Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

La historia de Steve Blind

lunes, 28 de abril de 2014

Capítulo IV




Por: Armand Valerius


Es de noche. Aún  debe resonar el portazo que he dado al salir de la habitación. Yo no sabía que esto podría terminar así, pensé que arreglaría las cosas y que sería de ayuda. Steve está demasiado encerrado en su verdad. Lo más probable es que haya maquinado todo para una no-amistad; la discusión de hoy marca un hito importante, un antes y un después: no sé si vuelva a visitarlo, esta vez fue demasiado. Y todo por denotar la responsabilidad que tiene aquel sujeto en relación a su actual estado. Claro, es más fácil culpar a cosas que no tienen voz, así nadie responde y refuta las insensateces. Espero que aquel portazo le haya dejado pensando, en compañía de un eco profundo, tan profundo como las heridas que tiene producto de su terquedad.  

Pese a estar en tranquilidad, aún me ronda un pensamiento: ¿podrá Steve ser tan fuerte para soportar este calvario que se ha ido extendiendo en el tiempo? La conversación que tuvimos todavía ronda mi cabeza; mientras  voy caminando por las calles vacías y silenciosas, vienen  a mi mente aquellas palabras que intercambiamos. Lamentablemente, aquella conversación, y posterior discusión, ha quedado en mi memoria como un cierto tipo de material dispuesto para reflexiones que no sé en qué quedarán ni a dónde irán a parar.

- ¿Cómo te has sentido? -le pregunté con un cierto atisbo de preocupación y curiosidad.
- Creo que he estado mejor en otras ocasiones, pero esto no está nada mal. He superado las molestias, pues tengo un espíritu imperecedero, y un ímpetu diabólico -me respondió con soberbia y arrogancia, mientras daba una mirada de soslayo a sus brazos, los cuales se veían muy maltrechos. Incluso en aquel estado sigue siendo soberbio.
-Entiendo. ¿Por qué no has querido recoger estos vidrios que están por toda la habitación? Al entrar casi me lastimo, cualquiera podría salir herido, eso lo sabes, ya que tú mismo estás todo cortado -le dije con una expresión rígida en mi rostro. Ciertamente, casi me corto al ingresar a la habitación.
- No tengo tiempo para recoger vidrios. Además no me corresponde, no es mi culpa que se haya caído aquel vaso torpe, es culpa del viento. Tampoco me importa que alguien más se lastime, pues nadie entra aquí; no acostumbro tener visitas. De hecho, si casi te lastimas con los vidrios es porque no has tenido cuidado, aparte tu quisiste venir acá, es tu responsabilidad, por tanto no me atañe a mí; deberías sentirte tu  más culpable, en vez de quejarte conmigo -dijo con una sequedad que me descolocó.
- Claro; es fácil ceder la culpa a otros, y luego acomodar las responsabilidades. Deberías ser más abierto a las verdades -expresé a regañadientes y en voz baja, con una molestia evidente en mi tono de voz, pues me pareció el colmo aquella manera suya de responder.
- No me compete aquello, este no es el caso en que se dé aquello que has dicho. Al parecer te ha molestado lo que te he mencionado antes, pero es la verdad. Al fin y al cabo siempre digo la verdad, ¿no lo has notado siempre?
- Por supuesto. Es tu verdad. Bueno, no importa, te ayudaré a recoger estos vidrios, pues en algo te aprecio, pese a tu carácter -dije mientras tomaba una bolsa, una escoba y una pala. Luego comencé a sacar los vidrios esparcidos por la habitación. Me preocupaba aquel desastre.
- No es necesario que hagas eso. No es algo que te importe y que debas hacer por causa o motivo alguno. No hay nada que te obligue a ello, créeme. Me puedo auto-cuidar de manera muy satisfactoria.
- Lo hago por tu bien, nuestra amistad me dicta el ayudarte en esto. Además, si lo hago, ya podrás desplazarte un poco mejor por toda la habitación, dejarás de cortarte con los vidrios al caminar, tus heridas  sanaran, sin que otro corte nuevo las agigante, tendrás la posibilidad de salir de la habitación de manera más cómoda, para que así puedas hacer tus necesidades, ir a la cocina a prepararte algo de comer, e incluso, salir a tomar aire fuera de la casa. ¿No te parece genial? Eso te ayudará a que pronto estés completamente recuperado. Y supongo que eso es lo que deseas. Supongo.
- No entiendes lo que ocurre. Estas heridas no son las que me tiene inmóvil, no son los cortes los que me obligan a estar recostado, no es por los vidrios por lo que estoy aquí, en mi habitación, todo el tiempo. Me da igual cortarme para ir en busca de alimento, o para ir al baño y hacer mis necesidades. La herida que me tiene postrado es aquella obtenida en la batalla, aquella que me ha propinado el enemigo con sus armas sofisticadas. No sirve de nada el quitar los vidrios, o quizás sólo un poco; el punto es que en lo sustancial no es gran cosa. No quiero salir, no quiero contacto con el mundo pestilente.
- Ya veo, con que es aquello otra vez -dije con voz tosca mientras me dirigía fuera de la habitación, para ir a la cocina a botar la bolsa, llena de vidrios pequeños y medianos, en el basurero. Ya sabía a lo que se estaba refiriendo este pelmazo, era lo mismo de siempre; por lo menos lo mismo que hace algunos años lo vuelve trastornado.

Ya había terminado de quitar todos los vidrios esparcidos por la habitación. Volví con una expresión seria en el rostro, con plena disposición a hablar sin reparos. Me senté en la silla que estaba en frente de un viejo escritorio y di una mirada por la ventana. Necesitaba ordenar las ideas. Algo me causaba desagrado en aquello que Steve había mencionado; y sabía muy bien qué era aquello desagradable. Luego de meditar unos minutos, volví la mirada hacia la cama, en donde se encontraba sentado, y dejé escapar una pequeña sonrisa irónica. Así me es más fácil comenzar a hablar con sinceridad.

- Entonces es aquello; lo que siempre te deja aturdido. Ambos sabemos de qué hablo -dije con serenidad y par-simonía.
- Sí. Es algo inevitable; está en mi destino, no se puede hacer más -dijo parcamente, como si realmente fuera algo plenamente determinado.
- No sé hasta qué punto es inevitable. Pero es cosa tuya, bien lo sabemos. Supongo que la señorita durazno está involucrada en todo esto, ¿cierto?
- Sí, así es; aunque no es su responsabilidad. Lo he meditado: aquí la han engañado para que ayude al enemigo. De eso estoy seguro. Se han aprovechado de su temor ante el presente, de su temor ante su existencia concreta-presente, la han distraído y dominado, y por ello ha pasado a ser la estratega maestra de toda esa milicia corrupta. Ella, en el fondo, es una pobre criatura ajena a culpa alguna, pues no sabe qué hace.
- ¿Estás seguro de aquello? ¿Qué te hace pensar así? Yo veo que la intentas salvar de toda culpa. Y es raro, incluso contradictorio, pues tú mismo  has dicho que es por culpa de aquella herida obtenida en batalla que te encuentras postrado; herida producida por el enemigo, cuyo estratega maestro es dicha señorita "duraznosa", por tanto, ella sería la culpable de tu mal. Es lógico, no puedes evitar reconocer aquel razonamiento.
- No lo veo así. Tú piensas así por conveniencia propia. Ella no es la culpable, aquí el culpable es un vaso débil y un viento impetuoso. Por culpa de ellos me he lastimado con varios cortes en el cuerpo, y ello no me ha dejado hacer cosas en vistas de mi revancha. La otra herida, la de la batalla, ha sido producida por los enemigos, no por su estratega, la cual, insisto, está siendo utilizada. Curados mis cortes, puedo sanar mi otra herida también, por medio de una planificación para mi venganza. Eso es lo que no entiendes; eso es lo que no quieres entender, pues te desagrada la señorita durazno. Eso sí que es lógico -dijo con un cierto grado de molestia, a la vez que se le colocaba el rostro rojizo, con claras muestras de acaloramiento.
- Es verdad, ella me desagrada. Pero estas mezclando cosas que no tienen razón de ser, pues lo que te digo es desde un punto objetivo. Cualquiera diría lo mismo, es de suma evidencia, y con toda lógica a la base. Creo que tu lógica está distorsionada.
- No lo creo. Tú sabes muy bien que tienes un conflicto de interés de por medio: yo. Siempre ha sido así, no puedes negar aquello.
- No quieres ver lo evidente Steve -dije con molestia, pues no quería entender algo tan claro como el agua cristalina.
- ¿Lo evidente según quién? ¿Según tú persona? Mejor vete e intenta encausar tu rumbo, pues la debilidad te empapa. Me acusas de algo que tú vives en relación a mí; no porque en tu caso sea así yo actuaré igual a ti. Quizás en el pasado, pero no en mi presente. Soy como un dios, de hecho soy "Dios" mismo en cuanto a mí ser en el mundo.
- Niegas la posibilidad de algo que se muestra a los ojos de todos; no dejas entrar la luz de la razón en lo que está pasando. Quizás necesites más heridas, o una que sea fatal, una herida de muerte -dije mientras me levantaba de la silla.
- No necesito luces de ninguna razón, me basta con la propia. Guarda tu luz para ti; te recomiendo que no sigas el camino del parasitismo, es degradante, lo sé por experiencia propia. Si logras salir de tu estado, quizás llegues a conocer la naturaleza de la divinidad, el ser-dios. Aunque lo pongo en duda.
- Tus palabras son nefastas. Te dejo en tu miseria, sólo eso queda por hacer -dije con voz alterada, con un gesto de desprecio e ira. No podía creer como tanta estupidez y fanfarronería salía de su boca.
- Creo que mi miseria es un paraíso en comparación a tu servidumbre asqueante y tu parasitismo enervado, y eso es de suma evidencia. Ninguna lógica puede ir en contra de tamaña verdad -dijo con sarcasmo, y con una leve expresión de desprecio. Realmente era todo un bastardo.

