Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

Bienvenida Sangrienta Malvenida.

jueves, 7 de julio de 2011

Por: Prometeo

Cuarta Parte

¿Nunca has tenido esa sensación de vació, sin una explicación clara, cuando en tu vida todo marcha mejor de lo que esperarías? Siempre creí eso como un síntoma mas de esa enfermedad tan asquerosamente repudiable como era la adolescencia. "El tiempo sanara todo este mar de confusiones" me dije siempre. Quizás cometí uno de los peores errores que se puede cometer, ser prejuicioso conmigo mismo, o que se yo.

Ya van tres semanas sin soñar con la Sangrienta Malvenida. Van tres semanas en que no paro de pensar en esa sonrisa asquerosamente burlona, esos ojos caleidoscopio, esos labios con forma de mariposa, esos cabellos, esos putos cabellos rojos, que no eran cualquier rojo, sino el rojo menos natural que podía haber, y cuando digo rojo no digo rojizo, cuando digo rojo, digo rojo rojo. Sangrienta Malvenida no solo afecto mi realidad con su sueño, sino con su despedida y esa ilusión de aparición en el supermercado, en la realidad. ¿Te imaginas que realmente ella hubiese estado ahí? ¿Que clase de historia seria esta? Sangrienta Malvenida se me presentaba como la puerta de salida a esta rutina esclavizante, a esta vida robotica que sin darme cuenta acabe odiando fervientemente. Ya no quería seguir siendo una hormiga. Pero mi puerta de salida de un día para otro desapareció, dejándome encerrado en una vida que había decidido abandonar. ¿Frustración? Fue el nuevo elemento añadido a esta bonita vida de hormiga que no deseaba ser hormiga. ¿Pero que podía hacer? Solo habían dos opciones, seguir adelante como pudiese y adaptarme, o llevar a la practica el baile cerebro-nuevemilimetros que me enseño Sangrienta Malvenida. No puedo negar que la ultima opción me seducía mucho de vez en cuando.

-Me han despedido...-me dijo Sofia

En las ultimas tres semana han ocurrido numerosos cambios

-Se acabo el sueño de adueñarme de la gran ciudad...- me dice Sofia, con el animo a kilómetros de profundidad - No tengo empleo, se me ha acabado el poco dinero que tenia y aun tengo que pagar el alquiler del departamento.
-¿Que piensas hacer?- le pregunte preocupado.

Si, de verdad estaba preocupado. La verdad, Sofia, en las ultimas semanas se había transformado en mi único escape de la rutina hormiguesca. Ella era quien me calmaba las ganas de bailar con la nueve milimetros, ella era quien jugaba a hacerme reír y enojar, ella era quien de a poco, me decía que había alternativas a una vida un poco menos hormiguesca. Ella me regalaba su presencia, por voluntad propia, no por cumplir una rutina. Ella era mas que mi amiga, ella era el sostén de mi cordura, el único ser existente con quien me comunicaba de verdad. Sin ella, mi cabeza pondría candado a la puerta y se dejaría morir lentamente en la desidia.
Eramos como el matrimonio perfecto, solo que no tirábamos. Yo la entendía y al parecer, ella hacia lo mismo. Cualquiera pensaría que estábamos enamorados el uno del otro, sin comprender la magia y pureza de esta relación que se sustentaba simplemente en la necesidad de dos seres, de escapar de un mundo voraz y asesino.
Imagínate que despiertas en medio de un desierto, sin un solo recuerdo. Pasas años y años sobreviviendo y comunicándote solo con la arena, las rocas y los bichos. Un día, así sin mas, aparece otra persona. Esa sensación tenia yo con ella. Era el primer encuentro que tenia en pleno desierto con un ser que de verdad vivía, de verdad se comunicaba. Quizás has pasado por algo similar, quizás sigues hablando con la arena. Lo que es yo, me había encontrado con ella y no pensaba dejarla ir.

-No lo se...- me dijo mirándome con los ojos empapados en desilusión- quizás deba volver con mi familia, quizás tenían razón y aun soy una mocosa inmadura.

Y ahí llego la brillante idea, que casualmente no pensé.

