BSM: Cuarto Movimiento: Cuarta Parte.
Por: Prometeo
El cielo esta gris, mis pálidas
manos tiemblan impacientes a la llegada de esta importante visita. La prometida
de Alexander, Agatha, ha adelantado su viaje desde el viejo continente, las
noticias que le tengo de seguro no le alegraran. Joseph la conoció, me dijo que
era un demonio, que la fiereza escapaba de sus ojos y su cabello azul eléctrico
parecía echar chispas. Intuyo que son exageraciones, más, sé que es de una cuna
importante de los legados fundadores de la Orden. Puedo ver el avión a lo lejos
y mi impaciencia comienza a crecer aún más. Doy media vuelta mirando hacia el
auto, el cadáver de un mirón yace en un charco de sangre. Cuando el avión ya ha
aterrizado, puedo ver la puerta abrirse. La descripción de Joseph se apareció
ante mis ojos, sin exagerar. Realmente su cabello parecía echar chispas, su
mirada era altiva y soberbia. Me inspecciono con sus ojos y comenzó a
acercarse.
-Señori...-
-¿Donde esta Alexander?- me interrumpe súbitamente.
-Vera, lo que pasa...-
-No me hagas perder tiempo, llévame donde el- me dice mientras
camina rápidamente hasta el auto, pasando sobre el cadáver en el piso sin
inmutarse y sentándose en el asiento del copiloto. Subo al auto y comienzo a
conducir en dirección a nuestra nueva base.
-El señor Ale...-
-Lo sé, lo vi, de no ser así no estaría aquí- me responde mientras
mira por la ventana, al salir de la pista y llegar a la calle, un vehículo
militar se nos une, custodiando el trayecto a nuestro destino- Pero qué lugar
tan desagradable y decadente...
No sé bien que decirle, tiene esa clásica actitud aristocrática.
Para ella soy solo una sirviente, y tiene razón. Mi labor en la causa es servir
en la dirección que Alexander me indique, si el la ha escogido a ella será por
algo, y debo respeto a ella tanto como a él, para preservar integro y pura mi
entrega a la causa. Luego de conducir en silencio un buen rato, llegamos hasta
la entrada de nuestra nueva base. Las puertas se abren dejando pasar a nuestro vehículo
y al de nuestros escoltas.
-¿Es una broma? ¿Es este el centro de operaciones de la Orden
Blanca, ante una misión de importancia tan gigantesca?-
-Hemos sufrido un ataque inesperado y tuvimos que asentarnos aquí
por ahora- le respondo- es...
-Guarda silencio, no serás tú quien me dé explicaciones ¿Dónde está
Alexander?- me dice secamente
-Sígame- entro al edificio en dirección a la habitación de
Alexander. Al cruzar por la sala, todas las miradas se posan sobre Agatha.
Muchos se levantan saludándola, ella ni siquiera les mira y cruza la sala junto
conmigo.-Mas, me temo que Alexander no podrá darle explicaciones por el
momento...
El hombre custodiando la puerta, la abre para nosotras y entramos
a la habitación. Alexander yace en cama, ya sin hemorragia, mas, su herida no
se ha recuperado a pesar de la expansión. Agatha se acerca rápidamente hasta él
y mueve la cabeza en señal de negación.
-¿Dónde estás, querido?- le dice mientras coloca un dedo sobre su
frente. Sus ojos se iluminan por unos instantes, retrocede un par de pasos y se
reintegra.- Esto es muy extraño, no puedo entrar, pareciese que su conciencia está
en un lugar al que no puedo acceder.
-¿Que está ocurriendo, señorita?- le pregunto. Parece no haberme
escuchado, tiene la mirada perdida.
-Podría ser que...- dice con muestra de sorpresa en su rostro,
como si hubiese visto algo- que esto sea mucho más serio de lo que parece...
-Por favor señorita, explíqueme que pasa- le insisto
-Necesito entrar al dominio de Alexander III, el ritual está por
iniciar, están entrando al Laberinto...- me dice
-¿Que ritual? ¿De qué Laberinto habla?-
-Tu ignorancia me abruma- me responde mientras se pasea por la habitación-
ya te dije, no perderé mi tiempo en explicarte, esto es urgente-
-¿Puedo ayudarla en algo?- le pregunto
-Prepara una flor y un fruto juntos, están en mi maleta- dice
mientras se sienta en la cama junto a Alexander y le acaricia el cabello. Tocan
la puerta, cuando esta se abre veo a Gem entrar con cara de malas noticias.
-¿Que hace el aquí?- me pregunta Agatha indignada.
-Señorita, tenemos que tomar decisiones respecto a la batalla...
El gran Alexander es siempre quien elige las direcciones de nuestras tropas,
mas, con él en estas condiciones, la máxima autoridad, y al mismo tiempo la
persona más idónea para decidir es usted, señorita Agatha- esta hace un gesto
de agobio, Gem está algo nervioso.
-Anda, explícame, pero que sea breve, tengo que ocuparme de cosas
importantes- le responde
-Tenemos una serie de problemáticas, lo primero es que nuestro
enemigo planea aprovechar este instante de debilidad de nuestra parte para
avanzar contra nuestras tropas en uno de nuestros distritos en la capital,
probablemente el Este. También, Libertaria ha alcanzado un acuerdo con los
Maniacos y nuestros informantes nos hablan de que planean un asalto en conjunto
contra la última de nuestras bases militares en la región. Para cerrar con esta
catastrófica serie, Joseph desde el sur nos ha informado que las cosas han
salido mal en el extremo sur. Aparentemente, no previmos otra fuerza en el
tablero que también iba tras la piedra...-
-¡¿QUE?! ¡HABEIS FALLADO EN LA MISION MÁS IMPORTANTE ENCARGADA!
¿ESTA VIVO EL IMBECIL DE JOSEPH?- grita saltando de la cama y levantando a Gem
por el cuello.
-Señorita, Joseph mismo me lo ha comunicado, me dice que está
preparado el asalto para recuperarla y traerla integra a la capital- le
responde Gem tratando de mantener la compostura. Lo suelta de inmediato al oír
sus palabras
-¿Y que está esperando ese cretino? Ve a decirle que quiero la
roca aquí cuanto antes, y que si vuelve a fallar, su castigo será ejemplar.- le
responde mientras vuelve a sentarse junto a Alexander.
-¿Y respecto a nuestras tropas en la capital y el sur?- le
pregunta
-Son todos ustedes unos imbéciles ¿Acaso creen que a la Orden
Blanca le interesa esta decadente porción de tierra? No estamos aquí para conquistar
este miserable lugar, nuestro propósito aquí es salvar a la humanidad del
demonio de Dosser. Sera aquí donde intentaran quebrar el primer sello, nuestro único
objetivo es evitar que eso pase. Teniendo eso en cuenta, lo dejare a criterio
de ustedes, que se entretienen en estas peleas irrelevantes. Lo único de
importancia ahora es que la roca llegue a la ciudad, con ello, incluso sus
batallas pequeñas se harán más fáciles...- le responde y luego me mira- ¿Y tú
sigues aquí? Ve a preparar lo que te pedí ¿Cuál es el gusto de todos ustedes en
hacerme perder mi valioso tiempo?-
Despierto abruptamente en
una habitación que no conozco. Es un departamento de un ambiente, completamente
empolvado, como si llevase un largo tiempo abandonado. Estoy solo, camino hasta
la ventana y tengo que abrir y cerrar los ojos para corroborar que lo que veo
es cierto. Tras el sucio vidrio, un paisaje de diversos relieves de concreto se
muestra frente a mí. La gran cadena montañosa se oculta en la distancia, en
medio de una espesa y toxica niebla. El aire huele a hollín, cenizas y humo. Es
la capital. ¿Cómo llegue aquí? Rápidamente la mirada de Dosser reaparece ante mí,
es así como puedo recordar que de un instante a otro todo comenzó a girar y
desvanecerse. Recuerdo haber escuchado sus palabras antes de que todo se
oscureciese completamente. "Aún hay largo camino por recorrer para ti, una
batalla ardua te espera". ¿Que habrá pasado con los demas? Reviso en mis
bolsillos y saco un cigarro que enciendo con extrema prisa. ¿Que significara
todo esto? No encuentro respuestas posibles, reviso el departamento en busca de
algún posible indicio que me indique hacia dónde ir, mas, es inútil, no
encuentro señal alguna de Dosser. ¿Qué mierda puedo hacer entonces? Asqueado,
me decido a salir de ese desagradable departamento, lanzo la colilla por la
ventana y salgo del cuchitril polvoriento. Cuando llego por fin a la calle,
recuerdo mi situación de prófugo de la justicia, acusado de dos asesinatos, si
es que ya no me sumaron los del Copy-cat... ¿Realmente habrán sido míos? He
insistido en negar una y otra vez, mas, es momento de que acepte que es muy
posible, sino probable, que sea culpable de esas muertes... La primera vez que
estuve en una de las escenas del caso de Jean, en aquel tiempo como
consultor-ayudante del detective a cargo, ante aquel escenario planteado tan
meticulosamente, con tamaña riqueza simbólica, me vi sobrepasado, y en ese
mismo instante, segundos después de observar su obra, pude sentir profundamente
el sentido de este acto. El había llevado la muerte a otro terreno, tomo a un
miserable y lo convirtió en lo que tenía ante mis ojos, y esto, no era otra
cosa que una obra de teatro inmensamente viva. Pude sentir amor en esto que tenía
ante mis ojos, no por aquel miserable, sino por una idea. Su víctima, no es
otra cosa que el medio de expresión de esta idea, escoge desgraciados y con su
muerte, los eleva y funde con la majestuosidad de su expresión artística. Sus víctimas
jamás son al azar, todas son inmensamente específicas para empoderar aún más el
contenido simbólico de su obra, no escatimo en atentar contra miembros
reconocidos de la esfera política, eclesiástica y empresarial. Ante un
personaje como este ¿Quién no va a sentirse inclinado, o interesado en al menos
saber de el? A través de la muerte, nos enviaba a todos una pequeña luz de
esperanza... En aquel tiempo aún no se derrumbaba todo. Cuando fui encargado
como detective a cargo del caso de Jean, mi obsesión acabo por desatarse. Casi
no dormía, perseguía una pista tras otra sin poder alcanzarlo. Luego, Jean se metería
en un asunto desgraciadamente turbio, fue ese el instante en que mi investigación
se vino abajo. La CISN comenzó a aparecer en las escenas del crimen antes que
nosotros, impidiéndonos la entrada hasta que terminasen, cuando por fin podíamos
entrar, nos encontrábamos con escenas deliberadamente manipuladas o destruidas.
Pude ver como habían hecho añicos aquella majestuosa obra de arte que Jean había
preparado. Peor se pusieron las cosas luego del evento en la plaza de la ciudadanía,
aunque en esa ocasión no actuó solo. Ese día, tomaron a las cabezas más
importantes de la familia militar y los degollaron a vista y paciencia de una
multitud aterrorizada. Ese día llegue antes que la CISN. Jean hablaba fuerte a
la multitud, que escuchaba atenta sus palabras, el resto de los hombres que le
acompañaban portaban máscaras y abrigos largos, además de un cuchillo que
colocaban en el cuello de sus próximas víctimas. Deambule entre la gente
mientras tomaba una posición adecuada para encararlo, mientras Jean cierra su
discurso y seis gargantas son cortadas de forma sincronizada, fui lento. Un
disparo se escucha en la lejanía y pueden verse llegar los hombres de la CISN,
la masa se dispersa. Cuando trate de sacar mi pistola pude sentir como me torcían
el brazo y me tiraban al piso de una patada. Miro a mi agresor, mas, una máscara
se interpuso en mi propósito de develar la identidad de mi inminente verdugo. Su
pistola apuntaba directamente a mi cabeza, me miraba directamente a los ojos,
sin decir una sola palabra, prestando menos atención a los disparos de la CISN
al acercarse al lugar. El hombre baja la pistola y le dice a Jean que hay que
salir de ahí, trate de alcanzar mi pistola y sentí un pinchazo en la espalda,
como si me hubiesen inyectado algo. Pude escuchar más y disparos, poco a poco
mi vista se hizo más borrosa y los ojos se me fueron cerrando. Alcanzo a ver
como una de las balas alcanza en el estómago a Jean, tirándolo al piso. Los
pasos de la CISN se escuchan y los disparos cesan. Justo antes de que todo se
desvaneciera y despertase en el hospital, pude ver como Jean se levantó
sorpresivamente del suelo... Por eso me obsesione con que había sobrevivido, la
versión oficial decía que Jean estaba muerto, no me dejaron ver su cadáver y el
caso se cerró de lleno. Luego se desato el escándalo, las victimas en la plaza
de la ciudadanía resultaron ser conspiradores, ad portas de materializar un
nuevo golpe de estado, como décadas atrás hicieron de la forma más descarnada
posible. Los medios oficiales poco y nada dijeron, quedando aquella hazaña
silenciada... Indeciso, entro por la puerta de un bar y pido una cerveza en la
barra. Un vaso servido y una botella son dejados junto a mí.
-Muchas gracias- le digo al tiempo que con mi mano izquierda
levanto el vaso y doy un largo sorbo. El ambiente del bar es nauseabundo, no sé
cómo es que se me ocurrió meterme a este lugar. Aunque, con tamaña falta de dirección
y tanta divagación hostigante, realmente, poco importa el lugar. Fijo mi vista
en mi vaso y doy otro sorbo. Al fondo del bar, puedo ver a un grupo de tipos,
aparentemente ebrios, molestando a un hombre rechoncho y bajo. Lo reconozco de
inmediato, era quien acompañaba al Cazador cuando nos atacó junto a Philipp.
¿Que será de el en este instante? ¿Dónde estará? No puedo tomarme demasiado
tiempo para pensar, dado que uno de los gigantones comienza a golpear al
rechoncho hombre. Corro aprisa hasta ellos y de una patada lo tiro al piso,
tres restantes se vienen contra mí. Esquivo al primero y tuerzo el brazo del
segundo, mas, no puedo evadir una patada del tercero. Me reincorporo rápidamente
y con una patada en el mentón, dejo a otro fuera de combate. Miro al rechoncho
hombre y le indico la puerta trasera del bar. Camino rápidamente y salgo del
lugar.
-Más vale que esto valga la pena, perdí mi cerveza por defenderte
de esos imbéciles- le digo mientras salgo a un callejón. El rechoncho hombre me
mira inseguro.- ¿Qué ocurrió?