Después de aquellas palabras sólo quedó un eco: el de la puerta al cerrase fuertemente, tras la salida apresurada que realicé de aquella habitación perdida en la oscuridad de la torpeza. No toleré tamaña ofensa de su parte. ¿Tanto cuesta entrar en razón cuanto el pecho se involucra con enemigos nefastos? ¿Por qué la verdad se escapa en estos casos? Ese es un misterio. Pero lo claro es que no veo solución inmediata para este pobre diablo. Por lo menos estas estrellas nocturnas son más acogedoras a mis palabras y pensamientos, me iluminan con suavidad en este camino solitario y, ciertamente, me dan la razón  con su claridad total. Es mejor caminar en la noche y dialogar con el viento que intentar hablar con quien no quiere ver una realidad que le es perjudicial en su plenitud. ¡Cuánta soberbia  guarda el corazón humano!

Siento  esta pérdida; sí, lo más probable es que es una pérdida. Aunque tengo la idea de que Steve no piensa igual; su arrogancia lo tiene en otro plano, lejos del mundo concreto. Me preocupa su estado, pese a toda la blasfemia que me ha lanzado desde aquella boca pestilente a perfidia. El estar empecinado en una venganza que no dará fruto, y el expiar de toda culpa a la señorita durazno, serán acontecimientos que no tendrán ningún bien para  su pobre posteridad. Años antes ya pasó, y desde el subsuelo ha seguido sucediendo, gestándose daños que quizá sean irreparables, dolores que han sido poco intensos, pero que en el transcurso del tiempo han producido huellas, no en su cuerpo, sino que en su espíritu. Ahora ya han dado y un golpe más directo, pero este arrogante guerrero rastrero no ha distinguido cuál es su enemigo verdadero. No es sólo la "duraznosa", sino que es él mismo. 

La noche avanza. Estoy por llegar a casa; creo que hubiera sido mejor no haber salido de ella. No sé si pueda descansar, pero por lo menos hay algo que me deja en paz: dije la verdad objetiva. No hay intereses de por medio, más allá del solo interés de que Steve mismo esté bien. Pero el muy tacaño no entiende. Pero qué más da, tengo otros asuntos que resolver. Silú tiene que explicarme aún el porqué de aquella acción que realizo hace unas semanas atrás, la cual fue determinante en el curso de la relaciones de nuestro grupo. A veces la amistad se entorpece por puras necedades; en eso también soy yo responsable.

Bienvenida Sangrienta Malvenida

miércoles, 9 de abril de 2014


BSM: Cuarto Movimiento: Tercera Parte


Por: Prometeo




Tocan la puerta. Dario se levanta y la abre, uno de los Maníacos aparece
-Ariel los llama, están interrogando a Rufus- nos dice mirando algo atormentado a Philipp. Nos miramos entre nosotros y partimos de inmediato. Bajamos por una escalera que da al subterráneo del edificio. Al terminar de bajar nos encontramos con un oscuro pasillo iluminado únicamente por una ampolleta en mal estado. Dos hombres custodian una de las puertas, al vernos, despejan el paso y abren la puerta.
-Buenos días señor- me dice con voz animosa. Entramos a una igual de oscura habitación. Ariel esta parado frente a Rufus, que encadenado a la pared, al techo y al piso, es interrogado y golpeado por un tercer hombre, que prepara una serie de herramientas un tanto macabras.
-¿Que es todo esto?- le pregunto a Ariel indignado.
-Se esta rehusando a colaborar, así que tendremos que usar métodos poco ortodoxos-
-No seré cómplice de esto- dice Dario
-Necesitamos saber el paradero de Jean- le replica Philipp.
-Su amigo tiene razón- me insiste Ariel.
-Déjamelo a mi- le digo mientras me acerco a Rufus. Cuando me ve su rostro pasa del desconsuelo a la ira.
-TODO ESTO ES TU CULPA- me grita- EL PESO DE LA DESTRUCCIÓN DE NUESTRA ESPECIE RECAERÁ EN TI.-
-Guarda silencio- le digo mientras me acerco y le hago una señal al torturador para que detenga el golpe que estaba apunto de asestarle.
-VETE A LA MIERDA, ESPERO QUE JEAN TE ENCUENTRE Y TE MATE- me acerco rápidamente hasta el y coloco mis manos en su cabeza.



-¿Que vienes a despedirte? No comprendo Jean- dice Rufus a un hombre de cabello negro canoso.
-Lo que te dije. Tengo que partir y no se si seré capaz de regresar- le contesta Jean- Algo terrible esta por desencadenarse...
-¡Pero no me dejes en el aire! ¡Cuéntame que ocurre! Se supone que somos amigos- insiste Rufus
-No lo se...- dice Jean indeciso- Es algo muy delicado
-Te escucho-
-¿Recuerdas lo que te he hablado de Dosser?-
-¡Otra vez con eso! No quieres entender que el tipo no...-
-Despertó.-le dice secamente. Rufus esta mudo y mira a Jean con preocupación- He encontrado en mis viajes varios fragmentos de lo que esta ocurriendo, Dosser tiene un plan gigantesco en marcha.-
-¿En que consistiría aquello?-
-Es complicado, antiquísimas escrituras hablan de unos sellos de la tierra y los ciclos de energía en esta...-
-No entiendo-
-Dosser planea liberar las fuerzas de la naturaleza para reiniciar el ciclo. El mundo ya no sera como lo conocemos y es muy probable que la gran mayoría de nuestra especie perezca.-
-No me estas hablando en serio...- contesta Rufus
-Es la verdad... Mas, es posible que no todo este perdido-
-Cuéntame-
-He estado investigando y he dado con viejos escritos que hablan de construcciones subterráneas en esta región. Otros textos, hablan de una mítica civilización que vivía bajo tierra y que en algún punto de la historia, retornaron a la superficie y abandonaran su oscura y profunda ciudadela. Cuenta la leyenda que la tecnología de esta civilización era increíblemente avanzada, pues disponían de una extraña roca roja, ubicada bajo la ciudadela. ¿Que tiene todo esto que ver con el plan de Dosser? El necesita de cuatro personas capaces de contener el aliento de los Arboles, para trasladar esa energía a la destrucción del sello correspondiente. Quien iniciara el ciclo sera Esteban, un activo en los Maníacos... Es muy probable que pase a este lugar para embarcarse al Ártico. Si se presenta ante ti, no hagas nada. No estarás preparado para enfrentarlo... Retomando el punto central, cuando los Arboles entregan el aliento, la energía se divide en dos mitades, una mitad es la energía necesaria para destruir el sello y la otra, una gigantesca roca que resulta luego del final de este proceso. Esta roca, es muy probablemente a la que refería esa mítica civilización. Puedo apostarte que si encuentro la ciudadela subterránea, daré con la piedra-
-¿Y con esa piedra que podrías hacer?-
-No estoy totalmente seguro. He visto en mis viajes que puede inhibir los efectos de la expansión en algunos sujetos, dejándolos desprotegidos. Con ella podre acabar primero con Esteban y finalmente con Dosser.-
-¿Estas seguro de que podrás hacer todo eso?-
-No totalmente, pero tengo que intentarlo-
-Si esto me lo dijese cualquier otra persona le diría que una completa locura...- dice Rufus- mas, viniendo de ti, esto es inmensamente inquietante-
-Inquietante es poco-
-¿Donde comenzaras la búsqueda?-
-Voy a internarme por los canales patagonicos... he visto un lugar, mas, sera mejor que no conozcas su locación exacta.-
-Me dejas preocupado...- le responde Rufus
-Tu me pediste que te dijera- le dice Jean mientras camina hasta la puerta da media vuelta antes de salir- Recuerdalo, no intentes nada con Esteban, solo conseguirás hundirte...-



