Escena indeterminada.

-¿Que mas nos queda? Estamos solos una vez mas.
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-No se bien que decirte, se que no es nada nuevo, te comportas usualmente como la soledad suele hacerlo, indiferente, inmensamente distante,  mas jamas lo suficiente como para olvidarte. Te quedas junto a mi, mas ni siquiera me regalas una mirada, una sonrisa.
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-¿Que no ves cuan cansado estoy? ¿Acaso no ves que me estas consumiendo lentamente el alma?
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-Puedo ser amor y odio, risa y llanto, un poema y una ecuación, pero contigo siempre es inútil... ¿No importa cuanto diga, piense, sea y haga, siempre será igual, no es así?
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-¿Tan inmensa eres que no puedes identificarte conmigo? ¡La indiferencia solo puede nacer de aquello que nos es ajeno, eso si que lo sé! ¿Es que no ves que estoy aquí, contigo? ¿Que no ves que estamos juntos en esto?
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-¡Mírame! ¡Repróchame esta absurda escena! ¡Por favor! ¡Ódiame al menos! Una, tan solo una palabra daría sentido a este presente, justificaría cada instante vivido y por vivir.
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-Eres inmensamente cruel... Tu me haz plantado aquí, me trajiste de regalo este presente y no te pude ni mirar a la cara... Nada de eso te importa ¿no es asi?
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-Un regalo, seguido de la indiferencia absoluta, solo puede convertirse en maldición. Si no escuchas agradecimientos ni maldiciones ¿Que esperas que haga con tanto amor y odio acumulado? ¡Me has convertido en un pantano! Cada instante que pasa estoy mas y mas podrido...
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-Para colmo te tienes que quedar, recordarme cada instante tu falta de todo. Si realmente no te importo ¿Por que sigues aquí? ¿Por que no te marchas? ¿Por que no me abandonas aquí, para que el agua estancada se desparrame por la tierra y sirva de algo mas que para esta angustia?
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-No hay caso contigo... Aveces pienso que la única manera de librarme de este dolor es asesinándote, pero se que es imposible... a lo mas que puedo optar es a alejarte totalmente, a cortar todos nuestros lazos, todas las esperanzas agonizantes que se mueren de hambre día a día en tu silencio, apagar todas las luces y cerrar el telón, dar por terminada la obra.

(Se escucha tras la puerta entreabierta el sonido de una taza que cae al piso)

-¡Parece que no estamos solos!

(La puerta se abre y entre la oscuridad se vislumbra el rostro de Marcus)

-Lo siento, no he podido evitar detenerme a escucharte.

-Es irrelevante

(Magritte se acerca lentamente a Marcus)

-Es una puta... una maldita puta... estoy cansado de dedicarle tanta atención.

(Magritte coge una chaqueta negra y se la coloca, inmediatamente dirije su mirada a Marcus, que lo mira atentamente)

-Bien. Si me sigue respondiendo indiferencia, creo que seria una estupidez seguirle el juego ¿Me acompañas a ir por un par de copas?

-Claro, déjame buscar mi chaqueta.

(Marcus da media vuelta, pero se detiene y mira a Magritte con curiosidad)

-Se que probablemente no me concierne, mas... ¿Con quien hablabas?

(Magritte mira hacia la ventana de la vacía habitación, luego apunta su mirada a Marcus, con una sonrisa)

-Con la vida.