-Estaba haciendo algunas preguntas y no les gusto...- me responde.
-¿Tu amigo te envió solo a averiguar con esa clase de gente?- le
pregunto
-Si te refieres a Tristan... Ha desaparecido, una vez más...- me
responde mirando al piso
-¿Como que una vez más?-
-Poco después de que nos encontramos con ustedes, un hombre de
vestimentas de cuero nos atacó y se lo llevo... Regreso tres semanas después, moribundo,
magullado y mutilado. Durmió tres días seguidos y al despertar no quiso decirme
nada de lo que había ocurrido. Todo parecía haber vuelto a la normalidad,
regresamos a nuestros casos, aunque Tristan ya no parecía el mismo. Lo veía
constantemente mirando tras sus hombros, como si en cualquier momento algo
fuese a atacarlo, parecía constantemente iracundo, rara vez dormía pues estaba
volcado en el caso en el que estábamos trabajando... No sé si debería hablarte más
de esto...- hace una pausa y luego me mira decidido- Es algo complejo, estábamos
en un caso gigantesco... pero no sé si sea buena idea hablar esto aquí, puedo
mostrarte hasta donde ha llegado nuestra investigación, siempre y cuando
aceptes ayudarme a encontrar a Tristan.-
-Ya le perdone la vida una vez ¿Ahora además quieres también que
lo salve? ¿Por qué habría de estar interesado?- lo asalto con preguntas
directas para llegar al centro de esto de una vez.
-Estamos investigando una sociedad de asesinos en serie,
actualmente hay en actividad 18 solo en la capital.- me responde de lleno mirándome
a los ojos. ¿Sera este el camino que Dosser trazo para mí? Lo sea o no, no
puedo no involucrarme.
-Bien, te ayudare- le respondo mientras camino hacia la calle-
Parece que las cosas han cambiado bastante desde que me fui...
-Por cierto, puedes decirme Nano- me dice mientras camina por la
vereda- sígueme.
Suena la puerta, me levanto a prisa hasta ella, colocando mi mano
derecha en mi pistola, al escuchar la voz de Eugenio tras esta, la abro de
inmediato. Entra rápidamente.
-¿Y bien?- le pregunto con curiosidad- ¿Cómo les fue con Jaime? ¿Dónde
está?
-Se quedó preparando a varios de los nuestros con algún
conocimiento en el área para que no tuviesen problemas con la producción a gran
escala que esperamos realizar-
-¿Ya le ha pegado una mirada al fruto?-
-Habrá que darle un tiempo, mas, con lo que ya nos trae, podemos
avanzar bastante-
-Con esto de nuestro lado nuestras fuerzas como tercer bando se irán
fortaleciendo- digo animada
-Es la idea, por ahora, entre lo que teníamos nosotros y lo que ha
traído Jaime, podremos producir al menos unas 2000 dosis, probablemente más.
Todo esto, sin considerar los frutos que le has entregado... en fin, vamos por
buen camino... ¿Cómo esta Sofia?- me pregunta mientras mira en dirección al
pasillo que da a las habitaciones.
-Todavía no despierta, la hemorragia se detuvo, mas, esta con
fiebre y pareciese que la expansión no está ayudando a que mejore-
-¿Habrá estado envenenada el arma del Ilusionista?- me pregunta
-Según Ingrid no- le respondo
-¿Y Laura?- me pregunta.
-Enojada, mas, relativamente tranquila- le respondo- Las sillas no
han sufrido hoy el peso de su ira.
La puerta vuelve a sonar, me detengo para escuchar la contraseña,
es Julio. La abro y lo veo parado con una amplia sonrisa.
-¿En que estabas?- le pregunto, me mira de inmediato, sin dejar de
sonreír.
-Jaime me enseño unos dibujos con las características de lo que
necesitamos, pensé que sería buena idea pasar a visitar a Colmillos y
aprovechar de buscar por si había algo más por el lugar- nos dice mientras se
saca la mochila
-¿Y? ¿Encontraste algo?- le pregunta Eugenio.
-Por el sector de vegetación alta encontré un túnel que daba a lo
que parece ser una rustica bodega- nos dice mientras abre su mochila. Está
repleta de hojas.- Aun hay mucho más en ese lugar
Saca una hoja de papel de uno de sus bolsillos en la mochila y me
la entrega. La hoja de papel ha de tener décadas, la tinta se ha corrido y poco
y nada se puede distinguir de lo escrito, salvo la firma que indica el nombre
de quien envió la carta. "Albert"
-Qué extraño... Deberíamos mostrárselo a Ingrid- les digo mientras
les indico que se sienten. Camino en dirección a la habitación de Sofia y la
puerta se abre antes de que la toque. Ingrid esta parada frente a la puerta,
alcanzo a distinguir a Sofia en la cama y Laura sentada junto a ella,
murmurando en voz baja unas palabras.
-¿Todo bien, Ayleen?- me pregunta Ingrid con su clásico tono
sereno.
-Julio encontró esto...- le digo mientras le alcanzo la carta. La
toma rápidamente y la observa detenidamente, sin esperar a él porque le indico
aquella.
-Esta carta fue escrita por el padre de Albert- me dice mientras
me la devuelve- por ahora no es necesario que sepas de ello.
Laura se levanta bruscamente de su lugar, en su rostro hay
tonalidades de rabia y decisión. Camina hasta nosotras y me mira directamente a
los ojos.
-¿Que tienes en mente?- le pregunto, mira a Ingrid como haciendo
una pregunta y retorna su vista a mi persona
-El Ilusionista se encuentra en las mismas condiciones, algo más allá
está pasando...- dice rápidamente saliendo de la habitación e indicándome que la
acompañe. Ingrid nos ve avanzar por el pasillo y retorna a sus cuidados con
Sofia- La Orden se encuentra sin su cabeza y con su cuartel general
volado en pedazos, no los hemos derrotado, más, si hecho tambalear
considerablemente. Tenemos que aprovechar este momento de desorganización.
Eugenio y Julio la miran atentos
-¿Que propones?-le pregunto
-Liberemos ahora mismo el distrito, mueve tu gente, yo iré
adelante- nos dice. Eugenio la mira confundido y Julio se mantiene expectante a
alguna replica.
-Para eso tendríamos que pedir ayuda a los Maniacos- le respondo-
y tengo la impresión de que no quieres hacerlo.
-Claramente- me responde
-¿Entonces cómo? No tenemos el armamento suficiente y lo sabes- le
respondo con amargura en la boca, al tener que ser yo quien diga la cruda
realidad, por mucho que desprecie trabajar con ese miserable de Glenn.
-Si es necesario borrare las fuerzas de la Orden yo sola- me dice
tremendamente decidida. No va a ceder, y tampoco puedo dejar que vaya ella por
su cuenta.
-Jaime dijo que tenía algunas dosis preparadas- añade Eugenio
-¿Cuantas?- le pregunto mientras busco el número de Jaime en el
celular.
-Poco menos de sesenta dosis- me responde- Puede que con
escuadrones bajo los efectos de la expansión provisoria podamos barrer efectivamente
las fuerzas de la máquina, sin la necesidad de tener un ejército de nuestro
lado
-El problema de las armas sigue vigente, supongamos que
conseguimos liberar el distrito ¿Cómo vamos a mantenerlo libre de los
cuantiosos ataques del ejército? - les insisto
-Si nos apuramos con la síntesis, podremos abastecer a una
cantidad importante de personas, no tendremos metrallas, mas, si otro tipo de
armas-
-¡Exactamente!- dice Laura- Es momento de que demos el paso y nos
consolidemos como tercer bando. Tenemos fuerzas, manos y voces de nuestro lado
dispuestos a recuperar la vida que les fue arrebatada, un ejército desarmado,
esperando a continuar el camino de su reafirmación y empoderamiento.
Aprovechemos el poder de la expansión, estoy segura que eso será mucho más
determinante que un par de rifles.-
-¿Cuál es el plan entonces?- pregunta Julio
-Hay que reunir a los más aptos y armar escuadrones para atacar en
los diez puntos específicos en los que se encuentran las fuerzas de la maquina
instaladas en el distrito. - responde Laura- cinco escuadrones de doce personas
sería ideal.
Reviso el celular y Jaime me ha contestado un mensaje indicando
que Eugenio pase a buscar las dosis.
-¿Estas totalmente segura de que esto funcionara?- le pregunto a
Laura, ella me sonríe y me besa la frente
-Confía en mi- me contesta con esa abrumadora decisión que
mencione repetidas veces.
-Bien, entones, hablare con nuestra gente sobre el asunto, tratare
de reunir todo el armamento que tenemos a disposición.- le digo
-Yo voy con Jaime a buscar nuestro as bajo la manga- dice Eugenio levantándose-
Veré si puedo conseguir algo más para añadir a nuestro pequeño arsenal-
-¿Qué hay de mí?- pregunta Julio
-¡Vendrás con nosotros, por supuesto!- le responde Laura
animosamente
-¿Estas segura? Sera una operación complicada...- le digo. Julio
parece entristecerse, mas, levanta la mirada.
-No importa, quiero ayudarlos, no voy a quedarme sentado aquí solo
porque es peligroso... Ya he estado tiempo con ustedes y casi me han volado los
sesos más de una vez ¿Por qué iba a echarme atrás por miedo en un momento como
este? Por favor Ayleen... no me trates como un pequeño bebe que hay que cuidar,
ya no soy el rechoncho cobarde que conocieron.- responde Julio. Me asombra ver cómo
ha ido avanzando tanto en tan poco tiempo, le respondo con una amplia sonrisa.
-Bien- les digo- será mejor que nos movamos ahora, hay mucho
por hacer y no tenemos seguridad del tiempo que transcurrirá sin que el
Ilusionista despierte.-
-Si despierta, seré yo quien me encargue de ponerlo a dormir para
siempre- me responde Laura dejando escapar fuego de sus ojos.
Llevamos casi dos horas y media caminando por este bosque. Los
caminos de entrada a Libertaria están fuertemente vigilados por los militares.
-No falta mucho- nos dice Mario mientras pasa por sobre una alta raíz
de un gigantesco árbol en nuestro camino.
-¿Cuándo se supone que los Maniacos enviaran las tropas que les
prometieron?- le pregunta Nicolas
-Cuando llegue nuestro enviado... es posible que ya esté en la
ciudad y las tropas Maniacas ya estén en camino- nos responde
-Tienen que estar alerta, sabemos que Glenn no es de fiar- le digo
a Mario
-Por ahora estamos obligado a trabajar con él, de otra manera, no tendríamos
las fuerzas suficientes para seguir manteniendo a Libertaria a salvo de los
militares- me responde mientras llegamos al final del bosque. Estamos a la
mitad de una colina, a lo lejos puede distinguirse el camino, y como una serie
de vehículos militares se encaminan a la ciudad, que a la distancia se puede
ver. - Mierda, están enviando un contingente considerable...
-Apresurémonos entonces- les digo mientras bajo rápidamente por la
colina. Comienzan a escucharse disparos a la lejanía, preparo mi pistola
mientras corremos a toda prisa.
Despierto en una habitación de piedra, el frio puede sentirse,
mas, no permito que esto me afecte. Me levanto rápidamente, mi aparente cama no
era otra cosa que una tabla de madera con paja. ¿Es esto una prisión? ¿Cómo
llegue hasta este lugar? Claro, el maldito de Dosser... Me acerco hasta los
barrotes metálicos y sin mucho esfuerzo los quiebro, abriéndome paso. A un
costado, puedo ver una pila de huesos, aparentemente humanos. Camino por un
estrecho pasillo que da lugar a una escalera con una puerta al final. De una
patada la tiro al piso y entro a una sala no muy amplia, la casa es
completamente de madera. Numerosas estatuillas descansan sobre la mesa, al
acercarme para examinar detenidamente una de ellas, noto el material que ha
sido usado, huesos. Cuando levanto la vista para continuar examinando la habitación,
me encuentro con un estante con cerca de una docena de cráneos, humanos todos.
Parecen haber sido tallados, pintados y barnizados, en la frente a todos le ha
pintado un gran ojo abierto, da la impresión de que los cráneos esbozaran algo
parecido a una sonrisa ¿De quién será esta obra que tengo ante mis ojos?
Maravillado las examino con cuidado y las retorno a su posición original.
La curiosidad me arrastra, comienzo a entrar en el resto de las
habitaciones en busca de algún indicio del artista. Cuando entro a lo que sería
su habitación, mi sorpresa incrementa más. En las paredes hay diversas
ilustraciones de la anatomía humana, grandes cuadros en los que utilizo un solo
color, rojo en diversas gradientes. Es sangre, maldita sea, es sangre... Esto
es impresionante, la cantidad de cuadros es equivalente a la de cráneos en el
estante de la otra sala... Puedo saborear la muerte de cada uno de sus
escogidos, afortunados, en cada cuadro, como si hubiese capturado aquel
instante. Y el mensaje que transmite, no es miedo, no es dolor, es paz,
serenidad, goce. Capto el instante en que la lucha por sobrevivir cesa, y la
muerte, ya sin obstáculos, te envuelve en sus alas, ese instante en que te
entregas, en que el propósito ultimo de la vida es revelado por completo. Su
obra grita que la muerte es la iluminación... Puedo escuchar pasos en el
exterior y como la puerta principal se abre, preparo mi cuchillo para salir a
su encuentro. Veo a un hombre de metro ochenta de cabello castaño claro y
corto, de vestimentas formales, su rostro, muy del viejo continente, revela
sorpresa, mas, no ha llevado su mano al cuchillo que esconde en el reverso de
su chaqueta.
-No me esperaba esta visita- me dice mientras camina lentamente
hacia mí- Soy un gran admirador de vuestra obra.
Me ha tomado por sorpresa ¿Sabe quién soy? No despego mi mano del
cuchillo, por si trata de bajar mi guardia para atacarme. Parece darse cuenta y
de inmediato saca tres cuchillos, uno tras otro, de sus vestimentas, dejándolos
sobre el estante.
-No tengo intención de arruinar un momento como este- me dice
mientras se sienta en una silla- He querido conocerte desde que Alexander me
hablo de ti.
-¿Quién eres? ¿Por qué ese Alexander te hablo de mí?- le interrogo
- Soy un artista, como tú. Tu persona ha interesado a la Orden
Blanca- me dice mientras me mira con una sutil sonrisa.