-¡Lo tengo!- grito mientras quito mis manos de la cabeza de Rufus- fue por los canales patagónicos, no le dijo nada especifico. Tendremos que adentrarnos y buscarlo
-Puedo facilitarles una embarcación adecuada- nos dice Ariel
-Excelente ¿Cuando partimos?- pregunta Dario
-Ahora mismo, tenemos que alcanzarlo- dice Philipp
-Bien, vayan a buscar sus cosas y en quince minutos nos reuniremos en el puerto. Esteban, enséñenles esto y los dejaran pasar- dice extendiéndome una chapa dorada con la figura de dos fusiles cruzados.
-¿Que es esto?- le pregunto
-En el tiempo en que usted se ha visto inmerso en su viaje, la Revolución ha avanzado dando grandes e importantes pasos. Como los Maníacos han crecido tanto, fue necesaria la creación de distintivos de rango para tener acceso a ciertos recursos. Esta es una medalla de heroicidad, el máximo grado, por tanto, con ella, podrás acceder a todos los recursos Maníacos siempre que lo necesites. Glenn la envió especialmente para ti.
-Gracias- le digo mientras tomo la chapita y la contemplo. Debería sentirme honrado, mas, tengo una sensación de asco al contemplarla, como si de estas chapas de los ejércitos seculares, indicadoras de grados de autoridad, se tratase. Se supone que esto no tenia que pasar... Me desespera no tener claridad de que esta ocurriendo.
-Me parece conveniente que comencemos los preparativos para su viaje principal.- me dice Ariel
-Tengo que regresar de esta primero- le respondo
-Confió en que lo hará...- me responde- por lo mismo, me parecería adecuado tener todo listo para su regreso. La causa lo necesita mas que nunca, así que, mientras mas pronto acabe con su viaje, mejor-
-Glenn te tiene bastante informado- le respondo
-Me ha dicho que usted vendría por este lugar- me contesta- también me ha contado el importante papel que tiene usted para nuestra causa. No me iba a enviar esa chapa de heroicidad sin previa explicación.
-Sera mejor que vaya a buscar mis cosas, no es conveniente perder tiempo- le digo mientras salgo de la habitación, Dario y Philipp me esperan.




Estoy a punto de llegar al edificio central de los Maníacos. He de informar a Glenn de la resolución de las asambleas realizadas en el territorio. Ha habido gran discusión, pues, muchos se mostraban tremendamente reacios. Sin embargo, primo la urgencia y se decidido aceptar la oferta siempre y cuando, el armamento y un grupo de hombres, vayan a ofrecer soporte en la defensa de Libertaria. Dos hombres altos me abren el paso a la oficina de Glenn.
-Que bueno verte por aqui- me dice mientras se levanta y estrecha mi mano- Supongo que me traes noticias
-Así es- le respondo- enviaremos a uno de los nuestros como vocero, siempre y cuando, puedan apoyarnos para enfrentar a los militares.-
-En cuanto vuestro hombre llegue aqui, enviaremos lo que necesitan- me dice
-No tengo mas opción que confiar en vuestra palabra-
-Te garantizo que no te arrepentirás- me dice sonriendo. Me resulta imposible confiar en el, siento que todo esto desembocara en algo inmensamente sucio. Mas, estamos desesperados, por fin hemos recuperado nuestras vidas y no estamos dispuestos a dejar que nos la vuelvan a arrebatar. La conversación no fue mucho mas extensa, francamente quería marcharme cuanto antes, regresar para continuar defendiendo nuestro hogar.
Camino por un callejón de la ciudad, en dirección al auto. Escucho un par de pasos a mi espalda, doy media vuelta rápidamente y saco mi pistola. No hay nadie, me volteo una vez mas para continuar y frente a mi un hombre de cabello castaño y vestimenta de cuero me mira fijamente sonriendo. De su cinturón cuelgan numerosos cuchillos.
-Vas a venir conmigo...- me dice sonriente- El Don quiere pegarle una mirada a tu cerebro




-Vamos a intentarlo una vez mas- me dice Sofia mirándome directamente a los ojos.- Voy a buscar en tu memoria el primer amigo que tuviste como Lilian.
-Estoy lista- le digo concentrándome en la imagen de Ed. De alguna manera su imagen se distorsiona y sus rasgos específicos se pierden por completo. Sofia coloca sus manos en mi cabeza y puedo sentir como se conecta conmigo y comienza a recorrer mi memoria. Se acerca, hago un esfuerzo por reavivar la imagen distorsionada. Luego de unos segundos, Sofia quita sus manos de mi cabeza
-¿Mandul el astronauta?- dice confusa- ¿Que carajo?
-¡Lo logre!- exclame triunfal.
-Maldita preciosa grandiosa- dice Sofia mientras me abraza- ¿Sera suficiente para repeler al Ilusionista?-
-No lo se... No es tan diferente a esto que acabas de hacer, sencillamente el no necesita colocar sus manos. Es como una puta antena andante de mentes.
-Basta con que puedas distorsionar todo el plan- me dice- Te seguiré a distancia para evitar que el Ilusionista me detecte, con el GPS identificare el lugar y las posibilidades de ingreso sigiloso, en cuanto me des la señal voy hasta ti y salimos volando como sea. Dudo que podamos derrotar al Ilusionista, ademas, sabes que el resto de sus secuaces estuvieron expuestos a los frutos de uno de los Grandes Arboles. Esto es malditamente arriesgado, mas, podemos lograrlo-
-No si solo son ustedes dos- doy media vuelta y veo a Aylenn- me da asco decirlo, pero creo que el riesgo es excesivo, necesitan de ayuda adicional y se quien podría brindarla.-
-Si vas a hablar de los Maníacos me excluyo de la discusión- le digo, cuando hace una mueca de decepción comprendo. Guardo silencio y miro por la ventana.
-Serviría como distractor para que ustedes puedan salir a salvo. Glenn mataría por tener conocimiento de la locación del cuartel general del enemigo, si le facilitamos la información, ten por seguro que realizara un ataque de inmediato.-
-Tienes razón en que nos propiciaría un clima idóneo para escapar...- le dice Sofia- No es mala idea, si tanto ellos gustan de utilizarnos, bien podemos nosotros hacer lo mismo con ellos en esta ocasión.
-Me encargare de eso entonces- dice Ayleen mientras saco un celular.




Camino por las calles del distrito norte de la ciudad, actualmente resistiendo los embistes de la maquina por retomar el control de la zona. Estoy harto de tener que llevar constantemente gafas oscuras, capucha, ocultar mi rostro, pues si me reconocen, seguramente se vendrán contra mi. Me declararon traidor y ni siquiera pidieron pruebas, confiaron ciegamente en la palabra de Glenn. No me dieron siquiera el beneficio de la duda y aqui estoy, cargando el peso de un muerto al que no mate, un muerto por el cual habría dado mi vida a cambio de salvar la suya... Sin embargo, se lo debo a Albert. No puedo ceder y rendirme ante el odio generalizado a mi persona, tengo que seguir en pie, batallando por lo que siempre buscamos. La Liberación sera la manera en que honrare a el mejor hombre que he conocido. El problema es ¿Como aportar mas si por aqui todos me quieren fuera? Peor aun, si me viesen junto a Ayleen o Cavieres, los Maníacos tendrían un fuerte motivo para traicionar el pacto de no agresión. Quizás pueda seguir aportando desde otro lugar, mas, no estoy muy seguro de si la situación se repetirá en otros lugares... Las noticias de Libertaria, territorio liberado en el sur que aun resiste, me dan esperanzas de encontrar un flanco donde poder aportar. Debo regresar, no puedo irme de este lugar sin antes darle mi apoyo a Sofia y Laura.




Uno de mis hombres conduce el auto que nos llevara hasta un edificio entre nuestro distrito y el centro. Aun no logro comprender completamente el propósito de el Ilusionista. Hasta ahora hemos avanzado considerablemente al quitarles el distrito del norte, mas, puedo ver que estas conquistas que hacemos, son casi permitidas. No han realizado jamas un ataque fuerte a nuestro lugar central, y, mas aun, teniendo el control de los aviones y pudiendo bombardear nuestro distrito, no lo ha hecho. Mas aun, me ha dicho, aquella noche, que no tenia intenciones de matarme, que en cierta manera, no me veía totalmente como un enemigo. Me dio una dirección, para cuando quisiese ponerme en contacto con el. Hasta ahora no he acudido al lugar, no pienso pactar con el. Si lo hiciese, quedaría bajo su yugo, y no pienso seguir ordenes de nadie, hoy, yo soy el rey y si tengo que pelear lo haré. Quiero ver cuanto esta dispuesto a conceder, cuanto puede dejar perder hasta comenzar a pelear en serio. La llamada de Ayleen nos da buenas posibilidades. Si Laura entra y consiguen la dirección, entraremos con todo. Y que mejor que lo hagan mientras el Ilusionista esta ausente. No podrá leerme, y el lo sabe. Gustav y todos ellos no, al parecer. Fue un gesto que no esperaba de Albert, es el único gramo de culpa que tengo en esto. Mas, era necesario, el fue el pago por todas estas armas que hasta ahora, nos tienen dándole pelea directa a la maquina. Aun retumban sus palabras en mi cabeza ¿Es posible que el supiese todo esto y lo dejase pasar? Cuando me dio el fruto me lo dijo, no quería hacerlo, pues no confiaba plenamente en mi, mas, había visto algunas cosas que le habían hecho pensar que era necesario. Me pidió que guardase silencio al respecto para no alborotar por la atribución tomada. Es como si se hubiese estado adelantando a algo. Muy posiblemente ese algo puede ser esto. La expansión ha sido cada vez mas notoria, mas, pienso mantenerla en secreto. Es conveniente que mis enemigos desconozcan mis fuerzas reales. El Ilusionista sabe, ese tipo esta en un nivel mayor, no se como habrá conseguido llegar hasta eso.
Me bajo del auto y le digo a mis hombres que esperen ahí. Entro al edificio abandonado y por las escaleras llego hasta la azotea, sobre el piso seis. Al llegar a esta la veo vacía. Camino por el borde contemplando el centro de la ciudad. Esto no te va a gustar, jodido hijo de puta.