-Quédate conmigo - dije - Vente a vivir acá mientras la situación se arregla

La humedad de sus ojos paso de la desilusión a la esperanza, la euforia. Nunca olvidare las mil y un caricias que me dieron sus ojos en ese momento.

-¿Estas bromeando?- me dijo
-No - le respondí
-Joooooodeeeeeeer! - dijo mientras se abalanzaba sobre mi y me apretaba entre sus brazos, como pretendiendo romper cada hueso de mi cuerpo- Gracias! De verdad Esteban! Muchísimas gracias!
-Por ahora, dormiré en el sillón y tu en mi cama- le respondí - mañana le diré a la señora Amelia que nos haga un pequeño precio por una de su tienda
- ¡A la mierda las camas! - me dijo, como de costumbre con esa sonrisa picaresca, clásica en ella - Con la tuya basta para los dos... o ¿tienes miedo que me aproveche de tu inocencia?

Ese juego tentador era parte de nuestro show. Pareciese que a esta mujer le gustaba jugar con mi naturaleza animalesca, que siempre creí tener bajo control. Mas le vale no jugar esos juegos cuando la jaula de mi naturaleza este abierta, o acabaría enfrentándose a la inocencia de un hombre de veinticuatro años, en la realidad moderna, donde el sexo se te ofrece desde la televisión, pasando por comprar una cajetilla de cigarrillos, llegando a la publicidad de los chicles. Sin mencionar, que dicho personaje lleva cuatro años de soltería. Inocente como la puta mas vieja del burdel.

-Me voy a la cama- me dijo sonriente - ha sido un día largo...
-Ya sabes donde esta- le dije - yo me iré a acostar en un rato mas

Me dio un beso en la mejilla, me sonrió y emprendió rumbo al cuarto.

-Esteban...- me dijo desde la puerta
-Dime- le respondí
-No se que haría si tu no estuvieses - me dijo con una sonrisa avergonzada - buenas noches.

No se lo dije, pero eso era mutuo. Ayudarla significaba ayudarme a mi mismo, lo tenia claro.
¿Aun tienes ese prejuicio de pensarnos como una parejita de enamorados? No te culpo, hoy en día nuestras cabezas están tan llenas de paredes, que no podemos evitar encerrar todo lo que se nos cruce. Si no entra en los esquemas, no existe y punto. Somos presos, especialistas en encerrarnos a nosotros mismos.

Ya había pasado una semana desde que se mudo a casa. Mi casa dejaba de ser esa guarida en forma de iglú. Con su presencia, la televisión se encendía tarde mal y nunca, la comida tenia sabor a comida y trasnochaba todos los días por quedarnos hablando hasta tarde a diario. Reconozco que era agradable llegar a casa y ser recibido con una sonrisa y un abrazo, pero no era suficiente.
Sofia me contenía, pero no me hacia olvidar mi rabia contra el mundo, contra esta asquerosa vida con forma de fotocopiadora, con cada fotocopia de día. Pero principalmente, no lograba olvidar a la Sangrienta Malvenida. No podía asumir que había desaparecido. Mas de una vez pensé en buscarla, pero mis grilletes racionales de hormiga me impedían siquiera intentar algo tan irracional como eso. Si, como lo vez, me encontraba en una eterna noche de domingo, esperando ansiosamente el lunes, el inicio de la nueva semana que daría un total cambio a mi vida. Pero la noche jamas se fue. Quizás por que no estaba preparado realmente para que fuese lunes, la verdad, me lo he craneado tanto que no se si vale la pena seguir con ello.

