Publicado por: Prometeo
Así es como se me presenta el mundo. Así es como se me presenta la vida. No somos mas que hormigas, hormigas supeditadas a la colonia. Pequeños engranajes de una colonia, una colonia gris, monótona y carcelera. No me gusta mucho admitirlo, pero creo que soy una de las tantas hormigas con cadenas en las patas. Soy eso, una hormiga mas, soy eso, un pequeño engranaje de la colmena, soy eso, mi nombre del registro civil, mi numero correspondiente, la labor que realizo para la colonia y cuantas hojas puedo comprar a fin de mes. Soy, como todos, un preso mas de la colonia.
Bueno, poco y nada sé de las hormigas, siendo sincero, no era el estudiante mas aplicado de todos.
Hasta ahora había acabado por asumir esa realidad, de forma servil, finalmente, las cadenas se pagaban con algodones en los grilletes y diversas pinturas para cada eslabón de la cadena. Por lo menos podía hacer que la cadena se viese como un bonito objeto decorativo, como un bonito collar que llevo colgado (o amarrado) al cuello.
Pero después de los últimos sueños tan recurrentes, no he podido parar de chocar contra esa pared que habia decidido colocarme en la cabeza, de forma involuntaria quizás.
¿Por que este choque con las murallas de mi conciencia? Creo que es necesario presentarme para saber de que estamos hablando.
Mi nombre es Esteban (o al menos eso dice mi cédula de identidad). Soy el reflejo máximo de una juventud llena de vida que choco con la pared de la sociedad de consumo y acaba volviéndose un zombie esclavo de la comida rápida, las películas con segundas partes innecesarias, la estética del desnutrido sonriente de las gigantografias y el mercado de sonrisas.
Vivo solo, trabajo en una amplia oficina de dos metros cuadrados, con paredes de madera que evitan que dañemos la productividad por perder el tiempo haciendo vida social sobre como esta el clima hoy, que equipo de futbol ganara el campeonato y las nuevos chismes de la chica nueva que una vez mas ha llegado tarde.
Mi vida se basa básicamente en levantarme de la cama, prepararme para ir al trabajo, llegar a mi gigantesca y pomposa oficina y pegarme a la computadora cuatro horas para acto seguido proceder al casino a recibir mi ración de comida necesaria para no reducir la productividad en las siguientes horas de trabajo. Es en el casino donde el clima, el futbol y los chismes sobre la chica nueva tienen lugar por una hora. Luego de vuelta a la pantalla por cinco horas mas y finalmente emprendemos nuevo viaje a mi guarida, lugar donde me limito a cenar, tragar un poco de basura televisiva o charlar con algún amigo por teléfono, sobre el clima, el futbol y lo buena que esta la vecina de mi amigo. Luego de eso, de vuelta a la cama, quizás masturbarse pensando en cuanta bulimica fémina que aparece en la cajita idiota y suficiente, cerrar los ojos. Se repite el proceso prácticamente toda la semana, de vez en cuando algún fin de semana de compras en el monstruoso mercado de chucherías a precio oro (por estos lados les dicen mall) o voy a la casa de uno de mis amigos a beber una cerveza, ver la tele y comentar sobre el clima, el futbol y lo buena que esta su vecina.
No tengo novia, motivos tales como no ser el modelo de belleza que nos cae desde el cielo, tener tiempo reducido y un mundo social increíblemente pequeño y cerrado. Es increíble que estando tan rodeados de gente en la colonia, solo nos rozamos y nos miramos a los ojos con números increiblemente pequeños.
Como dije antes, vivo solo. Me mude de casa a los 20, a un espacioso apartamento, donde colocar un sofá significa perder la mitad de la sala de estar y tener un televisor significa acabar de llenar la sala. No tengo mesa para comer, comer solo en la mesa nunca ha sido un panorama interesante para nadie, me imagino yo. Ese sillón es la idea directamente enlazada con tiempo libre.
¿Familia? Padre, madre y dos hermanos menores. Viven en otra ciudad, me mude seguramente pensando en el bonito sueño de la vida de joven soltero trabajador, nunca espere vida tan "gloriosa" como la que tengo ahora. De ellos no creo que sea necesario agregar mucho para continuar, realmente el único contacto en los últimos cuatro año ha sido una llamada mensual y una bonita tarjeta navideña.
Tenia una vida perfecta, perfecta para una hormiga, claro esta. Hasta que este sueño llego y toco la puerta de mi conciencia. Claramente no lo hizo de la forma mas delicada.
