Bienvenida Sangrienta Malvenida: Cuarto Movimiento: Quinto Capitulo El Laberinto
Hemos llegado finalmente a la recta final, sera este capitulo el ultimo en subirse secuencia por secuencia. La recta final de la historia, compuesta por unos 6 a 8 capítulos (menos extensos que este capitulo, por supuesto), sera publicada una vez estén todos los capítulos completos. Agradezco todos aquellos ojos que han seguido este universo que creció mucho mas de lo esperado, y hoy, se acerca finalmente a su culmine. Adelanto que BSM sera el primer tomo de una obra compuesta por tres, sin embargo, el final sera concluyente respecto a los aspectos centrales de la historia, aquellos motores que pusieron en marcha todo este engranaje. Sin mas preámbulos, aquí esta el capitulo de El Laberinto.
Por: Prometeo
Mi cuerpo tiembla de frio, parado en la cubierta, veo las
vertientes que dan a la entrada al jardín de Arabel, en cada una de ellas, en
una gigantesca isla flotante repleta de nieve, flotan inmensos cuerpos de hielo
de numerosos colores. El barco se acerca hasta la gigantesca isla a toda prisa,
empujado por un viento terriblemente helado, escucho el sonido de mis dientes
chocar una y otra vez. Bajo de la cubierta de un salto, me estrello contra la
nieve, más me pongo de pie. En lo alto puedo distinguir a Ul.
- Hay que llegar a la cima, la vertiente primera es la
entrada a los jardines- me dice bajando hasta mi altura
- Hace un frio horrendo en este lugar…- le digo mientras
avanzando temblando por unas escaleras de hielo al tiempo que observo a mi
alrededor las vertientes de los niveles inferiores.
-No es aquí donde hace frio- me responde
-¿A qué te refieres?- me detengo a pensar un momento- ¿Mi
cuerpo está durmiendo mientras que estoy en este lugar?-
-Te dije que los dos mundos se estaban fundiendo, puedo asegurarte que no estas soñando- me
responde al tiempo que se eleva y emprende camino a lo alto de la isla. ¿Dónde estaré
físicamente entonces? Si no estoy soñando ¿Qué es esta isla gigante y
gélida? ¿Sera que finalmente estoy en el
Ártico?
Continúo caminando por las escaleras de hielo llegando
cada vez más alto, pudiendo observar desde la isla una panorámica espectacular.
No había océano, solo un majestuoso cielo violeta, azulado, con destellos
verdosos y rojos. Llego hasta la cima aun tiritando. Puedo ver la primera
vertiente de una inmensa cantidad de colores que cambiaban a cada segundo.
Conozco esto, he de sumergirme… El agua acaba de terminar el trabajo de
congelar mis pies, mas, he de continuar, avanzo en busca de mayor profundidad
mientras el agua va cubriéndome más y más, hasta que finalmente, me zambullo
por completo, el frio me paraliza y comienzo hundirme al tiempo que todo se
oscurece, no hay imágenes que pasan a gran velocidad ni sensación de ser
transportado, solo oscuridad y silencio.
Regreso a toda prisa a nuestra base, el escuadrón se ha
posicionado en puntos estratégicos para resistir y mantener el distrito
liberado. Grandes cantidades de gente llegan al distrito debido al desastre que
ha dejado el bombardeo en el distrito Oeste. Basto hacerle un poco de daño a la
Orden Blanca para que diese tamaña demostración de fuerza, tengo unas ansias
terribles por destrozarlos, mas, por mi cuenta sé que no seré capaz. Toco la puerta y digo la contraseña, Julio me
abre la puerta. Lo saludo y entro de
prisa para ver a Sofia, Ayleen y Jaime están en la sala.
- Ahora que los muchachos ya están más ordenados y
sistemáticos, más lo que ha encontrado Julio,
la producción que puedo garantizarte diariamente es de unas 300 dosis
diarias por un tiempo de un mes, que será probablemente cuando se agoten las
reservas de hojas.- le dice Jaime a Ayleen- respecto al fruto, he comenzado mi
análisis y debo confesarte que estoy maravillado… ¿Me creerías que este fruto
tiene dentro suyo una cantidad inmensa de alcaloides, terpenos, flavonoides
presentes en otras especies de la tierra? He encontrado pequeñas trazas de más
de cuatrocientos alcaloides ya
conocidos, sin contar otra gran cantidad
de estructuras moleculares que desconocía, presentes en el fruto. Podría
dedicársele una vida entera de estudio y no bastaría para acabar de enumerar
toda su composición. Regresando a nuestro asunto, he estado elaborando un
método específico extracción y síntesis, para el fruto, que puede tener un
rendimiento excelente, no estoy seguro de los alcances, pues, hay sustancias
que no estaban ni en la hoja ni en las semillas. En cuanto continúe avanzando
te daré noticias, esta misma noche me encargare de hacer personalmente la primera
extracción y síntesis de estas sustancias características del fruto.-
Avanzo sorprendida por la noticia, mas, Sofia esta
primero, cuando estoy por llegar a la puerta, esta se abre e Ingrid sale de la
habitación.
-¿Pasa algo?- le pregunto preocupada
-Aún no hay mejoría, mas, quédate tranquila, ella lo
conseguirá- me dice mirándome a los ojos
-Pasare a verla de cualquier forma…- digo mientras trato
de tomar del pomo de la puerta, con su mano me detiene
-Sofia necesita descansar, será mejor que la dejemos sola,
es poco lo que podemos hacer por ella en donde esta…- me dice sin dejar de
mirarme a los ojos- Lo que se con seguridad, es como podrías ayudar al resto de
tus hermanos en esta batalla
-¿De qué se trata?- le pregunto con un dejo de molestia
al no poder ver a mi pequeña hermana.
-He tenido uno de mis sueños anoche… Se donde puedes
encontrar a Mariano antes de que los Maniacos se apoderen de las armas. Debes
darte prisa, si no estás en el momento preciso, será demasiado tarde.- se me
acerca y me da un beso en la frente, visualizo el lugar de encuentro ante mis
ojos.- Le he pedido a Ayleen que prepare equipaje ligero, iras sola o
despertaras sospechas en la Orden Blanca, o darás alerta a los Maniacos.-
-Parece que tienes todo listo- le respondo enojada, al
tener que partir estando Sofia en esas condiciones- Iré solo si me prometes que
Sofia estará bien
-Donde está, dependerá enteramente de ella- me responde
secamente- y no hay nada que puedas hacer. Puedes quedarte aquí quejándote del
enemigo o puedes ir y hacer algo contra este, es así de sencillo-
-¡Bueno, bueno! Iba a ir de todas formas, solo estoy
preocupada por mi hermana- le digo molesta mientras camino hasta la sala,
Ayleen y Jaime contemplan la escena, cruzo la sala y tomo un pequeño bolso.
-Los mapas que necesitaras están ahí, tienes que estar
antes de la noche de mañana allí o será demasiado tarde, te ayudara un contacto
en cuanto cruces la cordillera- me dice Ingrid desde el pasillo. Me despido de
Ayleen y Jaime, y salgo dando un portazo.
-Sera mejor que vaya a ver cómo van los muchachos en el
laboratorio- dice Jaime mientras deja una bolsa con la droga sobre la mesa.- Te
mantendré al tanto de mi investigación
-Estaré ansiosa al respecto- le respondo con una sonrisa
al tiempo que me despido de él. La puerta suena y quedamos solas Ingrid y yo.
La miro directamente- Al parecer no lo ha tomado bien Laura.
-Podría ser peor- me responde, noto que lleva consigo un
bolso
-¿Vas a salir?- le pregunto
-Tengo que hacer algo…- me responde sin mirarme
-¿Debo prestar algún cuidado especial a Sofia?- le
pregunto dispuesta, ni siquiera me di cuenta cuando me encariñe tanto con esa
mujer que antaño me parecía una furcia despreciable.
-No hay nada que podamos hacer, ni siquiera Dosser puede
intervenir-
-¿De qué hablas?- le pregunto preocupada
-No sé si despertara… Ha entrado el Laberinto, si no gana
esta batalla…- camina hasta la puerta y la abre, da media vuelta- Es posible
que no regrese, si es así, no pierdan la esperanza, aunque parezca que la
oscuridad se trague todo, aún queda batalla por dar mientras estéis de pie…-
La puerta se cierra, se me aprieta el pecho ¿Qué habrá
querido decir con todo eso? La forma en la que hablaba me preocupa, algo dentro
de mí me dice que Ingrid no regresara y que algo anda muy muy mal con Sofia.
Corro hasta su habitación a toda prisa y abro la puerta, esta acostada boca
arriba en la cama. Me acerco para verla mejor y me espanto al ver que no hay
movimiento alguno. Temblando, tomo su pulso y el mundo se me viene abajo, al
tiempo que me caigo al piso. Abrazo el frio cadáver de Sofia y me echo a llorar
desconsolada.
Camino a toda prisa con el bolso con los frutos robados. Cuando
los robe no pensé en el detalle de cómo prepararlos ¿Podre consumirlos directamente?
Hay una manera en que la Orden y los Maniacos preparaban los frutos, eso me
hace pensar que, si lo hiciese directamente, podría perder parte de la
potencia, maldición no lo sé, no es mi terreno. Estoy algo preocupado, la Orden
ya debe haber notado la falta de los frutos y no sería raro que ya estuviesen
tras de mí. Es por eso que he venido al distrito central, si van a ir tras de mí,
quiero se vean forzados a hacer un escándalo en su distrito más fuerte, donde
por instantes, pareciese olvidar la gente la guerra que se está librandose. No
es que me posicione en uno de los lados, sencillamente me enerva que existan
rebaños tan miserablemente serviles. A pesar de mi asco, me meto al metro
torpemente, al no saber qué hacer ni donde ir para solucionar este dilema. A lo
lejos, escucho un grito en uno de los vagones de adelante, el metro se detiene
y los gritos se acrecientan. Veo numerosas personas correr hasta el último
vagón, algunos empapados en sangre. Preparo mi cuchillo y avanzo en dirección
contraria a la asustada multitud. Un hombre empapado en sangre, con una inmensa
sonrisa, un bate en su mano derecha y un cuchillo en su mano izquierda, se
lanza contra mí. Esquivo el bate y con uno de mis cuchillos bloqueo su corte.
Le doy una patada obligándolo a retroceder, otro hombre, de facciones similares
al sonriente hombre, mas, de rostro enfurecido, con dos cuchillos en sus manos,
se lanza contra mí. Bloqueo sus cortes y de una patada tiro al piso a un tercer
hombre que se acercaba. Se quedan expectantes mirándome, se escuchan los gritos
de dolor de la gente en la otra parte de los vagones, donde numerosa gente es
masacrada por un grupo de hombres y mujeres de diversas características ¿Tantos
artistas juntos?
-¿Orden Blanca o Maniaco?- pregunta el hombre sonriente
con sus armas listas
-Ni lo uno ni lo otro- le respondo.
-¿Y de dónde salió esta joyita?- pregunta una mujer con
una sierra de mano goteando sangre-
-¿Qué hay de ustedes? ¿No los envió la Orden tras de mí?-
les pregunto sin comprender que está ocurriendo
-¡Nosotros ya no trabajamos con Alexander y Agatha!
Después de que nos enviasen como carne de cañón decidimos dejar un descalabro
en los lugares que nos prohibieron actuar, así que aquí estamos, haciendo lo
que mejor sabemos hacer- me dice el hombre sonriente entre risas
-Únete a la manada lobito- dice la mujer de la sierra.
-Trabajo solo…- les respondo- más, puedo hacer una
excepción el día de hoy
Clavo mi cuchillo en el corazón de un hombre que
intentaba escapar, una sensación de hormigueo me recorre por completo, siento
que todas las presiones, los dolores y angustias se desvanecieron por un solo
instante. Y renací… El hombre sonriente me aplaude al ver mi expresión de goce.
-Me he contenido… - le respondo mientras saco mi cuchillo
y sonrió- Bueno manada, las ovejas están atrapadas en los últimos vagones, será
buena idea darse prisa antes de que encuentren una manera de escapar.
Comienzo a correr a través de los ensangrentados vagones
y dejo a la bestia dentro de mí hacerse carne completamente, y es solo sangre
lo que puedo distinguir.
Conduzco el auto en dirección al aeropuerto ubicado a las
afueras de la ciudad, al sur. Hay un caos tremendo en la base, no sabemos cómo
alguien se logró colar en el lugar sin ser visto y se llevó el resto de frutos
que conservábamos. Todo ocurrió frente a nosotros y no lo notamos, cuando
Alexander y Agatha despierten, nos caerá un duro castigo por nuestra
incompetencia… Y no es que fuésemos a necesitar urgentemente los frutos o que
no podamos acceder a más, el problema es el regalo de poder que hemos dado sin
darnos cuenta. Aquel que pruebe de esos frutos no se verá afectado por la gran
roca, pues esta ejerce sus efectos de inhibición al primer Árbol. Lo único que
me mantiene tranquila es que, con el relato de Igor, sabemos que el fruto no ha
caído en manos de los esbirros de Dosser, el tipo que se lo llevo sabemos quién
es, la Orden ya tiene larga historia con su padre. Puede que sea menos serio de
lo que parece, mas, de lo que estoy segura es que saldrán complicaciones de
esto. Miro mi reloj mientras espero afirmada en el vehículo.
-No debe faltar mucho- me dice Gem mientras saca un
cigarrillo y lo enciende- respecto a lo de los frutos, si, metimos la pata,
pero mira, la roca ya está por llegar, era esta la misión verdadera según
Agatha. Philipp se volverá un riesgo, mas, nada que no podamos afrontar.
Distinto seria si estuviese del lado de los libertinos, mas, es solo una bestia
hambrienta de poder y sangre, desconoce el sentido del trabajo en equipo o el
servir a una idea más allá de el mismo, por tanto, su influencia no podrá ser
más que la que el mismo ejerza. Además, probablemente desperdicie una buena
cantidad de la potencia del fruto ¿Acaso crees que tiene idea de cómo
prepararlo?
-Tienes razón- le respondo tranquilizándome un poco más,
en el cielo a lo lejos puedo ver un avión acercarse.- Diría que ahí vienen ¿La
llevaremos directamente a la torre?-
-Son las instrucciones ya establecidas anteriormente por
el gran Alexander- me contesta- El problema es que no podremos hacer que
funcione hasta que Agatha despierte, es ella quien conoce la forma de
activación de esa extraña plataforma-
-¿Has estado ahí abajo?- le pregunto asombrada
-Claro que si- me responde soltando una pequeña risa, el
avión está cada vez más próximo a aterrizar
-¡Cuéntame entonces! ¿Cómo es ese lugar?-
-Lo veras tu misma- me responde- iremos directamente a
dejarla y montaremos guardia en el lugar hasta que Alexander y Agatha estén
listos.
Se me escapa una inmensa sonrisa de alegría al sentir que
estamos dando un paso inmenso. El avión coloca sus ruedas en la pista y
comienza a frenar. Cuando ha terminado el aterrizaje nos acercamos, del avión
baja Erik y Gissi
-¿Dónde está Joseph?- les pregunta al tiempo que saluda
de un abrazo a Erik. Beso la mejilla de Gissi, saludándola
-No estamos seguros, fue el quien recupero la roca, mas,
cuando llegamos al lugar se había marchado- dice Gissi mientras le indica a
nuestros hombres para que bajen la roca y la trasladen a uno de los vehículos.
-De seguro estaba muerto de miedo con Agatha- dice Erik
riendo. Los hombres montan la roca en el vehículo- Sera mejor que partamos de
inmediato
Nos subimos a los autos y emprendemos camino, entrando a
la carretera. Gem acelera junto a la caravana.
-Supimos que prendieron fuego a un distrito bajo control
libertino- dice Erik desde el asiento del copiloto
-Deberías haberlo visto, chillaban como ratas- dice Gem
entre risas mientras conduce por la pista rápida- Ya venía siendo hora de
mostrarles quien manda aquí
-No lo sé, Alexander por alguna razón no había querido
bombardear- acota Gissi
-¡Tonterías! Era lo que hacía falta desde hace un buen
tiempo- dice Erik riéndose. El auto toma la salida de la carretera que da
directamente al centro de la ciudad, justo al lado de la gran torre.
-En todo caso, fue Agatha quien dio la orden y ustedes
saben que la cadena de mando se respeta.- añade Gem
Prefiero no opinar al respecto con lo de los bombardeos,
inicialmente no estaba convencida y cuando Agatha lo dijo, parecía una buena
opción. Mas, al ver las imágenes de la devastación que dejamos en ese lugar, la
cantidad de gente atrapada entre los escombros o calcinada… Sé que la muerte es
parte del día a día en esta lucha que libramos por nuestra causa, comprendo que
ejerzamos nuestra fuerza a quienes indicamos como los grandes perturbadores de
la naturaleza humana, los invocadores de la decadencia, la degradación y la
perversión en nuestra especie, yo lo veo de esa manera como un acto de
justicia. Mas, cuando veo las imágenes del desastre, lo último que veo es
justicia. Veo sufrimiento y dolor esparcidos indiscriminadamente. Es cierto que
el enemigo estaba asentado en ese lugar, y también es cierto que le hemos
propinado un golpe gigantesco. Mas, nuestra pesada mano de hierro ha caído
también sobre una gran cantidad de gente inocente, gente que no profesaba la
perversión ni la decadencia, gente humilde que solo quería vivir en paz. Me
asusta pensar en que mientras más nos involucramos en esta batalla, más
acabamos pareciéndonos, sin darnos cuenta, a nuestros más odiados enemigos…
Pero he de tragarme este mal gusto, hoy no es tiempo de dudas. Por la ventana
veo un desastre inmenso en las calles, la gente corre a toda prisa desesperada
y se escuchan disparos.
-¿Qué esta pasando?- pregunta Gissi- ¿Por qué tanto
alboroto?
-No lo se- responde Gem mientras deja que se adelanten
varios vehículos de la caravana- Pero
será mejor que se preparen para disparar
Erik abre la ventana y saca su fusil de asalto por ella,
Gissi hace lo mismo con el suyo, por mi parte, saco la cabeza por la ventana y
apunto con mi pistola. A medida que avanzamos vemos numerosos cadáveres en el
piso, tanto civiles, como policías y fuerzas militares. A lo lejos puedo ver a
varios grupos perseguir a la multitud.