-No me interesa ninguna Orden, yo trabajo solo- le respondo
secamente
-No es lo que he sabido- me responde sin dejar de sonreír
-Pues tus fuentes revelan información incompleta, no tienes idea
de lo que estás hablando- le respondo, empezando a irritarme
-¿Crees que no estoy enterado de lo de Dosser? Yo estaba hablando
de Dario...- me responde ¿Quién carajo es este sujeto y como sabe todo esto?-
Digamos, no es que realmente lo necesitases para encontrar a Jean, con tus
habilidades, por tu cuenta podrías haber dado con el de todas formas... Sin
embargo, a pesar de sus limitadas capacidades, lo llevaste contigo, aunque eso
significase disminuir la velocidad de tu paso...-
-¿Adónde quieres llegar?- le pregunto apretando los puños.
-De no ser por Dario, el Cazador te habría matado- quiero matarlo,
pero necesito entender a donde va todo esto- Estamos en pleno campo de una
batalla que involucra fuerzas pocas veces antes vistas en la historia de la
humanidad... En un escenario como este, si eliges ser tu propio bando, si te
empecinas en "trabajar en soledad", acabaras en poco tiempo
sucumbiendo ante quienes decidieron trabajar en grupo.-
-¿Es esto una amenaza?- le pregunto soltando una carcajada
provocadora
-Es una advertencia, de un artista a otro- me responde. Me levanto
de la silla empuñando mi cuchillo, mirándolo directamente a los ojos. Más que
intimidado, lo veo emocionado. Me abalanzo contra el a toda prisa, mas, me
esquiva con facilidad mientras saca un bisturí de su chaqueta. Voy a la carga
otra vez, bloquea mi corte con su bisturí, y con su pierna me lanza una patada
que bloqueo con mi rodilla
-Conmigo no podrás- le digo mientras retrocedo un par de pasos y
saco mi segundo cuchillo
-Claro que puedo- me dice mientras con su bisturi realiza un corte
en sus manos ¿Que está haciendo? La sangre comienza a brotar, en su rostro
manifiesta una expresión de éxtasis. Lo extraño es que no ha caído una gota al
piso, pareciese que la sangre fuese atraída por la mano, de alguna manera que
no comprendo. A una velocidad inmensa, sin siquiera alcanzar a moverme, me
corta cuatro veces, dos cortes en el torso, uno en el brazo y otro en el
hombro. Retrocede unos pasos, la sangre comienza a brotar de mis heridas, al
caer esta al piso, pareciese dirigirse en dirección al tipo, no dejando
siquiera rastros en su trayecto, al llegar hasta el, la sangre se eleva hasta
sus manos. ¿Qué es esto?
-Ahora mismo, podría matarte con facilidad- me dice
tranquilamente- pero no es lo que deseo, me resultas un sujeto interesante y
tengo curiosidad respecto a lo que harás... Puedes irte, recuerda mi
advertencia. Nos veremos pronto, Philipp.-
Camino indeciso hasta la puerta, doy media vuelta antes de abrirla.
-¿Cómo sabias todo eso? ¿Hay muchos más que han probado del
fruto?-
-Hay muchísimos ojos observando lo que está aconteciendo en este
lugar, te involucraste en algo de gran calibre, no esperes que las cosas sean
diferentes. Hay dos Arboles Sagrados activos, por lo que podrás imaginarte que
los que has conocido no son los únicos.- me responde mientras camina a la
cocina- Que tengas un lindo día.
Abro la puerta empapado en frustración, doy un portazo y la
sorpresa se ve incrementada al ver donde estoy. La capital, una vez más. Camino
a paso lento al tiempo que la hemorragia se va deteniendo y el dolor cesando.
Necesito ser más fuerte y conozco el camino que he de recorrer. Solo el
encuentro con el fruto, una vez más, potenciara los efectos de la expansión, con
eso de mi lado, podre enfrentar a la Orden si es que vienen tras de mi... ¿Tendrá
sentido? ¿Todo se reducirá a una lucha constante por sobrevivir? ¿Qué beneficio
obtengo con prolongar mi existencia un poco más? Antes todo parecía claro y
trascendente, cada acción se reafirmaba así misma, antes yo era la muerte...
Pero fue todo un miserable engaño, fui la marioneta perfecta para Dosser. Quizás
esta perturbadora sensación de vacío es la expresión de la lucidez, del
despertar del engaño de crear sentido a algo que por sí mismo, no tiene. De no
ser por la curiosidad y el deseo de reivindicarme en batalla, volvería a esa
casa para que aquel tipo me acabase de una vez… Sería una pérdida de tiempo
buscar entre los Maniacos, Esteban comenzó su viaje justamente porque ya no
disponían de frutos. Este hombre menciono que hay dos árboles sagrados,
probablemente el segundo este bajo custodia de la Orden Blanca. Si es así,
serán ellos quienes puedan tener algún fruto a disposición. Sea pues, tiempo de
buscar en la cabeza de sus esbirros menores, pues, si me topo con otro como
este, probablemente no salga con vida.
Desde una alta colina contemplo el verde y amplio paisaje,
internado al noreste de la última ciudad al sur, es aquí donde han traído la
roca, el centro de investigaciones del imperio. El primer cerco está a un kilómetro
de distancia, son cuatro vallas de seguridad antes de llegar al edificio
central, a unos 20 kilómetros de distancia. Hay gran contingente de tropas,
todas del imperio. Tengo que ser rápido, necesito estar dentro del edificio
cuando la Orden Blanca haga su ataque, tratar de sacar provecho del caos para
sacar la piedra de aquí mientras están ocupados matándose entre ellos. Es
riesgoso, sobre todo porque la expansión quedara inhibida ante esa roca y mis
capacidades se verán limitadas considerablemente. Sin embargo, no tengo más
opciones, la Orden Blanca está aportando al plan de Dosser sin siquiera saberlo
y es mi deber dar cara. Bajo a rápidamente por la colina, no hay tiempo que
perder.
Avanzo hasta una trinchera en medio de una ráfaga de balas desde
ambos lados. Nicolas parapetado dispara un fusil de caza contra las fuerzas de
la máquina. El enemigo está bien dotado de armas de asalto y vehículos
blindados. Los cocteles molotov con aceite de motor y aislapol resultan inútiles
ante los vehículos, mas, si ayudan a colocar límites de avance a las tropas a
pie del enemigo. Me escabullo por la trinchera hasta un ángulo más cómodo de
disparo, aprieto el gatillo de mi pistola en numerosas ocasiones, le hago una
señal a Nicolas y este le hace señas a otros más. Lanzo una bomba de humo
casera, otras más caen al tiempo en que doy un salto y agachado avanzo lo más rápido
que puedo hasta la trinchera enemiga, preparo mi segunda pistola y disparo a más
no poder. Puedo escuchar un fuerte estruendo, al fijar mi vista en el origen
del ruido veo a un hombre, probablemente de las comunidades indígenas,
destruyendo el carro militar blindado con sus propias manos. No hay duda, ha de
ser Pelantaru, Albert me hablo de él. Los disparos no cesan y poco a poco, las
fuerzas enemigas se van mermando, más y más gente avanza hasta finalmente
repeler por completo el ataque, escapando tan solo un par de vehículos
militares. Recogemos las armas y las municiones de los cadáveres enemigos, cada
bala puede ser crucial para la resistencia de Libertaria.
-Ha sido ardua batalla, mas, una vez más hemos resistido ¡Un
aplauso para ustedes hermanos, tenemos que seguir así, pronto el enemigo sucumbirá
en sus intentos de arrebatarnos nuestras tierras, ríos, nuestra comida,
nuestros hogares, nuestro tiempo, nuestra vida! ¡Venceremos!- grita Pelantaru
parado en el techo de un vehículo militar. La multitud grita enaltecida,
esperanzada por la vida que aún les pertenece, que aun, pueden construir en
solidaridad en este destello de luz adelantado a los tiempos presentes... Quizás
es un presagio de la caída de La Máquina y todas sus pequeñas maquinas
accesorias. Nicolas se me acerca entre la gente
-Tenemos que buscar a Cucho, él tiene contactos afuera que pueden
ayudarnos a comunicarnos con Mariano, o al menos, conseguir la ruta de viaje
para encontrarlo en el camino antes de que la Maquina y Glenn vayan a por el.-
me dice mientras saca un cigarrillo y lo enciende
-Pensaba conocer el lugar, ayudar en algo por aquí... Mas, tienes razón,
la prioridad es esa.- le respondo- ¿Sabes dónde se encuentra ese Cucho?
-Tengo una dirección pero no es muy vigente-me responde- puede que
ya no viva ahí
-Habrá que averiguarlo-
Tocan la puerta de mi estudio, entran 4 hombres, todos del Comité
Revolucionario.
-¡Muy buenas señores! ¿Qué noticias me traen?- les digo
-Compañero Glenn, la búsqueda de el Ilusionista no ha tenido éxito,
ha conseguido escapar, probablemente tengan una segunda base.- dice uno de los
hombres, un stalinista, fetichista de bigotes y puños de hierro.- hemos
reportado movimiento de tropas de la maquina al distrito del sur, lo que indica
probablemente que es allí donde se posicionan... esto impacta directamente en
nuestro plan de acorralarlos en el centro de la ciudad-
-Reforzaremos el contingente en los caminos que conectan el
distrito del sur con la región aledaña, impidiéndoles el paso de suministros-
le respondo
-Señor, para eso sería necesario hacer caer la base militar que
custodia aquella carretera, recuerde usted que la rebelión solo se ha
presentado con fuerza desde Libertaria hacia el sur, las regiones entre la
capital y esa ciudad, aún permanecen bajo completo control del régimen y esa
base específicamente está muy bien dotada- añade mi mascota del Partido
Comunista.
-Prepararemos un asalto si resulta necesario- le respondo rápidamente,
miro al stalinista- Dijiste que hubo movimiento de tropas hacia el sur ¿Desde dónde?
-Desde el sur y desde el distrito Este, las tropas del norte
mantienen su posición asediando de vez en cuando, mas, sin conseguir tomar
control del distrito norte.-
-Están debilitados, si damos un paso más podemos dejarlos de
espaldas al abismo.- reflexiono en voz alta
-Compañero, estoy de acuerdo, mas, recuerde que en el distrito Este
están asentados los aspirantes a crear tercer bando, esto puede ser una
oportunidad para ellos- me acota otro miembro del Comité- no me parecería
prudente
-¿Que daño van a hacernos si no tienen armas?- les pregunto casi
riendo- Tenemos un pacto de no agresión en pos de nuestro enemigo común, con la
colaboración de ellos hemos conseguido dar el asalto al cuartel general de
nuestro enemigo. Tenemos disputas pendientes, es verdad, mas, eso se
solucionara en cuanto el enemigo de verdad, caiga.-
-Sigo sin estar de acuerdo, si les damos espacio no tardaran en
venirse contra nosotros ¿Y si esto fuese todo un plan orquestado entre el régimen
y ellos? Debemos tener cuidado- añade otro miembro del Comité.
-Estoy de acuerdo con el compañero- acota otro más. Miserables
ratones.
-Bien, bien... No realizaremos el ataque- sonríen ampliamente,
manga de imbéciles, piensan que me la han ganado- ¿Hay más novedades?
-Un contingente de nuestras tropas está por llegar a la región de
la ciudad ahora llamada "Libertaria", probablemente el día de
mañana procedan al asalto a la última base militar en dicha región. La agitación
y propaganda se han reforzado las últimas semanas en las regiones al sur de
Libertaria, actualmente bajo un escuálido control del régimen.-dice uno de los
del Comité
-A continuar con lo planeado, este golpe que hemos dado al régimen
nos dará espacio para avanzar-
-Siempre que ese avanzar no sea darle...- intenta acotar un
miembro del Comité
-Ya quedamos de acuerdo en eso, no me hagas perder tiempo- le
respondo molesto- ¿Eso es todo?
Parecen todos de acuerdo en que ha sido todo y comienzan a
despedirse de mí, uno de ellos titubea
-He sabido de algo, mas, no estoy seguro de si sea necesario
mencionarlo, vera, contactos en el extranjero me han mencionado que han visto a
Mariano, según cuentan estuvo envuelto en medio de un tiroteo cerca de la
frontera noreste del país vecino, en la costa este del continente. Lo que llama
la atención es que afirman haberlo visto con armamento de gran calibre, cuando
se marchó del lugar donde fue visto, se le vio partir junto a un acompañante en
un gran camión... Como le dije, no sabía bien si resultaba necesario
mencionarlo, pues, aun no acabamos de comprender de que se trata, podría
ser...-
-Agradezco tu comentario, no te preocupes por aquello, yo me
encargare- le respondo al tiempo que los acompaño hasta la puerta del estudio,
uno a uno se van marchando, cuando la habitación esta vacía le hago una señal a
Igna, que espera sentado. Entra al estudio y cierra la puerta.
-¿Tienes algo para mí?- le pregunto ansioso, asiente con la cabeza
y de su chaqueta saca un sobre que extiende hasta mí. Inspecciono detenidamente
los bordes dorados de aquel sobre. Lo abro de inmediato, mi mascota del PC se
ha encargado de hacer los arreglos, esto viene de muy arriba. La carta resulta
ser una invitación a discutir la situación política del país, el sello del
Grupo de Oro puede verse en la parte inferior de la carta. En el sobre, además
de la carta, hay dos pasajes, ida y vuelta, hacia la capital del imperio, es un
largo vuelo... - Tengo que pedirte algo especial hoy, Igna.
-¿Que necesita?- me pregunta
- ¿Viste los tipos que salieron recién?-
-¿El Comité Revolucionario?- me pregunta
-Ellos mismos... veras, están poniendo barreras en nuestro avance
contra la máquina y...-
-Comprendo- me responde rápidamente
-Lo especial es que, quiero que hagas que parezca que ha sido la
maquina quien ha ido tras ellos, eso fogueara a nuestras tropas...
-Así será- me responde al momento que se levanta.
-Mientras más pronto, mejor- le digo sonriente mientras abro la
puerta del estudio y me despido de él. Camino hasta la ventana y contemplo la
ciudad. Daré la orden de avanzada contra las tropas de la Orden en el distrito
Este. Hoy liberaremos otro distrito.
