Sangrienta Malvenida ha llegado a el inframundo y de una patada ha abierto el Tartaro, liberando toda clase de escupitajos de sinceridad, disparates encerrados por una eternidad, luces y sombras de historias contadas que jamas fueron oídas. Sangrienta Malvenida le ha dado una oportunidad a toda ese mundo encerrado entre Occipital y Frontal, Parietal y Temporal. Ese mundo caótico deseoso de adquirir vida propia, acaba de hallar una nueva oportunidad. Sangrienta Malvenida no sabe que lo ha hecho, pero lo ha hecho.

Aquí empieza la función!

Bienvenida Sangrienta Malvenida

lunes, 28 de julio de 2014



BSM: Cuarto Movimiento: Cuarta Parte.


Por: Prometeo



El cielo esta gris, mis pálidas manos tiemblan impacientes a la llegada de esta importante visita. La prometida de Alexander, Agatha, ha adelantado su viaje desde el viejo continente, las noticias que le tengo de seguro no le alegraran. Joseph la conoció, me dijo que era un demonio, que la fiereza escapaba de sus ojos y su cabello azul eléctrico parecía echar chispas. Intuyo que son exageraciones, más, sé que es de una cuna importante de los legados fundadores de la Orden. Puedo ver el avión a lo lejos y mi impaciencia comienza a crecer aún más. Doy media vuelta mirando hacia el auto, el cadáver de un mirón yace en un charco de sangre. Cuando el avión ya ha aterrizado, puedo ver la puerta abrirse. La descripción de Joseph se apareció ante mis ojos, sin exagerar. Realmente su cabello parecía echar chispas, su mirada era altiva y soberbia. Me inspecciono con sus ojos y comenzó a acercarse.
-Señori...-
-¿Donde esta Alexander?- me interrumpe súbitamente.
-Vera, lo que pasa...-
-No me hagas perder tiempo, llévame donde el- me dice mientras camina rápidamente hasta el auto, pasando sobre el cadáver en el piso sin inmutarse y sentándose en el asiento del copiloto. Subo al auto y comienzo a conducir en dirección a nuestra nueva base.
-El señor Ale...-
-Lo sé, lo vi, de no ser así no estaría aquí- me responde mientras mira por la ventana, al salir de la pista y llegar a la calle, un vehículo militar se nos une, custodiando el trayecto a nuestro destino- Pero qué lugar tan desagradable y decadente...
No sé bien que decirle, tiene esa clásica actitud aristocrática. Para ella soy solo una sirviente, y tiene razón. Mi labor en la causa es servir en la dirección que Alexander me indique, si el la ha escogido a ella será por algo, y debo respeto a ella tanto como a él, para preservar integro y pura mi entrega a la causa. Luego de conducir en silencio un buen rato, llegamos hasta la entrada de nuestra nueva base. Las puertas se abren dejando pasar a nuestro vehículo y al de nuestros escoltas.
-¿Es una broma? ¿Es este el centro de operaciones de la Orden Blanca, ante una misión de importancia tan gigantesca?-
-Hemos sufrido un ataque inesperado y tuvimos que asentarnos aquí por ahora- le respondo- es...
-Guarda silencio, no serás tú quien me dé explicaciones ¿Dónde está Alexander?- me dice secamente
-Sígame- entro al edificio en dirección a la habitación de Alexander. Al cruzar por la sala, todas las miradas se posan sobre Agatha. Muchos se levantan saludándola, ella ni siquiera les mira y cruza la sala junto conmigo.-Mas, me temo que Alexander no podrá darle explicaciones por el momento...
El hombre custodiando la puerta, la abre para nosotras y entramos a la habitación. Alexander yace en cama, ya sin hemorragia, mas, su herida no se ha recuperado a pesar de la expansión. Agatha se acerca rápidamente hasta él y mueve la cabeza en señal de negación.
-¿Dónde estás, querido?- le dice mientras coloca un dedo sobre su frente. Sus ojos se iluminan por unos instantes, retrocede un par de pasos y se reintegra.- Esto es muy extraño, no puedo entrar, pareciese que su conciencia está en un lugar al que no puedo acceder.
-¿Que está ocurriendo, señorita?- le pregunto. Parece no haberme escuchado, tiene la mirada perdida.
-Podría ser que...- dice con muestra de sorpresa en su rostro, como si hubiese visto algo- que esto sea mucho más serio de lo que parece...
-Por favor señorita, explíqueme que pasa- le insisto
-Necesito entrar al dominio de Alexander III, el ritual está por iniciar, están entrando al Laberinto...- me dice
-¿Que ritual? ¿De qué Laberinto habla?-
-Tu ignorancia me abruma- me responde mientras se pasea por la habitación- ya te dije, no perderé mi tiempo en explicarte, esto es urgente-
-¿Puedo ayudarla en algo?- le pregunto
-Prepara una flor y un fruto juntos, están en mi maleta- dice mientras se sienta en la cama junto a Alexander y le acaricia el cabello. Tocan la puerta, cuando esta se abre veo a Gem entrar con cara de malas noticias.
-¿Que hace el aquí?- me pregunta Agatha indignada.
-Señorita, tenemos que tomar decisiones respecto a la batalla... El gran Alexander es siempre quien elige las direcciones de nuestras tropas, mas, con él en estas condiciones, la máxima autoridad, y al mismo tiempo la persona más idónea para decidir es usted, señorita Agatha- esta hace un gesto de agobio, Gem está algo nervioso.
-Anda, explícame, pero que sea breve, tengo que ocuparme de cosas importantes- le responde
-Tenemos una serie de problemáticas, lo primero es que nuestro enemigo planea aprovechar este instante de debilidad de nuestra parte para avanzar contra nuestras tropas en uno de nuestros distritos en la capital, probablemente el Este. También, Libertaria ha alcanzado un acuerdo con los Maniacos y nuestros informantes nos hablan de que planean un asalto en conjunto contra la última de nuestras bases militares en la región. Para cerrar con esta catastrófica serie, Joseph desde el sur nos ha informado que las cosas han salido mal en el extremo sur. Aparentemente, no previmos otra fuerza en el tablero que también iba tras la piedra...-
-¡¿QUE?! ¡HABEIS FALLADO EN LA MISION MÁS IMPORTANTE ENCARGADA! ¿ESTA VIVO EL IMBECIL DE JOSEPH?- grita saltando de la cama y levantando a Gem por el cuello.
-Señorita, Joseph mismo me lo ha comunicado, me dice que está preparado el asalto para recuperarla y traerla integra a la capital- le responde Gem tratando de mantener la compostura. Lo suelta de inmediato al oír sus palabras
-¿Y que está esperando ese cretino? Ve a decirle que quiero la roca aquí cuanto antes, y que si vuelve a fallar, su castigo será ejemplar.- le responde mientras vuelve a sentarse junto a Alexander.
-¿Y respecto a nuestras tropas en la capital y el sur?- le pregunta
-Son todos ustedes unos imbéciles ¿Acaso creen que a la Orden Blanca le interesa esta decadente porción de tierra? No estamos aquí para conquistar este miserable lugar, nuestro propósito aquí es salvar a la humanidad del demonio de Dosser. Sera aquí donde intentaran quebrar el primer sello, nuestro único objetivo es evitar que eso pase. Teniendo eso en cuenta, lo dejare a criterio de ustedes, que se entretienen en estas peleas irrelevantes. Lo único de importancia ahora es que la roca llegue a la ciudad, con ello, incluso sus batallas pequeñas se harán más fáciles...- le responde y luego me mira- ¿Y tú sigues aquí? Ve a preparar lo que te pedí ¿Cuál es el gusto de todos ustedes en hacerme perder mi valioso tiempo?-




Despierto abruptamente en una habitación que no conozco. Es un departamento de un ambiente, completamente empolvado, como si llevase un largo tiempo abandonado. Estoy solo, camino hasta la ventana y tengo que abrir y cerrar los ojos para corroborar que lo que veo es cierto. Tras el sucio vidrio, un paisaje de diversos relieves de concreto se muestra frente a mí. La gran cadena montañosa se oculta en la distancia, en medio de una espesa y toxica niebla. El aire huele a hollín, cenizas y humo. Es la capital. ¿Cómo llegue aquí? Rápidamente la mirada de Dosser reaparece ante mí, es así como puedo recordar que de un instante a otro todo comenzó a girar y desvanecerse. Recuerdo haber escuchado sus palabras antes de que todo se oscureciese completamente. "Aún hay largo camino por recorrer para ti, una batalla ardua te espera". ¿Que habrá pasado con los demas? Reviso en mis bolsillos y saco un cigarro que enciendo con extrema prisa. ¿Que significara todo esto? No encuentro respuestas posibles, reviso el departamento en busca de algún posible indicio que me indique hacia dónde ir, mas, es inútil, no encuentro señal alguna de Dosser. ¿Qué mierda puedo hacer entonces? Asqueado, me decido a salir de ese desagradable departamento, lanzo la colilla por la ventana y salgo del cuchitril polvoriento. Cuando llego por fin a la calle, recuerdo mi situación de prófugo de la justicia, acusado de dos asesinatos, si es que ya no me sumaron los del Copy-cat... ¿Realmente habrán sido míos? He insistido en negar una y otra vez, mas, es momento de que acepte que es muy posible, sino probable, que sea culpable de esas muertes... La primera vez que estuve en una de las escenas del caso de Jean, en aquel tiempo como consultor-ayudante del detective a cargo, ante aquel escenario planteado tan meticulosamente, con tamaña riqueza simbólica, me vi sobrepasado, y en ese mismo instante, segundos después de observar su obra, pude sentir profundamente el sentido de este acto. El había llevado la muerte a otro terreno, tomo a un miserable y lo convirtió en lo que tenía ante mis ojos, y esto, no era otra cosa que una obra de teatro inmensamente viva. Pude sentir amor en esto que tenía ante mis ojos, no por aquel miserable, sino por una idea. Su víctima, no es otra cosa que el medio de expresión de esta idea, escoge desgraciados y con su muerte, los eleva y funde con la majestuosidad de su expresión artística. Sus víctimas jamás son al azar, todas son inmensamente específicas para empoderar aún más el contenido simbólico de su obra, no escatimo en atentar contra miembros reconocidos de la esfera política, eclesiástica y empresarial. Ante un personaje como este ¿Quién no va a sentirse inclinado, o interesado en al menos saber de el? A través de la muerte, nos enviaba a todos una pequeña luz de esperanza... En aquel tiempo aún no se derrumbaba todo. Cuando fui encargado como detective a cargo del caso de Jean, mi obsesión acabo por desatarse. Casi no dormía, perseguía una pista tras otra sin poder alcanzarlo. Luego, Jean se metería en un asunto desgraciadamente turbio, fue ese el instante en que mi investigación se vino abajo. La CISN comenzó a aparecer en las escenas del crimen antes que nosotros, impidiéndonos la entrada hasta que terminasen, cuando por fin podíamos entrar, nos encontrábamos con escenas deliberadamente manipuladas o destruidas. Pude ver como habían hecho añicos aquella majestuosa obra de arte que Jean había preparado. Peor se pusieron las cosas luego del evento en la plaza de la ciudadanía, aunque en esa ocasión no actuó solo. Ese día, tomaron a las cabezas más importantes de la familia militar y los degollaron a vista y paciencia de una multitud aterrorizada. Ese día llegue antes que la CISN. Jean hablaba fuerte a la multitud, que escuchaba atenta sus palabras, el resto de los hombres que le acompañaban portaban máscaras y abrigos largos, además de un cuchillo que colocaban en el cuello de sus próximas víctimas. Deambule entre la gente mientras tomaba una posición adecuada para encararlo, mientras Jean cierra su discurso y seis gargantas son cortadas de forma sincronizada, fui lento. Un disparo se escucha en la lejanía y pueden verse llegar los hombres de la CISN, la masa se dispersa. Cuando trate de sacar mi pistola pude sentir como me torcían el brazo y me tiraban al piso de una patada. Miro a mi agresor, mas, una máscara se interpuso en mi propósito de develar la identidad de mi inminente verdugo. Su pistola apuntaba directamente a mi cabeza, me miraba directamente a los ojos, sin decir una sola palabra, prestando menos atención a los disparos de la CISN al acercarse al lugar. El hombre baja la pistola y le dice a Jean que hay que salir de ahí, trate de alcanzar mi pistola y sentí un pinchazo en la espalda, como si me hubiesen inyectado algo. Pude escuchar más y disparos, poco a poco mi vista se hizo más borrosa y los ojos se me fueron cerrando. Alcanzo a ver como una de las balas alcanza en el estómago a Jean, tirándolo al piso. Los pasos de la CISN se escuchan y los disparos cesan. Justo antes de que todo se desvaneciera y despertase en el hospital, pude ver como Jean se levantó sorpresivamente del suelo... Por eso me obsesione con que había sobrevivido, la versión oficial decía que Jean estaba muerto, no me dejaron ver su cadáver y el caso se cerró de lleno. Luego se desato el escándalo, las victimas en la plaza de la ciudadanía resultaron ser conspiradores, ad portas de materializar un nuevo golpe de estado, como décadas atrás hicieron de la forma más descarnada posible. Los medios oficiales poco y nada dijeron, quedando aquella hazaña silenciada... Indeciso, entro por la puerta de un bar y pido una cerveza en la barra. Un vaso servido y una botella son dejados junto a mí.
-Muchas gracias- le digo al tiempo que con mi mano izquierda levanto el vaso y doy un largo sorbo. El ambiente del bar es nauseabundo, no sé cómo es que se me ocurrió meterme a este lugar. Aunque, con tamaña falta de dirección y tanta divagación hostigante, realmente, poco importa el lugar. Fijo mi vista en mi vaso y doy otro sorbo. Al fondo del bar, puedo ver a un grupo de tipos, aparentemente ebrios, molestando a un hombre rechoncho y bajo. Lo reconozco de inmediato, era quien acompañaba al Cazador cuando nos atacó junto a Philipp. ¿Que será de el en este instante? ¿Dónde estará? No puedo tomarme demasiado tiempo para pensar, dado que uno de los gigantones comienza a golpear al rechoncho hombre. Corro aprisa hasta ellos y de una patada lo tiro al piso, tres restantes se vienen contra mí. Esquivo al primero y tuerzo el brazo del segundo, mas, no puedo evadir una patada del tercero. Me reincorporo rápidamente y con una patada en el mentón, dejo a otro fuera de combate. Miro al rechoncho hombre y le indico la puerta trasera del bar. Camino rápidamente y salgo del lugar.
-Más vale que esto valga la pena, perdí mi cerveza por defenderte de esos imbéciles- le digo mientras salgo a un callejón. El rechoncho hombre me mira inseguro.- ¿Qué ocurrió?
-Estaba haciendo algunas preguntas y no les gusto...- me responde.
-¿Tu amigo te envió solo a averiguar con esa clase de gente?- le pregunto
-Si te refieres a Tristan... Ha desaparecido, una vez más...- me responde mirando al piso
-¿Como que una vez más?-
-Poco después de que nos encontramos con ustedes, un hombre de vestimentas de cuero nos atacó y se lo llevo... Regreso tres semanas después, moribundo, magullado y mutilado. Durmió tres días seguidos y al despertar no quiso decirme nada de lo que había ocurrido. Todo parecía haber vuelto a la normalidad, regresamos a nuestros casos, aunque Tristan ya no parecía el mismo. Lo veía constantemente mirando tras sus hombros, como si en cualquier momento algo fuese a atacarlo, parecía constantemente iracundo, rara vez dormía pues estaba volcado en el caso en el que estábamos trabajando... No sé si debería hablarte más de esto...- hace una pausa y luego me mira decidido- Es algo complejo, estábamos en un caso gigantesco... pero no sé si sea buena idea hablar esto aquí, puedo mostrarte hasta donde ha llegado nuestra investigación, siempre y cuando aceptes ayudarme a encontrar a Tristan.-
-Ya le perdone la vida una vez ¿Ahora además quieres también que lo salve? ¿Por qué habría de estar interesado?- lo asalto con preguntas directas para llegar al centro de esto de una vez.
-Estamos investigando una sociedad de asesinos en serie, actualmente hay en actividad 18 solo en la capital.- me responde de lleno mirándome a los ojos. ¿Sera este el camino que Dosser trazo para mí? Lo sea o no, no puedo no involucrarme.
-Bien, te ayudare- le respondo mientras camino hacia la calle- Parece que las cosas han cambiado bastante desde que me fui...
-Por cierto, puedes decirme Nano- me dice mientras camina por la vereda- sígueme.