-Mierda…- se le escapa a Gem- son los lobos
-¡Que se pudran! ¡Nadie traiciona a la Orden!- grita Erik
mientras dispara extasiado. Gem avanza a toda prisa en dirección al gran
edificio, uno de los lobos, el desquiciado de sonrisa inacabable, se para en
nuestro camino y detiene el vehículo, llega su hermano, cuya expresión única
siempre parece ser la rabia. Otros seis se acercan, hombres y mujeres. Gissi y
Erik se bajan mientras disparan.
-¡Los encontraremos en el subterráneo!- nos grita Erik
mientras de una patada hace retroceder al lobo sonriente. Gem intenta avanzar,
mas, otros dos hombres impiden que el vehículo avance. Gissi se viene contra
ellos a una velocidad inmensa, lanzándoles cuchillos y dardos preparados
especialmente por ella. Los lobos retroceden, menos uno, que con dos cuchillos
en mano se abalanza sobre ella.
-¡Tú no puedes estar aquí! ¡Yo te mate!- le grita
mientras lanza un par de cortes, Gissi le da una patada y lo tira lejos
-Puede que me toque a mi ahora entonces- dice Gissi
mientras prepara sus cuchillos
-¡Anda Gem, sal de aquí!- grita Erik dándole golpes al
auto, inmediatamente Gem acelera y salimos de aquel lugar, puedo ver por el
espejo retrovisor como llegan refuerzos desde nuestra base para calmar la
situación. Los lobos, superados en número y fuerza se desparraman por las
calles, intentando escapar
-Esto tampoco le va a gustar a Agatha- me dice Gem- creo
que fue ella quien los trajo acá. Parece que no fue buena idea lo de llamar a
la octava oleada en aquel distrito-
-No previmos que intervendrían los Maniacos, pensamos que
Glenn era un líder más sensato, pero al parecer, está contaminado con el mismo
germen que los esbirros de Dosser-
-¿A qué te refieres?-
-A que fue a prestar ayuda a quienes en cuanto tengan la
fuerza suficiente, le darán un golpe que probablemente lo lleve a la tumba, y
lo sabe. Ha ido de todas maneras, nos culpó a nosotros del asesinato del Comité
Revolucionario que el mismo ordeno, al estos oponerse a prestar dicha ayuda
contra nosotros en aquel distrito… Pienso que el gran Alexander está interesado
particularmente en el por qué, aunque parezca ser un cerdo egoísta, está
sirviendo de una manera u otra a un propósito más allá de el mismo… Cuando tomo
el control de los Maniacos y barrio la disidencia interna, lo hizo a causa no
de discrepancias en el fondo, sino en la forma. Cuando nos entregó a Albert, pensamos que Glenn se desbordaría al
tener tanto poder en sus manos, mas, demostró una frialdad y claridad máxima en
la estrategia…- comenzamos a bajar a los estacionamientos subterráneos.
-Yo creo que lo más conveniente es que lo acabemos de una
vez por todas-
-No se puede, al menos hasta que el gran Alexander lo
permita- le respondo mientras miro por
la ventana, comenzamos a bajar a la zona de excavación, camino recientemente
acabado, un gran contingente militar custodia el lugar. Gem detiene el vehículo
y nos bajamos para realizar el trayecto que queda a pie, a través de un
estrecho túnel en descenso. Avanzamos iluminados por el verde brillo de la
roca, luego de unos minutos llegamos hasta un umbral de piedra que cruzamos
rápidamente. Veo un montón de grabados en las paredes del lugar, descendemos
por una gran escalera de caracol, a medida que avanzamos, los grabados en las
paredes comienzan a encenderse, y apagarse a medida que van quedando atrás.
Llegamos hasta una cámara gigantesca con cuatro pilares que se erigen a inmensa
altura, una parte del techo parece estar destruida, mas, se encontraba cubierta
por un material negro. Llegamos al
centro, en medio de los cuatro pilares, un altar dorado en forma de árbol se
muestra ante mis ojos. Gem coloca la roca sobre este e inmediatamente, luego de
un ligero temblor, los grabados de toda la habitación se iluminan y en el techo
lo que veo es un mapa estelar con una serie de leyendas en un idioma que
desconozco.
-Impresionante- dice Gem mirando el mapa de estrellas.-
Ahora solo nos resta esperar a que Alexander y Agatha despierten, cuando eso
ocurra, la ciudad será nuestra una vez más.
Eugenio, Julio, Cavieres, Antonio, Claudia y Leyla están en
la sala, no supe a quién más acudir, Ingrid no va a volver y nuestra flor de
Libertad fue arrancada de raíz, yace muerta en su cama la muchacha cabellos de
fuego y ojos caleidoscópicos. Estoy
desconsolada, azolada por la tristeza, siento como si me hubiesen arrebatado
algo que estaba muy en lo profundo de mi… Mas, no es tiempo de derrumbarse,
Sofia jamás habría querido que eso sucediera.
-Es duro, pero tenemos que aceptarlo…- dice Eugenio- ni
el fruto puede traer a alguien desde la muerte.
-Ingrid dijo algo de un Laberinto, de que aun podía
despertar- les digo aferrándome a la idea de que nuestra niña dorada sea capaz
de derrotar a la poderosa muerte y retornar junto a nosotros
-Ingrid se ha marchado, Ayleen, no están sus cosas,
sabemos que no regresara- me dice Julio con amargo rostro- Si quedara alguna
posibilidad, no se habría marchado
-Dijo que dependía de Sofia…- le digo mientras se vuelven
a escapar las lágrimas. Julio se levanta y me da un abrazo tratando de
contenerme, el llanto estalla una vez más.
- Tenemos que velarla- dice Claudia decaída- La gente la reconocía
y admiraba, querrán despedirse, y Sofia merece una despedida adecuada a su
grandeza y entrega…-
-Laura no sabe nada de esto, no sé qué hacer…- digo
abrumada
-Vamos paso a paso…- dice Cavieres- Estoy de acuerdo con
Claudia, dejemos que la gente se despida de ella.
-Me hare cargo de los preparativos- me dice Leyla
mientras me da un abrazo- Animo, que no todo está perdido, mira que aun te
tenemos a ti y a nuestros hermanos-
Corro aprisa por la calle en medio de la balacera, la
manada se ha dispersado ante los amplios refuerzos de la Orden, apuñalo a
tantos soldados como puedo en mi camino, tomo un callejón con la idea de llegar
a lo alto de un edificio cercano para distinguir una vía de escape adecuada,
aun llevo la mochila con los frutos junto a mí, no puedo arriesgarme a
perderla.
-Anda ¿Vas a escapar de mí?- escucho a mi espalda,
maldita desgraciada. Me volteo y puedo verla al inicio del callejón caminar con
un cuchillo en su mano. Vuelven a mi cabeza una y otra vez las imágenes de
aquella sala. Aún recuerdo su alegre expresión al verme, aún recuerdo como eso
me descoloco. Mis presas siempre manifestaron miedo y desesperación al verme,
como si supiesen el destino que habría de venir para ellos. Ella también lo sabía
y se mostró alegre. Antes de proceder, no pude evitar detenerme a escuchar sus
reflexiones, de alguna manera, sentía que ella lo merecía. Yo creía ser la
muerte, y ella parecía aceptar mi llegada ¿Cómo no iba a detenerme un instante
a escuchar a uno de los iluminados? Gissi camina lentamente hacia mí, mirándome
directamente a los ojos. Sostengo firmemente mis cuchillos, aunque noto que mis
manos tiemblan. Mis dientes rechinan y siento una tensión insoportable.
-Nada de esto tiene sentido, tu no perteneces aquí, voy a
enviarte definitivamente a donde perteneces- le digo al tiempo que corro y me
lanzo contra ella. Bloquea mis ataques y me con una patada me hace retroceder,
una vez más.
-¿Aun crees que fuiste tras de mi porque La Muerte te lo
ordeno? Ya sabes que fuiste la marioneta de Dosser, quien me quería muerta era
el… Sabiendo eso ¿Sigues dispuesto a continuar la labor de marioneta?- me dice
mientras muestra una sonrisa en su fantasmagórico rostro, tan pálido como la
nieve.
-Mira que cara tienes de decirme eso, siendo que eres un
simple esbirro de los altos mandos de la Orden- le respondo mostrando una
sonrisa y atacándola una vez más, me esquiva, mas, logro hacerle un corte
superficial en el brazo, esta vez, retrocede ella.
-A diferencia de ti, estoy comprometida actualmente con
algo que va más allá de mí- me responde- aunque, entiendo… después de ser
manipulado de tal manera es natural tu reticencia. Sin embargo, Philipp, son
tiempos diferentes, y es necesario que veas con claridad… Puedo quitarte los
frutos o bien puedes venir junto conmigo, con todos nosotros. Podríamos hacer
tantas cosas juntos ¿Acaso no ves que es tu oportunidad de enfrentar a Dosser?-
-No estoy dispuesto a participar de su juego de ajedrez-
le respondo
-¿Y qué prefieres? ¿Quedarte con los lunáticos que trajo
Agatha? En cuanto ella despierte esta rebelión se acabara y tus nuevos
amiguitos o bajaran la cabeza y volverán a nuestras ordenes o sencillamente
serán masacrados. Y eso también va a correr para ti. Si no estás con nosotros
en la batalla, quedaras a merced de las balas de ambos lados.-
-Ya me canse de esto- le digo molesto al tiempo que me
abalanzo contra ella, luego de varios golpes esquivados y bloqueados, se me
escapa uno de los cuchillos. Con una patada la tiro al piso, voy encima de ella
con el cuchillo en alto, listo para apuñalarla. Mas, cuando el cuchillo está
apunto de clavarse en su pecho, a la altura del corazón, no puedo evitarla
mirarla directamente a los ojos y revivir aquel instante en que creí haberle
dado muerte. Cuando clave mi cuchillo en su pecho me dio un abrazo y beso mi
mejilla, como agradeciéndome, recuerdo que me volvió a mirar a los ojos, aun
sin irse, recuerdo que no fui capaz de soportar esa mirada tan extraña, llena
de algo que no había sentido ni visto jamás, abrumado me marche sin contemplar
su partida... Mis recuerdos se interrumpen cuando se me cae el cuchillo, Gissi se levanta
y me besa directamente en la boca, al mismo tiempo, puedo sentir el filo de su
cuchillo en mi estómago. Me mira sonriente y gira su cuchillo, siento un dolor
abismal, me caigo al piso. Gissi se acerca y me acaricia la mejilla derecha, la
sangre se me escapa al pavimento, puedo saborearla en mi boca ¿Es este mi fin?
Gissi me quita la mochila y me vuelve a besar en la boca
-Es una pena… podríamos haber hecho tantas cosas juntos-
dice al tiempo que se levanta y me da la espalda- Te dejare partir solo, tal
como me dejaste a mí.
Me siento inmensamente débil, no sé si la expansión pueda
salvarme de esta. De pronto, puedo sentir como si el tiempo empezara a
transcurrir más despacio. Puedo escuchar y distinguir disparos en los
alrededores por la batalla aún vigente, la silueta de aquella pálida muchacha
alejarse, que por alguna razón, fui incapaz de asesinar. Mata o muere y hoy,
parece tocarme morir. Los latidos de mi
corazón son cada vez más pausados, y, en cierto momento, la distancia entre un
latido y otro se hace abismal y el tiempo parece detenerse completamente. Sin
embargo, escucho pasos en este instante detenido, una mujer de cabellos blancos
y ojos grises camina hasta Gissi y de su mochila quita los frutos que robe.
Luego camina hasta mí, agachándose, coloca una mano sobre mi mejilla y me besa
la frente. El frio de sus labios me da el empujón restante para que todo se
oscurezca.
Me despierto en el asiento del copiloto, Nicolas sigue
conduciendo, al mirar a mí alrededor veo que hemos cruzado el cordón montañoso,
y ya estamos, por fin, en las planicies de una de las regiones del país vecino.
Puedo observar grandes campos de cultivo y ganado, el sol brilla intensamente y
unas pocas y delgadas nubes se pasean por el cielo.
-Como te conté, la Coordinadora por la Liberación de los
Pueblos es una organización con grandes influencias en casi todo el continente,
el padre de Albert fue uno de los que impulso la fundación de esta, y como
también te mencione, en algún momento, Albert realizo algunas operaciones junto
a ellos. Tenemos bastantes cercanías ideológicas con una buena parte de la
Coordinadora, mas no con el conjunto, así que hemos de ser cuidadosos con
nuestra boca, estar atento a quien hablamos...-
-Sí, claro, comprendo- le respondo- Y si tienen tanta
influencia ¿Cómo es que los procesos en general en el continente han estado tan
estancados? ¿Por qué no nos brindaron ayuda en el proceso que empujábamos?-
-Es simple, es una organización con bastante gente, y con
recursos suficientes para mantener viva una red organizacional entre las
insurgencias locales. Mas, al igual que nosotros, en lo que se refiere a
potencia armamentista, son solo unas pocas las organizaciones para-militares en
el continente y la mayoría de ellas no trabajan con la coordinadora. Las que si
lo hacen, se encuentran con urgencia en sus respectivos procesos y poca ayuda
pueden ofrecer para afuera, siendo que son ellos mismos quienes también la
requieren-
-¿Entonces de donde diablos saco las armas Mariano?- le
pregunto intrigado
-Lo mismo me pregunto- me responde al tiempo que miro por
la ventana, recorremos las calles de un pueblo.- Tengo una dirección anotada
aquí, será mejor que vayamos de inmediato.
Luz, eso fue lo último que pude distinguir cuando
vislumbre la entrada al Laberinto. Mas, no puede haber tal cosa ahora como mis
ojos ni mis manos. Nada puede faltarme, en este instante eterno, soy el aire,
el agua, el fuego, los astros visibles desde la tierra en la noche, y desde cuantos
más planetas que plagan el inmenso cosmos. Estoy en cada cosa, desde el polvo
estelar, hasta las gotas de rocío posadas sobre el pasto por la mañana, en lo
más alto de los montes y en las aguas más profundas de la tierra, en cada
molécula, cada partícula sub-atómica, todo se emplaza y construye sobre una red
de cuerdas entramadas, que vibrando, generan este inmenso caos relacional. He
trascendido, he podido por fin ver que yo misma, era todo aquel entramado, toda
aquella red conjunta, todo ese cumulo de oscilaciones. Y pude ver que mi historia era la misma que
la de toda la humanidad, y la historia de esta última, también era análoga a la
de la vida, la tierra, y así, en una cadena sucesiva que me condujo la
siguiente sentencia. Cualquier historia particular, será siempre un relato
análogo a la historia del universo, es decir, en cada componente individual del
conjunto, se encuentra encerrada en sí misma la historia y dirección del
universo mismo, como si en cada ojo, en apariencia particular, mirase la misma
totalidad. Mi historia era la historia de este universo, quizás incluso más allá.
Y no se trata del fruto ni nada de eso, esta revelación es análoga a
cualquiera, siempre estuvo a la vista de nosotros, en medio de la luz, mas,
nuestros ojos fueron incapaces de distinguirlo a tiempo. Pero en la completa
armonía, donde el caos y el orden parecen cesar su batalla y comienzan a danzar,
no hay manera de no ver esto. Puedo sentir como las oscilaciones de este
inmenso tejido comienzan a aumentar considerablemente, pegándose una a otra,
enrollándose entre sí, como si el universo entero se retorciera colisionando
consigo mismo, hasta que la tensión es tal en todo el entramado, que algo
parecido a un cuerpo se forma. Puedo sentir vibraciones en los límites de mi
universo oscilante, como pequeños hilos que me uniesen a algo más. Poco a poco,
algo parecido a la visión comienza a presentarse, mas, inicialmente, solo es
luz lo distinguible. La intensidad disminuye ligeramente, permitiéndome ver un
extraño mundo de innumerables cuerdas tensadas, oscilando y brillando, tal como
yo. Poco a poco, la luz comienza a disminuir más y más hasta que el mundo de
brillantes cuerdas danzarinas desaparece, cuando mi vista parece adecuarse,
puedo verme en una oscura habitación de piedra, frente a mí, Alexander, parece
reaccionar de un trance similar al mío. Cuando se dispone a atacar, una pared
gigantesca se erige en medio de nosotros, separándonos. Puedo escuchar un
extraño sonido bajo mis pies, como si de una maquina gigantesca se tratase,
moviendo sus engranajes. Miro hacia lo alto, mas, todo está oscuro, un cielo
opaco se presenta y no parece haber estrella alguna que consiga enviar su luz
hasta aquí. El ruido continua y numerosos grabados luminosos se encienden en
las murallas y paredes, el suelo tiembla, puedo ver luces más allá del recinto
amurallado y sin techo en el que me encuentro aun buscando alguna puerta de
salida. Finalmente el ruido cesa y las luces en la lejanía se apagan, quedando
solamente las paredes y sus grabados brillantes. Una puerta parece haber
aparecido, camino hasta ella, siguiendo un pequeño camino de luz en el piso. Un
pasillo circular se distingue, en la pared frente a la puerta, un punto de luz
brilla, cruzo el umbral y toco aquel punto brillante, puedo sentir una tensión
inmensa y el mundo de las cuerdas regresa. El inmenso conjunto encordado que
tengo por brazo, se conecta con un delgado hilo que mana de la pared, poco a
poco, este delgado hilo comienza a crecer y dividirse hasta convertirse en una
tensa cuerda que repite el patrón. En tan solo unos instantes un encordado de
las mismas se unifica completamente a mi brazo, puedo sentir la tensión en el resto
de mí encordado cuerpo, siendo arrastrado hasta el origen de aquel cumulo de
cuerdas, la luz en la pared. Me fundo con ella por un instante.
Puedo sentir como si me hubiese conectado a una inmensa
red, donde mí encordado universo no era más que un delgado hilo en medio de una
gruesa arquitectura tensada. Pero este cambio de escala solo me enseñaba una y
otra vez, que en medio de la aparente y máxima diversidad, existe un hilo
conductor común y único. Y me fundí en ese entramado, mi universo encordado
particular se perdió de vista en la arquitectura vibrante general. Innumerables
historias pasan por delante de mis ojos, todas al mismo tiempo, mas, su pasar
de un momento a otro comienza a ser en reversa y todas las historias retornan más
allá de su inicio, cruzan los horizontes de su individualidad, tras las vidas
que veo van retornando de espaldas su camino, estaba encerrado lo mismo, no
podía evitar encontrar un parentesco entre todas estas historias distantes,
quizás de universos distintos, como si en cada historia individual, la vida se
sumergiese y se adaptase a los límites de dicha vida individualizada. Y cuando
aquella vida individual perezca, la rueda no habrá parado de girar, no importa cuán
masivas extinciones se desaten, la vida ha sabido, sabe y sabrá como permanecer
vigente. La evolución no es más que el impulso máximo de la vida misma por
preservarse y objetivarse cuanto pueda, explora y explota cada posible rama con
tal de conseguir su propósito, mantener la rueda girando. Desde altos árboles,
a pequeños insectos, seres humanos, peces, algas, aves, hongos, la hierba que
crece en una ciudad abandonada por los peligros de la radiación, bacterias que
se alimentan de azufre, incluso, pequeñísimas formas de vida capaces de
soportar las temperaturas del espacio y las condiciones de vacío, capaces de
viajar a través de meteoritos que en algún momento impactaran algún planeta. La
vida se abre camino de maneras increíbles, y no importa cuántas sean las
dificultades, la rueda jamás cesa de girar.
