No sé por qué extraña razón siempre que voy a dormir a la casa de mi padre, a eso de las 3 o 4 de la mañana despierto con la sensación de no poder respirar. La situación se vuelve más grave cuando se me ha olvidado llevar el inhalador, como si mi cuerpo supiera cuándo tiene que joderme. Quizás son egos que quieren atraparme y llevarme de vuelta al pasado, o quizás es algún tipo de mecanismo de mi psiquis para mostrar un conflicto no resuelto en mi niñez, cuando tenía crisis de asma constantemente.
La cosa es que anoche pasó nuevamente, busqué el medicamento, no estaba, a si que me levanté y caminé por el departamento a ver si podía calmarme, intenté dormir de nuevo, no pude y me levanté otra vez. A la tercera caminata, me dirijo a la puerta para salir (no sé para qué, fue sólo por desesperación), estaba en eso cuando diviso entre la oscuridad una sombra riéndose.
-Sí, es súper gracioso no poder respirar, pelotudo.-
En ese momento tanto la sombra como el asma desaparecieron.
Polilla del mal