Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

Delirio: El ahora no es (-1)

viernes, 31 de mayo de 2013



Publicado por Gwÿnt

Parte menos uno: Sucesión de ciclos.

Despues de un tiempo que me huele a mi vida entera, me han rehabilitado e insertado en una oficina en esta agonia que llaman existir, a ejercer en el área de publicidad. Tantos neurolépticos me mantienen aun sin poder avanzar al ritmo de la ciudad, ni siquiera a mi propio ritmo. Estoy encerrada dentro de mi misma, y dentro de esta pequeña oficina, y no puedo sentirme mas miserable. Todos los meses de encierro, camillas, enfermeras, inyecciones, exámenes, estudios y demases no ayudaron a mejorar mi situación mental, solamente la han agravado con el peso de los malos recuerdos, y del olvido de quien era yo antes de todo esto. Cuando entras te dan el discurso de que te ayudarán a encontrar quien eres realmente, fuera de tu problema, pero todo lo que hacen es convencerte de que seas alguien.
En algún rincon de esa habitación blanca, quedó mi identidad abandonada, con una montaña de identidades perdidas de los desconocidos que deambulan con un signo de interrogación sobre sus cabezas, igual que yo. Y sin embargo, tengo responsabilidades como las de cualquier otra garrapata abrazada al sistema.
Voy al baño de la oficina, y mi imagen en el espejo me da ganas de vomitar, y a la vez los fármacos intentan domar mi cerebro. Imagino como le ponen riendas, una a cada hemisferio, con la base en los impulsos, y tiran de ellas para ponerme de vuelta en mi actual lugar de mierda. No soy feliz, y tampoco soy.
Los días viernes tengo control de vuelta en el psiquiátrico, y siempre dudo en demasía sobre el primer paso hacia ese lugar: podría no volver a salir en cualquier momento, pero la clave ahora es mentir. Si con las oportunidades que me han ofrecido estoy más desesperada que nunca, no hay salida, tengo que tratar de recuperar la identidad que se me ha perdido.
Este viernes planeo, de alguna forma, encontrar alguna pista, asi que para recuperar lucidez (y a riesgo de entrar en un brote psicótico (lo cual no sería tanto riesgo, sino sumamente necesario en esta circunstancia)) he dejado de lado mis asquerosos fármacos y he partido. El primer paso lo doy firme, tragándome las inseguridades, yo saldré de acá. Mientras pasan las horas, voy notando como emerge una nueva personalidad, alejada hace tanto tiempo por los mismos neurolépticos, los mismos discursos de negación. Empieza a efervescer lo que parece ser yo, y extiendo las manos mientras camino por los corredores. Todo esto algun día será mio.
Entro a la oficina del psiquiatra sin golpear.
-Daire, me has asustado, no sueles entrar así.
-Ando corta de tiempo.- con brusquedad me siento.- asi que échele.
-¿Qué le eche?
-Haga lo que deba hacer, su investigación, observación, asesinato, como ustedes le digan.
-Ah…. Bien.- se levanta y saca mi ficha. Comienza a hojearla, y leo con el. Las primeras hojas son los informes de mi llegada, con algunas fotografías. Hacia delante, observaciones médicas con inyecciones, exámenes varios y torturas que ya conozco y no deseo leer.- ¿Cómo te has sentido con tus dosis? ¿Te las has tomado con regularidad?
-Sí, pero me tienen en un estado simplemente deplorable. Parezco borracha, lo que es una puta ironía si no puedo beber alcohol. Siento que el mundo andubiese demasiado rapido para mí con ellas, ¿sabe? Si esperan que trabaje en ese antro, piensen mejor en que hacer conmigo.
Pareciera que está atento a mis palabras, luego se agacha y vuelve a leer los papeles.- Entonces, habrá que subirte la dosis de ellos, para que te acostumbres.
-Pero… no… ¿Cómo? – creo que en este momento mi rostro expresaba la incomprensión total de lo que estoy escuchando.
-Si, así tu organismo se adecuará, y es más, deberíamos seguir subiendolos progresivamente. Los necesitas.- intento ocultar mi rabia y mi respiración agitada mientras veo la receta que me hace, y estira su mano para entregarmela.- ¿Algo más?
-Estoy atonita, pero muevo levemente la cabeza, intentando recobrar algo de cordura- Necesito permiso para deambular, solo por hoy, aquí. Necesito algo.
-Por supuesto, este es un recinto abierto al público, y más para los antiguos residentes- dice con ironía la palabra residentes.- ¡Ah! Pero solo por seguridad, necesitarás un pase. Aguarda un momento.

Sale de la habitación, y me apresuro en robar las primeras hojas de mi ficha. Ni siquiera me preocupo de leerlas, ya habrá tiempo para aquello. Cuando estoy terminando de guardarlas dentro de mi abrigo, vuelve el… tipo.

-Aquí tienes, cualquier cosa, ya sabes donde estan los guardias (que disfrutaban dandonos de azotes en nuestros momentos de delirio, claro está)
-Le sonrío con fuerza- Gracias, nos veremos.

De vuelta al pasillo, estoy atónita. ¿Cuánto mas va a ser? ¿Esa es la solución? ¿Más y más fármacos? Siento como si me estuviesen destrozando el cerebro, y estoy totalmente desamparada. De pronto noto unas terribles ganas de llorar que me trago. Tengo que encontrarme. Camino de prisa hacia el pabellón de psiquiatría, donde nos encierran, y me topo con alguien que me mira, y pareciera ser que me reconoce. Lo miro extrañada, y no tengo idea de quien es, solo se que parece ser un camillero.
-¿Te vas y ya no te acuerdas de mi?- su tono de voz aparentando imponencia me da una señal de peligro, y al verlo acercándose, tengo un flashback. Le doy un puñetazo en pleno rostro que lo deja en el piso.
-Lo siento por la anterior descortesía, ya te recordé. Ten en claro, que algun dia, alguien tendrá pruebas de toda la mierda que haces, y nadie te tendrá piedad.

Sigo caminando hacia la recepción, tocándome el hombro dislocado por él. Cuando llego, la recepcionista me reconoce.
-Daire! Querida, ¿Cómo te va? Luces mucho mejor.
-Pues eso no dice mucho. Estoy dando un paseo, necesito un par de respuestas finales. ¿Me dejarás pasar?
-Pero por supuesto, querida… ya sabes como soy. Además, este sitio algun dia va a cambiar, te lo aseguro. Vi el golpetazo que le diste a ese humano de mierda , y se merecía mucho más. Todo este sitio… va a cambiar, y seremos parte, ya lo verás.
-Uhm… - me hace sentido todo lo que dice, y tengo el vago recuerdo de haberlo hablado con ella- me gusta lo que estoy escuchando Leonore. Que así sea.

Camino rapidamente buscando un lugar tranquilo. Leonore me ha dado un recuerdito vago, pero sumamente útil. Busco una salida, esperando que sea la que recuerdo, y era esta. La salida que da a un camino y un patio enorme, y un gran árbol al fondo. Los recuerdos tristes fluyen, de todas las veces que algunos arrancabamos y llegabamos aquí, y nos encontraban y con brutalidad nos ponian las camisas de fuerza, o las inyecciones de tranquilizantes. Nunca alcancé a llegar a la cima de este árbol, que tantas veces subía con la imaginación. Me acerco a él.
-Querido, tu estás estratégicamente puesto para ser subido- le susurro.

La dificultad fisica para subirlo no es tanta como traspasar de a poco el velo de los fantasmas que queda abajo, en el suelo. Ya no me siento tan terrestre. Y una vez en la cima, me recuesto en una rama, y la felicidad es tal, que como una niña, me largo a llorar. Este lugar será nuestro… volteo, y en una de las ventanas creo divisar a alguien conocido. Bajo torpemente del árbol, ya con mucha mas fuerza y ánimo, y me dispongo a buscar la habitación entre los pasillos.
El panorama no es muy bonito para pasar un viernes que digamos, pero después de pasar meses acá te acostumbras… acostumbrarse, que asco que hasta las celulas de nuestro organismo pasen por la fase de acostumbrarse, y nosotros nos acostumbremos a horrores como este. En uno de los pasillos veo a una mujer, de baja estatura, y muy delgada y blanca, frente a una puerta. Me paro junto a ella y miro la escena. No es tan desoladora, un dopado más.
-¿Familiar tuyo?- Ella asiente con la cabeza sin mirarme- ¿Y quieres pasar a verlo?
-Bueno… mmh… quería. Pero después lo he pensado y creo que mejor será que no entre.
-¿Porqué?
-¿Qué pasa si despierta y está alucinando, o no me reconoce?
-Puede pasar, y puede no pasar. Tendrás que arriesgarte en algún momento.
-No.- y se aleja unos pasos. Cuando se aleja empiezo a notar que todo empieza a volverse más lento, y mi entorno se ve alterado. Excelente, me estoy disociando de nuevo.- Arriesgarse es peligroso, ¿para que hacerlo, si siempre hay una posibilidad segura?- En el momento, Ella tenía razón, y como no es asunto mio si entra o sale, decido abandonar esta conversación, girando y sintiendome sumamente liviana, y un tanto mareada.
-¡Oye!- escucho sus pasos en cámara lenta- ¿Te puedo acompañar?
-Claro, pero solo si te callas con tus discursillos evitativos.
-No aseguro eso… pero lo intentaré- y me sonríe. Ella. No quiero saber como se llama.