En la oficina la cosa había vuelto a ser lo que era antes de la aparición de Sofia. El hormiguero volvía a la normalidad, aunque odiase esto, debía acostumbrarme.
A medida que crecemos perdemos la capacidad de asombro. Estamos tan acostumbrados a adaptarnos, que de a poco la sorpresa va desapareciendo y vamos adaptándonos a las situaciones. A fin de cuenta, la mayoría de las situaciones no son tan diferentes una de otra. Naces, vas creciendo y te adaptas, aprendes el idioma, los valores, etc. De a poco se te inserta una ideología, te adaptas y la aprendes, la aplicas. Algunas cosas son malas, otras son buenas, si hacemos las malas nos reprenden, si hacemos las buenas, nos premian. Cumples 6 años y es hora de ingresar a la escuela, es hora de adaptarse a las lógicas de la sociedad actual. Aprendes a asumir y respetar como autoridad a un extraño, empiezan a introducirte ideas sobre la competitividad. La medición de nuestro potencial, nuestras habilidades, en números, genera una división clara en el grupo-curso. Los de buen rendimiento, buenos números y los de mal rendimiento, malos números. Los bajos números, son bajos valores y por ende, son malos. Eso, a la vez, genera competencia. Nadie quiere ser el peor, todos quieren ser el mejor. Las diferencias numéricas al inicio de los cursos no son muy altas, claramente no se puede generar cambios tan chocantes, los cambios demasiado radicales significan procesos mucho mas complejos para adaptarse. A medida que avanzan los años, a medida que te adaptas de a poco a la ideología de la competición y el valor de tus cualidades y capacidades, las diferencias empiezan a crecer. Cada etapa y proceso de la juventud tiene un objetivo claro. Adaptarte a la vida de adulto, adaptarte al choque directo contra el muro capitalista.
¿Nunca te has preguntado por que la calidad de un alumno se mida en el valor de sus notas y su comportamiento dócil? Las lógicas escolares son las mismas del mercado. Números altos significa valor alto, calidad. Números bajos, bajo valor, mala calidad. Finalmente, cada alumno pasa a ser un valor y según esto se definirá su rol en la sociedad. La escuela publica nace en plena revolución industrial, en la edad de oro del capitalismo.
El comportamiento dócil se aprecia por el simple hecho de que alguien que no acepta lo que se le plantea, no se adapta, no aceptara todo lo que le exige la vida adulta en pleno siglo XXI, en pleno carnaval capitalista.
Este proceso de adaptación genera que perdamos la capacidad de asombro ante las situaciones, que a fin de cuentas, se basan en lo mismo, competición y docilidad. Si el ser humano no perdiese la capacidad de asombrarse, si no se adaptara de tal forma, el capitalismo jamas habría visto la luz del sol.

-Hola Estebaaan!- dijo mientras me daba el clásico abrazo de llegada - ¿Que tal tu día?
-Hola Sofia- le dije - Como siempre, un día en el trabajo es una fotocopia del día que cumples una semana trabajando.

Estaba harto del trabajo y se notaba. Era un alivio llegar a casa.

-Ow... bueno, no hay nada que no se alivie con el plato que he cocinado hoy! - me dijo sonriente emprendiendo rumbo a la cocina- ve a tirarte al sillón para que cenemos.

Te equivocas Sofia, por mas bueno que sea tu plato, mi asco contra todo esta vida no se iba.

-Deberíamos comprar una mesa- me dijo mientras me pasaba un enorme plato de fideos con salsa blanca y se sentaba en el sillón para comer el suyo- comer en el sillón es algo incomodo.
-Supongo- le respondí
-Por cierto...-me dijo- hoy te llamaron
-¿Que estaban ofreciendo ahora?- le pregunte.
-Nada, era una chica, preguntaba por ti - me respondió mientras se echaba el tenedor a la boca - le dije que dejara el recado pero no quiso.
-¿No dijo nombre o algo?- le pregunte intrigado
-No, ni siquiera eso quiso decirme - me dijo - parece que te arruine una pretendiente ¡Bien!
-Que raro... ni idea de quien podrá ser...-le respondí.
- Por cierto, hoy se cumple la primera semana desde que vivimos juntos - me dijo Sofia
- ¿Y? No esperaras que sea como un aniversario o alguna tontería así- le dije
-Jajaja no... pero hoy es viernes...-me dijo, su tono era una invitación, se notaba- ¿Y si esta noche nos vamos de joda para que te despejes del trabajo?

Irse de joda... la ultima vez en esta ciudad, que me fui de joda fue... nunca. ¿Por que no ahora?

-Me gusta- le dije
Partamos ahora mismo, conozco un buen garito- me dijo sonriendo

El mundo es otro de noche. Absolutamente todo cambia, es como si el manto de la noche llenara de magia las calles. Notaba esa sonrisa impaciente en la gran mayoría de la gente que se cruzaba.