Examino la sala principal en la casa de Tristan y Nano. La organización
de datos esta expresada en siete mapas de la ciudad, cada uno indicando un día
crucial en donde se produjo la actividad de los asesinos registrados, en el
mapa están indicados los puntos donde acontecieron estas muertes. En otra pared
se muestran los perfiles de cada uno de los asesinos, algunos solitarios y
otros grupales. Los modus operandi son variados, algunos usan armas de fuego, otras
armas corto-punzantes, otras armas contundentes. Los mapas de la ciudad con los
asesinatos marcados, dan bastante a pensar. Los puntos de acción de estos
sujetos son curiosamente, el distrito norte, el oeste y el este, con
preponderancia en el distrito oeste, seguido del norte. Dada esa repentina aparición,
y además, coordinación, fácilmente podría pensarse que el régimen tiene algo
que ver con todo esto. No se registra una sola muerte por estas acciones en el
distrito central y el sur, donde el régimen se encuentra más fortalecido. Más,
todas estas especulaciones caen a tierra ante la aparente elección azarosa de
las víctimas. Es verdad, es un caso complejo. Tristan se encontraba centrado en
la acción de un grupo en el distrito norte. Seis individuos, extranjeros,
probablemente del viejo continente, de metro ochenta a metro noventa, actúan
por primera vez hace dos semanas y media. No se sabe cómo es que llegaron hasta
la esquina de Libertad con Aldunate, lugar donde, armados de bates y cuchillos
comenzaron a matar a cada persona que se cruzase en su camino. La primera fue
Julia Mendez, la siguiente Marco Soto... Si nombrase victima por victima acabaríamos
mañana. Los individuos atacan sin razón aparentemente a estas dos personas,
usan armas contundentes, bates, y armas corto-punzantes, en este caso,
cuchillos de un largo, indicado por las heridas, de unos 20 centímetros de
hoja. El grupo continua avanzando por esta calle, dejando los cadáveres en la
acera, se topan con una persona saliendo de la tienda de relojes, casi diez
metros desde el encuentro con sus primeras víctimas. Se vienen sobre él, otro
hombre sale de la tienda para socorrerlo más, ambos terminan muertos. El grupo continúa
su camino y va sumando más y más muertos. Lo que llama la atención es el
recorrido, pues su último asesinato ocurre en el punto inicial de su recorrido.
Marcan una especie de ronda sanguinaria y vuelven al punto inicial, donde
desaparecen "por arte de magia". Miro los mapas de la ciudad y
distingo con facilidad el actuar de este grupo, con sus recorridos de muerte característicos,
el último cadáver junto al primero y desaparición. Han estado presentes en las
7 oleadas, y no hay rastro de su paradero. En todas las ocasiones se repitió
lo mismo, no fueron vistos hasta que atacaron, y cuando su ronda término,
desaparecieron sin que nadie pudiera advertirlos. Nano me cuenta que se
realizaron búsquedas con la ayuda de algunos Maniacos, mas, no hubo caso. De
algo me estoy perdiendo, hay algo que vio Tristan en todo esto y no puedo dar
con ello. Inspecciono las fotos a disposición, esta "mágica aparición y desaparición"
me consterna, tiene que haber una explicación para ello, y me atrevo a decir
que tiene que ver con el punto en que realizan su primer ataque y final. Como
si tuviesen un punto de entrada y de fuga en... Examino las fotos de los
lugares en que realizaron su primer y último asesinato de su recorrido mortal.
Y ahí esta, las putas alcantarillas. ¿Cómo no pensarlo antes? Noto que Nando está
parado mirándome.
-Creo que tengo algo, las alcantarillas...- le digo mientras palpo
mi pistola y camino hacia la puerta
-Voy a por mí abrigo- me dice
-No sé si sea buena idea que vayas-
-Más mala idea es que vayas solo- dice mientras se coloca su
abrigo y del armario saca una escopeta y un par de pistolas, me entrega una de
estas- ¿Para qué repetir el error de Tristan?
-Tan solo trata de no matarme a mí con eso- le digo recibiéndola,
doy media vuelta y abro la puerta, listo para la batalla.
Agatha se encuentra aún junto con Alexander, vaya mujer difícil de
complacer. Termino la infusión de la flor y fruto, más las hierbas
suplementarias. Ha de dejarse reposar unos minutos, sin tapar. Gem se me acerca
desde el pasillo
-Nos comunicaron que las tropas Maniacas están por llegar a la
base de la región de los libertinos, no parece que podamos hacer mucho al
respecto con las fuerzas que tenemos en este instante. Si movemos tropas desde
la región intermedia al sur para proteger esa base, la capital quedara con
menor respaldo de fuerzas, y sabiendo que la revuelta en el distrito Este
empezara cuanto antes, no será buena idea colocar muchas fichas en ese lugar,
ya hemos perdido mucho ante esa resistencia que nuestras tropas no supieron
como quebrar.-
-¿Ves que no era buena idea mover tropas del distrito Este al Sur?
Les dije que bastaría con los refuerzos de la región al Sur.-
-Había que afianzarse bien aquí antes que todo-
-No podemos regalarles el distrito así como así, hay que ponérselo
difícil al menos-
-¿Que tienes en mente?-
-Llamar a la octava oleada y prepara un contingente de urgencia
para fortalecer el territorio, si es necesario ir nosotros mismos a encararlos
y mostrarles que no es llegar y venirse contra la Orden Blanca- le contesto
-¿No crees que ya hay demasiados heridos en los nuestros? Llamar a
una octava oleada es muy buena idea, y si estas tan preocupada por el distrito
Este, pues, llamamos a todos a actuar ahí, de modo que los complicamos y
podemos continuar ordenándonos y recuperándonos, deja que ellos se encarguen-
-No lo sé...-le respondo mientras paso de una hoya a otra la infusión,
para acelerar el descenso de la temperatura.
-Recuerda que ellos tienen de su lado solo a Laura, el resto tiene
la expansión no tan desarrollada-
-Pero los Maniacos intervendrán, se dieron cuenta que trabajando
en conjunto nos dificultan más las cosas que por separado, no desperdiciaran la
oportunidad, y te guste o no, la expansión ayuda, mas, no sé si baste para
contrarrestar la superioridad numérica tan grande...-
-Tu escuchaste a Agatha, la prioridad es la misión de Joseph... ¿A
qué se habrá referido con que cuando eso esté listo tendremos ayuda?-
-La verdad, no estoy segura- le respondo mientras sirvo la infusión
en una copa dorada.- Da la orden, iré, en cuanto acabe con esto, con todos los
que quieran demostrar que la Orden Blanca no es presa fácil de nadie. No puedo
permitirme que Alexander despierte y vea que no fuimos capaces de hacer nada-
le respondo saliendo de la cocina, en dirección a la habitación de Alexander.
Toco la puerta, no escucho respuesta, así que la abro. Agatha me mira
fijamente, pareciese que iba a gritarme, mas, al ver su copa de oro, pareciese
tranquilizarse. Se levanta de la cama y se acerca hasta mí
-Te has tardado- me reprocha con suave tono al tiempo que alcanza
su copa
-Discúlpeme, dama Agatha, discutíamos con Gem sobre la situación
del distrito Este...- le contesto esperando un "¡CÁLLATE, NO ME INTERESAN
TUS ESTUPIDECES!" mas, mantiene completa atención a su copa
-Esto...- dice mientras huele el brebaje- es diferente al
preparado en mi palacio. ¿Has añadido una hierba suplementaria?-
-Reemplace una de las hierbas que no teníamos a disposición por
una hierba nativa... El Gran Alexander me ha dicho que ha sido una gran idea,
pues, suple la función y da al viaje una ligera potenciación...- Luce
asombrada, es primera vez que veo que me presta atención sin expresar
desprecio, no deja de oler su copa, se le escapa una sonrisa que transforma
enteramente su rostro, su expresión pasa de la máxima fiereza a una ternura
dulce, brillante. Se queda mirándome con curiosidad unos segundos.
-Es en el distrito Este donde están instalados los compañeros de
esa desgraciada que le hizo esto a Alexander... Él me ha hablado de sus
disputas internas y lo que pasó con Albert. Lo más inteligente seria acentuar
esas diferencias en este instante de debilidad de ustedes, y la única manera de
hacerlo es equiparando las fuerzas de ambos bandos, de modo que sus asuntos
pendientes asomen como contingentes.- No esperaba que me diese luces al
respecto.
-¿Y cómo podemos hacer eso, dama Agatha?- le pregunto rápidamente
-Sencillo, dejar que el distrito Este caiga, que lo tome esa
muchacha Laura, y, al distrito Oeste, realizar un ataque aéreo en puntos específicos
para debilitarlos.-
-Alexander no había querido usar la fuerza aérea hasta ahora...-
le digo en voz baja
-¡Pues yo digo que la uséis! Créeme, funcionara, solamente necesitáis
ganar tiempo para que la gran roca llegue a la ciudad- quiero preguntarle, mas,
me asusta provocar uno de sus ataques de ira y cortar este extraño momento que
me ofrece. Me mira de frente, como si pudiese escuchar lo que estoy pensando-
Con esa roca podremos inhibir la expansión de todos, los que hayan probado del
fruto del primer Gran Arbol, en la ciudad-
Se me abren los ojos como platos. Con algo como eso no costaría
demasiado recuperar el control completo de la ciudad.
-Tiene usted razón dama Agatha, muchas gracias por su consejo- le
respondo sonriendo
-¡Claro que tengo razón! Ya, vete, tengo que encargarme de esto
ahora- me dice señalando su copa- no te alejes tanto ni te mueras, tienes que
contarme más en profundidad que hierba autóctona estas utilizando... Asegúrate
que nadie moleste hasta que haya regresado del viaje
La miro sonriendo, ella me cierra un ojo
-¡Anda, vete!- me grita al quedarme mirándola unos segundos más
antes irme, doy media vuelta y salgo de la habitación. Dejo la bandeja en la
cocina y me dirijo hasta la sala principal. Varios compañeros en la causa
discuten en torno a un mapa de la ciudad pegado en la pared. Me acerco hasta
Gem
-Cambio de planes, la dama Agatha ha hablado-
-¿Que ha dicho?- me pregunta
-Dejar el distrito Este en paz y bombardear el distrito Oeste,
emparejar el poder de los enemigos para forzar una anterior resolución de sus
asuntos pendientes.-
-Que se maten entre ellos, eso sería lo ideal- me contesta- Ya venía
siendo hora de sacar los aviones... La cosa es que hay un problema-
-¿Con el bombardeo?- le pregunto
-No, eso se puede arreglar, el problema es que ya no se puede
dejar "en paz" el distrito Este-
-Ya hiciste la llamada-
-Así es, y créeme, si llamo para decir que se cancela, no servirá
de nada, los lobos ya salieron de la jaula.- me dice Gem al tiempo que camina
hasta el centro del semi circulo de gente armado en la habitación- ¡La señorita
Agatha ha hablado!
Miro tras el cristal la habitación de mi tropa. Duermen
apaciblemente, cuando no son llamados a una misión, su única forma de inversión
del tiempo es dormir. No comen ni beben agua, tampoco tienen instintos
sexuales, ni siquiera algo parecido a una personalidad. Autómatas, sujetos cuyo
único sustento de la vigilia es la batalla que le encomendemos. ¿Es este el
soldado perfecto? Me sorprende hasta donde hemos sido capaces de llegar, un par
de años atrás no podía imaginar que esto era posible, y eso que pertenecía a
una institución que espía a la gran mayoría de la población del planeta, por
tanto, se cómo es que pasan las cosas... mas esto, definitivamente no es algo
que me esperaba encontrar cuando inicie mi carrera militar. ¿Quién sabe qué
otras cosas más están pasando y yo ni siquiera me he enterado? He de recordar
mi posición en el tablero, yo también, como esos soldados perfectos, estoy
delimitado a la batalla que me indiquen. Y los que me lo indican, son los que
de verdad, han de saber que está pasando en este mugroso planeta convulsionado
por extrañezas... No solo aquí se han presentado estos avistamientos de sujetos
con poderes sobre-humanos, ha habido avistamientos en otros sectores de este y
otros continentes... Suena la alarma y la tropa despierta. El altoparlante
indica que el ejército ha derribado la primera valla, hay enfrentamientos en el
exterior, la evacuación se ha realizado ya en casi todo el edificio. Los súper-soldados
salen de su habitación y esperan mis instrucciones.
-Bien tropa, escoltaremos al Doctor Anderson a un lugar seguro, él
nos dará luego las instrucciones a seguir- le digo al tiempo que nos dirigimos
a su laboratorio, les indico que esperen afuera al tiempo que abro la puerta,
el laboratorio está completamente vacío. Desde una de las oficinas al interior
de este, aparece Anderson con un bolso, camina directamente hacia mí.
-Está todo preparado- le digo, me da un apretón de manos y
comenzamos nuestro camino al elevador. La tropa camina a nuestra espalda- no
puedo creer que el ejército vaya a venirse contra este lugar, no saben el poderío
del enemigo que están ganando
-O quizás si lo saben, y lo que nosotros no sabemos es el real
poder de ellos...- me dice mientras presiona el botón en el elevador del nivel
del helipuerto en la cima del Centro de Investigación. Puedo escuchar sonar la
alarma una vez más ¿Habrá caído ya la segunda valla de seguridad? El teléfono
celular de Anderson suena, su rostro se coloca pálido al escuchar las palabras
tras el teléfono. Vuelve a sonar la alarma, esta vez el alto parlante indica que
la segunda valla de seguridad ha caído. Anderson corta la llamada
-¿Qué ocurre?-
-Algo sucedió durante el traslado de la roca, estos imbéciles no
la encuentran- me dice- Desplegaron tropas por toda el área que rodea el centro
en busca de ella...-
-Podemos ir a ayudar en eso- le digo rápidamente- no puede ser que
esto pase justo ahora
-Tenemos que salir de aquí, si no fue el ejército, no tardaran
ellos en capturar al ladrón- me dice Anderson- Cuando estemos lejos de todo
esto te explicare.
La alarma suena una vez más, ha caído la tercera valla. Las
puertas del elevador se abren, un helicóptero blindado nos espera para salir
del lugar. Subimos todos a este mientras vemos como el ejército derriba la
cuarta valla de seguridad y penetra en masa al sector principal del recinto. Mi
sorpresa es inmensa al ver a varios sujetos avanzar dando inmensos saltos, uno
de estos, una mujer, parece lanzar algo hacia nosotros. Uno de los súper-soldados
se acerca hasta el extremo del helicóptero y dispara con su arma. Una explosión
se detona cuatro metros bajo nosotros
-¡Apresúrate!- le grito al piloto, Anderson mira preocupado las
tropas del ejercito
Corro a toda prisa por un bosque al límite de la primera valla de
seguridad del Centro de Investigaciones. Estoy cansado, mas, la gran roca sobre
mi espalda indica que la victoria está cerca. Los disparos se escuchan cada vez
más lejanos, el ejército ha llegado hasta el edificio principal. No encontraran
nada. El plan es salir de aquí, el continente no bastara, tomare un barco y me
internare en el océano en el lugar más recóndito posible... Unas pisadas
interrumpen mi reflexión, doy media vuelta, mas no hay nadie, al voltear una
vez más veo a Joseph frente a mí.