Miro en todas las habitaciones buscando al organismo vivo que me pareció familiar desde el árbol, y no logro encontrarlo hasta que llego a una habitación cuya puerta ha sido arrancada totalmente, y dejada en la cama, en lugar del colchon. Como estoy disociandome y alucinando vagamente, entro con sigilo, en parte por precaución, en parte porque no siento mis pies, y me paro junto a la cama-puerta.

-Damas, ¿quieren entrar al mundo de los sueños?- salta del techo alguien y cae en cuclillas sobre la puerta. Ella exclama sorprendida y yo me divierto.
-Dificil es abrir una puerta si hay un estorbo que lo impida.- le doy unas palmadas en el hombro, para que sepa que me refiero a él.
-¡Basura!-exclama con ambas manos entre su pelo y luego salta frente a mí.- los estorbos no son tal cosa más que algo más dificil de realizar, pero que aún se puede realizar.

Se encamina hacia la puerta dando unos grititos sobre el ser, el instinto y jugar a subsistir en un sistema en el que ni se existe ni se coexiste. Me parece a discurso compartido mentalmente así que le sigo, hasta que Ella, timida, me tira del abrigo.
-Él se ve un tanto peligroso, ¿no te parece?
-¿Te parece peligrosa la creatividad y la sinceridad?
-Si.
-Vaya, eres otro eslabón más de la máquina ¿eh?.

Lo sigo a Él, y claro, Ella me sigue, por miedo a quedarse sola, supongo.
-¿Adónde vas?- le grito, intentando alcanzarle, y se detiene y queda de pié.
-Que descortés, no sabía que este estorbo tendría tan agradable compañía. Voy a la salida, Daire.
-¿Y como mierda t…?- me planta la mano sobre la boca para silenciarme.
-No arruines el juego de que no nos conocemos, Ella parece de verdad asustada.- giramos al mismo tiempo a verla y si, está aterrada.
-¡Tu!- y le doy una cachetada- ‘Tu fuiste el que me torturó y encerró aquí, hijo de puta! – y le doy otra. Pero por supuesto, es mero juego.
-¡TU DEBERÍAS ESTAR MUERTA! Al menos, me hubiese encargado de eso.
-Comenzamos a caminar- Nada de aquello, ¿Dónde queda la melodiosa agonía?
-¡Agonía será la que sufran todos cuando sucumban a la destrucción de la ciudad!
-¿A eso saldrás ahora? ¿Ese es tu plan?
-Digamos que no es solo mío.- y me mira de reojo. - ¿Realmente no te acuerdas de nada? ¿nadanadnada?- Mierda, ya no se si mis ojos se mueven.
-No, en verdad no.
-Mmmh… debieron ser las hordas de fármacos que te metieron directo a tu bonito cerebro. Porque hasta donde recuerdo  eras inteligente y ahora estás echa una bruta.
-Como que me vuelvas a decir bruta… - imagino que levanto mi puño y lo amenazo, y en efecto, eso pasa, ante lo que el ríe.
-Bueno, bueno, que va… solo estaba comprobando si estabas oyendome.  Hey, esta es la salida. En la esquina hay un café, porque no me esperan tu y… - la mira a Ella- tu pequeña guardaespaldas allí?
-Si. Nos veremos.- Salgo rapidamente, siendo saludada por una ráfaga de viento. Detrás viene Ella, dando pasitos.
-Noe stoy segura sobre si ir…
-Pareciera ser que tu no estás segura de nada.
-Estoy segura de lo que veo, y en ese muchacho no veo nada confiable.
-Suenas como una maldita veterana. Las veteranas no siempre son agradables, ¿sabes? Así que o vives, o te alejas, punto.

Llegamos al café, y ante la indiferencia de Ella hacia mi (si, tuvo el descaro de enojarse la muy perra), aprovecho de sacar los papeles de mi ficha clínica y echarles una hojeada. En el motivo de ingreso me encuentro con un par de novedades

“La paciente ha sido sedada e ingresada contra su voluntad luego de una sucesión de episodios maniacos en los últimos meses, en los que, sus vecinos acusan, llenó sus televisores con basura mientras ellos estaban trabajando. Cada vez que conseguían uno nuevo, ella los llenaba con basura, además de generar dificultades al gritarles “sanguijuelas de la maquina” a los trabajadores, y llegar al punto de amenazar de muerte a varios funcionarios. El antecedente sintomático mas relevante, además de su abuso con las drogas, es su falta de control (posible daño en los lóbulos frontales, motivo por el cual la paciente también presentaría un cuadro severo de irritabilidad ), hechos que ella misma definió como “pienso y actúo, nada mas”. Presenta un deplorable historial laboral, debido a su constante cambio de intereses, y una afición por el conocimiento, motivo por el cual presenta algunos animales diseccionados, y un feto. Ante la mención de esto último, la paciente rió y dijo “lo encontré en el basurero de un hopsital, pensé que sería un desperdicio dejarlo ahí.”. Presenta un humor ácido y un aplanamiento afectivo severo, a tal nivel de considerarse una “evolución de las cucarachas humanas”. Incapacidad de amoldarse a las relaciones de subordinación y a la existencia de un pensamiento moral mayoritario, ha sido involucrada en varios conflictos en los cuales ha puesto en riesgo su vida, sin considerar esto “demasiado relevante”. Comenta su afición por los cuchillos y confiesa alegremente usarse para comprobar el filo de los mismos, considerándolo un acto normal para alguien con su carácter.
A pesar de presentar un cuadro maniaco-depresivo, tiene una imagen muy definida de su propia personalidad(…)”

Luego, miro una foto. Vaya, si que cambia la perspectiva de las facciones sin pelo. Lamentablemente, el resto del texto, sobre el informe de la personalidad debo haberlo dejado e mi ficha clinica, de vuelta en el hospital.
Ella observa la foto con los ojos sumamente fijos - ¿Esa eres tú?
Te ves tan mal… ¿estabas enferma?
-Así es, y aún lo estoy. Esta foto es de cuando me hospitalizaron.
-¿Y adonde te hospitalizaron?
-Aquí, en el pabellón de psiquiatría.- Perpleja, y boquiabierta, deduzco que no sabe si quedarse y matenerse quieta, o pararse y huir despavorida.- Tranquila, no te voy a matar. Odio esa puta imagen que tienen todos de la gente que sale de ese lugar. – aparece el mozo y me trae una hamburguesa deliciosamente enorme, que empiezo a triturar, devorar, y a hablar con la boca llena- como si no fuesemos realmente humanos asquerosos como ustedes, y fuesemos capaces de hacer cualquier mierda. ¿Ves mi ficha? No maté a nadie, aunque debí aprovechar de hacerlo… joder, esto está delicioso, ¿quieres?- tiene cara de estar sufriendo una explosión de úlcera- ¿Dónde iba? Ah, si. Yo creo que en parte es envidia, no todos tienen concordancia entre lo que piensan, imaginan, y hacen, porque están reprimidos, y tambien tienen un miedo de su propia impulsividad. ¿Qué mierda es la libertad entonces? ¿La vida cotidiana del ciudadano normal trabajando y vendiendo hasta su cerebro para que se lo llenen de arsénico? Me joden. Me hospitalizaron acá, salí hace poco, y tengo muchos planes.
-Que hermoso discurso, Daire.- se acerca Él, aplaudiendo, y se sienta.- Y tambien ha sido gracioso ver como te comías eso, parecías un animal salvaje con su presa… servida en un plato… muchas facilidades para el lobo ¿no? Jajaja.
-Cierra el puto pico y dime que querías.
-Ya nada, al parecer ya recordaste lo justo y necesario. Buena movida, robar la ficha. Debiste robar la mia a ver como me veo fuera de tus disociaciones, sería tooooooda una novedad. Ahora, si me disculpas.- Se para, y arranca el quitasol del centro de la mesa.
-Va a llover.- le digo.
-¿Y, te asusta mojarte?
-No, pero podrías ponerle el quitasol a algun perro callejero.
-Como equlibrar el vandalismo jajajaj, me gusta.- Salto de mi asiento y lo invito a correr buscando algun perro. Si Ella nos sigue o no, lo ignoro, debe estar aún sentada, y probablemente ella sí se va a mojar y no le va a gustar.

Ya sé como estaré cuando llegue a casa, y aunque eventualmente, como con todo, me aburra. Sé que en algun momento algo estallará, y será el momento. Y siempre voy a ser capaz de renacer, siendo la mejor basura que esta humanidad pudo no desear.

Delirio: el ahora no es (XI 1/3)

domingo, 19 de mayo de 2013

Publicado por Gwÿnt

Onceava parte y un cuarto: Huír y luchar.