Suena la puerta, me levanto a prisa hasta ella, colocando mi mano derecha en mi pistola, al escuchar la voz de Eugenio tras esta, la abro de inmediato. Entra rápidamente.
-¿Y bien?- le pregunto con curiosidad- ¿Cómo les fue con Jaime? ¿Dónde está?
-Se quedó preparando a varios de los nuestros con algún conocimiento en el área para que no tuviesen problemas con la producción a gran escala que esperamos realizar-
-¿Ya le ha pegado una mirada al fruto?-
-Habrá que darle un tiempo, mas, con lo que ya nos trae, podemos avanzar bastante-
-Con esto de nuestro lado nuestras fuerzas como tercer bando se irán fortaleciendo- digo animada
-Es la idea, por ahora, entre lo que teníamos nosotros y lo que ha traído Jaime, podremos producir al menos unas 2000 dosis, probablemente más. Todo esto, sin considerar los frutos que le has entregado... en fin, vamos por buen camino... ¿Cómo esta Sofia?- me pregunta mientras mira en dirección al pasillo que da a las habitaciones.
-Todavía no despierta, la hemorragia se detuvo, mas, esta con fiebre y pareciese que la expansión no está ayudando a que mejore-
-¿Habrá estado envenenada el arma del Ilusionista?- me pregunta
-Según Ingrid no- le respondo
-¿Y Laura?- me pregunta.
-Enojada, mas, relativamente tranquila- le respondo- Las sillas no han sufrido hoy el peso de su ira.
La puerta vuelve a sonar, me detengo para escuchar la contraseña, es Julio. La abro y lo veo parado con una amplia sonrisa.
-¿En que estabas?- le pregunto, me mira de inmediato, sin dejar de sonreír.
-Jaime me enseño unos dibujos con las características de lo que necesitamos, pensé que sería buena idea pasar a visitar a Colmillos y aprovechar de buscar por si había algo más por el lugar- nos dice mientras se saca la mochila
-¿Y? ¿Encontraste algo?- le pregunta Eugenio.
-Por el sector de vegetación alta encontré un túnel que daba a lo que parece ser una rustica bodega- nos dice mientras abre su mochila. Está repleta de hojas.- Aun hay mucho más en ese lugar
Saca una hoja de papel de uno de sus bolsillos en la mochila y me la entrega. La hoja de papel ha de tener décadas, la tinta se ha corrido y poco y nada se puede distinguir de lo escrito, salvo la firma que indica el nombre de quien envió la carta. "Albert"
-Qué extraño... Deberíamos mostrárselo a Ingrid- les digo mientras les indico que se sienten. Camino en dirección a la habitación de Sofia y la puerta se abre antes de que la toque. Ingrid esta parada frente a la puerta, alcanzo a distinguir a Sofia en la cama y Laura sentada junto a ella, murmurando en voz baja unas palabras.
-¿Todo bien, Ayleen?- me pregunta Ingrid con su clásico tono sereno.
-Julio encontró esto...- le digo mientras le alcanzo la carta. La toma rápidamente y la observa detenidamente, sin esperar a él porque le indico aquella.
-Esta carta fue escrita por el padre de Albert- me dice mientras me la devuelve- por ahora no es necesario que sepas de ello.
Laura se levanta bruscamente de su lugar, en su rostro hay tonalidades de rabia y decisión. Camina hasta nosotras y me mira directamente a los ojos.
-¿Que tienes en mente?- le pregunto, mira a Ingrid como haciendo una pregunta y retorna su vista a mi persona
-El Ilusionista se encuentra en las mismas condiciones, algo más allá está pasando...- dice rápidamente saliendo de la habitación e indicándome que la acompañe. Ingrid nos ve avanzar por el pasillo y retorna a sus cuidados con Sofia-  La Orden se encuentra sin su cabeza y con su cuartel general volado en pedazos, no los hemos derrotado, más, si hecho tambalear considerablemente. Tenemos que aprovechar este momento de desorganización.
Eugenio y Julio la miran atentos
-¿Que propones?-le pregunto
-Liberemos ahora mismo el distrito, mueve tu gente, yo iré adelante- nos dice. Eugenio la mira confundido y Julio se mantiene expectante a alguna replica.
-Para eso tendríamos que pedir ayuda a los Maniacos- le respondo- y tengo la impresión de que no quieres hacerlo.
-Claramente- me responde
-¿Entonces cómo? No tenemos el armamento suficiente y lo sabes- le respondo con amargura en la boca, al tener que ser yo quien diga la cruda realidad, por mucho que desprecie trabajar con ese miserable de Glenn.
-Si es necesario borrare las fuerzas de la Orden yo sola- me dice tremendamente decidida. No va a ceder, y tampoco puedo dejar que vaya ella por su cuenta.
-Jaime dijo que tenía algunas dosis preparadas- añade Eugenio
-¿Cuantas?- le pregunto mientras busco el número de Jaime en el celular.
-Poco menos de sesenta dosis- me responde- Puede que con escuadrones bajo los efectos de la expansión provisoria podamos barrer efectivamente las fuerzas de la máquina, sin la necesidad de tener un ejército de nuestro lado
-El problema de las armas sigue vigente, supongamos que conseguimos liberar el distrito ¿Cómo vamos a mantenerlo libre de los cuantiosos ataques del ejército? - les insisto
-Si nos apuramos con la síntesis, podremos abastecer a una cantidad importante de personas, no tendremos metrallas, mas, si otro tipo de armas-
-¡Exactamente!- dice Laura- Es momento de que demos el paso y nos consolidemos como tercer bando. Tenemos fuerzas, manos y voces de nuestro lado dispuestos a recuperar la vida que les fue arrebatada, un ejército desarmado, esperando a continuar el camino de su reafirmación y empoderamiento. Aprovechemos el poder de la expansión, estoy segura que eso será mucho más determinante que un par de rifles.-
-¿Cuál es el plan entonces?- pregunta Julio
-Hay que reunir a los más aptos y armar escuadrones para atacar en los diez puntos específicos en los que se encuentran las fuerzas de la maquina instaladas en el distrito. - responde Laura- cinco escuadrones de doce personas sería ideal.
Reviso el celular y Jaime me ha contestado un mensaje indicando que Eugenio pase a buscar las dosis.
-¿Estas totalmente segura de que esto funcionara?- le pregunto a Laura, ella me sonríe y me besa la frente
-Confía en mi- me contesta con esa abrumadora decisión que mencione repetidas veces.
-Bien, entones, hablare con nuestra gente sobre el asunto, tratare de reunir todo el armamento que tenemos a disposición.- le digo
-Yo voy con Jaime a buscar nuestro as bajo la manga- dice Eugenio levantándose- Veré si puedo conseguir algo más para añadir a nuestro pequeño arsenal-
-¿Qué hay de mí?- pregunta Julio
-¡Vendrás con nosotros, por supuesto!- le responde Laura animosamente
-¿Estas segura? Sera una operación complicada...- le digo. Julio parece entristecerse, mas, levanta la mirada.
-No importa, quiero ayudarlos, no voy a quedarme sentado aquí solo porque es peligroso... Ya he estado tiempo con ustedes y casi me han volado los sesos más de una vez ¿Por qué iba a echarme atrás por miedo en un momento como este? Por favor Ayleen... no me trates como un pequeño bebe que hay que cuidar, ya no soy el rechoncho cobarde que conocieron.- responde Julio. Me asombra ver cómo ha ido avanzando tanto en tan poco tiempo, le respondo con una amplia sonrisa.
-Bien-  les digo- será mejor que nos movamos ahora, hay mucho por hacer y no tenemos seguridad del tiempo que transcurrirá sin que el Ilusionista despierte.-
-Si despierta, seré yo quien me encargue de ponerlo a dormir para siempre- me responde Laura dejando escapar fuego de sus ojos.




Llevamos casi dos horas y media caminando por este bosque. Los caminos de entrada a Libertaria están fuertemente vigilados por los militares.
-No falta mucho- nos dice Mario mientras pasa por sobre una alta raíz de un gigantesco árbol en nuestro camino.
-¿Cuándo se supone que los Maniacos enviaran las tropas que les prometieron?- le pregunta Nicolas
-Cuando llegue nuestro enviado... es posible que ya esté en la ciudad y las tropas Maniacas ya estén en camino- nos responde
-Tienen que estar alerta, sabemos que Glenn no es de fiar- le digo a Mario
-Por ahora estamos obligado a trabajar con él, de otra manera, no tendríamos las fuerzas suficientes para seguir manteniendo a Libertaria a salvo de los militares- me responde mientras llegamos al final del bosque. Estamos a la mitad de una colina, a lo lejos puede distinguirse el camino, y como una serie de vehículos militares se encaminan a la ciudad, que a la distancia se puede ver. - Mierda, están enviando un contingente considerable...
-Apresurémonos entonces- les digo mientras bajo rápidamente por la colina. Comienzan a escucharse disparos a la lejanía, preparo mi pistola mientras corremos a toda prisa.




