El robot en el trapecio.

Gwÿnt al habla!

Como balbuceaba Bob Dylan, "No soy un poeta, ni siquiera me gusta la palabra, soy un trapecista".
Todos jugamos a estar jugándonos la vida ante un abismo. sin saber que ya estamos en él.
Esto que se viene me viene, lo estrujé desde mis adentros, y es algo que creo y siento que todos tenemos. un mini relato común. Una crisis de protagonista colectivo.

Antes tenía huesos, piel, amor.
¿Cómo fué que terminé teniendo engranajes por corazón?
No sé cuando olvidé lo que era tumbarse en el sol
y sentir la grama, oler el aire. Perderse. Con alguien. Conmigo.
Ahora devoro cerebros, ahora tengo coraza de metal. Interrumpo, toco la puerta, soy como la soledad.
Vengo con los brazos abiertos buscando sentir.
Pero soy fría.
Con suerte tengo cortocircuitos.
Con suerte mi deidad creadora me da la mano, y nos vamos a abrir una nueva caja de Pandora.
Mi deidad tiembla, la ciudad susurra, y tiembla.
A mí con suerte se me atoran los engranajes.

Mírenme. Si se me acaba el aceite estoy condenada a la sed.
A la corrosión, a contaminarme.
Mi entorno no lo entiende. Cierran el telón. Y se olvidan de temblar.

El resultado de un mal experimento, del arranque de egoísmo, de años sufridos, de arder, de fatigarse llorando y gimiendo.

Bravo! Y suena el clap-clap de mis manos de metal.

Adelante Sangrienta! ♣