Ya voy jadeando de tanto pedalear, y  noto que comienza a atardecer. No hemos parado en ningun edificio relativamente cercano al refugio, para evitar levantar sospechas estando en sectores aledaños por el momento, o algo así me dijo Gaspar, que ni siquiera está cansado. Cuando llegamos a la autopista central, voltea a gritarme algo.
-Ahora si te vas a cansar!
-Pero… ¿qué? Vamos a ir por la autopísta? ¿es un chiste?
- No, no lo es, vamos.
Empieza a andar y pego un chillido. – ¡DETENTE EN ESTE PUTO MOMENTO!
-Daire…- retrocede.- no podemos aparecer mágicamente en el barrio que está del otro lado, además no pasará nada, un poco de aventura no daña a nadie.
Vuelvo a mirarle con cara de querer matarle, y esperando que le exploten las ruedas de la bicicleta.
-¿O tienes miedo?- y me mira, sugerente.- Porque si tienes miedo, y lo estás evitando, puedo seguir yo solo, y ya sabes, te quedas pedaleando por las veredas.
Si, está disfrutando esto. Lo observo de reojo, con odio, y le escupo- Pedalea, yo te sigo.

Sonríe de forma engreída, como si el logro fuese de el. Echa a andar y cambia la postura, se pone de pie y se echa hacia delante.
-¡Prepárate! ¡tendrás que andar muy rápido!.
Lo veo adentrarse en la carretera y la fuerza del viento tratando de desestabilizarlo. Respiro hondo, cuento hasta 3 y echo a pedalear. Al comienzo, todo anda de forma regular, hasta que pasa un bus cerca mio y me atrae hacia el, tengo que pedalear con mas rapidez, siempre mas, para zafarme, y luego siendo mi corazón vivo de nuevo, palpitando al mismo tiempo que los estímulos que estoy recibiendo. Los ruidos de los automóviles, las luces, el viento natural, y artificial, y estar enfrentando a una de mis inseguridades. Logro mantenerme en pie del todo en los pedales, y por una vez extraña, siento el deseo de sonreir, y lo hago. De pronto, vuelven miles de pensamientos de antaño que me corroían y que llenaron todos los amaneceres con amargo desinterés y pesadez, pensamientos que se han vuelto ligeros, pero que aun no logro enfrentar, este es el comienzo.
Pasa un camion enorme frente a nosotros dando un bocinazo que me deja desorientada, y que hace que Gaspar baje la velocidad.

-¿Estás bien?- parece preocupado de verdad
-Si, si- muevo rapidamente la cabeza de un lado al otro- pero me he quedado sorda, tendrás que hablarme por el otro oido.
-Bueno, me complica moverme al otro lado acá – y ríe- pero puedo tararear musica clásica aun.
-No- rio, pero me niego. Hay que negarse siempre. –salgamos de esta mierda ahora.
- Bien, al primer desvío a la izquierda, cruzamos entre todos los vehículos, y salimos, si? Debes ser rápida.- me mira, y nota que sigo mareada.- ¿podrás? ¿O tendré que llevarte yo?
-De que estas hablando, a mi no me lleva nadie a ningun puto sitio. Aunque deba parar el puto transito, voy a llegar sola.- miro fijamente hacia el frente, ignorándolo, hasta que finalmente, el tambien voltea al frente.
A lo lejos, aparece una flecha con dirección a la izquierda, que da a una calle con hoteles, y a lo lejos se aprecia un cerro, y Gaspar hace un movimiento de “vamos” con la cabeza. Entorno los ojos, como si no supiera que por ahí tenemos que salir, asi que acelero, y comienzo a girar sin su previo aviso. No necesito su aviso. Escucho como me grita y luego anda tras mis pasos, y a los autos tocando las bocinas, desorientandome. Para joderlos, reduzco la velocidad, obligándoles a tener que elegir, entre atropellarme, o frenar. Y para mi buena fortuna, el ser humano actualmente mantiene esa idea moral de que dañar a alguien para lograr un bien propio es algo sumamente malo, se pueden ir al infierno. Infierno a la mierda, solo se preocupan del daño físico, y de evitarlo. Pero se están abandonando. De pronto, mientras voy apenas pedaleando, siento la imperante necesidad de escribir. Vuelvo a tierra y veo a Gaspar desde la acera, con los ojos abiertísimos mirandome, ansioso. Voy tan lento que me decido por bajar de la bicicleta y caminar, y recojo una piedra que está entre la calle y la acera. Pasa un auto tocando de manera bestial la bocina, y alcanzo a divisar al tipo furioso. Él hubiese querido matarme, pero no lo hizo. Cuando vuelvo en mi, me veo tirando la piedra directamente hacia su auto, y escuchando como quiebra el cristal, prero el tipo tarda en frenar.

Miro como niña pequeña a gaspar, alegre, y mientras monto la bicicleta le digo – vamos, demuestra cuan rapido eres.

Echamos a andar y nos perdemos entre las calles de este lugar tan extraño y novedoso. Es un barrio que invoca a ser bohemio, a reflexionar. Los faroles, la arquitectura, es algo digno hasta de estudiar. De pronto, Gaspar deja la bicicleta, y se apoya en una pared. Imito su gesto, para saber que le pasa.

-Has hecho dos cosas sumamente temerarias e irresponsables en la carretera.- mueve la cabeza, pero con una pequeña sonrisa.- ¿Qué vamos a hacer? Eres un tanto impulsiva, incluso, sin bicicleta logras atropellar.
-No entiendo que pasa. Antes, me criticabas que era insegura, que me habia encerrado, que me habia acomodado a las facilidades con Alex, y ahora que estoy intentando ser realmente yo, creo, me dices que no se puede. No se puede nada, ¿Por qué no se puede? ¿Qué es lo que no se puede? – le doy una patada a la bicicleta, y escupo lo que ya venía reflexionando.-  Correcto es evitar, correcto es trabajar, correcto es tener desinteres hacia el sufrimiento, correcto es ser frivolo, susurrar por caridad, trabajar por nada, vendernos a nosotros mismos. Correcto es mantenerse dentro de los limites de lo que se espera, y la cotidianidad. Pero donde esta el otro eje del espejo? ¿Dónde estan los alaridos bramando por la liberacion? ¿Cómo se puede realmente aspirar a desplegar las alas sentados desde un silloncito en oferta? No me vengas con imbecilidades, Gaspar. Vamos a buscar un antro donde emborracharnos y un sitio que ocuparnos.

Echo a andar, furibunda. ¿Cómo alguien tan inteligente, puede ser a veces tan estupido y corrosivo?... ¿soy así yo? Mientras ando, empiezo a notar que tras mi arrebato, me falta algo…
-¿La bicileta?- y aparece al lado mio, con su bicicleta, y con la mía. – Apoyo tu mocio, pero creo que sería mejor primero encontrar el lugar y luego embriagarnos, a menos que sepas manejarte para ocuparte un sitio estando borracha.
-Te pedire de forma cortés que guardes silencio hasta que nos ubiquemos en alguna parte, o te aforraré un puñetazo, te lo juro que lo haré.- Lo miro, y su boca se vuelve una delgada linea. Asiente, y sigue caminando.

Luego de entrar a un lugar y ver que habia un perro custodiando, descubrí que ya no me llevo con ellos. Saltamos a toda prisa, pero ha alcanzado a darme un mordisco en la pantorrilla. La puta madre, la sangre comienza a fluir como si estuviese siendo empujada con fuerza. Una vez fuera, no logro sentir dolor por la emocion y euforia de la situación. Gaspar me mira, y echamos a reir. Saca una venda de su bolso y me la tira.
-No queremos que dejes un camino de sangre, el perro puede seguirnos.- y se vuelve a reír.

Me presiono el vendaje con la fuerza que puedo, y sigo caminando. A las pocas cuadras dejo de sentir el pie, y me vuelvo realmente torpe al andar. Que ganas de sacarme cortarlo con un puto serrucho.  Desde que vi a Alex postrado y adormilado, todo vuelve a ser nuevo, me siento como conociendo el universo entero, y ansiando comprenderlo todo. No soy capaz de asimilar la fuerza de este cambio aún, porque soy incapaz de concentrarme del todo, todo es demasiado llamativo, todo es demasiado destruíble, todo es demasiado cuestionable. Menos mi puta cojera. No noto aún el punzante dolor tras los colmillos de ese maldito animal, pero si noto como se me está complicando dar bien los pasos, y correr, y brincar. Seguimos caminando y nos adentramos más por el barrio, hasta llegar a una calle con casas oscuras y aparentemente deshabitadas. Tanto Gaspar como yo nos paramos frente a un lugar que parece abandoado. Miramos detenidamente, y no, no hay perros a la vista. En un abrir y cerrar de ojos, gaspar salta la reja y camina hacia el recinto. Me apresuro en tomar un bolso de la bicicleta y seguirle, con u poco de escandalo al saltar la reja.

-La idea es ser precavidos- me dice susurrando, y me molesto.
- TRATA DE SUBIR EN SILECIO CON UN PUTO PIE HERIDO. Por la mierda, Gaspar, se supone que eres inteligente. ¿Intentas provocarme?- le tiro el bolso y sigo andando.- Saca una linterna.