La tensión varia y la arquitectura cambia de forma, como
la de un gigantesco árbol, es en este planeta donde han transcurrido los hechos
que me han arrastrado hasta aquí, aunque, no puedo afirmar que esta historia
verdaderamente inicio en ese pequeño punto azul pálido. No estoy segura que momento del rio temporal
es el que contemplo, mas, sé que estas imágenes vienen de lo profundo de la
tierra, de los tiempos en que el hombre aun siquiera veía la luz. Puedo sentir
la sincronía de las luces con una especie de latido que escucho tanto de la
tierra como del árbol mismo. El inmenso árbol no cesa de crecer y en
determinado momento se tuerce de tal manera que comienza a partirse, como si se
dividiese. Las innumerables raíces se hunden en lo profundo, acercándose a temperaturas
que podrían matar fácilmente a cualquiera, la tierra tiembla y el árbol
dividido queda completamente enterrado. Puedo sentirme en cada uno de los
puntos, siento como cada una de mis ramas es arrastrada por una especie de
fuerza magnética que indica a cada una de las divisiones del inmenso árbol
hacia dónde ir. Una travesía silenciosa y épica, sucediendo bajo los pies de un
salvaje mundo donde no podrían reconocer criatura alguna, por el momento en que
se encuentra la cadena evolutiva de la vida. Una vez que cada una de las partes
estuvo posicionada en su destino, llego un destello desde los cielos.
Me desconecto abruptamente del entramado de la pared, el
camino se ilumina aun mas, como indicándome que continúe. Al contemplar las
paredes puedo ver imágenes de aquella extraña civilización que se me mostro
antes de entrar al laberinto. Fueron ellos los primeros en interactuar con los
ahora, nuevos árboles asentados, originados todos de un mismo árbol mayor. Pude
por un instante recorrer los pasillos de sus palacios subterráneos, repletos de
jardines, bibliotecas, algo parecido a laboratorios, pude ver la historia de
ellos, viajeros desde un sistema solar remoto, pude revivir la gran catástrofe
que acabo con toda la vida en dicho sistema, al colapsar su sol al agotar su
hidrogeno, consumiendo todos los planetas habitables del lugar con una
sostenida expansión. Previo a ello, un asteroide de proporciones impacto uno de
los planetas, destrozándolo por completo. ¿Por qué hago mención de ello? Puede
que esto tenga relación con el origen de este gran árbol y la aparición
posterior, en su división, de los arboles sagrados. Mas para resolver este misterio,
he de adentrarme más en el laberinto. He de darme prisa, Alexander no perderá
un solo segundo, y si me distraigo, las consecuencias pueden ser fatales. Avanzo a toda prisa por el pasillo
circular, cruzo otro umbral y me topo
con otro pasillo circular, cruzo este a toda prisa mientras contemplo las luces
en la muralla. Rememoro una vez más las vidas de esta especie, apasionados
recolectores de información, de una vida que seguía el camino a algo similar a
las ciencias y la filosofía, y, por otro lado, se conectaban con los árboles,
consumiendo sus frutos. Construyeron
pasos subterráneos que conectaban diversas locaciones del continente, incluso,
pasos submarinos que conducen a el resto de los ya asentados árboles. Cuatro
son los más grandes, un quinto es un poco más pequeño que estos cuatro, mas,
parece no estar involucrado en el proceso de la liberación de los sellos. Ocho
restantes arboles sagrados menores están esparcidos por la tierra, mas, esta
especie no consiguió encontrarlos todos, únicamente, con su alta tecnología,
detectaron que estaban ahí, mas, algo impedía detectar específicamente su
locación. Sus búsquedas fueron sostenidas, mas, de un instante a otro hay un
manto oscuro en la historia que no me permite ver que sucedió exactamente con
esta civilización.
Tras el cuarto umbral de consecutivos pasillos
circulares, me encuentro con otro umbral y por otro lado, una continuación
extendida del pasillo, que a lo lejos permite ver la entrada a otra sección de
pasillos circulares del Laberinto. Insegura, continuo por el pasillo ignorando
el primer umbral, cuando me acerco a la bifurcación veo una división de tres
secciones circulares, en este punto, dos de ellas se conectan. A lo lejos,
caminando por uno de los pasillos circulares, aparece Alexander con una bestia
similar a un tigre junto a él, en cuanto me ven corren hacia mí. Desconcertada
hecho a correr por un pasillo a otra de las secciones circulares, puedo ver una
alta torre en su centro, ha de ser ese el lugar al que debo llegar. Alexander y
la bestia están cada vez más cerca, mas, repentinamente una muralla del
laberinto bloquea su paso, separándonos una vez más. Aparentemente, El
Laberinto no quiere que nos enfrentemos, aun… Trato de acercarme a la alta
torre, mas, inmensos muros sin umbral me impiden el paso, continuo recorriendo
los pasillos circulares llegando hasta otra sección de pasillos circulares que
se choca con las murallas de la sección de mi destino. Si ha de haber un paso a
ese lugar, es en la unión de las dos secciones, mas, desde el centro. Rodeo
toda la sección, mas, no encuentro umbral alguno que me permita entrar. Me
desespero al no saber hacia dónde ir, la luz en las murallas es tenue, lo que
no me permite recibir demasiada información. Llegando una y otra vez a un
callejón sin salida, o a otras secciones de pasillos circulares, decido
agobiada, volver tras mis pasos, la muralla que se interpuso entre Alexander y
yo, ya no está. Regreso hasta aquel umbral que ignore y lo cruzo, me encuentro
en una sala estrechísima con un umbral frente a mí, cuando me dispongo a
cruzarlo veo que una muralla cierra el paso, frustrada trato de regresar y veo
que la puerta por la que entre también ha sido cubierta por la muralla, estoy
encerrada en este estrecho paso y las luces, poco a poco comienzan a
desaparecer hasta que todo queda a oscuras. Un espeso manto negro cubre la
vista al opaco y también oscuro cielo.
Puedo ver pequeños estallidos en la oscuridad, que acaban
en contracciones magnas, dejando a mi vista un oscuro manto con algunas pocas
estrellas. Estos pequeños estallidos comienzan a ocurrir en más y más puntos y
poco a poco, el manto de estrellas crece, hasta el punto que las estrellas
forman un cumulo inmenso. Reconozco la imagen, es esta nuestra galaxia.
Comienzo a acercarme a gran velocidad, como arrastrada por una fuerza que impedía
resistencia, a un punto en la galaxia donde un sol muy parecido al de nuestro
sistema, calienta y permite la vida en tres planetas del sistema. Súbitamente,
frente a mí, aparece un miembro de aquella especie misteriosa que pude ver en
la tierra.
-Este fue nuestro hogar inicialmente- me indica el
planeta de en medio. Tiene un aspecto algo similar a la tierra- inicialmente,
nuestra especie paso por un camino muy parecido a la tuya. Nuestros primeros
ancestros fueron cazadores y recolectores, y con el paso del tiempo,
desarrollamos la agricultura. Tu conocimiento de tu propia especie puede darte
luces del camino que recorrimos, en nuestra infancia, cometimos los mismos
errores y barbaries que ustedes. Esclavizamos, depredamos, realizamos matanzas
despreciables. Nuestra tecnología fue avanzando con el paso de los años gracias
a los descubrimientos de quienes dedicaron su vida a la comprensión de la
naturaleza, la misma que fascino, maravillo
e impulso a otros grandes personajes de vuestra especie. Más, los
grandes descubrimientos son peligrosos en manos de quienes no tienen
consideración más que con su propio ego, inundado por terribles complejos de
poder. Y así, también nos llenamos de opresores descabellados que desataron
matanzas inmensas contra hermanos de nuestra misma especie. Pero en algún
momento, hubo un quiebre… Cuando nuestros ancestros dieron con el fruto, se
desencadeno una serie de luchas atreves del tiempo, de alguna manera, en medio
de la historia, dos fuerzas comenzaron a luchar desde las sombras por el curso
y la dirección de nuestra especie. Cuando el fruto salió de las sombras, cuando
dejo de ser el privilegio de unos cuantos, luego de intensas y épicas guerras,
de las que no se tuvo precedente alguno en nuestro mundo, se consiguió acabar
con la guerra, al triunfar el vgfgsdfvdfsvbdfsbdfb y al mismo tiempo todo tipo
de esclavitud. La sociedad entera se reorganizo, las religiones se hundieron y
el fruto fue el nuevo unificador espiritual de nuestra especie. Los primeros
años fueron complejos, no es fácil levantar un nuevo mundo en medio de las
ruinas, y de tanta secuela de esa inmensa y cruda guerra. Mas, triunfo la
cordura y aprendimos a vivir en paz. Mas, aún faltaba camino por recorrer. Las
cosas cambiaron al momento de conocer a nuestros vecinos.-
-¿Por qué me cuentas todo esto? ¿Qué paso con los que llegaron
a nuestro planeta?-
-En el camino están las respuestas- me responde al tiempo
que todo se empieza a oscurecer
Entre un pestañeo vuelvo en mí, las puertas de la pequeña
habitación han vuelto a abrirse. Trato de volver en mí luego de todas esas imágenes
en aquel relato. ¿Cómo es posible que haya tantas semejanzas entre nuestras
especies? ¿Sera posible para nosotros un destino como el de ellos, donde
finalmente la cordura triunfe y la dominación de una vez por todas sea
erradicada? Cruzo el umbral y me veo en una habitación triangular, parece ser
que está en medio de dos secciones circulares, pues, hay dos puertas a mi
vista, ambas en las redondeadas murallas.
Examino una de las puertas, mas, parece estar sellada, pego una mirada a
la otra, que está dispuesta a mi entrada, cruzo el umbral y me topo una vez más
con un pasillo circular, dos umbrales hay a mi vista, mas, el pasillo continua
en ambas direcciones. ¡Maldición! Son tantas posibilidades… Doy un par de pasos
al primer umbral a mi derecha y doy con una habitación estrellada. Puedo
escuchar una ligera música junto a mi oído y de un segundo a otro vuelvo a
estar en el espacio, contemplando aquel sistema solar en nuestra galaxia, en un
punto muy distante del pequeño punto azul pálido. Aquel individuo de esa
misteriosa especie aparece una vez junto a mí
- Décadas después de la gran guerra nuestra civilización
tuvo un estallido de avances científicos y tecnológicos, siempre sustentados
por la inmensa fuente de energía que significaban El Arbol y sus frutos, lo
suficiente para enviarnos al espacio a conocer los planetas más cercanos. Los
antiguos sabios estimaban la posibilidad de vida en estos planetas cercanos al
nuestro, mas, hasta este punto de nuestra historia, jamás pudimos comprobarlo.
Nos embarcamos en nuestra nave, alimentada por diversas rocas,
sub-productos de los ciclos de la
energía de nuestro gran Árbol. También, llevábamos un cuantioso número de
frutos, a manera de ofrenda. Todo iba en nuestra nave, como un mensaje de paz y
hermandad con las posibles formas de vida de aquellos lugares. En uno de ellos,
el más cercano al sol, nos encontramos con un planeta repleto de inmensas
bestias, entre estas, un grupo de cazadores recolectores tal como nosotros en nuestros inicios, vivían en pequeñas comunidades
y contemplaban los astros. Su vida era difícil ante depredadores de tamaña
dimensión constantemente asechando. Nos presentamos ante ellos, nos empapamos
de sus costumbres y al mismo tiempo, les enseñamos lo que nosotros hemos
aprendido. Teníamos que continuar nuestro viaje, mas, muchos decidieron
quedarse en este nuevo planeta. Dejamos suficientes frutos a disposición,
además de los implementos necesarios para proporcionar la seguridad de esta
especie hermana. Nosotros seguimos nuestro viaje, esta vez, a un planeta un
tanto más distante de nuestro sol. Cuando llegamos a él, y nos adentramos en su
atmosfera, contemplamos sus inmensas estepas, campos de hielo, océanos algo más
pequeños que nuestro planeta. Aquí encontramos una civilización en su estado de
desarrollo bastante primario, muy similar a nuestro pasado de bestialidad y
brutalidad. La recepción fue más compleja, no fuimos bien recibidos en muchos
lugares, fuimos atacados, mas, su tecnología poco avanzada, poco y nada de daño
podía hacernos. No nos rendimos, sabíamos que, al igual que con nuestra
especie, en medio de toda esta brutalidad y enamoramiento por la ignorancia,
aun vivían individuos sabios, individuos que solo perseguían la verdad y el
bien de sus hermanos. Con el paso del tiempo dimos con una villa en este
planeta, la mayoría de los miembros de esa especie que habían sido marginados,
condenados o perseguidos por la hegemonía política de aquel instante histórico
que vivían, se marchaban a este lugar. Fue aquí donde encontramos esas luces
del camino inevitable que debía recorrer dicha especie. Puede haber sido
imprudente, mas, éramos jóvenes… Les enseñamos nuestras tecnologías y dotamos
de una importante cantidad de frutos. Varios más se quedaron en este planeta,
yo regrese a casa para informar a cabalidad de todo lo que había visto en
nuestra incursión interplanetaria. Las expediciones fueron constantes durante
largos años, todo parecía prosperar en los tres planetas, al ritmo de cada uno,
claro está. Cuando inicio la guerra en el planeta más distante al sol, las
cosas cambiaron. Descubrimos la presencia de un Árbol similar al nuestro. Al
parecer, esta misma inmensa fuente de energía viviente no solo estaba en
nuestro planeta de origen, tiempo más tarde, tuvimos descubrimientos similares
en el planeta más cercano al sol. Pero había poco tiempo para detenerse a
pensar, la guerra en aquel planeta ceso con nuestra derrota y la de quienes
defendían la maduración de la especie. Un brillante emperador, ayudado con la
fuerza del Gran Árbol de aquel planeta y la tecnología suministrada a quienes
logro conquistar, inicio la primera guerra interplanetaria. Sin embargo, había
algo aún más catastrófico que esto acercándose, algo que nosotros mismos
detonaríamos sin saber…-
Recobro la conciencia una vez más y cruzo la habitación
hasta llegar a otro umbral. Me veo en una habitación sin salida, doy media
vuelta para volver tras mis pasos más, la entrada ha desaparecido. Todo vuelve
a oscurecerse, aquel sistema solar reaparece ante mis ojos.
-Cerion, el emperador del helado planeta, era un
estratega maestro, corroído por las ansias de poder, había imaginado un imperio
interestelar en sus manos y estaba dispuesto a conseguirlo a como diese lugar.