Despierto en una habitación de piedra, el frio puede sentirse, mas, no permito que esto me afecte. Me levanto rápidamente, mi aparente cama no era otra cosa que una tabla de madera con paja. ¿Es esto una prisión? ¿Cómo llegue hasta este lugar? Claro, el maldito de Dosser... Me acerco hasta los barrotes metálicos y sin mucho esfuerzo los quiebro, abriéndome paso. A un costado, puedo ver una pila de huesos, aparentemente humanos. Camino por un estrecho pasillo que da lugar a una escalera con una puerta al final. De una patada la tiro al piso y entro a una sala no muy amplia, la casa es completamente de madera. Numerosas estatuillas descansan sobre la mesa, al acercarme para examinar detenidamente una de ellas, noto el material que ha sido usado, huesos. Cuando levanto la vista para continuar examinando la habitación, me encuentro con un estante con cerca de una docena de cráneos, humanos todos. Parecen haber sido tallados, pintados y barnizados, en la frente a todos le ha pintado un gran ojo abierto, da la impresión de que los cráneos esbozaran algo parecido a una sonrisa ¿De quién será esta obra que tengo ante mis ojos? Maravillado las examino con cuidado y las retorno a su posición original.  La curiosidad me arrastra, comienzo a entrar en el resto de las habitaciones en busca de algún indicio del artista. Cuando entro a lo que sería su habitación, mi sorpresa incrementa más. En las paredes hay diversas ilustraciones de la anatomía humana, grandes cuadros en los que utilizo un solo color, rojo en diversas gradientes. Es sangre, maldita sea, es sangre... Esto es impresionante, la cantidad de cuadros es equivalente a la de cráneos en el estante de la otra sala... Puedo saborear la muerte de cada uno de sus escogidos, afortunados, en cada cuadro, como si hubiese capturado aquel instante. Y el mensaje que transmite, no es miedo, no es dolor, es paz, serenidad, goce. Capto el instante en que la lucha por sobrevivir cesa, y la muerte, ya sin obstáculos, te envuelve en sus alas, ese instante en que te entregas, en que el propósito ultimo de la vida es revelado por completo. Su obra grita que la muerte es la iluminación... Puedo escuchar pasos en el exterior y como la puerta principal se abre, preparo mi cuchillo para salir a su encuentro. Veo a un hombre de metro ochenta de cabello castaño claro y corto, de vestimentas formales, su rostro, muy del viejo continente, revela sorpresa, mas, no ha llevado su mano al cuchillo que esconde en el reverso de su chaqueta.
-No me esperaba esta visita- me dice mientras camina lentamente hacia mí- Soy un gran admirador de vuestra obra.
Me ha tomado por sorpresa ¿Sabe quién soy? No despego mi mano del cuchillo, por si trata de bajar mi guardia para atacarme. Parece darse cuenta y de inmediato saca tres cuchillos, uno tras otro, de sus vestimentas, dejándolos sobre el estante.
-No tengo intención de arruinar un momento como este- me dice mientras se sienta en una silla- He querido conocerte desde que Alexander me hablo de ti.
-¿Quién eres? ¿Por qué ese Alexander te hablo de mí?- le interrogo
- Soy un artista, como tú. Tu persona ha interesado a la Orden Blanca- me dice mientras me mira con una sutil sonrisa.
-No me interesa ninguna Orden, yo trabajo solo- le respondo secamente
-No es lo que he sabido- me responde sin dejar de sonreír
-Pues tus fuentes revelan información incompleta, no tienes idea de lo que estás hablando- le respondo, empezando a irritarme
-¿Crees que no estoy enterado de lo de Dosser? Yo estaba hablando de Dario...- me responde ¿Quién carajo es este sujeto y como sabe todo esto?- Digamos, no es que realmente lo necesitases para encontrar a Jean, con tus habilidades, por tu cuenta podrías haber dado con el de todas formas... Sin embargo, a pesar de sus limitadas capacidades, lo llevaste contigo, aunque eso significase disminuir la velocidad de tu paso...-
-¿Adónde quieres llegar?- le pregunto apretando los puños.
-De no ser por Dario, el Cazador te habría matado- quiero matarlo, pero necesito entender a donde va todo esto- Estamos en pleno campo de una batalla que involucra fuerzas pocas veces antes vistas en la historia de la humanidad... En un escenario como este, si eliges ser tu propio bando, si te empecinas en "trabajar en soledad", acabaras en poco tiempo sucumbiendo ante quienes decidieron trabajar en grupo.-
-¿Es esto una amenaza?- le pregunto soltando una carcajada provocadora
-Es una advertencia, de un artista a otro- me responde. Me levanto de la silla empuñando mi cuchillo, mirándolo directamente a los ojos. Más que intimidado, lo veo emocionado. Me abalanzo contra el a toda prisa, mas, me esquiva con facilidad mientras saca un bisturí de su chaqueta. Voy a la carga otra vez, bloquea mi corte con su bisturí, y con su pierna me lanza una patada que bloqueo con mi rodilla
-Conmigo no podrás- le digo mientras retrocedo un par de pasos y saco mi segundo cuchillo
-Claro que puedo- me dice mientras con su bisturi realiza un corte en sus manos ¿Que está haciendo? La sangre comienza a brotar, en su rostro manifiesta una expresión de éxtasis. Lo extraño es que no ha caído una gota al piso, pareciese que la sangre fuese atraída por la mano, de alguna manera que no comprendo. A una velocidad inmensa, sin siquiera alcanzar a moverme, me corta cuatro veces, dos cortes en el torso, uno en el brazo y otro en el hombro. Retrocede unos pasos, la sangre comienza a brotar de mis heridas, al caer esta al piso, pareciese dirigirse en dirección al tipo, no dejando siquiera rastros en su trayecto, al llegar hasta el, la sangre se eleva hasta sus manos. ¿Qué es esto?
-Ahora mismo, podría matarte con facilidad- me dice tranquilamente- pero no es lo que deseo, me resultas un sujeto interesante y tengo curiosidad respecto a lo que harás... Puedes irte, recuerda mi advertencia. Nos veremos pronto, Philipp.-
Camino indeciso hasta la puerta, doy media vuelta antes de abrirla.
-¿Cómo sabias todo eso? ¿Hay muchos más que han probado del fruto?-
-Hay muchísimos ojos observando lo que está aconteciendo en este lugar, te involucraste en algo de gran calibre, no esperes que las cosas sean diferentes. Hay dos Arboles Sagrados activos, por lo que podrás imaginarte que los que has conocido no son los únicos.- me responde mientras camina a la cocina- Que tengas un lindo día.
Abro la puerta empapado en frustración, doy un portazo y la sorpresa se ve incrementada al ver donde estoy. La capital, una vez más. Camino a paso lento al tiempo que la hemorragia se va deteniendo y el dolor cesando. Necesito ser más fuerte y conozco el camino que he de recorrer. Solo el encuentro con el fruto, una vez más, potenciara los efectos de la expansión, con eso de mi lado, podre enfrentar a la Orden si es que vienen tras de mi... ¿Tendrá sentido? ¿Todo se reducirá a una lucha constante por sobrevivir? ¿Qué beneficio obtengo con prolongar mi existencia un poco más? Antes todo parecía claro y trascendente, cada acción se reafirmaba así misma, antes yo era la muerte... Pero fue todo un miserable engaño, fui la marioneta perfecta para Dosser. Quizás esta perturbadora sensación de vacío es la expresión de la lucidez, del despertar del engaño de crear sentido a algo que por sí mismo, no tiene. De no ser por la curiosidad y el deseo de reivindicarme en batalla, volvería a esa casa para que aquel tipo me acabase de una vez… Sería una pérdida de tiempo buscar entre los Maniacos, Esteban comenzó su viaje justamente porque ya no disponían de frutos. Este hombre menciono que hay dos árboles sagrados, probablemente el segundo este bajo custodia de la Orden Blanca. Si es así, serán ellos quienes puedan tener algún fruto a disposición. Sea pues, tiempo de buscar en la cabeza de sus esbirros menores, pues, si me topo con otro como este, probablemente no salga con vida.




Desde una alta colina contemplo el verde y amplio paisaje, internado al noreste de la última ciudad al sur, es aquí donde han traído la roca, el centro de investigaciones del imperio. El primer cerco está a un kilómetro de distancia, son cuatro vallas de seguridad antes de llegar al edificio central, a unos 20 kilómetros de distancia. Hay gran contingente de tropas, todas del imperio. Tengo que ser rápido, necesito estar dentro del edificio cuando la Orden Blanca haga su ataque, tratar de sacar provecho del caos para sacar la piedra de aquí mientras están ocupados matándose entre ellos. Es riesgoso, sobre todo porque la expansión quedara inhibida ante esa roca y mis capacidades se verán limitadas considerablemente. Sin embargo, no tengo más opciones, la Orden Blanca está aportando al plan de Dosser sin siquiera saberlo y es mi deber dar cara. Bajo a rápidamente por la colina, no hay tiempo que perder.




Avanzo hasta una trinchera en medio de una ráfaga de balas desde ambos lados. Nicolas parapetado dispara un fusil de caza contra las fuerzas de la máquina. El enemigo está bien dotado de armas de asalto y vehículos blindados. Los cocteles molotov con aceite de motor y aislapol resultan inútiles ante los vehículos, mas, si ayudan a colocar límites de avance a las tropas a pie del enemigo. Me escabullo por la trinchera hasta un ángulo más cómodo de disparo, aprieto el gatillo de mi pistola en numerosas ocasiones, le hago una señal a Nicolas y este le hace señas a otros más. Lanzo una bomba de humo casera, otras más caen al tiempo en que doy un salto y agachado avanzo lo más rápido que puedo hasta la trinchera enemiga, preparo mi segunda pistola y disparo a más no poder. Puedo escuchar un fuerte estruendo, al fijar mi vista en el origen del ruido veo a un hombre, probablemente de las comunidades indígenas, destruyendo el carro militar blindado con sus propias manos. No hay duda, ha de ser Pelantaru, Albert me hablo de él. Los disparos no cesan y poco a poco, las fuerzas enemigas se van mermando, más y más gente avanza hasta finalmente repeler por completo el ataque, escapando tan solo un par de vehículos militares. Recogemos las armas y las municiones de los cadáveres enemigos, cada bala puede ser crucial para la resistencia de Libertaria.
-Ha sido ardua batalla, mas, una vez más hemos resistido ¡Un aplauso para ustedes hermanos, tenemos que seguir así, pronto el enemigo sucumbirá en sus intentos de arrebatarnos nuestras tierras, ríos, nuestra comida, nuestros hogares, nuestro tiempo, nuestra vida! ¡Venceremos!- grita Pelantaru parado en el techo de un vehículo militar. La multitud grita enaltecida, esperanzada por la vida que aún les pertenece, que aun, pueden construir en solidaridad en este destello de luz adelantado a los tiempos presentes... Quizás es un presagio de la caída de La Máquina y todas sus pequeñas maquinas accesorias. Nicolas se me acerca entre la gente
-Tenemos que buscar a Cucho, él tiene contactos afuera que pueden ayudarnos a comunicarnos con Mariano, o al menos, conseguir la ruta de viaje para encontrarlo en el camino antes de que la Maquina y Glenn vayan a por el.- me dice mientras saca un cigarrillo y lo enciende
-Pensaba conocer el lugar, ayudar en algo por aquí... Mas, tienes razón, la prioridad es esa.- le respondo- ¿Sabes dónde se encuentra ese Cucho?
-Tengo una dirección pero no es muy vigente-me responde- puede que ya no viva ahí
-Habrá que averiguarlo-




Tocan la puerta de mi estudio, entran 4 hombres, todos del Comité Revolucionario.
-¡Muy buenas señores! ¿Qué noticias me traen?- les digo
-Compañero Glenn, la búsqueda de el Ilusionista no ha tenido éxito, ha conseguido escapar, probablemente tengan una segunda base.- dice uno de los hombres, un stalinista, fetichista de bigotes y puños de hierro.- hemos reportado movimiento de tropas de la maquina al distrito del sur, lo que indica probablemente que es allí donde se posicionan... esto impacta directamente en nuestro plan de acorralarlos en el centro de la ciudad-
-Reforzaremos el contingente en los caminos que conectan el distrito del sur con la región aledaña, impidiéndoles el paso de suministros- le respondo
-Señor, para eso sería necesario hacer caer la base militar que custodia aquella carretera, recuerde usted que la rebelión solo se ha presentado con fuerza desde Libertaria hacia el sur, las regiones entre la capital y esa ciudad, aún permanecen bajo completo control del régimen y esa base específicamente está muy bien dotada- añade mi mascota del Partido Comunista.
-Prepararemos un asalto si resulta necesario- le respondo rápidamente, miro al stalinista- Dijiste que hubo movimiento de tropas hacia el sur ¿Desde dónde?
-Desde el sur y desde el distrito Este, las tropas del norte mantienen su posición asediando de vez en cuando, mas, sin conseguir tomar control del distrito norte.-
-Están debilitados, si damos un paso más podemos dejarlos de espaldas al abismo.- reflexiono en voz alta
-Compañero, estoy de acuerdo, mas, recuerde que en el distrito Este están asentados los aspirantes a crear tercer bando, esto puede ser una oportunidad para ellos- me acota otro miembro del Comité- no me parecería prudente
-¿Que daño van a hacernos si no tienen armas?- les pregunto casi riendo- Tenemos un pacto de no agresión en pos de nuestro enemigo común, con la colaboración de ellos hemos conseguido dar el asalto al cuartel general de nuestro enemigo. Tenemos disputas pendientes, es verdad, mas, eso se solucionara en cuanto el enemigo de verdad, caiga.-
-Sigo sin estar de acuerdo, si les damos espacio no tardaran en venirse contra nosotros ¿Y si esto fuese todo un plan orquestado entre el régimen y ellos? Debemos tener cuidado- añade otro miembro del Comité.
-Estoy de acuerdo con el compañero- acota otro más. Miserables ratones.
-Bien, bien... No realizaremos el ataque- sonríen ampliamente, manga de imbéciles, piensan que me la han ganado- ¿Hay más novedades?
-Un contingente de nuestras tropas está por llegar a la región de la ciudad ahora llamada "Libertaria",  probablemente el día de mañana procedan al asalto a la última base militar en dicha región. La agitación y propaganda se han reforzado las últimas semanas en las regiones al sur de Libertaria, actualmente bajo un escuálido control del régimen.-dice uno de los del Comité
-A continuar con lo planeado, este golpe que hemos dado al régimen nos dará espacio para avanzar-
-Siempre que ese avanzar no sea darle...- intenta acotar un miembro del Comité
-Ya quedamos de acuerdo en eso, no me hagas perder tiempo- le respondo molesto- ¿Eso es todo?
Parecen todos de acuerdo en que ha sido todo y comienzan a despedirse de mí, uno de ellos titubea
-He sabido de algo, mas, no estoy seguro de si sea necesario mencionarlo, vera, contactos en el extranjero me han mencionado que han visto a Mariano, según cuentan estuvo envuelto en medio de un tiroteo cerca de la frontera noreste del país vecino, en la costa este del continente. Lo que llama la atención es que afirman haberlo visto con armamento de gran calibre, cuando se marchó del lugar donde fue visto, se le vio partir junto a un acompañante en un gran camión... Como le dije, no sabía bien si resultaba necesario mencionarlo, pues, aun no acabamos de comprender de que se trata, podría ser...-
-Agradezco tu comentario, no te preocupes por aquello, yo me encargare- le respondo al tiempo que los acompaño hasta la puerta del estudio, uno a uno se van marchando, cuando la habitación esta vacía le hago una señal a Igna, que espera sentado. Entra al estudio y cierra la puerta.
-¿Tienes algo para mí?- le pregunto ansioso, asiente con la cabeza y de su chaqueta saca un sobre que extiende hasta mí. Inspecciono detenidamente los bordes dorados de aquel sobre. Lo abro de inmediato, mi mascota del PC se ha encargado de hacer los arreglos, esto viene de muy arriba. La carta resulta ser una invitación a discutir la situación política del país, el sello del Grupo de Oro puede verse en la parte inferior de la carta. En el sobre, además de la carta, hay dos pasajes, ida y vuelta, hacia la capital del imperio, es un largo vuelo... - Tengo que pedirte algo especial hoy, Igna.
-¿Que necesita?- me pregunta
- ¿Viste los tipos que salieron recién?-
-¿El Comité Revolucionario?- me pregunta
-Ellos mismos... veras, están poniendo barreras en nuestro avance contra la máquina y...-
-Comprendo- me responde rápidamente
-Lo especial es que, quiero que hagas que parezca que ha sido la maquina quien ha ido tras ellos, eso fogueara a nuestras tropas...
-Así será- me responde al momento que se levanta.
-Mientras más pronto, mejor- le digo sonriente mientras abro la puerta del estudio y me despido de él. Camino hasta la ventana y contemplo la ciudad. Daré la orden de avanzada contra las tropas de la Orden en el distrito Este. Hoy liberaremos otro distrito.