-Eso que tienes en tu espalda nos pertenece- me dice sonriendo- se
acabó el juego Jean, entrégame la roca, no tienes como escapar de esta.
-¡Imbécil! ¡Si te entrego esta roca la llevaras a la capital, y es
eso lo que Dosser necesita! ¡Dosser los está utilizando!- le reclamo mientras
me preparo para la batalla, por muy inútil que sea.
-Ni aunque te creyera podría hacer algo, Agatha llego a la capital
y si esa roca no está en menos de dos días allá, quien va a salir peor que
todos seré yo-
-Puedes dejarme ir...- le digo
-Claro, mentirle a Alexander...- dice moviendo la cabeza en señal
de negación- lo siento Jean, es lo que tengo que hacer.
Disparo un par de veces, mas, Joseph se mueve a gran velocidad y
me tira al piso rápidamente. La roca cae al piso, junto a mí. Cuando trato de
alcanzar mi pistola, Joseph pisa mi mano justo cuando apretaba el gatillo. Un
disparo sale y da directamente a la roca, arrancándole un pequeño fragmento.
Joseph saca su propia pistola y me apunta a la cabeza
-Se terminó Jean- ¡Mierda! ¡Estuve tan cerca!
-Termínalo entonces- les digo mirándolo con desprecio. Sin dejar
de apuntarme se agacha y recoge el pequeño fragmento.
-Sabes, en el fondo, no quiero matarte- me dice- Si me ayudaras
con algo...
-¿Qué quieres?-
-La ruta al primer Gran Árbol, hacia donde se dirige Esteban-
-No tiene caso, ya viste lo que paso, a pesar de la roca junto a él,
cuando lo enfrentaste ¿Piensas que con una piedrita será suficiente?-
-Tengo que intentarlo, además, así me ahorro regresar a la
capital. Agatha me odia, encontrara algún motivo para hacerme colgar con mis
propias tripas- me dice- así que este es el trato, me das las coordenadas y te
salvo de esta.
-No funcionara, Joseph, estas yendo hacia tu ruina- le respondo
mientras anoto las coordenadas- Mas, no te detendré de intentarlo...
Me levanto y le entrego las coordenadas, levanta su pistola y
dispara en numerosas ocasiones al aire
-Sal de aquí rápido, si vuelves a acercarte a la roca ya no estaré
ahí para que se te perdone la vida, así que estas advertido.- me dice Joseph al
tiempo que levanta la roca entre sus manos. Puedo escuchar a los militares
acercarse, escapo tan rápido como puedo, frustrado por el fracaso, mas, si
permanezco con vida puedo intentar un plan diferente para recuperar la roca
antes de que este todo listo para la liberación del primer sello. Si la roca va
a la capital, iré con ella.
Caminamos rápidamente por una apacible calle al límite de
Libertaria y el gigantesco bosque al sur de ella, luego de una tarde entera de
preguntas, ahora, con la noche cayendo ligeramente, tenemos una posible
dirección para Cucho, luego que la primera nos condujese a una casa abandonada.
Divisamos a la distancia la casa, completamente a oscuras, Nicolas toca la
puerta, mas no hay respuesta.
-Vamos...- dice tocando la puerta una vez más- ¡Cucho!
No hay respuesta. Puede escucharse el ruido de una puerta
cerrarse, viene de la parte trasera de esta. Bordeamos la casa a toda prisa y
vemos un hombre de vestimentas de pieles corriendo hacia el bosque, en su mano
lleva una libreta y en la otra un puñal. Desde la puerta trasera abierta,
alcanza a verse un cadáver en el piso, probablemente Cucho.
-¡Hay que seguirlo! ¡Llevaba una libreta con el viejo símbolo
Maniaco!- me dice Nicolas mientras corre hacia el bosque. Cruzamos saltando
ramas y rocas, saco la pistola y disparo tratando de abatirlo, mas, no consigo
darle. De pronto, tras cruzar unos frondosos arbustos, lo perdemos de vista.
Preparamos nuestras pistolas, el bosque se mantiene en silencio. Escucho el
sonido de hojas crujir y disparo en dicha dirección, un pequeño zorro escapa en
medio de los arbustos. Desde lo alto puedo escuchar el crujir de una rama, le
doy un empujón a Nicolas y retrocedo. Un instante después cae aquel hombre de
vestimentas de pieles con un puñal y una pequeña hacha en sus manos. Me lanza
el hacha, mas, alcanzo a moverme, con lo justo pues un corte superficial quedo
en mi brazo. Se escucha un disparo y el tipo tambalea, mas, da media vuelta y
se va sobre Nicolas, cuando va a apuñalarlo disparo mi pistola, dándole en la
espalda, bajo su hombro derecho, este pierde el equilibrio y retrocede, dos
balas en el torso y aun no cae. Recargo la pistola y cuando vuelvo a apuntar el
hombre ya no está. El viento agita las ramas de los árboles, escucho numerosos
pasos en distintas direcciones alrededor mío. Nicolas está atento con su
pistola en alto. El viento no cesa y los ruidos continúan, para forzar su
movimiento disparo hacia adelante, inmediatamente veo caer a Nicolas, antes de
terminar de girar se me aprieta el gatillo y el tipo cae al piso. La bala ha
dado en su cuello, Nicolas se reincorpora y lo remata de un tiro en la cabeza.
Inmediatamente comienza a registrarlo dando con la libreta y un papel. No tardo
en reconocer el signo en este ultimo
-El símbolo de la Orden Blanca- le digo a Nicolas al tiempo que
tomo el papel y trato de leerlo, mas, es inútil, esta codificada de alguna
manera.- Concuerda con la descripción que hacían del tipo que secuestro a la
muchacha y otros tantos más, en las últimas semanas. Algo me decía que la Orden
estaba metida en esto- me dice mientras examina la libreta- mas, aun no logro
entender para que iban a enviar a asesinar gente que actualmente no tiene ningún
peso en la contienda... Digamos, Cucho podría ser la excepción, mas, lleva un
largo periodo de inactividad...-
-Tiene que haber algo en esa libreta...- le digo mientras tomo la
pequeña hacha.
-Aquí hay algo- me dice Nicolas enseñándome la libreta- Albert me
hablo de ese grupo años atrás, el participo en un par de operaciones con ellos
incluso, el caso, es que ellos mantienen estrecha relación con la insurgencia
de casi todo el continente, por tanto, si Mariano acudió a alguno de ellos,
entonces lo sabremos. Hay que cruzar la cordillera-
-Me inquieta el que el tipo de la Orden fuera tras esta libreta
¿Se habrán enterado de alguna forma de lo de Mariano?-
-Es posible, ya lo habíamos hablado antes- me dice Nicolas
-Creo que no podremos quedarnos al asalto a la base militar- le
respondo decepcionado
-Déjaselo a ellos, además, con Pelantaru de su lado y las tropas
maniacas, es muy probable que triunfen-
-Sea pues, hay que seguir nuestro camino-
Siento como si fuese transportada a gran velocidad, no puedo
distinguir nada a mi alrededor que no sean luces e imágenes inconexas. Puedo
ver los ojos de Dosser, inmediatamente su voz resuena en mi cabeza "En
este momento te diriges a un lugar fuera de los cuatro dominios, mi poder en
este lugar está restringido, por lo que has de ser cautelosa. Te internaras en
El Laberinto, es crucial que superes esta prueba. Al final de él, encontraras
lo que te permitirá internarte en el dominio de Alexander III. Si fallas, no
habrá manera de evitar ese momento..." Puedo verme en la Gran Canaleta,
Esteban tiene una pistola en su mano, parece consternado. Puedo escuchar un
disparo y veo sangre ¿Sera mía? Palpo mi estómago y mi mano está teñida de
sangre, pierdo el equilibrio y me voy al piso. Escucho otro disparo, una
tercera persona presente, que no pude distinguir, ha caído al piso. Escucho los
sollozos de Esteban, antes de que todo se acabe veo como coloca la pistola en
su cien. Aprieta el gatillo y todo se desvanece. Los ojos de Dosser regresan
"De ti depende Sofia" La velocidad parece disminuir, y paso de ser
transportada a caer. Me estrello en la arena, mas no tengo dolor alguno, cuando
me levanto veo frente a mí un edificio gigantesco, como una especie de
pirámide. Miro alrededor y puedo ver que estoy en una isla, la pirámide esta al
centro de esta. El mar luce diversos colores en distintos puntos, el choque de
las olas pareciese estar orquestado para producir una pieza musical singular.
Miro un cielo verde con nubes purpura, rojas y amarillas ¿Que es este lugar?
-Bienvenida, Paladín de la Liberación- escucho una voz femenina
que proviene del edificio- Todo está dispuesto para comenzar, por favor,
ingresa en el templo.
Me armo de valor y camino hacia la entrada del templo, una vez
cruzo el umbral, la puerta se cierra tras de mí y todo queda a oscuras.
Pequeñas luces comienzan a aparecer en medio de la oscuridad, como si tuviese
galaxias lejanas ante mis ojos. Comienzo a recorrer el pasillo de estrellas,
Esteban vuelve a mi memoria, me doy alientos para avanzar hacia una brillante
luz a lo lejos. Finalmente llego junto a este pequeño sol que ilumina el lugar.
Todo vuelve a oscurecerse.
-Decían los hombres que en el comienzo, solo había oscuridad y
silencio, eso hasta que la luz apareció...- escucho aquella voz una vez más al
tiempo que veo una explosión inmensa frente a mí, puedo sentir mi cuerpo a una
temperatura altísima. Poco a poco la temperatura comienza a descender y sin
siquiera notarlo, comienzan a aparecer soles y pequeños planetas a mi
alrededor.- Pero en lo que erraron, fue en su noción de "comienzo"
Puedo ver como todas las galaxias a mi alrededor comienzan a
contraerse, acercarse unas contra otra colisionando masivamente hasta que,
luego de un lapso de tiempo solo queda una singularidad hiper-densa, la luz
pareciese extinguirse por un instante y la oscuridad regresa... Y la luz vuelve
a aparecer, vuelvo a presenciar esa magna explosión y ese calor inmenso. Una
vez más, van apareciendo al cabo de un tiempo, las galaxias, con soles y
planetas vagabundos y danzantes. Y ante mis ojos, la contracción vuelve a
aparecer y la colisión de galaxias vuelve a mostrarse ante mis ojos. Una y otra
vez puedo ver los ciclos del universo repitiéndose inevitablemente una y otra
vez
-Ahora, veras tu hogar- me dice aquella voz, comenzamos a viajar
por el espacio, cruzando nebulosas, una supernova estalla a lo lejos, parte de
la energía llega a un sistema de gases, rocas y polvo estelar, que comienza un
movimiento rotatorio, las rocas se ordenan en disposición de discos. En el
centro de este, puede apreciarse por fin, nuestro Sol. Las rocas comienzan a
colisionar entre si y poco a poco, va vislumbrándose la formación primitiva
de los planetas. Entre tormentas solares y violentas colisiones, luego de un
tiempo, puedo ver un amplio cuerpo símil a la tierra, impactado por otro
cuerpo, un tanto más pequeño. Este último se divide en dos partes, una que es
absorbida hasta el núcleo del primero, mientras que la otra queda orbitando. La
tierra poco a poco se hace más reconocible, y ante mis ojos, casi sin darme
cuenta, los océanos están visibles y la tierra comienza a teñirse de verde.
Numerosas especies pueblan esta exuberante vida sin atisbo aun de civilización,
el equilibrio era manifiesto, me vi cautivada por tamaña belleza. Sobrevolamos
el globo terráqueo, de pronto, numerosos meteoritos caen abruptamente sobre la
tierra y el caos y la inestabilidad retornan. Numerosas especies se extinguen,
otras cuantas sobreviven y evolucionan para enfrentar las nuevas condiciones.
Las fuerzas de la tierra se hacen manifiestas y los volcanes hacen erupción, el
mar ruge y la tierra tiembla con inmensa fuerza. La geomorfologia ha cambiado
considerablemente, mas, aun no se asemeja a la manera en que concibo la tierra.
Cuando el rugido de la natura cesa y el equilibrio retorna, la vida vuelve a
aflorar en todo su esplendor. Numerosas especies que jamás pude imaginar se
cruzaron por mis ojos, y de un instante a otro veo un inmenso rayo de luz caer
sobre la tierra. Una onda expansiva de luz me impide ver el foco de esto,
mientras siento la tierra temblar. Cuando me recupero, parece no haber habido
grandes cambios ¿Que ha sido eso? Durante largo tiempo la tierra se mantuvo
estable, en equilibrio, armonía y exuberancia. Para mi gran sorpresa, puedo
vislumbrar la aparición de los primeros asentamientos, mas, quienes los
levantaron no parecen ser humanos, aunque muestran características símiles. A
diferencia del ser humano, esta especie formo estos pequeños asentamientos
alrededor del globo, mas, pareciese no tener aires de expansionismo y de depredación,
pues, con el paso de los años, estos asentamientos se mantienen en pie y no ha
sido necesario levantar ningún otro. La convivencia de esta especie con el
resto es de una particular armonía, en donde hasta las bestias más fieras se
muestran dulces y tiernas ante ellos, luego de realizado un peculiar canto, que
pareciese inhibir todo signo de hostilidad. Otra característica que manifiesta
esta especie es una gran longevidad. ¿Qué es todo esto que veo?