Vamos en una pequeña embarcación recorriendo los canales patagonicos. No hemos dado con rastro alguno de Jean hasta ahora. La hermosura del paisaje me permite apreciar en parte, el seguir aun vivo y el tener que realizar este viaje, me permite olvidar por instantes los ejércitos de dudas, miedos y rencores que constantemente azotan el campo de batalla mental. Las clarisimas aguas del canal reflejan las numerosas islas diseminadas entre los canales, con una amplia y verde vegetación. Numerosas montañas se erigen en estas, revelando el sumergimiento de la larga cordillera en el mar, para finalmente llegar al Ártico.
-Si seguimos así no lo encontraremos nunca- dice Dario mientras contempla un tordo volar por el cielo.
-No tenemos muchas mas opciones de búsqueda- dice Philipp. La sorpresa me inunda al ver pasar un cóndor dorado inmenso sobre nuestra embarcación ¿Es Ul? Nadie parece notarlo. Sobrevuela junto al barco
-Tenemos que seguir el viaje- me dice- tu indica que me sigan
-¿Como? Ellos no pueden verte- le pregunto acercándome
-Esteban ¿Estas bien? ¿Con quien hablas?- me dice Dario
-Tu solo indicales el camino que yo tome- me dice mientras se adelanta en una bifurcación tomando uno de las desviaciones del canal. Me acerco hasta el timón. Dario me sigue
-Toma el de la derecha- le digo al hombre que lo maneja.
-¿Que ocurre Esteban?-
-Es difícil de explicar, tu tan solo confía en mi...- le digo mientras contemplo a Ul volar mas adelante.
-Vas a salir con las mismas que Philipp- dice Dario  mientras contempla el canal, mirando la gran vida acuática del lugar. A lo lejos puedo ver una montaña alta en una de las islas que en vez de presentar costa, se hunde en el mar con un alto acantilado. Un pequeño barco esta anclado junto a la isla. Philipp se me acerca rápidamente
-Tiene que ser ahí- nos dice
-¿Como escalamos eso?- pregunta Dario.
-Tenemos un par de herramientas que pueden serles de utilidad- nos dice el hombre en el timón mientras le hace un par de señas a uno de sus hombres. El barco esta cada vez mas cerca y Ul se posa en lo alto del risco, esperando a que suba. En el cielo, bastante lejano, se ve un helicóptero sobrevolar la zona. Caminamos por la cubierta hasta llegar junto al acantilado, donde el barco se posa. Uno de los hombres me entrega una cuerda y un par de ganchos. Philipp escala el mástil hasta llegar a la punta y con un increíble salto, alcanza con su mano el borde del barranco. Luego acabar de subir me hace una señal. Subo por el mástil lo mas rápido que puedo y amarro uno de los ganchos a la cuerda. La lanzo con fuerza, Philipp la atrapa.
-Tienes que subir aqui Dario- le digo mientras coloco el gancho en lo alto del mástil. Doy un salto y llego al borde del acantilado.
-Nada mal- me dice Philipp. Dario escala con dificultad, mas, consigue llegar a la cuerda y comienza a avanzar por ella a duras penas, cuando esta mas cerca, lo agarro del brazo y lo termino de subir. Miro el paisaje repleto de vegetación, un frondoso bosque se presenta ante nosotros. En medio de el, puedo ver un alto pilar de piedra.
-No perdamos tiempo, estamos cerca- dice Philipp mientras se adelanta.




Camino a prisa en medio de las fabricas abandonadas, cada vez mas cerca de la antigua base Maníaca. Sofia sigue mi rastro en cada momento, mas, mantiene distancia por si el Ilusionista aparece. Llego por fin frente al portón al que tantas veces grite "GALLINAS ROSTIZADAS, CEREBROS FRITOS" la putita frase de Nicolas. Abro el portón, la fabrica esta vacía y a oscuras. Entro y comienzo a recorrer el lugar. Los recuerdos de los tiempos en que este lugar estaba lleno de vida, comienzan a dibujar sobre la imagen del lugar, aquel tiempo pasado de asambleas, operaciones, el mismo convivir aqui. También aqui fue destrozado Kain por el Despellejador, puedo ver una gigantesca posa de sangre en medio de la sala.
-¡Vaya sorpresa!- escucho a mi espalda, me volteo, mas, no veo a nadie. No es el Ilusionista, se que no ha ingresado en mi cabeza. De en medio de las sombras, aparece el mismo tipo de vestimenta de cuero y cuchillos en su cinturón.
-Otra vez tu- le respondo
-Entonces ¿Te has decidido a venir con nosotros?- me pregunta
-Quiero matar a Glenn y no podre hacerlo si el Ilusionista no me lo permite... Por acabar con ese desgraciado estoy dispuesta a todo-
-¡Excelente!- dice animado- Voy a ver tu linda carita a diario entonces
-No te emociones, palurdo- le respondo
-Con el tiempo vendrás sin siquiera que te llame, lo se- me dice mirándome a los ojos.-En fin, te llevare ante el Don.
-¿Ahora mismo?- le pregunto
-Evidentemente- me dice mientras camina hasta el portón de la fabrica y sale, lo sigo. Al llegar a la calle un vehículo militar se detiene y el tipo se sube.
-Anda, súbete- me dice mientras me señala el asiento de atrás. Me subo un tanto dudosa- Por cierto, puedes decirme Xavi, la señorita conduciendo es Beatriz.-
-Así que tu eres la famosa niñita de los rumores- me dice una mujer rubia al volante.
-Laura es mi nombre- les digo, el auto avanza a gran velocidad por la calle, estamos llegando al distrito central de la ciudad.
-Has tomado una muy buena elección al venir con nosotros, bonita- me dice Beatriz- la purificación puede comenzar en cualquier momento y si te pilla en el bando equivocado...-
-Nos la vamos a pasar en grande- me dice Xavi, le respondo con gesto de desprecio.  Al parecer todo marcha bien, el reto central sera encontrarse con el Ilusionista.




Reviso una y otra vez el teléfono esperando la llamada de Sofia con la locación del lugar. Hasta ahora no ha llamado, espero que no hayan habido complicaciones... Gustav partió tras Sofia y Nicolas, Eugenio y Julio, junto con Cavieres, están en la resistencia del distrito norte. Me paseo ansiosa por la habitación a la espera de que por fin suene el teléfono. De pronto, se escuchan tres golpes en la puerta de entrada. ¿Quien sera? Saco mi pistola y camino sigilosamente hasta la puerta.
-¡Hable!-
-Los olvidados se levantan- no reconozco la voz, me decido a abrir la puerta, mas, tengo preparada la pistola. Al abrir la puerta veo dos hombres. Uno de ellos era el psiquiatra de Laura y Sofia, mi sorpresa aumenta al ver al otro hombre.
-¡Jaime!- digo sorprendida. Les indico que pasen y cierro la puerta tras ellos. Cuando llegamos a la sala Carlos me mira directamente.
-Necesitamos hablar con Gustav-
-No esta aqui, estamos en medio de algo importante- le respondo
-Esto también es importante- me dice Carlos. Jaime se mantiene silente
-¿Que ha pasado? Cuéntenme-
-Conseguí salir de la montaña, el día que Dosser despertó el camino se derrumbo y quedamos atrapados. Cuando logre volver a la ciudad acudí primero a los Maníacos, mas, no me prestaron demasiada atención. Fui a hablar directamente con Glenn, mas, me dijeron que había salido. Cuando pregunte por alguien mas con quien hablar solo pusieron complicaciones. Vi ciertas actitudes que me indicaban que algo andaba mal, así que recurrí a Carlos. El me explico lo que paso, con esto mas claro, me siento aliviado de no haber entregado los conocimientos que traigo a ellos... Bien, lo primero que he de mencionar es que el Árbol de la montaña de Zenon ha muerto.-
-Mierda...-
-Sin embargo, he podido elaborar un método para separar las sustancias esenciales de hojas y semillas, de las que traigo la ultima cantidad de la que disponíamos en la montaña. Los efectos de estas sustancias combinadas no son equivalentes a los frutos de la planta. Lo que hacen es mostrar de forma provisoria los efectos de la expansión. Son alrededor de 30 minutos por dosis en que las capacidades en general, se incrementan de forma considerable-
-Mierda, esto es grade- digo sorprendida- Llegas en buen momento... Acabamos de conseguir algo que podría interesarte
-Dime- me dice con curiosidad
-Tenemos once frutos extraídos directamente del Gran Árbol-
-Sorprendente- dice Carlos.
-Creo que vine al lugar indicado- dice Jaime sonriendo mientras abre su mochila. Suena el teléfono y se me erizan los pelos. Contesto de inmediato
-Ayleen, tenemos la dirección- dice Sofia a través del teléfono.