Examino la sala principal en la casa de Tristan y Nano. La organización de datos esta expresada en siete mapas de la ciudad, cada uno indicando un día crucial en donde se produjo la actividad de los asesinos registrados, en el mapa están indicados los puntos donde acontecieron estas muertes. En otra pared se muestran los perfiles de cada uno de los asesinos, algunos solitarios y otros grupales. Los modus operandi son variados, algunos usan armas de fuego, otras armas corto-punzantes, otras armas contundentes. Los mapas de la ciudad con los asesinatos marcados, dan bastante a pensar. Los puntos de acción de estos sujetos son curiosamente, el distrito norte, el oeste y el este, con preponderancia en el distrito oeste, seguido del norte. Dada esa repentina aparición, y además, coordinación, fácilmente podría pensarse que el régimen tiene algo que ver con todo esto. No se registra una sola muerte por estas acciones en el distrito central y el sur, donde el régimen se encuentra más fortalecido. Más, todas estas especulaciones caen a tierra ante la aparente elección azarosa de las víctimas. Es verdad, es un caso complejo. Tristan se encontraba centrado en la acción de un grupo en el distrito norte. Seis individuos, extranjeros, probablemente del viejo continente, de metro ochenta a metro noventa, actúan por primera vez hace dos semanas y media. No se sabe cómo es que llegaron hasta la esquina de Libertad con Aldunate, lugar donde, armados de bates y cuchillos comenzaron a matar a cada persona que se cruzase en su camino. La primera fue Julia Mendez, la siguiente Marco Soto... Si nombrase victima por victima acabaríamos mañana. Los individuos atacan sin razón aparentemente a estas dos personas, usan armas contundentes, bates, y armas corto-punzantes, en este caso, cuchillos de un largo, indicado por las heridas, de unos 20 centímetros de hoja. El grupo continua avanzando por esta calle, dejando los cadáveres en la acera, se topan con una persona saliendo de la tienda de relojes, casi diez metros desde el encuentro con sus primeras víctimas. Se vienen sobre él, otro hombre sale de la tienda para socorrerlo más, ambos terminan muertos. El grupo continúa su camino y va sumando más y más muertos.  Lo que llama la atención es el recorrido, pues su último asesinato ocurre en el punto inicial de su recorrido. Marcan una especie de ronda sanguinaria y vuelven al punto inicial, donde desaparecen "por arte de magia". Miro los mapas de la ciudad y distingo con facilidad el actuar de este grupo, con sus recorridos de muerte característicos, el último cadáver junto al primero y desaparición. Han estado presentes en las 7 oleadas,  y no hay rastro de su paradero. En todas las ocasiones se repitió lo mismo, no fueron vistos hasta que atacaron, y cuando su ronda término, desaparecieron sin que nadie pudiera advertirlos. Nano me cuenta que se realizaron búsquedas con la ayuda de algunos Maniacos, mas, no hubo caso. De algo me estoy perdiendo, hay algo que vio Tristan en todo esto y no puedo dar con ello. Inspecciono las fotos a disposición, esta "mágica aparición y desaparición" me consterna, tiene que haber una explicación para ello, y me atrevo a decir que tiene que ver con el punto en que realizan su primer ataque y final. Como si tuviesen un punto de entrada y de fuga en... Examino las fotos de los lugares en que realizaron su primer y último asesinato de su recorrido mortal. Y ahí esta, las putas alcantarillas. ¿Cómo no pensarlo antes? Noto que Nando está parado mirándome.
-Creo que tengo algo, las alcantarillas...- le digo mientras palpo mi pistola y camino hacia la puerta
-Voy a por mí abrigo- me dice
-No sé si sea buena idea que vayas-
-Más mala idea es que vayas solo- dice mientras se coloca su abrigo y del armario saca una escopeta y un par de pistolas, me entrega una de estas- ¿Para qué repetir el error de Tristan?
-Tan solo trata de no matarme a mí con eso- le digo recibiéndola, doy media vuelta y abro la puerta, listo para la batalla.




Agatha se encuentra aún junto con Alexander, vaya mujer difícil de complacer. Termino la infusión de la flor y fruto, más las hierbas suplementarias. Ha de dejarse reposar unos minutos, sin tapar. Gem se me acerca desde el pasillo
-Nos comunicaron que las tropas Maniacas están por llegar a la base de la región de los libertinos, no parece que podamos hacer mucho al respecto con las fuerzas que tenemos en este instante. Si movemos tropas desde la región intermedia al sur para proteger esa base, la capital quedara con menor respaldo de fuerzas, y sabiendo que la revuelta en el distrito Este empezara cuanto antes, no será buena idea colocar muchas fichas en ese lugar, ya hemos perdido mucho ante esa resistencia que nuestras tropas no supieron como quebrar.-
-¿Ves que no era buena idea mover tropas del distrito Este al Sur? Les dije que bastaría con los refuerzos de la región al Sur.-
-Había que afianzarse bien aquí antes que todo-
-No podemos regalarles el distrito así como así, hay que ponérselo difícil al menos-
-¿Que tienes en mente?-
-Llamar a la octava oleada y prepara un contingente de urgencia para fortalecer el territorio, si es necesario ir nosotros mismos a encararlos y mostrarles que no es llegar y venirse contra la Orden Blanca- le contesto
-¿No crees que ya hay demasiados heridos en los nuestros? Llamar a una octava oleada es muy buena idea, y si estas tan preocupada por el distrito Este, pues, llamamos a todos a actuar ahí, de modo que los complicamos y podemos continuar ordenándonos y recuperándonos, deja que ellos se encarguen-
-No lo sé...-le respondo mientras paso de una hoya a otra la infusión, para acelerar el descenso de la temperatura.
-Recuerda que ellos tienen de su lado solo a Laura, el resto tiene la expansión no tan desarrollada-
-Pero los Maniacos intervendrán, se dieron cuenta que trabajando en conjunto nos dificultan más las cosas que por separado, no desperdiciaran la oportunidad, y te guste o no, la expansión ayuda, mas, no sé si baste para contrarrestar la superioridad numérica tan grande...-
-Tu escuchaste a Agatha, la prioridad es la misión de Joseph... ¿A qué se habrá referido con que cuando eso esté listo tendremos ayuda?-
-La verdad, no estoy segura- le respondo mientras sirvo la infusión en una copa dorada.- Da la orden, iré, en cuanto acabe con esto, con todos los que quieran demostrar que la Orden Blanca no es presa fácil de nadie. No puedo permitirme que Alexander despierte y vea que no fuimos capaces de hacer nada- le respondo saliendo de la cocina, en dirección a la habitación de Alexander. Toco la puerta, no escucho respuesta, así que la abro. Agatha me mira fijamente, pareciese que iba a gritarme, mas, al ver su copa de oro, pareciese tranquilizarse. Se levanta de la cama y se acerca hasta mí
-Te has tardado- me reprocha con suave tono al tiempo que alcanza su copa
-Discúlpeme, dama Agatha, discutíamos con Gem sobre la situación del distrito Este...- le contesto esperando un "¡CÁLLATE, NO ME INTERESAN TUS ESTUPIDECES!" mas, mantiene completa atención a su copa
-Esto...- dice mientras huele el brebaje- es diferente al preparado en mi palacio. ¿Has añadido una hierba suplementaria?-
-Reemplace una de las hierbas que no teníamos a disposición por una hierba nativa... El Gran Alexander me ha dicho que ha sido una gran idea, pues, suple la función y da al viaje una ligera potenciación...- Luce asombrada, es primera vez que veo que me presta atención sin expresar desprecio, no deja de oler su copa, se le escapa una sonrisa que transforma enteramente su rostro, su expresión pasa de la máxima fiereza a una ternura dulce, brillante. Se queda mirándome con curiosidad unos segundos.
-Es en el distrito Este donde están instalados los compañeros de esa desgraciada que le hizo esto a Alexander... Él me ha hablado de sus disputas internas y lo que pasó con Albert. Lo más inteligente seria acentuar esas diferencias en este instante de debilidad de ustedes, y la única manera de hacerlo es equiparando las fuerzas de ambos bandos, de modo que sus asuntos pendientes asomen como contingentes.- No esperaba que me diese luces al respecto.
-¿Y cómo podemos hacer eso, dama Agatha?- le pregunto rápidamente
-Sencillo, dejar que el distrito Este caiga, que lo tome esa muchacha Laura, y, al distrito Oeste, realizar un ataque aéreo en puntos específicos para debilitarlos.-
-Alexander no había querido usar la fuerza aérea hasta ahora...- le digo en voz baja
-¡Pues yo digo que la uséis! Créeme, funcionara, solamente necesitáis ganar tiempo para que la gran roca llegue a la ciudad- quiero preguntarle, mas, me asusta provocar uno de sus ataques de ira y cortar este extraño momento que me ofrece. Me mira de frente, como si pudiese escuchar lo que estoy pensando- Con esa roca podremos inhibir la expansión de todos, los que hayan probado del fruto del primer Gran Arbol, en la ciudad-
Se me abren los ojos como platos. Con algo como eso no costaría demasiado recuperar el control completo de la ciudad.
-Tiene usted razón dama Agatha, muchas gracias por su consejo- le respondo sonriendo
-¡Claro que tengo razón! Ya, vete, tengo que encargarme de esto ahora- me dice señalando su copa- no te alejes tanto ni te mueras, tienes que contarme más en profundidad que hierba autóctona estas utilizando... Asegúrate que nadie moleste hasta que haya regresado del viaje
La miro sonriendo, ella me cierra un ojo
-¡Anda, vete!- me grita al quedarme mirándola unos segundos más antes irme, doy media vuelta y salgo de la habitación. Dejo la bandeja en la cocina y me dirijo hasta la sala principal. Varios compañeros en la causa discuten en torno a un mapa de la ciudad pegado en la pared. Me acerco hasta Gem
-Cambio de planes, la dama Agatha ha hablado-
-¿Que ha dicho?- me pregunta
-Dejar el distrito Este en paz y bombardear el distrito Oeste, emparejar el poder de los enemigos para forzar una anterior resolución de sus asuntos pendientes.-
-Que se maten entre ellos, eso sería lo ideal- me contesta- Ya venía siendo hora de sacar los aviones... La cosa es que hay un problema-
-¿Con el bombardeo?- le pregunto
-No, eso se puede arreglar, el problema es que ya no se puede dejar "en paz" el distrito Este-
-Ya hiciste la llamada-
-Así es, y créeme, si llamo para decir que se cancela, no servirá de nada, los lobos ya salieron de la jaula.- me dice Gem al tiempo que camina hasta el centro del semi circulo de gente armado en la habitación- ¡La señorita Agatha ha hablado!




Miro tras el cristal la habitación de mi tropa. Duermen apaciblemente, cuando no son llamados a una misión, su única forma de inversión del tiempo es dormir. No comen ni beben agua, tampoco tienen instintos sexuales, ni siquiera algo parecido a una personalidad. Autómatas, sujetos cuyo único sustento de la vigilia es la batalla que le encomendemos. ¿Es este el soldado perfecto? Me sorprende hasta donde hemos sido capaces de llegar, un par de años atrás no podía imaginar que esto era posible, y eso que pertenecía a una institución que espía a la gran mayoría de la población del planeta, por tanto, se cómo es que pasan las cosas... mas esto, definitivamente no es algo que me esperaba encontrar cuando inicie mi carrera militar. ¿Quién sabe qué otras cosas más están pasando y yo ni siquiera me he enterado? He de recordar mi posición en el tablero, yo también, como esos soldados perfectos, estoy delimitado a la batalla que me indiquen. Y los que me lo indican, son los que de verdad, han de saber que está pasando en este mugroso planeta convulsionado por extrañezas... No solo aquí se han presentado estos avistamientos de sujetos con poderes sobre-humanos, ha habido avistamientos en otros sectores de este y otros continentes... Suena la alarma y la tropa despierta. El altoparlante indica que el ejército ha derribado la primera valla, hay enfrentamientos en el exterior, la evacuación se ha realizado ya en casi todo el edificio. Los súper-soldados salen de su habitación y esperan mis instrucciones.
-Bien tropa, escoltaremos al Doctor Anderson a un lugar seguro, él nos dará luego las instrucciones a seguir- le digo al tiempo que nos dirigimos a su laboratorio, les indico que esperen afuera al tiempo que abro la puerta, el laboratorio está completamente vacío. Desde una de las oficinas al interior de este, aparece Anderson con un bolso, camina directamente hacia mí.
-Está todo preparado- le digo, me da un apretón de manos y comenzamos nuestro camino al elevador. La tropa camina a nuestra espalda- no puedo creer que el ejército vaya a venirse contra este lugar, no saben el poderío del enemigo que están ganando
-O quizás si lo saben, y lo que nosotros no sabemos es el real poder de ellos...- me dice mientras presiona el botón en el elevador del nivel del helipuerto en la cima del Centro de Investigación. Puedo escuchar sonar la alarma una vez más ¿Habrá caído ya la segunda valla de seguridad? El teléfono celular de Anderson suena, su rostro se coloca pálido al escuchar las palabras tras el teléfono. Vuelve a sonar la alarma, esta vez el alto parlante indica que la segunda valla de seguridad ha caído. Anderson corta la llamada
-¿Qué ocurre?-
-Algo sucedió durante el traslado de la roca, estos imbéciles no la encuentran- me dice- Desplegaron tropas por toda el área que rodea el centro en busca de ella...-
-Podemos ir a ayudar en eso- le digo rápidamente- no puede ser que esto pase justo ahora
-Tenemos que salir de aquí, si no fue el ejército, no tardaran ellos en capturar al ladrón- me dice Anderson- Cuando estemos lejos de todo esto te explicare.
La alarma suena una vez más, ha caído la tercera valla. Las puertas del elevador se abren, un helicóptero blindado nos espera para salir del lugar. Subimos todos a este mientras vemos como el ejército derriba la cuarta valla de seguridad y penetra en masa al sector principal del recinto. Mi sorpresa es inmensa al ver a varios sujetos avanzar dando inmensos saltos, uno de estos, una mujer, parece lanzar algo hacia nosotros. Uno de los súper-soldados se acerca hasta el extremo del helicóptero y dispara con su arma. Una explosión se detona cuatro metros bajo nosotros
-¡Apresúrate!- le grito al piloto, Anderson mira preocupado las tropas del ejercito