Alumbra, y logramos ver el portón de entrada. Lo abre, y cae pintura seca del mismo, y suena a oxidación. Adentro, hay un par de sillones, una televisión antigua, y una mesa de centro, con un hacha clavada. Hay un pequeño balcón con una escalera de madera. Está totalmente abandonado, el polvo en suspensión es la constate de aquel lugar deshabitado.

-¿Aún tienes ganas de ir a beber algo, Daire? Yo, la verdad, estoy un tanto cansado, y este parece un buen refugio.
-Lo es, si. Y no, no quiero beber nada.
¿Te duele el pie?
-Tu que crees?
-Entonces – se acerca a los sillones y les da unos golpes a los cojines para librar tanto polvo- descansemos por hoy, y mañana ya veremos.

Se recuesta, y me hace una señal para que haga lo mismo. Tomo el hacha y rompo la televisión.
-No combina con el lugar- le digo, intentado excusarme mientras sigo con los hachazos, y pese a la tenue luz de la linterna, noto una sonrisa, y que se pone en pie.
-Iré a entrar las bicicletas. No es buena idea dejarlas a la deriva.
-¿Cómo…- antes de acabar, veo que de su abrigo saca una cortadora de pernos. Claro, la reja tiene una cadena.- Ah… entiendo.
Sale a entrarlas, y aprovecho de subir al balcon para inspeccionar. Hay un par de cojines roñosos, y una ventana con vista a la ciudad. Prendo un porro, mientras vuelvo a mis reflexiones usuales, pero con esta nueva perspectiva. Estoy naciendo de nuevo, y cada respiración es el combustible de todas las inseguridades que me encerraban, y que rapidamente se vuelven cenizas. Estoy desbocada, desbocada y cayendo en el sueño.
Despierto, y veo a Gaspar alistándose para salir.

.¿Donde vas?- pregunto, incorporándome.
-A la antigua guarida. Necesito controlar el estado de Alex, y de paso buscar unos cuantos apósitos para tu herida.
-Bien, iré contigo.- bajo rápidamente la escalera y estoy junto a el.
-¿Crees que vas a poder pedalear hasta allá?
-¿Estás acaso poniendome en duda? Gaspar…- y me acerco a él hasta rozar los límites de la intimidad.- como sigas con esos comentarios, yo no voy a respionder en lo que haga, ¿comprendido?
-Me mira, intentando descifrarme, y luego cede- Por supuesto, vamos.

Cuando llegamos, estoy con un dolor rozando el delirio, pero no importa. Lo he hecho. No necesito a nadie. Entramos en silencio, y la primera en recibirnos es Leonore, por supuesto. En cuanto ve a Gaspar se ruboriza, y aprovecho la situación.

-Cuanto rubor, Leonore, ¿tanto nos has extrañado? Porque no hace mucho calor que digamos.- Le toco la frente.- Pero tu estás que ardes, ¿tendrás fiebre?- me mira con cara de pocos amigos y se libra de mi brazo con un manotazo.
-Vamos, Alex sigue en la misma condición, Gaspar.

Gaspar no dice nada, y se mantiene inalterable, antes de caminar hacia la sala blanca. El lord psiquiatra. Había olvidado que era psiquiatra, y que le había pedido ayuda… que mas va, ya no le necesito tampoco. Entramos a ver a Alex, y dentro de la sala, todo me parece inexistente, incluso, pareciera que el tiempo se detiene en este sitio, y no comprendo bien porqué. Escucho, como si estuviese lejos de mi, a Gaspar diciendo “administrale 8 mg diarios de Risperidona en dosis de 2 mg”. Lejos, demasiado lejos. De pronto, se me apagan todas las luces, y se enciende un solo foco, en el que veo a un guardia sin rostro junto a Alex. El mismo guardia que solía ver. No puede ser. Intento moverme, y no puedo, intento gritar, y mi voz no emerge. Abro la boca y solo sale humo, como si me estuviese consumiendo. Soy una espectadora sin cuerpo, soy una mente observando, y comienzo a dudar. ¿Dónde se van mis pensamientos? ¿Dónde está el hilo de cohesión? Oh… mis pensamientos se están desintegrando.
Reacciono, y estoy en la sala de espera, con menos dolor en el pie, y con los brazos ardiendome, y las mejillas tambien. Junto a mí está Leonore.

-¿Qué ha pasado?
-Leonore me mira, entre horrorizada y aliviada-¿Daire?
-¿Quién mas se supone que voy a ser?
-Tuviste una crisis, querida… no respondías, hablabas una montonera de cosas sin cohesión la una de la otra, y tratabamos de frenarte, pero estabas absorta, no sabemos en qué.
-me levanto las mangas del chaleco y veo montones de cortes. Respiro.- ¿y tampoco pudieron frenarme de esto?
-Nos amenazaste…
-Supongo que en las mejillas no tendré cortes, ¿o si?
-Ahí te rasguñaste.
-Bien. ¿Dónde está Gaspar? Quiero irme.
-Buscando provisiones.

Aparece Gaspar con dos maletas gigantes, y cuando me mira, instantáneamente sabe que volví en mí.
-Al fin… ahora si podremos irnos. Leonore, ya sabes la dirección, cuando lo desees, puedes ir a buscar tu auto.
-¿Estás seguro de que Daire está en condiciones de seguir? Ya viste lo que paso hoy…
-Deja que yo decida eso. Daire, vámonos.

Me siento como un objeto en disputa, y también me molesta eso. Volteo hacia Leonore y le digo al oído “espero vomitar en tu auto”. Le sonrío, y sigo a Gaspar.
Mientras va manejando, descubro que en realidad no se que tienen las maletas. Y odio no saber. Así que decido mirarle con odio hasta que se de cuenta, y cuando se da cuenta me mira de reojo un par de veces.
-¿Qué pasa?
-¿Qué hay en las maletas?
-Pues… provisiones, claro.
-No juegues conmigo, ya se que hay provisiones, pero tantas? “hay que ser precavidos”- le imito de la forma más burlesca posible.
- Unos informes de mi trabajo, ropa, tuya y mía, alimentos no perecibles, agua, algunos artículos de primeros auxilios. Eso en una maleta
-Ya. ¿y en la otra?
-Explosivos.- y gira con calma en el desvío de la autopista.


-Concéntrate, Daire, vinimos acá a trabajar, no?
- Lo tengo más que claro, ya te dije… dentente-con-los-desafíos.
-Entonces trabajemos, te daré el gusto de otorgarte la primera misión. Esta maleta es tuya.- y la deja sobre la mesa, junto al hacha.
-¿Me vas a entregar un puñado de explosivos así como así?
-Si, creía que podías con todo, y no necesitabas a nadie. Entonces, adelante. No es tan difícil, ya has visto como ha ido mi misión con el Banco. Hay que plantearse un objetivo, buscar la primera parte de la cadena causal, ser precavidos, atreverse, y saber actuar.
Guardo silencio un instante, ya que de ser por mí, pondría explosivos en cada edificio de la ciudad sin discriminar a ninguno, para no hacerles sentirse tan mal, pero hay que ser selectivo a veces. – Hay que hacer volar las sedes de los partidos políticos. Todas. Motivos… de sobra.
-Pues así será. Llamaré a Sid para que nos ayude con la parte logística.- Se para, y se apresura a irse.
-Espera. ¿No me dirás nada por lo ocurrido hoy en la guarida?
-No es momento. Primero lo primero. Y se va.

Me quedo yo en la habitación, con la maleta de explosivos, el hacha, y la sensación de estar cerca de volver a abstraerme al punto del delirio. Cierro los ojos, intento concentrarme en la sensación de bienestar… yo soy capaz, no tengo miedo, no tengo miedo, no tengo miedo

-El miedo no es malo.- abro los ojos de golpe, y la veo a Ella, sentada frente a mí, mirando al piso, adonde pertenece.- no es malo si aparece cuando corresponde. Es una defensa natural del organismo, y la voluntad decide, si huir o luchar.

Cierro con fuerza los ojos. Ella no está aquí. Me sacudo hasta el cerebro para desaparecer esto.
Huir o luchar.
¿No son todos los días esto? ¿No es que se ha perdido el miedo a lo desconocido por la comodidad y la satisfacción de repetir todos los dias lo mismo? Como un mantra sagrado, apegarse al reloj, a la rutina, al trabajo, al estudio, a la vida. Huir o luchar. Todos están luchando por huir, pero de huir para luchar, nadie, jamás.
Desde el piso montones de seres angustiados, cansados, se lamentan y se retuercen en su propia anhedonia de lo que han hecho de si mismos. De mirar a las estrellas, no.
Y desde nuestras propias tumbas, nos levantamos, para huir, por luchar.

Vuelvo en mí, y ya se perfectamente hacia donde tengo que ir.