Pasan miles de años y la paz en este mundo permanece
imperturbable. Hasta que puedo ver aparecer al ser humano. Me extraña la
presencia de este en tiempos tan remotos, donde las formas de la tierra aún no
se asemejan mucho a las actuales, algo debió ocurrir. Y así fue, la especie
humana se reproducía a gran velocidad, y con la ayuda de su pulgar oponible y
su intelecto, produjo la tecnología para complementar sus falencias y
debilidades como especie. La tierra continua girando y yo recorriendo el globo
desde lo alto, contemplo como la especie humana construye grandes ciudades,
depreda sin conciencia, esclaviza y mata a su antojo ¿Es que todos esos males
son inherentes a nuestra especie? Más, apreciando con cuidado en las cloacas de
la ciudad, pueden verse hombres que se resisten a la enajenación, que luchan de
una forma u otra por su liberación y la de sus hermanos. En algunos puntos del
planetas emergen comunidades libres donde no solo los perseguidos por los amos
son bien recibidos, sino también los artistas e intelectuales de aquel mundo
rechazados por la rígida moral de esa cultura. Algunas se mantienen en pie
largo tiempo, otras tantas son rodeadas por los nuevos imperios y masacradas
sin consideración. Y la sangre vuelve a correr, algunas cadenas se quiebran y
otras nuevas se colocan en brazos de antaño hombres libres. Pero en medio de
esta eterna disputa sin solución, ocurre algo inevitable, el encuentro del ser
humano con esa ya antiquísima especie que, aun, vive en sus pequeños
asentamientos levantados milenios atrás.
No logro distinguir desde cerca lo que ocurre, pues, para mí todo
transcurre a gran velocidad. Más, en un punto de la historia, los pequeños asentamientos
de aquella especie parecen hundirse en lo profundo de la tierra. No se pude ver
a otro miembro de esa especie después de eso. Me canso de acumular tanta
pregunta, mas, no tengo tiempo para descansar, pues, repentinamente algo sucede
y el equilibrio en la tierra parece una vez mas haberse quebrado. Los volcanes
hacen erupción, los mares se agitan y tragan inmensas tierras antiguamente
pobladas por el hombre y muchas especies más. Los terremotos no cesan y
continentes e islas emergen por todo el océano, mientras que otros enteros
quedan bajo las aguas. Con el paso del tiempo, la tierra vuelve a su
estabilidad y armonía, la vida vuelve a ser fértil. Me alejo de la tierra y
desde lejos puedo distinguirla en la forma en que actualmente la conozco.
-Es tiempo de entrar al laberinto, antítesis- dice aquella voz- ve
hacia el sol en su interior encontraras la entrada al Laberinto.
Viajo a través del espacio dejando la tierra atrás, impacto a gran
velocidad contra el sol, cuando llego a su interior no puedo distinguir nada,
estoy enceguecido.
Puedo verme caminando por la superficie de un laberintico y oscuro
planeta. Extraños símbolos están grabados en las altas paredes, pequeñas luces
en el piso iluminan los diversos caminos posibles. Mi pecho se aprieta, y de
fondo, escucho una voz que no logro comprender. Me encuentro con una espejo
gigante en una larga pared, miro a través de este y lo que veo, buscando mis
ojos, son los ojos de Sangrienta.
Despierto súbitamente, estoy en mi habitación en el barco. Me levanto
de la cama confundido, sin comprender completamente que es lo que sucede, los
objetos en la habitación pareciese que bailasen, cambiasen de forma, comenzaran
a flotar espontáneamente y emitir leves sonidos similares a susurros. Camino
hasta la puerta y el pomo de esta se funde con mi mano antes de que alcance a
girarlo, empujo la puerta con fuerza y pasó a través de ella, tropezando. Al
dar media vuelta veo que la consistencia de la puerta ha pasado a un extraño
estado líquido. Subo rápidamente hasta la cubierta intentando ignorar las incongruencias
que brotaban por doquier por todos lados. Cuando abro la puerta y camino hasta
el borde de la cubierta, miro hacia abajo esperando encontrar el océano, mas,
parece haber una infinita caída. Ul sobrevuela el barco y se posa junto a mí,
hay un frio horrendo
-¿Que está ocurriendo? ¿Por qué despierto en este lugar una y otra
vez?- le pregunto
-El viaje no puede pausarse, no falta mucho para llegar con
Arabel. Los límites entre estas realidades parecen haberse quebrado, de modo
que tu conciencia no puede separar una de otra-
-¿Terminara esto cuando encontremos a Arabel?- le pregunto
preocupado al tiempo que coloco mi mano sobre el borde de la cubierta, inmediatamente
la zona comienza a incendiarse con un fuego que no quemaba. Ul aletea y apaga
el foco de fuego.
-Tendrás que averiguarlo- me dice mientras se eleva ligeramente-
Nos acercamos a la entrada del jardín de Arabel, sabrás que hemos llegado
cuando veas las grandes vertientes-
Contemplo impaciente el cielo de nubes coloridas que liberan relámpagos
de colores violeta, amarillo y rojo. No sé qué ocurre, mas, algo me impaciente
en mis adentros, como si entreviera que algo grande esta por suceder...
Dejo la copa dorada sobre la mesa y acabo de recostarme en los
restos de Khan, hoy, un abrigo de pieles perfecto para contraponer el descenso
de temperatura corporal que provoca la flor y el fruto preparados. Extiendo mis
brazos y cierro los ojos, dejándome arrastrar por el oleaje. Puedo sentir como
me voy hundiendo, como arrastrada hasta el centro de la tierra. Antes de
liberar un suspiro, puedo sentirme una vez más en la inmensa red. Siento mi eléctrico
cuerpo recorrer a inmensa velocidad las diversas terminales de información, el
camino se va abriendo a medida que avanzo, direccionándome siempre hacia el núcleo.
Cuando por fin llego, en medio de la luz, me diviso en la entrada del gran
castillo de Alexander III. Años soñando con este momento, y aquí estoy. Camino rápidamente
por los dorados corredores hasta llegar a una escalera inmensa que se eleva
hasta lo más alto del castillo. En cada paso que doy, revivo las batallas de
cada uno de mis antepasados, años y años de lucha para este instante. Puedo ver
el inmenso trono de luz, luego de que tantas veces se me impidiera el paso,
Alexander III tiene sus ojos cerrados, mas, sonríe. Está pasando, Alexander
entrara al Laberinto
-Honorable dama, Alexander, sangre de mi sangre, requiere de
vuestra ayuda- su voz retumba en todo el castillo- Las puertas al Laberinto se abrirán,
entra a la cámara a mi espalda... Como bien sabrás, en aquel lugar mis
influencias están restringidas, mas, confió en la nobleza de tu linaje, que de
victorias siempre ha sabido. Adelante, iluminada, es este tu camino, no pierdas
tiempo.
Asiento con la cabeza y camino hasta aquella cámara, al cruzar el
umbral, veo una extraña fuente de un líquido azul que expele vapores violeta, y
que, al fijar la vista en su centro esta parece comenzar a girar. Sin darme
cuenta, los gases violetas comienzan llenar la habitación, la puerta de la cámara
se cierra. En unos pocos segundos, la habitación se llena de este vapor violeta
impidiéndome ver. De un instante a otro la niebla violeta parece abrir un
camino hasta la fuente, que evaporada, se ha transformada en una escalera
turquesa. Desciendo a prisa hasta llegar a un largo pasillo con un arco
gigantesco, repleto de antiguos símbolos, con el símbolo de la Orden sobre
este. Parecen ser los límites del dominio, pues, más allá del arco, la
oscuridad me impide ver. Camino decidida y cruzo el arco, saltando a la
oscuridad.
“El hombre es la más
brutal, despiadada y terrible de las bestias. El cielo y el infierno
viven juntos en el corazón del ser humano, es por esto que el miedo más grande
del hombre, justificadamente, es el hombre mismo.” Fueron las palabras que
escuche de pequeño, en boca de aquel misterioso hombre de ojos negros y piel
pálida como la de un fantasma. Era apenas un niño, mas, lo recuerdo claramente.
En aquel tiempo, a mis cortos seis años, pasaba mi vida
maravillado, asombrado de tanta belleza. La vida parecía un inmenso regalo
plagado de misterios que ansiaba resolver. En aquellos años, vivía en una
amplia casa en mi ciudad natal, bajo la estricta y férrea tutela de mi tía, mis
padres murieron cuando yo todavía no aprendía a caminar. Nunca salía de casa,
pasaba mis días en el jardín mirando los peces en el estanque, las grandes nubes
en el cielo, subiendo a cima de un viejo y alto árbol, aun puedo recordar el
viento en mi rostro... Otros tantos días los pasaba en la biblioteca, en la que
disponíamos de innumerables tomos de todas las áreas a mi alcance. Un día,
cuando estaba en lo alto del árbol, desde la calle un grupo de niños me saluda.
Nunca tuve amigos, salvo los bichos en el jardín, Angus, el inmenso gran danés
que custodia la casa y Lila, mi profesora personal, pues mi tía jamás deseo que
me mezclase con el resto de la gente. En el grupo de niños pude ver a una niña
delgada, de cabellos negros y alegre expresión. No estoy seguro que me empujo,
mas, por el árbol, di un salto hasta la pared y baje hasta la calle. Me
recibieron con sonrisas y frases de admiración, esto era nuevo, mas, era bello,
como todo lo que había podido encontrar en esta vida. Así que no tuve miedo y
me fui con ellos recorriendo las calles, pisando charcos de lluvias pasadas,
saltando sobre hojas secas. Cuando se hizo oscuro, me despedí de mis nuevos
amigos y acordamos reunirnos al día siguiente, finalmente, regrese a casa sin
que mi tía consiguiese advertir mi ausencia. Pasaron los días y yo continúe
escapando de casa día a día para a recorrer esta ciudad que aun permanecía
siendo un misterio para mí, y con la guía de mis nuevos amigos, no había nada
que pudiese salir mal. Así creía, al menos. Un día llegaron todos, sin la
pequeña niña de cabellos negros y sonrisa brillante. Ese día planeábamos ir a
una laguna cercana, casi a las afueras de la ciudad. Les pido que me acompañen
hasta su hogar, esperando poder hablar con sus padres e interceder a su favor,
este iba a ser un día grandioso y nada podía arruinarlo. Cuando llegamos hasta
su casa, me sorprendo por lo pequeña y deteriorada que esta se encuentra. En mi
pequeño mundo perfecto la gente no vivía en casas así. Un poco sorprendido,
pero aun decidido toco la puerta de la casa, escucho gritos tras esta. El resto
de los niños esperan atrás, junto a la calle, con rostros de expectación. La
puerta se abre y mi pequeña amiga aparece frente a mí con rostro triste y una
herida en su brazo. "No puedo" me dice mientras cierra la puerta
entre gritos que vienen del interior, antes de que esta se cierre por completo
veo una alta figura sombría de ojos penetrantes e iracundos. Era la primera vez
que contemplaba aquello, cuando la puerta estuvo cerrada sentí un miedo
terrible, como si hubiese contemplado un demonio. Y ese demonio estaba tras la
puerta, encerrado junto con mi amiga y el día en la laguna. Golpeo la puerta
una vez más y los gritos esta vez se escuchan más cerca. Cuando esta se abre,
veo a aquel alto demonio con barba y bigote, ojos inyectados por la ira y
sangre en sus manos. El resto del grupo corrió, yo no pude mover un solo
musculo, recuerdo que aquel hombre me gritaba más, no lograba entender nada de
lo que decía. Cuando sacó un cuchillo, en la desesperación corrí, me escabullí
hasta la entrada de la casa y trate de cerrar la puerta por dentro, mas, basto
un empujón para abrirla de par en par y yo caer disparado al piso. Veo al
demonio en el umbral de la puerta, el lugar está repleto de vidrios rotos y
gotas de sangre. Me levante rápidamente, tratando de escapar ante la torpeza de
aquel demonio. Me escabullo por un pequeño pasillo y en la cocina, me escondo
debajo de las mesa, encontrándome a mi amiga sollozando. Le tomo la mano y le
indico que guarde silencio, los pasos del demonio se escuchan firmemente, con
su estridente risa, consigue asustarnos más y más. Finalmente los pasos cesan,
justo frente a dónde está mi amiga, salgo debajo de la mesa e intento alcanzar
algo con que defenderme, aquel demonio se acercaba y con cada paso que daba parecía
tragar toda luz a su alrededor "Se acabó el juego" fueron sus
palabras cuando me levanto por el cuello. Caigo al piso en un par de segundos
cuando, pues, mi pequeña amiga ha salido en mi ayuda. De una patada la tira
lejos, me levanto rápidamente y le clavó un cuchillo en su pierna. El demonio
grita adolorido, tomo a mi amiga de la mano y salimos corriendo de la casa. Mi
pequeña amiga lucia muy mal, y, dado que no podía regresar a su casa, con el
demonio ahí, decidí llevarla a la mía, sin que mi tía se enterase. Mas, cuando íbamos
entrando, nos han descubierto y mi tía, sin creer mis palabras y molesta por
haberme escapado, me dice que no puedo traerla. Indignado, por primera y última
vez, la enfrento, más resulta inútil. Decido marcharme de casa y buscar un
nuevo lugar para mi amiga, no la iba a abandonar. "Anda, pequeño
Alexander, si crees que eres capaz de enfrentar el mundo de los hombres, pues
adelante" me dijo mientras cruce la puerta y camine con mi amiga, tenía el
dinero que me regalaron y nunca me vi en la necesidad de gastar. No era mucho,
pero me daba ánimos de encontrar algo. La noche comienza a caer, cubro a mi protegida
con mi pequeño abrigo y en una banca, la dejo descansar mientras me mantengo en
guardia, por si aquel demonio abandona esa casa en busca de nosotros. La mala
fortuna se ha puesto en nuestro camino una vez más y en el mercado, entre la
muchedumbre, perdimos el pequeño saco de dinero y fue imposible recuperarlo. Las
fuerzas me fallan y me quedo dormido, hasta que, de un momento a otro, escucho
un grito y luego siento como me agarran y me meten en una especie de saco.