Tomo como prisioneros a todos los miembros de nuestra especie en aquel planeta
y les arrebato los conocimientos que habíamos alcanzado. De esta forma replico
nuestras tecnologías a gran escala. Así, uno de sus emisarios llego a nuestro
planeta, en nombre del emperador Cerion, llamando a nuestro planeta a unirse en
la construcción del imperio interestelar bajo su tutela. Ante la negativa de
nuestra parte, aquel emisario anuncio secamente el inicio de la guerra. Los
enfrentamientos se expandieron incluso hasta el tercer planeta, para el cual,
Cerion ya tenía planes. La guerra se extendió por años y parecía que no
acabaría realmente hasta que alguno de los dos bandos, el imperio de Cerion o
la Alianza Libre, pereciera. Poco a poco Cerion fue avanzando en su conquista y
colonizando parte de los dos planetas, colocando inmensos asentamientos
similares a fortalezas. La catástrofe era inminente, Cerion, con la ayuda del
Árbol y la inmensa superioridad numérica estaba a punto de derrotarnos, si lo
conseguía, caería en sus manos el poder del Gran Árbol de nuestro planeta. Si eso
ocurría, no habría manera de detenerlo, o eso creímos. Fue así como decidimos
descender hasta las raíces del Gran Árbol, lugar que aún no había sido
encontrado pues el árbol era tan grande que sus frutos estaban a disposición
nuestra a profundidades no muy distantes de la superficie. Decidimos descender,
aferrándonos a unos antiquísimos textos, anteriores incluso a nuestra época
infantil como especie, donde narraban casi proféticamente la llegada desde el
cielo de un general en llamas montado en un caballo metálico, tras él un
innumerable ejército que convertiría el día en una espesa noche. El corazón del árbol, la gema multicolor, solo
ella podría detener al emperador Cerion o al menos eso parecían indicar los
textos. El descenso fue complejo, mas, conseguimos llegar hasta lo más profundo
del árbol. Su inmenso tronco parecía armar en su base, naturalmente, una
especie de semi-circulo, en su centro, pudimos apreciar el majestuoso brillo de
la gema. Recuerdo haberme precipitado hacia ella, su inmenso brillo me cautivo,
podía ver una innumerable cantidad de mensajes en la luz y a su vez, con brillo
aún más grande en los innumerables patrones. Estire mis manos y la agarre con
fuerza, arrancándola desde su cuna de savia y madera.- La imagen de los ojos de
Dosser vuelve a aparecer por una milésima de segundo. Todo vuelve a estar a
oscuras. De pronto, puedo verme una vez más en el espacio- Salimos tan rápido
como pudimos hasta la superficie, pensando que con esto podríamos enfrentar a
Cerion. Más, lo que el arranque de la roca provoco fue una desestabilización en
el planeta. Los terremotos se hicieron inmensamente frecuentes, así como las
erupciones volcánicas, maremotos, por nombrar solo algunas de las catástrofes
constantes que se desataron. Fue así como se inició una emigración masiva, por
las hostiles condiciones de nuestro planeta. Intentamos devolver la roca, mas,
era imposible, las rutas habían quedado todas sepultadas. Tuvimos que
resignarnos a aceptar lo que habíamos hecho.-
Todo vuelve a oscurecerse y vuelvo a verme en el
Laberinto, en aquel paso sin salida. “Detente, estas siguiendo nuestros mismos
pasos ¿Deseas esto para tu gente y tu mundo?” Ignoro la voz retumbante y vuelvo
tras mis pasos, luego que el umbral apareciese una vez más. Llego una vez más al
pasillo circular de innumerables puertas,
en cuanto pongo un pie en este, el laberinto comienza a temblar. “No
dejaremos que repitas la historia una vez más”. Las paredes circulares
comienzan a rotar, cambiando de posición esporádicamente cada una de las
puertas. Desesperada ante este obstáculo, corro por el pasillo circular en
busca de un paso, la luz del laberinto se va apagando tras mis pasos, frente a
mi aparece una gigantesca sombra con múltiples ojos furiosos de mirada
penetrante. Me escabullo por una puerta al costado mientras la oscuridad va
tras de mí. En la nueva habitación veo dos puertas a elección, tomo la
izquierda por mero instinto, puedo sentir unas heladas garras alcanzar mi pierna, logro zafarme y apresurando el
paso logro escabullirme hasta la siguiente habitación donde, sobre un pedestal,
una luz brillaba intensamente. Llego hasta el pedestal y la oscuridad queda
atrás, repelida por la cálida luz. Los brillantes y rabiosos ojos en las
sombras poco a poco van cerrándose y la oscuridad en los límites de la
habitación se hace menos densa. Miro intrigada la brillante luz sobre el
pedestal acercando mis manos, puedo sentir algo parecido a una fuerza
magnética, mis manos son atraídas con fuerza hasta el centro de la luz, donde
flota un objeto que no logro distinguir, cálido. Un instante después de que mis
manos entran en contacto con aquel objeto luminoso flotante, siento una tensión increíble en mi cuerpo y
me quedo paralizada. Mis ojos se cierran y de inmediato me veo cayendo a un vacío
infinito. A mí alrededor, caen a gran velocidad numerosa gente que se cruzó por
mi camino, objetos de la niñez, el cuadro de Laura. Cierro los ojos y me dejo
llevar por la caída, la imagen de los pasillos del edificio más alto de la
ciudad se presenta, siento el calor de la mano de Esteban, cayendo junto a mí, la
gente de túnicas naranjas escapaba a toda prisa por la salida, el aire huele a
humo y ceniza. Un segundo antes de estrellarnos contra el piso, vuelvo a verme
en el Laberinto. Puedo escuchar como el ruido de las paredes en movimiento
cesa, a excepción de un breve ruido a la distancia. Tengo la impresión de que
esto ha abierto un paso en otro lugar, probablemente la puerta sellada en la
bifurcación antes del largo pasillo circular repleto de puertas. Salgo de la
habitación por donde mismo ingrese, avanzo con cautela en caso de encontrarme
con esa extraña sombría nube repleta de ojos furiosos, la habitación esta vez
luce iluminada. Retorno hasta donde la puerta estaba bloqueada y en efecto, el
paso está abierto. Al cruzar el umbral me topo con otro largo pasillo circular
de numerosas puertas, trato de no desanimarme al tiempo que cruzo el primer
umbral. La habitación no tiene salida, mas, está completamente pintada con una
serie de seis murales y un séptimo incompleto, todos parecían estar unificados
por un destello de luz al centro de cada mural, de la que se desprendía un hilo
de luz hasta el mural luminoso contiguo. En el mural incompleto, la luz parece
armar un camino hacia el cielo, aun sin completar, al mirar arriba me sorprendo
al encontrarme con un espejo gigante a modo de techo. Pienso volver tras mis
pasos, mas, la puerta a mi espalda ha desaparecido una vez más. Recorro la
habitación contemplando cada uno de los murales, siento un extraño calor y presión
en el pecho al contemplar cada una de las imágenes, como si muy dentro de mí,
reconociera todos aquellos personajes de cada mural, como si yo misma hubiese
estado ahí, mas, no hay imágenes mentales, ni recuerdos liberados, solo esta
extraña sensación de familiaridad no explicada. Al llegar al sexto mural me
topo con la imagen de aquel sistema solar de los tres planetas. Al mirar
finalmente en el séptimo, incompleto, me sorprendo al ver que en los límites
del color, pareciese este ir avanzando lentamente, completando poco a poco el
mural. Siento un extraño pulso en mi cuerpo y puedo ver mi propia figura en el
mural, escucho un estruendoso sonido y el mural contiguo se ha destrozado, una
gigantesca bestia de ojos rojos me mira furiosa, sus garras son largas y
doradas, su pelaje negro, erguido se acerca lentamente moviendo sus gigantescas
patas. La puerta de salida no ha aparecido, estoy encerrada con este demonio.
Comienza a correr, mucho más rápido de lo que esperaba, con lo justo consigo
esquivarlo, estrellándose la bestia contra el muro y derribándolo, veo mi
oportunidad y salgo al pasillo a toda prisa mientras la bestia se pone de pie
una vez más. Miro el primer umbral a disposición y me topo con otra habitación
de murales, escucho las fuertes pisadas de la bestia acerarse.
-No permitiremos que la historia vuelva a repetirse una
vez más- grita la bestia con miles de voces en una sola, me estremezco al
tiempo que continuo corriendo a toda prisa, en el siguiente umbral me topo con
otra habitación de murales ¡Mierda! La bestia casi me alcanza, consigo llegar
al siguiente umbral, al ver dos puertas en la habitación además de los murales,
entro a toda prisa, tomo la puerta derecha mientras escucho derribarse la muralla
del laberinto a mis espaldas. La habitación a la que doy no tiene salida, es
tarde para retroceder, corro hasta un extremo de la habitación y me preparo
para esperar su embestida. La muralla de la habitación cede y la furiosa bestia
se abalanza contra mí, me lanzo agachada y logro pasar entre sus piernas, la
bestia se estrella contra la otra muralla, abriendo un paso a la otra
habitación. Dudo por un instante si retroceder y tomar el camino de la
izquierda o utilizar este nuevo camino a la vista. La bestia se vuelve a
levantar y arremete una vez más contra mí, por muy poco logro esquivarlo, se
hace cada vez más rápida. Corro a toda prisa, saltando los escombros de la
pared derribada y cruzo el umbral izquierdo, me encuentro en una sala circular,
con un pedestal en el centro. Puedo escuchar los pasos de la bestia tras de mí,
apresuro al paso acercándome al pedestal, de reojo miro las salidas a
disposición. Tres umbrales, dos de ellos conducen a una habitación y la otra
ultima a un pasillo. Al
llegar al pedestal siento nuevamente esa atracción magnética en mis manos, que
se aferran a la cima del pedestal, una luz flotante aparece. Una vez más,
siento un ligero temblor y escucho el sonido como de maquinaria bajo mis pies. La
bestia derriba la pared a mi espalda y se dispone furiosa a atacarme, corro hasta
el umbral del pasillo a toda prisa, al cruzarlo veo al fondo un extraño circulo
luminoso. La bestia cada vez está más cerca, me tropiezo y me voy al piso,
intenta saltar sobre mí para aplastarme, mas, consigo rodar a tiempo, me
levanto y continuo corriendo a toda prisa, cruzo el umbral y salto al círculo
de luz, todo comienza a girar a gran velocidad y la figura de aquel mounstro
desaparece con toda la habitación.
Recorro a toda prisa uno de los pasillos circulares del
Laberinto, al entrar en una habitación amplia me topo con un largo mural que
narraba la historia de aquella mítica civilización que se asentó en la tierra,
luego de perseguir durante años la energía de los Arboles Sagrados. Ante mí se
aparece un miembro de esta especie
-Vagamos durante miles y miles de años por el espacio en
nuestras naves, en busca de un nuevo hogar. Las generaciones fueron pasando y
ya no quedaba ninguno entre nosotros que hubiesen vivido en nuestro planeta
natal, siquiera quedaba alguno que vio la gran guerra o el colapso de nuestro
sol. Todo eso quedo atrás, y no era ya más que un cumulo de registros de un
tiempo que no volvería. Nuestra ruta, trazada por la primera generación que se embarcó
en esta travesía, era siguiendo una estela de energía de los árboles, según
nuestros ancestros, la energía de los árboles se trasladaría a otro planeta de algún
sistema solar en donde podría propagar la vida y con ello, los actores de lo
que ellos llamaban “el séptimo acto”. A pesar de las grandes discusiones, jamás
desviamos nuestra ruta por aquella estela, aunque si realizamos algunas
expediciones en el trayecto que nos previeron de más información de la historia
de esto que hemos conocido como los árboles sagrados. Finalmente, nuestra travesía
dio fruto al encontrarnos cercanos a un sistema solar con un planeta que emitía
la energía de los árboles. En aquel tiempo tu especie aun no existía. Nos
asentamos en el lugar, esperanzados por la nueva vida que empezaríamos, con un
nuevo lugar al que poder llamar hogar. Levantamos nuestros asentamientos y
empezamos nuestra búsqueda de los árboles, con la ayuda de esto construimos
ciudadelas subterráneas e inmensos corredores oceánicos que conectaban estas.-
contemplo la imagen de la pared y veo un mapa del mundo donde se especifican
las locaciones de las ciudadelas y los árboles que habían encontrado.- Sin
embargo, un extraño fenómeno comenzó a acontecer. Muchos de los nuestros luego
de consumir el fruto de los árboles, al regresar, perdieron la razón. Se
mostraban paralizados, con la mirada perdida, temerosos, incapaces de
comunicarse salvo por unas vagas y confusas palabras inconexas. Estos sujetos
presentaban esas condiciones durante una tres días y luego los encontrábamos
muertos en sus camas. El fenómeno se repitió masivamente y decidimos suspender
nuestras incursiones con los frutos, pasando a ocupar únicamente sus
hojas. Nuestra población se vio
considerablemente mermada y nuestras ciudades estaban cada vez más llenas de
casas vacías, nuestra esperanza de vida, cercana a los 800 años, se redujo
hasta los 400. La situación empeoro luego de masivas perdidas de fertilidad en
nuestra especie , así, poco a poco, fuimos observando que este nuevo hogar se
iba a transformar en nuestra tumba. Muchas ciudadelas fueron abandonadas, otras
se mantuvieron en pie largo tiempo más.
Muchos salieron a la superficie y jamás regresaron, siguiendo su propio camino
ante la inminente catástrofe.-
-Esto es intrigante, mas, no debo perder tiempo, Sofia puede
adelantarse- le digo a aquella fantasmagórica figura
-Tranquilo, la oscuridad persigue a esa muchacha. Escucha
atentamente y abriré el camino para ti- me responde- La situación cambio cuando
varios de los que dejaron la superficie volvieron, informando la presencia de
una especie de mayor desarrollo evolutivo comparado al resto de la nativas, tu
especie, los humanos. Decidimos no interactuar con ellos de inmediato,
conocerlos a la distancia. Algunos humanos entraron en contacto con los frutos
de los diversos arboles alrededor del globo, probablemente uno de los nuestros,
que se marchó a la superficie, puede haber dotado a los primeros, a los que en
cuanto detectamos, vigilamos a la distancia, aunque no sin dificultades.
Notamos que funcionaba de manera diferente en ustedes, parecía acelerar un
proceso evolutivo inconcluso ¿Inconcluso para qué? El Séptimo Acto. Parecía ser
que la energía del árbol era compatible únicamente con las formas de vida
nativas, experimentamos con un par de animales y el resultado conseguido fue
también un super-desarrollo de sus capacidades, en cambio, en nosotros, especie
extranjera, los frutos desataron el inicio de nuestro gran decaimiento, las
hojas también nos traían repercusiones negativas a nuestra salud, mas, de
alguna manera, nos permitían conectarnos con nuestros ancestros y con ello,
encontrar el camino para sobrevivir como especie. Ese era nuestro gran temor,
que el poder del fruto en manos de esta especie tan similar a nuestra infancia
barbárica, desatara una catástrofe equivalente a la sucedida en el sistema
solar de nuestros ancestros.-
Continuamos caminando junto a los muros grabados, veo una
imagen que ilustra el primer encuentro formal entre esta especie y la nuestra.
-Y lo inevitable pasó. Dos miembros de vuestra especie se
presentaron a las puertas de uno de nuestros templos, les reconocimos a la
distancia, eran dos hombres que habían entrado en contacto con el fruto. Les
dejamos entrar, dotamos de alimento y agua, luego de esto expresaron el motivo
de su llegada. Ambos habían entrado en contacto con el fruto, en las visiones
vieron nuestras ciudadelas subterráneas, incluso trazos de nuestra historia.
Afirmaban que El Gran Espíritu del Árbol se les había presentado…- de
inmediato, por un instante todo se oscurece y la imagen de unos ojos luminosos
me aprieta el pecho ¡esos malditos ojos otra vez! La imagen del Laberinto
regresa- … indicándoles el paradero de quienes podían ayudar en su misión. Su
objetivo era derrocar el régimen político de aquel tiempo, terminar con la
esclavitud en todas sus formas. Vinieron a pedir nuestra ayuda, pues, sabían
que nosotros éramos los protectores de los árboles, y en su visión,
contemplaron que la herramienta para esta liberación eran los frutos de los árboles,
y en nombre del espíritu del árbol, nos pidieron que dotáramos de frutos suficientes
para abastecer a los ejércitos disidentes alrededor del globo, el tono de sus
palabras parecía casi una exigencia. Los dejamos descansar en el templo, y
discutimos el asunto en la ciudadela subterránea, en una gigantesca asamblea
que incluía al resto de ciudadelas de nuestra especie y algunos asentamientos
de la superficie, todo facilitado por nuestra alta tecnología. Luego de este
inmenso congreso general, y de una amplia discusión, el resultado fue negarse a
la demanda de aquellos hombres. Nos aterraba estar contribuyendo al
desenvolvimiento de lo que entendíamos como el Séptimo Acto, pues, si sabíamos
que solo una catástrofe podría traer, no sabíamos las proporciones de esta. El
“registro universal” solo indicaba en el trayecto-destino del árbol siete
actos. Nos preguntábamos ¿El trayecto del árbol continuaría? ¿Habrá un Octavo
Acto? De haberlo, nuestro peor pesar habría sido volver a nuestras naves y
continuar una vez más el peregrinar interestelar. ¿Y si no había Octavo acto?
Eso es lo que más nos preocupaba, pues, significaba enfrentarse a algo
completamente desconocido, pues, no hay indicio alguno de lo que sucedería
cuando el Séptimo Acto concluyese, cuando el viaje del árbol llegue a su
destino… La reacción de aquellos hombres no fue buena cuando les comunicamos
nuestra decisión, indignados, nos indicaron que con o sin nuestra ayuda
llegarían hasta los frutos. Dijeron que volverían armados, y que si ofrecíamos
resistencia responderían, luego de estas furiosas palabras se retiraron dejando
en el lugar el pesar de saber que la guerra era inminente. Salvo contados
incidentes, la violencia no es característica de nuestra especie, menos
conociendo y viviendo las consecuencias históricas que de esta. Mas no podíamos
hacer otra cosa que intentar defender los árboles y sus frutos, era la única
manera de evitar aquella sombra gigantesca que provocaba pensar en el Séptimo
Acto. Sin embargo, tu especie se mostró increíblemente empoderada con el fruto,
en distintas partes del globo consiguieron entrar a nuestro mundo subterráneo,
comenzamos a sufrir bajas poco a poco, mas, sabíamos que pronto llegaría un
asalto de mayor calibre con la ayuda de los frutos que ya nos habían
arrebatado. La situación llego a su punto crítico cuando un grupo infiltrado
descendió en lo profundo de la tierra, hasta uno de los arboles sagrados, no
sabíamos cómo, pero algo sucedió que gran parte de la energía del árbol se trasladó
a uno de los individuos. El árbol sagrado se secó por completo, dejando una
gigantesca gema de gran cantidad de energía en su lugar. Al poco tiempo la
tierra comenzó a perder estabilidad y empezaron a detonarse cambios bruscos en
esta. Para peor, los ataques aumentaron a nuestros asentamientos, esta vez ya
no eran los rebeldes, sino los ejércitos de los poderes hegemónicos. Cuando se secó
el segundo árbol, al entrar en contacto con otro miembro de tu especie, vimos
que había que hacer algo de inmediato, o sería demasiado tarde… Fue así como,
acorralados, mas, aun con esperanzas de salvar la vida en el lugar, abandonamos
nuestras ciudadelas y bloqueamos los pasos, nos encerramos junto a los dos
últimos arboles sagrados aún vivos. La vida en la superficie comenzó a perecer
masivamente ante las inmensas catástrofes, en poco tiempo, los estados y
gobiernos se derrumbaron, la humanidad entera luchaba por sobrevivir ante las
hostiles condiciones del planeta. Estuvieron al borde de la extinción.-
contemplo las imágenes en las paredes del laberinto, puedo ver dibujos
indicando los bruscos cambios de la tierra, hundiéndose continentes enteros y
elevándose otros, lagos inmensos convertirse en desiertos, zonas áridas que
pasaron a convertirse en amplias junglas.
Finalmente, las imágenes parecen dejar de cambiar tan drásticamente,
como indicando un punto de estabilidad.
-¿Cómo lo consiguieron? ¿Cómo estabilizaron la tierra y
detuvieron el Séptimo Acto?-
-Con la ayuda de tu especie, aquellos en que el aliento
del árbol entro, acudieron a nosotros, en busca de cobijo para los suyos, y con
ansias de detener el tormentoso presente. Tu especie se refugió en nuestras
ciudadelas, por eso pudieron sobrevivir a el brusco cambio de la tierra. Uno de
ellos tuvo una visión con la raíz de uno de los árboles. Ese fue nuestro último
viaje, el último aliento de nuestra especie, ya increíblemente reducida en número.