Entre ríos.

jueves, 9 de mayo de 2013

Por: Prometeo

"Entre ríos de gente estamos en esta ciudad. Parecemos distantes, pero es inevitable la inmensa unidad que llevamos, cada gota de agua afecta a la otra de manera irremediable, todos nuestros destinos están atraídos  entre si, estamos unidos ferreamente a una única cadena causal que nos da el producto del hoy. Hay una relación de identidad entre el yo y el mundo, todos somos todo, hay un proceso de alimentación reciproca entre el mundo y el desenvolvimiento de nuestro ser, ese proceso es lo que llamamos tiempo, y no es mas que las diversas transformaciones del presente"

Capitulo I

Un rayo de sol entró por la sucia ventana, mal cubierta por la cortina. Mis ojos se abrieron con desgano, lentamente, vislumbrando partículas de polvo que flotaban en aire. Siento la humedad de mi saliva en la sabana, tengo la mejilla entumecida. Estiro mi cuerpo a través de las desordenadas sabanas, característica propia de una cama que no recibe tiempo de orden. Saco los pies del refugio de edredones y los coloco sobre el suelo alfombrado, refugio de polvo y pelusas, repleto de quemaduras de cigarrillos que escaparon aun ardiendo. Froto mis ojos, aun aletargado, intentando persuadirme de dar por iniciado el día, de renunciar a las tremendas ganas de volver a la cama y cerrar los ojos. Un largo bostezo da el veredicto, me levanto en ropa interior, me acerco hasta la ventana y la abro. Al dirigirme al armario en busca de ropa me he preguntado cual es el sentido de sacar una prenda nueva en un día como este, tan regular como mi sucia ropa que llevo usando durante tres días seguidos. La decepción constante repercute inclusive en sentido estético e higiénico. Me coloco la misma ropa de ayer, una camisa blanca con pequeñas manchas de aceite, un jeans gastado y roto a la altura de los pies por falta de basta. Antes de dirigirme a la puerta, examino mi desordenada habitación. Todas mis pertenencias reposan en diversas cajas a las que jamas preste un poco de mi tiempo. Tan solo saque unas cuantas prendas de ropa y las puse en el armario sin orden aparente. Debe ser que aun no me acostumbro a esto, aun desconfió profundamente de mi, de esta estabilidad a la que tan poco estoy acostumbrado. Ya van dos semanas desde que he salido de rehabilitación y vine a vivir a casa de mi tía Irene. La verdad, no he desempacado mucho por que pienso que tarde o temprano recaeré y volveré a esa habitación de paredes blancas que me acompaño durante mas de dos meses. Y es que, a pesar de la rehabilitación, hay algo que sigue siendo una constante. La vida me resulta tremendamente decepcionante, un repetitivo salto de una carencia en otra. El imperio de la necesidad no ha perdido terreno durante mi periodo de intensa adicción, ni durante el tiempo de abstinencia y rehabilitación, menos ahora, al salir del centro y regresar a mi ciudad natal. Estas dos semanas me he dedicado a deambular por las calles, cerca de las siete de la tarde me gusta sentarme en una banca y ver a la gente pasar, acariciar a los perros y dejar que el tiempo se consuma, evitando pensar demasiado para no deprimirme. Si me deprimo demasiado se que estaré al borde de la recaída, siempre funciono así. Todos esos "nunca mas" quebrantados antes de siquiera poder asimilarlos, auto-promesas rotas como copas de cristal pisoteadas.
El gran problema de todo esto es que no se que hacer. Entre en rehabilitación para recuperar mi vida, y ahora que salí, ahora que llevo sobrio dos meses, dos semanas y tres días, siento que nada ha cambiado, que sigo viviendo una vida enferma, carente de propósito o dirección. En mi cabeza tengo la idea de que malentendí todo, que realmente jamas poseí mi vida, sino al contrario, fue ella quien se ha impuesto, fue ella quien siempre me ha poseído.
Mas vale no darle espacio a la rumiacion mental por ahora, sera mejor distraerse un poco para no caer en depresión. Tomo la manilla de la puerta.


Siento un malditamente incomodo hormigueo en el brazo, no puedo dormir así. Tengo un calor agobiante en mi sudoroso y desnudo cuerpo, las sabanas están completamente sulfatadas. Abro lentamente mis ojos y veo un techo pintado con diversas figuras famosas y frases clichés  No es mi habitación, evidentemente, yo tengo muchísimo mejor gusto. Las cortinas están cerradas, aunque por su delgadez, la luz consigue penetrar de cualquier forma en la habitación  Junto a mi, una mujer rubia, de unos veinte años, desnuda, duerme profundamente, es ella la causante de mi agobiante calor, y de la incomoda sensación en mi brazo. Saco mi brazo con delicadeza, ella suspira entre sueños y sonríe. Es hermosa, un poco estúpida, pero hermosa. Me siento al costado de la cama, entre sueños la mujer extiende su brazo hacia mi y balbucea algo que interpreto como un "vuelve a la cama". Pobre tontita, es hermosa, pero jamas podrá tener a alguien como yo, sencillamente no esta a la altura. Camino desnudo hasta el baño, abro la llave del agua y refresco mi rostro con ambas manos. Levanto la vista y clavo mis ojos en el espejo. Una grandiosa figura me sonríe, últimamente, la única figura que no me irrita de sobremanera. Camino hasta la habitación nuevamente y empiezo a vestirme. Una camisa con extraños diseños de arañas en un fondo rojo, bestialmente llamativa, pareciese como hecha para mi. Abajo algo mas sobrio, un pantalón negro, ni demasiado estrecho y demasiado ancho, esta en su perfecta medida, como cuido que sean todas las cosas con las que me relaciono. Se que es difícil de comprender, pero para mi, resulta imprescindible el que las cosas respondan según lo estimado, y lo estimado no es otra cosa que lo que merezco. Me enerva el desbalance natural del mundo, la causalidad maldita que a los mediocres enaltece y a los de mi especie, los que se entregan a la brillantéz y maestría con entereza, desfavorece de manera imperdonable. Estoy forzado a convivir entre ojos que solo detectan superficies, manos incapaces de soportar profundidad, es mi batalla esta, la liberación ante la mediocridad, resistir la negación de mi merecido reconocimiento, es mi situación esta, yo contra el mundo.
Alguno que otro imbécil adinerado compra mis pinturas, sin entender nada de ellas, y  permite evitarme el tener que mezclarme excesivamente entre las multitudes parlanchinas, reproductoras de basura auditiva. Gracias a esos tarados puedo tener tiempo suficiente para potenciar mas y mas mis numerosos talentos, ademas de entregarme a mis diversas necesidades cuando estimo conveniente. Se podría decir que tengo una buena vida, cualquiera estaría cómodo en mis zapatos. Pero yo no soy cualquiera, y esto no es suficiente para mi. Necesito tocar el cielo, volar, encandilarlos a todos. Yo solo puedo ver reflejada mi imagen con mayor claridad en el horizonte. Llevo en mi sangre el legado de los hombres capaces de mirar en la profundidad de los abismos, he sido capaz de vislumbrar mi propia eternidad y necesito transmitir esta visión. La pregunta es ¿Como? ¿Tiene sentido invertir la propia profundidad en construir una imagen en un mundo lleno de ciegos? ¿Vale la pena dar conciertos a los sordos? Giro la manilla de la puerta, hasta nunca tontita, ha sido un placer.


Llevo despierta horas y horas. No puedo ni quiero conciliar el sueño, mucho menos aun, quiero estar aqui, despierta, en medio de tanta oscuridad. Llevo llorando horas, la almohada esta mojada y me da asco, me doy asco yo misma por estar postrada, muriendo de tristeza. Me da asco el pasar las horas de esta manera, compadeciendome de mi, de mi madre, del mundo entero. Miles de niñitos se estan muriendo de hambre en un continente lejano, otros tantos aca apenas comen, tienen zapatitos rotos y pasan las noches en pleno frio de la calle o bajo puentes. Ellos parecen mucho mas vivos que yo, que tengo todo para hacer lo que quiera con mi vida. Pero el problema es ese. Ni siquiera tengo como motivacion el sobrevivir, ya nada me ata a la vida, estoy completamente sola. Todo es culpa de mi madre, todo es culpa del mundo que me la ha quitado siendo lo unico que tenia, todo es culpa del asqueroso mundo que no me mato a mi en lugar de ella. Hace horas pensaba si levantarme, pero no he conseguido tomar una decisión, si la he tomado, ha sido en forma pasiva. Me da una tristeza horrible el pensar en comer en nuestra mesa, hoy, sola. Me da un miedo inmenso el recibir un llamado con preguntas sobre el funeral. La verdad, nisiquiera se si quiero asistir. La verdad es que no he podido evitar las ensoñaciones en que un cuchillo se clava en mi garganta, o que su filo baila con las venas de mi brazo. Asi nos enterrarian juntas, asi no nos separariamos de forma tan injusta.
Que asco, ni siquiera soy capaz de asistir al funeral de mi madre sola, de seguro me reprocharia ahora mismo esta terrible actitud. Me incorporo lentamente y con dificultad en la cama. Me coloco una blusa negra con a duras penas. Siento la humedad de la sangre en mi brazo, el roce de la blusa ha generado que las heridas producidas por las automutilaciones se vuelvan a abrir. Las lagrimas siguen brotando de mi rostro, ya no hay un objeto especifico para ellas, ya no es mama, ni las heridas en brazos y piernas, no son las burlas de mis antiguos compañeros, tampoco la partida de mi padre luego de intentar abusar de mi, estas lagrimas son culpa de la vida, de este broma cruel en la que me vi sumergida. Por que el sufrimiento es la esencia misma del vivir, el resistir los embistes del frio viento, del vacio constante en nuestro interior que va devorando todo lo que somos y vivimos. Y ni el ignorar vale, estamos en medio de un rabioso mar intentando no ahogarnos por sus embistes, da igual que cierres los ojos, no dejaras de sentir el frio del agua y los golpes del iracundo oleaje.
Acabándome de vestir, con un traje obviamente negro, camino hacia la puerta. Tengo que ir al funeral, se lo debo a mama.

