Disculpen la demora, pero Ella me ha tenido bastante ocupada. Mi trabajo consiste principalmente en mantenerla encerrada en una celda pequeña, con barrotes anti-pensamientos. Aún así, sus brazos se estiran y logra arañar mi cara y sacarme unos cuantos cabellos. ¿Cada cuánto? cada minuto, la retuerzo, la reprimo mientra me insulta, se ríe y me desafía con esa mirada enferma. El otro día encontré una carta que me dejó bajo la almohada... espera, ¿el otro día? creo que en realidad fue en julio, cuando empezó nuevamente a quebrar los barrotes, se arrancaba y robaba con eso mi cordura, ese estado de equilibrio que me cuesta tanto mantener:
"¡Hola, querida! Ha pasado algo de tiempo, ¿me extrañaste? Lamento utilizar la ironía, pero, sabes como soy yo, peor que tú, mucho peor. Intestaste detenerme, ¿no es verdad? Pues, qué lástima, pero te diré algo de lo que tal vez ya te habías percatado: Me necesitas... más de lo que quisieras, sin mí no podrías sobrevivir, estúpida. Sin mí no puede resistir tanta presión esa cabezita débil, para eso estoy yo, un ser que tú misma creaste, para desenmarañar y romper tu ridícula rutina... No muchos pueden percatarse, y aunque me escondas tras tu sonrisa hipócrita, te estoy matando por dentro, te estoy matando, todos los días un poquito, llegará un día en que ya no podrás sonreír, y yo, habré triunfado sobre Eros. Quién podría imaginarse que una invención de la mente pudiera llegar a ser tan poderosa. Quién imaginaría que existo y que te llevo al límite de la psicosis... El resto, ya lo sabes: ¡TENGO SED!"
A si que aquí estoy, flotando entre la desesperación y la resignación, tratando de amarrarla, otra vez.