Junto a los portadores del espíritu de los árboles, comimos las raíces de los
dos grandes árboles. Antes de que el sueño nos llevara a todos, los portadores
del aliento del árbol, fueron atraídos casi magnéticamente contra el árbol, al
dar con este, parecieron fundirse en un destello de luz… Ese destello de luz
fue lo último que contemplamos como especie, sumergiéndonos en el viaje eterno
de la raíz.-
-Sigo sin aclararme como eso estabilizo la tierra y
detuvo el séptimo acto-
-Cuando saltamos definitivamente en este “mundo” nos
conectamos con la energía de los árboles, apreciamos sus vinculaciones con el
funcionamiento del planeta, y, fundidos con toda esa energía… ¿Cómo decirlo en
tu idioma? “Reordenamos la arquitectura”
de la estabilidad del planeta. Los dos árboles se dividieron, quedando
cuatro reubicados en distintos puntos
del globo. Lo que hicimos fue lo que conocéis como sellos de la tierra, y es por
esto que solo están en actividad dos, mientras que los otros dos interactúan
con la tierra absorbiendo excesos energéticos que pueden provocar tendencias al
desbalance. Cuando se quiebre el sello del primer árbol, el tercer árbol se
invertirá energéticamente, entregando la energía captada de los desbalances y
del quiebre del primer sello, el cuarto recibirá también parte de la energía de
la ruptura de sello, y seguirá en su labor de contención del desbalance. Cuando
se quiebre el segundo sello, el cuarto árbol se activara, en ese instante, las
labores de contención de sobre energía variaran entre los dos árboles, la
tierra aun tendrá cierta estabilidad. Cuando solo quede un árbol, las fuerzas
naturales se harán manifiestas masivamente. Si se quiebra el ultimo sello, el Séptimo
Acto acabaría de concretarse…- Llegamos al final de los murales, la
fantasmagórica figura levanta sus brazos y El Laberinto tiembla, las paredes se
mueven dejando ver un pasillo- Aun puedes detener esto, Alexander, de ti
depende este planeta, quizás incluso mucho más.
-¿Por qué puedes controlar el Laberinto?- le pregunto
-La verdad es que este Laberinto es nuestra
prisión…- me responde- Cuando la
arquitectura de equilibrio se terminó de reordenar fuimos expulsados y
arrojados aquí, en la superficie del Laberinto... Somos el espíritu del Sexto
Acto, los despojados de su hogar y condenados a vagar por miles y miles de años
por el espacio, a encontrar un hogar que solo nos conduciría a esta prisión
eterna. Es este nuestro trágico destino, y el de vuestra especie será símil si
no te apresuras.-
La figura fantasmagórica desaparece, de inmediato me
encamino por el pasillo que este abrió para mí, decidido a cumplir con esta
gigantesca responsabilidad.
Puedo verme en un círculo de luz más tenue, al parecer me
he transportado a otro lugar del Laberinto, al contemplar el cielo veo que continúo
en la superficie. Salgo con precaución
de la habitación, me encuentro con una sala que conecta dos secciones
circulares, no muy distante diviso la gigantesca torre, gano un segundo aliento
al ver que no queda demasiado. Cruzo el umbral y me encuentro con largo pasillo
entre cuatro secciones circulares a las que no hay acceso desde aquí. A mi
espalda escucho un fuerte estruendo, al voltearme veo a la gigantesca bestia
una vez más. Comienzo a correr a toda prisa mientras escucho las pisadas de
aquel demonio, cruzo el umbral al final del pasillo y doy con un pasillo
circular largo, con numerosas habitaciones. Las pisadas están cada vez más
cerca, acelero cuanto puedo, mas, frente a mí, no muy lejos, aparece esa espesa
neblina oscura llena de ojos furiosos. Acorralada tomo el primer umbral que
encuentro y doy con un largo pasillo que da directamente a la entrada de la
gigantesca torre. Corro a toda velocidad, mas, tropiezo, me levanto rápidamente
y miro de reojo que tan lejos vienen las creaturas, mi sorpresa es máxima al
ver que estas parecieron fundirse y convertirse en una inmensa bestia de
consistencia plasmosa que avanzaba cual rio tras de mí. En su piel podían verse
rostros y brazos extendidos, como si aquel mounstro llevase encerrado dentro de
sí miles y miles de seres. Finalmente llego hasta la torre, subo la escalera a
toda prisa mientras la creatura va inundando la torre. La bestia parecía
estallar en ocasiones, esparciéndose por las paredes y las escaleras, de estos
restos salían creaturas, similares al torso de una persona, intentando
alcanzarme con sus brazos. Cuando llego finalmente a la cima uno de los brazos
me alcanza y me voy al piso, me volteo tratando de escapar y veo a una pequeña
niña
-Por favor no nos hagas esto- me dijo inundada en dolor.
Consternada, tironeo y me logro zafar y llegar a la cima de la torre, puedo ver
gran parte del Laberinto desde acá, la superficie parece haberse convertido en
esta extraña materia plasmosa
Puedo escuchar miles de risas a mí alrededor, la
bestia-marea no ha seguido subiendo. Me doy vuelta y veo un engendro de unos 50
metros, de consistencia viscosa, como un demonio derretido.
-Nosotros controlamos este nivel del Laberinto, no conseguirás
llegar al nivel más bajo- dice la gigantesca bestia con miles y miles de voces-
Te quedaras en esta prisión por el resto de la eternidad junto a nosotros, se acabó
tu historia.
La bestia se viene contra mí, dispuesta a devorarme,
cierro los ojos, aprieto las manos y desde el suelo siento fluir un extraño
calor que inunda todo mi cuerpo, abro los ojos, la bestia ha quedado
paralizada.
-¡No seré contendida!- le grito a la bestia, esta se
viene contra mí, meto mi mano en el pecho de esta y le arranco el corazón, una
extraña sensación de embriaguez me inunda, por un instante tengo una sensación
sublime, como una ligera iluminación intraducible que se manifiesta a través de
una estruendosa carcajada. Me siento dichosa- Que inocencia la de ustedes al
pensar que pueden afrontar y modificar la necesaria trayectoria de esta obra,
vuestros intentos no fueron otra cosa que vuestro papel, balanceando,
permitiendo que las cosas sucediesen en los tiempos propicios, necesarios.
Vuestra labor ya ha concluido, y vuestras advertencias a mi parte más humana
son inútiles, la liberación de los sellos ocurrirá-
-¿De verdad seguirás adelante sabiendo lo que vas a detonar? ¿Tan egoísta eres?
¿Tanto temes a la muerte? ¿O es este otro humano? Aun estas a tiempo de detener
todo esto- me advierten las miles de voces, con tono desesperado, la bestia se
muestra resentida. Miro su corazón en mi mano, aun palpitando, no sé por qué
pero un impulso me llevo a darle un gigantesco mordisco, cuando termine de
tragar apreté el corazón entre mis manos con fuerzas.
-Vuestra misión está completa y vuestro mensaje
entregado. Vuestra eterna vigía ha terminado, yo los libero - le digo al tiempo
que estrujo su corazón y el mounstro estalla, colapsando toda la superficie del
laberinto, incluida la torre. Todo se oscurece al caer más abajo de los cimiento
de la torre.
-Despierta, hemos llegado- abro los ojos y veo el auto
estacionado, Carmela me mira sonriente. Cerca de la frontera encontré un
contacto de Ingrid que me permitió pasarla. Carmela era quien me esperaba del
otro lado, pareció reconocerme de inmediato, extrañamente, ya que no nos
conocemos. En cuanto menciono a Ingrid comprendí, subimos al auto y emprendimos
camino hasta un pueblo a unos 300 kilómetros de la frontera.
-Muchas gracias, fue un viaje largo, no sé cómo habría
llegado sin ti- le digo mientras saco mi mochila del asiento trasero.
-Si Ingrid solicito que te ayudara, ha de ser importante-
me responde mientras me despido de ella- Llámame si tienes algún contratiempo
-¡Muchas gracias!- le digo mientras veo el automóvil
marcharse. Las calles del pueblo lucen desiertas ¿Qué sucederá? Camino por la
avenida en busca del lugar indicado por Ingrid, puede escucharse desde dentro
de algunos edificios el sonido de una radio o televisor a todo volumen,
pareciese transmitirse un partido de futbol. Continúo mi camino, al escuchar un
par de disparos apuro el paso en dirección a estos, Ingrid no me advirtió a que
me enfrentaría. Puedo ver el origen de los disparos, me acerco sigilosamente y
reconozco a Mariano junto con otro hombre, ambos tienen las manos arriba
mientras dos militares les apuntan con sus ametralladoras. Mi sorpresa es magna
al ver que son militares del otro lado de la cordillera, fuerzas al servicio de
la Orden Blanca. Mariano intenta alcanzar su pistola, uno de los militares se dispone
a disparar, tiro del gatillo antes y lo derribo, corriendo apunto al siguiente,
tirándolo al piso también.
-Hay un escuadrón en la otra cuadra, deben haber
escuchado los disparos.- dice el hombre que acompaña a Mariano mientras recarga
su ametralladora- Cuando dijiste que venían refuerzos, digamos… no esperaba
esto.
-¡Te salve el puto trasero así que cuidado con tus
palabras!- le respondo molesta mientras saludo a Mariano, que tardo un poco en
reconocerme.- Ingrid me dijo que podría encontrarte por aquí-
-Vamos de inmediato, los muchachos están preparados- dice
Mariano al tiempo que comenzamos a correr en dirección a un galpón. Entramos por
una puerta pequeña, veo varias personas esperando junto a cinco camiones
idénticos, incluso sus patentes se han replicado.
-Vaya preparación- le comento- ha de haber sido toda una
proeza traer las armas hasta aquí-
-Lo ha sido, mas, Albert me lo encomendó- me responde, se
me aprieta el pecho un instante, mas, intento no descontrolarme
-Albert está muerto, Mariano…- le respondo mirando al
piso
-Mierda…- dice ofuscado, tapándose los ojos con sus
manos.- es una terrible noticia... había escuchado rumores, mas, no había
querido dar crédito. ¿Cómo paso realmente? Tú eras cercana a el - otro cuchillo
más en mi pecho, me acerco para hablar más despacio, la gente a nuestros
alrededor mira atentamente
-Glenn lo entrego a la Orden Blanca y a los agentes del
imperio a cambio de armas, le echo la culpa a Gustav, que estuvo presente en la
trampa y sobrevivió por poco, acudiendo hasta mí… Glenn ahora controla a los
Maniacos y barrio con toda la disidencia, convirtió los Maniacos en un ejército
secular con férreas cadenas de mando, desvirtuó los principios esenciales de lo
que era nuestra organización. Por eso levantamos el tercer bando, retornando a
los principios esenciales de nuestro plan de liberación.- le contesto
firmemente, me mira incrédulo por unos instantes, luego lo veo sucumbir y
aceptar el triste rumbo que ha tomado todo esto.
-¡Maldición! ¡Voy a matar a ese hijo de perra!- grita
furioso, la gente alrededor nos mira. Me acerco hasta a Mariano para calmarlo
-Vamos… Tranquilo, sé que es difícil, mas, necesitamos
mantenernos centrados, ahora con las armas que traes podremos terminar de establecer
el tercer bando y podremos enfrentar a todos estos miserables- le digo mientras
le doy una palmada en la espalda. Me mira algo más tranquilo
-Bien, será mejor que partamos- me dice Mariano mientras
se sube a uno de los camiones y me invita a subir, el conductor es el hombre
que acompañaba a Mariano- Este es Geral, mi acompañante en esta gigantesca travesía
por las armas.
El portón del galpón se abre y los camiones comienzan a
salir, nosotros, luego de tres camiones distractores, uno tras nosotros.
-Dos de ellos despistaran yendo al norte y al sur, otro
al este, nosotros y el otro distractor vamos al oeste, son dos rutas que
conducen al paso fronterizo. Nuestra gente esta allá vigilando que no haya
problemas- dice Geral – Nos sorprendimos
al encontrar militares extranjeros acá ¡Estos cretinos no saben la catástrofe
diplomática que están desatando!-
-Yo diría que no les importa…- dice Mariano- Si se trata
de la Orden Blanca, desplegaran sus influencias.-
-Estoy intrigada, Mariano ¿Cómo es que conseguiste todas
estas armas?- le pregunto al tiempo que saco el brazo por la ventana.
-No tuve demasiado éxito con los actuales dirigentes de
la organización, mas, en aquel lugar conocí a un hombre que me contacto con
Geral. Cuando este vio un pequeño amuleto que Albert me entrego- me muestra un
reloj de mano, Geral continua manejando, el camino se divide en dos y el camión
de señuelo toma el camino de la derecha.
-Conseguimos las armas tomando por sorpresa un buque con
provisiones para el gobierno golpista, estoy hablándoles de hace ya casi 20 años,
cuando Albert, padre, trabajaba intensamente con nuestra organización. Lo
conoci luego de que nos encarcelaran juntos y el encontrase una manera de
escapar. Trabajamos juntos desde aquel entonces, combatiendo al gobierno
golpista financiado y promovido por el imperio. Tuvimos montones de batallas
victoriosas, bueno, con el ingenio de Albert era difícil que perdiésemos. Sin
embargo, empezamos a tener ciertas diferencias con el actuar de nuestra
organización, dadas las condiciones de la lucha preferimos continuar, mas,
cuando conseguimos interceptar aquel buque, la situación cambio. El gobierno
golpista, ya inmensamente debilitado y falto de refuerzos, termino sucumbiendo,
pues no logro poner completamente a los militares bajo su alero y la correlación
de fuerzas, se inclinó considerablemente a favor del frente anti-golpista. Ante
la victoria ya inevitable del frente, las rencillas internas se hicieron más
fuertes, todo esto genero desconfianza en nosotros, que hacia buen tiempo no
llevábamos buena relación con la dirección que podía tomar el proceso. Albert
me dijo que esconderíamos las armas, tuvo un sueño en que vio como en otro
tiempo, esto llegaría a las manos indicadas. Luego de que ocultamos las armas,
se marchó con su muchacho y Kain hacia nuestro actual destino- Dice Geral
mientras continua manejando. Mira por el espejo retrovisor y su expresión
cambia- Nos están siguiendo
-Coge una ametralladora-
dice Mariano mientras me indica la parte trasera del asiento. Comienzo a
escuchar disparos.
Saco la mitad de mi cuerpo por la ventana y veo un camión
blindado persiguiéndonos. Los militares disparan desde las ventanas de este.
Escalo hasta el techo del camión y
camino hasta la parte trasera, intentando esquivar las balas. Cuando una de
estas esta por alcanzarme, con un sutil movimiento de mi dedo la desvió.
Levanto mis brazos y los bajo con fuerza, una ráfaga de viento llega
directamente en el lado derecho del camión, levantándose, como si el viento
hiciese de rampa invisible, consiguiendo finalmente volcarlo. Vuelvo a meterme
al camión por la ventana
-Esta muchacha es más peligrosa de lo que se ve- dice
Geral mirando por el retrovisor a los militares intentando escapar del camión
volcado.
Miro por la ventana un tanto nervioso, cuando Nicolas
dijo que tendríamos que ser cuidadosos con lo que decíamos, no me imaginaba que
nos íbamos a presentar como miembros activos de los Maniacos, enviados a
proteger y vigilar el trayecto de las armas. Nicolas le enseño una medalla a
uno de los contactos en el primer pueblo, fue así como subimos en este auto, camino
al pueblo en donde se supone estarían las armas. No esperaba que los contactos
de Nicolas nos llevasen a un aliado de los Maniacos al otro lado de la
frontera, si llegan a descubrir quiénes somos la cosa se pondrá fea. Cuando veo
que ingresamos al pueblo me tranquilizo un poco más, estacionamos en la parte
trasera de un bar, nos bajamos y los dos hombres nos indican que los esperemos,
mientras entran al bar por la puerta trasera. Puedo ver un círculo de policías
reunidos, me acerco con curiosidad, veo dos bultos cubiertos en el piso, la
sangre tiñe el pavimento.
-Pero que pelotudos ¿No podrían haber esperado a que
terminara el puto partido?- dice para si uno de los policías.
-¿Todavía no empieza el segundo tiempo?- pregunta otro
policía. Escucho un silbido a mi espalda, Nicolas me apura ante la salida de
los tipos con otro más acompañándolos.
Me subo al auto a toda prisa, aun algo nervioso.
-¿A que no adivinas? El ejercito de tu país se le ocurrió
meterse hasta acá a buscar las armas- dice el conductor mientras pone el vehículo
en marcha.
-Vaya tarados, esta jugada les puede costar caro- dice
Nicolas.
-Vamos a tomar una ruta más rápida para estar en la
frontera antes que el camión- nos dice el conductor.
-Por cierto, vimos una muchacha de cabello negro, unos 25
años, junto con Mariano ¿Ella también es enviada de los Maniacos?- me pregunta
el tipo recién integrado. Miro a Nicolas de inmediato ¿Laura? No sé qué
contestar.
-Es posible que Glenn haya enviado alguien más para
asegurarse, estas armas son realmente importantes- dice Nicolas
-Qué raro suena eso…- dice el copiloto. Comienzo a sudar,
palpo mi pistola sutilmente, está cargada, lista para salvarme el pellejo. –
Pero bueno, ustedes los de más allá de la cordillera son así.
Miro por la ventana el paisaje, nos acercamos a toda
prisa a la cordillera, a esta velocidad llegaremos en poco más de 15 minutos,
si es que no nos matamos.
-Señor Glenn, le tenemos excelentes noticias, sería ideal
disponer de su presencia prontamente- dice la voz de uno de mis contactos del
otro lado de la cordillera, sonando desde mi teléfono celular.
-Estoy bastante ocupado en este instante ¿Qué es lo que
pasa?- le pregunto directamente
-Encontramos a la rata traidora, Gustav, haciéndose pasar
por un enviado tuyo para acceder a las armas. Aun cree que nos ha engañado.-
-¡Sabia que su desaparición tendría que ver con eso! No
lo mates, solo captúralo y enciérralo, te llamare luego, tengo algo urgente en
este instante- cuelgo el teléfono y me lo guardo en el bolsillo, una ligera
sonrisa se me escapa. Camino junto a mi grupo escolta por las calles del
distrito Este, en dirección a la plaza central de este, donde yace el cadáver
de Sofia. Definitivamente no es algo que esperaba, tanto así que modifica casi todos
mis planes. Veo rostros amargos por doquier, son días dificultosos y la muerte
se hace cada vez más cotidiana en esta ciudad. En el distrito Oeste se trabaja
intensamente por rescatar a los que aún están entre los escombros. El lugar es casi
inhabitable, mas, no podemos conceder militarmente el territorio, pues les
regalaríamos la ruta hacia la ciudad de la costa. Probablemente establezca únicamente
asentamientos militares en la zona, la gente se ha de reposicionar en el
distrito Norte y Este, recientemente liberado de las garras del régimen.