Son las tres de la tarde, estoy una vez mas en esa banca de calle Mayo, justo frente a la torre de Concilio. Los perros no se me acercan, quizás notaron mi estado de animo y evitaron contagiarse de esta maldita nausea, muy Sartreana, no era sencillamente un adicto, siempre se dijo de mi que tenia un tremendo potencial, pero que acababa desperciandome por malestares existencialistas que desembocaron una destructiva combinación con mi adicción  Se decía de mi que seria grande, soy una promesa incumplida, a los 24 años no he hecho nada de todo lo que se que soy capaz de hacer.  Me enerva que mi vida decaiga por razones prácticamente metafísicas.
-Buenas Tardes.- siento la banca bajar de nivel, se ha sentado alguien.
Miro a mi lado izquierdo y veo un rostro de un tipo de unos 28, tenia el cabello castaño ni muy largo ni muy corto.
-Buenas- le dije con tono impaciente, me he acostumbrado tanto al silencio que ya me cuesta bastante levantar una comunicación optima. Me inquieta el errar en la situación.
-Es curioso como se va quemando el tiempo...-dijo en tono calmado- ¿te das cuenta? Estamos enfrentados directamente a una condición de irreversibilidad, cada cuestión que hacemos o somos es siempre definitiva, es un instante de nuestra vida, de nuestra existencia entregado a una u otra cosa, y todo aquello nos determina a nuestra expresión actual.
Lo miro detenidamente, no esperaba este tipo de conversación. El tipo luce pensativo.
-Imagínate, somos una especie de cigarrillo consumiéndose,  no hay marcha atrás  el tabaco se ira quemando  y en algún momento se terminara. Lo que sorprende es que, si asumimos el sin sentido de la vida nos libramos de la responsabilidad de responder a un orden mayor, esta vida, este destello de la existencia, queda a merced de nuestra voluntad, somos responsables de lo que somos, pero la pregunta incomoda es finalmente ¿Que estamos haciendo con nuestra vida? ¿Es que hemos renunciado a nosotros mismos? Miles de vidas se pasan de forma silenciosa, prototipizadas por los medios que han calado con una profundidad inmensa en la sociedad. Esos montones de gente que gustan de lo que les dicen que gusten, obligados a alimentar incluso con nuestros intereses, sus ganancias. Hemos perdido gran parte de nuestra vida, de nosotros mismos, en cuestiones que solo buscan silenciar el ímpetu de las diversas pasiones. Han buscado la mejor manera de opacar todos los talentos que no resultan productivas para los intereses de unos pocos.- luego de terminar me miro fijamente- ¿Es así como queremos vivir nuestra vida?
-No.- me veo con 50 años sentado en esta plaza, viendo a la gente pasar. ¿Esa va a ser mi historia?
-Amigo mio, esta pasando, somos nuestra vida, de nosotros depende el guion.- Se levanto de la banca.- Ha sido un placer.
No se bien que decirle, estoy algo colapsado.
-Toma esto, si algún día quieres conocer algo interesante, tan solo ve- me extendió una tarjeta.- Bien, me retiro.
Dio media vuelta y se marcho por la calle, mientras caminaba extendió su mano a una planta al costado y corto una de sus flores.

No queda mucho, ya estoy en calle Mayo. Solo quiero que esto pase rápido  que el funeral sea tan rápido que ni me de cuenta cuando ya este de nuevo en cama, quizás dormir pueda ayudarme a calmar este horrendo vació  Un hombre de cabello castaño, de rasgos ligeros y caminata segura viene en dirección contraria. Tiene una flor en la mano y luce una gran sonrisa. No lo envidio, sencillamente me provoca una curiosidad inmensa lo que seria eso, tener a alguien que pueda acompañar, que pueda mermar este vació  como mama solía hacer. Pero no se me da, sencillamente me aterran las relaciones, mas miedo me produce el contacto físico  Mi terapeuta diría que es ese trauma jamas superado, mi padre me marco con una cicatriz psicológica  El hombre me dirige la mirada y me sonríe ¿Que hago? Se coloca frente a mi.
-Mírate, esa carita tan linda abrumada por la tristeza- extendió la flor desde su mano y me la ofreció mientras sonreía.  Tiritando he tomado la flor. - Si tus ojos abandonaran el letargo, te aseguro que encandilarías al mundo. Los embistes de la vida son profundos, mas, a pesar de todo, estamos aquí  habiendo tantas probabilidades de morir constantes, hemos seguido aquí  nos han golpeado, pero jamas acabado. Somos guerreros experimentados, quizás habría que confiar mas en nuestras capacidades, quizás así, podamos ir ganando batallas.
Aprieto la flor contra mi pecho ¿Quien es este hombre y como es que esto esta pasando? ¿Es posible que alguien vea algo de luz en mi? Luz que ni siquiera yo soy capaz de vislumbrar.
-Tengo la seguridad de que nos volveremos a encontrar, espero que tus ojos para esa vez, sean un par de faros- Me ha abrazo, estoy paralizada.- Te deseo suerte superando estas penurias que veo sobre ti.
Se ha separado, me ha mirado con una sonrisa y se ha ido caminando. Estoy inmovilizada en plena calle Mayo, frente a torre Concilio. Me he dado la vuelta y veo al hombre alejarse, y a otro al que se le han caído algunas cosas al piso.

La puta madre, estas malditas mierdas de carpetas que se caen y se desordenan. Ahora tendré que reordenar todas las hojas de las putas monografias. Mírame  como un torpe recogiendo las hojas del suelo, esto no esta a la altura de mi brillantes. Odio estas malditas calles, sobre todo esta, Mayo, no puedo dejar de repetirlo en mi cabeza. Carpeta hija de puta, no he podido evitar tomarla y lanzarla lejos ¡No eres digna de mi, maldita puta! Un tipo de vestimenta curiosa viene de frente, una camisa verde con diseños de neuronas conectadas por choques electricos. Este hombre aparenta no ser un cualquiera. Debe tener unos 25 años, su piel es clara y su cabello castaño. Mas atrás una mujer esta parada en la vereda, mirando en esta dirección  ¡Ni se te ocurre reírte de mi! ¡No tienes idea de quien soy! El hombre se acerca a la carpeta que lance y la levanta del piso. Abre la carpeta y pega una ojeada a su contenido. Al cabo de un rato se me acerca.
-Curioso esto que estas leyendo. Hoy en día es difícil encontrarse con lectores de Schopenhauer.- dice serenamente- No se por que tengo la idea de que eres un artista, tu comportamiento pasional, que no juzgo impropio, por supuesto, me dice que puede que no me equivoque.
-Pues así es, al parecer eres buen observador. Soy pintor, actor, escultor, músico, ademas de tener un buen dominio de las artes culinarias, y un conocimiento avanzado de perfumería  Ademas de inventor. Si señor, soy un artista, pero el mas completo que has visto.
-¡Vaya! No te desperdicias por lo que veo, tantas artes requieren de una disciplina y una entrega tremenda. Es difícil encontrar hoy en día gente que tienda a la búsqueda de la maestría.- me dijo con mirada de aprobación.
-El auto-desperdicio es propio de los hombres mediocres, aquellos que el mundo casi ni se entero de que existieron.-
-Tenemos acuerdo.- me dijo pensativo, saco una tarjeta de su bolsillo y me la entrego- Tanto talento me intriga, quizás pueda ayudarte a que tu vuelo sea visto por mas. Pásate por ahí algún día, esta mi numero ahí.
Me hizo un gesto de despedida con la cabeza y se marcho.






Delirio: el ahora no es (X 3/4)

miércoles, 8 de mayo de 2013

Publicado por Gwÿnt.

Décima parte y tres cuartos: Arrancar. (suena como cuando se va a comprar carne. ¿me da un decimo y tres cuartos de delirio, por favor?)

-¿como supiste que el asunto de lso politicos aquellos era buen sitio para traerme?
-Ya te dije- contesta con tono estoico y distraído, mientras gira el manubrio.- , Síd me ha contado lo de ayer, y sé como actúas cuando eres irascible. Recuerda que te conozco hace tiempo. Reaccionas así.
-Así como- gruño molesta, sin siquiera ponerle el tono de pregunta a lo que digo, a la vez que recuerdo aquellas veces de alucinaciones y pesadillas atada a una cama y viéndole como una sombra.
-Buscas formas visibles, un tanto irracionales y destructivas de desahogar la ira.
-Bah- vuelvo la vista hacia la calle.

