Por: Prometeo
Septima Parte
Una serie de luces pálidas inundan las calles, seducen a los ojos desprevenidos, convenciondoles con dulzonas miradas a que les miren, les agradezcan y las amen. A fin de cuentas las luces se crearon para espantar la oscuridad, para traer un trozo de día, un trozo de luz a la oscuridad. La claridad, la luz, ha sido históricamente considerada amiga y hermana de la seguridad y la certeza, la oscuridad como contra parte se le ha asociado rápidamente el miedo, la vulnerabilidad, la incerteza. Y esto tiene una explicación enfermamente sencilla, aunque incomoda para la construcción del mundo humano, parte de ese ideario complejo que se aplaca con un miedo disfrazado de mesura, explicado con la brillante formula "hay cosas de las que es mejor no hablar".
Desde el inicio de los tiempos el hombre ha creído fervientemente en el sentido de la vista, por sobre sus demás sentidos, de modo que aquello que es observable es creíble y real, seguro, cierto. La oscuridad no es mas que la ausencia de luz, lo que significa que la percepción se dificulta, dando la impresión de una neblina densa que impide observar la totalidad de las cosas, dejando siempre el misterio. El ser humano se incomoda facilmente ante el misterio, la incerteza le quita seguridad, le hace sentir vulnerable. Pero todo esto es fe. La vista es uno de los Dioses ocultos del hombre, al que todos le rinden culto sin vergüenza. Pero este Dios tan util no ofrece ningún tipo de certeza. Sangrienta, tiene algo de razon, al final, por mas ateos que nos creamos algunos, llevamos impregnado ese, entre pestilente y delicado, aroma de fe.
Los escaparates de los bares sonríen resplandecientemente, picaramente ante los brillos de las farolas, la calle se deja humedecer delicadamente por una llovizna primaveral. La avenida esta abarrotada de jovenes impaciente, ansiosos de encontrar un bar para concurrir a la rutina juvenil, que se presenta como anti rutina. Cientos de historias caminan a nuestro lado, rozándonos, seduciendonos, guiñándonos y escapando rapidamente. Puede ser que junto a mi encontremos una increible historia que enterneceria hasta el mas duro de los corazones. Pero las historias no son estaticas, cambian de escena constantemente y suelen limitarse a coquetear con el resto de las historias y continuar camino segun el propio guion marca. Podría perseguir a aquella muchacha poco agraciada que camina por la vereda de al frente y descubrir que quizas tras ese tosco rostro se esconde la belleza en un su maxima pureza, escondida tras el manto de los prejucios, de la estetica burguesa, de las feminas bulimicas, de los maniquis vivientes. Podria detenerme en la siguiente esquina y quedarme con el viejo mendigo de la calle Mayor, quizás tras su frondoza barba, su evidente falta de higiene y su vocabulario limitado, encuentre la verdadera fortaleza, y no aquella del hombre que aguanta cual Atlas, el peso de un mundo de deudas y de toda una vida que no elegimos. Pero todas esas historias no son mi historia y tengo la seguridad, de que es esta la que mejor podría contar.
De un segundo a otro, siento el peso de los ojos caleidoscopicos de una chica peliroja que apresurada, me lleva de la mano casi arrastrándome, casi empujando y exigiendo el paso al mundo, por que nuestra historia tiene que moverse, vivirse, quizás contarse, en su cabeza, en la mía o en la de un Dios, la ultima opción bastante compleja, por que de existir, se le imagina en una eterna siesta, o en un cadáver y los cadáveres, aunque sean de dioses, no piensan.
Me regala una sonrisa y vuelve la mirada hacia adelante. Su cabello rojo, no rojizo, ni rojo delicado o a medias tintas, rojo rojo, se movia con soltura, emulando un mar de llamas, que, de alguna forma, me quemaba, ademas de inspirarme un sin numero de frases pomposas que considero innecesario a este relato. No pretendo que la forma en este caso, domine el mensaje, que ha de ser preciso y claro, jamas forzado, redecorado; por que decorar y "embellecer" es como ocultar, es como disfrazar, se es menos sincero. Y dudo que tengamos tiempo de andarnos con juegos de mentiras, bueno, al menos yo, de Sangrienta me podría esperar cualquier cosa.