-Equipo aéreo ¿Alguna novedad?-
-El barco se mantiene esperándolos, van acercándose al pilar de piedra.-
-Entendido- le respondo. Llegamos aqui hace dos días y no hemos logrado ingresar a la escalera junto al pilar central. Una especie de aura roja rodea la entrada a la escalera, al intentar atravesarla, es como si chocáramos con una pared. No comprendo que sera todo esto, mas, este es el lugar que me indico Anderson. Ningún miembro del equipo consiguió atravesar la pared de luz, mas, hemos encontrado rastros que indican que alguien mas si lo ha conseguido, hace menos de un dia. Al parecer alguien mas va tras esta roca ¿Quien sera? ¿Los Maníacos o el Ilusionista? Y ahora, con la llegada de estas tres personas, mas dudas nacen. Me mantengo en medio de los arbustos, en una zona cercana a la escalera, oculto, junto a dos hombres del Equipo Negro. Puedo ver acercarse a tres hombres a la distancia, en medio de la amplia vegetación del lugar. Logro reconocerlos cuando se acercan mas, los tres hombres estuvieron en esa fabrica cuando la mayoría de mis hombres cayo. Fue el día que conocí a Glenn. El primero es Esteban, uno de los lideres terroristas. Perdimos la pista de el luego de que participase en los enfrentamientos que dieron origen a la declaración de emancipación de la región, bajo nombre común "Libertaria". Los otros hombres son el Despellejador y Dario. Menudo grupo este... Se acercan hasta llegar frente a la pared de luz
-¿Que es esto?- Pregunta Dario
-No lo se...- dice Esteban
-Tendremos que intentar cruzarla, esto es claro indicio que vamos cerca- De un salto atraviesa la pared de luz. Esteban le sigue y también lo consigue. Cuando Dario lo intenta, se estrella de lleno con esta
-¿Que pasa? ¿Por que yo no?-
-Es posible que solo permita la entrada a quienes hayan probado de la planta...- dice Esteban mientras mira a Philipp.
-Tendré que quedarme aqui... lo note hace unos días, son ustedes dos los que Dosser no permite que se separen. Ayer salí a caminar en la noche y no hubo fuerza que me impidiera tomar distancia... Quizás sabia que esto venia- dice Dario mientras se sienta en el suelo- Estén atentos, tal vez encuentran una forma de quitar la barrera allá abajo.
-Pegare un ojo a eso, aunque no te puedo asegurar nada, desconozco adonde vamos a ir a parar.- le dice Esteban- Haré todo lo posible
Comienzan a descender por la escalera. Dario se mantiene en el piso, saca de su mochila una botella con agua y comienza a beber. Doy una señal a mis hombres y nos abalanzamos sobre el antes de que alcance siquiera a sacar su pistola. Jamas había tenido a mi disposición hombres tan veloces y fuertes.
-Mira a quien tenemos aqui- le digo a Dario mientras camino hacia el
-William, gringo de mierda ¿Que haces aqui?- me pregunta con una mueca de desprecio.
- Y mírate, acabaste como amigo de esa sanguinaria bestia que tanto perseguiste... Bueno, no son tan diferentes entre ustedes-
-¡Púdrete imbécil! Por tu culpa mi vida se desmorono- me responde
-¿Por mi culpa? Tu mismo te hundiste, el montaje que colocamos fue innecesario cuando tu mismo actuaste-
-¿De que hablas?-
-¿No te acuerdas lo que le hiciste a uno de mis hombres? Con eso tu mascara se cayo, tu obsesión con Jean te convirtió finalmente en el. El copy-cat siempre fuiste tu, yo solo hice que no dudaran de esa clara verdad- se acerca aun mas- pero bueno, dejemos atrás el pasado, hoy hay otros asuntos urgentes. ¿Que hacéis aqui?
-No diré palabra alguna- me responde Dario
-Oh, lo harás, créeme...-




Llegamos hasta la azotea de uno de los edificios circundante a la base de la Orden Blanca. El lugar es como un pequeño palacio, los militares custodian ambas entradas y el jardín. Nos acercamos con Gustav, agachados hasta la cornisa, desde donde tenemos una mejor vista del lugar.
-Son muchos, Sofia ¿Como vamos a hacer para entrar?- me pregunta Gustav. Reflexiono mientras continuo observando el lugar. Los arboles son altos y de largas ramas, lo suficiente como para avanzar por ellos. Por el mas cercano al pequeño palacio podemos acceder a una alta ventana.
-Los arboles, vamos por ellos sin hacer ruido y entramos por una de las ventanas.- le respondo
-Yo no soy tu, Sofia- me dice Gustav
-Tranquilo, te ayudare si hace falta- le digo dejando escapar una pequeña carcajada.
-Los Maníacos se están posicionando.- me dice Gustav mientras me apunta dos cuadras mas a lo lejos. Un camión y dos camionetas se estacionan bloqueando el transito de la calle. Numerosos hombres armados bajan mientras, por otra calle, tres cuadras mas allá, se ve otro camión desde donde bajan Maníacos, esto sera grande- Podríamos aprovechar la avanzada Maníaca para entrar
-Hay que adelantarse- le digo mientras me levanto y acerco hasta la rama mas cercana del árbol- Vamos...
Tomamos vuelo y saltamos desde la cornisa hasta una de una gigantesca rama. Avanzamos por esta mientras vemos como a lo lejos, los Maníacos comienzan a acercarse. Aun no se ha disparado una sola bala.
-No me da para llegar al otro- me dice Gustav en voz baja.
-Claro que si- le digo mientras lo tomo el brazo y lo lanzo hasta el otro árbol, logrando sujetarse de una de las ramas. Doy un salto y llego me paro sobre otra rama, afirmándome del tronco.
-Que delicadeza, para la otra al menos avísame- dice mientras nos movemos avanzamos para llegar al siguiente árbol, ya el ultimo. Salto hasta una ventana abierta y caen mis pies en un pasillo. Gustav logra entrar, nos mantenemos agachados. Miro la sala del primer piso, una escalera de caracol, de mármol, conduce a lo que parecen ser pisos inferiores.
-Aun no da la señal, así que sera mejor mantenerse sigilosos, no sabemos si el Ilusionista esta aqui- le digo a Gustav, este me asiente. Se escucha una fuerte explosión, mas, no proviene de afuera, con los Maníacos, sino de los pisos inferiores ¿Que carajo esta pasando? Suena un pitido.
-¡Mierda! ¡La señal!- dice Gustav- Hay que bajar de inmediato.
Agarro a Gustav desde los hombros y salto hasta la primera planta. Corremos hasta la escalera de mármol mientras comenzamos a escuchar disparos afuera. La puerta central se abre y un militar aparece tras ella, Gustav dispara su pistola y este cae al piso. Bajamos a prisa por las escaleras hasta llegar a un nivel inferior, la escalera sigue, mas cuatro personas en el hall del nivel nos miran y sacan sus armas. Escucho una vez mas una fuerte explosión, viene de una habitación al fondo del hall.
-Mira que linda, va a ser un gusto matarte- me dice un hombre de vestimentas de cuero al tiempo que juega con sus cuchillos.
-¿Puedo quedarme con su cabello?- dice una mujer rubia mientras saca una sub-ametralladora
-Yo me quedo con los ojos- dice otro hombre con una mascara completamente negra, sin orificios para respirar ni para ver. El ultimo hombre se mantiene en silencio mirándome con una sonrisa macabra.
-Asquerosa pandilla de enfermos- les digo mientras saco un cuchillo y una pistola. Gustav saca dos pistolas apuntando a el hombre de ropas de cuero y al de mascara negra- Voy a patearlas el culo a todos ustedes
-¡No tienes idea de con quienes te has metido!- dice el hombre de vestimentas de cuero. Me lanzo contra el disparandole dos veces mas, ha evadido los disparos a gran velocidad, contra-atacando con sus cuchillos. Logro bloquear sus ataques al tiempo que escucho los disparos de la pistola de Gustav. Ninguno ha dado en el blanco, la sub-ametralladora de rubia mujer dispara cuantiosamente, Gustav consigue ponerse a resguardo tras un pilar, busca angulo como puede para responder con su pistola. El hombre de la mascara negra me agarra por la espalda, tomándome los brazos. El hombre de vestimentas de cuero prepara sus dos cuchillos para destazarme, aprovechando que estoy sin defensas, joder... "Vas bien Sofia, tranquila, estoy aqui contigo" ¿Es la voz de Dosser? Puedo sentir el abrigo naranjo alrededor de mi cuerpo. Doy un codazo y el hombre de mascara negra sale disparado contra una pared. Con mi cuchillo bloqueo los cortes del hombre de vestimentas de cuero, y con el otro, lo lanzo contra la rubia que continua disparando contra Gustav. El cuchillo se le entierra en el estomago y cae al piso. Finalmente, siento una increíble ligereza en el brazo que sostiene el cuchillo, sin saber como, le doy una ráfaga de cortes en el pecho al tipo de ropas de cuero, tirándolo al piso lleno de sangre. Solo resta uno, que se mantiene en silencio mirándome.
-¿Seras mas sensato que ellos? ¡Dime donde esta Laura!- De un segundo a otro desaparece y vuelve a aparecer junto a la mujer rubia. Desaparece junto con ella y vuelve aparecer ante otro de los heridos. Rápidamente, se los lleva a todos y nos deja solos en la habitación.
-Te has lucido- me dice Gustav saliendo tras el pilar. Caminamos hasta el fondo del hall, en busca del origen de las explosiones ocurridas. Una puerta lleva a un largo y oscuro pasillo, al fondo de este puede verse la luz de una habitación encendida- Espero que Laura este bien.
Cuando llegamos a la habitación encontramos un hombre tirado en el piso con un cuchillo clavado en su corazón. Laura e Ingrid se encuentran en la habitación
-¡Sofia!- dice al verme, me acerco y le doy un abrazo- Tenemos que salir de aqui.
-¿Que fue esa explosión?- le pregunto mirando la habitación. Parece ser un estudio, mas, esta hecho un desastre, como si algo hubiese lanzado todo al piso.
-Ingrid me mostró un truco que conoce- me responde Laura- era necesario para abrir esto
Me indica un baúl abierto sobre el escritorio. Parece estar destrozado, mas su contenido esta intacto. Cuando veo una flor blanca que parece brillar, comprendo completamente por que Dosser decía que estaba bien encaminada.
-Hay que soltar a todos los presos- nos dice Ingrid- Están en el nivel inferior.
Laura guarda la flor blanca en un pequeño estuche y me la entrega, al salir de la habitación piso una pequeña estatuilla en el piso.
-¿Donde esta el Ilusionista?-




