Una perra más
Llegas hoy sin avisar
Me esperas frente a mi puerta
Me miras con cara de arrepentimiento
No te culpo
No eres culpable de estar como estás
De ser lo que eres
El mundo te tiene ahí
Los prejuicios recaen como bombas sobre ti
No tienen piedad de tu precariedad
No puedo evitar sentir lástima
Lo siento.
Lo siento.
Me enternece la dulzura de tus agradecimientos
Que llegan sin haber hecho nada por ti
Solo una caricia te arregla el día
Ojalá ella fuera así... Bueno, bueno
¿Hoy estuvo mala la cosa?
Así parece ser mientras te veo comer las sobras.
Lo siento por eso
No tengo más para ofrecerte
Estoy cesante y...
Bueno, no me entiendes
Mejor sigue, sigue comiendo
Eso, eso. ¿Está rico?
Parece que ni siquiera te interesa analizar eso
Con el hambre que debes pasar...
Con el hambre que debes pasar...
Espérame acá, parece que tengo algo más
Pero no te vayas, en serio
Espérame, vengo al tiro.
Aquí está, toma.
Creo que debes tener sed
¿Quieres agüita?
Espérame de nuevo.
Pero no seas impaciente
Ya, aquí tienes
El agua no se le niega a nadie
Eso decía siempre mi abuelita
Cuando yo era niño y la acompañaba a regar el jardín
Y llegaban niños con mucha sed
Acalorados de tanto jugar.
Toma, bebe
Debo entrar a mi casa
Tengo mucho que hacer para la universidad
Quédate aquí
Te traeré una cajita para que te eches.
Espérame.
¿Dónde estás?
¿Qué más da? Estoy perdiendo mi tiempo
Es solo una perra más.
2 comentarios:
Aunque sea una perra mas, ese instante de encuentro entre un sediento y un dispuesto oasis, ese sentido de colaboración, de identificación, es un bellisimo fenómeno. En un momento como ese, dos historias se mezclan y se vuelven una sola. Pero estos cruces de camino son así, todos tenemos nuestro propia dirección en el desierto. Me ha gustado.
Muaahhaha, el título me llevó inmediatamente a otro lugar, es hermoso joder!
Publicar un comentario