Veo que Gaspar saca un estuce de cd's y coloca uno en la radio, con sumo cuidado. Cuando suenan las primeras notas de piano, aterrizo y me integro un poco.

-Me mira por el retrovisor.- ¿te agrada este músico?
-No.
-Ríe despacio e intenta disimularlo.- yo creía que te gustaba Satie.

No me hace gracia, nada me hace gracia, y cada segundo comigo misma se vuelve una bomba de tiempo, sin existencia de un cronómetro. Sólamente cada pensamiento se vuelve combustible y mi corazón arde en llamas. Comienzo a imaginar como se vería mi cuerpo en llamas, mis cenizas... ojala nadie las recogiera, ni siquiera el viento.
Cuando llegamos, bajo y camino con un intento de furia hacia la entrada. No sé si Gaspar me sigue y me vale, lo odio, estoy desbocada. Me asomo al mesón principal.
-¿Donde está Leonore?
-¡Daire! ¿Donde mierda has estado?
-Eh... -le miro, tiene cada de ausencia- disculpa, pero no tengo puta idea de quien eres-ni de quien soy- ¿Donde está Leonore?
-Pone cara de perro muerto, y luego echa a andar- sígueme.

Me lleva por el pasillo, una puerta, dos, tres...7....13...
¿Hasta el final del pasillo? ¿qué pasó?
-Leonora está con Alex en la sala blanca y Francesca está en el quirófano con el kinesiólogo.

Se va, y acá quedo ¿yo?, frente a dos puertas con dos perspectivas tan mias, y tan ajenas a la vez. ¿Qué es lo mío? ¿Pueden dos cosas tan alejadas ser parte de lo mismo? Que la timidez e inseguridad esté herida, y que la euforia explosiva esté encerrada... ¿Yo que soy,maldita sea? Soy los dos, pero estoy acá, y algo no me cuadra. No me entiendo, ni entiendo esta situacion... Decierta forma, sé que soy responsable, pero no recuerdo de que forma.Tengo la adrenalina desbordandose de mi cerebro, no debería ir rabiosa a perturbar a Francesca. Decido entrar a la asquerosa sala blanca, a ver que me puede mencionar Leonore de esto.

Entro , y veo a Leonore sentada en un silloncito, frente a una cama, donde está atado y sedado Alex, mi ensoñación, el payaso encarcelado. Correas de mierda, corrosivas, rompiendo sus muñevas... ¡como te vamos a liberar! Como paso esto... Leonore me toma del brazo.
-No seas tan rumiante y dramática, Daire.
-La miro, taciturna- ¿dije todo eso en voz alta?
-Sí, faltaba poco para que saliera Shakespeare con la calavera en mano.
-Bueno-le corrijo- tecnicamente, no sería él quien aparecería, sino Hamlet, el personaje creado por Shakepseare que es conocido por...-me mira con rabia contenida- tener...una....calavera. - sonrío y sigue mirandome impenetrable.- ¿que ha pasado?
-Una riña luego y A CAUSA de que te fueras.
-Mentira, nada me asegura que antes de eso no hubiese antes un ambiente tenso.
-Fue por tu causa y puto. Alex lleva días encerrado en sí mismo, acumulando su rabia, su melancolia y vaya a saber yo que más. Sus demonios decidieron apoderarse de el en un mal momento, Francesca quiso contenerlo,  ya sabes, este es el resultado.- dice mientras retrocede y levanta las manos. Por un segundo imagino todo esto como un gran show televisivo, y decido cambiar de canal.
-Siempre... es buen momento para que salga la rabia.
-¿Así piensas?- me mira desconcertada- Daire, a veces no tengo idea de quien eres.-que suerte, a veces, yo nunca lo sé.

Se va de la habitación. Parecía enojada. Me acerco a Alex, y no sé porqué, pero le toco la punta de la nariz, y ahi comienzo a sentir el tacto. Esto es novedoso, ahora hasta los pies parecen estar en el piso y la sangre parece fluir, parece una nueva realidad de la que dudar. Lo miro, y sigue dopado, ni se inmuta. Mierda. De pronto, recuerdo que era conmigo con qien estaba enfadado. Suspiro, emerge un pequeño gruñido, y me voy.
Asombrada de como estoy observando y percibiendo todo, de forma tan distinta, casi drogada, me acerco al quirófano y entro. Veo a Francesca. Tiene un ojo en tinta, un pómulo cortado (claro, Alex y su puto anillo), la nariz enderezada, además del yeso en el brazo derecho, y en dos dedos del brazo izquierdo.
Me acerco más, y le veo el torso enyesado. ¿Costillas rotas? ¿Tanto? Esta obra de arte parece resultado de unn artista totalmente bestializado y despojado de ... de todo precepto moral, hasta del precepto del ser. Alex, siempre un kilómetro adelante.
Francesca me escucha, y como puede, voltea a mirarme tímidamente.
-¡Hey! la desaparecida - y sonríe suavemente.
- Seré desaparecida, peroe stoy mejor que tú-lanzo una carcajada y el doctor me mira con desaprobación.
-Lo sé... ahora solo falta que el tiempo pase para que mejore.- fija la mirada en el piso. Se ve tan fragil, tan pequeña, que me dan ganas de abrazarla... apretarla, y romperle todos los huesos.
-Pasará, creeme. ¿Nunca te han dado un buen puñetazo?
-Levanta la cara y me observa escandalizada- ¡Jamás! ... ¿y a ti?
-Un par de veces, y ya ves...- cuando voy a señalizarle mi rostro, recuerdo que no lo reconozco como propio.- ¿charán?
-Hmm... supongo.
-Francesca, ¿qué paso?
-No recuerdo muy bien, solo séque Alex iba a golpear a alguien. Estaba fuera de control, así que me interpuse, agarrándolo de los grazos. Me empujó fuertemente, tomándome del antebrazo tirandome hacia atrás , estaba cegado, vi sus ojos y no le encontré ahí. Cuando cai sento el dolor en el brazo y los dedos. Me pegó dos veces en la cara, y luego de darme una patada en el torax, su expresión cambia. De furia, pasa al horror y la desesperación. Ahí es cuando se lo llevaron a la sala blanca.

Estoy atónita. No sé como Alex ha podido parar.

-Explosion inminente - suelta alguien en la puerta, y camina hacia nosotros. ¿Le temes ahora, Francesca?
-Oh, no - y recalca la respuesta sacudiendo su cabeza.- Sé que el no era el mismo.
-Fuiste muy valiente al enfrentarlo.
-Tengo mis idealoes también. Tal vez no represento siempre coraje ni la viva expresión de mi afán de libertad, pero esta vez...sucedió. Quise defender a alguien.

Gaspar volte, y se queda observandome fijamente, antes de salir. Le sigo, mientras saboreo la voz de Francesca, dulce, pero imponente.
-¿Porque me miraste de forma extraña?- apenas puedo seguirle el paso.
-Escuchaste lo que dijo -sin detenerse
-Si
-¿Y lo procesaste?- Se detiene .- No juegues a ser la bruta irracional. Sé que piensas, mucho, todo el tiempo. Aplícate... y comprométete, o te vas a hundir.- todo esto lo ecscupe con verdadera molestia, acelera el paso y desaparece. Quedo a medio pasillo de la nada.

_____________________________________

La noche no transcurre bien. Decido levantarme y salir al patio a fumar ansiosa, me tiemblan las manos.  Cuando salgo, prendo inmediatamente el cigarrillo, y mientras me pierdo en las primeras bocaadas - roguemos a dios, nunca - , veo en la puta escalerita de madera una silueta. Es Gaspar. Maldigo,y me acerco.

-¿No es perjudicial el alterar los ciclos circadianos?- suelto irónicamente.
-Soy persona, Daire, tambien puedo tener insomnio.
-Pareces preocupado
-Oh- me mira-, lo estoy.
-Aspiro otra bocanada, y ante su silencio, acelero.- ¿Porque?
-Has anochecido curiosa ¿eh?. Vendí el auto
-¿Ta de pronto?
-Si, pero no saqué el cd de Satie.
-Y te preocupa el cd...-me aguanto la risa.- Pues saca otra copia.
-Daire, puedes saber mucho de muchos asutos, pero de la vida personal de los demás, no.
-Parece bastante consternado, por lo que me obliga a... a decir...-Perdon. -me mira con una expresion entre impresionada y desconfiada, y luego sonríe. Sus dientes tienen un tono grisáceo brillante, por lo que quiero ser gentil.- ¿Te apetece fumar?
-Se levanta, tan alto,maldito.- Alíñale.
-Le paso un cigarro y el encendedor, mientras me pierdo en una ensoñación por ese "alíñale". Revivo en este plano y lo miro.- Te gusta fumar en silencio.
-¿A mi? No, es que estoy preocupado de veras.
-Dejalo ya.
-No...- duda, mucho- debería esperar a mañana. Si. Mañaa os diré.
-¿A quienes? ¿Que? ¿Qué pasa?- Tiro el cigarro y lo miro, curiosa.
-Mañana. No es un asunto solo tuyo. Mañana.- fuma, y bota el cigarro, mientras voltea hacia mí. Gracias ¿eh?
-De nada. No vuelvas a esperar un favor, como te atrevas a dejarme de nuevo con una duda te masacro, hijo de puta.