-Veo que finalmente has acudido- escucho a mi espalda, doy media vuelta y veo frente a mi al Ilusionista.
-Claro que he venido- le respondo- Cosas importantes ocurren
-Veo que has ido ocultándome aun mas recuerdos de tu memoria ¿Que tienes entre manos?-
-Hoy te he llamado únicamente por una razón. Estoy aqui para demostrarte que has cometido un grave error subestimandome.-
-¿Que daño podrías hacerme tu? Que tengas un fruto en el cuerpo no significa que estés a mi nivel- me responde seriamente.
-Vas a tener que encontrar un nuevo lugar donde quedarte...- le respondo sonriendo- tu pequeño palacio muy probablemente ya este ardiendo.-
-¿Como es po...- se pausa repentinamente- Así que no le importo colaborar con los asesinos de su amor a esa muchacha. De cualquier manera, que bajo, sacarme de mi hogar para que no estuviera para defenderlo. Me decepcionas Glenn -
-Toma esto como una advertencia, por que vamos a seguir avanzando y, créeme, cuando tus tropas se agoten, por muy poderoso que seas, no podrás contra un ejercito-
-¿Que tan seguro estas de eso?- me dice sonriendo. Siento un fuertisimo puñetazo en el estomago y caigo al piso. El Ilusionista ni siquiera se ha movido.- De cualquier forma, esto no cambia nada...
De un segundo a otro se desvanece.