El sueño reflejaba exactamente lo que no debiese querer mi prototipo de persona, sacado directamente de las humildes cátedras de los famosos buenos señores que nos hablan de evitar los problemas, de vivir esquivando cualquier cosa que se cruce en el camino, de vivir muerto en vida. Pero ese sueño, me muestra en una situación imposible, me muestra corriendo como un tipo mas de las películas de acción, no como una hormiga mas de la colonia. Esa idea, la mira preocupada mi conciencia. Claramente, la idea no presta atención a la conciencia y comienza a coquetear con mis emociones, que a pesar de estar mas que advertidas de no dejarse seducir por nada, como proponen los buenos hombres, me desobedecen y comienzan a alborotarse con la presencia de esta idea.
¿Es que quería alguna vez vivir algo como eso? ¿Es que quería por un momento, rechazar el modelo de vida que generosa y gentilmente se me ha entregado? Mi conciencia empieza a preguntarse hasta por si misma.
- ¿Te has enterado de la nueva? A que no puedes adivinar- me dice una animosa hormiga-hombre junto a mi
Comienza nuevamente el ritual clásico de la hora de almuerzo en otra jornada de trabajo
- Vale, me rindo ¿Que ha pasado? - le pregunto con una curiosidad desganada
Claramente, cuando tu conciencia esta en plena crisis, no parece resultar muy interesante gastar energías en escuchar hablar de lo mismo de siempre a un cretino que dice ser tu amigo, y que curiosamente, lo consideras amigo, aunque la única relacion existente sea relacionada con el clima, el futbol y los chismes de la chica nueva.
-La chica nueva, otra vez - dijo con los ojos brillantes
Pareciese que para muchos, lo único interesante de su vida, es la vida de otros.
-Anda, cuéntame - le respondí mas interesado que un científico con una invitación a una iglesia.
-Resulta que la muy perla llego tarde de nuevo, una semana entera llegando tarde. Venia desaliñadisima weon, como si ni se hubiese lavado la cara antes de venir al trabajo. La otra vez converso con el Jose ¡Y le dijo que era una oveja! ¿Cachai lo care raja que es la mina? La otra vez escuche que la vieron mas cocida que botón de oro en un bar del centro...- Dijo con tono de periodista amigo, el tipejo este
Luego de escucharlo se me vinieron rápidamente a la cabeza varias cosas. Lo primero, que a este pobre hombre le hacia falta un poco de vida propia. Segundo, sentí un poco de envidia por la chica, no es fácil olvidarse de la estética oficinista y los sagrados reglamentos de la moral de no dejar mala imagen con malas practicas como las borracheras o las criticas sinceras. Tercero, concuerdo con ella, Jose era evangélico ¿Como llaman ellos a sus curas? Pastores, por algo será.
-Vaya, que tipa mas rara
Si, eso fue lo que le dije.
-Obviamente no la despedirán, no puedo negar que igual esta buena... aparte me parece que le hace ojitos al jefe, de seguro se lo esta tirando- prosiguió el periodista especializado en insignificancias y en razonamientos cliché.
La verdad nunca me detuve a mirarla, la chica tenia dos semanas en la empresa y al tercer día empezó a adquirir mala fama, los chismosos son como hienas hambrientas de carne fresca.
-Que estupidez...-dije sin darme cuenta.
Mi amigo hormigo me miro sonriendo sin entender a que me refería
-Nada, nada, solo he recordado un programa en la tele- le dije
Esas respuestas que solo dicen "déjame tranquilo, imbécil".
No me había dado cuenta, mi conciencia estaba molesta ¿Con que? Con absolutamente todo, estaba criticando hace segundos atrás a un tipo que es técnicamente un espejo de mi vida, con varias diferencias, claro esta. ¿Seria posible que empezara a cuestionarme toda mi ideología de hormiga? "Debe ser que estoy cansado" me dije como para auto-consolarme de una cuestión inminente e incontenible, mis ideas estaban cambiando.
No se como fue que me levante de la mesa, bandeja en mano, deje esta en su lugar correspondiente y me puse a caminar en dirección a mi gran oficina. Lo cierto es que ese rito no tiene nada de novedoso, si lo que paso esta vez.
Caminando, saludando con simples muecas prefabricadas a quien saludase por el pasillo con supuesto interés o solo la hipócrita cortesía. Meto la mano en el bolsillo de la chaqueta, palpando su contenido, un par de dulces de menta, una servilleta y un viejo collar que encontré tirado en la calle, camino a casa. Vivimos en una sociedad llena de personas acumuladoras así que no me extraña que la recogiese quizás por que. Acabada la tarea saco mi mano del bolsillo bruscamente, a lo que cae el collarcito directamente al piso.
- Hey tu! - dice una voz femenina
Con un desgano tremendo, me doy vuelta, resignado a tener que escuchar mas basura y sonreír.
Ante mis ojos no aparece otra hormiga chismosa, si no que aparece nada mas ni nada menos que la famosa chica nueva.
- Se te ha caído esto - me dice con el collarcito en la mano - esta muy bonito, aunque es raro ver que un hombre se compre estas cosas, a menos que sea para seguir el bonito cliché del chico enamorado que gasta su sueldo en su amada cual príncipe azul.