Refunfuño y echo a andar de vuelta al recinto. Una vez de vuelta en mi habitación, me asomo a la ventana y alcanzo a divisarlo dando vueltas en bicicleta. Intento volver al sueño, mientras se me repite su imagen dando vueltas.
____________________________________

Despierto exaltada. Mierda, el comunicado de Gaspar. No me preocupo ni de peinarme y aparezco en la sala de estar. Solo están él y Leonora cuchicheando.
No notan mi presencia, carajo, algo hay que hacer.

- HOLA! BUEN DÍA.- grito con los brazos en alto, y me siento entre ellos.- ¿que cuchicheaban como ratas golosas y regordetas?- estoy segura de que deben pensar que estoy maniaca, y tal vez lo estoy.... porque los estoy abrazando, dejo de sonreir,los miro, y los suelto.
-Vaya- carraspea Gaspar-, veo que tu exceso de dopamina se ha extendido? Habrá que verlo
-Pongo cara de ansiar matarlo.- ¿que era eso taaaaaan importante y misterioso que no podías decirme antes? ¿lo dirás? Ilumínanos, Oh antares de la luz!
-Daire- interrumpe Leonore-, como que vuelvas a hablar te inyecto una caja de ampollas de serotonina,¿oíste?- claro, la tipa esta enamorada de Gaspar. Que bonito.
-Viva el quiebre de lo establecido... - digo de mala gana, y callo.
-Bien, tu gracia contra el evento de la izquierda en la calle ha sido un poco cara. Tienen fotos y registros nuestros, más tuyas. Tienen tus datos, y probablemente vayan a localizar nuestra residencia, y de ser así, todo el material.
-Lo miro, en shock- eh... osea que... he puesto en riesgo todo el plan. Recien en la etapa inicial y lo he jodido todo.- Me paro, desesperada y enrabiada, empuñando las manos para aguantar el arranque.
-No, querida- suelta la puta de Leonore con el tonito más condescendiente que encontró en su repertorio-. Se les podría enviar a un lugar temporan, hasta que esto pase y tegas al menos una identidad nueva.

Miro consternada a Gaspar, que se levanta, y me pone una mano en el hombro- Ese es el problema, "tu equipo de "trabajo",el sedado de Alex y la maherida de Francesca tienen que acompañarnos... pero claramente, ahora no pueden.
-Espero en silencio a que sigan hablando....algo...pero no lo hacen- Bueno,por la mierda, ¿entonces?
-Otra cosa,- dice Gaspar, sin prestar atención a mi estado creciente de huracán.- No hay casa temporal.
-Saco su mano de mi hombro de un tiro- Podemos okuparnos algun departamento, lo he hecho antes. Podemos er inubicables, pero hay que buscar muy bien. Puedo irme sola y esperar que mis muchachos "vuelvan a mi" -con tono irónico
-Gaspar me mira perplejo- Pues... te estás desenvolviendo con mas seguridad sin Alex. No puedes irte sola, te acompañare a buscar sitio y a esperar que Alex y Francesca estén bien.
-Pero...-susurra Leonore.
-Gaspar la mira friamente- Tu puedes encargarte acá, no estás sola, y recuerda que tambie me tienen registrado. Por mantenerme acá, podriamos caer todos.

Veo en los ojos de Leonore el deseo de vivir con nosotros, más por el que por mi, y quiero reir cruelmente.Soy una desgraciada, pero el mundo tiene que arder. Yo echo cenizas desde siempre, me desvanezco. Con cada exhalación, la divina desintegración. Esta ciudad tóxica respira fuego en sueños.

Con pocas pertenencias por el momento, salimos, y miro al recinto por última vez. No lo extrañaré ni un poco.

-Pasará rapido el tiempo. Ya volverán Alex y Francesca- dice mientras trae su bicicleta y voy a por la mía.
-Oye, ¿puedes poner a Satie en esa cosa?
-ríe- Puedo tararearlo -y ahí rio yo. Es mejor, es mas facil y más rápido movilizarse así.
-Si. - escupo, mientras pedaleamos, cansada. He perdido práctica, y Gaspar lo nota.
-Creo que habrá que pedalear mas seguido. Hay que mantenerse en forma, listo para todo- votea a mirarme- y es que ahora, con sede propia, se viene la verdadera acción en la calle.

Rie nuevamente, gira la cabeza hacia el frente y acelera.

Continuará.



Secos los penachos, húmedo el corazón. XIII.

lunes, 6 de mayo de 2013

Un Viaje, una putada.

Con la guitarra en funda cosida a mano (una mierda de funda, pero bastante firme, que es lo que importa), emprendí el viaje a Bonafuerte, la ciudad hijadeputa, a buscar a José, Ramiro, o Daniela, algun puto indicio, Aunque José es el objetivo, joder un rato a Ramiro suena bien. Llegué a Bonafuerte cuando anochecía, ideal para buscar en los bares, necesitaba un plan, ya que José se fue del bar del que era dueño, quien sabe que haría por acá, tal vez lleva años y ya es propietario de mil bares, tal vez vive en la calle, tal vez fue a parar a un cementerio. En 30 minutos lo tenía todo resuelto, con guitarra en mano y actitud de juglar pregonaba fuera de cada bar que me topaba la historia del vagabundo José, quien encantado por la pelirroja Daniela, Surcó los mares del transporte público en busca del tesoro que escondía, y con un sombrero de copas, logró descubrir que tras el cofre solo aguardaba dolor, el dolor del engaño, en busca de la cura, José viajó mil noches a pie a Bonafuerte, y Daniela detrás, ahora el tesoro perseguía al pirata. Una buena historia, a la gente le gustaba y me di cuenta que con lo que entraba cantando esa historia podía tener una estadía mas lujosa que en mi ultima gira, o podía tener estadía y beber buen licor. Pasé varias noches en ese antro de mierda con buenos vinos, pero nada parecía darme una señal de José, o Daniela. Comencé a pasearme por los restaurantes a la hora de almuerzo, José paso meses en la calle, ya tenia mas de veinte años cuando comenzó la historia, tal vez el día de hoy ya no era un inmaduro veinteañero y ya no recorría solo bares nocturnos. Buenos almuerzos, me di, y José, el muy hijoputa aun no quiere aparecer. Con doble turno la hostería es mas acogedora y el vino es bueno, mañana será otro día.

_____________________________________________________________________________

Desperté con una erección como para ponerle plumas y barrer el techo... ¡BURDEL!. ¿Qué mas lógico que buscar a José por los Burdeles?, si cuando el sombrero le diera suficientes ingresos, en paralelo tenia planes para abrir uno. 

Lamentablemente al interior de esos lugares no puedo ir a tocar la cancioncita, y en sus afueras no hay mesas, ni gente que se aglomere al salir. Es hora de bailar y preguntar, imagino las caras de los que almuerzan y oyen mi historia al saber que de acá en mas me estaré gastando ese dinero en putas, al menos hasta tener alguna señal, o hasta no saber nada. Cojo la guitarra, y parto a la lavandería, la ropa ya me olía a mierda, y para estos menesteres, debo parecer un auténtico galán (Un simio con ropa limpia). Una vez con ropa limpia camino entre las multitudes, ¡a currar que hoy nos vamos de putas!, "rock n roll" como diría Beck... pasa el rato y el sol comienza a caer, la vereda es ahora mi amiga, y al rato comenzaré la parte más agradable de la búsqueda desde que desenterré el vino con el vago. Cuatro Ases parece un buen lugar para estar, todo de negro, pero mucho neon por fuera. La puerta se abre antes de que pueda empujarla, y en pocos paños de rojo color, se presenta ante mi una mujer, que me hace pasar, me ofrece un asiento y me ofrece la carta. La mayor mierda de whisky por el mas alto precio, pero así son estas cosas, siento que me aventuro demasiado, preguntar puta a puta por "José o Daniela" parece una locura, pero hay que estrujar el trapo hasta beber de el la ultima gota, en el taburete contiguo muy cómoda posa una rubia, la primera de muchas.

-¿Quiere el Menú señor?
- ¿Que puedes ofrecerme?
- Todo lo que tu gustes, siempre y cuando pagues el precio correspondiente.

________________________________________________________________________________

¿Qué es la productividad?, no encontré pista alguna de José, pero fue una noche bastante productiva. Con el incentivo adecuado tuve polvo e investigación, preguntará por los Cuatro Ases por José, y ya tocará volverse a ver, hoy extiendo mi búsqueda a otros lugares. Por ahora, toca ponerse en pie e ir a cantar a mas lugares, ya soy frecuente en la mayoría de los lugares, pero a la gente le gusta la historia. 


__________________________

Jok~

Concierto de Tripas.


MusicPlaylistView Profile
Create a playlist at MixPod.com