"REM" así se llamaba aquel garito. Estaba repleto de gente, luces de variados colores, música psicodelica a todo volumen, paredes repletas de imágenes de todo tipo, algunas surrealistas, otras eran retratos. El humo del cigarro y unas cuantas sustancias ilegales mas, se podía sentir apenas se entraba, no era molesto, a pesar de que jamas me había drogado, sentía que el olor le daba un plus al ambiente ya increíble.

Bebimos y bailamos durante horas con Sofia. No bailaba desde antes de llegar a la gran ciudad. Había olvidado lo sin sentido, pero liberador que era bailar. Me sentía bien.

-Esteban ¿Puedes ir a la barra a buscar un par de tragos mas?- de dijo Sofia al oído - ¡He ido yo toda la noche!
-De acuerdo- le dije
-No te me pierdas ni distraigas demasiado!- me dijo sonriendo - esta noche eres mio y de nadie mas!



-Dos cuba libre por favor!- le dije a la muchacha que estaba atrás de la barra.
-Ahora mismo!- me dijo, aun dándome la espalda.

Esa voz me sonaba familiar...
Sin duda, esta noche había sido una de las mejores noches que había pasado en la ciudad, todo gracias a Sofia...
De pronto en la música de fondo se empezó a escuchar muy bajo un sonido similar al de un despertador. Esa canción... algo me resultaba familiar aquí.

-¿Sabes por que este garito se llama REM?- me pregunto la chica de la barra, aun dándome la espalda.
-Ni idea- le respondí

Esa voz... la conozco...

-El significado de "REM" es Rapid Eye Moments...- me dijo- es el momento del sueño donde nuestros ojos comienzan a moverse rápidamente y la actividad cerebral es muy similar a cuando estamos despiertos...
-Se escucha interesante...-le respondí, con mas preocupación de reconocer quien era.
-Es interesante...-me dijo mientras acababa de servir los vasos- En esta fase, a pesar de que la actividad cerebral es tan alta, y a pesar de la similitud con la del estado de vigilia, al estar desactivados ciertos neurotransmisores nuestros músculos no se mueven en absoluto... Imagínate, tu cerebro funcionando como si estuviese despierto, estas prácticamente viviendo, aunque realmente no te has movido ni haz hecho realmente nada. Durante el REM, suele pasar que la realidad parece ser otra, parece ser la que estamos viviendo. Pero no es mas que un sueño...
-¿Adonde quieres llegar?- le pregunte

En ese momento tomo los dos vasos y se volteo. Ante mi, una chica con ojos como de pantera, las luces del lugar no me permitían ver su color muy bien, parecían un par de caleidoscopios. Su piel era blanca y su sonrisa delirante, irónica . Delgada y de caderas anchas. Y su cabello. Rojo... Bueno, ya sabéis el rollo del color de pelo.
Sangrienta Malvenida ante mis ojos aparecía en plena realidad.

-Con este proceso llegamos a una pregunta tremenda ¿Es real lo que estamos viviendo? ¿Estaremos en pleno REM y no nos hemos percatado? - me dijo sonriendo.
Dejo los vasos en la barra, al lado mio y acerco su rostro al mio. Tres centímetros y siete milímetros, otra vez.
-¿Me has echado de menos Esteban?- me dijo con ese tono de voz, ese puto tono de voz que hacia a mi cerebro querer salir de esa prisión huesuda.
-¿Como sabes mi nombre?¿Tu... tu de verdad existes?-le pregunte apenas articulando
-Por supuesto que existo, amorcito-dijo riéndose - te dije que me buscaras y no lo has hecho






¡¿Que mierda esta pasando?!





De tres centímetros y siete milímetros, nuevamente a cero. Un ritual extraño digno de un par de dioses, un baile de labios caprichosos como burbujas, coloridos como mariposas y salvajes como... ¡Joder! ¡Salvajes como nosotros mismos!
-Estas a un paso de patear esa rutina de mierda...-me dijo al oído- tienes la oportunidad de hacerlo...
-¿Que debo hacer?- le pregunte
-Solo, sígueme...-me dijo despacio, al oído.
-¿Donde?-le pregunte
-Ya veras... en su momento- me dijo
-Yo...-le dije mientras me interrumpió.
-Lastimosamente este lugar no se llama REM por pura casualidad...-me dijo mientras jugaba con mi pelo.
-¿Que significa eso?-le pregunte extrañado
-Significa que el sonido de despertador en la música no es pura casualidad...- me dijo, rápidamente me dio un beso, dio unos pasos hacia atrás- despierta Esteban.