Corro a toda prisa por un bosque al límite de la primera valla de seguridad del Centro de Investigaciones. Estoy cansado, mas, la gran roca sobre mi espalda indica que la victoria está cerca. Los disparos se escuchan cada vez más lejanos, el ejército ha llegado hasta el edificio principal. No encontraran nada. El plan es salir de aquí, el continente no bastara, tomare un barco y me internare en el océano en el lugar más recóndito posible... Unas pisadas interrumpen mi reflexión, doy media vuelta, mas no hay nadie, al voltear una vez más veo a Joseph frente a mí.
-Eso que tienes en tu espalda nos pertenece- me dice sonriendo- se acabó el juego Jean, entrégame la roca, no tienes como escapar de esta.
-¡Imbécil! ¡Si te entrego esta roca la llevaras a la capital, y es eso lo que Dosser necesita! ¡Dosser los está utilizando!- le reclamo mientras me preparo para la batalla, por muy inútil que sea.
-Ni aunque te creyera podría hacer algo, Agatha llego a la capital y si esa roca no está en menos de dos días allá, quien va a salir peor que todos seré yo-
-Puedes dejarme ir...- le digo
-Claro, mentirle a Alexander...- dice moviendo la cabeza en señal de negación- lo siento Jean, es lo que tengo que hacer.
Disparo un par de veces, mas, Joseph se mueve a gran velocidad y me tira al piso rápidamente. La roca cae al piso, junto a mí. Cuando trato de alcanzar mi pistola, Joseph pisa mi mano justo cuando apretaba el gatillo. Un disparo sale y da directamente a la roca, arrancándole un pequeño fragmento. Joseph saca su propia pistola y me apunta a la cabeza
-Se terminó Jean- ¡Mierda! ¡Estuve tan cerca!
-Termínalo entonces- les digo mirándolo con desprecio. Sin dejar de apuntarme se agacha y recoge el pequeño fragmento.
-Sabes, en el fondo, no quiero matarte- me dice- Si me ayudaras con algo...
-¿Qué quieres?-
-La ruta al primer Gran Árbol, hacia donde se dirige Esteban-
-No tiene caso, ya viste lo que paso, a pesar de la roca junto a él, cuando lo enfrentaste ¿Piensas que con una piedrita será suficiente?-
-Tengo que intentarlo, además, así me ahorro regresar a la capital. Agatha me odia, encontrara algún motivo para hacerme colgar con mis propias tripas- me dice- así que este es el trato, me das las coordenadas y te salvo de esta.
-No funcionara, Joseph, estas yendo hacia tu ruina- le respondo mientras anoto las coordenadas- Mas, no te detendré de intentarlo...
Me levanto y le entrego las coordenadas, levanta su pistola y dispara en numerosas ocasiones al aire
-Sal de aquí rápido, si vuelves a acercarte a la roca ya no estaré ahí para que se te perdone la vida, así que estas advertido.- me dice Joseph al tiempo que levanta la roca entre sus manos. Puedo escuchar a los militares acercarse, escapo tan rápido como puedo, frustrado por el fracaso, mas, si permanezco con vida puedo intentar un plan diferente para recuperar la roca antes de que este todo listo para la liberación del primer sello. Si la roca va a la capital, iré con ella.




Caminamos rápidamente por una apacible calle al límite de Libertaria y el gigantesco bosque al sur de ella, luego de una tarde entera de preguntas, ahora, con la noche cayendo ligeramente, tenemos una posible dirección para Cucho, luego que la primera nos condujese a una casa abandonada. Divisamos a la distancia la casa, completamente a oscuras, Nicolas toca la puerta, mas no hay respuesta.
-Vamos...- dice tocando la puerta una vez más- ¡Cucho!
No hay respuesta. Puede escucharse el ruido de una puerta cerrarse, viene de la parte trasera de esta. Bordeamos la casa a toda prisa y vemos un hombre de vestimentas de pieles corriendo hacia el bosque, en su mano lleva una libreta y en la otra un puñal. Desde la puerta trasera abierta, alcanza a verse un cadáver en el piso, probablemente Cucho.
-¡Hay que seguirlo! ¡Llevaba una libreta con el viejo símbolo Maniaco!- me dice Nicolas mientras corre hacia el bosque. Cruzamos saltando ramas y rocas, saco la pistola y disparo tratando de abatirlo, mas, no consigo darle. De pronto, tras cruzar unos frondosos arbustos, lo perdemos de vista. Preparamos nuestras pistolas, el bosque se mantiene en silencio. Escucho el sonido de hojas crujir y disparo en dicha dirección, un pequeño zorro escapa en medio de los arbustos. Desde lo alto puedo escuchar el crujir de una rama, le doy un empujón a Nicolas y retrocedo. Un instante después cae aquel hombre de vestimentas de pieles con un puñal y una pequeña hacha en sus manos. Me lanza el hacha, mas, alcanzo a moverme, con lo justo pues un corte superficial quedo en mi brazo. Se escucha un disparo y el tipo tambalea, mas, da media vuelta y se va sobre Nicolas, cuando va a apuñalarlo disparo mi pistola, dándole en la espalda, bajo su hombro derecho, este pierde el equilibrio y retrocede, dos balas en el torso y aun no cae. Recargo la pistola y cuando vuelvo a apuntar el hombre ya no está. El viento agita las ramas de los árboles, escucho numerosos pasos en distintas direcciones alrededor mío. Nicolas está atento con su pistola en alto. El viento no cesa y los ruidos continúan, para forzar su movimiento disparo hacia adelante, inmediatamente veo caer a Nicolas, antes de terminar de girar se me aprieta el gatillo y el tipo cae al piso. La bala ha dado en su cuello, Nicolas se reincorpora y lo remata de un tiro en la cabeza. Inmediatamente comienza a registrarlo dando con la libreta y un papel. No tardo en reconocer el signo en este ultimo
-El símbolo de la Orden Blanca- le digo a Nicolas al tiempo que tomo el papel y trato de leerlo, mas, es inútil, esta codificada de alguna manera.- Concuerda con la descripción que hacían del tipo que secuestro a la muchacha y otros tantos más, en las últimas semanas. Algo me decía que la Orden estaba metida en esto- me dice mientras examina la libreta- mas, aun no logro entender para que iban a enviar a asesinar gente que actualmente no tiene ningún peso en la contienda... Digamos, Cucho podría ser la excepción, mas, lleva un largo periodo de inactividad...-
-Tiene que haber algo en esa libreta...- le digo mientras tomo la pequeña hacha.
-Aquí hay algo- me dice Nicolas enseñándome la libreta- Albert me hablo de ese grupo años atrás, el participo en un par de operaciones con ellos incluso, el caso, es que ellos mantienen estrecha relación con la insurgencia de casi todo el continente, por tanto, si Mariano acudió a alguno de ellos, entonces lo sabremos. Hay que cruzar la cordillera-
-Me inquieta el que el tipo de la Orden fuera tras esta libreta ¿Se habrán enterado de alguna forma de lo de Mariano?-
-Es posible, ya lo habíamos hablado antes- me dice Nicolas
-Creo que no podremos quedarnos al asalto a la base militar- le respondo decepcionado
-Déjaselo a ellos, además, con Pelantaru de su lado y las tropas maniacas, es muy probable que triunfen-
-Sea pues, hay que seguir nuestro camino-







Siento como si fuese transportada a gran velocidad, no puedo distinguir nada a mi alrededor que no sean luces e imágenes inconexas. Puedo ver los ojos de Dosser, inmediatamente su voz resuena en mi cabeza "En este momento te diriges a un lugar fuera de los cuatro dominios, mi poder en este lugar está restringido, por lo que has de ser cautelosa. Te internaras en El Laberinto, es crucial que superes esta prueba. Al final de él, encontraras lo que te permitirá internarte en el dominio de Alexander III. Si fallas, no habrá manera de evitar ese momento..." Puedo verme en la Gran Canaleta, Esteban tiene una pistola en su mano, parece consternado. Puedo escuchar un disparo y veo sangre ¿Sera mía? Palpo mi estómago y mi mano está teñida de sangre, pierdo el equilibrio y me voy al piso. Escucho otro disparo, una tercera persona presente, que no pude distinguir, ha caído al piso. Escucho los sollozos de Esteban, antes de que todo se acabe veo como coloca la pistola en su cien. Aprieta el gatillo y todo se desvanece. Los ojos de Dosser regresan "De ti depende Sofia" La velocidad parece disminuir, y paso de ser transportada a caer. Me estrello en la arena, mas no tengo dolor alguno, cuando me levanto veo frente a mí un edificio gigantesco, como una especie de pirámide. Miro alrededor y puedo ver que estoy en una isla, la pirámide esta al centro de esta. El mar luce diversos colores en distintos puntos, el choque de las olas pareciese estar orquestado para producir una pieza musical singular. Miro un cielo verde con nubes purpura, rojas y amarillas ¿Que es este lugar?
-Bienvenida, Paladín de la Liberación- escucho una voz femenina que proviene del edificio- Todo está dispuesto para comenzar, por favor, ingresa en el templo.
Me armo de valor y camino hacia la entrada del templo, una vez cruzo el umbral, la puerta se cierra tras de mí y todo queda a oscuras. Pequeñas luces comienzan a aparecer en medio de la oscuridad, como si tuviese galaxias lejanas ante mis ojos. Comienzo a recorrer el pasillo de estrellas, Esteban vuelve a mi memoria, me doy alientos para avanzar hacia una brillante luz a lo lejos. Finalmente llego junto a este pequeño sol que ilumina el lugar. Todo vuelve a oscurecerse.
-Decían los hombres que en el comienzo, solo había oscuridad y silencio, eso hasta que la luz apareció...- escucho aquella voz una vez más al tiempo que veo una explosión inmensa frente a mí, puedo sentir mi cuerpo a una temperatura altísima. Poco a poco la temperatura comienza a descender y sin siquiera notarlo, comienzan a aparecer soles y pequeños planetas a mi alrededor.- Pero en lo que erraron, fue en su noción de "comienzo"
Puedo ver como todas las galaxias a mi alrededor comienzan a contraerse, acercarse unas contra otra colisionando masivamente hasta que, luego de un lapso de tiempo solo queda una singularidad hiper-densa, la luz pareciese extinguirse por un instante y la oscuridad regresa... Y la luz vuelve a aparecer, vuelvo a presenciar esa magna explosión y ese calor inmenso. Una vez más, van apareciendo al cabo de un tiempo, las galaxias, con soles y planetas vagabundos y danzantes. Y ante mis ojos, la contracción vuelve a aparecer y la colisión de galaxias vuelve a mostrarse ante mis ojos. Una y otra vez puedo ver los ciclos del universo repitiéndose inevitablemente una y otra vez
-Ahora, veras tu hogar- me dice aquella voz, comenzamos a viajar por el espacio, cruzando nebulosas, una supernova estalla a lo lejos, parte de la energía llega a un sistema de gases, rocas y polvo estelar, que comienza un movimiento rotatorio, las rocas se ordenan en disposición de discos. En el centro de este, puede apreciarse por fin, nuestro Sol. Las rocas comienzan a colisionar entre si y poco a poco, va vislumbrándose  la formación primitiva de los planetas. Entre tormentas solares y violentas colisiones, luego de un tiempo, puedo ver un amplio cuerpo símil a la tierra, impactado por otro cuerpo, un tanto más pequeño. Este último se divide en dos partes, una que es absorbida hasta el núcleo del primero, mientras que la otra queda orbitando. La tierra poco a poco se hace más reconocible, y ante mis ojos, casi sin darme cuenta, los océanos están visibles y la tierra comienza a teñirse de verde. Numerosas especies pueblan esta exuberante vida sin atisbo aun de civilización, el equilibrio era manifiesto, me vi cautivada por tamaña belleza. Sobrevolamos el globo terráqueo, de pronto, numerosos meteoritos caen abruptamente sobre la tierra y el caos y la inestabilidad retornan. Numerosas especies se extinguen, otras cuantas sobreviven y evolucionan para enfrentar las nuevas condiciones. Las fuerzas de la tierra se hacen manifiestas y los volcanes hacen erupción, el mar ruge y la tierra tiembla con inmensa fuerza. La geomorfologia ha cambiado considerablemente, mas, aun no se asemeja a la manera en que concibo la tierra. Cuando el rugido de la natura cesa y el equilibrio retorna, la vida vuelve a aflorar en todo su esplendor. Numerosas especies que jamás pude imaginar se cruzaron por mis ojos, y de un instante a otro veo un inmenso rayo de luz caer sobre la tierra. Una onda expansiva de luz me impide ver el foco de esto, mientras siento la tierra temblar. Cuando me recupero, parece no haber habido grandes cambios ¿Que ha sido eso? Durante largo tiempo la tierra se mantuvo estable, en equilibrio, armonía y exuberancia. Para mi gran sorpresa, puedo vislumbrar la aparición de los primeros asentamientos, mas, quienes los levantaron no parecen ser humanos, aunque muestran características símiles. A diferencia del ser humano, esta especie formo estos pequeños asentamientos alrededor del globo, mas, pareciese no tener aires de expansionismo y de depredación, pues, con el paso de los años, estos asentamientos se mantienen en pie y no ha sido necesario levantar ningún otro. La convivencia de esta especie con el resto es de una particular armonía, en donde hasta las bestias más fieras se muestran dulces y tiernas ante ellos, luego de realizado un peculiar canto, que pareciese inhibir todo signo de hostilidad. Otra característica que manifiesta esta especie es una gran longevidad. ¿Qué es todo esto que veo?
Pasan miles de años y la paz en este mundo permanece imperturbable. Hasta que puedo ver aparecer al ser humano. Me extraña la presencia de este en tiempos tan remotos, donde las formas de la tierra aún no se asemejan mucho a las actuales, algo debió ocurrir. Y así fue, la especie humana se reproducía a gran velocidad, y con la ayuda de su pulgar oponible y su intelecto, produjo la tecnología para complementar sus falencias y debilidades como especie. La tierra continua girando y yo recorriendo el globo desde lo alto, contemplo como la especie humana construye grandes ciudades, depreda sin conciencia, esclaviza y mata a su antojo ¿Es que todos esos males son inherentes a nuestra especie? Más, apreciando con cuidado en las cloacas de la ciudad, pueden verse hombres que se resisten a la enajenación, que luchan de una forma u otra por su liberación y la de sus hermanos. En algunos puntos del planetas emergen comunidades libres donde no solo los perseguidos por los amos son bien recibidos, sino también los artistas e intelectuales de aquel mundo rechazados por la rígida moral de esa cultura. Algunas se mantienen en pie largo tiempo, otras tantas son rodeadas por los nuevos imperios y masacradas sin consideración. Y la sangre vuelve a correr, algunas cadenas se quiebran y otras nuevas se colocan en brazos de antaño hombres libres. Pero en medio de esta eterna disputa sin solución, ocurre algo inevitable, el encuentro del ser humano con esa ya antiquísima especie que, aun, vive en sus pequeños asentamientos levantados milenios atrás.
No logro distinguir desde cerca lo que ocurre, pues, para mí todo transcurre a gran velocidad. Más, en un punto de la historia, los pequeños asentamientos de aquella especie parecen hundirse en lo profundo de la tierra. No se pude ver a otro miembro de esa especie después de eso. Me canso de acumular tanta pregunta, mas, no tengo tiempo para descansar, pues, repentinamente algo sucede y el equilibrio en la tierra parece una vez mas haberse quebrado. Los volcanes hacen erupción, los mares se agitan y tragan inmensas tierras antiguamente pobladas por el hombre y muchas especies más. Los terremotos no cesan y continentes e islas emergen por todo el océano, mientras que otros enteros quedan bajo las aguas. Con el paso del tiempo, la tierra vuelve a su estabilidad y armonía, la vida vuelve a ser fértil. Me alejo de la tierra y desde lejos puedo distinguirla en la forma en que actualmente la conozco.
-Es tiempo de entrar al laberinto, antítesis- dice aquella voz- ve hacia el sol en su interior encontraras la entrada al Laberinto.
Viajo a través del espacio dejando la tierra atrás, impacto a gran velocidad contra el sol, cuando llego a su interior no puedo distinguir nada, estoy enceguecido.