-Aquí es- me dijo
"REM" era el nombre del garito.
-Supongo que lo conoces- declaro burlonamente
El ambiente se repetía una vez mas, la mezcla de olores, las luces de diferentes colores que te desorientaban, una capa de humo densa y una multitud bailando.
Pensé que Sangrienta me llevaría al igual que Sofia, a bailar en medio de la multitud. Pero me arrastro hasta la barra, se sentó en ella y me miro casi diciéndome "siéntate hijoputa".
-Un whisky, sin hielo- dijo Sangrienta al barman- que te llevas tu Esteban?
-No lo se, supongo que un...- interrumpido, una vez mas
-Tráele un whisky también a el, hombre - pidió, sin siquiera mirarme
Saco de uno de sus bolsillos un par de cigarros. Dejo uno en la mesa, quemo la parte del filtro de su cigarro sutilmente, prendió su cigarro inclinando su cabeza hacia el lado izquierdo y una vez encendido alzo su cabeza con delicadeza, incitando con el aire de su boca al cigarrillo, como desafiándolo, luego dejo el encendedor rojo en la mesa y me miro esperando a que encendiera el otro cigarro para hablar. Jamas había visto tamaña decisión en el movimiento de alguien, en un acto tan simple como encender un cigarrillo, lo convierte en una especie de danza, de arte.
Tomo el cigarrillo, lo enciendo y dejo el encendedor en la mesa, en el mismo instante que coloque el encendedor sobre la barra, el barman ha dejado el whisky a nuestra disposición. Es dorado y una de las luces de la barra le da una iluminación casi mágica.
-Deberías quemar el filtro antes de prender el cigarro- me dijo Sangrienta mientras tomaba su vaso en una mano y miraba el humo que salia disparado del cigarro- deja sabor a pan tostado
Me clavo su mirada y se mordió el labio inferior, se acerco repitiendo una vez mas la formula de tres centimetros y siete milímetros y me coloco una vez mas en una posición incomoda, vulnerable, sin saber que hacer o decir. No se por que, intente esta vez quebrar yo esa barrera, a lo que ella retrocede y se ríe burlonamente, sin dejar de mirarme. Toca con el dedo indice y medio de su mano izquierda, su boca y acto seguido, coloca estos dedos en mi boca.
-Abre la boca- me dijo
¿Que esta haciendo esta mujer?
-Abre la puta boca he dicho!- me ordena.
Abro la boca y siento sus dedos dentro de ella, encima de mi lengua, sobre mi paladar. No sabia si estaba incomodo o demasiado exaltado (excitado también es una posibilidad) pero aquella situación era superior a mi. Y fue ahí cuando lo note, esos dedos no estaban solos, tenían una especie de lamina que se había quedado adherida en mi boca, en la zona del paladar. Sangrienta me leyó como un libro, saco sus dedos y se largo a reír. Luego en esos mismos dedos, saco una lamina y la coloco dentro de su boca sin dejar de mirarme. Saco sus dedos de su boca y me sonrió, triunfal.
No estaba seguro de que había hecho Sangrienta, pero sentía que se había salido con la suya.
Tomo su vaso de whisky y se lo tomo de una empinada.
-Trae la botella hombre! que partimos en un rato- dijo pegando una risotada
-¿Nos vamos?- le pregunte
El barman coloca la botella en la mesa a lo que Sangrienta me mira expectante. No se como es que puede comunicar tanto con esos ojos. Ojos de pantera, caleidoscopicos y ademas hablan, esta mujer tiene sorpresas hasta en los ojos. En fin, saco mi billetera y pago la botella de inmediato.
-Si, vamos a ir a otro lugar- dijo mientras se servia otro vaso- ¿Donde? Ya te enteraras en su momento.
Sangrienta bebe rápido y en cantidades, pero no parece demasiado afectada, yo ya llevo tres vasos y me siento algo extraño.