Esto no es real....




RIN RIN RIN RIN RIN!

-La puta madre!- dije mientras espabilaba

Con una mano cogí el despertador y lo pause, sin siquiera mirarlo. Con el tiempo, aprendemos a desactivarlo hasta estando medios dormidos.
-Ni te imaginas el sueño que tuve, Sofia- dije mientras me daba vuelta para saludarla

La cama estaba vacía, solo yo estaba ahí.
-¿Sofia?- dije fuerte, por si se encontraba en el comedor
Me levante rápidamente, algo raro pasaba, me sentía... diferente.
-¿Sofia?- pregunte en el comedor, pero no había nadie- ¿Adonde se habrá metido?
Volví a mi habitación para vestirme.

Y ahí lo note. Las cosas de Sofia no estaban. Nada, ni su cartera, ni su ropa. Su lampara con figuras en forma de dinosaurios, nada...
¿Se había marchado con todas sus cosas y ni siquiera había dicho pío?

Tic! en mi cerebro empezaba a funcionar la desesperación.

¿Por que? ¿Donde se metió? ¿Habrá ocurrido algo y no me di cuenta por estar bebiendo?

La cosa iba peor cada segundo...

Un minuto ¿Que hora es? ¿Que día es? ¿No había cambiado el despertador la semana pasada?

RING RING RING

-Alo! ¿Sofia?- pregunte exaltado
-No hombre! - dijo una voz masculina a través del teléfono- Soy Ricardo
-Ricardo! ¿Como estas? ¡Tanto tiempo!- le dije
-¿Tanto tiempo? hombre, hablamos ayer! nos vimos el martes pasado. El sábado anterior nos tomamos varias cervezas- me respondió

¿Ayer? ¿No que no hablaba con el desde hace tres semanas o mas? ¿El sábado pasado nos tomamos algo?

-Disculpa, estoy un poco consternado- le respondí
-¿Que ha pasado hombre?- me pregunto
-Sofia no esta, hoy desperté y ya no estaba ninguna de sus cosas, se ha marchado de casa...
-¿Sofia?- me pregunto
-Si, Sofia ¿no te conté que ella se vino a vivir conmigo hace una semana?-le pregunte
-Joder hombre! ¿Que droga te estas poniendo y no has compartido?- me dijo riéndose- hombre, fui a tu casa hace cinco días a dejarte tu chaqueta;y por cierto como de costumbre no me has dejado entrar, y no había rastro de ninguna chica que viviese ahí





Algo anda mal aquí, algo anda muy muy mal...





-¿A cuanto estamos Ricardo?- le pregunte
-Domingo 3 de abril- me respondió.




No puede ser... hoy debiese ser sábado 30 de abril. Sofia se vino a vivir conmigo el día 22 de abril...

Tic! El teléfono se cae de la mano. La cabeza se me cae al piso.

-¿Alo? ¿Esteban?- se escuchaba el teléfono desde el piso.






Justo en ese momento, las piezas en mi cabeza encajaron. El sábado 26 de marzo nos juntamos y bebimos una cerveza, conversamos del clima, el futbol y lo buena que estaba su vecina. Ayer, sábado 2 de abril hable con Ricardo en la noche, luego me fui a acostar...








Todo, absolutamente todo había sido un puto sueño.



Tic! Tic! Tic! Tic! Tic! Tic! Tic! Tic! Empezó en mi cerebro el incesante ruido de la desesperación, del caos.
¿Donde pillo a mi amiga nueve milímetros? Siento unas ganas enfermas de bailar con ella.

1 comentarios:

Jok vön KA dijo...

Solo he de decir 1 cosa... espero que esa nueve milímetros no llegue a tu cabeza pronto... esta especie de vómito sueño realidad metido en una licuadora danzante es jodidamente genial!

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Concierto de Tripas.


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