Puedo verme caminando por la superficie de un laberintico y oscuro planeta. Extraños símbolos están grabados en las altas paredes, pequeñas luces en el piso iluminan los diversos caminos posibles. Mi pecho se aprieta, y de fondo, escucho una voz que no logro comprender. Me encuentro con una espejo gigante en una larga pared, miro a través de este y lo que veo, buscando mis ojos, son los ojos de Sangrienta.
Despierto súbitamente, estoy en mi habitación en el barco. Me levanto de la cama confundido, sin comprender completamente que es lo que sucede, los objetos en la habitación pareciese que bailasen, cambiasen de forma, comenzaran a flotar espontáneamente y emitir leves sonidos similares a susurros. Camino hasta la puerta y el pomo de esta se funde con mi mano antes de que alcance a girarlo, empujo la puerta con fuerza y pasó a través de ella, tropezando. Al dar media vuelta veo que la consistencia de la puerta ha pasado a un extraño estado líquido. Subo rápidamente hasta la cubierta intentando ignorar las incongruencias que brotaban por doquier por todos lados. Cuando abro la puerta y camino hasta el borde de la cubierta, miro hacia abajo esperando encontrar el océano, mas, parece haber una infinita caída. Ul sobrevuela el barco y se posa junto a mí, hay un frio horrendo
-¿Que está ocurriendo? ¿Por qué despierto en este lugar una y otra vez?- le pregunto
-El viaje no puede pausarse, no falta mucho para llegar con Arabel. Los límites entre estas realidades parecen haberse quebrado, de modo que tu conciencia no puede separar una de otra-
-¿Terminara esto cuando encontremos a Arabel?- le pregunto preocupado al tiempo que coloco mi mano sobre el borde de la cubierta, inmediatamente la zona comienza a incendiarse con un fuego que no quemaba. Ul aletea y apaga el foco de fuego.
-Tendrás que averiguarlo- me dice mientras se eleva ligeramente- Nos acercamos a la entrada del jardín de Arabel, sabrás que hemos llegado cuando veas las grandes vertientes-
Contemplo impaciente el cielo de nubes coloridas que liberan relámpagos de colores violeta, amarillo y rojo. No sé qué ocurre, mas, algo me impaciente en mis adentros, como si entreviera que algo grande esta por suceder...




Dejo la copa dorada sobre la mesa y acabo de recostarme en los restos de Khan, hoy, un abrigo de pieles perfecto para contraponer el descenso de temperatura corporal que provoca la flor y el fruto preparados. Extiendo mis brazos y cierro los ojos, dejándome arrastrar por el oleaje. Puedo sentir como me voy hundiendo, como arrastrada hasta el centro de la tierra. Antes de liberar un suspiro, puedo sentirme una vez más en la inmensa red. Siento mi eléctrico cuerpo recorrer a inmensa velocidad las diversas terminales de información, el camino se va abriendo a medida que avanzo, direccionándome siempre hacia el núcleo. Cuando por fin llego, en medio de la luz, me diviso en la entrada del gran castillo de Alexander III. Años soñando con este momento, y aquí estoy. Camino rápidamente por los dorados corredores hasta llegar a una escalera inmensa que se eleva hasta lo más alto del castillo. En cada paso que doy, revivo las batallas de cada uno de mis antepasados, años y años de lucha para este instante. Puedo ver el inmenso trono de luz, luego de que tantas veces se me impidiera el paso, Alexander III tiene sus ojos cerrados, mas, sonríe. Está pasando, Alexander entrara al Laberinto
-Honorable dama, Alexander, sangre de mi sangre, requiere de vuestra ayuda- su voz retumba en todo el castillo- Las puertas al Laberinto se abrirán, entra a la cámara a mi espalda... Como bien sabrás, en aquel lugar mis influencias están restringidas, mas, confió en la nobleza de tu linaje, que de victorias siempre ha sabido. Adelante, iluminada, es este tu camino, no pierdas tiempo.
Asiento con la cabeza y camino hasta aquella cámara, al cruzar el umbral, veo una extraña fuente de un líquido azul que expele vapores violeta, y que, al fijar la vista en su centro esta parece comenzar a girar. Sin darme cuenta, los gases violetas comienzan llenar la habitación, la puerta de la cámara se cierra. En unos pocos segundos, la habitación se llena de este vapor violeta impidiéndome ver. De un instante a otro la niebla violeta parece abrir un camino hasta la fuente, que evaporada, se ha transformada en una escalera turquesa. Desciendo a prisa hasta llegar a un largo pasillo con un arco gigantesco, repleto de antiguos símbolos, con el símbolo de la Orden sobre este. Parecen ser los límites del dominio, pues, más allá del arco, la oscuridad me impide ver. Camino decidida y cruzo el arco, saltando a la oscuridad.




“El hombre es la más  brutal, despiadada y terrible de las bestias. El cielo y el infierno viven juntos en el corazón del ser humano, es por esto que el miedo más grande del hombre, justificadamente, es el hombre mismo.” Fueron las palabras que escuche de pequeño, en boca de aquel misterioso hombre de ojos negros y piel pálida como la de un fantasma. Era apenas un niño, mas, lo recuerdo claramente.