-No tengo amada, no soy príncipe, soy un oficinista y me encontré esta cosa en la calle - le dije algo desganado- Aparte he aprendido a detestar un poco los clichés de las hormigas
Hable sin filtros, eso sin duda comenzaría a cambia mi vida sin siquiera que lo notase.
- Somos dos - me dijo sonriente - empiezo a pensar que los príncipes solo existen de dos formas, en Disney como ideología machista, del hombre perfecto, salvador de la abandonada y frágil princesa o en la vida real, como un zángano ¿Como es eso de las hormigas?
Era un poco mas entretenido escuchar a esta mujer que al resto de cerebros derretidos de la empresa.
-Es una larga historia- le conteste
-No importa, quiero oírla- me dijo curiosa
-Tenemos que ir a trabajar - le respondí
-Hombre pero que productivo! Eres el clásico modelo de trabajador que cualquier empresa le gustaría tener! - me dijo sin dejar de mirarme a los ojos
Metió el dedo en la llaga.
-Bueno, resulta que...- dije hasta ser interrumpido de la forma mas sutil
-A trabajar! no nos pagan por hacer vida social - dijo cariñosamente el supervisor.
-Nos han pillao - me dijo mientras se reía como una quinceañera- queda pendiente la historia de las hormigas para mas tarde!
-Supongo- le respondí
Di media vuelta y emprendí camino a mi cubículo.
-¿Como te llamas? no creo que quieras que te llame diciéndote el chico productivo.
-Esteban ¿Y el tuyo?- le respondí sin darme cuenta
-Sofia! Me alegra y sorprende la poca atención que prestas a las hienas chismosas! casi toda la empresa ya sabe mi nombre y las cosas que yo ni siquiera sabia que hacia- dijo mientras sonreía- nos vemos al rato!
Dio media vuelta y tomo la ruta al baño, verdaderamente, dar media vuelta es un deporte que requiere mucho esfuerzo, sin contar años de practica. Similar a sacar la vuelta, como hace esta mujer-niña.
No se si me sorprendió mas el hecho de que estaba teniendo una conversación que no se trataba del clima, ni de futbol ni de chismes o que la chica nueva caracterizo de la misma forma en que lo hice yo, o también podría ser lo mucho mas interesante que resultaba conversar con ella, que con el resto de las hormigas con el cerebro fundido. Fuera lo que fuera, no pude concentrarme en todo lo que quedaba de trabajo. Se había encendido un mecha en mi cabeza y esta no quería dejar de pensar en mil formas de agarrar a patadas al mundo.
El viaje de vuelta a casa fue distinto esta noche, Sofia al parecer vivía muy cerca mio, lo supe por que me la encontré a la salida de la empresa y me ha dico que me había visto antes en el mismo bus que tomaba. Me atrapo y no me soltó en todo el camino, millonadas y millonadas de temas salían de su boca, millonadas de temas que no eran ni el clima, ni el futbol, ni los chismes de la empresa o lo buena que estaba alguna tipa, lo ultimo seguramente por que era mujer y heterosexual, supongo. Así conocí a Sofia, la única persona no zombie en mi vida y que al parecer, también tenia cierto rechazo por la ideología hormiguesca.
¿He dicho también? Me parece que lo cambios van mas rápido que yo.
Pero por mas cosas que pasen, siempre al final hay que cerrar los ojos y dormir.
-¡Hey tu! ¿Que mierda haces aquí?
Si, una vez mas me han pillado. Hasta a mi me sorprende el nivel de idiotez al que puedo llegar.
-¡Ven aquí hijo de puta! ¡De esta no te salvas!
Aparentemente es un tipo rudo, se ha saltado el proceso de negociación y ha decidido pasarse a la acción. Bueno, cualquiera que tenga un arma, puede dárselas de tipo rudo con cualquier pelafustan desarmado.
Joder, saco la puta pistola! A correr!
Nuevamente el callejón, la huida, la pistola, la reja y finalmente la canaleta.
Nuevamente de espaldas dejan de sonar las pisadas, nuevamente volteo la cabeza y la veo ahí, la Sangrienta Malvenida. Nuevamente me mira y me invade, nuevamente se ríe.
-Hola guapo! ¿Has estado pensando en mi últimamente? - Me dijo la chica de los cabellos rojos
Y fue aquí cuando ocurrió el quiebre y apareció el desencadenador de toda esta historia.
1 comentarios:
Mas vómito, y mas claridad también, esta parte me gustó incluso más que la primera, lo cual ya es bastante, ¿has notado que hace frío? la gente se abriga, puto clima no?... ¿has notado que a pesar de todo el puto frío los estudiantes siguen corriendo alrededor de la moneda?, eso es mas válido! Aguante la hormiga que golpea sus muros y se caga en sus grilletes!
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