Cuando arribe por primera vez a esta ciudad jamás imagine
llegar a la posición en la que estoy. Aún recuerdo esos primeros meses en la
ciudad, la luz de la luna en esas noches en el cementerio, arrebatando todas
las joyas de los ricachones muertos, luego engañando a los hijos de perra,
quitándoles su dinero. Todo cambio con Esteban y los Maniacos. ¿Quién diría que
ese muchachuelo que en mi infancia creía poder seguirme el paso, podría haberme
llevado a este instante, a estas condiciones? Quizás lo mejor de la muerte de
Sofia, sea que mi mentira a Esteban dejara de serlo. Sé que regresara, y cuando
lo haga, a mi lado, llevaremos adelante una maldita revolución mundial. Este
lugar es el primer paso, luego el resto del continente, después, el mundo
entero. Sé que he cometido actos que cualquier sujeto en conocimiento de ello
sentiría desprecio por mí, mas, todo ha sido en pos de sacar adelante esta
batalla. Albert era un magno estratega, mas ¿De qué nos serviría aquello sin
las armas para enfrentar al enemigo? Tuve que ponerlo a un lado y entregarlo a
cambio de las armas, armas que nos han tenido enfrentando cara a cara al
régimen, armas que protegieron a nuestra gente mejor de lo que podíamos con el
presente, haciéndole daños certeros y
reales al régimen, no solo simbólicos y dramáticos. Sin la férrea disciplina
impuesta, y con las limitantes morales que nos retenían en la acción, hubiese
sido imposible que la batalla avanzara hasta el punto al que ha llegado. Si he
obrado como lo he hecho, ha sido porque era necesario, puedo llevar el peso de
hacer lo que nadie se atrevía, más se debía hacer.
Finalmente llego hasta la plaza central del distrito, hay
una cantidad inmensa de gente reunida, me abren el paso dejo a mi guardia atrás
y avanzo hasta de los más cercanos. Saludo y entrego mi pésame uno a uno.
Cavieres, Amelia, Claudia, Antonio y finalmente Ayleen
-¿Cómo esta Laura? Me imagino que no ha de haberlo tomado
bien…- le digo en voz baja a Ayleen, siento el peso de las miradas alrededor.
-Ella… No está aquí- me responde mirándome directamente,
luce desconsolada. Hago una reverencia y me encamino hasta el ataúd. Mierda… Si
Laura no está aquí es posible que haya ido a interceptar las armas, si es así,
nuestras tropas no podrán hacer demasiado. Contemplo en el ataúd el pálido
rostro de Sofia, sus cabellos aun lucen en llamas, mas, se ha ido. Y pensar que
me la tire. Doy media vuelta y me acerco a Cavieres.
-Tenemos que hacer algo con las condiciones actuales para
los civiles- le digo - El bombardeo dejo en pésimas condiciones a nuestra
gente, no sería de extrañar que la situación se repitiese. Además, hoy, en el
distrito central se desato una masacre tremenda en el metro y las afueras de
este.-
-Nadie esperaba lo de los bombardeos- me comenta- fue una
horrible noticia, estuve ayudando hasta enterarme de lo sucedido aquí.
-¿Cómo están las fuerzas en el distrito norte? Parte de
nuestra gente se ha movido hacia allá luego de que sus hogares fueran
derribados, no sería raro que otros tantos más llegaran acá, los pasos para
salir de la ciudad se encuentran en constante disputa por lo cual muchos no han
podido abandonarla- le respondo.
-Ya no se puede vivir a salvo en esta ciudad, la batalla
ha llegado a niveles en que no podemos proteger a toda nuestra gente- se suma Claudia- quizás no sería mala idea
armar una caravana para trasladar a la gente que desee marcharse a un lugar más
seguro.-
-Puedo poner a disposición a mis hombres para proteger la
caravana ¿Su destino seria el sur, no es así? - les digo mientras miro mi
reloj- a esta hora ya debería haber caído la última base cercana a Libertaria,
en un par de ciudades al sur ya se iniciaron levantamientos con muchísimas
probabilidades de triunfar. Casi la totalidad del territorio sur del país
quedara fuera del dominio del régimen… Muy bien, tendrán nuestro apoyo,
preparad la caravana, Ayleen sabe a quién tiene que llamar. Ahora debo
retirarme, tengo asuntos urgentes que atender.
Me despido de todos y salgo de entre la multitud, mi
grupo escolta vuelve junto a mí.
-Necesito un vehículo- le digo a uno de ellos, de
inmediato saca su teléfono. En un par de minutos un auto llega junto a
nosotros, al subirme les indico que se queden.- A esto tengo que ir solo.
-¿Adónde vamos señor?- me pregunta el conductor cuando me
pongo cómodo en el asiento trasero.
-Al Aeropuerto- le digo sacando de mi bolso el pasaje de
avión que venía en aquella carta. Es tiempo de conocer a los verdaderos peces
gordos. De pronto, recuerdo el llamado de mi contacto al otro lado de la
cordillera y la ausencia de Laura en el funeral, marco desde mi teléfono a
aquel individuo, más, solo escucho a la operadora indicándome que el número al
que llamo no se encuentra disponible. Esto no puede ser bueno.
Hace algo de frio, esperamos junto a un grupo de unos 15
hombres en la frontera la llegada del camión con las armas, estoy preocupado,
siento que me miran demasiado, me preocupa que nos hayan identificado. Uno de
los hombres con los que llegamos a la frontera regresa de una caseta, mira a
uno de sus acompañantes asintiendo con la cabeza, intento sacar mi pistola pero
me tiran al piso antes, escapándose de mis dedos. Nicolas se va a tierra, no
sin antes dar un puñetazo a uno de los hombres. Por esto mismo, se ensañan con él
y lo patean brutalmente entre cinco.
-¿Creíste que podías engañarnos, rata traidora?- me dice
el tipo mientras me quita la mochila, intento resistirme pero me la arranca de
todas formas y se la entrega a otro
hombre del grupo que la lleva hasta el auto, sin revisarla- La noticia de lo
que le hiciste a Albert se expandió por todo el continente, ya no hay manera de
que engañes a nadie más, menos ahora.-
-¡Sois unos imbéciles! Ha sido Glenn quien lo entrego, el
hijo de perra…- me llega una patada en las costillas, intento levantarme, mas,
siento el cañón de una pistola en mi cabeza. Me levantan de los brazos.
-¿Quién es la mujer de cabellos negros que esta con
Mariano?- me pregunta uno de los tipos- ¿Es uno de los vuestros, no es así?
Lo miro a los ojos directamente, mas no digo palabra
alguna. De reojo puedo ver cómo han dejado de atacar a Nicolas, está en el piso
malherido, mas, parece esforzarse por levantarse.
-Responde hijo de puta- dice otro de los tipos dándome un
puñetazo en el rostro. Junto saliva y le lanzo un escupo en la cara. Retrocede,
uno de los tipos se viene contra mí, cuando me va a dar un puñetazo, se detiene
al observar la llegada de un gigantesco camión a gran velocidad.
-Ahí vienen, prepárense- dice uno cargando su arma, la
mayoría del grupo se prepara para recibir el camión. Solo cuatro tipos nos
vigilan, Nicolas parece mirarme, como esperando a una señal. El camión baja la
velocidad, uno del grupo va a hablar con el conductor. La puerta del copiloto
se abre y Laura, ametralladora en mano, salta del camión mirando en dirección a
nosotros. Camina lentamente hacia el grupo, los hombres apuntan con sus armas,
puedo ver como tiemblan las piernas de varios. Uno de ellos dispara, con un movimiento circular de su dedo, sutil,
redirecciona la bala a su destinatario, aquel se viene al piso, no alcanzo a
distinguir donde llego el disparo. Cuando la ráfaga de disparos se desata
contra Laura, golpeo con mis codos a mis captores, zafándome, corro hasta la
pistola y la pateo hacia Nicolas, que la toma rápidamente y comienza a
disparar, uno de los tipos me apunta, escucho el disparo, mas, consigo
reaccionar a tiempo y evadir el disparo. Nicolas le da un certero tiro en la
cabeza. Escucho el sonido del auto cercano, en el que llegamos aquí, al voltearme,
lo veo acelerar y alejarse a gran velocidad. Una angustia inmensa se me viene
encima. Mi mochila estaba en ese auto, y
en la maldita mochila llevaba uno de los frutos conmigo, esto es
desastroso. Siento un dolor intenso en uno de mis dedos, cuando me miro la mano
veo que mi dedo anular ya no está, mi mano sangra abundantemente. Mierda. Puedo
escuchar el camión acercarse, el grupo se ha dispersado, Laura camina hacia mi
-¿Estas bien?- me pregunta acercándose
-La he jodido, Laura, he perdido uno de los frutos- le
digo frustrado
-No tenemos tiempo para perseguirlo, tenemos que hacer
que este camión llegue cuanto antes al distrito Este- me dice- La Orden ha
enviado gente y no me extrañaría que los Maniacos traten de interceptarnos
-Partamos entonces- dice Nicolas
-Hay que curarte esa mano- me dice Laura mientras se acerca
al camión y abre la puerta, invitándonos a abordar.
La noche comienza a caer lentamente. La gente se pone de
acuerdo respecto a la caravana que partirá al sur, en una inmensa asamblea en
la plaza central del distrito, hemos cerrado el ataúd de Sofia. Ya se ha
acordado Libertaria como destino y la ruta a tomar, también, están confirmadas
las tropas Maniacas, se difundirá masivamente a quienes quieran unirse. Estoy
algo somnolienta, probablemente por el desánimo provocado por su partida.
Levanto la vista y mi sorpresa es magna al ver caminando en medio de la
multitud a Ingrid, tiro del brazo de Claudia.
-Ingrid está aquí- le digo apuntando, mas, ya no está. Cuando
un hombre del distrito norte se dispone a hablar, escuchamos un fuerte
estallido y una nube de humo aparece en medio de la asamblea. No logro ver nada
por el espeso humo, la gente grita confundida, no se escuchan disparos. Cuando
el humo termina por disiparse no hay cadáveres y parece no faltar nadie. Casi
me desmayo al mirar en dirección al ataúd de Sofia y verlo abierto, sin el
cuerpo de ella. Busco entre la multitud algún indicio, pero nada, ni siquiera
Ingrid.
-¡El ataúd esta vacío!- grita Antonio indignado, la
multitud se percata, la confusión y la rabia inundan el ambiente. Varios,
tomaron sus armas y emprendieron camino juntos al distrito central, quien sabe
con qué en mente. Se acordó dividirse, algunos ayudarían a buscar el cuerpo de
Sofia, otros se encargarían de difundir la noticia de la caravana, mientras,
otros irían a ayudar al distrito Oeste.
-Sera mejor que descanses Ayleen, llevas demasiado sin
dormir, te llevare hasta la base- me dice Julio tomándome con delicadeza del
brazo.
-Estoy segura que vi a Ingrid, e instantes después
aparece esa extraña nube de humo y el Sofia desaparece…- le digo- quizás haya
alguna oportunidad…
-Sabes que es poco probable… - me responde tristemente.
-Conservare la esperanza, algo me dice que ella volverá.-
le respondo, Julio me mira preocupado- es lo que necesito creer por ahora para
no derrumbarme.-
Julio me responde con una sonrisa al tiempo que me indica
que crucemos la calle.
Me limpio la sangre de la mano, la he sacado barata, si
no es por Laura habría sido nuestro fin.
-¿Cómo va esa herida?- me pregunta Nicolas, con su rostro
magullado por puñetazos.
-Sangra aun, pero podría ser peor- le respondo
-Queda poco para llegar - nos dice Laura desde la parte
delantera del camión- algo está pasando en los límites del distrito central.-
- A pesar de lo defectuoso de nuestro plan, mira, lo
conseguimos- me dice entre risas Nicolas.
El camión se detiene, me cubro el rostro para no ser
reconocido y me bajo junto con Nicolas, Laura, Mariano y Geral, creo que se
llamaba. Numerosa gente saluda a los nuestros, estamos afuera de nuestra base.
Las nocturnas calles están desiertas, salvo por quienes han salido a
recibirnos. Ayleen sale del edificio y se queda parada, mirando fijamente a
Laura.
-¿Cómo esta Sofia?- le pregunta Laura acercándose, Ayleen
mira al piso desconsolada. Levanta la cabeza y hace un gesto de negación. Laura
se queda muda, paralizada.
-No puede ser… ¿Dónde está?- pregunto rápidamente
-Su cadáver desapareció- dice Julio. Laura parece no
prestar atención a su alrededor.
-Esto tiene que ser una puta broma- dice Nicolas pateando
con fuerza una piedra. Laura da media vuelta y camina hasta el camión. Saca su
ametralladora, nos mira y se marcha corriendo en dirección al distrito central.
Tomo una ametralladora y corriendo, comienzo a seguirla.
Abro los ojos y puedo notar como ya no estoy cayendo. Me
encuentro en una amplia sala, en el piso un grabado inmenso ilumina la
habitación. He conseguido superar la superficie del Laberinto, me siento
extraña, no estoy muy segura que paso conmigo en la cima de esa torre. Camino
hasta la puerta, esta se abre en cuanto estoy frente a ella. Veo frente a mí
dos pasillos que se encuentran en una curva. En dicha curva un umbral de
piedras azuladas muestra un paso descendente. Me acerco, mas, cuando me
dispongo a cruzarlo una pared se levanta frente a mí, impidiéndome el paso.
Resignada tomo uno de los pasillos y comienzo a caminar a toda prisa, veo un
umbral amplio a mi derecha, cuando lo cruzo veo una gigantesca habitación
circular, en su centro un orbe brillante flota sobre un pedestal. Me acerco
rápidamente y lo contemplo maravillada, comienzo a extender mis manos y siento
un golpe en mi costillas, antes de irme al piso alcanzo a tomar la pierna de mi
agresor y lanzarlo junto a mí, al costado de la habitación. Me levanto
rápidamente y veo a Alexander
-Este es tu fin, pequeña Sofia, solo uno puede quedarse
con el orbe y ese seré yo- me dice al tiempo que se abalanza sobre mí. Le lanzo
un puñetazo, mas, lo bloquea y me lanza al piso- tu historia se termina aquí
-No eres el primero que me dice eso, y estoy seguro que
no serás el ultimo- le grito mientras le doy una patada en las costillas. Se
repone rápidamente y me tira al piso de una embestida.
-¿Qué tan segura estas?- me dice sonriendo mientras me da
un puñetazo en el rostro.
Estoy congelado, flotando en una oscura nada, algo sucede
que poco a poco, voy derritiéndome, convirtiéndome en una gigantesca gota de
agua que comienza a caer hasta impactar en un gigantesco océano, me pierdo
entre la inmensidad, puedo escuchar a través del oleaje algo parecido a un
canto. Me envuelvo y pierdo en este, mis ojos se abren solos. Estoy en una
cámara sin límites visibles, completamente iluminada. No hay sonido alguno
salvo el de mi respiración. Camino un poco, mas, no tiene sentido, parece no se
distinguirse nada salvo luz en todos los horizontes. Escucho risas a mi
espalda, doy media vuelta y a la distancia veo a una mujer de amplias caderas,
ojos de pantera, caleidoscópicos y su cabello, un mar de fuego, Sangrienta
camina lenta y sutilmente hacia mí, sonriendo. Cuando llega junto a mí, me toma
ambas manos, coloca mi mano en su cintura y luego la suya en mi espalda.
-Bailemos- me dice riendo, me arrastra en una extraña
danza, confuso intento seguirle el paso, siempre complicado, puedo escuchar cómo
se ríe de mi burdo intento. Me suelta de la mano y retrocede un paso- ¡Oh
querido! ¡Mira lo mucho que has avanzado y lo bien que lo has hecho! Estamos
tan cerca de conseguir nuestro objetivo-
-¿Podría saber cuál es nuestro objetivo de una maldita
vez? Necesito respuestas, Sangrienta ¿Hacia dónde se dirige esto? ¿Eres tú
también parte del plan de Dosser?-
-Como siempre que nos encontramos, repleto estas de
preguntas. Te lo repetiré una vez más, todo a su tiempo, estamos muy cerca del
final, te prometo que cuando este llegue, tus preguntas encontraran sus
correspondientes respuestas-me dice Sangrienta retrocediendo otro par de pasos
-Anda ¡No me vas a dejar a ciegas de nuevo! Necesito
ayuda ¿Cómo puedo detener a Dosser? ¿Es posible controlar la energía del
aliento del Gran Árbol para ponerlo en su contra?- Sangrienta no dice nada,
solo sonríe, me acerco hasta ella, pero se desvanece en el aire. Aun puedo
escuchar su risa, doy media vuelta y puedo verla a la distancia caminar, cuando llega frente a
mí me mira directamente a los ojos
-Este es el trato, vamos a bailar y si lo haces mejor
esta vez, te contare algo respecto a “Dosser”- me dice acercándose aún más.
Comenzamos a bailar, me esfuerzo, mas, sigue siendo dificultoso. Sangrienta me
besa directamente en la boca y siento como todo alrededor comienza a girar.
Miles de explosiones nos rodean, explosiones que germinan galaxias enteras por
doquier. Siento que el corazón me estalla dentro del pecho y mi cerebro se
derrite- Dosser ya no existe, lo que ves no es más que la herramienta de un
poder mucho más antiguo y profundo. Pierdes tu tiempo tratando de usar la
energía del aliento del primer Árbol en contra de la representación del espíritu
primario de los árboles, hay solo dos maneras de detenerlo y el momento aún no
ha llegado para ninguna de ellas. Tienes que continuar, Esteban, te pido que confíes
en mí.
-¿Aunque eso signifique poner en riesgo el mundo entero?
Dime ¿Cómo puedo detener a Dosser?- le pregunto apretándola fuerte contra mí,
al sentir que todo gira cada vez más rápido, mis pies se separan del piso.
Sangrienta me da un último beso y todo desaparece en medio de una explosión sin
precedentes.
Abro los ojos y me veo en una cámara muy amplia, con
inmensos dibujos luminosos en el piso. Las figuras en el piso cambian,
indicándome ahora un camino de luz a mi destino, lo sigo hasta llegar a una
puerta que se abre al acercarme, escucho a la distancia el ruido de una
batalla. Me acerco a prisa al origen del ruido ¿Qué lugar es este? Me recuerda
a la edificación subterránea donde encontramos la roca y a Jean. Cuando llego
hasta un umbral, puedo ver a una mujer siendo golpeada por un tipo de cabello
blanco, al centro de la habitación un extraño objeto luminoso flota sobre un
pedestal. Me acerco con cautela, aunque no con menor velocidad, al ver que
aquella mujer no es otra que Sangrienta, la sangre me hierve y sin pensarlo dos
veces, embisto al tipo, tirándolo al piso y dándole un puñetazo en el rostro.
