos a eso, mientras Labraña observa concentradísimo su vao de whisky, y Francesca nos mira, cada vez mas impaciente.
-A ver si algún día dejas de implosionar.- le digo, sin despegar los ojos de I.K, que cada vez tiene una sonrisilla más burlesca.
-¿Para que? ¿Para explotar y ser igual de desinteresada y egoísta que ustedes?- gimotea Francesca, le quita el vaso a Labraña y se lo bebe. Luego pone carita de dolor y le sale una lagrimita.
-Garganta de pollito.- I.K le acaricia la cabeza.- Y en cuanto a tí, no tengo nada que decirte, y tampoco tengo porqué recibir tu odio por decirle a tu Solcito la verdad. Que no he sido yo, odiala a ella.
-NO PUEDO.- me levanto, enojado a más no poder, Francesca me mira asustadísima (tal vez piense que la golpee como aquella vez que...Daire, Gaspar, si.), I.K se mantiene como estatua, mirándome. Suspiro, y vuelvo a sentarme.- Si pudiese odiarla todo sería más fácil.
-Sería una pena, estimado, que debido a sus trancas emocionales, no pudiese lidiar con la reunión de hoy. Astrian realmente es una pieza importante, casi un alfil.- observa Labraña, aun sin despegar los ojos del vaso.
-¿Y donde está este tipo tan mágico, tan del Olimpo? ¿acaso no tiene un puto reloj?
-Alex, sabes bien que el tiempo no corre con los Dioses.- ríe I.K antes de beber su piña colada.- OH, ALFIL, TE LLAMO A APARECER.-toma el quitasol de la copa y se lo cuelga del cabello.- Miren, soy el Verano.
-Y como Verano, te ves muy bien, querida I.K- Saluda un tipo a mis espaldas, y trae consigo una silla. La coloca junto a mí, y sonríe.
-Al fin. ¿Que tal todo en la sede de los Batas Rojas?- sale Labraña de su estado de concentración con su ser-vaso de ser-veza.
-Un caos, de aquellos preciosos, constructivos. - saca lo que parece ser una cámara.- Tengo aquí todos los documentos, para que echéis un vistazo.- I.K la coge inmediatamente.
-Esto no es una cámara.
-Exactamente. Es una copiadora de la KGB. Tengo mis contactos,me gusta estar preparado.- ella sigue mirando al aparato, puedo apostar a que está tratando de deducir como funciona. Pierdo la paciencia y se la quito.
-Permiso, pero lo importante no es el aparato en sí, sino lo que hay dentro. Recuerden, no somos ingenieros.- me quedo pasmado ante la maquinita, y comienzo a inspeccionarla. - Eh... ¿como funciona?
-Es por esto que la guapa muchacha estaba inspeccionando.- I.K se sonroja.-, para poder imprimir los docmentos.- saca un cigarro, o lo que parece ser un cigarro, y con el, hace que la copiadora funcione y comience a imprimir en pequeñas hojitas. Ultimamente he perdido mi capacidad de tener razón.
-Contigo todo parece ser, eres toda una reafirmación del engaño fenoménico jajajaj. Préstame esos documentos.- Labraña saca sus lentes y comienza a leerlos, mientras yo intento hacer lo mismo, sin moverme de mi sitio.
-Hay que resguardarse, no se como ustedes no se han conseguido más aparatos de espionaje de la Guerra Fría.
-Es que tenemos una herramienta multiuso.-suelta Francesca, con la lengua afectada por el whisky.- Se llama Martín, y es edición limitada.
-¿De adonde creen que sacamos todo esto?- Claro, todos estos personajes están conectados.
-Se viene un golpe sin duda certero, y salvaje, esta noche, además de que el contexto se puso sorpresivamente más interesante.- levanta las cejas- Debo decirte, que tú, Catalina Farías y Arturo comaprtirán estudio con otro invitado de relativa influencia...
-...- Astrian mantiene un rostro entre expectacion, te-voy-a-saltar-encima-Labraña, y falsa calma.
-Salamanca.- y bebe un sorbito del vaso hipnótico.
-Andrés Salamanca... por la mierda. Mierda, debiste decirme antes de que llegase acá. Llama a Martín, que se contacte con Salomón. Ahora.- Labraña asiente, y sale del bar para efectuar la llamada. Astrian se mantiene con un rostro de calma y alegría, mirando hacia la nada, hasta que se dirige a I.K
-Te ves mejor.
-Siempre me he visto bien.
-Eso no te lo voy a negar.- Ambos se sonríen.
-Basta, basta. -interrumpo solemnemente ese potencial momento de insoportable melosidad.-¿Quién es Salomón?- el me mira impresionado.
-¿Que no le conoces?... pues, entonces, han considerado que aún no es pertinente que sea así. Me niego a revelarte información respecto a eso, pero sí me gustaría que me dieras tu opinión respecto a estos documentos.- me entrega una carpeta de papeles. Los hojeo.
-¿Como es posible que tengan tanta información y no hagan nada?
-Para dar el golpe certero y final, por supuesto. Por lo demás, esta información no la sacamos nosotros.
-La sacó Daire, usando el portátil de Sid.- interrumpe Francesca, y se larga a llorar.- Daire, que era tan alegre y ahora quiere matarse con químicos.- Labraña regresa hecho un demonio de Tazmania.
-Vamonos, ahora. El perímetro de los Batas Rojas dejo de estar resguardado cuando Gaspar murió, Salomón lo reestructurará pronto, pero ahora vámonos.- Salimos casi atropellándonos del local.
-Dispersémonos. Yo volveré a la Sede. Esta noche nos veremos, Labraña.
-Hey, nosotros también iremos. Las proyecciones dicen que con todo este notición, habra jaleo fuera del estudio.- no entiendo como es que esto no logra emocionarme.
-Pues entonces nos veremos.- me sonrie Astrian con desquiciante calma y temple. I.K se planta frente a el, le pone la sombrillita sobre una de sus orejas, y le da un beso de corta duración. El la abraza por la cintura y le susurra algo, antes de irse galopando al encuentro con Sir.
-Dijeron que nos dispersáramos.Así que vayanse, yo ire a ver a Daire.- suelta Francesca y se larga a llorar de nuevo.
-AAAAAAAAAARGH. Mujer, ¿que carajo te pasa?- I.K la mira extrañada.
-Ese es el problema. Que no pasa nada. Que nada cambia. Y todo vuelve a lo mismo.- trata de emprender camino hacia Galpón Z, y se da de tropicones.
-Anda, vamonos a ver a Daire. ¿Vienes?.
-Sigo odiandote. Y no, tengo una cita.- lo habia olvidado. Que dia mas ocupado, que tipo más proactivo soy. Todos me miran como si fuese bicho. Claro, algunos me miran asi por lo de la cita. Pero Francesca me ha de mirar asi porque no debe comprender. Sigue sollozando cuando la veo desaparecer.