- Anda! bebete otro!- me dijo Sangrienta, animosamente
- Me siento extraño, creo que el alcohol, me esta pasando la cuenta- le respondí
Sangrienta lanza una carcajada estrepitosa
- No es el alcohol- dijo mirándome y sonriéndome maliciosamente- yo estoy igual, recuerda que el efecto tarda alrededor de media hora en llegar
Tengo la vista algo borrosa, las imágenes están un poco distorsionadas. ¿Media hora? ¿De que esta hablando? Y mi cabeza recordó ese instante de los dedos en mi boca y esa cuestión extraña, como lamina en mi boca. Me ha drogado! una vez mas.
-¿Que me diste?- le pregunto con cierta dificultad
Se acerco considerablemente y me susurro al oído
-Lo mismo que a mi- dijo riéndose
Una vez mas acerco su boca a la mía y rompió la barrera de los tres centímetros siete milímetros.
Por el lado miles de vasos quedaron observando, envidiosos de la escena. Y decidieron estallar, romperse y generar chillidos que hacían brotar un liquido dorado de los oídos de la gente. Que ya no bailaban, si no que buscaban pedazos de vidrio, desesperadamente y en un acto de compasión con esos vasos suicidas, decidieron hacerlos parte de ellos y aplacar sus sufrimientos comiéndoselos. El humo poco a poco empezó a concentrarse en determinados puntos adquiriendo formas de un ave con una larga cola y un par de alas de plumas multicolores, que caían y degradaban a cada instante a esta hermosa ave humeante. Pero eso no era lo central, en ese momento, sentí y creí que nosotros eramos el verdadero espectáculo ahí, la verdadera atracción. Mi corazón late aceleradamente y el cabello de Sangrienta adquiere sensaciones extrañas y diferentes, pasando desde la tierra mojada, hasta el mejor tipo de seda. De nuestra piel se escapaba el arrepentimiento de forma liquida, huía de nuestros cuerpos, sabia que no tenia cabida dentro de nosotros en este mismo instante. Buscaban refugios esas gotas en ropas cansadas e ignoradas, se consolaban entre si. Yo no buscaba refugio, creí por un momento no necesitarlo, creí en ese momento que el campo abierto era mi lugar. La respiración era cada vez mas acelerada.
Detenemos nuestra danza unos segundos y me dice al oído sin miedo, asco o prejuicio.
-Vamos al baño.
Y perdí noción total de la realidad, por un tiempo.
Y recupere la conciencia.
-¡Hey tu! ¿Que mierda haces aquí?
Si, una vez mas me han pillado. Hasta a mi me sorprende el nivel de idiotez al que puedo llegar.
-¡Ven aquí hijo de puta! ¡De esta no te salvas!
Aparentemente es un tipo rudo, se ha saltado el proceso de negociación y ha decidido pasarse a la acción. Bueno, cualquiera que tenga un arma, puede dárselas de tipo rudo con cualquier pelafustan desarmado.
Joder, saco la puta pistola! A correr!
Esa noche hacia frió, como toda noche de invierno. La lluvia azotaba esporadicamente, caprichosa como una quinceañera, ligera como una sabana recién puesta. No sabría decir muy bien que estaba haciendo ahí a esas horas de la madrugada, no sabia si estaba demasiado puesto o si estaba ebrio, no sabia si era un tripi o si el riesgo de la situación me había dejado en shock, haciéndome olvidar de todo, salvo de correr, obviamente. Solo tenia noción de tres cosas. La primera era de que corría por un callejón... bueno, supongo que ya se hacen una imagen.
Continuo mi carrera a toda marcha, debo salir de ahí. Tengo la vista un poco borrosa aun, pero mi cabeza ya se ha aclarado bastante mas. Corro, como jamas lo hice, no quería pensar que era un sueño, no lo creía, tenia que escapar. Llego al final del callejón y escalo la reja rápidamente, salto rápidamente al piso, doblandome el pie derecho, dejándome ya sin posibilidades de escape.