De una patada me tira lejos, Sangrienta se ha reintegrado, atacando de
inmediato a aquel individuo ¿Qué es todo esto? Me levanto y trato de ayudar a
Sangrienta, de inmediato siento una patada que me vuelve a tirar al piso, sobre
mi aparece una mujer de cabello azul eléctrico y mirada furiosa
-¿A dónde creías que ibas?- me pregunta sonriendo
mientras me da un puñetazo. Intento darle una patada para hacerla retroceder, más,
tiene demasiada fuerza, me propina dos puñetazos más. Logro zafarme y con un
codazo la hago retroceder, me levanto y ataco al hombre de cabello blanco que
ahorca a Sangrienta, con una patada en las costillas lo tumbo, le doy una
segunda patada mientras permanece en el piso. Sangrienta me mira y luego mira
el objeto luminoso al centro de la habitación, comienza a correr a toda prisa
hacia él. La mujer de cabellos azules me toma por detrás y me da un rodillazo
en la espalda. El hombre de cabellos blancos corre hasta aquel objeto también.
Cuando ambos están cerca, el orbe libera una luz cegadora, puedo sentir el piso
temblar, en unos segundos este se convierte en un extraño líquido, mi cuerpo
pierde rigidez y en un par de segundos, vuelvo a ser una gigantesca gota de
agua. Pero esta vez no caí, no me fundí con un océano inmenso, esta vez, me
deje envolver por el calor de una inmensa y brillante luz. Poco a poco puedo
volver a sentir mi cuerpo, el viento, la luz del sol.
Abro los ojos y me veo en una rustica guarida de madera,
parece ser que estoy en una especie de valle, la vegetación es exuberante y
masiva. ¿Dónde mierda estoy?
-Impresionante- escucho a mi espalda, me doy vuelta y veo
a un hombre de vestimentas gastadas, amplia barba y largo cabello.
-¿Tú me trajiste aquí? ¿Dónde estamos? ¿Quién eres? - le
pregunto poniéndome a la defensiva.
-Te encontré más allá del valle, estabas en la nieve, inconsciente,
con hipotermia, pero aun con pulso. No encontré nada parecido a un barco o
avión en el que podrías haber llegado, así que te tome y te traje hasta aquí. Pensé
que estabas muerto, de hecho, preparaba una tumba para ti no hace mucho… Jamás
había visto tamaña recuperación- me dice mirándome asombrado mientras se
acerca- Estamos en el ártico, más específicamente en un pequeño punto de este
donde se forma un extraño microclima que permite la amplia flora y fauna que
puedes ver. Mi nombre es Braulio, hace años estaba con un equipo investigando
el ártico y nuestros vehículos dejaron de funcionar, los teléfonos satelitales
estaban muertos también. Perdimos a la mitad del equipo por el frio, la otra
mitad fue poco a poco perdiendo la razón y acabaron todos matándose entre sí.
Cuando ya estaba solo llego un instante en que caminaba, mas no podía ver nada
a mi alrededor por el cansancio, el frio, el hambre y la desesperación. Mas,
sin saber cómo, me encontré con este lugar.
He pasado los últimos 7 años aquí…-
-¿No has encontrado como regresar?- le pregunto
-No he querido regresar. En este lugar puedo pensar con
claridad, sentirme vivo, como no me había sentido en años. No tengo deseos de
regresar a mi antiguo estilo de vida.- me responde- ¿Qué hay de ti? ¿Qué te
trae a este lugar? Como llegaste hasta aquí, también es una buena pregunta.-
-Es complicado…- le respondo mientras inspecciono el
valle desde la altura. Puedo ver un inmenso templo de piedra.
-Con que ese templo…- me dice parándose junto a mí- hace
unos años entre a ese lugar. Está repleto de túneles subterráneos, donde la
oscuridad es tan espesa que ni tus manos frente a tu propio rostro puedes
distinguir. Estuve atrapado dos semanas ahí abajo, cuando note que las
provisiones escaseaban decidí volver. Ahí abajo es fácil perderse tanto de ida
como de vuelta.-
-No suena demasiado alentador- le digo asumiendo el desafío
próximo.
-Preparare tu equipaje- me dice dando media vuelta
-¿Me estas echando?- le pregunto
-No, no, para nada, tan solo preparare lo que sea
necesario para tu viaje a lo profundo del templo, porque entraras de todos
modos ¿No es así?- Se me escapa una ligera risa, Braulio sonríe y se marcha.
¿Qué habrá sido todo eso en el extraño edificio de
piedra? ¿Con quién peleaba Sangrienta y por qué? Siento que están pasando un montón
de cosas de las que no me he enterado, Sangrienta prometió explicaciones en
cuanto esto terminara, mas, por ahora he de masticar el amargo sabor de la
incertidumbre. Mi estómago suena, al parecer estoy hambriento, será mejor que
coma algo antes de partir.
Despierto abruptamente ante una sensación de asfixia.
Respiro agitadamente, veo el rostro de Agatha frente a mí.
-¡Regresaste! ¡Sabía que triunfarías!- me dice besándome
en la boca y alejándose rápidamente. Estoy confundido, todo a mi alrededor se
siente tan extraño- Hay buenas noticias, Alexander, Sofia está muerta y la roca
ya está en su lugar bajo la torre en el distrito central.-
Me levanto confundido y aun algo desorientado, alcanzo a
afirmarme de la pared antes de irme contra el piso
-No puede ser- le contesto afirmado de la pared- Sofia no
puede estar muerta
-Lo está ¿Por qué lo dices? Si triunfaste, ella debería
haber quedado atrapada ahí- me dice mientras se acerca mirándome seriamente-
¿Triunfaste, no es así?-
-Algo extraño sucedió- una serie de imágenes pasan por mi
cabeza, siento el paso de estas como cuchillos en mi cerebro. Cuando las
imágenes se disipan el dolor se va. Agatha me mira atentamente- El orbe se dividió
en dos, ambos nos quedamos con una parte-
-¡Fantástico!- me dice iracunda
-Cállate y vamos a activar la piedra de una buena vez- le
digo mientras me coloco un abrigo y salgo de la habitación.
-¡No me hagas callar! ¿Cómo esperas que no esté molesta
si fui yo quien dio respaldo ante el círculo central de la Orden, respecto a tu
preparación para llevar a cabo esta misión? Llego aquí y me encuentro con todo
este maldito desastre, tu medio muerto, esta pocilga como base, esta manga de
ineptos que tienes por subordinados, el trato a tus enemigos, permitiéndoles
enfrentarte como si fuesen un igual ¿Qué mierda pasa contigo? ¿Por qué tanta
desprolijidad junta en ti? Me decepcionas, y, francamente, dudo actualmente de
tus capacidades para continuar a cargo de esta…- La tomo del cuello y la
arrastro contra la pared asfixiándola.
-No te atrevas a poner mi liderazgo en duda frente a mi
gente- le digo apretando los dientes. El resto de la gente en el lugar mira
silente, sabiendo que no pueden intervenir. Suelto del cuello a Agatha y
retrocedo un par de pasos- ¿Qué sabes tú de lo que ha ocurrido aquí? ¿Dónde has
estado tú mientras llevábamos todo esto adelante? Llegas excesivamente tarde,
no deberías venir con esas palabras a quienes llevamos largo tiempo sin
descanso en esto-
-¡No estaba de vacaciones, bestia! ¡Tenía que cumplir una
importante misión antes de venir hasta acá! Misión que por supuesto acabe con
éxito ¿Podrás decir lo mismo tú?-
-Basta de tonterías- le digo tomándola del brazo y mirándola
fijamente a los ojos- vamos a subirnos al maldito auto y vamos a mantener la
maldita boca cerrada, necesito procesar lo que he visto y tus quejas no me
ayudan en ello.-
Salimos de la base, me subo a un vehículo, nuestro primer
escolta sale en la camioneta delantera.
Otro escolta atrás nos sigue el paso.
-Supongo que traes la pequeña porción de roca que
encontraron…- me dice Agatha la miró fijamente a los ojos con severidad, al tiempo
que de mi bolsillo saco la pequeña roca, lanzándosela, la atrapa con facilidad
y la examina.- entonces no debería fallar nada…
Las imágenes de la historia de aquella especie vuelven a
pasar por mi cabeza, como recuerdos, llenando este presente de nuevas
preguntas. ¿Qué es Dosser realmente? Menciono algo del “registro universal”,
lugar del que obtuvieron conocimiento de los Actos y el peregrinar del árbol ¿Existirá
una manera de llegar hasta él? ¿Tendrá información para detener esta inmensa
tormenta que asoma en el horizonte,
conocida por fin, como el Séptimo Acto? El auto llega finalmente hasta la
gigantesca torre y comienza a descender por un paso abierto en el
estacionamiento subterráneo. Finalmente el auto se detiene y nos bajamos de
este. Agatha se adelanta y uno de mis hombres se me acerca con un teléfono en
mano. Las armas Maniacas, nuestro infiltrado tiene noticias, puedo leerlo en la
cabeza de mi subalterno. Contesto el teléfono.
-Señor Alexander, hubo algunos percances y perdimos de
alcance las armas. La gente del tercer bando se las quedo, mas, alcance a
arrebatarles, antes de huir de esa masacre, algo que puede interesarle…- me
dice a través del teléfono.
-Habla de una buena vez, tengo prisa- le contesto
intentando construir en mi cabeza el nuevo panorama del tablero.
- Encontré un fruto brillante en la mochila de un tipo
del tercer bando, ese al que le echaron la culpa por lo de Albert- me dice
-Son muy buenas noticias... Cruza la frontera y ve al
norte, la última ciudad, ahí nos encontraremos. Te llamare luego- corto la
llamada y le devuelvo el teléfono a mi subordinado. Cruzo un gran umbral y me
encuentro con una habitación iluminada, las imágenes en el techo me recuerdan
profundamente a las del Laberinto.
-Apresúrate Alexander, tenemos que empezar- me dice
Agatha. El resto de mi gente nos acompaña
-¿Dónde está Joseph?- pregunto acercándome hasta la roca
-Desaparecio, pensa…- intenta adecir Erik
-Ya veo- le respondo interrumpiéndolo. Entro en la cabeza
de otro de mis subordinados y contemplo lo sucedido en el extremo sur.
-Algo no está bien aquí, falta un pedazo- dice Agatha-
¿No se supone que la única parte que le faltaba a la roca era el trozo que habíais
encontrado?
La habitación se mantiene silente, veo que en sus cabezas
no hay información de utilidad.
-Imbéciles…Voy a intentar hacerla funcionar de todos
modos, mas, no tengo seguridad de que resulte- dice Agatha con el ceño fruncido,
mientras coloca sus manos sobre la roca. Comienza a colocarse rígida y al mismo
tiempo, la luminosidad de las paredes se vuelve inestable, aumentando
abruptamente su intensidad y así mismo, disminuyéndola. Finalmente el suelo
comienza a temblar y la roca libera un inmenso resplandor, puedo sentir una
extraña sensación eléctrica en mi piel, mas, no es más que un ligero
cosquilleo.
Sigo a Laura a toda prisa, con la ametralladora derribo a
los militares que se lanzan contra ella y contra mí. A la distancia puedo ver
una gigantesca barricada, apuramos el paso y cuando llegamos junto a ella, nos
encontramos con varios de los nuestros, vemos por nuestra espalda llegar un
amplio contingente militar, un tanque entre ellos. Laura se va contra el tanque
inmediatamente, la tierra comienza temblar. Laura da un inmenso salto y, justo
antes de caer sobre el tanque, un inmenso resplandor verdoso se puede ver
acercarse, cual onda expansiva desde el edificio más alto de la ciudad, siento
como si me electrocutase y me caigo al piso. Me siento algo confuso, débil,
cansado, incluso sediento, miro al cielo y mi sorpresa es magna al ver aquella
extraña luz verdosa, pareciese ser que rodea toda la ciudad. Preparo mi
ametralladora y avanzo tan rápido como puedo, disparando a los militares, Laura
golpea insistentemente la parte superior del tanque sin hacerle mayor daño.
¿Qué mierda pasa? Ofuscada se lanza desde la parte superior del tanque. Consigo
disparar a un militar antes de que la abatiese, la tomo del brazo y comienzo a
correr para alejarnos del tanque.
-No sé qué pasa, mi fuerza ya no está- me dice Laura
consternada mientras lo militares vienen tras nosotros. Nos ponemos a cubierto
y el tanque hace volar gran parte de la barricada. Disparamos como condenados,
resistiendo el avance de las tropas militares, el tanque se acerca más y más.
-¿Dónde está Eugenio?- pregunto a uno de los nuestros,
una explosión inmensa se escucha, al voltearme, veo el tanque destruido y
Eugenio correr hacia nosotros, una bala lo alcanza por la espalda, corremos
tras el de inmediato y lo tomamos en medio del fuego cruzado, llevándonoslo a
cubierto- Algo está pasando, es como si la expansión se hubiera desactivado-
A la distancia un grupo especial de los nuestros viene a
toda velocidad. ¿Es posible que esto no afecte a la droga sintetizada por
Jaime? El escuadrón cruza la barricada y se abalanza sobre las tropas del ejército,
haciéndolas retroceder rápidamente. Se acercan tres de los nuestros para
llevarse a Eugenio con el resto de los heridos, a dos cuadras del límite del
distrito central, en dirección al distrito Este. Los tres hombres levantan a
Eugenio y se lo llevan
-Estarás bien muchacho- le digo dándole ánimos mientras
emprenden camino.
-Llama a Jaime- me dice Laura mientras mira al final de
la calle, a nuestra izquierda, un pequeño grupo de militares reunirse, mas, no
avanzan hacia nosotros.
-Está muerto- le digo mientras intento hacer funcionar el
celular, le pido a uno de los nuestros el suyo, más cuando este lo saca de su
bolsillo, parece también haber dejado de funcionar- Al parecer esa cosa también
afecto a los celulares… Sera mejor que vayamos directamente a su hogar.
Laura me mira un par de segundos sin decir nada, asiente
con la cabeza y comienza a caminar, no puede distinguirse estrella alguna en el
cielo nocturno, las pocas que había a la vista fueron ocultadas por ese extraño
manto luminoso sobre la ciudad. Caminamos a prisa, a medida que regresamos al
distrito Este por la parte norte, los disparos se escuchan más distantes, el
suministro eléctrico está cortado hasta donde puedo alcanzo a ver. Llegamos al
lugar que entregamos a Jaime para que realizara sus investigaciones, una vieja
y pequeña fábrica que adaptamos para que viviese y tuviese un laboratorio
decente a disposición.
-¿Cuál es plan, Laura? Sabes que estoy en esta contigo-
le digo
-Voy a matar a Alexander de una buena vez- me contesta
secamente
-¿Crees que baste simplemente la dro…- me detengo al ver
que la entrada ha sido forzada- Alguien entro por las malas aquí
Saco una pistola mientras que Laura me cubre las espaldas
con la ametralladora en mano. Al entrar vemos el lugar a oscuras, enciendo una
linterna y comenzamos a recorrer el lugar, la puerta del laboratorio está
abierta. Cuando ingresamos vemos un desastre de proporciones, todo el material
de vidrio está destrozado en el piso, mezclado con quizás cuantas sustancias químicas.
Los cajones de los estantes están todos abiertos, faltan montones de
documentos, otras tantas hojas están desparramadas por el piso. No vemos rastro
alguno de los frutos. Salimos del laboratorio, la cocina está vacía, sin
embargo, está repleta de rastros de forcejeos. Un cuchillo en el piso con un
pan a medio terminar de hacer.
-¿Cómo es posible? ¿Habrá sido la Orden? – le pregunto a
Laura, mas, no me contesta. Entro a su habitación, parece no haber sido
registrada, pues está muy bien ordenada.
Bajo su colchón encuentro un diario con
variadas anotaciones para mejorar el rendimiento del proceso de
extracción y síntesis.
-Volvamos a la base, hay que dar aviso, necesitamos la
droga y no está aquí- me dice Laura- Espero que no haya pasado lo mismo en la
fábrica.
Despierto abruptamente, como asfixiada. Con la
respiración agitada contemplo el lugar, tengo una extraña sensación de entumecimiento
en el cuerpo. No reconozco el lugar en el que estoy.
-Mira quien despertó ¿Me recuerdas?- doy media vuelta y
veo al Despellejador ante mí. Me levanto rápidamente en busca de algo para defenderme, mas, pierdo
el equilibrio y me estrello contra el piso- Anda, no tienes para que ser tan
dramática.
Consigo ponerme en pie, y tomo un cuchillo sobre la mesa.
-No me provoques- me dice mirándome fijamente, aun
sentado sobre la otra cama en la habitación. Escucho pasos a mi espalda, me
volteo rápidamente y veo a Ingrid frente a mí, me sonríe ampliamente.
-Son excelentes noticias el verte así, tan viva- me dice
mientras toma el cuchillo entre mis manos y lo deja sobre la mesa- Philipp es
mi invitado, ruego que no se enfrenten aquí.-
-Es ella la que se descontrolo- se defiende Philipp – yo
no hare nada, mientras no me ataquen-
-La última vez que lo vi trato de matarnos a Esteban y a mí-
le digo a Ingrid
-¡Y mira, ambos están vivos!- me contesta Philipp
-¿Cómo sabes si Esteban está vivo?- le pregunto, la
visión del Laberinto me indica que así es, mas, hable con un miembro de una
especie extinta hace miles de años, es natural que conserve mis dudas.
- En este instante, no tengo absoluta certeza, mas, sé
que Dosser no lo dejara morir, al menos hasta que lo termine de utilizar- me
responde- Viaje con él un largo trayecto, nos separamos en el extremo sur,
cuando dimos con Jean.-
-Como veras, Philipp tiene una gran cantidad de
información que aportar- me dice Ingrid
-No creo que gratuitamente, algo tiene que obtener de
esto-
-Eso no es asunto tuyo, cabellos de sangre- me dice-
Esteban tiene la intención de usar la energía del aliento del árbol contra
Dosser. Eso significa que si consigue llegar hasta el Arbol, regresara a la
ciudad.-
-Por eso Alexander levanto ese inmenso campo energético en
la capital, está apostando al retorno de Esteban, y con él, la llegada de
Dosser. Espera con la inhibición generada por la roca dentro del campo,
debilitarlos y acabar con ambos- dice Ingrid.
-¿Puede hacer eso?- pregunto
-En efecto, lo que hace es inhibir la expansión, pero
parece funcionar solo con la provocada por el primer Árbol. Cuando nos
enfrentamos a Joseph tuvimos esa dificultad, pues la roca nos dejaba en pésimas
condiciones. Sin embargo, Esteban en un momento pareció no afectarle esa
inhibición…- nos dice Philipp- no podría darles nada más certero que lo que mis
ojos pudieron contemplar, y fue aquello lo que vieron.
Ingrid lo mira fijamente y asiente.