En aquel tiempo, a mis cortos seis años, pasaba mi vida maravillado, asombrado de tanta belleza. La vida parecía un inmenso regalo plagado de misterios que ansiaba resolver. En aquellos años, vivía en una amplia casa en mi ciudad natal, bajo la estricta y férrea tutela de mi tía, mis padres murieron cuando yo todavía no aprendía a caminar. Nunca salía de casa, pasaba mis días en el jardín mirando los peces en el estanque, las grandes nubes en el cielo, subiendo a cima de un viejo y alto árbol, aun puedo recordar el viento en mi rostro... Otros tantos días los pasaba en la biblioteca, en la que disponíamos de innumerables tomos de todas las áreas a mi alcance. Un día, cuando estaba en lo alto del árbol, desde la calle un grupo de niños me saluda. Nunca tuve amigos, salvo los bichos en el jardín, Angus, el inmenso gran danés que custodia la casa y Lila, mi profesora personal, pues mi tía jamás deseo que me mezclase con el resto de la gente. En el grupo de niños pude ver a una niña delgada, de cabellos negros y alegre expresión. No estoy seguro que me empujo, mas, por el árbol, di un salto hasta la pared y baje hasta la calle. Me recibieron con sonrisas y frases de admiración, esto era nuevo, mas, era bello, como todo lo que había podido encontrar en esta vida. Así que no tuve miedo y me fui con ellos recorriendo las calles, pisando charcos de lluvias pasadas, saltando sobre hojas secas. Cuando se hizo oscuro, me despedí de mis nuevos amigos y acordamos reunirnos al día siguiente, finalmente, regrese a casa sin que mi tía consiguiese advertir mi ausencia. Pasaron los días y yo continúe escapando de casa día a día para a recorrer esta ciudad que aun permanecía siendo un misterio para mí, y con la guía de mis nuevos amigos, no había nada que pudiese salir mal. Así creía, al menos. Un día llegaron todos, sin la pequeña niña de cabellos negros y sonrisa brillante. Ese día planeábamos ir a una laguna cercana, casi a las afueras de la ciudad. Les pido que me acompañen hasta su hogar, esperando poder hablar con sus padres e interceder a su favor, este iba a ser un día grandioso y nada podía arruinarlo. Cuando llegamos hasta su casa, me sorprendo por lo pequeña y deteriorada que esta se encuentra. En mi pequeño mundo perfecto la gente no vivía en casas así. Un poco sorprendido, pero aun decidido toco la puerta de la casa, escucho gritos tras esta. El resto de los niños esperan atrás, junto a la calle, con rostros de expectación. La puerta se abre y mi pequeña amiga aparece frente a mí con rostro triste y una herida en su brazo. "No puedo" me dice mientras cierra la puerta entre gritos que vienen del interior, antes de que esta se cierre por completo veo una alta figura sombría de ojos penetrantes e iracundos. Era la primera vez que contemplaba aquello, cuando la puerta estuvo cerrada sentí un miedo terrible, como si hubiese contemplado un demonio. Y ese demonio estaba tras la puerta, encerrado junto con mi amiga y el día en la laguna. Golpeo la puerta una vez más y los gritos esta vez se escuchan más cerca. Cuando esta se abre, veo a aquel alto demonio con barba y bigote, ojos inyectados por la ira y sangre en sus manos. El resto del grupo corrió, yo no pude mover un solo musculo, recuerdo que aquel hombre me gritaba más, no lograba entender nada de lo que decía. Cuando sacó un cuchillo, en la desesperación corrí, me escabullí hasta la entrada de la casa y trate de cerrar la puerta por dentro, mas, basto un empujón para abrirla de par en par y yo caer disparado al piso. Veo al demonio en el umbral de la puerta, el lugar está repleto de vidrios rotos y gotas de sangre. Me levante rápidamente, tratando de escapar ante la torpeza de aquel demonio. Me escabullo por un pequeño pasillo y en la cocina, me escondo debajo de las mesa, encontrándome a mi amiga sollozando. Le tomo la mano y le indico que guarde silencio, los pasos del demonio se escuchan firmemente, con su estridente risa, consigue asustarnos más y más. Finalmente los pasos cesan, justo frente a dónde está mi amiga, salgo debajo de la mesa e intento alcanzar algo con que defenderme, aquel demonio se acercaba y con cada paso que daba parecía tragar toda luz a su alrededor "Se acabó el juego" fueron sus palabras cuando me levanto por el cuello. Caigo al piso en un par de segundos cuando, pues, mi pequeña amiga ha salido en mi ayuda. De una patada la tira lejos, me levanto rápidamente y le clavó un cuchillo en su pierna. El demonio grita adolorido, tomo a mi amiga de la mano y salimos corriendo de la casa. Mi pequeña amiga lucia muy mal, y, dado que no podía regresar a su casa, con el demonio ahí, decidí llevarla a la mía, sin que mi tía se enterase. Mas, cuando íbamos entrando, nos han descubierto y mi tía, sin creer mis palabras y molesta por haberme escapado, me dice que no puedo traerla. Indignado, por primera y última vez, la enfrento, más resulta inútil. Decido marcharme de casa y buscar un nuevo lugar para mi amiga, no la iba a abandonar. "Anda, pequeño Alexander, si crees que eres capaz de enfrentar el mundo de los hombres, pues adelante" me dijo mientras cruce la puerta y camine con mi amiga, tenía el dinero que me regalaron y nunca me vi en la necesidad de gastar. No era mucho, pero me daba ánimos de encontrar algo.  La noche comienza a caer, cubro a mi protegida con mi pequeño abrigo y en una banca, la dejo descansar mientras me mantengo en guardia, por si aquel demonio abandona esa casa en busca de nosotros. La mala fortuna se ha puesto en nuestro camino una vez más y en el mercado, entre la muchedumbre, perdimos el pequeño saco de dinero y fue imposible recuperarlo. Las fuerzas me fallan y me quedo dormido, hasta que, de un momento a otro, escucho un grito y luego siento como me agarran y me meten en una especie de saco. Desesperado, creí que aquel demonio nos había encontrado, que nuestras vidas terminarían de esta manera. Cuando nos salimos del saco estamos en un lugar oscuro, nos arrastran con fuerza hasta una habitación con barrotes, el hombre que nos lleva, no es aquel demonio. La puerta se cierra, miro asustado alrededor y veo otros niños encerrados junto a nosotros. Algunos se acercan, otros parecen no prestarnos atención. ¿Por qué estaba pasando esto? Aquel día iba a ser un gran día y ahora, estábamos ahí, encerrados quien sabe dónde y quien sabe por qué. Me esforcé por contener el llanto, y me puse de inmediato a pensar en un plan para sacarnos a todos de aquel lugar. Más, no encontraba manera de lograrlo y luego de un largo rato, la esperanza comenzó a extinguirse. De pronto, la puerta se abre y un hombre entra a la habitación, algunos ruegan que los liberen para volver a sus hogares, otros simplemente lloran, yo, observo, busco una oportunidad. La puerta se abre e intento abalanzarme sobre él, me agarra con facilidad, luego, escoge a otro, uno de mirada perdida. El miedo abarrota su rostro y me contagia al no saber qué es lo que nos espera. Desde un subterráneo, nos llevan a una sala amplia, numerosa gente bebe y habla sentada en una mesa en forma de U. Nos llevan hasta el centro y el hombre comienza a hablar a los espectadores. Mire ansias y escuche comentarios que no comprendí bien respecto a nosotros. ¿Que esperaban de nosotros y por qué? El hombre deja dos cuchillos en el piso, uno junto a mí y el otro junto al otro niño. Miro confundido a mí alrededor sin entender que esperan. Escucho como hacen sus apuestas, el otro niño se agacha y toma el cuchillo. Asustado, tomo el mío también. Mi inocencia no podía comprender el escenario en que había caído por las desventuras del azar y me pregunte si todos estos horrores eran algo aislado hasta donde tuve la mala fortuna de caer, o si bien, este espíritu bestial y sanguinario, vive, escondido, en medio de la humanidad. Conocía solo las grandezas del hombre, mas, hasta hoy, desconocía su oscura brutalidad. El niño con su cuchillo en mano me pide que lo mate, que no quería ser el ganador otra vez. Me niego rotundamente, el niño asustadísimo se corta la garganta con su cuchillo y cae al piso. Retrocedo y me afirmo en la mesa para no caerme al piso por el horror. La gente alrededor dice que no ha valido. Un par de hombres arrastra el cadáver del niño fuera de la sala mientras otro, trae otro niño, de rostro embarrado y rasguñado, el miedo asoma al igual que en mí. Cuando lo dejan frente a mi le entregan un cuchillo, y nos dejan a los dos, en medio de la mesa en forma de U. Estaba desesperado, no podía concebir que debiera asesinar para sobrevivir. Así que, en medio de los gritos, me escabullí por sobre la mesa, tratando de buscar un escape. Uno de los hombres en el público me agarra, muerdo su brazo con todas mis fuerzas, consiguiendo liberarme. Me cierran el paso por la espalda y por delante, estaba atrapado. Escondí el cuchillo entre mis ropas antes que se diesen cuenta y trate de esquivar al hombre frente a mí, mas, me alcanza con una patada y me tira al piso, otros más se acercan lanzo patadas desesperado, mas no hay caso, me arrastran nuevamente hasta el subterráneo, escucho amplias quejas en el lugar antes de ser empujado por las escaleras y luego encerrado en una pequeña jaula. El hombre coloca el candado en la jaula y me lanza un escupo al rostro. Antes de que abandone la habitación, puedo ver como arrastra a la niña de cabellos negros hasta la planta superior. Luche con todas mis fuerzas por liberarme, pero fue imposible. La frustración y la tristeza me abundaron y llore hasta quedarme dormido. Cuando desperté, vi uno de los hombres del lugar llevar comida hasta la celda de los niños. Pude ver a mi protegida, tenía la mirada perdida, sus vestimentas estaban rasgadas y ensangrentadas. No hay rastros del niño con barro en el rostro. El hombre vuelve a cerrar la celda luego de dejar la comida y se acerca hasta mi jaula. Preparo el cuchillo bajo mi manga. Si tengo que matar para sobrevivir, será a mi enemigo, no a un par. El hombre abre la jaula, me hago el dormido para bajar su guardia. Me pega para que despierte, mas, lucho por mantenerme inmóvil. Siento que me arrastran de la jaula y me cargan al hombro, como un saco. Saco el cuchillo y se lo clavo en la espalda lo más profundo que puedo. El hombre se va de espaldas por mi peso y en el piso, el cuchillo se le clava completamente. Me levanto y observo como la sangre escurre por el piso, los ojos del hombre están perdidos, ya no hay respiración. Era mi primera vez, mas, no sentí miedo, ni culpa. Fue como una revelación. Le arranque las llaves de la celda al cadáver y abrí la puerta. Los niños comienzan a salir de la jaula, algunos permanecen abatidos, mirando fijamente la pared de la celda, entre ellos, mi protegida a la que he fallado. Pero ya no más, a pesar de ser solo un niño, en aquel instante me sentí el más capacitado guerrero. Luego de varios intentos, conseguimos sacar a todos los niños de la jaula. Silenciosamente salimos del subterráneo, en busca de una posible salida. La calma se rompe con los sonidos de numerosos estruendos. Asustados, comenzamos a correr hasta una gran puerta que parece dar al patio. Al cruzarla, a lo lejos, vemos dos grupos enfrentándose, el sonido eran ráfagas de balas de aquella batalla. Al otro lado un precipicio inmenso impedía el escape, la única vía que quedaba era un inmenso bosque. Corremos a toda prisa en dirección a este, el miedo me supera al ver salir a dos hombres armados desde la casa, que comienzan a correr tras nosotros. Tomo de la mano a mi protegida y corro lo más rápido que puedo, los disparos se escuchan muy cerca, los niños que escapaban van cayendo uno tras otro al piso. Entre ramas, arbustos y grandes rocas, avanzamos por el bosque a toda velocidad, solo quedamos nosotros. Vuelvo a escuchar un disparo y siento un dolor en el brazo. Me caigo al piso, al verme el brazo veo que la herida es superficial, cuando miro a mi protegida me desespero. La sangre brota de su pecho a gran velocidad, no sé qué hacer, y los hombres están cada vez más cerca. La tomo entre mis brazos y corro lo más rápido que puedo, entre lágrimas le ruego que no se muera. Ella me mira y me regala una sonrisa “Gracias” fueron sus últimas palabras. No fui capaz de seguir corriendo. Me tire al piso y abrase su cadáver sollozando, resignándome a que acabase todo. Cuando escuche un disparo creí que era el fin, mas, escuche un par de gritos, sin comprender, di media vuelta. Fue ese el instante en que vi por primera vez a aquel hombre de pálida piel y ojos negros. Los perseguidores yacen en el piso, muertos. Aquel hombre camina hasta mí, pienso en escapar, pero ya no tengo fuerzas, el hombre me acaricia el pelo bruscamente y luego se acerca al cadáver de mi amiga, tomándolo entre sus brazos. “Sígueme” me dice “¿Dónde vamos?” “Te llevare a tu casa y a ella, a que se le dé un entierro digno, no como a esas bestias, que serán comida para los animales del bosque” No entendía nada, la tristeza me desbordo al revivir todo lo que había pasado. Abrace a aquel hombre y entre lágrimas le pregunte como era posible tanta maldad, tanta brutalidad, como era posible que sucediesen cosas como esas. “El hombre es la más  brutal, despiadada y terrible de las bestias. El cielo y el infierno viven juntos en el corazón del ser humano, es por esto que el miedo más grande del hombre, justificadamente, es el hombre mismo.” No dijo nada más hasta que llegamos a casa. Mi tía había muerto repentinamente y un amigo de la familia decidido cuidar de mí, fue ahí cuando empezó mi relación con la Orden, a pesar de que llevase la sangre de su fundador, no supe de su existencia hasta aquel entonces. Volví a ver a aquel hombre de piel pálida y ojos negros una vez más, pero esa es otra historia.
Avanzo a paso firme en dirección a la luz, estoy preparado para entrar al Laberinto.





Avanzo por una de las calles del distrito sur. Tengo una posible dirección para el asentamiento actual de la Orden Blanca. Escudriñando entre las obtusas mentes de los militares, me entere del golpe que recibieron hace poco, al nivel de perder su cuartel general. Puede que tenga una oportunidad si soy cuidadoso, el lugar esta increíblemente vigilado por los militares, que se pasean en camionetas con ametralladoras de amplio calibre montadas en su parte trasera, además de las unidades a pie que patrullan o custodian los diversos puntos. Consigo llegar hasta la azotea de un gran edificio, desde lo alto, distingo el edificio que correspondería al nuevo cuartel general. El paso por la calle está cortado y completamente vigilado, podría matarlos, pero daría las alarmas. Corro hasta la cornisa y de un salto llego hasta el edificio contiguo, continúo de esta manera hasta acercarme más y más. Por un instante los ojos de Dosser aparecen frente a mi “Continua,  Philipp, es este el camino” La voz y sus ojos desaparecen, la rabia me desborda al pensar que una vez más estoy siguiendo el camino trazado por el. Mas, no puedo renegar de este, si lo hago, sencillamente moriré.  Doy un gigantesco salto y llego hasta el jardín del edifico, me escabullo a gran velocidad entre las sombras y entro por una ventana. Me escabullo iniciando mi búsqueda a puro instinto. Por un oscuro pasillo, un adolecente avanza a toda prisa, me fundo entre las sombras y espero el momento oportuno para atacar. Coloco mis manos en su cabeza y, en su memoria, encuentro el lugar donde están los frutos. Le quiebro el cuello, mas, parece no haber muerto, saco mi cuchillo y lo apuñalo, mas, sana rápidamente. Me veo obligado a amarrarlo de manos y pies y meterlo en una pequeña bodega. Es increíblemente difícil de matar, mas, no tiene demasiada fuerza. El desarrollo de la expansión parece ser diferente con el otro fruto. Bajo por unas escaleras al fondo del corredor cuidando no hacer ruido, paso junto al salón central, donde están todos reunidos discutiendo su situación actual, no parecen haberme visto, finalmente llego hasta una bodega y, tras los fondos de una gran caja, encuentro 5 frutos luminiscentes. Los guardo todos conmigo y dejo todo en su lugar. A ver si con esto podéis pararme, hijos de puta. Salgo rápidamente del lugar sin encontrar enfrentamiento alguno.




Avanzo a toda prisa contra las tropas del ejército que disparan descontroladamente a quien se cruce. Algo está pasando, antes de que empezáramos el ataque, los militares parecían estar ya alerta. Escuchamos disparos antes de siquiera realizar el primer asalto. En mi recorrido con nuestro escuadrón hemos encontrado numerosos cuerpos tendidos en el piso, muchos, sin heridas de bala. Llegamos hasta un contingente militar y comenzamos a disparar. Corro rápidamente por la calle, entre ráfagas de balas que se desvían solo con el movimiento de mis brazos, por un segundo me deje llevar y empecé a danzar en medio de la balacera, los disparos fueron desviándose hasta el punto de regresar a sus destinatarios. Cinco más del escuadrón, ayudados por la droga de Jaime, avanzan velozmente arrasando las resistencias enemigas de aquella zona.  Bajando por la calle, puede verse otro fuerte contingente militar preparado. Poco a poco, va repletándose más y más de gente. Levantamos una barricada tras otra para establecer líneas de defensa  del territorio liberado. Las botellas comienzan a ser preparadas y varios recogen cualquier cosa que pueda ser de ayuda para resistir la posición, nosotros continuamos avanzando en dirección a los militares que disparan contra nosotros a la distancia. Por una calle aledaña puedo ver correr a un grupo de gente con pavor en su rostro. Cinco hombres con bates en sus manos corren tras ellos, alcanzándolos antes de que pudiésemos actuar. El escuadrón continua enfrentándose a las tropas del ejército, así que voy por mi cuenta y me abalanzo directamente contra ellos, de una patada tiro a uno al piso, otro más me sale al paso, saco mi cuchillo, preparada. El hombre me entrega una amplia sonrisa y saca el suyo. Uno de sus camaradas lo arrastra junto con él,  al tiempo que lanza al piso un artefacto que comienza a liberar gran cantidad de humo. Trato de seguirlos en medio de esta toxica niebla, distingo un callejón por el que me interno, cuando por fin puedo ver mejor, no queda rastro de ellos. Termino el recorrido del callejón y salgo a una amplia calle y una plaza, donde otro escuadrón, liderado por Eugenio, se enfrenta a las tropas del ejército. Escucho sonar mi celular.
-¿Dónde estás?-escucho por el audífono en mi oído, es Ayleen
- Frente al escuadrón de Eugenio. Algo extraño ocurre, acabo de toparme con un grupo que atacaba a la gente, no eran del ejército-  digo a través del micrófono
-Hable con otros escuadrones, me han hablado de algo similar. Al parecer, fueron ellos quienes alertaron a los militares, pues, comenzaron a matar indiscriminadamente.- me dice Ayleen, por el pequeño pasillo puedo ver venir el escuadrón acercarse.- Mas, vamos bien, la parte norte, este y sur del distrito están libres de tropas militares… Debo colgar, tengo una llamada entrante.
Nos disponemos a avanzar, cuando escuchamos aun mas disparos en la lejanía,  las tropas del ejército comienzan a replegarse. Escalo hasta la cima de una estatua en la plaza y puedo ver a lo lejos un gran contingente de tropas ¡¿Los Maniacos?! El humo de las barricadas se levanta en más y más  puntos,  íbamos tan bien, sin la ayuda de ellos. Esto no es camaradería, lo sé, Glenn buscara sacar partido de todos nosotros. Mi celular vuelve a sonar
-Algo anda muy mal Laura…- es Ayleen una vez más
-¿Qué ocurre?- le pregunto
-Uno de nuestros  informantes en la fuerza aérea nos ha dicho que han recibido un llamado a actuar, no sabemos que harán, así que más te vale estar atenta-me responde
 De pronto,  puedo escuchar el sonido de aviones. Miro al cielo, avanzan a gran velocidad cruzando el distrito ¿Aviones militares? ¿Nos van a bombardear?  Los aviones se alejan en el cielo, cruzando a gran velocidad, este distrito y el central. Muy a lo lejos, pueden verse explosiones. Me quedo helada al tiempo que aparecen una y otra vez las luces de los bombardeos. La Orden Blanca perdió la paciencia, entramos en un nuevo periodo de lucha…




Avanzamos con Nano por las alcantarillas del distrito norte. Llevamos buen tiempo recorriendo las alcantarillas en busca de algo, mas, no hemos encontrado nada aun. Escuchamos a lo lejos unos gritos desesperados, corrimos a toda prisa en dirección a aquel ruido, los quejidos cesan. Llegamos hasta una pared derrumbada que da a un sótano de algún edificio. Entramos rápidamente y vemos una habitación iluminada, puedo sentir el olor a nauseabundo. Nando se espanta al ver un cadáver tirado en el piso, ha de tener casi dos semanas por el estado de descomposición en que se encuentra. El ruido provenía de una televisión que mostraba un video casero de aquel grupo amante de la ultra violencia. Uno de ellos se veía con una amplia sonrisa mientras le arrancaba los dedos de la mano a su víctima, ya muerta. Apago el televisor, cuando lo hago, me sorprendo al ver una jaula en la esquina de la habitación, una persona duerme en ella. Nando corre hasta ella y dispara contra el candado. La jaula se abre y Nando carga a aquel hombre, el Cazador parece no darse cuenta de lo que ocurre
-¿Dónde están?- le pregunto, al no encontrar respuesta le golpeo el rostro-  ¿Están lejos?
-Fueron al distrito Este, llamaron a la octava oleada…- balbuce Tristan.
-Salgamos de aquí rápido, por favor- nos dice Nando- Si regresan la cosa se pondrá fea.
Me adelanto, con la pistola en alto, vigilando la seguridad de nuestra salida. Caminamos por las alcantarillas a toda prisa, escuchamos risas a lo lejos, junto con unos enfadados gritos. ¿Serán ellos?
-¡Esos desgraciados! Nos enviaron como carne de cañón en su estúpida guerra- dice una de las voces- ¿Quién se habrán creído que somos?