Desesperado, creí que aquel demonio nos había encontrado, que nuestras vidas terminarían
de esta manera. Cuando nos salimos del saco estamos en un lugar oscuro, nos
arrastran con fuerza hasta una habitación con barrotes, el hombre que nos
lleva, no es aquel demonio. La puerta se cierra, miro asustado alrededor y veo
otros niños encerrados junto a nosotros. Algunos se acercan, otros parecen no
prestarnos atención. ¿Por qué estaba pasando esto? Aquel día iba a ser un gran día
y ahora, estábamos ahí, encerrados quien sabe dónde y quien sabe por qué. Me esforcé
por contener el llanto, y me puse de inmediato a pensar en un plan para
sacarnos a todos de aquel lugar. Más, no encontraba manera de lograrlo y luego
de un largo rato, la esperanza comenzó a extinguirse. De pronto, la puerta se
abre y un hombre entra a la habitación, algunos ruegan que los liberen para
volver a sus hogares, otros simplemente lloran, yo, observo, busco una
oportunidad. La puerta se abre e intento abalanzarme sobre él, me agarra con
facilidad, luego, escoge a otro, uno de mirada perdida. El miedo abarrota su
rostro y me contagia al no saber qué es lo que nos espera. Desde un subterráneo,
nos llevan a una sala amplia, numerosa gente bebe y habla sentada en una mesa
en forma de U. Nos llevan hasta el centro y el hombre comienza a hablar a los
espectadores. Mire ansias y escuche comentarios que no comprendí bien respecto
a nosotros. ¿Que esperaban de nosotros y por qué? El hombre deja dos cuchillos
en el piso, uno junto a mí y el otro junto al otro niño. Miro confundido a mí
alrededor sin entender que esperan. Escucho como hacen sus apuestas, el otro
niño se agacha y toma el cuchillo. Asustado, tomo el mío también. Mi inocencia
no podía comprender el escenario en que había caído por las desventuras del
azar y me pregunte si todos estos horrores eran algo aislado hasta donde tuve
la mala fortuna de caer, o si bien, este espíritu bestial y sanguinario, vive,
escondido, en medio de la humanidad. Conocía solo las grandezas del hombre,
mas, hasta hoy, desconocía su oscura brutalidad. El niño con su cuchillo en
mano me pide que lo mate, que no quería ser el ganador otra vez. Me niego
rotundamente, el niño asustadísimo se corta la garganta con su cuchillo y cae
al piso. Retrocedo y me afirmo en la mesa para no caerme al piso por el horror.
La gente alrededor dice que no ha valido. Un par de hombres arrastra el cadáver
del niño fuera de la sala mientras otro, trae otro niño, de rostro embarrado y
rasguñado, el miedo asoma al igual que en mí. Cuando lo dejan frente a mi le
entregan un cuchillo, y nos dejan a los dos, en medio de la mesa en forma de U.
Estaba desesperado, no podía concebir que debiera asesinar para sobrevivir. Así
que, en medio de los gritos, me escabullí por sobre la mesa, tratando de buscar
un escape. Uno de los hombres en el público me agarra, muerdo su brazo con
todas mis fuerzas, consiguiendo liberarme. Me cierran el paso por la espalda y
por delante, estaba atrapado. Escondí el cuchillo entre mis ropas antes que se
diesen cuenta y trate de esquivar al hombre frente a mí, mas, me alcanza con
una patada y me tira al piso, otros más se acercan lanzo patadas desesperado,
mas no hay caso, me arrastran nuevamente hasta el subterráneo, escucho amplias
quejas en el lugar antes de ser empujado por las escaleras y luego encerrado en
una pequeña jaula. El hombre coloca el candado en la jaula y me lanza un escupo
al rostro. Antes de que abandone la habitación, puedo ver como arrastra a la
niña de cabellos negros hasta la planta superior. Luche con todas mis fuerzas
por liberarme, pero fue imposible. La frustración y la tristeza me abundaron y
llore hasta quedarme dormido. Cuando desperté, vi uno de los hombres del lugar
llevar comida hasta la celda de los niños. Pude ver a mi protegida, tenía la
mirada perdida, sus vestimentas estaban rasgadas y ensangrentadas. No hay rastros
del niño con barro en el rostro. El hombre vuelve a cerrar la celda luego de
dejar la comida y se acerca hasta mi jaula. Preparo el cuchillo bajo mi manga.
Si tengo que matar para sobrevivir, será a mi enemigo, no a un par. El hombre
abre la jaula, me hago el dormido para bajar su guardia. Me pega para que
despierte, mas, lucho por mantenerme inmóvil. Siento que me arrastran de la
jaula y me cargan al hombro, como un saco. Saco el cuchillo y se lo clavo en la
espalda lo más profundo que puedo. El hombre se va de espaldas por mi peso y en
el piso, el cuchillo se le clava completamente. Me levanto y observo como la
sangre escurre por el piso, los ojos del hombre están perdidos, ya no hay
respiración. Era mi primera vez, mas, no sentí miedo, ni culpa. Fue como una
revelación. Le arranque las llaves de la celda al cadáver y abrí la puerta. Los
niños comienzan a salir de la jaula, algunos permanecen abatidos, mirando
fijamente la pared de la celda, entre ellos, mi protegida a la que he fallado.
Pero ya no más, a pesar de ser solo un niño, en aquel instante me sentí el más
capacitado guerrero. Luego de varios intentos, conseguimos sacar a todos los
niños de la jaula. Silenciosamente salimos del subterráneo, en busca de una
posible salida. La calma se rompe con los sonidos de numerosos estruendos.
Asustados, comenzamos a correr hasta una gran puerta que parece dar al patio.
Al cruzarla, a lo lejos, vemos dos grupos enfrentándose, el sonido eran ráfagas
de balas de aquella batalla. Al otro lado un precipicio inmenso impedía el
escape, la única vía que quedaba era un inmenso bosque. Corremos a toda prisa
en dirección a este, el miedo me supera al ver salir a dos hombres armados
desde la casa, que comienzan a correr tras nosotros. Tomo de la mano a mi
protegida y corro lo más rápido que puedo, los disparos se escuchan muy cerca,
los niños que escapaban van cayendo uno tras otro al piso. Entre ramas,
arbustos y grandes rocas, avanzamos por el bosque a toda velocidad, solo
quedamos nosotros. Vuelvo a escuchar un disparo y siento un dolor en el brazo.
Me caigo al piso, al verme el brazo veo que la herida es superficial, cuando
miro a mi protegida me desespero. La sangre brota de su pecho a gran velocidad,
no sé qué hacer, y los hombres están cada vez más cerca. La tomo entre mis
brazos y corro lo más rápido que puedo, entre lágrimas le ruego que no se
muera. Ella me mira y me regala una sonrisa “Gracias” fueron sus últimas
palabras. No fui capaz de seguir corriendo. Me tire al piso y abrase su cadáver
sollozando, resignándome a que acabase todo. Cuando escuche un disparo creí que
era el fin, mas, escuche un par de gritos, sin comprender, di media vuelta. Fue
ese el instante en que vi por primera vez a aquel hombre de pálida piel y ojos
negros. Los perseguidores yacen en el piso, muertos. Aquel hombre camina hasta
mí, pienso en escapar, pero ya no tengo fuerzas, el hombre me acaricia el pelo
bruscamente y luego se acerca al cadáver de mi amiga, tomándolo entre sus brazos.
“Sígueme” me dice “¿Dónde vamos?” “Te llevare a tu casa y a ella, a que se le dé
un entierro digno, no como a esas bestias, que serán comida para los animales
del bosque” No entendía nada, la tristeza me desbordo al revivir todo lo que
había pasado. Abrace a aquel hombre y entre lágrimas le pregunte como era
posible tanta maldad, tanta brutalidad, como era posible que sucediesen cosas
como esas. “El hombre es la más brutal,
despiadada y terrible de las bestias. El cielo y el infierno viven juntos en el
corazón del ser humano, es por esto que el miedo más grande del hombre,
justificadamente, es el hombre mismo.” No dijo nada más hasta que llegamos a
casa. Mi tía había muerto repentinamente y un amigo de la familia decidido
cuidar de mí, fue ahí cuando empezó mi relación con la Orden, a pesar de que llevase
la sangre de su fundador, no supe de su existencia hasta aquel entonces. Volví
a ver a aquel hombre de piel pálida y ojos negros una vez más, pero esa es otra
historia.
Avanzo a paso firme en dirección a la luz, estoy preparado para
entrar al Laberinto.
Avanzo por una de las calles del distrito sur. Tengo una posible
dirección para el asentamiento actual de la Orden Blanca. Escudriñando entre
las obtusas mentes de los militares, me entere del golpe que recibieron hace
poco, al nivel de perder su cuartel general. Puede que tenga una oportunidad si
soy cuidadoso, el lugar esta increíblemente vigilado por los militares, que se
pasean en camionetas con ametralladoras de amplio calibre montadas en su parte
trasera, además de las unidades a pie que patrullan o custodian los diversos
puntos. Consigo llegar hasta la azotea de un gran edificio, desde lo alto,
distingo el edificio que correspondería al nuevo cuartel general. El paso por
la calle está cortado y completamente vigilado, podría matarlos, pero daría las
alarmas. Corro hasta la cornisa y de un salto llego hasta el edificio contiguo,
continúo de esta manera hasta acercarme más y más. Por un instante los ojos de
Dosser aparecen frente a mi “Continua, Philipp, es este el camino” La voz y sus ojos
desaparecen, la rabia me desborda al pensar que una vez más estoy siguiendo el
camino trazado por el. Mas, no puedo renegar de este, si lo hago, sencillamente
moriré. Doy un gigantesco salto y llego
hasta el jardín del edifico, me escabullo a gran velocidad entre las sombras y
entro por una ventana. Me escabullo iniciando mi búsqueda a puro instinto. Por
un oscuro pasillo, un adolecente avanza a toda prisa, me fundo entre las
sombras y espero el momento oportuno para atacar. Coloco mis manos en su cabeza
y, en su memoria, encuentro el lugar donde están los frutos. Le quiebro el
cuello, mas, parece no haber muerto, saco mi cuchillo y lo apuñalo, mas, sana
rápidamente. Me veo obligado a amarrarlo de manos y pies y meterlo en una
pequeña bodega. Es increíblemente difícil de matar, mas, no tiene demasiada
fuerza. El desarrollo de la expansión parece ser diferente con el otro fruto.
Bajo por unas escaleras al fondo del corredor cuidando no hacer ruido, paso
junto al salón central, donde están todos reunidos discutiendo su situación
actual, no parecen haberme visto, finalmente llego hasta una bodega y, tras los
fondos de una gran caja, encuentro 5 frutos luminiscentes. Los guardo todos
conmigo y dejo todo en su lugar. A ver si con esto podéis pararme, hijos de puta.
Salgo rápidamente del lugar sin encontrar enfrentamiento alguno.
Avanzo a toda prisa contra las tropas del ejército que disparan
descontroladamente a quien se cruce. Algo está pasando, antes de que empezáramos
el ataque, los militares parecían estar ya alerta. Escuchamos disparos antes de
siquiera realizar el primer asalto. En mi recorrido con nuestro escuadrón hemos
encontrado numerosos cuerpos tendidos en el piso, muchos, sin heridas de bala.
Llegamos hasta un contingente militar y comenzamos a disparar. Corro rápidamente
por la calle, entre ráfagas de balas que se desvían solo con el movimiento de
mis brazos, por un segundo me deje llevar y empecé a danzar en medio de la
balacera, los disparos fueron desviándose hasta el punto de regresar a sus
destinatarios. Cinco más del escuadrón, ayudados por la droga de Jaime, avanzan
velozmente arrasando las resistencias enemigas de aquella zona. Bajando por la calle, puede verse otro fuerte
contingente militar preparado. Poco a poco, va repletándose más y más de gente.
Levantamos una barricada tras otra para establecer líneas de defensa del territorio liberado. Las botellas
comienzan a ser preparadas y varios recogen cualquier cosa que pueda ser de
ayuda para resistir la posición, nosotros continuamos avanzando en dirección a
los militares que disparan contra nosotros a la distancia. Por una calle
aledaña puedo ver correr a un grupo de gente con pavor en su rostro. Cinco
hombres con bates en sus manos corren tras ellos, alcanzándolos antes de que
pudiésemos actuar. El escuadrón continua enfrentándose a las tropas del ejército,
así que voy por mi cuenta y me abalanzo directamente contra ellos, de una
patada tiro a uno al piso, otro más me sale al paso, saco mi cuchillo,
preparada. El hombre me entrega una amplia sonrisa y saca el suyo. Uno de sus
camaradas lo arrastra junto con él, al
tiempo que lanza al piso un artefacto que comienza a liberar gran cantidad de
humo. Trato de seguirlos en medio de esta toxica niebla, distingo un callejón
por el que me interno, cuando por fin puedo ver mejor, no queda rastro de
ellos. Termino el recorrido del callejón y salgo a una amplia calle y una plaza,
donde otro escuadrón, liderado por Eugenio, se enfrenta a las tropas del ejército.
Escucho sonar mi celular.
-¿Dónde estás?-escucho por el audífono en mi oído, es Ayleen
- Frente al escuadrón de Eugenio. Algo extraño ocurre, acabo de
toparme con un grupo que atacaba a la gente, no eran del ejército- digo a través del micrófono
-Hable con otros escuadrones, me han hablado de algo similar. Al
parecer, fueron ellos quienes alertaron a los militares, pues, comenzaron a
matar indiscriminadamente.- me dice Ayleen, por el pequeño pasillo puedo ver
venir el escuadrón acercarse.- Mas, vamos bien, la parte norte, este y sur del
distrito están libres de tropas militares… Debo colgar, tengo una llamada
entrante.
Nos disponemos a avanzar, cuando escuchamos aun mas disparos en la
lejanía, las tropas del ejército
comienzan a replegarse. Escalo hasta la cima de una estatua en la plaza y puedo
ver a lo lejos un gran contingente de tropas ¡¿Los Maniacos?! El humo de las
barricadas se levanta en más y más
puntos, íbamos tan bien, sin la
ayuda de ellos. Esto no es camaradería, lo sé, Glenn buscara sacar partido de
todos nosotros. Mi celular vuelve a sonar
-Algo anda muy mal Laura…- es Ayleen una vez más
-¿Qué ocurre?- le pregunto
-Uno de nuestros
informantes en la fuerza aérea nos ha dicho que han recibido un llamado
a actuar, no sabemos que harán, así que más te vale estar atenta-me responde
De pronto, puedo escuchar el sonido de aviones. Miro al
cielo, avanzan a gran velocidad cruzando el distrito ¿Aviones militares? ¿Nos
van a bombardear? Los aviones se alejan
en el cielo, cruzando a gran velocidad, este distrito y el central. Muy a lo
lejos, pueden verse explosiones. Me quedo helada al tiempo que aparecen una y
otra vez las luces de los bombardeos. La Orden Blanca perdió la paciencia,
entramos en un nuevo periodo de lucha…
Avanzamos con Nano por las alcantarillas del distrito norte. Llevamos
buen tiempo recorriendo las alcantarillas en busca de algo, mas, no hemos
encontrado nada aun. Escuchamos a lo lejos unos gritos desesperados, corrimos a
toda prisa en dirección a aquel ruido, los quejidos cesan. Llegamos hasta una
pared derrumbada que da a un sótano de algún edificio. Entramos rápidamente y
vemos una habitación iluminada, puedo sentir el olor a nauseabundo. Nando se
espanta al ver un cadáver tirado en el piso, ha de tener casi dos semanas por
el estado de descomposición en que se encuentra. El ruido provenía de una
televisión que mostraba un video casero de aquel grupo amante de la ultra
violencia. Uno de ellos se veía con una amplia sonrisa mientras le arrancaba
los dedos de la mano a su víctima, ya muerta. Apago el televisor, cuando lo
hago, me sorprendo al ver una jaula en la esquina de la habitación, una persona
duerme en ella. Nando corre hasta ella y dispara contra el candado. La jaula se
abre y Nando carga a aquel hombre, el Cazador parece no darse cuenta de lo que
ocurre
-¿Dónde están?- le pregunto, al no encontrar respuesta le golpeo
el rostro- ¿Están lejos?