-Estará todo preparado para cuando llegue el día- dice
Ingrid caminando hacia la puerta- Triunfara quien más a fondo vaya… Iré a
buscar algo para que coman, preparare los frutos y la flor mañana al mediodía-
-¿Qué frutos? ¿Tú tienes la flor? ¿Dónde estamos, por
cierto?- le pregunto
-Los frutos los tenía Philipp, casi se los quitan- le
hago una mueca burlona- la flor la traje
antes de salir de la base, estamos al sur de la capital, a unas 3 horas de
viaje. Te traje aquí por precaución, no esperaba que Ayleen entrara a tu
habitación y se escandalizara de tal manera-
-¿Por qué se escandalizo?- le pregunto
-Por que estabas muerta, Sofia- me contesta Ingrid entre
risas- solo a través de la muerte se puede ingresar al Laberinto.-
-Eso significa que en la capital todos piensan que estoy
muerta…- pienso de inmediato en Laura y lo mal que debe estar, sobre todo
cargando aun el peso de la partida de Albert. La preocupación me carcome- tengo
que llamar a Laura
-Pierdes tu tiempo, el campo generado por la roca no solo
inhibe la expansión de los frutos del primer árbol, también interfiere con los
dispositivos electrónicos en general. Los teléfonos no funcionaran dentro,
menos televisores, radios, computadoras.- me dice Ingrid- tratare de
comunicárselo por otra vía… Por ahora, trata de no pensar en eso, regresaras a
la ciudad cuando termines tu viaje con la flor- dice Ingrid mientras abandona
la habitación. El Despellejador me mira atentamente.
-¿Qué tanto me miras?- le pregunto frustrada. Se toma
unos segundos antes de responder
-Con esa apariencia me recuerdas a alguien que conocí
durante mi niñez…- dice mirando al techo, luego se levanta y camina en
dirección a la puerta- olvídalo, no tiene sentido.
Hay una gran cantidad de heridos en la base, los
enfrentamientos aún continúan en los límites del distrito central. Poco pude
descansar, en cuanto empezaron a llegar heridos tuve que levantarme a apoyar.
De pronto, de un momento a otro sufrimos un apagón general, sentí por un
instante que me electrocutaba, las piernas me pesaban más y sentí hambre. Mas, no había tiempo para detenerse,
más y más heridos llegaban, me sorprendí cuando Eugenio apareció entre ellos,
en ese instante note que algo serio ocurría.
Salgo a la calle, un grupo hace guardia afuera del lugar.
-¿Han sabido algo?- les pregunto mientras contemplo la
desierta calle. Los disparos se escuchan más cercanos, parece de venir del sur.
-Tuvimos que replegarnos, el ejército resistió su
posición, simultáneamente, enviaron tropas desde el distrito sur, obligándonos
a dividirnos.- me contesta uno de los hombres que trajo los últimos heridos que
llegaron- será mejor que partamos a apoyar
Se despide él y dos más, encaminándose a la zona sur del
distrito. Doy media vuelta, contemplando las oscuras calles, a la distancia veo
llegar a Laura y Gustav. Me alivio al ver que permanecen con vida aun, sé que
Laura es capaz de cualquier cosa en momentos como estos. La venda en la mano de
Gustav está repleta de sangre.
-Estamos jodidos, alguien se ha secuestrado a Jaime, se
llevaron montones de papeles con los avances de su investigación, no
encontramos los frutos que tenía, temo que es posible que se los llevaran
ellos- me dice Gustav a través de la capucha.
-No entiendo como todo pudo irse a la mierda tan
rápidamente, íbamos bien, estábamos por lograr tanto, y ahora…- dice Laura,
queda paralizada, tiene los ojos vidriosos, pero se resiste a llorar.- Voy a
masacrar a todos estos desgraciados.
-Esa cosa brillante en el cielo ha desactivado la
expansión en todos, además de matar todos los celulares y los vehículos que
encontramos en el camino- me dice Gustav mientras le hago señas para que
entremos a la base y así poder cambiar la venda de su mano.- Esa cosa brillante
hizo algo parecido a una onda expansiva, la vi venir desde ese edificio gigante
del distrito central, me temo que la Orden Blanca debe estar detrás de todo
esto…
-Dame tu mano- le digo mientras remuevo la venda repleta
de sangre y contemplo su mano, con el dedo anular arrancado. Escucho un pequeño
grito de dolor detrás de su capucha.- Son bastantes malas noticias…
-¿Dónde está Julio?- pregunta Laura- Tal vez tiene algún
dibujo que pueda indicarnos algo.
-Está en el escuadrón de repartición de la droga de
Jaime- le respondo mientras desinfecto la herida de Gustav.- No sé si eso
servirá de algo con esa cosa en el cielo-
-Si funciona, con Gustav vimos un escuadrón que parecía
no haberse visto afectado- me dice Laura- Iré a buscarlo, necesito recuperar mi
fuerza para asegurarme de que Alexander no vea el próximo amanecer.
-Vamos- dice Gustav intentando levantarse, lo detengo, toco
su frente y noto que está ardiendo
-No, Gustav, tu no vas a ningún lado en esas condiciones,
si quiere suicidarse yendo tras Alexander, es cosa de ella, no la podemos
detener, mas, no voy a permitir que te arrastre hasta eso por su enceguecida
ira- le digo firmemente- Laura, te necesitamos con nosotros ¿Crees que si
Alexander está vivo puedas derrotarlo solo con la droga de Jaime?-
-Lo matare, fin de la historia, el día de mañana me lo agradecerás-
me responde saliendo del edificio y dando un portazo.
-¿Vas a dejarla ir sola?- me pregunta preocupado Gustav
-¿Y qué esperas? ¿Qué envíe morir a nuestra gente junto
con ella? Los necesitamos a todos en instantes como estos, nadie aquí la hará
cambiar de idea- le digo frustrada mientras termino de vendar su mano.- Con la
expansión desactivada no sanaras tan espontáneamente, tomate esto y duerme unas
horas.-
Se escuchan gritos desde afuera. Gustav se levanta,
salimos de inmediato junto a varios más. Al salir nos topamos con un escuadrón
desde el norte del distrito, corriendo hasta nosotros.
-Son demasiados, tienen que haber llegados refuerzos
desde fuera de la capital- nos dicen- Están tratando de recuperar el distrito.
-¿Y vamos a dejar que pase?- les digo a todos- Los quiero
a todos con sus putas armas cargadas, esta noche vamos a resistir, no importa cuántos
hijos de perra sean-
Desde el Oeste veo otro gran grupo retroceder, Julio
viene entre ellos. Se acerca rápidamente.
-Vienen más del distrito central, tienen al menos cinco tanques- nos dice Julio
mientras de su mochila saca una bolsa llena de la droga de Jaime y empieza a
repartirla a todos.- Vamos a necesitarla esta noche
-Bien amigos míos, los quiero a todos preparados, vendrán
desde el oeste y el norte, es posible que también del sur- les digo- hoy tienen
que dar lo mejor de si-
-¿Te encontraste con Laura?- le pregunta Gustav tras la
capucha, Julio lo reconoce de inmediato, lo veo en su expresión.
-Son demasiados flancos ¿No deberíamos retroceder al
este?- dice uno del grupo
-No podemos, si retrocedemos perdemos la base, si eso
pasa, se asentaran en la plaza, y si eso ocurre, habrán retomado el control del
distrito- le respondo- ¿Dónde está el maldito escuadrón de explosivos?-
-Sí, me topé con Laura, me pidió de la droga de Jaime, le
di una cantidad considerable pensando que repartiría con un grupo cercano, mas,
se tomó un puñado entero, no sé si eso sea peligroso…- le responde Julio a
Gustav- La cosa es que se guardó las restantes y salió a toda prisa en
dirección al distrito central.
-Maldición, esa muchacha…- dice Gustav frustrado. Desde
el este veo llegar un numeroso grupo, son de los nuestros.
-Llego la potencia- nos dicen saludando
-Tarde ¿No deberían haber tenido esto listo hace más de
una semana?- les digo molesta acercándome a uno- ¿Tienen todo lo que les pedí?
-Granadas de mano, muchas, también explosivos de orden
medio y alto, algo de pólvora y mechas ya que no están funcionando los
detonadores a distancia o temporizados.- me dice entregándome un bolso bastante
pesado.
-Tomen la maldita droga, van a venir militares de todos
los putos lados- le indica uno de los nuestros, Julio se acerca con la bolsa y
reparte al cuantioso grupo. Una vez listos, comenzamos a preparar el campo de
batalla, levantando numerosas barricadas, mas, ante los tanques no servirán
demasiado.
-Julio, Capucha, los necesito- les digo acercándome a la
barricada que Gustav enciende. Me miran
ambos de inmediato- Tengo una idea.
Hablamos con otro
grupo y montamos una serie de trampas en las potenciales caminos por los que
vendrían las tropas enemigas. Colocamos en todas estas rutas, haciendo un hoyo
en cada calle, lo suficientemente grande para colocar los explosivos de alto
orden abajo, y otros de orden medio arriba para usarlos como iniciadores, es
nuestra apuesta para detener a los tanques. Lo que complica todo es que los
explosivos no pueden detonarse con control a distancia ni temporizador por
culpa de la extraña barrera brillante en el cielo. Sin embargo, logramos zanjar
esta dificultad gracias a la valentía de varios de los nuestros que se
posicionaron en los puntos específicos, edificios contiguos a la bomba, donde,
con una mecha tradicional, iniciarían la bomba desde la entrada del edificio.
La pólvora, al final de la mecha, sobre los dos explosivos garantizara la
explosión de estos. Además, la pólvora ayudo a nivelar los agujeros y hacerlos
pasar más desapercibidos. Estamos preparados para la batalla. A la distancia
pueden escucharse disparos, del norte primero, luego el oeste. Hay una inmensa
expectación en el ambiente, todos están posicionados en sus puntos específicos
esperando la llegada de las tropas enemigas. El viento corre, ni un solo
susurro puede escucharse, salvo los disparos del enemigo, cada vez más cercano.
Aprieto la ametralladora con fuerza, tensa como jamás en mi vida. Las tropas
del ejército comienzan a aparecer por el norte, desde una ventajosa posición,
la azotea de un edificio contiguo a la base, logro ver los primero
enfrentamientos. Las tropas enemigas avanzan a prisa, los nuestros abaten a
varios, las granadas de mano empiezan a caer destrozando grupos enteros. A
medida que entran en un rango más cercano, comienzo a disparar desde lo alto,
abatiendo a uno tras otro, me agacho, cubriéndome ante los disparos del
enemigo. Me levanto y continuo disparando, el primer grupo parece haber tenido
que replegarse y retroceder. Desde el
norte veo llegar más tropas, los disparos comienzan y un inmenso contingente de
militares inunda nuestro flanco norte. A la distancia veo un tanque acercarse a
la primera trampa, cuando está en posición la bomba detona y el tanque se
destroza, los disparos no cesan, menos aún el avance del enemigo. Por el flanco
noroeste avanza otro numeroso contingente. Disparo por el flanco norte desde lo
alto del edificio, a los que más se acercan los repelo con granadas. Las
explosiones están por todos lados y los disparos no se detienen, por el flanco
noroeste el contingente militar se acerca con otro tanque de escolta, mientras
que por el Oeste, otro contingente de militares se acerca, también con un
tanque a disposición. Me pongo a cubierto y recargo la ametralladora
-Mierda, son demasiados- le digo a Julio que también
recarga su ametralladora.
-Nosotros valemos por mil de cada uno de esos- me dice
sonriéndome, luego se levanta y continúa disparando. Hago lo mismo, esta vez
contra las tropas del flanco noroeste que se acercan cada vez más. Ya han caído
varios de los nuestros, mas, aun somos muchos que continuamos resistiendo. El
tanque del noroeste pasa bajo la carga de explosivos y vuela también por los
aires. No alcanzo a celebrar cuando veo a la distancia, por el mismo flanco,
otro tanque más acompañar el asedio. Lanzo tres granadas de mano a un
contingente amplio que se acerca, me cambio al flanco Oeste ante la llegada del
nuevo contingente y disparo para mantenerlos atrás, puedo ver repentinamente
una inmensa explosión que hace volar una gran cantidad de soldados.
-¡Mierda, eso era para el puto tanque!- grito mientras
disparo, miro a uno de los nuestros- avisa a los cargados.
El hombre se levanta y dispara una bengala. Continuo
disparando, puedo ver a uno del grupo de explosivos con una bomba en su mano,
correr a toda velocidad en dirección al tanque. Logro protegerlo de los
militares, sin embargo, el tanque dispara su ametralladora y lo ha abatido, el
explosivo salta frente a él. El tanque avanza acercándose al explosivo, a la
distancia disparo contra este, mas no lo consigo. Logro divisar a Gustav en la
calle, en aquel frente, que dispara contra el explosivo, alcanzando a volar el
tanque.
-¡Vamos gente, tenemos que seguir así!- les grito desde
lo alto.
-Ayleen, mira…- dice Julio con un tono que no me ha
gustado, doy media vuelta y diviso por el flanco sur y suroeste dos
contingentes de militares más, cada uno con un tanque.- La puta madre ¿De dónde
salen tantos?
Uno de los cargados logra volar el tanque restante del
flanco noroeste, la infantería no tarda tanto más en caer, a la distancia en el
oeste puede verse otro contingente amplio con otro tanque, mientras que por el
norte y noroeste se alcanzan a divisar un gran número de tropas, mas, parecen
ser refuerzos desde el distrito norte. Los nuestros los saludan, estos se
integran, con sus armas preparadas para resistir el asedio. De pronto, de un momento a otro, se siente una
especie de pulso y una voz retumba en toda la ciudad, reconozco la voz, es
Alexander, el hijo de perra está vivo.
Contemplo la ciudad desde el más alto de los edificios.
El distrito Este se encuentra bajo un implacable asedio, puedo distinguir desde
aquí las explosiones. Su caída es inminente, las tropas Maniacas se encuentran
en el distrito Oeste enfrentando un contingente que viene desde la costa. Las
fuerzas del norte no serán capaces de dar el apoyo que el Este necesita. Solo
el asunto de la droga que hicieron con el fruto me mantiene con dudas, lo
natural seria que esta no funcionase ante el campo de la roca. Es momento,
levanto los brazos y alzo la voz.
-Estáis arrinconados, la ciudad está casi en nuestras
manos- mi voz retumba en toda la ciudad veo a Agatha subir y mirarme molesta.
Tengo que apresurarme- Gente, en esta ciudad se peleara por el destino de
nuestra especie. Quien no esté dispuesto a pelear debe irse de la ciudad de
inmediato, pues, no quedara lugar seguro aquí. Por tanto, si no disparáis desde
nuestra trinchera, serais considerados amenaza y caerán junto a todos los que
decidan quedarse y no luchar por nosotros. Tengan todo esto en cuenta en cuanto
toméis una decisión-
-¿Qué estupidez estás haciendo?- me grita Agatha
tirándome con fuerza del brazo- Necesitamos a los civiles aquí para que
nuestras tropas estén forzadas a resistir, si quitas los civiles, se darán
cuenta que su labor no es proteger a nadie-
-Me voy- le digo encaminándome a las escaleras
-¿Cómo que te vas?- me pregunta agarrándome del brazo una
vez más, sin dejarme avanzar.
-Me voy, tengo algo que solucionar- le respondo mirándola
directamente a los ojos- Si tienes tantas quejas, es porque haz de tener muchas
buenas ideas. Hazte cargo de la capital-
-¿Estas huyendo?- me pregunta con una mueca de asco- de
ti me esperaría cualquier cosa menos eso
-No seas estúpida, necesito encontrar un método para
detener a Dosser- le digo- ¿Tú crees realmente que esta roca pueda detenerlo,
sabiendo lo que vio Joseph con Esteban? Uno de mis contactos consiguió uno de los
frutos del primer gran Árbol, voy a tomarlo y poner a prueba mi parte del orbe,
Sofia de seguro tomara la flor pronto, debo apresurarme.-
-¿Es en serio? ¿No te parece demasiado riesgoso? ¿Y si
Dosser llega antes que regreses?- me pregunta mientras me suelto de su brazo
-No lo hará, tengo tiempo aun- le digo dándole un beso en
la boca y marchándome.
Alexander desciende por las escaleras, me acerco hasta el
borde del edificio y contemplo las explosiones. Puedo escuchar un extraño ruido
cercano, una muchacha salta junto a mí, su cabello es negro y reconozco sus
facciones de visiones anteriores ¿Escalo el edificio? ¿Cómo es que la
inhibición no resulto en ella? En cuanto me ve camina directamente hacia mí,
con mirada iracunda.
-¿Dónde está Alexander?- me pregunta mientras se acerca.
-¿Quién pregunta?- le respondo
-Tu verdugo, si es que no contestas mi pregunta- dice
sacando dos cuchillos y caminando algo más lento hacia mí ¿Espera intimidarme?
Se me escapa una carcajada.
-Modera tus palabras, pequeña bestia- le digo con una
sonrisa en el rostro- Así que la hermanita de la muerta. ¿No te dijeron tus
amigos que venir era un suicidio?
-Cierra la boca, puta estúpida- me dice mientras se viene
contra mí, es rápida, mas, no tanto, pareciese que no es la expansión la que le
da su fuerza. Le doy una patada y la tiro al piso, salto sobre ella de inmediato
y la reviso, encuentro una bolsa repleta de pastillas, se me escapa una
carcajada al verla, que patético, creyó que con unas mugrosas píldoras podría
ganarle a Alexander. Tomo un puñado y con la otra mano la levanto, esta
malherida, le he pegado con fuerza.
-¿Así que de aquí viene tu vitalidad, tu fuerza, tu heroísmo?
Pequeñas pildoritas mágicas.- le digo
riéndome acercándome al borde- Te noto débil, magullada, adolorida, déjame
darte algunas para hacerte sentir mejor.
Le voy metiendo una pastilla tras otra a la boca,
obligándola a tragar. Cuando la bolsa está a la mitad y ella tiene el estómago
y la boca repleta de estas, me detengo, tirando la bolsa al piso. Su cuerpo
comienza a temblar, convulsionando
-¡Pero mira el magno grado evolutivo al que has llegado!
¡Qué total liberación espiritual! ¡Ya estas lista, pequeña divinidad! ¡Vuela!-
le grito mientras la levanto y la lanzo al vacío entre carcajadas. La veo caer por unos instantes, mas, doy
media vuelta, dejando atrás la diversión, tengo una ciudad que recuperar y una
organización que disciplinar.