Bajamos a toda prisa por la escalera de caracol. Son ya cerca de diez minutos que llevamos en ello y aun no llegamos hasta su final ¿Que tan profundo nos internaremos? Con la linterna, ilumino el camino, revelando en las paredes una serie de dibujos. Una roca y un gigantesco árbol son las imágenes que aparecen repetidas veces. Hay varias frases escritas, mas, están en una extraña lengua que desconozco.
-Esto es extraño...- me dice Philipp- creo reconocer el estilo de los dibujos y el tipo de escritura, aunque esta ultima sigo sin comprenderla.
-¿Y de donde la reconoces?-
-Cuando nos dirigíamos a la montaña de Zenon junto con Dario, tratando de cruzar la pared montañosa, dimos con una estructura de piedra antiquísima, como una especie de templo. Fue ahi donde vi estas escrituras y dibujos. Recuerdo que había una puerta que no pudimos abrir...-
-Pero ¿Estas completamente seguro de que se trata de lo mismo?- le pregunto mientras llegamos al final de la escalera y damos directo con una amplia sala de piedra. En el centro de esta, un pilar, también de roca, libera un rayo de luz desde un agujero central.
-Podría apostar a que si- me responde Philipp contemplando la habitación. Tras el pilar, una amplia puerta da a lo que parece ser un puente- Parece que no es solo el campo de fuerza de afuera, el lugar parece estar funcionando completamente... Jean aun debe estar aqui.-
-Entonces continuemos, estamos cerca- le digo mientras me dirijo a la puerta. Al cruzarla, puedo ver una habitación inmensa, con cuatro puentes unidos a una plataforma central. Miro por la baranda del puente y puedo distinguir una inmensamente larga caída. Desde lo profundo se ven numerosas luces, como si de estrellas a nuestros pies se tratase. De la plataforma central, baja una torre hasta donde prácticamente resulta indistinguible
-Esto es gigantesco- me dice mientras avanzamos a la plataforma central. Tras el resto de los puentes, hay una puerta abierta por cada uno, y sobre esta, una extraña estructura de forma circular deja escapar un rayo de luz, el primero rojo, el siguiente verde y el ultimo azul, que llegan directamente sobre el centro de la plataforma principal. En el punto en que los tres rayos de luz se encuentran, un rayo único baja hasta el piso iluminando un circulo de un diámetro de unos tres metros, mediante una especie de "olas de luz" como si de gotas cayendo sobre un charco se tratase. Nos miramos con Philipp y entramos al circulo de luz. De un segundo a otro puedo sentir como si estuviese cayendo a gran velocidad, la plataforma central comienza a perderse en lo alto. Siento que me falta la respiración, mas trato de resistir, mientras caigo, puedo ver una ciudad inmensa, completamente iluminada y con sus calles completamente desiertas. La ciudad se pierde en lo alto, puedo ver no muy lejos el piso, cierro los ojos. Siento mis pies chocar con el piso, mas, es como si jamas se hubiesen despegado de la plataforma. Miro a Philipp, que luce algo sorprendido, sobre nosotros, ya no se puede distinguir la salida. Frente a nosotros un largo, ancho y alto pasillo se muestra iluminado por una luz proveniente del suelo. Caminamos por el pasillo, las paredes y el techo son completamente negros, mas, pequeños y numerosos destellos salen de estos, dando la impresión de estar recorriendo un camino de estrellas. A lo lejos, se escuchan un par de gritos que quiebran el silencio del lugar.
-¡Hay alguien mas!- me dice Philipp al tiempo que comienza a correr. Avanzamos a prisa por el pasillo hasta llegar nuevamente a otra escalera. Bajamos a toda prisa, mientras descendemos, puedo ver una amplia sala con una especie de altar al centro donde descansa una roca roja de cerca de metro y medio, un campo de una intensa luz roja rodea el altar. Junto a este campo de luz, dos hombres se enfrentan, cuchillo en mano. Uno de ellos tiene el cabello largo, negro canoso, Jean. El otro tipo es calvo, alto y fornido.
-¡Detengamos esta estúpida pelea de una vez!- le grita el hombre calvo- ¿Acaso no ves que ambos tenemos el mismo objetivo?
-No tienes idea de que esta pasando Joseph- le responde
-¿Crees que Alexander no se ha enterado de los planes de Dosser? ¿Crees que lo ha dejado pasar?- le responde Joseph- ¿Tu crees que nos interesa lo que le ocurra a este mugroso lugar? Nosotros ya tenemos un imperio, a diferencia de los Maníacos, que por costumbre tienden a la dispersión y el desorden. No necesitamos el control de este territorio, estamos aqui exclusivamente para detener a Dosser. Se un hombre sensato y trabajemos juntos.-
-Que quiera detener a Dosser no significa que vaya a trabajar con agentes de la dominación- le responde Jean- Ademas, no hay manera de cruzar el campo de fuerza, llevo un día entero intentándolo y ha sido imposible... He tenido un par de sueños, lo que he visto no me da buenas señales, pues, al parecer solo una persona puede romper la barrera y...
Se detiene en seco al verme junto a Philip. Terminamos de bajar por las escaleras, Joseph me mira fijamente, como si estuviese apunto de atacar, saco mi cuchillo para estar preparado.
-Mira a quien tenemos aqui, la herramienta de Dosser- dice Joseph mirándome fijamente jugado con su cuchillo- Cometió un error al dejarte venir aqui...
-¡Detente Joseph!- le dice Jean. Joseph comienza a acercarse cuchillo en mano. Philipp se adelanta con un cuchillo en cada mano
-No es nada personal, mas, estoy forzado a defenderlo. Dosser ha insertado este extraño mandato con una fuerza a la que no puedo ofrecer resistencia. Así que, con esto dicho, si deseas iniciar batalla, estaré forzado a traer el precioso baile de mi cuchillo con la sangre de vuestra garganta-
-¡He dicho que se detengan!- dice Jean mientras se coloca entre Philipp y Joseph.- Recuerda que necesitamos la roca, el único que puede romper el campo es Esteban-
-¿Y que esperas que hagamos?- le responde Joseph- ¿Que lo rompa amablemente para nosotros? ¡Esta del lado de Dosser! ¿Por que carajo va a ir contra el?-
-¿Para que necesitan la roca?- les pregunto
-¡Claro! ¡Vamos a contártelo todo para que se lo informes a Dosser!- me grita Joseph- Que te den
-Yo no estoy del lado de Dosser- les respondo molesto, Joseph me mira confundido y Jean mira con interés.
-¿Entonces por que sigues el camino que ha trazado para ti? ¿Por que no has ofrecido resistencia?- me pregunta Jean
-Tengo un plan- les respondo
-¿De que hablas?- me pregunta Philipp
-Actualmente, nadie esta en condiciones de darle cara a Dosser, dado que su poderío es inmenso. Tenemos las de perder, mas, estoy apostando a que, cuando llegue hasta el Gran Árbol y reciba el aliento, poder canalizar este contra Dosser-
-¡Eso es imposible!- me grita Joseph- Y de ser posible, dudo que seas capaz de lograrlo, estarás entregando en bandeja el fin de la historia.
-Es la única posibilidad que tenemos- le respondo
-Claro que no, hay algo mas- me responde Joseph
-¿Que?- le pregunto
-Suicidate, con eso, el Plan de Dosser quedaría completamente desarticulado.-
-Eso no serviría, Albert murió y Dosser continuo como si nada, quizás puede encontrar un reemplazante.- dice Jean.- Puedo ver que no estas mintiéndonos.
-Y los ayudare- les digo mientras camino hasta la barrera de luz y coloco ambas manos sobre esta, con fuerza. La barrera se quiebra y luego desvanece. La gigantesca roca roja esta descubierta. Joseph mira sorprendido, Jean camina hasta mi
-Hay algo que no calza- me dice- ¿Por que has venido aqui?
-Dosser me envió a buscarte, me mostró que tu tenias el mapa para llegar al Gran Árbol- le respondo, me mira preocupado
-No entiendo ¿Por que no te mostró directamente el camino el? Dosser lo conoce...- me dice mientras se acerca a la piedra- Pareciese que quería que esto sucediese
-¿Y para que querría entregarnos un arma para enfrentarlo?- pregunta Joseph
-¿Y si esto es una trampa?- nos pregunta Jean. Camina rápidamente hasta la roca y coloca ambas manos en ella. Un destello de luz sale de sus ojos, retrocede abruptamente un par de pasos. Parece desorientado, mas vuelve en si- Hay que dejarla aqui...
-¿Estas loco?- dice Joseph mientras se acerca
-¿No lo ves? ¡Esto no ayudara contra Dosser! Quiere utilizarnos para completar su plan- le dice Jean colocándose frente a Joseph, impidiéndole el paso a la roca.
-Apártate- le dice-
-No- Joseph le da una patada y Jean cae varios metros mas lejos. Me abalanzo contra Joseph, me siento increíblemente lento, como si la expansión se hubiese borrado. Con un simple puñetazo me tira al piso. Philipp lo ataca con su cuchillo, mas, Joseph lo evade con facilidad y con una patada en la espalda lo lanza de lleno al piso. Camina hasta la roca y la carga en su espalda, es malditamente fuerte. Trato de levantarme, mas, apenas tengo aliento. Joseph saca su cuchillo y se acerca hasta mi.
-Esto sera un duro golpe para Dosser, la roca de nuestro lado y su herramienta para iniciar el ciclo, muerta. Es un gran día- Levanta su cuchillo listo para apuñalarme. "Vas bien, tranquilo, estoy contigo" escucho la voz de Dosser en mi cabeza, y puedo sentir como si tuviese puesto el abrigo naranjo. Le doy una patada para hacerlo retroceder y me pongo en pie. Saco mi cuchillo y voy a la carga, bloquea mis ataques con dificultad, contra-ataca rápidamente, mas, logro evadirlo.
-¿Como es posible? Se supone que la expansión en ti debería estar desactivada.- dice Joseph
-¿Por que en ti no?-
- Por que también he probado uno de los frutos del Viejo Árbol, entregado por Alexander. Tengo dos dominios de expansión, por tanto, la perdida de habilidades es solo de ese espectro.- me responde- Lo que no comprendo es por que no te afecta.
-Estoy harto de ti...- le digo mientras voy una vez mas tras el, con un puñetazo lo tiro al piso, mas se levanta al instante. Jean se reincorpora y Philipp también, ambos listos para enfrentar a Joseph. Este ultimo, comienza a correr en dirección a las escaleras rápidamente.
-¡No hay que dejar que se escape o quedaremos atrapados aqui!- nos dice Jean mientras corre tras el. Vamos a prisa, por las escaleras hasta llegar al pasillo de estrellas, en la distancia se puede ver a Joseph corriendo a gran velocidad. Mientras vamos tras el, a medida que la piedra se aleja, la luz del suelo mas distante de la roca, comienza a apagarse a nuestras espaldas.
-Si llega al circulo de luz antes que nosotros no podremos salir de aqui- me dice Philipp. Acelero el paso todo lo que puedo, cada vez me acerco mas a Joseph. Cuando este esta apunto de llegar al circulo de luz doy un salto y me abalanzo sobre el tirándolo al piso. Le doy dos puñetazos en el rostro, me responde con una patada que me obliga a retroceder. Jean y Philipp nos alcanzan, Joseph se mete al circulo de luz y desaparece. Corremos dentro del circulo antes de que se apague y aparecemos en la plataforma central, ahora sin las luces roja, verde y azul. Joseph corre en dirección a la salida. Cuando llega al final del puente se detiene al ver tres hombre parados, con trajes especializados y armamento de alto calibre apuntando. Reconozco a uno de los hombres, es el agente de la maquina que intento detenerme en esa fabrica, cuando me enfrente por primera vez a Philipp.
-¡Que generoso de vuestra parte traernos la piedra hasta aqui! No se preocupen, nosotros terminaremos el trabajo ahora.-nos dice con un español mal pronunciado.
-Apártense o los matare- le responde Joseph. El gringo mira a uno de sus hombres y este, a una increíble velocidad llega hasta a Joseph y le da un golpe en la nuca que lo tumba de inmediato. El hombre toma la piedra y la carga en su espalda.
-¡Deja eso ahí!- le grito mientras me acerco. Uno de los hombres del gringo lo mira
-No, con ellos no sera necesario usar la fuerza- dice mientras le hace un gesto. Uno de sus hombres sale de la habitación y vuelve junto con Dario, que tiene sus manos atadas.
-La cosa es simple, no lo matamos y nos vamos en paz- nos dice- no hay negociación
Nos miramos entre nosotros y molestos, nos resignamos a aceptar. William le da un empujón a Dario tirándolo al piso, mientras comienzan a salir del lugar. Philipp se acerca hasta Dario y lo ayuda a incorporarse y quitarse las amarras.