Me mantengo en pie, de espaldas a la reja. Estoy en el lugar de los sueños, la canaleta. Pero parece todo mucho mas real. El pie me duele inmensamente y escucho claramente la respiración cansada del tipo que grita una serie de cosas que no he escuchado, por que diga lo que diga, sera irrelevante.
-Se acabo hijo de perra. Yo sabia... - la pistola se escucha, ha quitado el seguro.
¿Acabare aquí? ¿Y si es un sueño en verdad? No lo parece, pero me siento cansado, empapado en sudor, no hay pelea que quiera dar, simplemente quiero descansar. Si esto acaba aquí, no sabre jamas la causa de mi muerte. ¿Importa? Creo que por fin, en pleno lugar colindante entre la vida y la muerte, se entiende que realmente, toda muerte de la forma que sea, siempre es una casualidad inevitable.
Se escucha el dedo en el gatillo, se acaba. ¿ Últimos pensamientos? ¿ Debería tenerlos? ¿No les habré regalado ya casi toda mi vida a ellos? Sera mejor estarme quietecito, tranquilo, sin ansias ni prisas a este único desenlace.
Un estruendo seco, suena como melodía final de una obra maestra. Un disparo ha quebrado la tranquilidad de la noche y se ha dejado morir, para traer nuevamente a un tibio sonido de una lluvia tranquila, serena, menos caprichosa y mas decidida.
Pero no estoy muerto, no siento mi cuerpo diferente, ni siquiera tengo sangre.
Me volteo y veo al tipejo rudo, en el piso entregando delicadamente su sangre al pavimente, dando un beso inesperado a esta canaleta que fue creada para el agua y ha de conformarse con sangre.
A su izquierda, Sangrienta baja la pistola y me sonríe.
- Estuvo cerca!- dijo riéndose alegremente
-Acabas de matarlo...-dije en voz alta preocupado- te... tenemos que salir de aquí antes que nos descubran..
Sangrienta me sonríe y se acerca, acaricia mi cabello y me dice al oído.
-Olvídate de esas estupideces, estamos aquí, por fin.
Esto... esto... esto no podía ser lo que imaginaba.
-Joder! que buena noche! te apuesto a que tu Sofia jamas te ha dado algo como lo de hoy.- dijo tomando la pistola del tipo rudo y examinándola- mira! vaya imbécil! te amenazo y persiguió y su pistola no tenia balas! jajaja
Boto la pistola al piso, se acerco a mi nuevamente y me dijo a distancia tres centímetros, siete milímetros.
-Hoy has estado muy bien-
Ha roto la barrera y volvemos a esta extraña danza, por un reducido tiempo, como si tuviese la intención de dejarme a medias.
Retrocedió unos pasos y me sonrió.
-Llego la hora Esteban, has estado muy bien, pero ahora llega el momento por el que estamos aquí- hablo, segura- es el momento que han esperado tus alas, es la coyuntura de tu vida, no lo arruines.
- ¿De que hablas? - trato de recobrar lucidez y sensatez - Acabas de matar un hombre! arruinaste tu vida, arruinamos nuestra vida, vamos a perderlo todo si no salemos pitando de acá!
-¿Perderlo todo? ¿Estas jodiendo no?- me dijo
-¿No te das cuenta? Esto es serio... nuestras vidas...
-Cállate!- me grito - sabia que esto tenia que pasar, habías estado demasiado bien, tanto que tu rostro de hormiga se había escondido, abrumado y ahora, sale en defensa como ultima opción para salvarse.
-Hor...
-Calla-me dice una vez mas
Balancea la nueve milímetros en su mano derecha y comienza a caminar lentamente hacia a mi.