-Fueron al distrito Este, llamaron a la octava oleada…- balbuce
Tristan.
-Salgamos de aquí rápido, por favor- nos dice Nando- Si regresan
la cosa se pondrá fea.
Me adelanto, con la pistola en alto, vigilando la seguridad de
nuestra salida. Caminamos por las alcantarillas a toda prisa, escuchamos risas
a lo lejos, junto con unos enfadados gritos. ¿Serán ellos?
-¡Esos desgraciados! Nos enviaron como carne de cañón en su
estúpida guerra- dice una de las voces- ¿Quién se habrán creído que somos?
Al llegar a una cruce en las alcantarillas, los distingo, al notar
que uno se acerca hacia a nosotros le disparo.
-¡Imbécil! ¡Te dio!- dice entre risotadas uno de los hombres,
mientras levanta su bate y lo golpea en la cabeza, acabando de tumbarlo. Otros
dos más se acercan, disparamos contra ellos, mas no logramos darles. El otro
hombre restante agarra del brazo al extraño tipo que aún no para de reír
mientras patea a su compañero.
-¡Vamos a matarlos pedazo
de imbécil!- su amigo lo mira intentando calmar su risa y asintiendo. Seguimos
disparando, otro más cae al piso
-Se me están acabando las balas de las escopeta- dice Nando
-Sera mejor que salgamos de aquí mientras podemos- les digo
mientras continuo disparando para
mantenerlos atrás. La tierra tiembla, se puede escuchar un estruendo muy a lo
lejos. Comenzamos a correr por las alcantarillas, giro ocasionalmente para
disparar abatiendo a otro más, quedan en pie solo el de la risa y el de
enfurecido rostro. Continuamos disparando, mas, esquivan nuestras balas con
facilidad, lo he visto antes, esto es obra del fruto - ¡No podemos
ganarles!¡Hay que escapar!
Llegamos hasta unas escaleras de mano, Nando a la cabeza y luego
Tristan. Continuo disparando, más, no puedo darle a ninguno y cada vez están más
cerca. Comienzo a subir la escalera, uno de ellos da un inmenso salto, alcanzo
a disparar, este esquiva la bala, mas, no logra alcanzarme. Salgo a la calle y
cierro la tapa rápidamente. Huelo humo en el aire y a lo lejos, el distrito
Oeste arde.
Camino por un amplio y oscuro túnel, doy un paso tras otro, pero
siento como si no avanzara, no puedo distinguir siquiera mis manos. Más, no he
de detenerme. Poco a poco comienzan a brotar diversas imágenes ante mis ojos,
la germinación de una semilla en la tierra, alzando con el tiempo dos pequeñas
hojas. El pasto rodea aquella pequeña planta, puedo divisar a lo lejos, un pequeño
rio, el bosque, conozco este lugar. Estoy tirada en el piso, soy aun una niña,
Laura esta tirada junto a mí indicándome las nubes. Revivo cada una de nuestras
caminatas por el bosque, tardes en el rio y la caverna que descubrimos en
nuestras exploraciones. También, recuerdo aquellas noches en que Laura me leía
poesía y algunos cuentos de celebres autores, a veces, algunos hechos por ella
misma. Ella era mi heroína, siempre encontraba alguna manera de sacarnos del
aburrimiento, o de las estrictas garras de nuestros padres, siempre se mostraba
tan llena de vida, dispuesta a luchar por lo que quería, me inspiraba la pasión
que expresaba siempre, además de su ágil mente que, siempre atenta, urdía un
plan tras otro para salirnos con la nuestra. Eran años de risas sin fin, sueños
y maravillas por montón a nuestra disposición. Distingo, muy a lo lejos, un
pequeñísimo destello de luz, la oscuridad aun es inmensa, mas, ya hay un
indicio de que me aproximo. El ambiente es denso y mi respiración es agitada,
las imágenes continúan pasando a rápidamente. Puedo verme en un pequeño
departamento en la capital. Mis cosas están la mayoría en cajas, dispuestas
para instalarme en mi nuevo hogar. No tenía mucho dinero, ni contactos, mas,
traía un saco lleno de esperanzas de una vida distinta, estaba decidida a
demostrar que podía ser independiente, que podía hacerme cargo de mi vida. Laura
se había marchado hace ya años y desde entonces no llegaron más noticias de
ella, sin embargo, conservaba conmigo toda su visión de mundo de aquellos años,
rica en pasiones y ansias de libertad, también, al igual que ella, me volqué en
el arte como forma de expresión. Llegue a la capital con la intención de
decidir por mi cuenta el rumbo de mi vida, y era el arte mi apuesta. Actuaba, escribía poesía y cuentos, también
pintaba, mas, no tenía el magno talento de mi maestra, un cuadro de las colinas
en nuestro pueblo natal cuelga en la pared principal del departamento, es una
de las ultimas cosas de ella que conserve y traje conmigo. Fueron pasando las
semanas, conseguí un par de papeles secundarios en una compañía de teatro
bastante modesta, las editoriales no se vieron interesadas en mis escritos y
acabe vendiéndolos a bajo costo a un anciano en una biblioteca en el centro, vendí
también un par de pinturas a un comerciante de arte, mas, el dinero fue también
escaso. Y a pesar de reducir lo máximo posible mis gastos, cuando ya acababa el
primer mes en la capital, el panorama financiero se veía complejo. Tenía el
dinero justo para alimentación, mas, ya no para comprar los materiales de
necesarios para pintar, por lo que mis incursiones en esa área se detuvieron.
Paso rápidamente el segundo mes y nuevamente, el panorama económico se veía
mal, si seguía así, no podría pagar el arriendo del departamento y se acabaría
el sueño de la emancipación. La preocupación constante con ese estilo de vida
no me permitía vivir en paz, por lo que me vi forzada a encontrar otro camino
para sobrevivir en la gran ciudad, aunque, seguía vendiendo mis escritos al
viejo hombre de la biblioteca en el centro. Busque empleo, mas, no hubo caso
hasta después de un mes y medio, cuando finalmente recibí un llamado de una
empresa del retail, para uno de esos aburridísimos trabajos de oficina, sonaba
terrible, pero era mi única oportunidad de seguir en la ciudad. Así que tome el
trabajo, mas, la situación seguía siendo critica, el dinero que conservaba
apenas alcanzaba para el pasaje y faltaban aun dos semanas para el final del
mes, sin contar además, de que estaba en deuda ya con un mes de arriendo y a
fin de mes se sumario otro a la cola. Estaba desesperada, pedí un adelanto en
la empresa, pero por mi poco tiempo, me lo negaron de inmediato, así que
comencé a vender lo que no me era esencial en casas de empeño, así podía al
menos comer durante los días que faltaban para la paga y reunir algo de dinero
para pagar el arriendo. Mas, la preocupación más urgente, era que el dinero de
paga no sería suficiente para cubrir mis gastos de transporte y alimentación, y
al mismo tiempo, pagar los dos meses de alquiler del departamento. Vivía con
una constante angustia y eso fue desembocando en el tiempo en un terrible
insomnio, razón por la cual llegaba tarde recurrentemente. Fue así como tome la
decisión más dolorosa que podía imaginar en aquel tiempo. Solo me quedaba una
opción, y este, era el cuadro de Laura, si lo vendía, podría pagar ambos meses
de arriendo y tener suficiente para pasar el mes sin hambre. Fue así como,
desconsolada, partí con el cuadro en dirección a un comerciante de arte y lo vendí.
Me sentía avergonzada, más, sabía que Laura habría entendido mi situación y
habría estado de acuerdo. Cuando emprendo camino a casa, recorriendo las calles
al límite del distrito central y el distrito Este, donde se encuentra mi
departamento, me encuentro con un bar con letras luminosas “REM”. Intrigada por
la música, y, en busca de algo para beber para pasar el mal rato, entro en el
bar, noto de inmediato la característica mezcla de olores en el ambiente y las
pinturas surrealistas en las paredes. Me siento en una mesa y pido una cerveza,
no puedo permitirme más. Me la traen a la mesa y sirvo mi vaso. Siento el amargo
sabor de la cerveza, como purgándome por un instante del desaliento que llevaba.
Un joven se sienta frente a mí, colocando su cerveza en mi mesa “Esa cara de
problemas es más y más común con el paso del tiempo en esta perra ciudad” Fue
esa la vez que conocí a Nicolas, charlamos cerca de una hora, hacía tiempo que
no me desahogaba y la cerveza me cayó mal luego del primer vaso, por lo que se
la regale. Cuando vi que se hacía tarde me levante dispuesta a despedirme,
Nicolas arrastra en la mesa un pequeño pedazo de papel de aluminio. “Un pequeño
regalito, a ver si te da un aliento más” lo recojo agradecida y me despido,
coloco el pequeño cartón bajo y mi lengua y emprendo camino a casa a paso
lento. Cuando llegue a la entrada del edificio, comencé a sentirme extraña, me
detuve en seco y comencé a mirar las luces de los autos que pasaban
rápidamente. Pareciese todo tener una profundidad inmensa, miro mis dedos y
puedo distinguir cada detalle en estos, desde grandes surcos y pequeñas gotas
emergiendo por mis poros. La luz de un farol junto a mi comienza a adquirir
diversas formas geométricas, contenidas unas dentro de otras, en perfecta armonía.
Saque las llaves como pude y entre al edificio, esquivando los ojos de mis
vecinos, subiendo la escalera aprisa. Cuando finalmente llego a mi
departamento, no enciendo las luces, no quiero ver como luce este lugar sin el
cuadro de Laura. Cierro la puerta y dejo mis cosas en la mesa. De una chaqueta
en una silla, saco una vieja cajetilla de cigarros y un encendedor. Abro la
ventana, alcanzo un cenicero y me tumbo en la cama, dejándome llevar por toda
esa mezcla de extrañas y profundas sensaciones en la oscuridad, las figuras
comenzaron a emerger en medio de la oscuridad, evocándome recuerdos e imágenes
muy sentidas. Puedo verme a las orillas de un rio, puedo reconocerlo, es aquel
que cruzaba el bosque, cerca de mi pueblo natal. Entre los árboles, puedo ver a
una mujer de cabellos negros danzar y cantar alegremente una canción, y no
cualquiera, sino la que Laura siempre cantaba para espantar mi pena y hacerme
dormir, de muy pequeña. Corro a toda prisa tras ella, mas, la pierdo de vista,
como si se hubiese desvanecido de la nada, aun puedo escuchar la canción. Puedo
ver la a lo lejos, adentrada en el bosque, bailando al tiempo que avanza, trato
de acercarme rápidamente pero se vuelve a desvanecer. La canción puede
escucharse cerca de mí, avanzo por los últimos árboles y doy a una amplia y
verde colina, aquella mujer, que estaba segura era Laura, cantaba desde lo alto de esta. Subí
lentamente la colina, dejándome llevar por su canción, quedo justo frente a
ella cuando esta acaba. La miro a la cara y veo que sí, es ella. Me da un
fuerte abrazo y al oído me dice “Que el miedo ni la culpa te paralicen niña mía,
sigue adelante” De un instante a otro estoy en la cima del edificio más alto de
la ciudad, miro a mi espalda esperando encontrar a Laura, mas, encuentro a un
hombre de facciones que me resultan familiares, mas, creo no conocerle. Se me
escapa una sonrisa y al tiempo en que el esboza una también, despierto en seco.
Miro el reloj y veo que voy tarde una vez más al trabajo. Un par de días después en uno de los pasillos
de esa miserable empresa para la que trabajaba, me encontraría una vez más con
ese rostro que apareció en aquel viaje, o sueño. Por un instante, creí que todo
esto, de alguna u otra manera, había ya sido orquestado minuciosamente por
quien sabe que o quien. Eso, lejos de hacerme reticente, me empujo aun mas, fue
por eso que tome su libreta mientras estaba en el baño, algo me decía que este
era el camino, mas, no tenía idea a que.
Puedo ver que el pequeño destello al final del túnel es más
grande. “Estas a unos pasos de tu hasta ahora más grande desafío, querida niña”
No reconozco la voz, de un momento a otro comienzan a pasar imágenes frente a
mis ojos. Puedo ver una cámara amplia, hay gran cantidad de gente con túnicas
naranjas ordenadas en espirales, cinco hacia la izquierda y tres a la derecha.
En el centro puedo ver a Dosser, alrededor de él, en los inicios de los
espirales, reconozco varios rostros de la antigua generación Maniaca. Comienzan
a entonar un canto, voz libre de palabras, al tiempo que los espirales
comienzan a girar en una especie de danza. Retomo la vista del túnel y continúo
mi camino, decidida a alcanzar la luz, lugar de entrada al Laberinto. “Sangre
de mi sangre, tantos años de lucha fueron entregados para que este instante
fuese posible, confió en que saldrás victoriosa de esta batalla. Cuando entres
al dominio de Alexander III estaré contigo, más para eso, primero has de ganar
esta batalla” no reconozco la voz, sin embargo, a través de ella siento una
mezcla de sensaciones que precipitan como numerosas imágenes de tiempos remotos
en el viejo continente, dos jóvenes se encuentran en lo profundo de la tierra,
junto a un inmenso árbol de flores y frutos brillantes. Puedo ver el avance de
la gran alianza imperial, y toda la sangre de quienes se oponen a ella en pos
de su libertad. Magnus es el nombre que resuena en mi cabeza. Finalmente, la
luz se hace absoluta, he llegado al final del túnel y la entrada al Laberinto.