Todavía se escuchan disparos en las afueras del lugar, comenzamos a bajar al nivel de la prisión por la escalera de caracol hecha de mármol.
-¿Donde esta el resto de la Orden?- pregunto
-En terreno la mayoría, el resto seguramente combatiendo arriba- me responde Laura
-¿Y el resto de los antiguos Maníacos? ¿Sabes algo de eso, Ingrid?- le pregunta Gustav. Guarda silencio mientras continuamos bajando las escaleras. Damos con un pasillo con numerosas puertas.
-Solo queda uno con vida- nos dice Ingrid apuntando a una puerta- Si yo fuera ustedes no miraría tras ninguna otra puerta
Me acerco hasta la puerta que indico y la abro, en la habitación puedo ver a un hombre encadenado. Entramos a la habitación, el prisionero mira asustado
-Tranquilo, estamos aqui para ayudarte- le digo mientras quiebro sus cadenas con mis manos. Bendita sea la expansión. Gustav coloca el  brazo del hombre en su hombro y salimos de la habitación. Ingrid mira al hombre malherido y se acerca, colocando sus manos en su rostro. Luego de unos segundos, este ya puede caminar por su cuenta.
-¿Quien eres?- le pregunta Gustav- ¿Por que te tenían aqui?
-Fui enviado desde Libertaria a pedir ayuda a los Maníacos, cuando me disponía a regresar, un hombre de vestimentas de cuero me intercepto y me trajo hasta aqui...
Examino con la mirada algunas puertas, una de ellas permite ver algo de su interior. Al fijar la vista, puedo ver un montón de carnes despedazadas en un gran charco de sangre.
-Te dije que no miraras- me dice Ingrid
-Salgamos de una vez por todas de este lugar.- les digo mientras comienzo a subir las escaleras.
-Te dije que lo conseguiríamos- me dice Laura
-Hemos tenido suerte de que el Ilusionista no haya estado, de no ser asi, el escenario seria completamente diferente- dice Gustav
-Se llama Alexander- dice Ingrid- es mi hermano.
-¿Es una broma?- le pregunta Laura
-Es una larga historia... Cuando conocí a los Maníacos deje de inmediato la Orden- nos cuenta. Llegamos finalmente al nivel de la superficie, se escuchan aun unos cuantos disparos y el militar abatido por Gustav permanece aun en el suelo. Salimos del edificio, armas en mano disparando a cada militar a nuestro paso.
Cuando ya no queda ninguno en pie nos encontramos de frente con un grupo Maníaco.
-¡Es el traidor!- grita uno de los hombres señalando a Gustav. El escuadrón completo apunta contra el.
-¡Basta! ¡El esta con nosotros! ¡Si lo atacáis violaran el pacto de no agresión!- les grito enfurecida- Y se los juro, eso no les conviene-
-¿Como pueden proteger a este hombre? ¿Acaso Albert no significo nada para ti?- dice otro hombre del grupo, mientras continúan apuntando, un escuadrón mas de Maníacos pasa junto a nosotros. ¿Son explosivos lo que veo? El escuadrón entra al edificio y comienza a bajar por las escaleras
-¡No hables de lo que no tienes puta idea!- le grita Laura acercándose rápidamente y dándole un puñetazo. Todos los hombres apuntan a Laura, corro hasta ella y  me pongo en medio- Sois todos unos imbéciles...-
-¡Esto es suficiente!- dice otro hombre del grupo- ¡Dennos al traidor!
El escuadrón completo se abalanza contra Gustav, justo antes ser alcanzado por ellos, Ingrid le algo al oído y levanta los brazos. Una luz inmensa aparece frente a nosotros, encandilándonos. Luego de unos segundos recupero la visión. Gustav y el hombre de Libertaria se han esfumado
-¡Mierda!- grita uno de los Maníacos- ¿Como carajos se nos escapo?
-Esto se sabrá, todos se enteraran que estáis colaborando con el traidor- dice otro Maníaco. El escuadrón que entro al edificio comienza a salir, ya sin lo que parecían ser los explosivos.
-Deberían dejar de quejarse y comenzar a agradecer que les hayamos dado el dato de este lugar- dice Laura`
-¡Todos a cubierto!- dice uno de los hombres del escuadrón que salio del edificio, nos alejamos de este ultimo lo mas que podemos y luego de unos segundos se escucha una tremenda explosión. El pequeño palacio comienza a derrumbarse. Inmediatamente siento un horrible chirrido que amenaza con hacer estallar mis oídos, me los tapo con fuerza. Todos hacen los mismo menos Ingrid que levanta sus manos y cierra sus ojos. Poco a poco el chirrido disminuye su potencia y nos reincorporamos.
-¿Que es esto?-
-Alexander esta aqui... Tenemos que escapar de inmediato- Responde Ingrid. Los Maníacos comienzan a caer al piso cubriéndose los oídos, algunos parecen convulsionar, otros tantos, lucen inmóviles, tal vez muertos, con hemorragia nasal.
-Mierda...- dice Laura mientras, tras una estatua aparece el Ilusionista
-Has perdido tu oportunidad de acabar con Glenn- le dice Alexander a Laura, luego me mira a mi- Llevas la flor blanca contigo... No sabes en lo que estas metiéndote niñita, esa flor te llevara mas allá de los dominios de Arabel, muy lejos de su protección.
Ingrid se mantiene en silencio, la miro directamente a los ojos, al parecer, el Ilusionista dice la verdad
-No eres digna de entrar en las tierras de Alexander III. Estoy cansado de vuestra insolencia- dice mientras comienzan a aparecer numerosas figuras de el por todo el jardín. Saco mi cuchillo y miro a Laura, preparada para enfrentarlo.- Voy a matarlas a ambas
-No podremos ganar- dice Ingrid- Hay que aprovechar la primera ocasión que tengamos para escapar.
-Yo me quedo, tu sal de aqui Sofia- me dice Laura
-¡Vete a la mierda! ¡No te voy a volver a perder!- le digo mientras me abalanzo sobre una de las figuras de el Ilusionista que se acerca a gran velocidad. Cuando lo toco, se desvanece de inmediato. Cinco vienen directo, Laura dispara a tres que desaparecen de inmediato, le lanzo un cuchillo a uno y le doy un golpe a otro, se repite lo mismo.- ¡¿Es todo lo que tienes?!
Puedo sentir una patada en la espalda y me voy de lleno al piso, me reincorporo rápidamente, mas, el agresor se ha desvanecido. Laura cae al piso también, corro hasta ella y comienzo a dar golpes al aire, esperando acertarle. Puedo escuchar la risa de Alexander a mi alrededor, mas, no puedo distinguir su origen.
-Sofia, tienes que irte- me dice Laura una vez mas.
-Cierra la puta boca y pelea- le digo mientras me lanzo contra otra figura del Ilusionista, que también se desvanece. De un segundo a otro puedo sentir numerosos cortes en mi espalda, doy media vuelta y con el cuchillo en alto. No hay nadie, mas, un ruido metálico indica que he conseguido bloquear su cuchillo.
Laura vuelve a salir disparada, esta vez se estrella directamente contra un árbol. Corro hasta ella dando golpes al aire que resultan inútiles. Puedo sentir un cuchillo clavarse entre mis costillas, caigo de rodillas al piso, sin aliento. No ha ocurrido, mas, lo he visto. Me giro rápidamente y doy una estocada al aire. Puedo sentir el cuchillo clavarse, y otro entrar por mi estomago, mas, no con toda la profundidad posible. El Ilusionista aparece frente a mi, con los ojos abiertos como platos. Mi cuchillo esta enterrado también en su estomago, parece incrédulo
-¿Como es posible?- dice mientras retrocede, sacándose el cuchillo del estomago. Sangra abundantemente, coloco mi mano en mi estomago y la veo repleta también de sangre. Me siento débil, todo comienza a oscurecerse lentamente. Alcanzo a distinguir antes de perder el conocimiento, como la figura de Alexander desaparece, y como Laura junto con Ingrid acuden a socorrerme mientras estoy tumbada en el piso.





-¡¿Como vamos a salir de esta maldita isla?!- grita Dario desesperado. Ante nuestros ojos, el barco facilitado por los Maníacos, completamente en llamas y toda la tripulación muerta. Parece ser que los hombres de William no salieron pacíficamente como decían. Philipp se pasea inquieto y Jean mira el piso, perdido en sus reflexiones.- ¡Estamos putamente atrapados!
-Habéis estado muy bien todos ustedes, todo marcha según lo planeado- dice una voz a nuestras espaldas, al voltearnos, vemos la figura de Dosser sobrevolando la isla- Con esto completado, vuestras historias han de continuar.
Puedo sentir como todo a mi alrededor comienza a dar vueltas y la imagen comienza a distorsionarse, cuando comienza a detenerse, puede verme sobre la cubierta de un barco. Mi sorpresa es máxima al ver como este vuelva sobre el mar. Ul pasa volando a mi lado y se posa sobre el timón.
-¿Que es todo esto?-
-Tu transporte- la voz de Dosser a mi espalda, una vez mas
-¿Como es posible que vuele?-
-No perdamos el tiempo- me respondo- lo que resta de viaje lo seguirás solo, únicamente con la compañía de Ul. Conseguir el aliento del Árbol no sera cosa fácil, así que no te desvíes de tu misión y confía en aquel cóndor dorado. Cuando encuentres a Arabel todo estará listo...
-¿Que paso con Philipp, Dario y Jean?- les pregunto
-Los deje en los destinos correspondientes para mi plan. Dario y Philipp están una vez mas en la capital y Jean, en su casa a las afueras de la ultima ciudad al sur-
-Verdaderamente lo tienes todo pensado-
-Todo lo necesario- me responde- Ahora, otros asuntos  me llaman, hemos estado ocupados
-Supongo que seria inútil preguntar-
-Así es, te informare cuando sea necesario- Dosser se desvanece en medio de una ráfaga de viento. Miro en el horizonte el sol esconderse en el mar, dando un majestuoso espectáculo de coloridas nubes en el cielo. Ul comienza a volar por delante del barco, indicando la ruta a seguir.



-Llegaremos a Libertaria mañana por la tarde- me dice Mario mientras cocina en la fogata un pedazo de carne
-¿Estas seguro que no sera problema el recibirme?- le pregunto
-No te preocupes Gustav, nosotros no caímos en la falsa imagen de Glenn- me responde
-Me alegra, es difícil aportar en todo esto cuando todos quieren verte muerto-
-En Libertaria necesitamos todas las manos posibles, así que serán bienvenidos.-dice Mario- Bastara que les cuente lo que han hecho por mi, para que les den el mejor de los tratos.
-Muchas gracias- le respondo. Nicolas se acerca hasta la fogata
-Espero que Cucho aun este por esos lados- dice sentándose junto a la fogata y extendiendo las manos para calentarse- Si aun sigue ahí, es posible que podamos conseguir información con algunos contactos en el extranjero por la situación de Mariano. Esperemos que aun no haya iniciado su viaje hacia acá...
-¿Sabes?- le digo- tengo un buen presentimiento con todo esto
-No te confíes por el dibujo de Julio- dice Nicolas- No podemos dar nada por sentado y, si nos demoramos solo un poco, puede que cualquiera de los otros dos bandos se adelante-
-Lo lograremos- le respondo- ya lo veras.

Concierto de Tripas.


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