Al llegar a una cruce en las alcantarillas, los distingo, al notar que uno se acerca hacia a nosotros le disparo.
-¡Imbécil! ¡Te dio!- dice entre risotadas uno de los hombres, mientras levanta su bate y lo golpea en la cabeza, acabando de tumbarlo. Otros dos más se acercan, disparamos contra ellos, mas no logramos darles. El otro hombre restante agarra del brazo al extraño tipo que aún no para de reír mientras patea a su compañero.
-¡Vamos a matarlos  pedazo de imbécil!- su amigo lo mira intentando calmar su risa y asintiendo. Seguimos disparando, otro más cae al piso
-Se me están acabando las balas de las escopeta- dice Nando
-Sera mejor que salgamos de aquí mientras podemos- les digo mientras  continuo disparando para mantenerlos atrás. La tierra tiembla, se puede escuchar un estruendo muy a lo lejos. Comenzamos a correr por las alcantarillas, giro ocasionalmente para disparar abatiendo a otro más, quedan en pie solo el de la risa y el de enfurecido rostro. Continuamos disparando, mas, esquivan nuestras balas con facilidad, lo he visto antes, esto es obra del fruto - ¡No podemos ganarles!¡Hay que escapar!
Llegamos hasta unas escaleras de mano, Nando a la cabeza y luego Tristan. Continuo disparando, más, no puedo darle a ninguno y cada vez están más cerca. Comienzo a subir la escalera, uno de ellos da un inmenso salto, alcanzo a disparar, este esquiva la bala, mas, no logra alcanzarme. Salgo a la calle y cierro la tapa rápidamente. Huelo humo en el aire y a lo lejos, el distrito Oeste arde.



Camino por un amplio y oscuro túnel, doy un paso tras otro, pero siento como si no avanzara, no puedo distinguir siquiera mis manos. Más, no he de detenerme. Poco a poco comienzan a brotar diversas imágenes ante mis ojos, la germinación de una semilla en la tierra, alzando con el tiempo dos pequeñas hojas. El pasto rodea aquella pequeña planta, puedo divisar a lo lejos, un pequeño rio, el bosque, conozco este lugar. Estoy tirada en el piso, soy aun una niña, Laura esta tirada junto a mí indicándome las nubes. Revivo cada una de nuestras caminatas por el bosque, tardes en el rio y la caverna que descubrimos en nuestras exploraciones. También, recuerdo aquellas noches en que Laura me leía poesía y algunos cuentos de celebres autores, a veces, algunos hechos por ella misma. Ella era mi heroína, siempre encontraba alguna manera de sacarnos del aburrimiento, o de las estrictas garras de nuestros padres, siempre se mostraba tan llena de vida, dispuesta a luchar por lo que quería, me inspiraba la pasión que expresaba siempre, además de su ágil mente que, siempre atenta, urdía un plan tras otro para salirnos con la nuestra. Eran años de risas sin fin, sueños y maravillas por montón a nuestra disposición. Distingo, muy a lo lejos, un pequeñísimo destello de luz, la oscuridad aun es inmensa, mas, ya hay un indicio de que me aproximo. El ambiente es denso y mi respiración es agitada, las imágenes continúan pasando a rápidamente. Puedo verme en un pequeño departamento en la capital. Mis cosas están la mayoría en cajas, dispuestas para instalarme en mi nuevo hogar. No tenía mucho dinero, ni contactos, mas, traía un saco lleno de esperanzas de una vida distinta, estaba decidida a demostrar que podía ser independiente, que podía hacerme cargo de mi vida. Laura se había marchado hace ya años y desde entonces no llegaron más noticias de ella, sin embargo, conservaba conmigo toda su visión de mundo de aquellos años, rica en pasiones y ansias de libertad, también, al igual que ella, me volqué en el arte como forma de expresión. Llegue a la capital con la intención de decidir por mi cuenta el rumbo de mi vida, y era el arte mi apuesta.  Actuaba, escribía poesía y cuentos, también pintaba, mas, no tenía el magno talento de mi maestra, un cuadro de las colinas en nuestro pueblo natal cuelga en la pared principal del departamento, es una de las ultimas cosas de ella que conserve y traje conmigo. Fueron pasando las semanas, conseguí un par de papeles secundarios en una compañía de teatro bastante modesta, las editoriales no se vieron interesadas en mis escritos y acabe vendiéndolos a bajo costo a un anciano en una biblioteca en el centro, vendí también un par de pinturas a un comerciante de arte, mas, el dinero fue también escaso. Y a pesar de reducir lo máximo posible mis gastos, cuando ya acababa el primer mes en la capital, el panorama financiero se veía complejo. Tenía el dinero justo para alimentación, mas, ya no para comprar los materiales de necesarios para pintar, por lo que mis incursiones en esa área se detuvieron. Paso rápidamente el segundo mes y nuevamente, el panorama económico se veía mal, si seguía así, no podría pagar el arriendo del departamento y se acabaría el sueño de la emancipación. La preocupación constante con ese estilo de vida no me permitía vivir en paz, por lo que me vi forzada a encontrar otro camino para sobrevivir en la gran ciudad, aunque, seguía vendiendo mis escritos al viejo hombre de la biblioteca en el centro. Busque empleo, mas, no hubo caso hasta después de un mes y medio, cuando finalmente recibí un llamado de una empresa del retail, para uno de esos aburridísimos trabajos de oficina, sonaba terrible, pero era mi única oportunidad de seguir en la ciudad. Así que tome el trabajo, mas, la situación seguía siendo critica, el dinero que conservaba apenas alcanzaba para el pasaje y faltaban aun dos semanas para el final del mes, sin contar además, de que estaba en deuda ya con un mes de arriendo y a fin de mes se sumario otro a la cola. Estaba desesperada, pedí un adelanto en la empresa, pero por mi poco tiempo, me lo negaron de inmediato, así que comencé a vender lo que no me era esencial en casas de empeño, así podía al menos comer durante los días que faltaban para la paga y reunir algo de dinero para pagar el arriendo. Mas, la preocupación más urgente, era que el dinero de paga no sería suficiente para cubrir mis gastos de transporte y alimentación, y al mismo tiempo, pagar los dos meses de alquiler del departamento. Vivía con una constante angustia y eso fue desembocando en el tiempo en un terrible insomnio, razón por la cual llegaba tarde recurrentemente. Fue así como tome la decisión más dolorosa que podía imaginar en aquel tiempo. Solo me quedaba una opción, y este, era el cuadro de Laura, si lo vendía, podría pagar ambos meses de arriendo y tener suficiente para pasar el mes sin hambre. Fue así como, desconsolada, partí con el cuadro en dirección a un comerciante de arte y lo vendí. Me sentía avergonzada, más, sabía que Laura habría entendido mi situación y habría estado de acuerdo. Cuando emprendo camino a casa, recorriendo las calles al límite del distrito central y el distrito Este, donde se encuentra mi departamento, me encuentro con un bar con letras luminosas “REM”. Intrigada por la música, y, en busca de algo para beber para pasar el mal rato, entro en el bar, noto de inmediato la característica mezcla de olores en el ambiente y las pinturas surrealistas en las paredes. Me siento en una mesa y pido una cerveza, no puedo permitirme más. Me la traen a la mesa y sirvo mi vaso. Siento el amargo sabor de la cerveza, como purgándome por un instante del desaliento que llevaba. Un joven se sienta frente a mí, colocando su cerveza en mi mesa “Esa cara de problemas es más y más común con el paso del tiempo en esta perra ciudad” Fue esa la vez que conocí a Nicolas, charlamos cerca de una hora, hacía tiempo que no me desahogaba y la cerveza me cayó mal luego del primer vaso, por lo que se la regale. Cuando vi que se hacía tarde me levante dispuesta a despedirme, Nicolas arrastra en la mesa un pequeño pedazo de papel de aluminio. “Un pequeño regalito, a ver si te da un aliento más” lo recojo agradecida y me despido, coloco el pequeño cartón bajo y mi lengua y emprendo camino a casa a paso lento. Cuando llegue a la entrada del edificio, comencé a sentirme extraña, me detuve en seco y comencé a mirar las luces de los autos que pasaban rápidamente. Pareciese todo tener una profundidad inmensa, miro mis dedos y puedo distinguir cada detalle en estos, desde grandes surcos y pequeñas gotas emergiendo por mis poros. La luz de un farol junto a mi comienza a adquirir diversas formas geométricas, contenidas unas dentro de otras, en perfecta armonía. Saque las llaves como pude y entre al edificio, esquivando los ojos de mis vecinos, subiendo la escalera aprisa. Cuando finalmente llego a mi departamento, no enciendo las luces, no quiero ver como luce este lugar sin el cuadro de Laura. Cierro la puerta y dejo mis cosas en la mesa. De una chaqueta en una silla, saco una vieja cajetilla de cigarros y un encendedor. Abro la ventana, alcanzo un cenicero y me tumbo en la cama, dejándome llevar por toda esa mezcla de extrañas y profundas sensaciones en la oscuridad, las figuras comenzaron a emerger en medio de la oscuridad, evocándome recuerdos e imágenes muy sentidas. Puedo verme a las orillas de un rio, puedo reconocerlo, es aquel que cruzaba el bosque, cerca de mi pueblo natal. Entre los árboles, puedo ver a una mujer de cabellos negros danzar y cantar alegremente una canción, y no cualquiera, sino la que Laura siempre cantaba para espantar mi pena y hacerme dormir, de muy pequeña. Corro a toda prisa tras ella, mas, la pierdo de vista, como si se hubiese desvanecido de la nada, aun puedo escuchar la canción. Puedo ver la a lo lejos, adentrada en el bosque, bailando al tiempo que avanza, trato de acercarme rápidamente pero se vuelve a desvanecer. La canción puede escucharse cerca de mí, avanzo por los últimos árboles y doy a una amplia y verde colina, aquella mujer, que estaba segura era Laura,  cantaba desde lo alto de esta. Subí lentamente la colina, dejándome llevar por su canción, quedo justo frente a ella cuando esta acaba. La miro a la cara y veo que sí, es ella. Me da un fuerte abrazo y al oído me dice “Que el miedo ni la culpa te paralicen niña mía, sigue adelante” De un instante a otro estoy en la cima del edificio más alto de la ciudad, miro a mi espalda esperando encontrar a Laura, mas, encuentro a un hombre de facciones que me resultan familiares, mas, creo no conocerle. Se me escapa una sonrisa y al tiempo en que el esboza una también, despierto en seco. Miro el reloj y veo que voy tarde una vez más al trabajo.  Un par de días después en uno de los pasillos de esa miserable empresa para la que trabajaba, me encontraría una vez más con ese rostro que apareció en aquel viaje, o sueño. Por un instante, creí que todo esto, de alguna u otra manera, había ya sido orquestado minuciosamente por quien sabe que o quien. Eso, lejos de hacerme reticente, me empujo aun mas, fue por eso que tome su libreta mientras estaba en el baño, algo me decía que este era el camino, mas, no tenía idea a que.

Puedo ver que el pequeño destello al final del túnel es más grande. “Estas a unos pasos de tu hasta ahora más grande desafío, querida niña” No reconozco la voz, de un momento a otro comienzan a pasar imágenes frente a mis ojos. Puedo ver una cámara amplia, hay gran cantidad de gente con túnicas naranjas ordenadas en espirales, cinco hacia la izquierda y tres a la derecha. En el centro puedo ver a Dosser, alrededor de él, en los inicios de los espirales, reconozco varios rostros de la antigua generación Maniaca. Comienzan a entonar un canto, voz libre de palabras, al tiempo que los espirales comienzan a girar en una especie de danza. Retomo la vista del túnel y continúo mi camino, decidida a alcanzar la luz, lugar de entrada al Laberinto. “Sangre de mi sangre, tantos años de lucha fueron entregados para que este instante fuese posible, confió en que saldrás victoriosa de esta batalla. Cuando entres al dominio de Alexander III estaré contigo, más para eso, primero has de ganar esta batalla” no reconozco la voz, sin embargo, a través de ella siento una mezcla de sensaciones que precipitan como numerosas imágenes de tiempos remotos en el viejo continente, dos jóvenes se encuentran en lo profundo de la tierra, junto a un inmenso árbol de flores y frutos brillantes. Puedo ver el avance de la gran alianza imperial, y toda la sangre de quienes se oponen a ella en pos de su libertad. Magnus es el nombre que resuena en mi cabeza. Finalmente, la luz se hace absoluta, he llegado al final del túnel y la entrada al Laberinto.


Concierto de Tripas.


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