Vuelvo a hojear los documentos que Astrian me dejó. Golpe directo a muchas caras vitales dentro del contexto político. Cuantos escaños podrían quedar vacíos por toda la información que Daire sacó. Daire, la chica manos de nitrogenoconnosequé. Miroel reloj de los humanos. Aún faltan horas para encontrarme con la contraespía. Suspiro maldiciendo al cielo.
Ese Galpón ya no es mi hogar, pero estoy obligado a volver. De pronto, un punto de laser rojo aparece sobre las hojas que tengo en las manos. Casi por inercia, cambio de hoja, a ver si el punto se va, pero sigue allí. Y se mueve, hasta apuntar a mi estómago. Menos mal que mi reacción no ha sido de levantar el rostro y tratar de encarar al culpable, mi forma de ser psicótica no ayudaría en esto. Gracias, Isabel, por dejarme conmocionado y bajo el contraste. Agacho la cabeza, me subo el cuello del abrigo, y emprendo camino, de vuelta adonde todo comienza, adonde todo sigue igual.
Espero que Isabel
no esté allí, no hoy. Y también espero que el programa en Canal Zero de hoy sea jugosisimo, deseo volver a sentirme vivo, a sentir afán de insumisión. Algo más que mera rabia.

Me alejo, acompañado de aquel invasivo láser rojo sobre mi frente, puedo sentirlo.

Concierto de Tripas.


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