-¿De verdad te crees toda esa mierda? Bonitas alfombras, televisores con seiscientos sesenta y seis canales, libros de setecientas noventa y dos paginas y el mundo de las princesas de Disney. ¡Que te jodan! en el fondo sabes muy bien que toda esa mierda es basura. ¿Sabes cual es la realidad? ¡Por supuesto que no lo sabes! ¡Eres experto en asumir! ¡Tu realidad es el consenso! ¡Tu realidad depende de lo que te digan o definan como real! . En este momento, es posible que seas simplemente una idea dentro de un puto sueño, tu existencia material no es mas que una simple ilusión y un juego de una conciencia cualquiera. Tu puta existencia se ira en cuanto esta mente deje de pensarte y punto, se acabo, toda la bonita puta vida que creías construida se perderá en la nada, sin ninguna esperanza de salir del abismo del olvido. ¿Quien sabe? Imagínate que todo eso fuese cierto, piensatelo un segundo. Toda tu vida apostando todas las fichas y toda tu ilusión de existencia a la puta alfombra, a ese puto televisor, a ese puto libro y a todas esas putas telenovelas de vida. ¿No te das cuenta que en cualquier momento caerás en el abismo y nunca habrás visto la sonrisa danzante de la muerte de cerca? Has pasado toda tu vida sentado en el puto sillón, toda tu puta vida huyendo del riesgo. ¿Has provocado alguna vez un incendio? ¿Algunas vez te has puesto tanto, que has oído como tu corazón agitadisimo comienza a cantar y a bailar desesperado? ¿Alguna vez has follado bajo la lluvia? ¡Pues hombre, si no lo has hecho, estas desperdiciando todo tu puto tiempo! No tienes seguridad de casi nada, al final de cuentas, todo eso que llaman conocimiento es en su mayoría, saltos de fe. Estas entregado servil a cadenas que tu mismo te has puesto y este es el momento de quitártelas, de dejar de lado esa pasividad mediocre, ese sillón grasiento, es hora de sacar alas.-
La miro y me doy cuenta de que me convence, por mas cobarde que quiera llegar a ser.
-¿Ahora que harás? ¿Te quedaras ahí parado con esa cara de idiota, sentado en tu puto sillón o vendrás conmigo?
-Vamos.
Me ha dado un corto beso en la boca, retrocedió unos pasos, me guiño un ojo
-Aquí vamos, te esperare, pero apresúrate.
Tomo la pistola, me apunto a la cabeza, divirtiéndose y cambio la dirección del cañón a su cien.
Un estruendo sacudió el ambiente una vez mas. Silencio, nuevamente, la lluvia vuelve a ser la protagonista auditiva.
Ante mi, la mujer de ojos de pantera, color caleidoscopio, yace en el piso, en un charco de sangre, boca abajo. Tengo mucho miedo, me tiemblan las piernas y los brazos, mi respiración es agitadisima, pero por mas esfuerzo que haga el miedo, ha perdido la batalla.
Tiritando, quito de entre sus finos dedos ensangrentado, la nueve milímetros y me la coloco en la cien.
Aquí vamos, estamos por cruzar el umbral. Siento el frió cañón ensangrentado en mi cien, moviéndose por el estrepitoso y poco sutil movimiento de mi mano.
Coloco un dedo en el gatillo y me declaro en paz. Tiro de el.
No hay balas! No hay balas! MIERDA!
¿Como voy a seguirla si no quedan balas? el sueño se ha materializado, por que no hay rastros de despertar. Comienzo a llorar, no se muy bien que me pasa. De pronto, de mi bolsillo cae el pañuelo de la oficina de Sofia. Cae y libera un ligero sonido metálico.
La lluvia no ha parado, mas bien se ha intensificado cada vez mas.
Me inclino y recojo el pañuelo, y reviso que hay en su interior, para darme una sorpresa perturbante. El pañuelo tenia una bala del arma de Sangrienta.
h gfv
No pregunten, por que esta demás. Tan solo imaginad lo que pude haber pensado respecto a esto, si no hubiese estado en esa situación. En ese momento, la situación no tenia un por que, era en si una especie de magia, de plan maestro urdido a la perfección, el cual, no debía estropear. Era perfecto
Coloque la bala en la pistola lleve el cañón a mi cien y entre en éxtasis. Jamas me sentí tan libre, no pude evitar llorar de alegría y entrar en una risa incontenible. Cuando se extinguió la risa, solo podía sentirme pleno, libre. Sabia que yo provocaría la ultima nota de este movimiento, cerraría esa melodía tan maravillosa. Sonreí y tire del gatillo.
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